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Ecos de la resistencia a Monsanto en Malvinas Argentinas: transformaciones y continuidades de la conflictividad en el territorio
Echoes of the resistance to Monsanto in Malvinas Argentinas: transformations and continuities of the conflict in the territory
De Prácticas y Discursos. Cuadernos de Ciencias Sociales
Universidad Nacional del Nordeste, Argentina
ISSN-e: 2250-6942
Periodicidad: Semestral
vol. 11, núm. 18, 2022
Recepción: 01 Abril 2022
Aprobación: 06 Diciembre 2022
Resumen:
El megaproyecto de una planta procesadora de semillas de maíz transgénico de Monsanto en Malvinas Argentinas (Córdoba), en 2012, generó desde sus inicios una gran conmoción de la que emergieron posiciones a favor y en contra, generando distintos sentidos y discursos entre la población y los diferentes actores involucrados. Esto produjo un quiebre social, político, económico, cultural y simbólico en la localidad, con relación a la aceptación y el rechazo de la posible instalación de la multinacional. En 2016 se logró la expulsión definitiva de la empresa, convirtiéndose así en hecho paradigmático para otras luchas ambientales. Dentro de la diversidad de aristas posibles de análisis de este conflicto, nos proponemos indagar sobre sus resonancias. La conflictividad es concebida como inherente a la sociedad capitalista; por ende, sus expresiones se traman necesariamente con otras luchas. De esta manera, partimos de la premisa de que el conflicto acontecido se sedimentó en el territorio y se expresa en continuidades y transformaciones de su propio devenir. En este recorte empírico,
intentaremos visualizar de qué manera se constituyen acciones tendientes a
oponerse al modelo de agronegocios y, al mismo
tiempo, se construyen otras alternativas productivas. Para ello, nos proponemos
enfocar este trabajo exploratorio en una aproximación a algunas de las
trayectorias individuales y colectivas, tanto en el transcurso de la lucha como
a posterior, a través de entrevistas en profundidad a protagonistas del
conflicto y revisión de fuentes documentales.
Palabras clave: conflictividad, territorio, r-existencia.
Abstract:
Monsanto's mega project of a transgenic corn seed processing plant in "Malvinas Argentinas'' (Córdoba - Argentina), in 2012, caused a serious extraordinary commotion from the beginning, from which for and against positions emerged, generating different meanings and discourses between the population and all the actors involved. This produced a social, political, economic, cultural and symbolic breakdown in the locality; related to the acceptance or rejection of this multinacional´s possible installation. The company's definitive expulsion in 2016 was achieved; becoming a paradigmatic event for other environmental struggles. Within the diversity of possible analysis edges of this conflict, we intend to investigate its resonances. Conflict is conceived as inherent to capitalist society; therefore, their expressions are necessarily intertwined with other struggles. According to this we start from the premise that the conflict which took place was sedimented in the territory and is expressed through continuities and transformations of its own evolution. In this empirical section, we will try to visualize how actions tending to oppose the agribusiness model are constituted, at the time other alternative ways of production are built. In this regard we propose to focus this exploratory work, in an approximation to both: individual and collective trajectories, during the course of the struggle and afterwards; through in-depth interviews with protagonists of the conflict and a documentary sources review.
Keywords: conflict, territory, r-existence.
Introducción
El presente artículo es una primera aproximación del cruce de dos investigaciones en curso. Nos propusimos ponerlas en diálogo con la intención de dilucidar las continuidades, rupturas, y transformaciones a partir de la resistencia a Monsanto en Córdoba.
En el primer apartado, realizamos una contextualización del caso en los procesos conflictuales en los que se inscribe, así como reconstruimos los principales sucesos, acompañada de una cronología de elaboración propia que permite dimensionar el proceso de resistencia en cada uno de los cuatro años de lucha. En segundo lugar, presentamos escenas y relatos de protagonistas del bloqueo a Monsanto en distintas temporalidades, intentando dar cuenta de los sentidos colectivos, la apropiación y la construcción del territorio. En un tercer momento, nos enfocamos en una de las experiencias organizativas desarrolladas en la localidad posterior al levantamiento del bloqueo, pero con génesis en él: el caso de la cooperativa Malvinas Agroecológica. Por último, las conclusiones del trabajo tienen la intención de determinar posibles conexiones entre los diversos y heterogéneos escenarios presentados en el corpus del artículo. En este sentido, los apartados que siguen a continuación analizan prácticas que comparten una dinámica: se constituyen y desarrollan entre la acción defensiva-reactiva de oposición y ensayos activos-propositivos tendientes a otras alternativas deseadas para las formas de vivir en sociedad.
Para comprender la complejidad en la que se inscribe el conflicto por la instalación de la semillera en Malvinas Argentinas, nos valemos de algunas líneas conceptuales que encontramos en consonancia. Por un lado, Porto Gonçalves (2001, 2010, 2015), en clave de comprender la conformación de las identidades colectivas, territorio, territorialidades y la noción de r-existencia. Por el otro, un abordaje que nos permite indagar el caso tanto en sus propósitos profundos como en sus impactos a distintos niveles, a través de sus horizontes y alcances (Gutiérrez, 2008) en distintas temporalidades del flujo de luchas.
En cuanto a la metodología de trabajo, es cualitativa, y las herramientas para la construcción de datos para este estudio exploratorio son: entrevistas en profundidad, observaciones participantes, revisión de fuentes documentales (red social Facebook, literatura generada desde los sujetos de la resistencia, antecedentes, registros de campo, notas periodísticas). El objetivo que perseguimos en este trabajo es, entonces, visualizar de qué manera se constituyen acciones tendientes a oponerse al modelo de agronegocios y, al mismo tiempo, se construyen otras alternativas productivas. Para ello, nos proponemos poner el foco en algunas de las trayectorias individuales y colectivas, tanto en el transcurso de la lucha como a posterior.
En la profundización de los agronegocios emergen las resistencias
En la década del noventa, Argentina, país de economía agroexportadora, se integra a los flujos globales de la commodificación de la agricultura, introduciendo un nuevo paquete biotecnológico que incluye la utilización de la siembra directa, semillas transgénicas, agroquímicos y el monocultivo como base del sistema productivo agropecuario (Gras y Hernández, 2009, 2013). A medida que se fue extendiendo la frontera agrícola, fueron emergiendo, proporcionalmente, procesos organizativos territoriales, ambientales, campesinos, entre otros, para resistir al avance del agronegocio.
Entre los principales impactos de este modelo productivo podemos mencionar: el desmonte de bosques nativos y la pérdida de biodiversidad, el daño a la salud y el ambiente por el uso masivo de agrotóxicos (Carrizo y Berger, 2013), los intentos corporativos de establecer un régimen de propiedad intelectual para el cobro de regalías por el uso de la biotecnología y de monopolio del uso de las semillas (Sztulwark y Braude, 2010), desalojo de pueblos originarios y/o campesinos producto del corrimiento de la frontera agrícola y en detrimento de las economías regionales, como es el caso de los cinturones verdes (Giobellina, 2017), entre otros.
En la provincia de Córdoba, desde 2002, el autodenominado Grupo de Madres de Barrio Ituzaingó Anexo y posteriormente el colectivo Paren de Fumigar han sido y son ejemplos de luchas ciudadanas contra los impactos sanitarios y ambientales de los agronegocios, a través de distintas acciones de autoorganización, de tematización en el espacio público, de elaboración de legislación protectiva y de recursos al sistema judicial (Carrizo y Berger, 2013b, 2014; Alonso et al., 2015; Rossi, 2016). Al respecto, se sienta el primer precedente de condena a un productor y aeroaplicador por el delito de poner en peligro la salud de la población con las fumigaciones en el barrio Ituzaingó Anexo. El mismo año que se logra la condena (2012), la empresa líder en biotecnología Monsanto Saic[4] (la corporación más emblemática del sector) anunció la instalación de la planta acondicionadora de semillas de maíz transgénico en la localidad cordobesa de Malvinas Argentinas, a través de un discurso de la ex presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, desde el Council de las Américas en New York y de un comunicado de la empresa, en donde se expresó una inversión de 150 000 000 de pesos[5].
Desde julio de ese mismo año, distintos movimientos sociales, políticos, vecinos y autoconvocados de la región comenzaron a organizarse para impedir la instalación de la empresa, denunciando su procedimiento ilegal ya que esta violaba la Ley General de Ambiente Nº 25675, al incumplir la obligatoriedad de la consulta previa y la aprobación de la evaluación de impacto ambiental.
En septiembre de 2013, miembros de diferentes asambleas socioambientales y políticas de la provincia comenzaron con un bloqueo permanente, modalidad de acción directa en las puertas de la multinacional ubicada en el km 9.5 de la Ruta A 188, para impedir el ingreso de camiones con material de construcción. La experiencia del bloqueo da lugar a un proceso emblemático en cuanto a luchas ambientales en Córdoba debido a la cantidad de años en la que se sostuvo la acción directa, en parte gracias a la apropiación del espacio[6], que colaboró de forma decisiva a la obtención del propósito buscado. Por el otro, inédito en el marco de la conflictividad respecto de los agronegocios, dado que es el primer caso a nivel mundial en expulsar a Monsanto de una localidad. Esto tuvo repercusiones a nivel nacional e internacional, con la generación de un territorio colectivo de resistencia y la socialización en la lucha de sujetos colectivos muy diversos: estudiantes, militantes asambleístas y de organizaciones políticas, artesanos, académicos, articulados por la acción Acampe en Malvinas en sus inicios, que posteriormente tomó el nombre de Bloqueo a Monsanto.
Entre la multiplicidad de prácticas sostenidas a lo largo del tiempo en este contexto de lucha se incluyen: la resistencia de la acción directa del bloqueo frente a hechos de represión policial y parapolicial, la presentación de un recurso de amparo que finalmente fue concedido a favor de los habitantes de Malvinas por la ilegalidad de la construcción de la planta, la generación de redes de apoyo con personalidades de renombre internacional y organismos de DDHH, el rechazo de la Secretaría de Ambiente y cambio climático de la provincia de Córdoba al estudio de impacto ambiental por serios errores técnicos en el tratamiento de los residuos que emitiría la planta, la sanción de la Ley de Política ambiental Nº 10208, aprobada en junio de ese mismo año, que exige la inclusión de una línea de base en salud para el estudio de impacto ambiental.
Esta sumatoria de acciones logró que el proyecto de la empresa fuera detenido y erradicado de Malvinas Argentinas en noviembre de 2016. La venta de los terrenos se realizó a la constructora AMG, la que pretendía construir un parque industrial para pymes, según el proyecto presentado a la Municipalidad. No obstante, no se concretó. Es importante considerar al respecto que, según la Ley provincial N° 9841 (2010) de regulación de usos del suelo, ese terreno no es apto para emprendimiento industrial. Esto fue utilizado como herramienta legal por parte de los activistas para el freno del proyecto y derivó en una causa en la que se imputó a los funcionarios (municipales y provinciales) que concedieron la autorización de obras.
La presente cronología pretende dar cuenta del contexto en donde surge el conflicto por la instalación de Monsanto Saic en la localidad de Malvinas Argentinas, a través de la selección de hitos que marcaron la historia y el devenir de la resistencia ambiental que se generó en la provincia de Córdoba entre junio de 2012 y noviembre de 2016. Para la construcción de la misma se utilizaron principalmente comunicados de las asambleas y artículos de notas periodísticas de portales web de distintos medios, en donde se prioriza la narración de medios alternativos como la página del Juicio a la fumigación[7], ECOS Córdoba, Radio Zumba la turba, como así también se tomaron artículos de CBA24N, La Voz del Interior.
Es importante mencionar que tanto este trabajo como el cruce de las investigaciones en curso de las que es resultado reconocen y se inscriben en el diálogo con los antecedentes directos del caso, así como del área temática. Como parte de los estudios de conflictos socioambientales, reconocemos a una vasta tradición en nuestra región que sentó bases para la visibilización de la problemática en concomitancia a su profundización durante las últimas décadas. Entre las dimensiones de análisis desde las ciencias sociales, confluye el abordaje de diversos actores sociales que disputan la privatización y/o explotación de lo que conciben como bien común, el estudio de sus formas organizativas y las herramientas de acción desplegadas. Encontramos en Argentina, entre otros, las cartografías de conflictos compiladas por Merlinsky y su propuesta teórico-metodológica sobre los efectos territoriales, institucionales, jurídicos y sociales del reclamo en términos de lo que concibe como productividad social (2020, 2016, 2013). Svampa y Viale (2014) realizan lecturas de conflictos socioambientales desde las nociones de lenguajes de valoración y narrativas en disputa. Carrizo y Berger (2013) se centran en los afectados ambientales desde el marco de la justicia ambiental, en casos de la provincia de Córdoba. Machado Araoz (2020) contribuye a una mirada del sur global desde la geneaología del extractivismo. Por su parte, en relación con los estudios específicos referidos a Monsanto en Córdoba, estos se centran en los tiempos del desarrollo y desenlace de la lucha. Algunos lo inscriben en la problemática del agronegocio en la provincia (González Asis y Possentini, 2016; Forlani, 2022), otros profundizan en las particularidades organizativas, las herramientas de acción y los impactos institucionales (Barros, 2016; Barzola, 2015; Berger y Carrizo, 2020; Cicchini et al., 2015) o en la dimensión de la experiencia y las emociones de los involucrados en el reclamo (Sanchez y Valor, 2016), mientras que otros reparan en la perspectiva empresarial y mediática (Ambrogi, 2015; Fitz Herbert, 2019; Trujillo, 2017).
A partir de todo este recorrido presentado, consideramos que hay constantes que se reiteran en los distintos estudios de caso que abordan este tipo de conflictividad ambiental. Se puede entrever una relación dialéctica entre las estrategias de resistencia y las dominantes. Es decir, así como en distintas luchas −como apreciamos en esta en particular− se replican acciones, herramientas de protesta, formas organizativas, discursos y sentidos disputados; al mismo tiempo, las tácticas de los emprendimientos extractivistas por parte de empresas y gobiernos refieren a estrategias similares para imponerse en los territorios y tendientes a frenar toda crítica. Como, por ejemplo, realizar inversiones en obras públicas tendientes a reemplazar el rol estatal, charlas en las escuelas o en el caso que estamos analizando, la empresa Monsanto realizó visitas guiadas a la planta de la localidad de Rojas, en provincia de Buenos Aires, en los inicios del conflicto. Y, asimismo, estrategias represivas directas, intentos de cooptación y amedrentamientos de distinto tipo a referentes (carta documentos, amenazas, persecución, desalojos).
Ahora bien, estas acciones muchas veces tienen lugar en respuesta al rol activo de las poblaciones en estado de alerta y defensa de sus territorios, con base en lo cual el accionar de las empresas y el Estado afina sus estrategias para intentar ocluir el conflicto. A su vez, las luchas transmiten saberes, prácticas y actores entre sí. En este sentido, podemos afirmar que como en todo vínculo dialéctico no existe lo uno sin lo otro y se retroalimentan, abonando a la intrínseca conflictividad capitalista.
Autopercepciones de la resistencia: de los sentidos del bloqueo a Monsanto
Con la intención de indagar en la construcción de las identidades colectivas y las transformaciones que emergieron a partir de la participación en la lucha contra la multinacional en Córdoba, presentamos algunos fragmentos de entrevistas en profundidad a miembros de distintas asambleas y autoconvocados que pusieron sus cuerpos y subjetividad en esta resistencia, realizadas en el marco del trabajo final de grado[8].
Al reflexionar acerca del espacio y su construcción histórica en tanto territorio (su geo-grafía), observamos que la conflictividad se define claramente como una tensión de diferentes territorialidades en una puja por la apropiación material y simbólica de la naturaleza. Estos sentidos de apropiación de la naturaleza, de sus formas de concebirla y las relaciones que se establecen con ella, pueden verse reflejadas en una de las entrevistas realizadas en el momento del bloqueo:
El bloqueo simboliza un espacio de unidad, de comunión, de todos los que pensamos que necesitamos otra relación con la naturaleza, que encontramos que pueda ser efectiva, mientras tanto sigan haciendo corporaciones, es una manera de acá, de ponerle un alto, en defensa de la tierra, en defensa de justamente eso, la naturaleza. (Entrevistado/a 1, 27/1/2016)
De esta manera, un conjunto de acciones llevó a construir, en las puertas del predio de la multinacional, una alternativa posible y concreta de relación más armónica con la naturaleza. Lo que comenzó siendo un bloqueo al ingreso de camiones con material para impedir la construcción (ilegal), terminó por conformar una cosmovisión ligada al buen vivir y saberes ancestrales. A partir de la práctica cotidiana, en ese espacio, con el desarrollo de las construcciones en adobe, el reciclaje como cultura y forma de vida, la reforestación con árboles nativos, la creación de huertas comunitarias, sistemas de riego para impedir el desperdicio de agua, el estudio de plantas medicinales, la elaboración de diversas medicinas a través de ellas, acopio de semillas orgánicas, intercambios de semillas, un giro hacia lo agroecológico, ensayos de otras formas de organización políticas y concepciones del territorio ligadas a lo común.
Además, claramente se generaron muchas cuestiones que, más allá que se esté bloqueando, en el día a día se hacían, se proponían cuestiones para darle vida y generar propuestas sanadoras y constructivas ante lo que se bloqueaba. Se estaba bloqueando una forma de ver y sentir la vida, una forma que, sentimos, excluye una forma que impone injusticia, una energía de destrucción y exclusión. El concepto de que la manera de oponerse realmente a lo que representaba Monsanto era justamente trabajando la tierra y conectándose con ella. (Entrevistado/a 3. 16/09/16)
El bloqueo es la resistencia hecha acción, es la deconstrucción constante, es el basta desde la autogestión, desde el día a día. Son las nuevas semillas, robadas y expropiadas a todo aquello impuesto. Nosotros somos las nuevas semillas.
El bloqueo es el espacio, el espacio del mundo nuevo. (Entrevistado/a 2, 27/1/2016)
Continuando con lo anterior, en palabras de Porto Gonçalves (2001: 4): “La construcción de significados es, necesariamente, un proceso social en el que el lenguaje, en sí mismo re-presentación, tiene un papel instituyente para un orden social dado. Es a través del lenguaje que los seres humanos se comunican, conectan, es decir, crean un mundo, su mundo en común”. En este sentido, la acción directa conocida como Bloqueo a Monsanto se representa aquí como un territorio conformado por identidades colectivas y por un sentido común de lo comunitario, a pesar de ser un espacio diverso y heterogéneo.
Hay momentos de la vida que nos toca tomar decisiones que no atañan solamente a nuestra individualidad, sino que están ligadas a una trama de relaciones muy grande, y ser parte de esa trama y fluir hacia esa idea colectiva, creo que nos transformó a todos, en el sentido comunitario, en el sentido de la relación que tenemos con la tierra, en el sentido de cómo nos relacionamos. Cuando digo cómo nos relacionamos, pienso en vínculos de explotación que están instaurados en este sistema capitalista en el que vivimos y, bueno, y se puso totalmente en juego en el bloqueo de rever muchas estructuras. Para mí fue muy hermosa la experiencia. (Entrevistado/a 4, 24/11/2020)
A partir de estos fragmentos de las autopercepciones del conflicto de los diferentes entrevistados, podemos observar que el bloqueo a Monsanto se presenta aquí como una forma de construcción y deconstrucción constante en oposición a las formas imperantes del capitalismo. A su vez, evidencian las transformaciones subjetivas y colectivas que tuvieron lugar, como así mismo la persistencia de sus impactos a través del tiempo. Como vemos con el entrevistado 4, cuyas apreciaciones fueron expresadas a cuatro años de finalizado el conflicto.
Los sentidos y discursos disputados en este caso se encuentran en consonancia con el contexto histórico y regional de las luchas en las últimas décadas. Las consignas de las movilizaciones que tuvieron lugar a principios de la década del 90 son tomadas por Porto-Gonçalves[9] como condensadoras de lo que de allí en adelante se pondría cada vez con mayor frecuencia en la agenda política: una “lucha por la dignidad, por la vida y por el territorio”. Vida entramada con la naturaleza, dignidad de reconocimiento de la otredad, territorio en tanto múltiples territorialidades en tensión. “No hay territorio que no sea fruto de un proceso de territorialización entre diferentes sentidos −territorialidades− para estar con la tierra” (Gonçalves, 2015: 245). Esta disputa entre sentidos del territorio se expresa con claridad en los conflictos como el que aquí analizamos, donde a través de la práctica se fue construyendo una forma de habitar un espacio, frente al intento desterritorializante del capital.
Al continuar con la exploración de los sentidos autopercibidos dentro del proceso de resistencia y sus anclajes subjetivos y territoriales, encontramos en las distintas voces las definiciones de bloqueo:
Una acción concreta de intentar ponerle freno, así sea en una sola población al avance de la depredación y de estos capitales gigantescos que manejan el mundo. Básicamente, la economía, y eso implica algo tan puntual y fundamental como es el tema de la alimentación, de la salud, medicina, los recursos. Por un lado, esos, el hecho de plantarse y ver cómo un pueblo organizado y acompañado puede generar sus formas de lucha y su propia expresión, eso es una gran acción. Y, por otro lado, también una gran escuela, en ese intento de bloquear o de organizarse para poder llegar al objetivo te cruzás con un montón de experiencias, de vivencias, el día a día, también del bloqueo en sí, hay una diversidad de experiencia, de aprendizajes y de crecimiento. Es una escuela, un hogar también y una cuna de lucha, crecer en cuatro años como no crecés en ningún otro lugar, a nivel social, a nivel de conciencia y práctica. En cuanto a la lucha y a la forma de encarar la vida después de eso. (Entrevistado/a 5, 31/5/2017)
En relación dialéctica, una vez más, la definición de aquello que se propone, aparece junto y frente a aquello a lo que se resiste:
Monsanto es un nombre, Monsanto es un agronegocio, Monsanto es la acumulación de capital, Monsanto son los abortos espontáneos, Monsanto son los pueblos fumigados, Monsanto es la privatización de la vida, Monsanto es un modelo económico que no queremos, un modelo económico que lleva a la muerte. Monsanto es un nombre que refleja toda la podredumbre de la riqueza, toda la miseria de la avaricia. Monsanto descubre el entramado de intereses económicos y la corrupción echa nombre, echa Monsanto. (Entrevistado/a 2, 27/1/2016)
A través de esta definición se puede apreciar de qué manera se caracterizaba al antagonista al que se enfrentaban, en sus diferentes escalas de impacto: desde la estructura global y la acumulación de capital hasta la incidencia en la afectación de los cuerpos, configurando de este modo la relación causal entre aquello a lo que se resiste y la alternativa que se construye resistiendo.
Resonancia del conflicto en el territorio: el caso de la cooperativa Malvinas Agroecológica
Así como los impactos del conflicto se pueden evidenciar a través de huellas en las experiencias individuales, también las podemos encontrar en las prácticas colectivas, dentro y fuera del territorio de Malvinas como venimos viendo. Así como desde los tiempos de la lucha, la dinámica de resistir para frenar el avance extractivista se complementaba con una puesta en práctica de otras formas de r-existir (siguiendo a Porto Gonçalves), esto también puede apreciarse en las experiencias actualmente en curso en la localidad[10].
A posterior de la expulsión de la empresa en 2016, los vecinos asambleístas más activos en el reclamo tomaron diversos caminos, con los que de cierta forma dieron continuidad a las formas de participación política que incorporaron a sus prácticas durante el conflicto. Es importante tener en cuenta que, en su mayoría, con anterioridad al mismo, no se habían involucrado en prácticas políticas ni partidarias ni de otra índole, y en el transcurso de los cuatro años de lucha fueron desarrollando un “hacer” activista como parte de sus vidas.
Para intentar conocer estos procesos, desde lo subjetivo y lo colectivo, resulta pertinente la propuesta de Raquel Gutiérrez, quien sostiene que en el despliegue de las resistencias se puede visualizar una mayor productividad en términos colectivos. Es al calor de los hechos cuando la creatividad colectiva da forma a una multiplicidad de estrategias (tanto institucionales como de acción directa), discursividades, actividades y prácticas de organización, que se desarrollan y suceden aceleradamente, y que constituyen un acervo de saberes que consideramos es merecedor de revisión. En este marco, es de destacar que el método asambleario se constituyó como núcleo organizativo que vertebró los distintos espacios, reuniendo la diversidad de organizaciones, activistas e incluso partidos políticos afines al reclamo. Estas son particularidades compartidas por los múltiples conflictos contemporáneamente concebidos como socioambientales/contra el extractivismo que proliferan en la región en las últimas décadas y que se plantean “contra los despojos múltiples”, constituyéndose en “luchas por lo común” (Navarro, 2015 cito en Gutiérrez y López Pardo, 2019).
Ese impulso de la energía de resistir impactó en las subjetividades de cada vecino y activista que se involucró en la lucha. Persistió, se transformó y se encausó a posterior en distintas variantes organizativas entre las que se inclinaron algunos, de acuerdo a formas de entender el accionar político y posturas que fueron definiéndose en la práctica. Vale aclarar, las diferencias entre sectores tendientes a construir procesos organizativos territoriales y aquellos que apostaban a la construcción política partidaria ya estaban presentes en el transcurso de la resistencia y se fueron cristalizando en el transcurrir de sus prácticas políticas.
Así fue como una rama de la asamblea Malvinas lucha por la vida conformó una agrupación partidaria llamada Malvinas Despierta, que disputó la intendencia por primera vez en 2015. En esa ocasión volvió a ganar el radicalismo oficialista, por muy poco margen de diferencia por sobre dicha agrupación independiente vecinal como mencionamos anteriormente. En 2019 se presentaron nuevamente, pero como parte de una coalición con Hacemos por Córdoba, antes Unión por Córdoba[11], elección en la que resultó electo como intendente Gastón Mazzalay, quien fuera partícipe de la asamblea.
Por otro lado, otras vertientes de la asamblea se inclinaron por el trabajo territorial en organizaciones de base. Una de ellas es la que en esta oportunidad decidimos poner el foco: la cooperativa Malvinas Agroecológica, porque consideramos que permite reflexionar sobre esta particular dinámica que asumió la expresividad de la conflictividad, como venimos viendo. Es decir, la combinación de estrategias para resistir aquello que se quiere impedir con el desarrollo de prácticas tendientes a aquello que se propone, se desea, se aspira, en contraposición.
En esta dirección apunta la propuesta de enfoque integral para el abordaje de las prácticas sociales, una mirada que se propone no disociar el foco habitualmente puesto en los tiempos visibles de las protestas/los conflictos declarados respecto a los tiempos cotidianos −lo que, en otras corrientes de teorías de acción colectiva, por tal caso, denominan como periodos de latencia−. Las autoras proponen situar la mirada de manera entrelazada, entre tiempos “ordinarios” y “extraordinarios”:
El “flujo social del hacer” que se despliega como lucha en tiempos extraordinarios, se construye como capacidad de forma en tiempos cotidianos, a través del conjunto de procesos, actividades y afectos que se echan a andar de manera sistemática en las multiformes y heterogéneas unidades de reproducción de la vida social. (Gutiérrez et al., 2016: 386)
A la inversa, y como parte del mismo proceso dinámico, cuando se despliegan las luchas, la actividad cotidiana se altera y reorganiza, abonando así nuevamente las capacidades políticas. De esta manera, esta propuesta nos habilita a reflexionar tanto acerca de los acontecimientos que toman visibilidad pública como aquellos que cotidianamente construyen y constituyen las prácticas sociales como partes indisociables del análisis de la conflictividad. En este caso, observamos tanto los tiempos del despliegue de la lucha (considerando que las acciones visibles se tejen en la red de interrelaciones cotidianas) como los tiempos posteriores, en los que la resolución del conflicto −con la expulsión de la empresa− así como podría llevar a pensar en el fin o cierre provisorio de ese ciclo de protesta; desde esta óptica, por el contrario, invita a reparar en las resonancias de aquellas prácticas, con sus continuidades, sus frenos y también sus transformaciones.
A partir de estas inquietudes, proponemos reparar en este último apartado en la experiencia de la cooperativa Malvinas Agroecológica, a través de la perspectiva de dos de sus impulsores, tanto acerca de la práctica de la organización como su vínculo con la resistencia a Monsanto, aspectos que necesariamente se intersectan en las reflexiones.
Ellos eran integrantes de la asamblea Malvinas lucha por la vida, habitantes de la localidad, y también estudiantes universitarios de Agronomía. En el último tramo del conflicto, se fue gestando la idea de continuar con este proyecto que hoy sostienen:
Lo que necesitábamos era decir que… no queríamos a Monsanto porque no, nada más, sino que no lo queríamos porque había un modelo detrás de eso que no compartíamos o que entendíamos que no era… no ayudaba para nada al desarrollo de la ciudad, de las localidades y sobre todo las localidades como Malvinas Argentinas, ¿no? Una localidad que, en ese momento, tenía el índice de desnutrición infantil bien ahí arribita en la tabla a nivel provincial… los índices de deserción escolar eran altísimos… Nosotros laburamos mucho con el censo de 2002 o 2008, no me acuerdo, en donde los niveles eran bastante duros. Nos dimos la tarea de encontrar la mayor cantidad de evidencias de por qué no instalar esta planta. Entre ellas, análisis de sangre, relevamiento de salud… y la cifra que arrojaban todas esas actividades eran bastante heavy, entonces todo eso fue como… el granito que sumaba, que sumaba para generar toda la evidencia posible [...] En principio que la gente pueda ver la realidad que teníamos. Por ejemplo, en las periferias de la ciudad, los casos de enfermedades que había ya antes de que se instalara Monsanto... entonces la instalación era la gotita que rebalsaba el vaso. Por otro lado, poder utilizar todos esos estudios, actividades, análisis que hicimos como evidencia judicial o para… encauzarlo en la vía legal. Entonces, eso fue como la dinámica que tuvo la asamblea en su momento… y en el pos Monsanto, organizaciones sociales que por un lado estábamos intentando generar comunidad… generando redes vecinales… y una facción que consiguió tomar las riendas de la gestión municipal. Eso sería como lo que decanta todo este conflicto, una vez que se va la empresa. (Entrevistado/a 6, 23/6/2020)
Aquí podemos visualizar cómo fueron relevando los argumentos para oponerse a la planta, tanto para sumar voluntades de habitantes como para evidenciar ante la justicia la necesidad del fin del proyecto. Al mismo tiempo, ese proceso de ir conociendo en profundidad el territorio habitado, desde las cifras hasta las vivencias de sus pares, los impulsó a imaginar otras alternativas posibles. Así, entre las problemáticas que ya iban identificando, y aun con el peligro latente de la planta por instalarse, empezaron a delinear otros proyectos como habitantes y militantes estudiantiles:
Estábamos con otra lógica de construcción que tenía que ver más con lo comunitario, con lo vecinal, quedamos pensando qué hacer en el pos Monsanto. Y ahí es que empezamos con la idea de generar espacios de producción agroecológica. Ahí nosotros teníamos una pequeña ayudita, que era por ahí tener el conocimiento más técnico. Empezamos a trabajar en 2016 con un grupo de vecinos, éramos tres o cuatro, hasta que en 2017 nos cooperativizamos y surge la cooperativa que por ahí ustedes conocen. Una cooperativa de producción de hortalizas con un perfil agroecológico y sobre todo pusimos énfasis en la generación de insumos para las producciones… Agroecológico, ¿no? Que sea una herramienta para encontrarnos con productores y empezar a sustituir los productos que genera el modelo que pregona Monsanto, Syngenta y una serie de empresas del agronegocio… por productos que surjan de la economía familiar, y de la agricultura familiar y campesina. Orientar desde esa lógica la construcción de territorio y avanzar en modelos productivos más amigables con el medioambiente y que tengan un fuerte perfil comunitario. Entonces, esa es como la respuesta que nosotros encontrábamos a la instalación de Monsanto. (Entrevistado/a 6, 23/6/2020)
Las nociones tanto de “alcances prácticos” como de “horizontes de la acción” de lucha (Gutiérrez, 2008) contribuyen a pensar este proceso. La primera categoría comprende el “conjunto de rasgos y significados plenamente registrables” mediante el seguimiento de las acciones propias de la lucha: su carácter situado, “su capacidad para trastocar y suspender la normalidad capitalista de la vida cotidiana; la manera en la que rompe los tiempos dados y preestablecidos de la acumulación del capital y del mando político estatal, etc.” (Gutiérrez, 2017: 32). Del “registro minucioso del despliegue de las luchas en sus alcances prácticos” se puede percibir "también, el horizonte interior que se abre paso a través de ellas o las dificultades para que ciertos rasgos broten o se expresen” (Gutiérrez, 2017: 33). Sin embargo, este último no se reduce a los objetivos explicitados, sino que “se relaciona [...] con el tipo de subjetividad colectiva que se produce durante los momentos de ruptura de lo cotidiano, de movilización y levantamiento, en los cuales se develan posibilidades comunes y se articulan de forma compleja deseos, horizontes utópicos”. De este modo, metodológicamente, “puede estudiarse, principalmente, escudriñando en los desfases entre lo que se hace y no se dice, entre lo que se dice y no se hace, en lo que se exhibe implícita o explícitamente como deseo y como capacidad, etc.” (Gutiérrez, 2008: 22).
Parte de los horizontes construidos durante la lucha se expresan en la práctica de este sector de la asamblea que, llevados por el contacto con las problemáticas acuciantes de la localidad, decidieron enfocarse en algunas de ellas a través del trabajo organizativo territorial. También como “respuesta” a la propuesta de Monsanto, el ensayo de otro modelo productivo posible, el que a su vez podemos decir es parte de los alcances en tanto ecos de la lucha.
En cuanto a este aspecto, el de los impactos, otro de sus integrantes y ex asambleísta relata en un diálogo en el marco de una visita a la cooperativa cómo percibe que la realidad cotidiana de la localidad cambió radicalmente luego de la expulsión de la empresa. En sus palabras, hay un “antes y después” en la vida de los malvinenses, un “despertar”: desde aprender a reclamar y defenderse, desnaturalizar los problemas del entorno hasta impactos sociodemográficos, como un mayor número de estudiantes secundarios y universitarios, más vecinos involucrados en la vida política y social de la comunidad, entre otros aspectos. Recuerda los índices de pobreza y desocupación del censo de 2008 y que en medio de esa adversidad la población logró alzar su voz. Coincide en que en el nacimiento de la cooperativa estuvo la idea de sostener “no solo a qué nos oponemos, también qué alternativa proponemos” (Comunicación personal, entrevistado/a 7, 3/12/2021).
Una de las ramas en las que pensaron como prioritarias fue la alimentación. Actualmente, comercializan una parte de la producción de verduras, entre los vecinos que se acercan a comprarles. Poder ofrecer hortalizas sanas, en un cinturón verde devastado, consideran que es un cambio importante a nivel local y que también parte del objetivo que desean es que cada uno desarrolle huertas hogareñas. Al mismo tiempo, los integrantes de la cooperativa se llevan sus propios bolsones a sus hogares. En el relato manifiesta que las mismas madres de los niños reconocen que “cuando comen verdura no se enferman, cuando comen varios días harina sí” (entrevistado/a 7, 3/12/2021).
La cooperativa, en un predio de casi una hectárea, se organiza de forma autogestiva y delinea formas de intervenir en el territorio en el que se inscribe:
Hoy somos 17 compañeros y compañeras en la cooperativa. Y nos dividimos, así como en equipos de trabajo. Algunos en la producción hortícola y otros en la producción de los bioinsumos. Y eso por ahí los bioinsumos es lo que más rentabilidad está dejando, porque se producen, se conservan y luego se venden,a diferencia de la verdura que por ahí es un trabajo más constante sobre el cultivo. Y también nos ha permitido generar lazos con otros productores o grupo de productores acá en la zona, ¿no? Empezar a sustituir insumos de síntesis química por este tipo de productos nos ha arrimado bastante a otra experiencia de productores. Nos ha permitido empezar a encontrarnos con las ferias agroecológicas. Nosotros comercializamos en la feria de Ciudad Universitaria y en ferias de Sierras Chicas (Unquillo, Salsipuedes, Río Ceballos, Tirolesa), es como todo un arco… el arco del cinturón verde norte. Bueno, y esa articulación también ha generado un movimiento de productores agroecológicos de esa zona, del cinturón verde norte.
El vínculo más fuerte que tenemos es con los productores del cinturón verde, porque en términos económicos no se comparan los costos que tiene el productor, usando estos productos y los otros, digamos [...] Y después, tratando de generar vínculos con los productores que están en la periferia de Malvinas que no son productores hortícolas, sino que son productores de agricultura extensiva: granos. Entonces, ahí también, viendo de qué forma o qué método para entrarle a ese tipo de productores que viene con una lógica muy muy mercantil de la producción de alimentos. Entonces, quizás también es una carta de presentación los biopreparados, para pensar algunos ensayos o algún tipo de pruebas piloto desde la perspectiva agroecológica. (Entrevistado/a 7, 3/12/2021)
En el análisis de estos fragmentos podemos dimensionar la tensión entre modelos productivos, al mismo tiempo esta propuesta pretende ser un ensayo de una alternativa. Poniendo en práctica diversas estrategias para avanzar por sobre el hegemónico, tratando de incentivar a la reconversión productiva o la transición hacia la agroecología, apelando a los menores costos y mayores beneficios que traen los bioinsumos, entre otras estrategias. Con su acción invitan a volver a pensar en un cinturón verde, que se contrajo hasta la extinción en aquella zona (aprisionado por el avance del crecimiento de la ciudad, del lado de Córdoba, y de los campos con monocultivo, desde el lado opuesto).
Nos resulta importante resaltar en este punto que la problemática del agronegocio aún sigue vigente, ya que la localidad continúa siendo un pueblo fumigado por su proximidad a campos de agricultura extensiva. Además, el crecimiento poblacional y los límites de la ciudad aumentaron en los últimos años, al igual que la frontera agrícola. Otra arista que se desprende de esta situación es que, si bien se logró expulsar a una multinacional, en la localidad no existen ordenanzas para restringir las áreas fumigadas, ya que, como se mencionó en el primer apartado, el Concejo deliberante rechazó el proyecto de ordenanza presentado por los vecinos en 2012.
Lo antes expuesto consideramos nos permite pensar tanto en las potencias como en los límites de los impactos que tienen luchas como la oposición a Monsanto, en la que el impulso se centra en “la capacidad social de veto” (Gutiérrez, 2017: 114). La fuerza del “no” produjo impactos subjetivos, colectivos, nuevas experiencias de organización, pero también encontró sus límites. Algunas esferas de lo que se ponía en disputa en los tiempos del despliegue quedaron, por lo pronto, pausadas.
Conclusiones
A lo largo de este trabajo nos propusimos indagar sobre las significaciones que se otorgaron a la resistencia contra Monsanto en Malvinas Argentinas en el territorio en distintas temporalidades. Intentamos dar cuenta de las continuidades, frenos y transformaciones en las prácticas políticas, experiencias individuales y colectivas. Al mismo tiempo, quisimos evidenciar la multiplicidad de actores, asambleas, metodologías y métodos de luchas presentes en este caso, que demuestran su heterogeneidad y complejidad.
Es importante destacar que esta forma de abordaje de la conflictividad social pone el foco en la multiplicidad de causas y frentes de luchas abiertas (con la consecuente diversidad de sujetos involucrados), conforme avanza la profundización de la expoliación capitalista.
Como mencionamos en distintas oportunidades a lo largo del artículo, entendemos que existe una dialéctica en las luchas ambientales y las expresiones del extractivismo capitalista. En este marco, optamos por profundizar en las resonancias de este caso paradigmático para visualizar cómo se sedimentan, se enlazan, se resignifican y se multiplican los saberes de la resistencia.
Vimos también cómo en el sostenimiento del bloqueo tuvieron lugar diversidad de actividades, que no solo sostenían la acción de bloquear a la empresa, sino que ensayaban otras alternativas de vida posibles y deseables. Los aprendizajes políticos es algo transversal en los discursos, también de aquellos que como vecinos empezaron a ver de otro modo el entorno habitado. Así fue como, dentro y fuera del territorio en cuestión, los ecos del reclamo siguieron sus devenires en distintas experiencias de organización, como la que en esta oportunidad analizamos, entre tantas otras que de allí también se desprendieron (huertas urbanas en Córdoba, centros culturales, emprendimientos orgánicos, medicinales, de reciclaje, participaciones en otras asambleas socioambientales, entre otras).
A través de la reconstrucción del relato de los distintos entrevistados, vislumbramos una tensión presente, entre la potencia de la energía social transformadora y los distintos límites que esta fue encontrando, dados los denodados esfuerzos del sistema por imponerse y regenerarse.
No obstante, otra dimensión que se desprende de la complejidad del entramado de esta lucha es la cantidad de personas autoconvocadas, asambleas, académicos que pasaron por el espacio, del que no existe un número que permita dimensionar, por lo que entendemos que el alcance de sus impactos y repercusiones tanto en trayectorias individuales como colectivas es inconmensurable.
Para finalizar, cabe aclarar que las conclusiones aquí desarrolladas son producto de la relación dialógica de los dos procesos de investigación mencionados al comienzo, cruce a través del cual pudimos dimensionar, en parte, el complejo entramado político, social, cultural, simbólico de este caso. El énfasis estuvo puesto en las continuidades y transformaciones a partir del período del conflicto contra la instalación de esta multinacional, cuya expulsión se tornó un hito y sus resonancias siguen vigentes actualmente.
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Notas