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TELLO, Juan Antonio (ed.), Victoria KRAICHE y Juan Antonio TELLO (trads.), 2018. Al sur de la palabra. Poetas marroquíes contemporáneos. Zaragoza, Prensa de la Universidad de Zaragoza, 201 págs. (Francisco Moscoso García)
Al-Andalus Magreb, núm. 25, pp. 199-203, 2018
Universidad de Cádiz

Reseñas

Al-Andalus Magreb
Universidad de Cádiz, España
ISSN-e: 2660-7697
Periodicidad: Anual
núm. 25, 2018

Publicación: 18 Febrero 2018

TELLO, Juan Antonio (ed.), Victoria KRAICHE y Juan Antonio TELLO (trads.), 2018. Al sur de la palabra. Poetas marroquíes contemporáneos. Zaragoza, Prensa de la Universidad de Zaragoza, 201 págs.

La Universidad de Zaragoza ha publicado en 2018 la obra arriba reseñada en la que se recoge una antología de poetas marroquíes contemporáneos. La edición ha corrido a cargo de Juan Antonio Tello, doctor en Teoría de la Literatura y Licenciado en Filología francesa por la Universidad de Zaragoza y en Estudios Ibéricos por la de Michel de Montaigne en Burdeos. Es poeta y autor de varias colecciones de poesía. Y en la actualidad trabaja como profesor en el Instituto Español Severo Ochoa de Tánger. La traducción de los poemas escogidos ha sido llevada a cabo por él y por Victoria Kraiche, doctora en Estudios Semíticos por la Universidad Complutense de Madrid, especialista en traducción y en la enseñanza del español como segunda lengua a arabófonos. Actualmente es profesora asociada de árabe en la Universidad de Valladolid y de español en la Fundación Ortega-Marañón en Toledo. Los poemas aparecen solo en español con el título en esta lengua y en las lenguas originarias, árabe clásico, francés y árabe marroquí, señalándose la procedencia de los mismos en un apéndice al final de la obra. Esta edición va acompañada de un prólogo escrito por Tello y unas notas bibliográficas de los poetas y los dos traductores.

Los poetas que aparecen en la antología son los siguientes: Aicha Bassry (Settat, 1960), Mohamed Ahmed Bennis (Tetuán, 1970), Mohamed Bentalha (Fez, 1950), Jamal Boudouma (Midelt, 1973), Mohamed El Annaz (Alcazarquivir, 1984), Abdejaouad El Aoufir (Rabat, 1980), Malika El Assimi (Marrakech, 1946), Abderrahim Elkhassar (Safi, 1975), Abdelghani Fennane (Marrakech, 1969), Mohamed Miloud Gharrafi (Berkan, 1966), Mohamed Hmoudane (El Maâzize, 1968), Abdelkhaleq Jayed (Kémisset, 1966), Mourad Kadiri (Salé, 1965), Rachid Khaless (Marruecos, 1966), Abdelatif Laâbi (Fez, 1942), Mohamed Loakira (Marrakech, 1945), Rachida Madani (Tánger, 1951), Hassanm Najmi (Settat, 1960), Mostafa Nissabouri (Casablanca, 1943), Nassima Raoui (Rabat, 1988), Abdelhak Serhane (Sefrou, 1950), Hassan Wahbi (Inezgane, 1957) y Abdallah Zrika (Casablanca, 1953).

Decía José Ramón Ripoll, en la presentación del nº 22 (2000) de la Revista Atlántica, de la que era su director, que “desde el signo poético podemos llegar a entendernos más allá de las premisas o barreras que impone la actualidad”. Entiendo que esta es una máxima que todos los amantes de la poesía compartimos. En el caso de Marruecos, esto cobra un mayor sentido para España si tenemos en cuenta el desfase cultural en una frontera terrestre tan próxima, El Estrecho de Gibraltar, y una frontera temporal tan lejana, al-Andalus, que todavía sigue presente en el espíritu. Las palabras de Ripoll me traen a la mente a la poetisa española Trina Mercader durante el Protectorado español y la revista literaria que dirigió, al-Motamid, siendo esta y, especialmente, la poesía de españoles y marroquíes que se publicaba en sus páginas, un ejemplo de entendimiento más allá de las diferencias.

En este número de Atlántica se publicó –según tenemos entendido– la primera antología poética marroquí que conocemos después de la independencia de Marruecos en 1956, aunque su director puntualiza que la elección de los poetas no obedece a “ninguna intención excluyente ni canónica, sino que abre un espacio para una futura continuidad”. De los once poetas que incluye esta antología, solo cuatro vuelven a aparecer entre los veintitrés que conforman la edición de Tello. A esta obra le siguieron dos editadas por Antonio Reyes Ruiz, miembro del grupo de investigación Ixbilia de la Universidad de Sevilla: Voces del Sur. Poesía marroquí contemporánea (2006: Alfar, Sevilla), con poemas de veintisiete poetas; y Antología de la poesía femenina marroquí (2012: Alfar, Sevilla), en la que se recogen poemas de dieciocho poetisas. En la publicación de 2006 de Reyes solo aparece un poeta de los de Tello y en la de 2012 de aquel dos de los de este. Contamos además con la mejor antología de poesía marroquí que se ha hecho hasta el día de hoy, obra de Abdelatif Laâbi, La poésie marocaine, de l’Indépendance à nos jours (Paris: La Différence, 2005), la cual ha sido traducida al español y publicada por Ediciones Idea en 2006. Tello recoge a once de los cincuenta y un poetas que cita Laâbi.

Estos datos comparativos con otras antologías en español y una en francés demuestran que es muy difícil llevar a cabo una edición “canónica”, dado el número de poetas marroquíes contemporáneos marroquíes y la calidad de sus poemas. Si tuviéramos que definir alguna con este calificativo, esta sería la de Laâbi, por ser la de mayor número de poetas. Por consiguiente, la selección de poetas no puede ser sino personal y una contribución más que nos acerque a la producción del país vecino. En este sentido, pensamos que la selección hecha por Tello para el público español se caracteriza por darnos a conocer no solo a poetas ya consagrados y conocidos por el público español como Bassry, Bentalha, Kadiri, Laâbi, Najmi o Nissabouri sino a otros no tan conocidos en España y más jóvenes.

Los poetas que conforman la antología Al sur de la palabra siguen vivos actualmente. De los veintitrés, diecinueve hombres y cuatro mujeres, solo seis han nacido antes de la independencia en 1956 y catorce lo han hecho a partir del año 1960, siendo tres los más jóvenes, nacidos en los años ochenta. Esto corrobora lo dicho por el editor en el prólogo, que “la eclosión de la poesía moderna en Marruecos tiene lugar en el curso de los años sesenta”. En esta década, Tello señala dos acontecimientos importantes que darán impulso a la poesía: la publicación del manifiesto Poésie toute, escrito por Mostafa Nissabouri y Mohammed Khaïr-Eddine, y la aparición de la revista Souffles, creada por Abdellatif Laâbi para quien esta va ouvrir un autre chantier que le mouvement national avait à peine soupçonné, celui de la décolonisation culturelle (Laâbi 2005: 15). Y sin lugar a dudas –como sigue argumentado el editor– “el gran desafío de la poesía marroquí, ya fuera en lengua árabe o francesa, consistía en dotarse de un lenguaje que diera respuesta al autoritarismo y la represión” que se vivieron durante los famosos “años de plomo” en el reinado de Hassan II, padre del actual rey de Marruecos Mohammed VI. Laâbi (2005: 11-13) habla de tres fases en el desarrollo de la poesía contemporánea marroquí. La primera va desde el inicio del Protectorado en 1912 hasta la proclamación del dahir berbère en 1930, y es todavía una poesía tradicionalista y no tan combativa como en Oriente ante la presencia colonial. La segunda va en paralelo con la organización del movimiento nacionalista y es definida por Laâbi como ouverture réelle sur le mouvement de la renaissance arabe et, à un degré moindre, sur la culture occidentale, poniendo el acento en la reforma religiosa y la Educación, y sin alejarse todavía de los cánones de la poesía clásica heredados. Es curioso destacar–según Laâbi– que entre 1912 y 1956 solo se publicaron diez colecciones de poemas. La tercera etapa nace tras la independencia y esta es la que queda reflejada en la antología que presentamos.

Algunos poemas de los poetas de la antología han sido traducidos al español. También algunas colecciones completas entre las que citamos, a modo de ejemplo, estas: La soledad de la arena (Alfar: Sevilla, 2006) y Cicatriz de la luz (Centro Mohammed VI para el Diálogo de Civilizaciones: Coquimbo, 2010) de Aicha Bassry, ambos libros escritos en árabe clásico; Hilado de chicas (Málaga: Diputación, 2007) y Pájaro de Dios (Alcalá la Real: Alcalá Grupo Editorial, 2010) de Murad Kadiri, escritos en árabe marroquí.

La lengua escrita principal en la que escriben los poetas de la antología es el árabe clásico y la segunda en importancia el francés. Tan solo uno de ellos escribe en árabe marroquí, conociéndose el poema en esta lengua materna como zéjel. La producción en árabe marroquí es bastante prolífica y hoy en día contamos con importantes poetas entre los que destacan Ahmed Lemsyeh y Driss Mesnaoui, impulsores de este género en los años setenta, y Mourad Kadiri, quien aparece en la antología. Sería una contribución importante el publicar una antología de zéjeles en español para dar a conocer este género al lector de nuestro país. Marruecos además cuenta con una producción poética en amazige, la segunda lengua oficial del país junto al árabe clásico. La riqueza lingüística es pues una realidad que hace que la poesía en el país vecino tenga muchos colores. Y aún más, hay poetas como Abderrahman El Fathi o Larbi Elharti, originarios del norte de Marruecos, que escriben en español.

Como ya hemos apuntado, las lenguas oficiales del país, a partir de la reforma constitucional de 2011, son el árabe –se entiende el clásico– y el amazige –la variante estandarizada–. El árabe marroquí o las tres grandes variantes del amazige –tarifit, tamazight y tachelhit– son consideradas orales, no están normalizadas y no gozan de protección oficial. Tampoco el francés o el español son lenguas oficiales, aunque estas lenguas si están normalizadas y gozan de oficialidad en sus países de origen o en otros. Esta situación es definida por Fouad Laroui(1) –al menos en lo tocante a la Educación– como “esquizofrenia nacional”, es decir, las lenguas oficiales no son las lenguas nativas de los marroquíes. Recordemos que el país sigue contando con una tasa elevada de analfabetismo, en torno al 45%, y que las competencias en árabe clásico no son iguales para todos. La escritura poética en árabe marroquí constituye una apuesta importante por la expresión poética en la lengua materna y un mayor acercamiento al pueblo en general. Pero la lengua escrita no deja de ser sino un instrumento incompleto de expresión poética. “El signo poético” –como decía Ripoll más arriba– va más allá de la variante escrita. Este signo es definido en relación a la poesía marroquí contemporánea por Tello como “un lenguaje más apegado a lo cotidiano, la presencia efectiva del acto de escritura en el propio poema, el retorno al yo, el cruce de referencias culturales, la inclusión de la narratividad en el cuerpo del poema”.

La traducción poética ha sido bastante cuidada, más aún si tenemos en cuenta que ambos traductores tienen formación filológica. Tello es además poeta y Kraiche se ha especializado en traducción. Los que hemos traducido somos conscientes de que la traducción es un risque obligé car, dans ce rapport amoureux particulier qu’est la traduction, l’intuition est souvent bonne conseillère, et parfois la « trahison » est le meilleur gage d’une fidélité créatrice (Laâbi 2005 : 7). Saludamos con entusiasmo la aparición de esta antología, ya que contribuye tanto al conocimiento de la poesía del país vecino como al deleite de su lectura. El lector español reconocerá a través de ella el lenguaje universal de la poesía que solo puede contribuir a derribar los muros de la ignorancia que separan a los pueblos.



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