Literatura para los siglos: una reflexión de la propuesta pedagógica en la literatura
Literature for centuries: a reflection of the pedagogical proposal in literature
Revista Lengua y Literatura
Universidad de Managua, Nicaragua
ISSN-e: 2707-0107
Periodicidad: Semestral
vol. 8, núm. 1, 2022
Recepción: 01 Octubre 2021
Aprobación: 03 Enero 2022
Resumen:
A la literatura (entendida como arte con un valor mesurable de otras actividades trasversales que par- ten de ella) se la ha tomado desde mucho, en ciertas posturas críticas, como una magnificación simbólica -representativa redactada del pasado, de los aconte- cimientos sociales, naturales, filosóficos, entre otros. En el campo educativo superior, existen ciertos li- neamientos esenciales por aprender y enseñar de la literatura que configuran el carácter pedagógico de la formación en esta área del conocimiento, claro, estando configurada la carrera en/para el campo de la docencia. Por tanto, el presente texto pretende acercar esos lineamientos y reflexionar sobre la efec- tividad y a la forma con que se atienden desde el campo pedagógico, teniendo en cuenta el alcance didáctico transdisciplinar que tiene la carrera de lite- ratura en beneficio de una formación del estudian- tado integral en valores, tanto en el caso ecuato- riano como latinoamericano. Palabras clave: Educación literaria, transdisci- plinariedad, valor axiológico, dimensiones peda- gógicas, evaluación.
Palabras clave: Educación literaria, transdisci- plinariedad, valor axiológico, dimensiones peda- gógicas, evaluación.
Abstract: Literature (understood as art with a measurable value from other cross-sectional activities start- ing from it) has been taken for a long time, in certain critical positions, such as a symbolic- representative magnification written from the past, social events, natural, philosophical, and so on. In the field of higher education, there are certain essential guidelines for learning and teaching from literature that shape the peda- gogical character of the training in this area of knowledge, of course, the degree in/for the field of teaching is configured. Therefore, this text aims to bring these guidelines closer together and to reflect on the effectiveness and the way they are treated from the pedagogical field, tak- ing into account the transdisciplinary education- al scope of the literature career for the benefit of an integral student training in values, both in the Ecuadorian and Latin American case.
Keywords: Literary education, transdisciplinari- ty, axiological value, pedagogical dimensions, evaluation.
INTRODUCCIÓN
En principio, se deberá entender los
lineamientos por los cuales se desempeña
(mayoritariamente y no total) la profesionalización de esta rama de las ciencias sociales de la literatu-
en el campo de la formación docente. Los lineamientos generales en todo proceso vienen a configu- rar generales que se hará mención, no solo desde el aval bibliográfico, sino también desde la problema- tización de dichos contenidos. básicamente la didáctica de la literatura, los procedimientos de enseñan- za y lo que se enseña durante dicha formación. Será restablecer un pensamiento holístico en donde se logre asentar las bases teórico experimentales para la resolución de los conflictos tanto pedagógicos co- mo didácticos en el área de la literatura.
Así también, la parte metodológica (lo que se enseña y propone), el propósito trasversal del ser (futuro profesional), los intereses de docentes, estudiantes y la sociedad (mediación congruente entre sus actores), los contenidos (catalogación y primacía de ellos, unilateralidad), las competencias: su con- textualización y fortalecimiento y la evaluación (integral, circular, trasversal) son aquellos lineamientos
Es necesario pues, adentrarse de una manera detallada y global sobre los aspectos que enmarcan y guían un proceso de profesionalización en el campo de la literatura y de su proceso de enseñanza y aprendizaje, comprender que la educación literaria no es un momento de “espontaneidad” ni mucho
menos dada de forma improvisada, es tener noción coherente del “cauce pedagógico” de la secuencia
didáctica que debe de ofrecerse. Tener proyectado el nivel hermenéutico con la literatura, al momento de reflexionar, comprender y expresar a un nivel literario (lenguaje estético, sensibilidad estética, creativi- dad de la narraciones visuales-textuales) para lograr un alcance mayor interdisciplinario con las demás ramas del saber.
Además de eso, interiorizar la separación de los dos elementos centrales que rodean a la litera- tura será de suma importancia (crítica literaria e historia de la literatura) el uno como valoración de la literatura y el otro como el desarrollo de esta literatura. A esto, se suma la irreverencia del caso por pre- tender dar un valor no justificado a la acción de la historia de la literatura, al verla en las aulas a partir de un tiempo determinado y reflejar en un conjunto único como: textos de carácter social. Todo esto, se debe de aclarar, así como también el rol fundamental que se tiene en ese campo, los alcances y tam- bién limitaciones. No se trata de una historia solamente social o de establecerla y estudiaría en un mo- mento cronológico porque así no se explicaría el pensamiento literario, es decir dejar de ver a la literatu- ra desde un aspecto categorial bibliográfico, y entender su proceso mismo, la madurez del pensamiento expuesto para lectores con una sabiduría categorial más trabajada
DESARROLLO
2.1 Conexión entre la metodología, mediación de intereses y contenidos
Para empezar, al hablar de metodologías se está deslumbrando la práctica en cuanto al abordaje de técnicas, métodos, procesos, la parte sistémica, organizada y planificada durante el momento de es- tudio como las partes esenciales, focalizadas a la tarea del docente y la futura tarea del estudiante. Sien- do aquello una revisión sistémica, organizada y controlada que optimice el proceso de enseñanza y aprendizaje (Cazho, 2020).
En la formación en literatura, ¿cuándo hacemos una valoración de las estrategias y las considera- ciones didácticas que se trata en el aula para que no desencadenen acciones desfavorables de aburri- miento, tedio, comprensión o gusto por la asignatura? Para Duchimasa (2016): «los docentes compro- metidos a la tarea educativa siempre están dispuestos a brindar innovaciones a los que se refiere a nue- vas estrategias o formas de trabajo que permitan el mejoramiento educativo y elevar la calidad del servi- cio educativo» (p. 10). Por tanto, es ahí donde se debe priorizar esfuerzos y con ello transformar una realidad cada vez más clara: que estamos siguiendo una misma forma de enseñanza que las demás ra-
mas del conocimiento y no hacemos una propia.
Las clases a las que se debe apostar son a las que los jóvenes las sientan atractivas, en las que el Importar imagen rol del docente por su esfuerzo: sume el goce de aprender con el uso de recursos didácticos y metodolo- gías que despierten el interés, enfocados a las destrezas establecidas en el área. Siendo así, que el tomar
a consideración las necesidades, gustos y pasiones estudiantiles sea considerable como un hecho peda- gógico (Cazho, 2020). No es preparar exposiciones o clases magistrales de temas, sino que los estu- diantes sean los principales participantes en el descubrimiento de esas destrezas según la actividad que mejor se acomode a sus distintas inteligencias y estilos de aprendizaje.
Así mismo, estos esfuerzos por tener una pertinencia con el contenido de la asignatura y que éste sea representativo en diferentes áreas del conocimiento, tienen un riesgo limitante al momento de presentarlos. La irrelevancia que pueden tener los contenidos o falta de sentido para los alumnos, si se aleja de las demás asignaturas (para la reflexión y comprensión) desliga a la interacción con un texto por este sentido asignaturista de la materia y su unilateralidad (Carlino, 2010).
El contraste con este enfoque asignaturista, se plantea la necesidad de concertar otras alternati- vas como las tutorías guiadas, foros y talleres que desarrollan además una competencia afectiva-social por el acercamiento grupal entre los distintos integrantes del trabajo, que además no solo son una bue-
na alternativa en un momento presencial, sino también virtual. Sin embargo, la reflexión va encaminada hacia un pluralismo del conocimiento a través de transdisciplinariedad de la materia, «concebir una uni- dad que asegure y favorezca la diversidad, una diversidad que se inscriba en una unidad» (Morín, 1999,
p. 26). A partir de esto, sí podemos establecer una mediación entre los intereses de los diferentes suje- tos educativos: el docente, el estudiante y la sociedad con la literatura.
Ahora bien, se deben definir los intereses de estos actores educativos. Empezar por preguntarse
¿cuál es mi interés como docente al socializar un contenido? ¿qué espero? Desde estas interrogantes inicialmente, podemos responder a manera generalizada, que el interés es que aprendan, reflexionen, compartan, creen, describan, analicen, expliquen con conciencia a partir del medio más usado, la lectu- ra. Todos estos verbos, configuran lo ya escrito en documentos, lo que se tiene que hacer y lo que de- ben de dominar en este campo de formación. También engloban la idea generalizada del despertar ju- venil en el interés por romper límites sociales desde los textos de estudio (Marin y Hall, 2020).
Por otro lado, al estar inmersos en un contexto social de bajo nivel lector de literatura, pero alto
en las redes sociales (producción visual) se debe de establecer nuevas formas, estrategias y consideracio- nes a tratar para la incentivación, gusto, hábito de lectura en las personas que no desencadenen accio-
nes desfavorables de aburrimiento, cansancio, hostigamiento o condicionamiento por cumplir alguna
tarea y no por saber la historia detrás de un texto. Para Barba (2014):
La lectura es esféricamente importante y valiosa, ya que desde cualquier punto de vista que se la analice o desde cualquier motivación u óptica desde la cual se acuda a ella siempre nos da un motivo justificado y una importancia relevante para seguir buscando en ella la satisfacción de necesidades por la cual hemos tocado su puerta. (p.13)
La óptima forma de prepararse es leyendo; para adquirir esa habilidad lectora dependerá de una condición individual, así como de la fomentación adecuada de un profesor, y desde ahí se es mediador, con lo que preparamos y queremos sin interferir en lo que quieren o gustan los estudiantes. Ese mismo acto lector corresponde además a la interacción de las otras facultades humanas, procesos físicos men- tales y sociales (Gutiérrez y Montes, 2014), permitiendo el desarrollo de procesos cognitivos, intelectua- les y espirituales para el fortalecimiento del aprendizaje del ser humano.
La búsqueda actualizada y lúdica para entender las nuevas necesidades lectoras, deben de consi- deradas a partir de las Tics, las cuales forman parte del contexto vivencial actual, Sánchez (2017) bien
dice que: «hoy que estamos en un proceso mundial de importantes cambios, reflejados en la importan- cia de la ciencia y la tecnología, se hace más urgente y necesario apropiarnos de esas transformaciones e innovaciones» (párr. 3). Actualizarse no significa llenar de más actividades sino de optimizar los tiempos con los que haremos alguna actividad reflexiva, comparativa o argumentada.
Una profundización del contenido, una lectura activa y reflexiva en el que el estudiante deje su pasividad y la recepción de órdenes y empiece un descubrimiento por curiosidad según su gusto, es lo que se debe pretender llegar. Las estrategias para estas actividades se deben de combinar con acciones creativas en el que los lectores se sientan motivados y se desarrolle una capacidad lectora y cultivo de inteligencia (García, Jiménez, y Perera, 2014). Para eso, proyectar el interés pragmático de la literatura es fundamental, el texto como una proposición de conectar los saberes en diversas áreas.
Ahora, el interés como estudiante generalmente en el contexto ecuatoriano para la literatura no va más allá del poder conocer diversos mundos a través del relato. Y en un panorama mundial o Lati- noamericano es considerablemente igual. El hecho que a los alumnos no tomen como algo relevante a
la literatura, incluso por el gusto que le puedan tener ¿cómo queremos que aprendan sin motivación o gusto? Los estudiantes cada vez menos les gusta la literatura y en parte es por las clases aburridas con
algunos profesores (Díaz, 2019). El empirismo en la educación es reflejado en las mentes de los estu- diantes de secundaria y trasciende a nivel superior, el aprender algo que le sirva en la vida y en el campo laboral.
El futuro profesional en la mente estudiantil, la proyección que se tiene a largo plazo no identifi- ca las posibilidades que se abren a partir de las dimenciones que corresponden al momento bien ense- ñado de la literatura. ¿Cuánto deseamos poder llegar a una pedagogía de la alteridad? Pensar en el otro, la emotividad en el relacionamiento humano. En el campo educativo, hay «un estampado dogma comunitario que hace conflictuar a sus habitantes los agrupa y rompe cualquier indicio de unidad hu- mana» (Carrera, 2020, p. 71). Sensiblizar también se identifica en una humanidad sentipensante y, a partir de la trascendencia a nivel didáctico de la literatura con su infinidad de textos lo podemos hacer.
Además, la configuración de un propósito trasversal del ser, entendiéndolo como a su desempe- ño a futuro como profesional, se lo encamina a partir de estos cambios de reaprender una forma de unidad sensible que persuada el ejercicio libre de comprender, reflexionar, criticar o valorar demás con- tenidos fuera de nuestras dimensiones propias. Seguramente, varios de los docentes desconocen o han dejado de lado las dimensiones de la literatura. Cómo dejar de lado la oportunidad de expresarse por la
imaginación y la recreación en la dimensión socio-afectiva. Solo en esta dimensión, se establece un eje trasversal en el campo pedagógico: en los contenidos actitudinales, los valores; fortalecimiento y forma- ción para la convivencia social comunitaria.
Cómo dejar de lado la dimensión cognitiva con el que realmente los esquemas mentales se rees- tablecen y potencian la actividad mental. Esto, ayuda de manera significativa a las mismas competencias tanto a nivel secundario y superior. La valoración del sentido experimental, más allá del empirismo pro- piamente, refiere al fortalecimiento de los mecanismos mentales que se pueden también desarrollar des- de la tendencia metodológica micro-curricular para ejercer una gimnasia cerebral.
Así pues, una vez entendido la necesidad de cambios de forma en la estructura pedagógica de la literatura, queda en tela de juicio al rol del docente frente a estas circunstancias. La incentivación hacia la innovación metodológica, la corresponsabilidad en la mediación de los intereses sociales, de los alum- nos-profesores y la trasversalidad de contenidos para el fortalecimiento cognitivo a nivel institucional, son los ejes fundamentales de estudio para la mediación de intereses lectores y los cánones literarios.
Reiterando, todo eso con la renovación metodológica (comprenderla y formularla) para el interés último de todos, la formación integra constante del ser humano (reflexivo, proactivo, socializante, sensible y comunicativo) para una comunión entre la especie humana y otras.
Así también, desde García y Caro (2013) que dan como aporte científico en la educación literaria a una metodología semiótica en la que se plantea el aspecto interdisciplinar de la creatividad y su al- cance a nivel intercultural; es posible tomarlo a consideración en este campo de estudio, para la magni- ficación simbólica y comprensiva de nivel literario. Pero también está el estructuralismo lingüístico, no quedándose en el aspecto meramente gramatical, sino por las conexiones o construcciones texto- mentales teóricas de la ambientación de una obra; su contexto y lengua con la que es tratada.
Por otra parte, la catalogación del esquema sobre los contenidos que se debe demostrar saber, conocer y lo que se debe de enseñar, algunas veces son impuestos desde el canon europeo y a veces del norteamericano, por lo que no solo no contextualizamos con la situación que tenemos en la educa- ción a nivel superior, sino que no tomamos lo nuestro como una ayuda de comprensión literaria del pa- sado y de las posibilidades de creación propias y auténticas. Son estas nuevas literaturas de nuestra reali- dad que parten desde el devenir de apropiación del contenido propio contextual que, aunque sea una reinterpretación de la literatura clásica y de los cánones europeos, mantienen la esencia cultural propia.
Es de esta propia literatura de la que se puede organizar toda la planificación metodológica, vi- sualizando los intereses (una vez identificados y aclarados) gustos, dimensiones transdiciplinarias que hacen efecto de que la didáctica bien ejecutada de la literatura aporta a las demás ciencias de la educa- ción o ente asignatural en los diferentes niveles, en las mismas competencias y sobre todo en la capaci- dad de cambiar la realidad de la forma investigativa; tras seguir bajo la concepción de Kant (objetiva), y dejar de lado la valoración subjetiva emotiva del investigador por sensibilizar y fortalecer la capacidad reflexiva en los sujetos.
Es el proceso lector que se enraíza en el vínculo de las actividades propuestas como estrategias de aprendizaje en el que se permite interactuar y comprender cualquier texto. Aclarado eso, para un mejor alcance del proceso lector según se requiera en el momento y su evaluación se establecen las si- guientes estrategias:
Primero, las Predicciones, hipótesis o anticipaciones: ideas sobre lo que se encontrará en el texto, el título, las ilustraciones, etc. Intervienen la experiencia y el conocimiento del lector que se tienen
en torno al contenido. Segundo, interrogar al texto: preguntas para interrogar al texto, permiten aplicar los conocimientos previos y reconocer lo que se sabe y se desconoce en torno al conteni-
do. Tercero, dar una verificación de las predicciones, hipótesis o anticipaciones: sustituir la infor- mación que aporta el texto se asienta a los conocimientos del lector al tiempo que se va dando la comprensión. Cuarto, hay que clarificar dudas: comprobar, preguntándose a uno mismo si se comprende el texto. Por último, una recapitulación: al leer se va construyendo el significado del texto, la recapitulación permite tener una idea global del contenido y tomar de él las partes que sirvan al propósito de la lectura. (Solé, citado en Díaz, 2013, pp. 18-19)
Mediante estas estrategias, podemos identificar y potencializar a lectores autónomos con la ha- bilidad compresiva, crítica y reflexiva mismas que serán las proyecciones de alcance en los conocimien- tos y contenidos curriculares que establezcamos.
2.2. Aspecto ético y evaluativo en la literatura, consideraciones a debate
En el momento que se piensa del manejo adecuado de las palabras, las redacciones literarias, las novelas, cuentos, pensamientos, etc. se avista un deterioro del medio en que estos son inmergidos, sien- do este el principal culpable no por la intención connotada en el texto, sino por su falta de conciencia con la sociedad. Así, entonces, desde este punto se puede determinar que es imprescindible la reflexión
del autor sobre su responsabilidad ética en su obra sin dejar a un lado su esencia estética.
Leer de modo ético pide entender los libros como un acercamiento al mundo de la vida, un in- centivo para pensar, una oportunidad de relación con otros. Ese modo de leer es de capital im- portancia tanto para la formación intelectual y emocional de los niños como para el reconoci- miento de la importancia ética de la literatura. (Mata, 2014, p. 119)
En el campo formativo educativo, habrá que entender tanto desde el rol de lectores o autores que el aspecto ético mismo dependerá y se diferenciará según sea la condición humana desde donde se lea o produzca literatura. Es indispensable que desde el abordaje metodológico se logre establecer otra capacidad más, la de discernir el contenido que tengamos, no ideologizar ni fomentar a una postura u otra sino más bien de persuadir para profundizar en esos aspectos. Se ha visto por el contrario que en las lecturas comentadas, reflexivas y valorativas hemos dejado atrás el aspecto verosímil por el personal.
Ahora bien, empezando desde la paradoja de la relación de ética con literatura, es cuestionable que solo se mantenga la ilusión en el texto y se creé en él un estado de confort común, además que la intencionalidad del autor deberá de atender varios esquemas del comportamiento humano, siendo su escrito un arma para el cambio bien o mal intencionado de las personas. Es indagar y conocer los carac-
teres específicos dentro de la literatura en cuanto a su producción y recepción (Spang, 1988), y con eso
permitirle ser al texto letrado un vínculo de cambio y trasformación social.
En secuencia, para la producción literaria se deberán de consideran aspectos como la creación del texto, su contenido y la recepción de la misma al público en general, siendo estos los enfoques principales de análisis antes de hacer cualquier creación y más aún si se trata de literatura (con la utili- zación de un lenguaje figurado). A pesar de que algunos lectores consideran modelos imitables a sus escritores, estos suelen no tener el más mínimo compromiso con ellos, haciendo suponer que la inten- cionalidad del autor no está ligada a todo el público en general, recordando que varias veces lo implíci- to del texto estará recordando a un momento, fecha o acto significativo puesto a critica.
Es necesaria la toma de conciencia en el autor y el receptor de la obra pues la ética esta valoriza- da en los actos del ser humano entendido también como el sistema de normas reguladoras de este ac- cionar, por lo tanto, al determinar lo bueno, lo malo, lo perjudicial de una comuna también exige la au- tovaloración personal, además de ver cuál ha sido el resultado persuasivo e interpretativo de la creación. Pero hay que tener cuidado, esta responsabilidad en el aspecto ético y la obra, no es un eje regulador
dictatorial, sino que es un recordatorio de que la literatura no es para ser tomada de manera secuencial y bajo un grupo regular, porque no todos en el campo escolarizado tendrán una madurez cognitiva lo suficientemente trabajado para entender (sin que aflore su subjetividad) todos los aspectos valorativos de la literatura y con esos llevar a cabo una transdisciplinariedad asignatural.
En referencia, ya asentando la idea en la educación literaria, la mayor parte de tiempo el autor frente a la sociedad pone más acento en la individualidad creadora que en el gesto social - ético - ideo- lógico que supone la temática producida. Ya podemos referir al crítico literario, teórico y filósofo del len- guaje de la Unión Soviética Bajtín (1994) quien afirmaba que en la reflexión sobre el rol axiológico de la literatura corresponde establecerla como una herramienta en la formación ética, aceptable para una educación en valores. O como Zavala (2003) quien profundiza en la lectura de Mijaíl Bajtín y aclara que la obra no solo trata del acto distintivo y de interpretación sobre el valor axiológico, sino que también es una invitación para contribuir en ese campo, siendo curiosos y enriquecer a los lectores, responder a las necesidades sociales
Los esfuerzos por lograr una cultura más equitativa, más justa y sobre todo pensada en todas las
Los esfuerzos por lograr una cultura más equitativa, más justa y sobre todo pensada en todas las
necesidades de las personas, se vislumbran también los esfuerzos en el ámbito educativo, en la escuela inclusiva. Esa escuela está enfocada a la heterogeneidad del estudiantado y en fomentar sus capacida-
des. establecer una cooperación entre los integrantes del aula, y la mejor recompensa será el intercam- bio permanente y continuo de saberes, experiencias. Establecer una práctica constructiva dialógica entre los actores en aprendizaje teniendo una constancia por el interés y motivación en el aula (Carrera, 2021).
Se habla del trabajo colaborativo en lecturas grupales, motivar el aspecto crítico, etc. Pero todo ello implica también una educación en confluencia armónica entre las personas. Para hacerlo, la forma- ción en valores, en cada uno, influenciará el comportamiento de todos los demás, porque esta práctica se convierte en un hecho de socialización. Este hecho, se desarrollará no solo con las instituciones edu- cativas y en el rol del docente, sino que es imprescindible el hogar, la sociedad y también desde una buena literatura (no la literatura basura sin gusto estético) ¡Cuidado! No es moralizar con la literatura, es sensibilizar a través de la literatura para este cambio de actitud para un bien individual y sobre todo social.
Sin embargo, en el sistema educativo se propone a manera de ley, una parte donde se contemple básicamente los valores y, que en las aulas de clase se siga un proceso del cual puedan los estudiantes
reflexionar sobre la actual desvalorización humana. La resolución de problemas de forma pacífica, la ac- titud que se pueda tener por la violencia, el respeto a las demás personas, conocer y ponerse en los za- patos del otro, etc. Todo eso, está bien, pero en la práctica muy poco lo usamos o nada. El ejemplo que los docentes, y no solo ellos, todos los sujetos que se confluyen en el campo educativo den, es deplora- ble, un compromiso social y ético necesita ser puesto en marcha.
Además, debemos comprender el proceso de construcción del conocimiento y reconstrucción del mismo, es decir “aprender, desaprender y reaprender” para arrojar el contenido aprendido pasado que no me sirve en mi crecimiento como persona y tomar aquellas concepciones que sí lo hacen, aquello no solo es en beneficio único sino compartido, el fin; una educación bilateral. La intencionalidad de un tex- to pues, estará ligada a la postura ideológica del autor que supone también el desequilibrio en el enten- dimiento textual del lector, haciendo complicado la persuasión en valores del mismo, la población frente a la escritura mal intencionada no tiene afán de seguir acumulando buenas prácticas sociales en deseo del crecimiento común.
Habrá que preguntarse si las acciones que emprenden estudiantes, profesores y administrativos contribuyen a la educación en valores. Y no, las acciones no contribuyen a una educación en valores y
sta tarea no es ajena al docente de literatura ni del resto de docentes, pues cuánto podemos apre
esta tarea no es ajena al docente de literatura ni del resto de docentes, pues cuánto podemos aprender de las normas comportamentales de los mismos siendo en teoría un ejemplo a seguir. Algunos trabajan para el sistema arbitrado y opresor y no hacen nada para un cambio, se han adaptado a las estructuras, cuando deberían solamente acomodarse, pero sin dejar de trabajar por una educación íntegra.
También, hay que tomar mucho en cuenta los contenidos curriculares, puesto que los valores en el marco de la disciplina axiológica se establecen en el sentir de los estudiantes y a la manera de com- portarse luego de haberse educado. Son los valores aptitudinales que reflejan una posición o grado de conciencia. La práctica de los valores enmarcado desde la sensibilidad que ofrece la literatura (también como un objeto de estudio) debe de empezar por un indicio fundamental que se establece en la educa- ción formal e informal en las personas, que se aprende observando la actitud del otro, se aprende vien- do y se debe de enseñar haciendo.
Ahora, yendo de esos contenidos a la actividad evaluativa teniendo en cuenta que es un proceso circular, se debe de entender que en principio hay que identificar el nivel lector, los gustos, etc. y luego de planificar y establecer estrategias dependiendo nuestro aval inicial de diagnóstico: es obvio iniciar una avaluación íntegra que no recaiga en viejos dogmas educativos o patologías evaluativas, a partir de
eso ver el alcance que pueden llegar a tener los estudiantes con el entendimiento literario y cómo le ha
servido a nivel valorativo en su vida, cambiando con eso también su interés sobre la materia.
La evaluación en el área de literatura va más allá de los contenidos incluidos en la planificación micro-curricular que se verá reflejada en la metodología innovadora que propongamos, se centra en la reflexión y logro del estudiante mediante las competencias adquiridas o desarrolladas en el proceso. Pa- ra Mendoza (2008)
La evaluación formativa surge cuando el docente se implica reflexiva y conscientemente en el análisis de su actividad y de los factores que mejoran la calidad de su enseñanza; o sea, cuando se cuestiona la efectividad de su tarea y busca alternativas de enfoque, metodología y actividades tanto de enseñanza/aprendizaje cuanto de evaluación. (párr. 21)
En este sentido se ha centrado en las competencias comunicativas y lingüísticas para la evalua- ción, pero se recae en lo de siempre: aplicamos la evaluación compleja, tipificada y estandarizada que no demuestra el dominio de la competencia ni cómo se manifiesta la actuación comunicativa, Perdiendo en sí, el grado valorativo de la praxis verdadera.
Los aspectos valorados mayormente, van desde el componente de la coherencia, orden de ideas y la creatividad en la producción propia que parte de una intertextualidad. La generalidad del campo eva- luativo en el área determinará el fortalecimiento de la identificación de habilidades lectoras de textos literarios y de las competencias que también adquieren un eje interdisciplinario por la magnitud que tienen en la necesidad de tener seres capaces de continuar con un proceso formativo después.
Entonces, englobando las ideas del resto del texto, cuál es el rol de quienes estudian literatura y qué referente deben tener como método de propuesta de la historiografía de la literatura. El rol, será dar valor significativo sensitivo literario a través de los tiempos, entendiendo que saber de literatura y ser un buen literato no será “creerse un erudito” por manejar fechas, nombres o referentes bibliográfi- cos, sino su uso. Se estudiará las obras vivas (lector moderno) por el complejo sistema ocurrido para su creación e incidencia en la sociedad; así, la construcción de la historia de la literatura se realiza a partir de la evolución de la sociedad, por tanto, de la historia social y universal. No dejar de lado la relevancia metodológica interdisciplinaria e inclusiva, que bien realizada es un valor agregado a la perseverancia docente y también profesional dada es este arte la palabra.
CONCLUSIONES
En definitiva, el aporte que se pueda sustentar correspondiendo a las metodologías innovadoras, viendo obviamente los alcances que se quiera tener, bien ejecutadas: motivan a los estudiantes a explo- rar las sendas del conocimiento. La efectividad de los lineamientos esenciales por aprender y enseñar de la literatura que configuran el carácter pedagógico de la formación en esta área de conocimiento, no son un ente integral innovador que aporte a los estudiantes significativamente en los procesos trasversa- les de la asignatura en el campo laboral, profesional y personal.
La reflexión hacia la efectividad de estos lineamientos de la literatura y a la forma con que se atienden desde la pedagogía, es que, con una reconstrucción del pensamiento en el rol docente, el reaprender estas prácticas innovadoras en el campo metodológico transdisciplinar (gustos y mediaciones de intereses) dan como resultado un fortalecimiento contextualizado de lo impartido desde la literatura. Contribuyendo además a una formación del estudiantado integral teniendo en cuenta el alcance didácti- co transdisciplinar que tiene la carrera de literatura.
La evaluación deberá de atenderse no solo desde viejas directrices que marcaron el andar de la
literatura, sino a los gustos e intereses de los estudiantes, teniendo en cuenta para la planificación de actividades el contenido tanto teórico, procedimental y aptitudinal. En este último contenido, se verá reflejado el valor axiológico de la literatura como actividad sensibilizadora y sobre todo enmarca un tra- bajo práctico vivencial del estudiante en comprender su realidad, la del resto y de la sociedad; es decir, un camino hacia la humanización de los actores en el sistema educativo primero y luego de las masas y su convivencia.
El alcance didáctico transdisciplinar que tiene la carrera de literatura y el aporte de sus conteni- dos, se identifica al valor mesurable de la palabra. Desde la labor docente, un lenguaje positivo apren- dido o visualizado desde lo estético de las narraciones, da energía para construir buenas historias, se
obtienen capacidades de crear distintas realidades, y también sensibiliza al hombre para tender a un
mundo mejor. La conexión mesurable entre las distintas intenciones de los sujetos educativos y sociales permite una dimensión ética en el desarrollo de la autonomía y sentido de pertinencia. No moralizar desde la literatura, sí tomar conciencia y trascender la reflexión crítica valorativa a las distintas asignatu- ras, siendo la literatura para los siglos una propuesta pedagógica integral y transdisciplinaria.
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