ARTÍCULO ORIGINAL

¿Todos los pacientes con síndrome metabólico deberían recibir estatinas? Análisis según diferentes estrategias

Should all patients with metabolic syndrome receive statins? Analysis according to different strategies

Walter Masson
Sociedad Argentina de Cardiología, Argentina
Sociedad Argentina de Lípidos, Argentina
Teo Epstein
Sociedad Argentina de Cardiología, Argentina
Melina Huerín
Sociedad Argentina de Cardiología, Argentina
Martín Lobo
Sociedad Argentina de Cardiología, Argentina
Sociedad Argentina de Lípidos, Argentina
Graciela Molinero
Sociedad Argentina de Cardiología, Argentina
Adriana Angel
Sociedad Argentina de Cardiología, Argentina
Gerardo Masson
Sociedad Argentina de Cardiología, Argentina
Diana Millán
Sociedad Argentina de Cardiología, Argentina
Salvador De Francesca
Sociedad Argentina de Cardiología, Argentina
Laura Vitagliano
Sociedad Argentina de Cardiología, Argentina
Alberto Cafferata
Sociedad Argentina de Cardiología, Argentina
Sociedad Argentina de Lípidos, Argentina

Revista Argentina de Lípidos

Sociedad Argentina de Lípidos, Argentina

ISSN-e: 2545-837X

Periodicidad: Cuatrimestral

vol. 3, núm. 2, 2019

revistaargentinadelipidos@gmail.com

Recepción: 01 Abril 2019

Aprobación: 01 Mayo 2019



Autor de correspondencia: walter.masson@hospitalitaliano.org.ar

Copyright Sociedad Argentina de Lípidos 2019

Resumen: Antecedentes: El síndrome metabólico (SM) se asocia con mayor riesgo cardiovascular. Sin embargo, no hay una indicación absoluta de usar el tratamiento con estatinas solo por el hecho de tener SM.

Objetivo: Evaluar dos estrategias de prevención cardiovascular, analizando qué proporción de pacientes con SM serían candidatos a recibir estatinas.

Métodos: Estudio multicéntrico, descriptivo y transversal. Se incluyeron sujetos con SM (definición ATP III), sin diabetes o enfermedad cardiovascular. Se analizaron las recomendaciones para la indicación de estatinas sugeridas por las guías ACC/AHA 2018 y el Documento de posición de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).

Resultados: Fueron incluidos un total de 238 pacientes (media de edad 52.5 ± 11.8 años, 61.8% hombres). Con la aplicación de las guías ACC/AHA 2018, el 41.2% de los pacientes tuvo indicación de estatinas. Siguiendo las recomendaciones de la SAC, el 53.4% de los sujetos debía recibir estatinas (diferencia entre ambas estrategias, p = 0.0078). La concordancia entre las dos estrategias en seleccionar los pacientes para la terapia con estatinas fue moderada (kappa 0.465). Independientemente de la estrategia aplicada, se observó una asociación significativa entre la cantidad de criterios de SM y la proporción de sujetos con indicación de estatinas (ACC/AHA 2018, p = 0.03; SAC, p = 0.01).

Conclusión: No todos los pacientes con SM sin diabetes o antecedentes cardiovasculares evaluados en este estudio tuvieron indicación de recibir estatinas. La estrategia basada en las recomendaciones de la SAC señaló más frecuentemente estatinas, en comparación con la estrategia basada en las guías ACC/AHA 2018.

Palabras clave: síndrome metabólico, guías de práctica clínica, estatinas.

Abstract: Background: Metabolic syndrome (MS) is associated with an increased cardiovascular risk. However, there is no absolute indication to use statin therapy based only in the presence of MS.

Objective: To evaluate two cardiovascular prevention strategies, analyzing what proportion of patients with MS would be candidates for statin therapy.

Methods: Multicenter, descriptive and transversal study. Subjects with MS (ATP III definition) without diabetes or cardiovascular disease were included in the study. We analyzed the recommendations for the indication of statins suggested by the ACC/AHA 2018 guidelines and the Position Paper of the Argentine Society of Cardiology (ASC).

Results: A total of 238 patients (mean age 52.5 ± 11.8 years, 61.8% men) were included. Applying ACC/AHA 2018 guidelines, 41.2% of patients had statin indication. Following the recommendations of the ASC, 53.4% of the subjects had to receive statins (difference between both strategies p = 0.0078). The agreement between the two strategies in selecting patients for statin therapy was moderate (kappa 0.465). Regardless of the strategy applied, a significant association was observed between the number of MS criteria and the proportion of subjects with statin indication (ACC/AHA 2018, p = 0.03, ASC, p = 0.01).

Conclusion: Not all patients with MS without diabetes or cardiovascular history evaluated in this study had indication of receiving statins. The strategy based on the recommendations of the ASC indicated more frequently statins compared to the strategy based on the ACC/AHA 2018 guidelines.

Keywords: metabolic syndrome, practice guidelines, statins.

INTRODUCCIÓN

El síndrome metabólico (SM) es un conjunto de trastornos metabólicos que se asocia con mayor riesgo de manifestar enfermedad cardiovascular (CV) y diabetes mellitus. Los componentes principales son: niveles de glucosa y presión arterial elevados, triglicéridos altos, colesterol asociado con lipoproteínas de alta densidad (high-density lipoprotein cholesterol, HDLc) disminuido y obesidad abdominal.1,2 En las últimas dos décadas, diferentes definiciones de SM fueron propuestas por diversas sociedades científicas.3-5 Una de las definiciones más aceptadas es la propuesta por el tercer informe del comité de expertos del National Cholesterol Education Program [Adult Treatment Panel III (ATP III)].

Existe abundante información que muestra que el SM predice la aparición de enfermedad CV.6,7 Sin embargo, existe controversia sobre el verdadero valor pronóstico del SM, y algunos autores sugieren que el riesgo CV de estos sujetos no sería homogéneo.8,9Por lo tanto, se debe prestar especial atención al tratamiento convencional de los factores de riesgo CV, incluida la dislipidemia, en estos pacientes. En los análisis de subgrupos de varios ensayos clínicos aleatorizados, las estatinas fueron efectivas en reducir los eventos CV en pacientes con y sin SM, respaldando el uso de las estatinas en este grupo particular de individuos.10-12

No obstante, las guías de práctica clínica no sugieren utilizar estatinas solo por el hecho de tener SM. Algunas estrategias para el abordaje del riesgo CV sugieren en estos pacientes seguir las normativas utilizadas para la población general.13,14 Por otro lado, las nuevas guías del American College of Cardiology/American Heart Association (ACC/AHA) para el abordaje del colesterol introducidas a fines de 2018, colocan al SM como una situación clínica “potenciadora del riesgo cardiovascular” y, en consecuencia, favorece la indicación de estatinas, al menos en sujetos con riesgo intermedio.15

Teniendo en cuenta las consideraciones mencionadas anteriormente, el objetivo de nuestro trabajo fue evaluar dos estrategias de prevención CV en pacientes con SM, sin diabetes o enfermedad CV previa, analizando qué proporción de estos sujetos serían candidatos para recibir tratamiento con estatinas, con el fin de establecer las razones que justifican esta indicación.

MATERIAL Y MÉTODOS

Se realizó un estudio multicéntrico, descriptivo, de corte transversal, de muestras consecutivas, obtenidas en siete centros (consultorios externos) de prevención CV de Buenos Aires y Gran Buenos Aires.

Los pacientes con diagnóstico de SM fueron incluidos en el estudio. Se definió como SM a la presencia de al menos tres de los siguientes cinco criterios (definición ATP III): circunferencia de cintura aumentada (> 102 cm en hombres y > 88 cm en mujeres), triglicéridos elevados (> 150 mg/dl), HDLc disminuido (< 40 mg/dl en hombres y < 50 en mujeres), aumento de la presión arterial (sistólica ≥ 130 mm Hg o diastólica ≥ 85 mm Hg) y glucosa en ayunas elevada (> 100 mg/dl). Los criterios de exclusión fueron: 1) enfermedad CV previa (infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular, enfermedad vascular periférica, angioplastia coronaria, cirugía de revascularización coronaria); 2) diabetes mellitus; 3) medicación hipolipemiante, hipoglucemiante o ambas.

En todos los pacientes se realizó una entrevista detallada sobre el perfil de riesgo y un examen físico completo. Se registraron peso y talla y se calculó el índice de masa corporal (IMC), como peso en kilogramos dividido por altura en metros cuadrados. La circunferencia de la cintura se midió en un plano horizontal, a medio camino entre el margen inferior de las costillas y el borde superior de la cresta ilíaca. La presión arterial se registró mediante un manguito de presión arterial oscilométrico, después de al menos 5 minutos de descansar en una silla y apoyando el brazo a nivel del corazón.

Los niveles en sangre de glucosa, colesterol total, HDLc, colesterol asociado con lipoproteínas de baja densidad (low density lipoprotein cholesterol, LDLc), triglicéridos, proteína C-reactiva ultrasensible (PCRus), ácido úrico y creatinina se midieron de acuerdo con pruebas bioquímicas estándares. Se analizaron dos estrategias para estimar el riesgo CV y evaluar la necesidad de indicar estatinas:

1) Seguir las recomendaciones del Documento de Posición de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) sobre el uso apropiado de las estatinas.14 En este caso, se calculó el puntaje de Framingham para eventos coronarios utilizado en el tercer informe del comité de expertos del National Cholesterol Education Program (NCEP) sobre detección, evaluación y tratamiento del colesterol sanguíneo elevado en adultos (ATP III), con el que se definió riesgo bajo, moderado o alto si era < 10%, de entre 10% y 19% y ≥ 20%, respectivamente.

Siguiendo las sugerencias de dicho documento, y analizando solo individuos en prevención primaria sin diabetes o enfermedad CV, se consideraron a los pacientes como candidatos a recibir estatinas si cumplían algún criterio del siguiente algoritmo: a) LDLc ≥ 190 mg/dl o diagnóstico de hipercolesterolemia familiar; b) insuficiencia renal crónica moderada (tasa de filtrado glomerular [TFG] 30 a 59 ml/min/1.73 m2) o grave (TFG < 30 ml/min/1.73 m2 ), sin hemodiálisis; c) riesgo CV ≥ 20% (alto riesgo); d) riesgo CV moderado (10% a 19%) con uno o más factores de riesgo o PCRus > 2 mg/l; e) presencia de ateromatosis subclínica. En este caso, el ultrasonido carotídeo fue utilizado como método no invasivo para detectar la presencia de placas ateroscleróticas.

Se definió placa aterosclerótica carotídea (PAC) si se cumplían los siguientes criterios: 1) pared anormal (espesor medio-intimal ≥ 1.5 mm); 2) estructura anormal (protrusión hacia la luz, pérdida de alineación con la pared adyacente); 3) ecogenicidad anormal de la pared.

2) Seguir las recomendaciones de las nuevas guías ACC/AHA 2018 sobre el tratamiento del colesterol.15 En este caso, se calculó el puntaje de riesgo de enfermedad CV (infarto de miocardio y accidente cerebrovascular, fatal y no fatal) utilizado por dichas guías (ASCVD calculator). Se definió riesgo bajo, limítrofe, moderado o alto si era < 5%, de entre 5% y 7.5%, de entre 7.5% y 20% y ≥ 20%, respectivamente.

Siguiendo las sugerencias de dicho documento, y analizando solo individuos en prevención primaria sin diabetes o enfermedad CV, se consideraron a los pacientes como candidatos a recibir estatinas si cumplían algún criterio del siguiente algoritmo; a) LDLc ≥ 190 mg/dl y edad entre 20 y 75 años; b) alto riesgo y edad entre 40 y 75 años; c) riesgo intermedio y edad entre 40 y 75 años, ya que se consideró que la presencia de SM era un “potenciador de riesgo” que favorecía la indicación de estatinas.

Los datos continuos entre dos grupos se analizaron con la prueba de la t si la distribución de las variables era normal o con la prueba de Mann- Whitney-Wilcoxon si no lo era. El análisis de los datos categóricos se realizó con la prueba de chi al cuadrado. Se analizó la concordancia entre las dos estrategias en cuanto a la indicación de estatinas utilizando el índice kappa. Se definió acuerdo leve o escaso, aceptable o discreto, moderado, sustancial o casi perfecto si el valor de kappa era < 0.20, de entre 0.21 y 0.40, de entre 0.41 y 0.60, de entre 0.61 y 0.80 y de entre 0.81 y 1, respectivamente.

Las variables continuas se expresaron como media ± desviación estándar o mediana y rango intercuartílico (RIC) según su distribución, mientras que las variables categóricas se expresaron como porcentajes. Se definió estadísticamente significativo un valor de p < 0.01, trabajando con pruebas de dos colas. Para el análisis estadístico se utilizó el programa STATA 13.

El estudio se realizó siguiendo las recomendaciones en investigación médica sugeridas por la Declaración de Helsinki, las Guías de Buenas Prácticas Clínicas y las normativas éticas vigentes.

RESULTADOS

Un total de 238 pacientes (media de edad 52.5 ± 11.8 años, 61.8% hombres) fueron incluidos en el estudio. Los valores promedios de IMC, HDLc, triglicéridos y colesterol total fueron 32.2 ± 5.2 kg/m2 , 41.6 ± 9.8 mg/dl, 194.1 ± 86.0 mg/dl y 219.2 ± 35.4 mg/dl, respectivamente. El 62.6% de los pacientes era hipertenso y el 18.5% era fumador activo. Las características basales de la población pueden observarse en la Tabla 1.

Las medianas de los puntajes ACC/AHA 2018 y Framingham fueron 6.2% (RIC 2.9%-12.5%) y 7.0% (RIC 3.0%-13.0%), respectivamente. Con la aplicación del puntaje ACC/AHA 2018, el 40.8%, 13.9%, 31.6% y 13.7% de la población fue clasificada como de riesgo bajo, limítrofe, intermedio o alto, en orden respectivo. Asimismo, según el puntaje de Framingham, el 63.9%, 25.0% y 11.1% de la población fue estratificada como de riesgo bajo, intermedio o alto, respectivamente.

Tabla1
Características de la población.
Características de la población.
DE: desviación estándar; TFG: tasa de filtrado glomerular.

Mediante la aplicación de las guías ACC/AHA 2018, basados en el nivel de LDLc y el puntaje de riesgo, el 41.2% de los pacientes con SM tuvo indicación de estatinas. Por otro lado, al seguir las recomendaciones del Documento de Posición de la SAC, el 53.4% de los sujetos debía recibir estatinas (diferencia entre ambas estrategias p = 0.0078).

La concordancia entre las dos estrategias en seleccionar los pacientes para la terapia con estatinas fue moderada (kappa 0.465). Las razones por las cuales se indicó estatinas según ambas estrategias pueden observarse en las Figuras 1 y 2.

Independientemente de la estrategia considerada, se observó una asociación significativa entre la cantidad de criterios de SM que mostraban los pacientes y la proporción de sujetos con indicación de estatinas (ACC/AHA 2018, p = 0.03; SAC, p = 0.01; Tabla 2).

En el análisis según el sexo, la indicación de estatinas fue similar al analizar ambas estrategias (ACC/AHA 2018: hombres 41.5% vs. mujeres 40.7%, p = 0.89; SAC: hombres 55.8% vs. mujeres 49.5%, p = 0.34). Asimismo, la concordancia entre ambos análisis también fue moderada en ambos sexos (hombres: kappa 0.427; mujeres: kappa 0.426). Las razones por las cuales se indicó estatinas, acorde con el sexo, según ambas recomendaciones pueden observarse en las Figuras 3 y 4.

Motivos por los cuales los pacientes tendrían indicación de estatinas de acuerdo con el Documento de Posición de la Sociedad Argentina de Cardiología.
Figura 1
Motivos por los cuales los pacientes tendrían indicación de estatinas de acuerdo con el Documento de Posición de la Sociedad Argentina de Cardiología.

Tabla 2
Proporción de sujetos con indicación de estatinas según el número de criterios de síndrome metabólico.
Proporción de sujetos con indicación de estatinas según el número de criterios de síndrome metabólico.

Motivos por los cuales los pacientes tendrían indicación de estatinas de acuerdo con las guías ACC/AHA 2018.
Figura 2
Motivos por los cuales los pacientes tendrían indicación de estatinas de acuerdo con las guías ACC/AHA 2018.

 Análisis según el sexo. Motivos por los cuales los pacientes tendrían indicación de estatinas de acuerdo con el Documento de Posición de la Sociedad Argentina de Cardiología.
Figura 3
Análisis según el sexo. Motivos por los cuales los pacientes tendrían indicación de estatinas de acuerdo con el Documento de Posición de la Sociedad Argentina de Cardiología.

Análisis según el sexo. Motivos por los cuales los pacientes tendrían indicación de estatinas de acuerdo con las guías ACC/AHA 2018.
Figura 4
Análisis según el sexo. Motivos por los cuales los pacientes tendrían indicación de estatinas de acuerdo con las guías ACC/AHA 2018.

DISCUSIÓN

El SM supone una condición de mayor riesgo para presentar enfermedad CV, con alta morbilidad y mortalidad asociadas.16 Además, su prevalencia es elevada en personas que reciben atención primaria.17,18

Una revisión sistemática que incluyó 5634 sujetos en prevención primaria mostró que las estatinas, en comparación con placebo, reducen los eventos CV un 25%, los eventos coronarios un 27% y los accidentes cerebrovasculares un 22%.19

Las estatinas reducen todas las apolipoproteínas que contienen apolipoproteína B, y ciertos marcadores inflamatorios como la PCRus.20,21 Estos parámetros están frecuentemente aumentados en los pacientes con SM, por lo que habría que esperar un efecto beneficioso de dichos fármacos en este grupo de individuos.22

Sin embargo, a la fecha, no se ha efectuado ningún estudio aleatorizado que haya incluido solo pacientes con SM. El estudio JUPITER, que comparó el efecto de la rosuvastatina 20 mg vs. placebo en 17 802 sujetos con LDLc considerado “normal” (< 130 mg/dl), con PCRus ≥ 2 mg/l, incorporó una considerable proporción de sujetos con SM (41%).23 Los análisis de subgrupos de dicho ensayo mostraron el mismo efecto beneficioso en cuanto a la reducción de eventos CV en el grupo con o sin SM.12 Asimismo, pero en pacientes en prevención primaria de menor riesgo, el uso de lovastatina y pravastatina redujo los eventos CV de forma similar en sujetos con o sin SM, incluidos en los estudios AFCAPS/TExCAPS y MEGA, respectivamente.11,24Del mismo modo, pero analizando poblaciones en prevención secundaria (estudios 4S y TNT), la simvastatina y la atorvastatina a altas dosis se asociaron con una reducción significativa de los eventos CV en sujetos con SM.10,25

Sin embargo, a pesar de acordar que la presencia de SM implica más riesgo CV, y que las estatinas han demostrado ser efectivas en este grupo de pacientes, las guías de práctica clínica no sugieren utilizar estatinas solo por el hecho de tener SM, más aún si el paciente no es diabético.

El resultado principal de nuestro estudio fue demostrar que no todos los pacientes con SM sin diabetes o enfermedad CV previa deberían recibir estatinas, según las recomendaciones evaluadas. En el caso del Documento de Posición de la SAC, se siguieron los lineamientos para cualquier paciente en prevención primaria. Dado que nuestro estudio no incluyó pacientes con diabetes, los subgrupos de sujetos con valores de LDLc > 190 mg/dl o hipercolesterolemia familiar, insuficiencia renal moderada a grave sin hemodiálisis, puntaje de alto riesgo o riesgo intermedio con algún factor asociado, o bien con ateromatosis subclínica, fueron considerados candidatos para recibir estatinas. El principal motivo en nuestro estudio, según esta estrategia, fue ser estratificado como riesgo moderado con algún factor asociado, tanto en la población general como en los hombres. Avalando dicha conducta, el estudio HOPE-3, que incluyó a muchos pacientes con las características de nuestra investigación, mostró que, en individuos con riesgo intermedio en prevención primaria, la rosuvastatina 10 mg se asoció con una reducción significativa del criterio de valoración primario (muerte CV, infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular), en comparación con el placebo.26

Las guías ACC/AHA 2018 recientemente publicadas, determinaron que el SM es un “potenciador del riesgo cardiovascular” que inclinaría la balanza para tratar con estatinas, al menos a pacientes con riesgo intermedio. También consideran candidatos a recibir dichos fármacos (siempre tomando en cuenta individuos en prevención primaria sin diabetes) a los sujetos con riesgo alto (> 20%) o con niveles de LDLc > 190 mg/dl. Al aplicar dichas guías en nuestra población, el principal motivo que favoreció la indicación de estatinas también fue pertenecer al riesgo intermedio, tanto en la población total como en ambos sexos.

Al comparar ambas estrategias, la concordancia fue moderada. Esto último implica que no necesariamente los mismos pacientes fueron clasificados como candidatos a recibir estatinas por ambas recomendaciones. El Documento de Posición de la SAC fue más sensible al seleccionar pacientes candidatos a recibir dichos fármacos. Probablemente, el hecho de que no tenga una limitación explícita de la edad, o que incorpore otros subgrupos, como los pacientes con insuficiencia renal crónica o con ateromatosis subclínica, expliquen dichos hallazgos.

Un estudio italiano informó diferencias sustanciales en la indicación de estatinas al analizar un grupo de sujetos en prevención primaria con siete puntajes de riesgo CV distintos.27 Asimismo, la variabilidad en la indicación de estatinas en prevención primaria, según la utilización de diferentes guías o recomendaciones, ha sido comunicada previamente en nuestro país.28 Sin embargo, nuestro estudio analiza por primera vez en nuestra región un grupo de pacientes con SM, sin antecedentes CV ni diabetes mellitus.

Este estudio muestra algunas limitaciones: en primer lugar, su diseño de corte transversal con un pequeño número de pacientes. En segundo lugar, todos los participantes fueron incluidos en centros de prevención CV, por lo que pudo existir sesgo de selección. En tercer lugar, si bien existen múltiples definiciones de SM, decidimos utilizar la definición clásica (ATP III), ya que es una de las más utilizadas por la mayoría de los médicos en nuestro país. Finalmente, evaluamos la presencia de ateromatosis subclínica solo con ultrasonido carotídeo. Los resultados podrían haber cambiado si incorporábamos otros métodos, como por ejemplo el puntaje de calcio coronario.

A pesar de sus limitaciones, creemos que nuestra investigación aporta datos regionales sobre el abordaje de los pacientes con SM, sin diabetes o enfermedad CV, que no han sido publicados previamente.

CONCLUSIÓN

En este estudio, no todos los pacientes con SM sin diabetes o antecedentes CV evaluados tuvieron indicación de recibir estatinas. La estrategia basada en las recomendaciones de la SAC indicó más frecuentemente estatinas, en comparación con la estrategia basada en las guías ACC/AHA 2018.

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Notas de autor

Dr. Walter Masson. e-mail: walter.masson@hospitalitaliano.org.ar

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