Trabajo colaborativo como estrategia para el fortalecimiento de la convivencia escolar en la Institución Educativa Nelson Mandela de Valledupar, Cesar

Collaborative work as a strategy for strengthening school coexistence at the Nelson Mandela Educational Institution in Valledupar, Cesar

Trabalho colaborativo como estratégia para fortalecer a coexistência escolar na Instituição Educacional Nelson Mandela em Valledupar, César

Sujey Karina Fuentes Daza
Institución Educativa Nelson Mandela, Colombia
Neghevis Sahidys Molina Arias
Institución Educativa de Patillal, Colombia

Revista UNIMAR

Universidad Mariana, Colombia

ISSN: 0120-4327

ISSN-e: 2216-0116

Periodicidad: Semestral

vol. 40, núm. 2, 2022

editorialunimar@umariana.edu.co

Recepción: 24 Septiembre 2021

Revisado: 04 Marzo 2022

Aprobación: 08 Abril 2022



DOI: https://doi.org/10.31948/Rev.unimar/unimar40-2-art12

Resumen: La investigación tuvo como objetivo, implementar el trabajo colaborativo, como estrategia para el fortalecimiento de la convivencia escolar en los estudiantes del séptimo grado de la Institución Educativa Nelson Mandela de Valledupar, Cesar. Se enmarcó en el paradigma postpositivista, bajo el enfoque crítico reflexivo, en el diseño de acción pedagógica, desarrollado en tres fases: desconstrucción, reconstrucción, evaluación de la efectividad de la práctica. La unidad de análisis se conformó por 16 estudiantes. Como instrumentos, se utilizó la entrevista semiestructurada y las bitácoras. Los resultados indican que la estrategia facilitó la participación de los estudiantes, redujo el matoneo, afianzó la mediación de conflictos y valores, generó reflexiones y aportó propuestas de solución, a través de actividades creativas. Se concluye indicando que se mejoró la convivencia escolar y se afianzó el trabajo en equipos colaborativos, al comprender la importancia que tiene la convivencia escolar en su aprendizaje y desarrollo personal.

Palabras clave: trabajo colaborativo, convivencia escolar, valores, integración, familia.

Abstract: The objective of the research was to implement collaborative work as a strategy to strengthen school coexistence in seventh-grade students of the Nelson Mandela Educational Institution in Valledupar, Cesar. It was framed in the post-positivist paradigm, under the reflexive critical approach, in the design of pedagogical action, developed in three phases: deconstruction, reconstruction, and evaluation of the effectiveness of the practice. The analysis unit was made up of 16 students. As instruments, the semi-structured interview and the logs were used. The results indicate that the strategy facilitated the participation of students, reduced bullying, strengthened the mediation of conflicts and values, generated reflections, and provided proposals for solutions through creative activities. It concludes by indicating that school coexistence was improved and collaborative teamwork was strengthened, by understanding the importance of school coexistence in their learning and personal development.

Keywords: collaborative work, school coexistence, values, integration, family.

Resumo: O objetivo da pesquisa foi implementar o trabalho colaborativo como estratégia para fortalecer a convivência escolar em alunos do sétimo ano da Instituição Educacional Nelson Mandela em Valledupar, Cesar. Enquadrou-se no paradigma pós-positivista, sob a abordagem crítica reflexiva, no desenho da ação pedagógica, desenvolvida em três fases: desconstrução, reconstrução e avaliação da eficácia da prática. A unidade de análise foi composta por 16 alunos. A entrevista semiestruturada e os diários de bordo foram utilizados como instrumentos. Os resultados indicam que a estratégia facilitou a participação dos alunos, reduziu o intimidação e assédio, fortaleceu a mediação de conflitos e valores, gerou reflexões e proporcionou propostas de soluções por meio de atividades criativas. Conclui indicando que a convivência escolar foi aprimorada e o trabalho colaborativo em equipe foi fortalecido, entendendo a importância da convivência escolar em sua aprendizagem e desenvolvimento pessoal.

Palavras-chave: trabalho colaborativo, coexistência escolar, valores, integração, família.

1. Introducción

Las tecnologías en el aprendizaje, de acuerdo con Barragán et al. (2010),

facilitan las interacciones sociales a través de la creación de redes, sin importar las barreras físicas, de horario y de heterogeneidad cultural. La educación debe retomar la eficacia de estos medios, para propiciar ambientes de aprendizaje colaborativos y adecuarse a los modos y medios sociales de convivencia.

El aprendizaje colaborativo facilita el desarrollo de saberes teóricos, prácticos y formativos”; estos últimos permiten enfrentar un mundo cambiante con pensamiento crítico, así como habilidades de relación y comunicación, tolerancia, respeto y disposición a escuchar. Estas competencias tienen su base en la interactividad intencionada, con un propósito definido de colaboración. (p. 48)

A su vez, Perea (2017) plantea que el trabajo colaborativo [TC] es una estrategia pedagógica que fomenta interacciones como diálogo, unidad, compromiso, solidaridad, generosidad, reconocimiento y respeto a los roles, la palabra y el aporte de los otros. En este sentido, es una forma de evitar el conflicto generado al momento de desarrollar una actividad. Según esta aseveración, es posible pensar que, además, permite acelerar y potenciar procesos de aprendizaje en los estudiantes en las diferentes áreas del conocimiento. Puede, asimismo, responder eficientemente ante situaciones problemáticas referentes a la convivencia escolar, pues, como ya han señalado Barragán et al. (2010), ayuda en las “habilidades de relación y comunicación, tolerancia, respeto y disposición a escuchar” (p. 48).

Desde este punto de vista, el aprendizaje colaborativo genera definitivamente espacios de reflexión, en la búsqueda de estrategias que posibiliten la convivencia escolar al interior de las aulas, puesto que los estudiantes se ven más comprometidos, se sienten más tomados en cuenta y son más autónomos en la toma de decisiones. En esta dirección, Restrepo (2002) refiere que la transformación de la convivencia escolar apunta a llevar a cabo procesos opuestos a la violencia como la mediación, conciliación, transacción y negociación, considerados todos como vías pacíficas, en los cuales el diálogo y la concertación favorecen la resolución pacífica de conflictos. Si bien el conflicto nace, se desarrolla y se expresa de diversas maneras, su solución y transformación también pueden darse de diferentes formas; por ello, el TC se presenta como una alternativa válida.

Ahora bien, al observar el problema de la convivencia escolar en un escenario más amplio, la Red de Desarrollo Social de América Latina y El Caribe (2008) ha dirigido su mirada hacia esta región, en una reflexión sobre convivencia democrática, inclusión y cultura de paz, reflejando la preocupación por la imperante necesidad de renovación de los sistemas educativos. Por ello, se habla de una educación para la democracia y la paz que supone, tanto la construcción como el sostenido desarrollo de valores, actitudes y habilidades socio-emocionales y éticas, que sustentan una verdadera y sana convivencia social. La preocupación por una cultura de la convivencia escolar se mantuvo durante la Cumbre Mundial de Innovación para la Educación (CESA, 2018), realizada en Qtar en 2013, donde se seleccionó el principio ‘Aprender a Convivir’, como eje fundamental para la educación, ante una sociedad diversa y plural, donde deben prevalecer el respeto y el entendimiento mutuo, para lograr una convivencia en paz, inclusiva y sostenible en el tiempo.

Cabe señalar que, en el contexto latinoamericano, específicamente en el escenario educativo en Chile, autores como Valdés et al. (2017), explican que, en marzo de 2016, entró en vigencia la Ley de Inclusión Escolar, la cual establece, entre otras cosas, que el sistema escolar debe promover y respetar la diversidad, eliminar toda forma de discriminación y asegurar una educación inclusiva de calidad. Además, si bien las políticas educativas en Chile han asumido el trabajo en convivencia escolar desde la participación de las comunidades escolares a través de una gestión formativa, aún es posible, de acuerdo con estos autores, visualizar prácticas más ligadas al castigo y a la sanción; es decir, una gestión punitiva, para dar respuesta a los diversos problemas de convivencia, disciplinarios, insultos, amenazas y acoso, entre otros.

Ante esas iniciativas que buscan fomentar la paz y la coexistencia sana en los espacios educativos, al ser enfocadas en el escenario colombiano, se aprecia que el país sigue siendo uno de los países de América Latina con mayor índice de casos de matoneo en edad escolar, evidenciado a través de los resultados obtenidos en las mediciones específicas de las pruebas Saber. De esa manera, según Mejía (2019), “eso permite saber que, en educación primaria, encontramos niveles de victimización cercanos al 37 % o 38 % y en noveno grado, de 26 % o 27 %” (párr. 4).

Con respecto a Colombia, autores como Cabrales et al., (2017) expresan que la violencia escolar en las instituciones educativas (IE) se genera por el desinterés y la falta de respeto al otro, que pueden propiciar acciones generadoras de violencia, como: acoso escolar, ahora con la modalidad del ciberacoso, agresiones físicas y/o verbales, como respuesta a cualquier situación, entre otros, siendo estas dos últimas, las problemáticas que más preocupación han generado en todo el mundo en las últimas décadas, por los actos violentos que han provocado en los jóvenes que, incluso, los ha llevado a quitarles la vida a otros y a suicidarse. En los resultados arrojados en seis IE de la región Caribe colombiana se observa que, más del 95 % de los participantes -directivos y docentes- percibía que, tanto la pobreza como la desigualdad socioeconómica, están presentes en su grupo de estudiantes, donde el 50 % de los encuestados concibe que esta problemática influye en gran medida en el comportamiento de los estudiantes, en las situaciones de conflictos escolares.

Al comparar esas afirmaciones con lo expuesto por Avendaño et al. (2018) se puede evidenciar similitudes al referir que, en los contextos escolares colombianos se observa maltrato físico o verbal, matoneo, conductas agresivas e, incluso, aquellas que pudieran catalogarse como de nivel antisocial, riñas, peleas con golpes, insultos, poner apodos, ridiculizar, amenazar, así como otras formas de intimidación y hostigamiento que suelen manifestarse a lo largo de la vida escolar, especialmente en el nivel de educación primaria y secundaria. Las consideraciones anteriores deben llevar a la preocupación a los organismos del Estado, las IE y la sociedad en general. Avendaño et al., (2018) expresan:

[…] quienes estén expuestos a violencia en la infancia, tienen mayor probabilidad de desarrollar comportamientos agresivos que, si no son detenidos a tiempo, conducirán a su manifestación en la adultez e implicaría un fracaso en la consolidación de relaciones humanas, ya que el conflicto, su manejo y concepción, determinan la capacidad de regular sus relaciones. (p. 58)

De igual forma, Cabrales et al. (2017) afirman que las conductas negativas se evidencian en el transcurrir de jornadas escolares en las instituciones estudiadas en la geografía de la región del Caribe colombiano, cuando se evade el trabajo en equipos con otros niños por cualquiera que sea su condición, generando desinterés hacia las actividades escolares. Esto se afianza cuando se observa comportamientos como inasistencia continua y/o permanente, falta de socialización y poca participación en actividades tanto curriculares como extracurriculares, importantes en la formación del ser del estudiante.

Apreciaciones similares presentan otros autores en contextos escolares en zonas rurales, donde en la gran mayoría de casos se trabaja con estudiantes mezclados dentro de un mismo grupo, con edades escolares muy distintas, en un rango etario que puede oscilar entre los 6 y los 15 años; por tanto, con niveles de pensamiento e intereses diferentes, siendo esto un factor perturbador para una sana convivencia, tanto dentro de las aulas como en la institución en general.

En casos como estos, Villarroel y Sánchez (2002) han manifestado que, debido a que los niños con mayor edad generan situaciones de incumplimiento del pacto de convivencia, se presenta escenarios cargados de agresiones físicas y/o verbales, así como gestos obscenos a los cuales suele adicionarse comportamientos sexuales inapropiados que generan una problemática mayor que, en muchas ocasiones, trasciende hacia organismos policiales, afectando la convivencia escolar. Adicionalmente, señalan que esas acciones podrían afectar determinantemente la construcción de identidad y autoestima, deteriorando las relaciones interpersonales, ocasionando además de daños físicos, trastornos emocionales que deberían ser tratados. Estas conductas inadecuadas impactan negativamente en la convivencia escolar, pues dentro de las instituciones se observa a diario, riñas entre estudiantes, que afectan la armonía en las rutinas escolares diarias.

Los autores sostienen que, los niños con mayor edad tienden a intimidar a los niños más pequeños, obligándolos a tener una actitud sumisa que afecta su autoestima frente a acciones inadecuadas que alteran el convivir diario en las aulas de clases. Sobre la base de los planteamientos anteriores se evidencia el deterioro de la convivencia escolar, posiblemente porque existe poca claridad en la reglamentación y concientización de la misma, que va en detrimento progresivo de las relaciones de convivencia, conduciendo esta realidad a la vulnerabilidad del derecho a una sana, pacífica y armónica relación escolar. Esta situación de convivencia escolar inadecuada afecta a todos los miembros de la comunidad educativa, razón por la cual es necesario investigar sobre esta temática tan urgente y relevante en la cotidianidad de los espacios educativos de Colombia.

Al abordar la problemática particular en la IE Nelson Mandela, de manera general se puede expresar que no es muy diferente a las situaciones problemáticas planteadas por Caracol Radio (2019), Avendaño et al. (2018) y Cabrales et al. (2017). En ese sentido, las investigadoras observan a diario, agresiones físicas, verbales, matoneo, conductas agresivas que, en muchas ocasiones, llegan a niveles más agresivos, como las peleas con golpes. A esto se adiciona los continuos insultos, apodos, ridiculización a la que son sometidos algunos estudiantes, amenazas, así como otras formas de intimidación y hostigamiento que suele manifestarse a lo largo de las jornadas escolares. También es muy común que los estudiantes de mayor edad transgredan las normas de convivencia, vistas como un pacto para la convivencia.

Lo descrito es confirmado por la psico-orientadora de la IE, Aurora Elena Montes quien, al ser entrevistada de manera informal, informó que, durante el periodo del 5 de septiembre de 2019 hasta el 13 de marzo de 2020, atendió 175 situaciones conflictivas, de las cuales 15 fueron de acoso escolar, ocho por hurto, 40 relacionadas con agresiones leves y una agresión grave.

Añadió que, el resto de las situaciones atendidas estuvieron relacionadas con el incumplimiento de actividades académicas, posible depresión, baja autoestima, posible abuso sexual, así como conflictos entre acudientes y docentes.

Desde todas estas situaciones planteadas, surge la siguiente interrogante general de investigación: ¿Es el trabajo colaborativo una estrategia que ayudaría a fortalecer la convivencia escolar en los estudiantes de séptimo grado de la Institución Educativa Nelson Mandela de Valledupar, Cesar? Esta inquietud arrojó otras subpreguntas: ¿Cuáles son los aspectos que evidencian las problemáticas que presenta la convivencia escolar?, ¿Cómo se aplica el TC como estrategia para fortalecer la convivencia escolar en los estudiantes del séptimo grado?, ¿Cuáles son los logros de la aplicación del TC como estrategia para fortalecer la convivencia escolar en los estudiantes?

Para responder a estas preguntas y, con el fin de orientar el proceso de investigación, se planteó el objetivo general de implementar el TC como estrategia para el fortalecimiento de la convivencia escolar, para cuya viabilidad se formuló unos fines específicos: describir los aspectos que evidencian las problemáticas que presenta la convivencia escolar en la IE. aplicar el TC como estrategia para el fortalecimiento de la convivencia escolar en los estudiantes del séptimo grado y, evaluar los logros de esta aplicación.

Sobre la base de estas precisiones, la investigación adquiere relevancia y pertinencia, dado que la convivencia escolar puede ser vista, según Herrera y Rico (2014),

Como la cualidad del ambiente escolar experimentado por los estudiantes, docentes y directivos que, al basarse en la percepción que poseen sobre el contexto escolar, determina sus conductas.

Desde la investigación educativa, indagar acerca de los procesos de interacción escolar implica involucrarnos en una esfera subjetiva, caracterizada por la búsqueda de elementos que le dan sentido a la realidad vivida en la cotidianidad de la escuela, razón por la que se realiza la presente investigación, que tuvo como objetivo fundamental […]. (p. 7)

...implementar el TC como estrategia para fortalecer la convivencia escolar en la IE Nelson Mandela de Valledupar, Cesar, con lo cual se aspira rescatar la importancia de la convivencia escolar para generar acuerdos en las dinámicas de trabajo en los espacios escolares y, por ende, dar respuesta a las necesidades de solventar el problema de la violencia escolar en los estudiantes de séptimo grado. Se considera que, como profesionales, los docentes deben tener la idoneidad para poder transmitir el conocimiento para la formación académica, pero también están obligados a promover la sana convivencia en los espacios sociales en los que los estudiantes interactúan, aunado a la búsqueda de la concientización sobre el hecho de que las normas de convivencia son integrales y deben ser cumplidas en cualquier escenario.

Desde esta perspectiva, se busca que los estudiantes, a través de los conocimientos, habilidades, actitudes, valores y comportamientos, se desarrollen en el plano personal, intelectual, moral y social; adicionalmente, que practiquen la buena convivencia desde la conexión de los conocimientos disciplinares con los temas y contextos sociales, culturales y éticos presentes en su entorno. Por eso, las investigadoras esperan, a través del TC, que el estudiantado del grado séptimo logre comprender la convivencia escolar como un espacio de co-construcción en las relaciones interpersonales en la escuela, entre estudiantes, acudientes, docentes, directivos y otros actores que participan e interactúan en ella. Este logro permitirá promover el respeto mutuo, la aceptación de la diversidad, cooperación, solidaridad y la resolución asertiva y sin violencia de los conflictos.

El horizonte de la investigación buscó aportar al mejoramiento de las conductas inadecuadas que traen consigo conflictos entre los estudiantes de la IE, para que la convivencia escolar sea asumida y construida en el conjunto de la comunidad, como la plantea la Ley 1620 (2013) que, en su Artículo 29, expresa:

Las medidas pedagógicas y las acciones que contribuyan a la promoción de la convivencia escolar, a la prevención de las situaciones que la afectan y a la reconciliación, la reparación de los daños causados y el restablecimiento de un clima de relaciones constructivas en el establecimiento educativo cuando estas situaciones ocurran. Las estrategias pedagógicas que permitan y garanticen la divulgación y socialización de los contenidos del manual de convivencia a la comunidad educativa, haciendo énfasis en acciones dirigidas a los padres y madres de familia o acudientes. (p. 9)

Como se ha venido planteando, en la IE Nelson Mandela se observa un ambiente escolar donde las relaciones entre niños y niñas se ven afectadas por insultos, discusiones, peleas, ofensas, agresiones físicas, comportamientos sociales inapropiados y, en general, un predominio de conductas de prácticas agresivas, lo cual permite deducir que el desarrollo de la convivencia escolar en esta escuela está siendo altamente perjudicado por todos esos factores generadores de violencia, pudiendo con ello conducir al progresivo deterioro de las relaciones interpersonales, la deserción y al fracaso escolar, si no se atiende a tiempo la problemática.

En virtud de ello, la importancia de esta investigación reside en la manera como las investigadoras intervienen sobre los factores que perturban y afectan la convivencia, buscando las estrategias adecuadas para que los estudiantes, a través del TC, se reconozcan uno a otro como personas que son, sujetos de derecho que, al mismo tiempo, tienen deberes que cumplir frente a sus compañeros y los demás actores de la IE. Así, podrán entender que la confrontación de ideas es una forma de socializar y no de agredirse; que es una forma de valorar a los miembros del grupo, además de comprender y aceptar los diferentes puntos de vistas de los demás.

En consecuencia, resulta primordial investigar sobre la convivencia escolar para lograr la prevención de conflictos en la IE, pues los estudiantes necesitan un mayor desarrollo cognitivo y, simultáneamente, mejorar sus comportamientos, evitando las situaciones de agresión. Además, a partir de esta investigación, se pretende que encuentren alternativas para ser capaces de integrarse y asociarse, sin discriminarse ni agredirse. Por esto, representa una oportunidad para mejorar las relaciones interpersonales y la interacción, a fin de alcanzar el conocimiento de forma conjunta, puesto que es más fácil entenderse que agredirse. Asimismo, los resultados deberán incidir en provecho para la convivencia pacífica y, a su vez, en la resignificación de la práctica pedagógica a través de una reflexión constante que permita valorar la importancia de aprender a convivir juntos, fortaleciendo de esta forma, los procesos de enseñanza y aprendizaje para alcanzar mayores índices en el rendimiento académico.

Socialmente, la investigación constituye un aporte valioso al pretender aportar en la disminución de los índices de deserción escolar en los estudiantes. En la parte pedagógica, ofrece al docente opciones al momento de socializar el conocimiento en grupos de estudiantes mediante el TC, para que logren superar las dificultades para relacionarse y trabajar en equipo.

De igual manera, desde el punto de vista teórico, la investigación analizó el modo de concebir la convivencia escolar, como forma de comprender la resolución de los problemas motivados por la violencia, al indagar sobre las variadas posturas teóricas que le sirven de plataforma a las afirmaciones que realizan las investigadoras sobre la temática de investigación. Así, el TC será teorizado desde los últimos referentes teóricos que lo ubican en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación.

Desde el punto de vista práctico, se mostró posibles soluciones a la problemática planteada, constituyéndose en un modelo formal con un estudio práctico del evento investigado. Asimismo, benefició a toda la institución, pues las estrategias planificadas a través del TC pueden ser aplicadas en otros grupos que presenten situaciones problemáticas similares. Las investigadoras aspiran que los estudiantes involucrados en la investigación descubran en su práctica, la importancia de la convivencia sana y la paz.

Metodológicamente, por estar inserto en la Investigación Acción Pedagógica (IAP), el estudio reveló su importancia en la idea de promover una convivencia escolar sana y proactiva en los estudiantes de la IE Nelson Mandela de Valledupar, Cesar. De igual forma se justifica, porque permitió diseñar instrumentos para la recolección de los datos y su posterior aplicación a la muestra del estudio, además de acudir a la sistematización de experiencias que permitan dar respuestas al objetivo de la investigación.

Entendiendo que la investigación es una condición esencial y razón de ser para toda universidad, el trabajo representó para la Universidad Mariana, la oportunidad de proyección de sus espacios investigativos hacia la sociedad, especialmente desde la Maestría en Educación. Para articularse por medio de la investigación en los procesos de transformación social y en las realidades de su propio desarrollo, el estudio se vincula en la búsqueda de soluciones e interpretaciones de los problemas sociales en las comunidades regionales y nacionales; investiga, difunde, transforma, interpreta y crea saberes; diseña y administra, con criterios de necesidad y pertinencia, programas de formación, actualización, complementación y capacitación.

En la línea de indagación de estudios internacionales, se localizó a Trujillo (2018) en su investigación doctoral titulada Convivencia escolar y valores en estudiantes de grado octavo y noveno de la Institución Educativa Policarpa Salavarrieta del municipio de Quimbaya (Quindío), con el objetivo de identificar las relaciones y los posibles impactos existentes entre las variables relacionadas con el modelo educativo peruano. En el aspecto metodológico, el estudio se enmarcó en el tipo de investigación cualitativo. Para ello, se realizó un acercamiento conceptual, con el fin de desvelar la importancia y significación que poseen los valores en la vida de los estudiantes, aspecto que se materializa, dinamiza y transforma en la convivencia escolar. Además, esta temática constituye un eje transversal en el proceso enseñanza/aprendizaje y se constituyó en una indagación pertinente para la educación actual, dadas las directrices que, en materia de convivencia ciudadana, han sido expedidas por el MEN de Perú. Esta investigación aportó el camino cualitativo para llegar a exteriorizar la importancia de la significación de los valores de la convivencia en la convivencia escolar.

En el ámbito nacional, surgió el estudio realizado por Zamorano (2018), producto de la investigación titulada Educación para la paz y la convivencia escolar, una experiencia de TC desde la aplicación de una situación didáctica en estudiantes de grado 6-3 de la Institución Educativa Técnico Industrial Multipropósito de Santiago de Cali, que se sustentó en los fundamentos propios de las Ciencias Sociales y de la Pedagogía, la viabilidad y pertinencia de la aplicación de situaciones didácticas, como una herramienta pertinente para la apropiación de la educación para la paz y la convivencia escolar en los estudiantes. Para lograrlo, realizó la aplicación de una situación didáctica en estudiantes de grado 6-3 para, seguidamente, hacer el análisis correspondiente y obtener conclusiones al respecto. Concluyó considerando que el logro de una educación significativa genera un acercamiento a la educación para la paz y la convivencia pacífica en los estudiantes.

Este estudio resultó importante, dado que promovió situaciones didácticas de aula desarrolladas entre los estudiantes, la comunidad y otros agentes escolares, teniendo como base el TC, muy similar a las intencionalidades de las investigadoras; sobre todo, resalta el aspecto de una pedagogía en la que la base de los aprendizajes sean los conocimientos previos de los estudiantes, sus intereses, los desarrollos y problemáticas comunitarias y, el TC entre pares, que busquen el fortalecimiento de competencias intra e interpersonales para afianzar los modos de convivir sanamente.

Dentro del escenario local, se encontró la investigación de Pumarejo y Rodríguez (2019), quienes trabajaron sobre la implementación de la Ley 1620 en la convivencia escolar en la IE Bello Horizonte, tercer grado, sede Villa Yaneth. Su objetivo fue implementar los componentes de la mencionada ley, para el mejoramiento de la convivencia escolar. Metodológicamente, se ubicó en el paradigma postpositivista, a partir del enfoque de la investigación cualitativa, teniendo en cuenta el tipo de investigación descriptiva, a partir del método de IAP, orientada a la implementación de estrategias para resolver los problemas de violencia escolar y mejorar la convivencia.

Su diseño metodológico se desplegó en tres fases que fueron dirigidas al cumplimiento de los objetivos. La población quedó constituida por 36 estudiantes de los grados terceros, ocho docentes, tres directivos docentes (coordinadores y rector) y una docente orientadora, 16 padres de familia y 36 estudiantes. Los resultados indicaron que existen focos continuos de violencia escolar, por lo que fue necesario la implementación de la Ley 1620 mediante estrategias que permitieran estrechar los lazos de amistad entre los estudiantes y los representantes, como reunión con los padres de familia, llamados de atención a los estudiantes, actas de compromiso, remisión de los casos reiterativos a la orientación escolar, diálogo con los estudiantes, rincón de los acuerdos, charlas de convivencia, dinámicas de juego. Las conclusiones resaltaron que se logró minimizar los focos de violencia en el grado tercero y se recomendó continuar aplicando estrategias para lograr la armonía y una convivencia en paz.

Dicha investigación significó para este trabajo, conocer la importancia de la Ley 1620 y su implementación en las IE, dado que las agresiones en los espacios escolares se han convertido en temas de grandes preocupaciones, que cada día van en aumento. Especialmente para el docente, significa que debe orientar su rol de mediador frente a un sinnúmero de situaciones conflictivas que afectan el rendimiento académico de los estudiantes, situación que es abordada en esta investigación.

Teniendo claro el comportamiento de la categoría en otros escenarios, fue necesario acudir a algunos teóricos, con la finalidad de cimentar la investigación, dándole un carácter científico, resaltando en convivencia escolar a Casassús (2003), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD -por sus siglas en inglés- 2010), Fierro-Evans y Carbajal-Padilla (2019), Mena et al., (2009), Mejía (2019), quienes coinciden en su definición al expresar que la convivencia escolar se encamina hacia la consolidación de la paz duradera entre los actores y autores del proceso educativo, con prácticas pedagógicas y de gestión inclusivas, equitativas y participativas, que atiendan de forma constructiva el conflicto a través de los ámbitos de la vida escolar, el pedagógicocurricular, el organizativo-administrativo y el socio-comunitario, donde la solución resplandezca con la presencia de la armonía y la paz.

En TC como estrategia, se consideró las opiniones de Vigotsky (citado por Estrada, 2010), Woolfolk (1999), Monereo y David (2002), Bernaza y Lee (2005), Díaz y Hernández (citados por Calzadilla, 2002), Díaz-Barriga y Hernández (2010), García y Tobón (2009), quienes lo consideran como una metodología que atribuye un papel primario a la interacción estrecha entre estudiantes en un grupo. Se basa en la construcción colaborativa del conocimiento; se define como un proceso de aprendizaje que enfatiza el grupo y los esfuerzos colaborativos entre profesores y estudiantes. Destaca la participación activa y la interacción tanto de estudiantes como profesores. El conocimiento es visto como constructo social, por tanto, el proceso educativo es facilitado por la interacción, evaluación y cooperación entre iguales.

2. Metodología

La presente investigación se ubica en el paradigma postpositivista, que responde al significado de la realidad; no obstante, esta no puede ser completamente aprehendida, dado que es manejada por leyes naturales que pueden ser comprendidas solamente en forma incompleta. De esto se desprende que, aunque existe un mundo real manejado por causas naturales, es imposible para los humanos, poder percibirlo en su totalidad, debido a que sus mecanismos intelectuales y sensoriales son imperfectos (Guba y Lincoln, 2002).

Este estudio se ubica en el enfoque cualitativo, dado que parte de una realidad que supera el esquema que considera la perfección, como simple reflejo de las cosas verdaderas; y, el conocimiento, como copia de esa realidad, tomándolo como el resultado de una interacción, de una dialéctica o diálogo entre el conocedor y el objeto conocido; es decir,

el significado dependerá de nuestra formación previa, de nuestras expectativas teoréticas actuales, de nuestras actitudes, creencias, necesidades, intereses, miedos e ideales y de la teoría (asimilada) del instrumento que estamos utilizando. (Martínez, 2006, p. 23)

Ahora bien, al ubicar el enfoque cualitativo en el ámbito educativo, es preciso traer lo señalado por Badilla (2006), quien comenta que “en el campo de la educación es un tema de interés actual, lo que ha permitido su expansión, pero, a la vez, la profundización en las teorías y las metodologías que la sustentan” (p. 42). Se deduce entonces que, reconoce cuestiones de interés educativo-pedagógico porque está inmerso en la praxis educativa, para reconstruir, articular y reflexionar sobre algunos asuntos que establece este enfoque de investigación y que están relacionados con los escenarios escolares.

Los procesos investigativos tienen como principales objetivos, la generación de conocimiento y la solución de problemas prácticos. Sin embargo, hay que pensar en ella como un proceso, en el que han de tomarse en consideración y de forma rigurosa las diferentes etapas sin prescindir de ninguna de ellas, por esto hay que tener en cuenta el método que marca el camino del quehacer investigativo. En el caso de esta indagación se apela al método de la IAP, definida por Restrepo (2004) como:

La búsqueda continua de la estructura de la práctica y sus raíces teóricas, para identificarla y someterla a crítica y mejoramiento continuo. Al hablar de la estructura de la práctica nos referimos a que esta consta de ideas (teoría), herramientas (métodos y técnicas), y ritos (costumbres, rutinas, exigencias, hábitos), susceptibles todos de deconstrucción. (p. 95)

En este sentido, se observa cómo la IAP aporta una forma de generar conocimiento y soluciones en realidades complejas. Para Dugarte (2006), su orientación sitúa a la persona y al acontecimiento en su contexto, para comprenderlo y modificarlo, tomando en cuenta todos los elementos que forman parte de él, para identificar relaciones entre una situación puntual y el contexto.

Elegir el escenario que sirve de fuente de información y observación en la IAP, es clave para la aplicación de modelos, estrategias e instrumentos para ser empleados en la práctica orientadora y en el área de interés. Cabe reseñar que fue Kurt Lewin (como se citó en Restrepo, 2004) quien propuso esta metodología hacia finales de la década de los 40, exponiendo el uso las tres fases, que han subsistido de alguna manera en los diversos modelos de investigación-acción, a saber:

a) Reflexión acerca de la idea central del proyecto en función del problema por transformar, recogiendo datos relacionados con la situación.

b) Planeación y aplicación de acciones renovadoras, acompañadas también de la captura de datos sobre la aplicación de la acción.

c) Evaluación de los efectos de esa acción. El punto de partida es el diagnóstico acerca de la práctica social problemática.

La primera, la fase de deconstrucción, “es un proceso que trasciende la misma crítica, que va más allá de un autoexamen de la práctica, para entrar en diálogos más amplios, con componentes que explican la razón de ser de las tensiones que la práctica enfrenta” (Restrepo, 2004, p. 51). La segunda, “es la reconstrucción de la práctica con la propuesta de una práctica alternativa más efectiva” (p. 51) y, la tercera:

tiene que ver con la validación de la efectividad de la práctica alternativa o reconstruida, es decir, con la constatación de su capacidad práctica, para lograr bien los propósitos de la educación. La nueva práctica no debe convertirse en el nuevo discurso pedagógico sin una prueba de efectividad. (p. 52)

Con relación a esto último, Restrepo (2004) comenta:

En el ámbito pedagógico, por otra parte, se investiga y construye el saber hacer, para lograr apropiación del saber disciplinar por parte de los estudiantes (enseñar), así como el saber hacer para que el estudiante interiorice actitudes y valores (saber formar, saber mostrar caminos, saber convencer). (p. 48)

Representación gráfica del diseño metodológico
Figura 1
Representación gráfica del diseño metodológico
Fuente: adaptación propia con base en Restrepo (2002).

La unidad de análisis en esta investigación la constituyen los 2000 estudiantes de la IE Nelson Mandela de Valledupar, Cesar. En concordancia con el tipo de muestreo seleccionado (no probabilístico) de tipo intencionado y por conveniencia, es importante señalar los criterios de selección utilizados para conformar la unidad de trabajo, la cual estuvo conformada por los 16 estudiantes cursantes del séptimo grado.

En este contexto, la interacción en el hacer investigativo es una constante en función de la unidad de trabajo y el recorrido indagatorio. Así, la interacción permite recolectar la información de las experiencias significativas, con el propósito de sistematizar la información relevante que luego será utilizada en la evaluación del proceso de intervención a través de la IAP. En esta dirección, las estrategias de recolección de la información fueron diseñadas de acuerdo con las etapas de la IAP.

Para la primera fase, denominada diagnóstica (Restrepo, 2002), se utilizó un cuestionario a través de la técnica de la entrevista que, según Sierra Bravo (1998), “consiste en aplicar a un universo definido de individuos, una serie de preguntas o ítems sobre un determinado problema de investigación del que deseamos conocer algo” (p. 194); puede tratar sobre un programa, una forma de entrevista o un instrumento de medición.

Aunque el cuestionario usualmente es un procedimiento escrito para recabar datos, es posible aplicarlo verbalmente. En este caso, se aplicará a los docentes y a estudiantes con el fin de recoger información de primera mano sobre la convivencia escolar en la IE en estudio. (Corral, 2010, p. 156)

Para la segunda fase de la investigación, aplicación de las acciones (Restrepo, 2002), se utilizó para la recolección de la información, la técnica de la observación, la cual, según lo expresado por Piñero y Rivera (2013), está dada “por la interacción y acercamiento del investigador al contexto observado y las personas que realizan su accionar cotidiano en este” (p. 99). Para ello, según comenta Martínez (2006), se sirve de “registros escritos de lo observado, para producir descripciones de calidad” (p. 74).

Bajo esas consideraciones, el instrumento a través del cual se hizo las descripciones de la aplicación de las estrategias fue la bitácora de observación general, la cual consiste en un cuaderno o publicación que permite al investigador llevar un registro escrito de diversas acciones. Su propósito está orientado, por una parte, al apoyo del análisis de los datos recogidos en ella; y, por otra, a dar cuenta del proceso de investigación (De Grazia, 2021); en este caso, de la aplicación de las acciones dentro de la IAP.

Durante la última fase de la investigación, la evaluación de la práctica reconstruida, se recurrió a la sistematización de los datos, procedimiento que, de acuerdo con lo expresado por Jara (s.f.), “es una forma para la reconstrucción ordenada de las experiencias, procesos productores de conocimientos, conceptualizar la práctica para darle coherencia a todos sus elementos en un proceso participativo” (p. 43).

3. Resultados

Dadas las características del tema, una vez planteada la situación general del estudio, las investigadoras consideraron pertinente indagar a profundidad a través de la visión de los actores inmersos en la realidad a estudiar, en el marco de la fase de deconstrucción de la IAP. Es por ello que, el trabajo inicial estuvo orientado a describir los aspectos que evidencian las problemáticas que presenta la convivencia escolar en la IE Nelson Mandela de Valledupar, Cesar. Con ese propósito, se aplicó una entrevista semiestructurada a tres docentes de la misma, para recoger información valiosa que permitió esbozar una descripción más cercana de la realidad de la convivencia escolar.

Así las cosas, se observa coincidencias entre los docentes entrevistados al respecto de la interacción en el aula, explicando que, aunque sí existen algunos estudiantes muy motivados a participar activa y positivamente en las clases, hay otros que demuestran poco interés por el estudio. Expresan que la interacción está siendo afectada por actitudes y comportamientos negativos de algunos estudiantes, lo cual, en ocasiones, genera conflictivos por roces y discusiones, aunque los docentes siempre tratan de hacer que prevalezca el respeto.

De igual forma, las respuestas de los docentes coincidieron con relación a la conducta de los estudiantes y la práctica de las normas de convivencia, cuando afirmaron que los estudiantes presentan debilidades en la práctica de las normas de convivencia, llegando a calificar la situación, como regular. En ese sentido, según los entrevistados, los estudiantes no manejan buenas relaciones entre compañeros y no tienen habilidades de escucha; la mayoría son irrespetuosos entre ellos, sin importar la presencia de adultos, sea docente o familiar. Develan la presencia de gritos, ofensas con palabras fuertes, desobediencia e incumplimiento de las normas establecidas en el manual de convivencia escolar de la IE. Aunque reconocieron que algunos sí las cumplen, coincidieron en manifestar que, de manera general, la mayoría muestra una actitud negativa, afectando negativamente la convivencia y, en consecuencia, la armonía entre los miembros de la comunidad educativa, desfavoreciendo las buenas relaciones.

Algo que llamó la atención, fue la aseveración de uno de los entrevistados, cuando expresó:

las conductas son construidas en la familia y en la escuela, desde pequeños; no obstante, la referencia principal está en el hogar donde, en muchas ocasiones, se evidencia conductas negativas que pueden llegar a la violencia intrafamiliar que, con frecuencia, se traslada a sus compañeros en la escuela, al momento de relacionarse, sea para jugar o para hacer trabajos escolares. (Comunicación personal)

En cuanto al comportamiento de los estudiantes cuando están realizando actividades acompañados por los docentes, los entrevistados coincidieron en declarar que, en estos casos, si la actividad tiene a los primeros como centro, estos se muestran más participativos y entusiastas, manifestando interés y motivación, pues procuran destacar sus habilidades, al tener al docente acompañándolos en su proceso aprendizaje, favoreciendo positivamente el comportamiento. Sin embargo, cuando la actividad está centrada en el docente, por ejemplo, cuando explica algún tema, generalmente se convierten en estudiantes monótonos, pasivos y poco participativos, apáticos, en ocasiones rebeldes, que se cansan con facilidad, se desmotivan y, algunos, muestran agresividad con los compañeros, usando un vocabulario inapropiado.

Así mismo, con relación al comportamiento de los estudiantes en horas de receso, los docentes afirman que, en general, es un tanto intranquilo, necesitando el acompañamiento constante de los docentes, pues de lo contrario, se ha dado situaciones incómodas de brusquedad, así como de maltrato físico y verbal entre los estudiantes. Narran que, “algunos estudiantes pueden llegar a mostrar actitudes poco tolerantes en la interacción con los compañeros, pues no aceptan juegos, se irrespetan y empiezan a ofenderse, hasta tocar el contexto familiar, generando con ello disturbios en el momento del receso”.

Referente a su percepción de la violencia escolar y los factores de riesgo que se observa en la IE Nelson Mandela, los docentes entrevistados manifestaron que se puede notar rudeza a través de juegos bruscos, empujones, gritos, hurto de útiles escolares y meriendas, lo cual está llegando a afectar negativamente la sana convivencia. Coinciden en la necesidad de trabajar en ello para tratarlo a tiempo y buscar la ayuda oportuna a través de estrategias que aporten positivamente al comportamiento en los estudiantes. Entre los factores de riesgo que estos docentes observan en la institución, están la falta de empatía, la carencia de valores, la falta de acompañamiento por parte de la familia, la violencia en el entorno familiar y en el contexto social, así como el creciente consumo de drogas psicoactivas cerca de la escuela.

Por otra parte, al indagar sobre su parecer respecto a la implementación del TC como estrategia para mejorar las relaciones interpersonales, siendo esta una de las preguntas clave para la continuidad del proceder investigativo, las respuestas de los entrevistados estuvieron enfocadas positivamente hacia este tipo de estrategia. Al respecto, argumentaron que, facilita las relaciones entre estudiantes, docentes y el entorno familiar, pues motiva la ayuda mutua y los aportes de forma espontánea, permitiéndoles a los estudiantes, construir juntos el conocimiento a través del aprendizaje colaborativo, donde todos aportan para lograr las metas propuestas en el desarrollo de las actividades escolares, ya sea con sus compañeros o con sus familiares.

En ese sentido afirmativo, los docentes entrevistados estarían dispuestos a aplicar estrategias que permitan mejorar la convivencia escolar para generar cambios en las actitudes negativas, así como aportar al crecimiento y la madurez personal de los estudiantes, de suerte que favorezca la interacción entre padres de familia, estudiantes y docentes.

Finalmente, entre los cambios más significativos que han observado en la interacción de sus estudiantes, cuando se ha trabajado con estrategias orientadas a trasformar las actitudes negativas, los docentes entrevistados hablaron de que “se genera un entorno más amigable pues los estudiantes tienden a compartir, a escuchar a sus compañeros, a tenerles respeto y, en ocasiones, se ha visto el cumplimiento de las normas del manual de convivencia”. De igual modo, han evidenciado procesos de fortalecimiento de la autoestima y de práctica de valores como la responsabilidad, tolerancia, compañerismo, amistad y empatía.

Con estos resultados, por un lado, bastante 2. preocupantes, por cuanto demuestran la necesidad de abordar la problemática de la convivencia escolar en la IE a través de la práctica pedagógica, las investigadoras tomaron como punto de inicio, los aspectos positivos que también surgieron del diálogo con los docentes. El evidente apoyo de los docentes entrevistados al uso de estrategias colaborativas para lograr el mejoramiento de la convivencia escolar, permitió a las investigadoras afianzar su interés hacia estrategias centradas en el TC, para captar el interés de los estudiantes hacia el necesario mejoramiento de las relaciones interpersonales en la escuela, permitiendo esto, realizar la planificación de las acciones.

Referente a las percepciones de los estudiantes, al mostrar interés en la temática y afirmar su disponibilidad en participar para el mejoramiento de la convivencia escolar, motivó aún más a las investigadoras en la continuidad de la indagación. Con ese propósito, dentro de la fase de reconstrucción de la práctica, de acuerdo con el método de la IAP, era necesario conocer sobre el estado del arte de la temática, así como los postulados teóricos sobre la convivencia escolar, el TC y las estrategias didácticas, para orientar la búsqueda de alternativas en su diseño, a través de recursos interesantes para los estudiantes, que potenciaran su aprendizaje, aportaran al cambio de comportamientos negativos y, en consecuencia, al fortalecimiento de la convivencia escolar.

Teniendo como sustento las consideraciones derivadas de la indagación de los autores consultados, en conjunto con las necesidades evidenciadas a través de la descripción de las problemáticas que afectan la convivencia escolar en la IE Nelson Mandela, las investigadoras emprendieron el diseño de la planificación de la estrategia colaborativa Colaboremos todos para mejorar la convivencia escolar, cuyas tres sesiones estuvieron direccionadas por los siguientes propósitos:

1. Fomentar la apropiación de valores para mejorar la convivencia escolar y las relaciones interpersonales a través de estrategias de aprendizaje basadas en el TC, tales como disciplina positiva en el aula y mediación.

2. Fortalecer la solución de conflictos a través de la construcción de historietas sobre la mediación en familia, como estrategia para el mejoramiento de la convivencia escolar.

3. Fortalecer la convivencia escolar a través de la construcción de videos creativos en familia, enfatizando en los valores, utilizando el contrato como estrategia para incentivar el cambio de actitud o de comportamiento en las relaciones interpersonales dentro y fuera del aula virtual.

Tabla 1
Plan de acción
Plan de acción

Para la aplicación de la estrategia, las investigadoras debieron, en primer lugar, contactar a través de medios digitales a los 16 estudiantes que constituyeron la unidad de análisis, para explicarles la estrategia y sus propósitos, así como para informar a sus padres, representantes y cuidadores. A partir de la planificación diseñada, a los efectos de la investigación, se llevó a cabo las tres sesiones planificadas, teniendo en cuenta los temas a abordar, las actividades a desarrollar y el tiempo disponible para realizarlas, en función de alcanzar los propósitos previstos.

Las docentes-investigadoras registraron las actividades desplegadas previamente al desarrollo de la estrategia diseñada. Luego de conectarse todos los participantes en la fecha y hora establecidos, con la asistencia del director de grupo y el apoyo de padres de familia y/o cuidadores, se dio el saludo de bienvenida, se hizo una oración y se acordó las normas para el trabajo en el aula virtual. Esto permitió ambientar la clase para comenzar a activar los presaberes relacionados con el tema del acoso a través de la plataforma Quizizz, lo cual ameritó dedicar un poco más de tiempo del planificado, para dar indicaciones para el ingreso y trabajo en esa plataforma. La actividad se hizo de manera interactiva, a través de la entusiasta participación de todos los estudiantes, quienes respondieron a las preguntas del cuestionario allí alojado.

Las respuestas fueron socializadas por los estudiantes en el aula, lo cual permitió captar su atención e interesarlos en la temática. A partir de esto, las docentes-investigadoras abordaron la explicación del tema, conceptualizando el matoneo, sus características y tipos. Luego de explicada la temática, se presentó un video corto animado, sobre el cual los estudiantes debieron reflexionar en familia y, sobre lo conversado, resolver un cuestionario de preguntas haciendo un trabajo en equipo colaborativo con sus padres y/o cuidadores. Este video les permitió profundizar en los valores y antivalores que observaron, invitándolos a cambiar sus actitudes.

Esta actividad aportó al fortalecimiento de las relaciones interpersonales de los estudiantes, al relacionarse e interactuar con otros, sea a través del trabajo o de la socialización. Por otra parte, se observó el TC mediante el apoyo de los padres de familia y/o cuidadores, al momento de hacer aportes para ampliar y/o profundizar lo expresado por sus hijos. Cabe destacar que esta actividad tuvo una duración de 15 minutos y quienes no lograron terminarla, la enviaron a través de WhatsApp en el transcurso de la mañana, para que cumplieran con lo pautado en la evaluación.

Durante el desarrollo de la siguiente sesión, las docentes-investigadoras pudieron evidenciar de forma objetiva, la motivación tanto de los estudiantes como de sus padres, al participar activamente en la dinámica propuesta. A pesar de observar que no hay desconocimiento sobre el tema del acoso, sí se evidenció la necesidad de trabajar sobre este aspecto, para fortalecer la convivencia escolar y, para ello, el TC desarrollado fue de gran valía.

Por otra parte, se observó el análisis que hicieron los estudiantes sobre sus propias conductas, la interacción entre ellos, con su familia y con los docentes, llegando a la conclusión de que es imprescindible fortalecer valores sociales y familiares, así como aplicar la disciplina positiva. Cabe señalar que, el TC desarrollado fue muy productivo; también, el uso de herramientas tecnológicas facilitó la comunicación, el trabajo en equipos desde la distancia, incrementando además el agrado de los estudiantes por participar en el taller.

En la sesión se recoge las observaciones realizadas por las docentes-investigadoras durante la segunda sesión de TC de la estrategia, a través del encuentro con los estudiantes del grado séptimo. Después de las actividades de rutina, se dio inicio al proceso de exploración de presaberes y ambientación, a través de la presentación de un video donde se abordó el tema de la mediación como estrategia para la solución de conflictos. A partir de lo reflexionado sobre lo visto en el video, los estudiantes debieron responder cinco preguntas, con el fin de activar sus saberes previos, bajo la orientación y guía de las docentes-investigadoras.

La actividad fue muy participativa; algunos de los estudiantes intervinieron con aportes, más allá de lo que se preguntaba, lo cual fue muy positivo. Posteriormente, teniendo en cuenta las respuestas y aportes generados por ellos durante la actividad, las docentes-investigadoras socializaron el tema de la mediación para la resolución de los conflictos en la escuela y en la vida, apoyándose en diapositivas, seguidas por los estudiantes en sus dispositivos digitales.

Una vez explicada la temática, se les presentó a los estudiantes un juego de preguntas en línea sobre la mediación escolar, a través de la plataforma Quizizz, cuyo enlace se les compartió por el chat de Google Meet, para que respondieran en compañía de sus familiares o cuidadores. Luego, los estudiantes, junto a las docentes-investigadoras, familiares y/o cuidadores, realizaron la retroalimentación de la actividad, comentando cuál pregunta era la que más recordaban o aquella que más les llamó la atención.

Para finalizar, se realizó la actividad grupal de cierre orientada a la construcción de una historieta muda, para activar la creatividad desde la reflexión de la temática de la mediación como estrategia para la resolución de conflictos, haciendo una secuencia de cuatro viñetas. Así, apoyados por sus familiares y/o cuidadores, se inició el trabajo en línea, para lo cual se solicitó a los estudiantes, habilitaran las cámaras de sus dispositivos para tomar evidencias del trabajo desplegado. Sin embargo, debido a que el tiempo propuesto no fue suficiente, se les pidió a quienes no terminaron la actividad durante el encuentro virtual, tomar y enviar fotos al chat del WhatsApp.

En esta oportunidad, se apreció logros de lo sembrado en la primera sesión de la estrategia aplicada, pues los estudiantes estuvieron aún más dispuestos a trabajar, aportar, escuchar a sus compañeros cuando intervenían y a respetar sus argumentos, incluyendo los dibujos de las historietas presentadas. Estas actitudes resultaron indicativas de los logros positivos hacia el fortalecimiento de la convivencia escolar con la estrategia, teniendo en cuenta la diversidad de contextos. Al igual que en la sesión anterior, la participación tanto de estudiantes como de los familiares fue activa, pues se continuó trabajando en equipos colaborativos, haciendo uso tanto de herramientas tecnológicas como de recursos didácticos. Destacó sobremanera, la satisfacción manifestada tanto por familiares como por estudiantes y el director de grupo, a través de los argumentos compartidos al finalizar la actividad.

Las investigadoras recogieron las descripciones de la actividad desarrollada en torno al tema del contrato. El encuentro con los 16 participantes del grado séptimo contó de nuevo con el acompañamiento de la directora de grupo, Yeimi Campo, y el apoyo de padres de familia y/o cuidadores. La sesión inició como en las anteriores, dando la bienvenida y compartiendo el saludo, seguido de la oración y el refrescamiento de las normas a tener en cuenta dentro del aula virtual. Se dio comienzo al proceso de exploración de presaberes, haciendo un repaso de lo ya tratado en las sesiones anteriores, donde se pudo constatar los aprendizajes desarrollados. Posteriormente, se hizo la presentación de la canción ‘La casa de la fraternidad’, a partir del cual se generó preguntas que los estudiantes debían responder de acuerdo con su percepción.

Partiendo de las respuestas dadas por ellos, a través de las cuales se pudo evidenciar un nivel no muy alto de su conocimiento sobre valores, se procedió a socializar el tema haciendo uso de la herramienta Meet de Google, apoyado en diapositivas, donde se trató los temas del estudio.

Explicada la temática, se desarrolló una actividad colaborativa en línea, donde los estudiantes junto a sus familias, debían crear un video, con una duración máxima de tres minutos, en el cual debían representar los valores mencionados en la canción, orientados hacia la convivencia escolar y la resolución de conflictos, apoyados en el contrato como estrategia de aprendizaje. Al culminar el tiempo planificado se hizo el compartir de cada uno de los videos realizados en familia y se escuchó las reflexiones extraídas por cada equipo, a través de preguntas como: ¿Qué valores pusieron en práctica para la realización de la actividad?, ¿Qué diferencia hay entre el trabajo individual y el trabajo en equipo?, ¿Qué dificultades hubo al desarrollar la actividad de forma colaborativa y cómo las solucionaron?

Siendo así, se observó videos donde se demostraba valores como el respeto, la solidaridad, la tolerancia y la amabilidad, entre otros. Igualmente, en cuanto a la segunda interrogante, la mayoría coincidió en afirmar que la diferencia estaba en que, cuando se trabaja en equipo se debían poner de acuerdo para lograr la meta, mientras que, en el caso del trabajo individual, era solo el parecer de una persona. En cuanto a las dificultades, hablaron de la tolerancia para aceptar posiciones diferentes, el ponerse de acuerdo, la distribución de las tareas, pero en cuanto lograban llegar a ese acuerdo, pudieron terminar la actividad satisfactoriamente.

Otra actividad desarrollada fue la socialización de un modelo de formato de contrato de convivencia escolar, quedando como actividad extra clase para diligenciarlo, considerando para ello alguna vivencia particular que hubieran experimentado en un conflicto en el contexto escolar, familiar o social. Una vez diligenciado, debían enviarlo al chat del WhatsApp durante el transcurso del día. Las docentes-investigadoras recibieron los trabajos enviados, verificando los aprendizajes logrados por los estudiantes al llenar el contrato, donde registraron que las partes en conflicto se comprometían, entre otras cosas, a obedecer las normas, bien sea del hogar o de la escuela, a respetarse, a no golpearse, a no esconder los útiles escolares y a no burlarse del compañero o del hermano, según el caso.

Ese tercer encuentro, como los previos, permitió aportar al fortalecimiento de la convivencia escolar de los estudiantes del grado séptimo, a través de la estrategia del contrato, con el propósito de establecer normas y compromisos que afiancen la sana convivencia en los diferentes entornos, sea familiar, escolar o social. Se percibió, además, durante todo el proceso, el uso de la creatividad para la preparación de los videos, con entusiasmo, dinamismo, participación activa y argumentos pertinentes por parte de los estudiantes y padres de familia. Con estas actividades, las docentes-investigadoras comentaron al cierre que, esperaban que los logros alcanzados se vieran reflejados en el futuro cercano, al retornar a la presencialidad, para servir de apoyo en el mantenimiento de la armonía en las relaciones interpersonales dentro de toda la comunidad educativa de la IE.

4. Discusión

La discusión de los resultados obtenidos se centró en aquellos aspectos considerados relevantes por las investigadoras, provenientes de la interpretación de los datos en concordancia con los objetivos propuestos y enmarcados en cada una de las fases investigativas de trabajo propuestas por la IAP.

Como primer paso del proceso de indagación, se planteó la necesidad de describir los aspectos que evidencian las problemáticas que presenta la convivencia escolar en la IE, enmarcado dentro de la fase de deconstrucción de la práctica del método IAP. Para ello, las investigadoras realizaron una valoración inicial de la situación problemática, aplicando una entrevista semiestructurada a tres docentes de la institución, para conocer las situaciones negativas que estarían afectando la convivencia escolar.

Estos resultados son similares a los obtenidos por Pérez et al., (2015), quienes implementaron una estrategia para mejorar la convivencia escolar en la IE Alfonso Araujo Cotes de la ciudad de Valledupar, a través de la cual se buscó que los alumnos cambiaran su manera de convivir y optimizaran las relaciones con sus compañeros, docentes y padres de familia, valoraran sus estudios y supieran comportarse como personas dignas en la comunidad educativa.

Así mismo, la revisión de los postulados de autores como Delors (1996), Mena et al., (2009) y, Fierro-Evans y Carbajal-Padilla (2019), permitió a las investigadoras, efectuar una aproximación al concepto de la convivencia escolar, visualizándola no como un producto, sino como un proceso en constante co-construcción, con la participación de todos los miembros de la comunidad educativa, por lo cual en ella convergen, a la vez que se vinculan, elementos tales como estilos comunicativos, relación con el entorno, liderazgo y toma de decisiones, manejo de conflictos, desarrollo histórico de la IE, clima laboral, cultura e identidad institucionales, junto a valores personales y sociales como tolerancia, respeto a la diversidad, responsabilidad, compañerismo, entre otros, aunado a las relaciones interpersonales y al contexto sociocultural-familiar.

A partir de esas consideraciones, la revisión de autores confirmó la importancia de compartir las experiencias en el aula de clase, los sueños, deseos, dificultades de los estudiantes, propiciar la comunicación y la confianza para apoyarse mutuamente a partir del fortalecimiento de valores fundamentales para lograr una convivencia escolar sana. Ese trabajo en el aula puede generarse a través del TC como estrategia pedagógica que oriente el establecimiento de vínculos positivos para aprender desde el conocer, el hacer y el convivir.

El planteamiento anterior se llevó a cabo en la aplicación de las actividades a través de la estrategia del aprendizaje colaborativo, donde los estudiantes fortalecieron las relaciones interpersonales al relacionarse e interactuar con otros a través del trabajo o de la socialización; también se observó el TC mediante el apoyo de los padres de familia y/o cuidadores al momento de hacer aportes para ampliar y/o profundizar lo expresado por sus hijos.

Así, autores como Barriga (como se citó en Calzadilla, 2002), Monereo y David (2002), Bernaza y Lee (2005), permitieron comprender los beneficios del TC como medio pedagógico en el aula, donde el desempeño individual debe fortalecer el trabajo del equipo, aprendiendo juntos a evitar y/o solucionar los conflictos entre los miembros, a llegar a acuerdos para el trabajo y la convivencia a través de sus propias normas, que deben estar en consonancia con las normas generales del aula, a fin de generar y mantener un escenario productivo y agradable para el aprendizaje. De esa manera, entre los componentes del TC se destaca: interdependencia positiva, interacción para la retroalimentación, responsabilidad personal e individual, así como vinculación de las habilidades interpersonales y el procesamiento grupal, componentes que, en su conjunto, propician el desarrollo de un trabajo en el aula donde todos deben participar y ofrecerse a sí mismos para el logro del equipo, pues no se trata de que uno solo aprenda, sino que todos aprendan de todos.

En ese sentido, Tébar (2003), García y Tobón (2009), Díaz-Barriga y Hernández (2010), entre otros, condujeron a las investigadoras a visualizar la manera de emprender el diseño de estrategias didácticas para el fortalecimiento de la convivencia escolar, considerando que estas deben ser procedimientos reflexivos y flexibles, cuyo fin es orientar el aprendizaje y la enseñanza, teniendo en cuenta las características de los estudiantes y del contexto socio-familiarcultural. Por tanto, el papel de los docentes frente a este método de trabajo pedagógico es, servir de guías y organizadores de experiencias positivas, facilitando el aprendizaje a través de contenidos y recursos para el diseño y desarrollo de actividades significativas para los estudiantes, en función de despertar su motivación e interés para potenciar su aprendizaje.

Una vez comprendida la temática general de la investigación por medio de la revisión de referentes teóricos y, continuando con la fase de reconstrucción de la práctica del método IAP, se siguió con el trabajo investigativo orientado a aplicar el TC como estrategia para fortalecer la convivencia escolar en los estudiantes del séptimo grado. A tal fin, se diseñó y empleó una estrategia didáctica denominada ‘Colaboremos todos para mejorar la convivencia escolar’, con el objetivo de implementar el TC como estrategia para el fortalecimiento de la convivencia escolar, la cual hubo de ser aplicada a través de medios digitales, por cuanto Colombia, en ese momento, aún se encontraba con suspensión de clases presenciales.

Las actividades desarrolladas durante las sesiones realizadas lograron motivar a los 16 estudiantes del séptimo grado que participaron en la estrategia, incluyendo aquellos que, en las entrevistas preliminares manifestaron estar dispuestos a colaborar en el desarrollo de una convivencia armónica en la IE. Así, a través de la Sesión 1, se brindó herramientas preliminares sobre el concepto de convivir y se realizó la activación de presaberes por intermedio de la plataforma Quizizz, para trabajar el tema del acoso, desarrollando un cuestionario donde se les invitaba a reflexionar sobre el respeto que se debe tener a los demás; esto les permitió socializar sus vivencias y, a la vez, captar su atención e interesarlos en la temática.

A partir de esto, las docentes-investigadoras abordaron la explicación del tema, utilizando material digitalizado documental en diapositivas, así como el trabajo con un video corto animado, para la reflexión en familia sobre lo conversado, lo cual posibilitó involucrar al contexto del hogar y captarlo como factor de apoyo para el aprendizaje de valores y el desarrollo de comportamientos positivos en la escuela para la convivencia. Este involucramiento de la familia tuvo el propósito de lograr su contribución a la disminución de comportamientos potenciales que pudieran estar originando situaciones de matoneo en la IE, factor de riesgo comentado por los docentes entrevistados y ampliamente reseñado. Esta actividad permitió aportar al fortalecimiento de las relaciones interpersonales de los estudiantes al relacionarse e interactuar con otros, así como con sus padres y/o cuidadores.

El análisis en equipos colaborativos de un caso de estudio a través de un taller virtual abrió un espacio para los aportes y la retroalimentación, así como para el liderazgo y la argumentación, producto de la reflexión en equipos con los aportes de todos, que permitió luego a las docentes-investigadoras, enfatizar algunos aspectos de la disciplina positiva en el aula y la importancia del TC para la construcción de la convivencia escolar. Este accionar encuentra validez en lo planteado por Sacristán (1992) y Torres (2006), cuando coinciden en afirmar la necesidad de que los docentes, en sus praxis diarias, realicen actividades que resalten la sana convivencia, apoyados por los valores sociales.

Cabe señalar que, el TC desarrollado fue muy productivo; el uso de herramientas tecnológicas facilitó la comunicación, el trabajo en equipos desde la distancia, incrementando además el agrado de los estudiantes por participar en el taller. Lo anterior se afianza en lo expuesto por Díaz-Barriga (1998) cuando explica que las estrategias didácticas requieren del docente una reflexión preliminar, ajustada a los procedimientos y recursos que ha de utilizar para promover aprendizajes significativos que les permitan facilitar intencionalmente a los estudiantes, a partir de sus propias experiencias y opiniones, el procesamiento del nuevo contenido, de manera más profunda y consciente.

El trabajo desplegado durante la segunda sesión de la estrategia mostró efectos positivos hacia el fortalecimiento de la convivencia escolar, teniendo en cuenta la diversidad de pensamientos, caracteres y modos de evitar y resolver conflictos, siendo la mediación, uno de los principios que fundamentan la convivencia. En ese sentido, Prada y López (citados por Martínez, 2020) expresan que, la mediación no solamente tiene que ver con resolver conflictos, sino que comporta una serie de valores y procedimientos que buscan educar en la cultura de la paz y reforzar maneras de actuar y de gestionar los conflictos participativa y democráticamente. De modo que, enfrentando a los estudiantes con posibles situaciones de conflicto, ellos pueden ir reflexionando y creando en sus mentes, formas potenciales de prevenirlas o resolverlas, a partir del sistema de valores que ellos mismos han aportado a crear en torno a la convivencia escolar en su institución.

De esa manera, a través del TC, la estrategia desarrollada se vio sustentada en lo expuesto por Vygotsky (como se citó en Estrada, 2010), quien enraíza este tipo de estrategias en el carácter social del ser humano que vive en continua interacción con otros y por los vínculos que surgen entre ellos. La actividad comunicativa destaca los beneficios cognitivos y afectivos que conducen al aprendizaje grupal, “como elemento que establece un vínculo dialéctico entre el proceso educativo y el de convivencia en la sociedad donde se generó” (Estrada, 2010, citado por Muñoz y Narváez, 2021, p. 13).

En consecuencia, las investigadoras, al evaluar los logros de la aplicación del TC como estrategia para el fortalecimiento de la convivencia escolar, pueden afirmar que la estrategia permitió generar aportes de gran significación para la convivencia escolar, a través del trabajo con contenidos como el acoso, la mediación para la resolución de conflictos y el contrato como instrumento para el compromiso, con una vida sustentada por valores. El reconocimiento de normas y compromisos para el afianzamiento de la sana convivencia en los diferentes entornos, sea familiar, escolar o social, se evidenció a través de la creatividad demostrada por los estudiantes en la preparación de historietas y videos, a través de un TC entre compañeros y con los familiares, lleno de entusiasmo, dinamismo, participación activa y argumentación ante sus propias opiniones sobre los casos trabajados, tanto de parte de los estudiantes, como de los padres de familia.

5. Conclusiones

Finalizado este estudio, las investigadoras proceden a compartir las conclusiones extraídas del camino recorrido. Para ello se consideró los resultados obtenidos en cada una de las fases del método de la IAP, que permitieron ir dando respuestas a los objetivos específicos propuestos, bajo los cuales se orienta lo siguiente:

La primera fase de la IAP se desarrolló en el contexto del primer objetivo específico, donde las investigadoras se propusieron describir los aspectos que evidencian las problemáticas que presenta la convivencia escolar en la IE Nelson Mandela de Valledupar, Cesar, para lo cual debieron recurrir a la aplicación de un instrumento exploratorio, una entrevista semiestructurada aplicada a los docentes, donde se reveló que, efectivamente, los estudiantes en general, presentaban debilidades significativas en su interacción con los otros, pues eran comunes los insultos, las palabras ofensivas y soeces, así como las agresiones leves como empujones entre ellos y gritos. En numerosas ocasiones mostraban desobediencia al no acatar instrucciones o normas.

Sobre la base de ese diagnóstico preliminar y, como sustento para la etapa reconstructiva de la IAP, las investigadoras solicitaron la opinión de los estudiantes sobre su disposición para mejorar la convivencia escolar en la IE a través de unas entrevistas cortas; en general, los mismos mostraron su disposición para participar en actividades de TC que aportaran al mejoramiento de las interrelaciones.

Al reflexionar y valorar las alternativas para dar continuidad al trabajo de reconstrucción de la práctica, en respuesta al segundo objetivo específico, las investigadoras propusieron aplicar el TC como estrategia para fortalecer la convivencia escolar. Para ello, planificaron una estrategia didáctica colaborativa, conformada por tres sesiones de trabajo, para ser desarrollada en conjunto con los estudiantes que conformaron la unidad de análisis. De allí que, se acudió a los entornos virtuales, que permitieron el accionar tanto de los estudiantes como de sus familiares, quienes, por medio de diapositivas de contenidos, videos, canciones, historietas, exposiciones con argumentación, trabajaron valores como el respeto, la tolerancia, la amabilidad, la cooperación mutua. En esta parte fue muy relevante el acatamiento a las normas que ellos mismos generaron para una buena convivencia.

Para el último objetivo específico, relacionado con evaluar los logros de la aplicación del trabajo colaborativo como estrategia para el fortalecimiento de la convivencia escolar, claramente quedó demostrada la disposición de los estudiantes para participar, a partir de la activación de presaberes, algo que los cautivó y que generó en ellos un interés muy significativo para aprovechar la oportunidad de conocer, reconocer y aplicar los conceptos trabajados en situaciones conflictivas a manera de estudio de casos, como alternativas de solución; entonces, se puede afirmar que cada uno de los logros que se alcanzó para dar respuesta al objetivo general, quedó demostrado con la eficiencia de las estrategias orientadas por el TC en el escenario de la IE ‘Nelson Mandela’.

6. Conflicto de intereses

Las autoras de este artículo declaran no tener ningún tipo de conflicto de intereses sobre el trabajo presentado.

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