Una mirada a la economía de la salud desde la psicología

A look at health economics from the perspective of psychology

Digna Edelsys Hernández Meléndrez
1Escuela Nacional de Salud Pública (ENSAP). La Habana, Cuba. 2Universidad Nacional de Chimborazo, Facultad de Ciencias de la Salud. Chimborazo, Ecuado, Cuba
Carlos Gafas González
Escuela Nacional de Salud Pública (ENSAP). La Habana, Cuba. 2Universidad Nacional de Chimborazo, Facultad de Ciencias de la Salud. Chimborazo, Ecuador, Cuba
Martha de la Caridad Marrero Araújo1
2Universidad Nacional de Chimborazo, Facultad de Ciencias de la Salud. Chimborazo, Ecuador. , Ecuador

Revista de Información científica para la Dirección en Salud. INFODIR

Editorial Ciencias Médicas, Cuba

ISSN-e: 1996-3521

Periodicidad: Cuatrimestral

núm. 37, 2022

infodir@infomed.sld.cu

Recepción: 24 Abril 2021

Aprobación: 03 Julio 2021



Resumen: Se presenta un análisis sobre la relación entre la Psicología y la Economía de la Salud mediante la ilustración de una intervención psicológica, en la cual se examinó la relación coste-beneficio, eficacia, y factibilidad económica. La intervención analizada redundó en beneficios que aportan eficacia económica para el paciente y las organizaciones que administran los recursos materiales. El enfoque salubrista para la atención integral al enfermo demanda de un abordaje multidisciplinar en que el enfoque económico forme parte de la toma de decisiones clínicas, para mejorar la prestación de servicios al individuo y su familia. El diseño de intervenciones psicológicas, basadas en un enfoque económico, traduce un posicionamiento salubrista que permite el desarrollo de acciones en beneficio del individuo, su familia y el sistema sanitario. La incorporación del análisis económico a la planificación estratégica en salud es esencial para establecer políticas, optimizar recursos humanos, materiales y financieros e incrementar resultados.

Palabras clave: intervención psicológica, costo-beneficio, oportunidad, productividad, eficacia y efectividad.

Abstract: An analysis of the relationship between Psychology and Health Economics is presented through the illustration of a psychological intervention, in which the cost-benefit relationship, efficacy, and economic feasibility were examined. The intervention analyzed resulted in benefits that bring economic efficiency for the patient and the organizations managing the material resources. The health care approach to integral patient care demands a multidisciplinary approach in which the economic approach is part of clinical decision making, to improve the provision of services to the individual and his or her family. The design of psychological interventions, based on an economic approach, translates into a health care positioning that allows the development of actions for the benefit of the individual, his or her family and the health care system. The incorporation of economic analysis into strategic health planning is essential to establish policies, optimize human, material and financial resources and increase results.

Keywords: psychological intervention, cost-benefit, opportunity, productivity, efficacy and effectiveness.

Introducción

La incorporación y ampliación constante de la ciencia psicológica en la solución de los problemas de salud-enfermedad adquiere cada vez mayor reconocimiento y difusión. Si se analiza el desarrollo alcanzado en los aspectos conceptuales en la Psicología de la Salud, puede considerarse que el campo de aplicación de los conocimientos psicológicos a la solución de los problemas del proceso salud- enfermedad y de la gestión en salud, presenta una tendencia creciente en la medida en que la investigación y la práctica profesional abren nuevos espacios para la inclusión de la Psicología en áreas cada vez más específicas.

Sin embargo, en ocasiones se planifican programas, investigaciones, cursos, entrenamientos y se ejecutan sin tener en cuenta sus costos, si es factible esa actuación desde el punto de vista económico, o se precisa de una solución alternativa teniendo en cuenta la relación costo-beneficio.

La Psicología de la Salud no ha emergido exclusivamente por la necesidad de contribuir con un conjunto de conocimientos a la formación integral de los profesionales de la salud, ni por el esfuerzo y liderazgo de sus iniciadores. Ha sido también por el resultado de múltiples hechos históricos que se interconectan entre sí, aparejados con el surgimiento de otras disciplinas contribuyentes al desarrollo de la salud pública contemporánea, como la Sociología, la Antropología Médica, la Epidemiología y la Medicina Preventiva.(1)

Las intervenciones en el ámbito de la salud pueden ser muy diversas y quizás esto ha contribuido a que psicólogos de la salud que trabajan en instituciones y campos temáticos muy diferentes perciban -y tengan realmente- un cierto distanciamiento en relación con su desempeño profesional. La visión holística de la Psicología de la Salud puede salvar estas diferencias y acercar a psicólogos que trabajen en distintas instituciones, con una u otra orientación teórico- metodológica de partida con funciones un tanto diferentes. Para realizar una intervención psicológica se deben tener en cuenta entre otros aspectos la factibilidad y dentro de ella la factibilidad económica.

Desde esa perspectiva, resulta contribuyente analizar la relación multidisciplinar existente entre la Psicología y la Economía de la Salud. Ambas son ciencias sociales que estudian al hombre en su ambiente social, concebido esta última como la disciplina científica que aborda temas tan amplios como el financiamiento, producción, distribución y consumo de bienes y servicios que satisfacen necesidades del campo de la salud bajo los principios de la eficiencia y la equidad. Esta disciplina estudia la oferta y la demanda de los servicios de salud así como las condiciones económicas de la política de inversión sanitaria en los diferentes modelos de provisión de salud.

La economía y psicología estudian al hombre desde diferentes enfoques. La definición clásica de la corriente objetiva de Federico Engels señala: “La economía como la ciencia que estudia las leyes que rigen la producción, la

distribución, la circulación y el consumo de los bienes materiales que satisfacen las necesidades humanas”.(2)

La Psicología parte del supuesto básico de que el mundo social es construido con significado y símbolos en la búsqueda de las formas simbólicas en que se desenvuelven las acciones sociales, y su significado expresado en el comportamiento de los individuos se incluyen los relacionados con la economía, como: ¿Cuáles son las variables que influyen en las decisiones de compra de los individuos?, ¿Por qué las personas se atesoran bienes y valores?, la relevancia de esta relación puede expresarse en el simple hecho de que la expectativa del consumidor respecto al precio de un producto provoca movimientos en la demanda y puede desencadenar movimientos en el resto de las variables económicas. Esta relación se manifiesta de manera estrecha en la existencia de la psicología económica y psicología del consumidor.(3)

Según Quintero y otros, “la salud no tiene precio, aunque para recuperarla o mantenerla sea preciso incurrir en elevados costos”.(4) Por tanto, la economía y la salud deben constituir un binomio inseparable. La economía de la salud, no solo se ocupa del análisis económico de los costos y la eficiencia, también se interesa por la calidad de sus servicios, los beneficios alcanzados, la equidad, la calidad de vida y el grado de satisfacción de la población. Se debe hacer énfasis en una asignación eficiente de limitados recursos y la mejor atención al paciente con el menor costo posible. La aplicación de los métodos de evaluación económica se hace cada vez más necesaria para la toma de decisiones con el objetivo de elevar la eficiencia y equidad de los servicios de salud.(4)

Según plantea Valdés, “la Economía de la Salud es una disciplina relativamente nueva, por lo que se puede afirmar que su desarrollo ha sido gradual y ascendente desde el comienzo de la década del 80” y la define como: “La Economía de la Salud no es más que la extensión de las herramientas e instrumentos de la economía al campo de la Salud Pública, con el objetivo de lograr eficiencia, eficacia y calidad de los servicios que se prestan”.(5)

Gálvez, por su parte, la define como una disciplina científica que aborda temas tan amplios como el financiamiento, producción, distribución y consumo de bienes y servicios que satisfacen necesidades del campo de la salud bajo los

principios de la eficiencia y la equidad. Esta disciplina estudia la oferta y la demanda de los servicios de salud así como las condiciones económicas de la política de inversión sanitaria en los diferentes modelos de provisión de salud.(6) En la actualidad la Economía de la Salud constituye una opción de gran utilidad para generar nuevos enfoques en el estudio y resolución de los problemas relacionados con las necesidades de salud y los servicios. Esta disciplina provee de herramientas para la toma de decisiones y contribuye a articular las prioridades epidemiológicas con la realidad económica con el propósito de seleccionar la mejor opción para la asignación de los recursos disponibles. En Cuba, la utilización de la evaluación económica como instrumento para la toma de decisiones ha mostrado en los últimos años. Este auge no solamente se aprecia en el incremento de los estudios realizados, sino en el establecimiento y priorización de políticas y una creciente cultura dirigida al uso racional y eficiente de los recursos.(7)

El objetivo del artículo fue presentar un análisis de la unión de dos disciplinas que no siempre se tienen en cuenta en la toma de decisiones para la ejecución de intervenciones en salud: Psicología y Economía.

Desarrollo

Intervención psicológica

Se refiere a las medidas psicológicas aplicadas a un individuo, a un grupo o una comunidad; con el fin de contribuir a promover, mantener y/o restaurar la salud. Para modificar comportamientos en salud se precisa de una mirada desde la Psicología positiva.(8)

Si se analizan las intervenciones realizadas en este ámbito, veremos que la mayoría se ha detenido en la búsqueda de factores negativos para fomentar afrontamientos positivos y pocas veces se parte de la búsqueda de los atributos positivos, de las fortalezas de las personas, familias y comunidades.

Un estudio exploratorio sobre las posibles intervenciones debe tener por finalidad facilitar la toma de decisiones referente a los problemas y a las necesidades de las personas, grupos o comunidades.

Los decisores debían estar informados sobre la existencia o no de medios eficaces y aceptables para actuar sobre un problema. Su decisión sobre cómo intervenir depende de esta información. Si se dispone de medios eficaces, puede desarrollarse un programa de acción. Si tales medios existen, deben ser evaluados o modificados, no es posible intervenir, al menos en una primera fase. En ese caso es más conveniente desarrollar un proyecto de evaluación o de investigación.

Elementos que deben ser considerados en la exploración de las alternativas de intervención

En cada problema de estudio, se debe valorar cuáles son las soluciones eficaces y, entre estas, cuáles son factibles, es decir, aceptables. En este proceso hay que tener en cuenta el objeto de estudio, la población a investigar, el tipo de intervención y el nivel de prevención deseable.(9)

Un ejemplo de intervención psicológica puede verse por la primera autora del artículo: “Intervención psicológica en las enfermedades cardiovasculares”;(10) se trató de una experiencia con un grupo de pacientes afectados de infarto del miocardio, sometidos a un tratamiento de rehabilitación cardiovascular integral. En el estudio reseñado se planteó como objetivo de la intervención, modificar los estilos de afrontamiento de los pacientes que presentan un patrón de conducta tipo A. Se retomará esta experiencia para hacer consideraciones desde el punto de vista de la intervención y se emitirán juicios al respecto. Para hacer referencia a la intervención se le llamó para a hacer intervención a Meléndrez.(11)

Según Pineault, debe precisarse la diferencia entre eficacia y factibilidad de un programa o de una intervención.(9)

Eficacia de la intervención

Al buscar soluciones debe considerarse en primer lugar las intervenciones eficaces, es decir, aquellas que después de su evaluación han demostrado ser capaces de prevenir o controlar el problema, o de satisfacer una necesidad. Se trata de evaluar la sensibilidad del problema a una acción preventiva o curativa. La eficacia de una intervención se refiere, a la capacidad de esa intervención para solucionar el problema.

La intervención de Digna Edelsys Hernández Meléndrez (DEHM) permitió intervenir en los modos de afrontamiento de las personas que los llevaron a enfermar y producir en ellos cambios generadores de salud, por tanto se trata de una estrategia preventiva y terapéutica, porque disminuyó los estados emocionales negativos, mejoró sus modos de afrontamiento y los previno de otras afecciones cardio o cerebro vasculares.

Para ser considerada eficaz, una intervención debe ser a la vez, fiable y válida. La fiabilidad se refiere a la capacidad de la intervención para producir los mismos resultados si se repitiera en condiciones semejantes; la intervención es válida en la medida en que el resultado obtenido se asemeja al resultado que se espera obtener gracias a su aplicación. La intervención DEHM resultó fiable ya que modificó los modos de afrontamiento de los pacientes y se ha repetido la experiencia en otros cardiocentros de Cuba, con similares resultados.(11) Fue válida porque produjo los resultados que se esperaban.

No siempre es fácil evaluar la eficacia de una intervención. Según Pineault(9) el valor de una intervención debería basarse idealmente en la calidad de la prueba, es decir, en la calidad de la evidencia proporcionada por las investigaciones empíricas. Para este autor, una intervención que se apoye en este criterio es más válida que la que solo ha sido valorada en función del criterio de expertos. Sin embargo, raras son las intervenciones para las cuales exista una prueba de este tipo, particularmente en las situaciones en las que el origen del problema es multifactorial.

Factibilidad de la intervención

La factibilidad de una intervención está relacionada con la capacidad de resultar operativa en el contexto que le es propio. El estudio de la factibilidad de una intervención se dirige a evaluar las posibilidades de éxito de su implantación, su aceptabilidad. Deben considerarse, en primer lugar, los elementos que pueden frenar o favorecer la implementación del programa. Habitualmente estos elementos corresponden a las dimensiones:

- Factibilidad legal: ¿Respeta la intervención las legislaciones implicadas? La intervención DEHM formaba parte de un Programa de Rehabilitación Cardiovascular Integral, destinado a mejorar el estado de salud de pacientes afectados de enfermedades cardiovasculares que constituye la primera causa de muerte en Cuba y el mundo, por tanto fue legalmente factible.

- Factibilidad política: ¿Cuál es la receptividad a esta intervención por parte de las organizaciones políticas locales? ¿Cuál es la postura de los ministerios implicados por la aplicación del programa?

Grau y Martín hicieron una revisión de 431 trabajos presentados en dos congresos internacionales celebrados en el ámbito latinoamericano en los que identificaron

118 trabajos (27,4 % del total) en el área de las enfermedades crónicas no transmisibles, les sigue en orden el área de salud reproductiva (66 para 15,3 %), el trabajo con niños y familias (48 trabajos para un 11,1 %) y en atención primaria de salud (42 trabajos para un 9,7 %).(12)

Al revisar algunos de los principales libros de Psicología de la Salud que han sido editados en los últimos 30 años (Friedman y DiMatteo,(13) Ribes,(14) Rodríguez Marín,(15) Amigó,(16) Morales,(17,18) Angerami y otros,(19) Barra,(20) Álvarez(21) puede observarse que los autores consideran campos temáticos importantes aquellos que están relacionados con:

La intervención DEHM redundó en beneficios ya que se obtuvo:

Consideraciones finales

El diseño de intervenciones sanitarias en general y en Psicología en particular, basadas en un enfoque de Economía de la Salud traduce un posicionamiento salubrista que permite fundamentar el desarrollo de acciones en beneficio del individuo, su familia, la comunidad y el Sistema Nacional de Salud. Para los directivos de la salud la incorporación del análisis económico a la planificación estratégica en salud es esencial para establecer políticas, optimizar recursos humanos, materiales y financieros e incrementar resultados.

Referencias bibliográficas

1. Grau JA, Infante O, Díaz JA. Psicología de la Salud cubana: apuntes históricos y proyecciones en los inicios del siglo XXI. Cali, Colombia: Pontificia Universidad Javeriana. Pensamiento Psicológico. 2012 [acceso 24/03/2021];10(2):83-101. Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80125017008

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3. Ávila Macedo JJ. Economía. México. Editorial Umbral; 2006.

4. George Quintero RS, Laborí Ruiz R, Noa Legrá G, Noa Legrá M. Una mirada a la economía de la salud. Rev. Inf. Cie. 2017 [acceso 24/03/2021];6(5). Disponible en: http://www.revinfcientifica.sld.cu/index.php/ric/article/view/1758/3295

5. Valdés JC. Antecedentes históricos de la economía de la salud y su evolución en Cuba. MEDISAN. 2010 [acceso 27/03/2021];14(4):573. Disponible en: http://scielo.sld.cu/pdf/san/v14n4/san19410.pdf

6. Gálvez Gónzález AM. Economía de la salud en el contexto de la salud pública cubana. Rev. Cubana Sal. Púb. 2003 [acceso 27/03/2021];29(4):[aprox. 17 p.]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864- 34662003000400011

7. Gálvez González AM, Garcia Fariñas A, Portuondo Sánchez C, Lara Bastanzuri C, Collazo Herrera M. Evaluación económica en salud y toma de decisiones en el contexto sanitario cubano. Rev. Cubana Sal. Púb. 2012 [acceso 27/03/2021];38(2):253-62. Disponible en: http://scielo.sld.cu/pdf/rcsp/v38n2/spu08212.pdf

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10. Hernández Meléndrez DE. Iintervención psicológica en salud. Conferencia para el módulo de Intervención de la Maestría en Psicología de la Salud. Cuba: Escuela Nacional de Salud Pública; 2019.

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30. Lam Díaz RM, Hernández Ramírez P. Los términos: eficiencia, eficacia y efectividad ¿son sinónimos en el área de la salud? Rev. Cub. Hem. Inm. Hem. 2008 [acceso 24/03/2021];24(2):[aprox. 8 p.]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864- 02892008000200009&lng=es

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31. Bouza Suarez A. Reflexiones acerca del uso de los conceptos de eficiencia, eficacia y efectividad en el sector salud. Rev. Cubana Sal. Púb. 2000 [acceso 24/03/2021];26(1):[aprox. 9 p]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864 - 34662000000100007&lng=es

32. Ministerio de Salud Pública. Programa de Desarrollo de la Especialidad (Psicología de la Salud) hasta el año 2015. La Habana: Editorial de Ciencias Médicas; 2000.

33. Hernández E, Grau J. Psicología de la Salud. Fundamentos y aplicaciones. Jalisco, México, Universidad de Guadalajara: Editorial La Noche; 2005.

Apéndice

Conflicto de intereses

Los autores declaran que no existe conflicto de intereses.

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