Condiciones de seguridad alimentaria y nutricional en la comunidad de San Antonio, Veraguas
Food and nutritional security conditions in the community of San Antonio, Veraguas
Revista Científica de la Universidad Especializada de las Américas (REDES)
Universidad Especializada de Las Américas, Panamá
ISSN: 1684-6737
ISSN-e: 2710-768X
Periodicidad: Anual
vol. 17, núm. 1, 2025
Recepción: 28 febrero 2024
Aprobación: 27 marzo 2024
Resumen: La alimentación adecuada es consagrada como un derecho humano, el cual es ejercido cuando se goza de una plena seguridad alimentaria y nutricional, la misma está estrechamente ligada con la prevención de las enfermedades y el goce de la salud. El objetivo de la investigación consistió en conocer las condiciones de seguridad alimentaria y nutricional en las que viven los hogares. El diseño de la investigación fue no experimental con enfoque cuali-cuantitativo, de tipo transversal y descriptivo, ya que permite medir el estado de seguridad alimentaria y nutricional de la población. El muestreo fue de tipo no probabilística por afijación simple, con un nivel de confianza del 95% con un margen de error del 5% y puntuación z de 1.96. Para alcanzar una muestra de 266 adultos para las medidas antropométricas y 238 para la aplicación de las encuestas en hogares, se realizó un análisis descriptivo de las variables. Los principales resultados demuestran que el 77.1% de los participantes presentaron sobrepeso y obesidad, el 47.5% manifestaron un ingreso mensual igual o menor a B/300.00, con un gasto para la compra de B/201-300 por el 26.5%, el 97.1% de los hogares presentaron diversidad alimentaria alta, ya que consumen entre 6 a 12 grupos de alimentos y el 86% presentaron inseguridad alimentaria en los últimos 3 meses.
Palabras clave: inseguridad alimentaria, estado nutricional, diversidad dietética, consumo de alimentos, acceso de alimentos.
Keywords: food insecurity, nutritional status, dietary diversity, food consumption, access to food
Introducción
El derecho a la alimentación, según Franco, et. al (2022) es reconocido a nivel mundial y se ejerce cuando existe un acceso regular, permanente, libre de hambre y con alimentos nutritivos, adecuados, sin discriminación alguna a todos los individuos.
Es importante destacar, que la alimentación se encuentra alineada con el concepto de la seguridad alimentaria nutricional, la cual menciona Soto (2019) que existe cuando las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y saludables para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana.
Por su parte, Bulgach (2019), hace alusión al término acceso como la demanda de consumo y su función está determinada por el nivel de ingresos, también se relaciona con la capacidad de compra en medios como el comercio, la producción en el hogar, la pesca, la caza, la recolección de alimentos secos o silvestres, entre otros; sustenta, además, que las condiciones económicas como la composición de los hogares, el lugar y características de la residencia, niveles educativos alcanzados Y condiciones sanitarias de las viviendas son contextos estrechamente relacionados al acceso de alimentos en la población.
En este contexto, la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (2018) señala que existe una desigualdad por la falta de acceso a alimentos seguros y nutritivos, lo cual contribuye a la carga global de enfermedades que afecta especialmente a grupos vulnerables, en las cuales se incluyen las enfermedades no transmisibles y todas las formas de malnutrición.
Por otra parte, González y Rodríguez (2022) señalan que la disponibilidad de alimentos se refiere a la disposición para obtenerlos, sea este en un área regional o local en función de la producción y la comercialización de los mismos, los cuales son influenciados por las condiciones climáticas, de suelos, eventos naturales y la infraestructura de los sistemas de transporte, almacenamiento y conservación.
Según Zapata, et.al (2019), el lugar d residencia y el contexto socioeconómico, así como las costumbres y hábitos alimentarios del entorno tienen una influencia significativa en las decisiones alimentarias, ya que afectan la disponibilidad y acceso a los alimentos; de la misma forma, los procesos demográficos, tecnológicos, económicos y ambientales a nivel global están teniendo un impacto en el consumo de los mismos, lo que ha llevado a una preferencia creciente por alimenticios ultraprocesados.
Las Naciones Unidas (2020) definió al consumo, como la presencia de alimentos en los hogares, el cual puede estar influenciado por las costumbres, hábitos, conocimiento, decisiones y mecanismos de compras. Mientras que la FAO (2013), mencionó que dicho consumo puede medirse a través del Puntaje de Diversidad Dietética en el Hogar, el cual evalúa el consumo de 12 grupos de alimentos definidos por el propio indicador.
Cabe señalar, que la manera como el cuerpo se beneficia de todo el aporte nutricional que contienen los alimentos que ingiere, es considerado como la utilización biológica de los alimentos, otro pilar de la seguridad alimentaria y nutricional, el cual está condicionado por la edad, estado fisiológico, condición de salud o necesidad biológica del individuo y, a su vez, de otros factores como las prácticas de consumo, la disponibilidad e inocuidad de los alimentos, lo cual repercutirá en el estado nutricional y de salud del individuo (FAO 2011, Khanna, 2019, citado por Yagüe, 2023).
En encuestas nacionales de países como Brasil y Chile, Colombia entre los años del 2008 al 2011, se observó una variabilidad de la dieta basada principalmente en los cereales como el arroz, pan y pastas, las leguminosas, aceites y grasas, como también azucarares como la miel, golosinas, dulces, galletas y bebidas, los cuales son de alto contenido calórico; pero a su vez, una baja ingesta de frutas y verduras (Shamah, et al, 2014).
En países vecinos como Colombia, aún existen problemas relacionados con la inseguridad alimentaria de algunos grupos poblacionales, especialmente los más pobres y vulnerables; situación principalmente causada por la imposibilidad de acceder a los alimentos, debido al bajo nivel de ingresos de estas poblaciones, lo cual se agudiza por las disfunciones mismas de los sistemas agroalimentarios relacionados con el abastecimiento y la distribución de alimentos, que en muchas ocasiones generan alzas notables e injustificadas de los precios (FAO, 2023).
En el 2019, según la Encuesta Nacional de Salud de Panamá, el 85,2% de los hogares presentaron una diversidad dietética alta; sin embargo, el 24,8% de hogares de áreas indígenas presentaron una diversidad dietética baja, haciendo notar las brechas de acceso a alimentos variados en poblaciones vulnerables (Instituto Conmemorativos Gorgas de Estudios de la Salud ICGES, 2023).
Por otro lado, según estadísticas del Ministerio de Economía y Finanzas (2022),el costo de la canasta básica familiar de alimentos en Panamá para el 2022, en los distritos de Panamá y San Miguelito fue de B/.342.02 y en el resto urbano del país fue de B/.306.99; además, en 35 alimentos el costo calórico aumentó, siendo en total de B/.3.74, observándose las mayores alzas, en los rubros del grupo de vegetales y verduras como el tomate nacional, la papa y la zanahoria; además de las frutas como la piña, la cual representó el 43.7% del total del aumento.
Una inseguridad alimentaria y nutricional, según Black, et al. (2013), puede conducir a problemas de salud física, como la malnutrición. Esta puede manifestarse en formas diferentes, como el bajo peso, el retraso en el crecimiento, la desnutrición crónica o la obesidad, y puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades del tipo crónico, debilitar el sistema inmunológico y dificultar la recuperación de las enfermedades.
El objetivo central de la investigación, consiste en conocer el estado de la seguridad o inseguridad alimentaria y nutricional de una comunidad o territorio; permite a los responsables de las políticas alimentarias y de salud nutricional evaluar el impacto de las intervenciones. Esto ayuda a determinar si las estrategias y programas alimentarios implementados están logrando los resultados deseados y a identificar las áreas que requieren mejoras.
Marco Metodológico
El diseño de esta investigación fue no experimental sin manipulación de variables, con enfoque cuali- cuantitativo, de tipo transversal y descriptivo, ya que permite medir el estado de seguridad alimentaria y nutricional de la población a través de elementos como la diversidad alimentaria, la inseguridad alimentaria y el estado nutricional.
La población estaba conformada por 1020 hogares, agrupados en 34 Torres en la Urbanización San Antonio. La selección de la muestra de 280 hogares fue probabilística por afijación simple con un nivel de confianza del 95%, con un margen de error del 5% y puntuación Z de 1.96. Dentro de los criterios de inclusión, se consideró hogares con la presencia de un adulto responsable mayor de 18 años y personas que firmaron el consentimiento informado de manera voluntaria. Como criterios de exclusión se consideraron aquellos hogares con personas con discapacidad y menores de edad solos en el hogar. El total de la población que participó en el estudio a la cual se les tomó medidas de peso y talla fue de 266 adultos mayores de 20 años, y de estos se logró completar las encuestas alimentarias en 238 hogares.
Se estableció como variable dependiente la seguridad alimentaria y nutricional, la misma operacionalmente contempló los criterios de accesibilidad a los alimentos, diversidad alimentaria, inseguridad alimentaria y estado nutricional, donde se valoró el índice de masa corporal, como la relación del peso en kilogramos y la talla en metros cuadrados, utilizando la clasificación según la OMS. Asimismo, se consideraron otras variables como accesibilidad a los alimentos mediante los ingresos y gastos en alimentos en el hogar, lugar de compra y composición familiar. Otra variable de análisis fue la diversidad alimentaria a través del consumo de 12 grupos de alimentos en las últimas 24 horas en el hogar, para obtener una clasificación por nivel alto, medio o bajo. Inseguridad alimentaria, mediante la experiencia y condiciones de seguridad alimentaria manifestada por algún miembro de la familia por falta de dinero en los últimos 3 meses, para obtener una clasificación por nivel alto, moderado o leve.
El instrumento empleado consistió en la aplicación de una encuesta adaptada y contextualizada del diseño original de Puntaje de Diversidad Dietética en el Hogar del Proyecto Internacional de Asistencia Técnica en Alimentación y Nutrición, versión 2, (2006), la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria (ELCSA, 2012), Encuesta de Accesos y Gastos de Panamá del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC 2017/2018), y se incluyeron datos antropométricos de peso y talla, el cual fue sometido a validación por jueces expertos con los siguientes perfiles: Especialistas en Seguridad Alimentaria Nutricional, Salud Pública y Español, el instrumento de validación consideró aspectos sobre la claridad, pertinencia, redacción y relevancia, el cual no presentó varianza en los resultados.
Las encuestas se aplicaron al jefe del hogar u otro adulto responsable que se encontraba en la vivienda, por medio de la plataforma de Google Forms® mediante equipos de telefonía móvil con acceso a internet, y la toma del peso y la talla, utilizando balanzas y tallímetros portátiles.
El procedimiento desarrollado en las siguientes fases: Fase I sobre elaboración o estructuración del estudio científico a través de la revisión de las fuentes científicas, con el fin de elaborar el anteproyecto de investigación. La Fase II abordó el proceso de validación del instrumento. Luego en la Fase III se visitaron los hogares y luego de presentar el consentimiento informado se procedió a la aplicación de la encuesta. En la Fase IV se realizó el análisis descriptivo de las variables, presentando los datos en promedio, desviación estándar, frecuencia y porcentaje para luego proyectar los resultados en formas de tablas o figuras.
Resultados
Del total de la población de 266 adultos a la cual se le tomó medidas de peso y talla, 217 fueron mujeres y 47 varones, con una edad promedio de 35+11,9. De los 238 hogares a los que se les aplicó la encuesta, el 85.3% fueron mujeres, el 24,1% se encontraban entre 40 a 49 años y el 28,9% entre 30 a 39 años.
Con relación al estado nutricional, el 45.5% se encontraban en obesidad y el 32% en sobrepeso; según sexo, las mujeres presentan más obesidad que los hombres, con un 47.9% en relación con un 34% en hombres, mientras que el estado nutricional normal en hombres fue de 29.8 y en mujeres fue de 20.1 %. Cabe resaltar que, en el intervalo de edad de 40 a 49 años, el 70% de la muestra se encontraban con obesidad (Tabla 1).
El promedio de ingreso mensual de los hogares fue de B/300+304,90, observándose que el 47.5% tuvieron un ingreso igual o menor a B/300.00 y el 31.1% entre B/301.00 a B/600.00; por otro lado, la figura 1 muestra que el 26,5% manifestaron gastar mensualmente para la compra de alimentos, entre B/201.00- 300.00 y el 21.0% entre B/.101.00–200.00. En cuanto a la dinámica de compras de alimentos el 49.6% de los hogares realizaban la compra de sus alimentos de manera quincenal, el 24.4% semanal y 23.1% diariamente; principalmente en el supermercado por el 81.1% y el 92,4% lo realizaban a través de la forma de pago en efectivo.
En cuanto a la persona que decide y compra los alimentos en el hogar, observamos en la figura 2, que son las madres quienes toman estas decisiones por arriba del 60%, siendo así que 7 de cada 10 mujeres deciden qué alimentos consumen y 6 de cada 10 realizan la compra de alimentos. El 92,4% de los encuestados consideraron que, en los últimos tres meses, los precios de los alimentos habían aumentado y solo el 7.4% que se había mantenido. En el caso de la población de estudio, se identificó que el 97.1% presentaron una diversidad alimentaria alta, es decir, que consumieron entre 6 a 12 grupos de alimentos diferentes en las últimas 24 horas y se observó que el 2,9% tuvieron una diversidad alimentaria moderada, entre 4 a 5 grupos diferentes.
En la figura 3 se observa que los diferentes grupos de alimentos consumidos por el 97.1% fueron condimentos; el 94,5% señaló consumir cereales y el 94.2% carnes. Solo el 20.6% expresó comer verduras o raíces y solo el 14.3% manifestó consumir lácteos. El 81.9% de los hogares reportó un consumo de alguna fuente de grasa como mantequilla, mayonesa, aceite o frituras, dato muy parecido al consumo de frutas.
En relación con la situación de seguridad e inseguridad alimentaria en el hogar en los últimos 3 meses, la figura 4 plasma un nivel de inseguridad alimentaria en el 86% de los hogares. Aproximadamente 3 de cada 10 se encontraban en un nivel severo y moderado.
Con relación a la falta de dinero u otros recursos en los últimos tres meses, como se observa en la figura 5, que el 73% de los adultos presentaron preocupación por falta de alimentos, 4 de cada 10 hogares reportaron una alimentación poco variada y consideraron que no fue saludable; de igual manera, 33.2% de los adultos se quedaron sin comer en algún momento.
La inseguridad alimentaria grave es mayor en el grupo familiar confirmado por adultos y menores de 5 años y de moderada se presentaron en el 30% de los hogares con menores de 5 años, escolares y adolescentes (Tabla 3).
En la tabla 4 se observa que el 55,6% de las personas con inseguridad alimentaria leve presentaron diversidad alimentaria alta, siendo mayor que la inseguridad moderada y severa, las cuales fueron entre 24,9 y 20,2 respectivamente.
Conclusiones
· La evaluación del estado nutricional en la población reflejó un exceso de peso por arriba del 70%, afectando mayormente a las mujeres, resultado muy relacionado con la encuesta nacional de salud de Panamá 2019.
· La mitad de los hogares gastan para la compra de los alimentos un monto casi similar al costo de la canasta básica familiar, de aproximadamente B/. 300.00.
· El bajo ingreso familiar no permite que la diversidad dietética sea considerada como buena. Existe un elevado porcentaje de la población que declara el consumo de alimentos altamente condimentados.
· Pese a que en la mayoría de los hogares se percibe algún grado de inseguridad alimentaria, el puntaje de diversidad dietética fue alto, información que podría considerarse contradictoria.
Referencias
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