Páginas de la Historia de Cuba a través del cartel político (1959-1969).
Pages of the History of Cuba through the political poster (1959-1969).
Innovación tecnológica (Las Tunas)
Centro de Información y Gestión Tecnológica y Ambiental de Las Tunas, Cuba
ISSN-e: 1025-6504
Periodicidad: Trimestral
vol. 26, núm. Esp.3, 2020
Recepción: 28 Mayo 2020
Aprobación: 10 Junio 2020
Resumen: El presente texto tiene como objetivo destacar cómo el cartel político en su variante histórico-conmemorativa ha estado presente a lo largo de la Revolución cubana. Se realiza desde la perspectiva de la Comunicación Social. Se evalúa esta manifestación como un recurso de la propaganda política utilizado a lo largo del proceso revolucionario. En particular, se concentra en el uso del referente fotográfico el cual ha sido empleado como elemento comunicativo en el cartel. Estos productos visuales, a modo de documentos históricos son una vía importante para el estudio de los procesos políticos que acontecieron a lo largo del periodo estudiado. Esta indagación contribuirá con el rescate de nuestra historia a través de imágenes que han resultado hitos y que han reflejado episodios trascendentes de la vida de la nación que con el paso del tiempo corren riesgo de perderse.
Palabras clave: propaganda política, cartel político, referente fotográfico, historia.
Abstract: The current text aims to highlight how political posters in its historical-commemorative variant have been present throughout the Cuban Revolution. It is done from the perspective of Social Communication. This manifestation is evaluated as a resource of political propaganda used throughout the revolutionary process. In particular, it focuses on the use of photographic reference which has been used as a communicative element in posters. These visual products, as historical documents, are an important way for studying political processes that took place over a period studied. This indeed will help rescue our history through landmark images that have reflected very important episodes of the nation's life that are at risk of being lost over time.
Keywords: political propaganda, political poster, photographic reference, history.
INTRODUCCIÓN
El cartel ha acompañado a la historia de Cuba. Este se ha hecho eco de eventos de reafirmación nacional, actos de recordación histórica, campañas de diversos perfiles entre las que destacan las de bien público, del mismo modo que ha reflejado eventos culturales. Varios autores destacan su papel luego del triunfo revolucionario. A decir de Adelaida de Juan (2004), “[…] el cartel a partir de la década de 1960, ha colaborado en el surgimiento de un nuevo rostro de Cuba”, en tanto Reinaldo Morales (2009) sostiene que desde enero de 1959 los carteles en Cuba se han mantenido dialogando en consonancia con cada momento de la vida cotidiana.
Como parte de la diversidad del cartel, el de tipo político resultó trascendental en el nuevo escenario. Este es posible asumirlo como aquel ‟ soporte informativo impreso que a partir de un estilo directo en el que se conjugan imagen y texto breve, procura modificar actitudes, de ahí que en él prima una función social” (Remón, 2019 a). Su estudio ofrece claves de comprensión para acercarnos a momentos climáticos de la historia de la nación. Un elemento a tener en cuenta es que el público o receptor al cual estaba dirigido este tipo de obra era protagonista y participe de la realización en sí misma. En cuanto al público foráneo, aunque no fuese el destinatario esencial, este tipo de creación contribuyó con la comprensión de la realidad cubana, pues la isla de Cuba representó en aquellos momentos una utopía y personificó la respuesta latinoamericana y caribeña de confrontación contra el imperialismo.
En el nuevo escenario, el cartel político reflejó episodios importantes de la naciente Revolución y se ha mantenido acompañando todo el proceso durante sus más de 60 años. Según Adelaida de Juan (2006, p. 185) en dicho contexto se crean carteles memorables muchos de los cuales se apoyan principalmente en la fotografía lo que, conjugado con un texto breve, generó imágenes impactantes cuya mayor validez fue sintetizar el sentir de todo el pueblo de un modo que unificó la eficacia contextual y formal. Por su parte, Pepe Menéndez (2006) plantea que:
El cartel adquiere por estos años un rol preponderante como medio de divulgación. La vida de los cubanos se hizo muy intensa en las calles, en los sitios públicos; había mucho intercambio social por motivos laborales, estudiantiles, recreativos o de preparación militar. En tales circunstancias el cartel, al estar siempre presente, sirvió de eficaz comunicador….
De este modo, es posible afirmar que el cartel ha cumplido una función comunicativa primordial en esta etapa y ha sido capaz de cubrir una amplia variedad de tópicos, no solo de esencia nacional, sino internacional. Como afirma Jorge Bermúdez (2009), este fue uno de los primeros medios en identificarse con la cultura visual gestada por la Revolución Cubana.
El cartel político presenta variantes entre las que se encuentran el de prevención o de guerra (Bermúdez, 2000), el histórico-conmemorativo, de solidaridad e informativo (Remón, 2019 a). Si bien estas variantes se han desarrollado a lo largo del proceso revolucionario, la de carácter histórico-conmemorativo ha tenido una presencia sostenida por sus peculiaridades. Se define como ‟aquella pieza cuyo objetivo es
rememorar sucesos históricos de carácter trascendente para la nación.” (Remón, 2019 a). Como parte de esta tipología, al revisar el universo, se advierte la tendencia al tratamiento seriado de determinadas temáticas.
Tal como se apuntó, el cartel de tema histórico-conmemorativo ha sido privilegiado, lo que responde al respaldo de la gráfica a modo de testimonio visual de todo el acontecer de la nación. Es preciso apuntar que, en ocasiones, esta tipología ha sido manejada de modo poco creativo y se ha apelado a fórmulas reiterativas. No obstante, destacan ejemplos de obras de gran valía estético-comunicativa.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente texto tiene como objetivo destacar cómo el cartel político en su variante histórico-conmemorativa ha estado presente a lo largo del proceso revolucionario.La investigación se realiza desde la perspectiva de la Comunicación social y es parte de un estudio más amplio alusivo al referente fotográfico en el cartel político en la Revolución cubana. Se escogieron como herramientas de análisis el estudio de literatura especializada además de la lectura de imágenes. Para ello, se revisó un amplio corpus de obras y se empleó un muestreo no probabilístico a partir del cual se seleccionaron aquellas piezas que a juicio del investigador resultaron trascendentes en la etapa estudiada por marcar hitos a partir de los sucesos históricos que respaldan.
Para esta selección se establecieron criterios como el empleo del referente fotográfico en la composición, también se valoró el estado de conservación y se organizaron los exponentes según su realización para así seguir una línea discursiva coherente en los análisis. Es válido esclarecer que no es objetivo apreciar al cartel desde la perspectiva del diseño gráfico. El estudio evalúa esta manifestación como un recurso de la propaganda política utilizado a lo largo del proceso revolucionario y, en particular, se concentra en el uso del referente fotográfico como su cimiento configurador.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Dadas sus características –por lo general se compone de imágenes con fuerte carga expresiva acompañadas de textos breves– el cartel ha devenido herramienta esencial cuando de propaganda se trata. Su función principal según Pérez y Rivera (2002, p. 40)
‟[…] es incentivar y propiciar cambios de actitud y mentales”. Se compone –en su mayoría, al igual que otros tipos de cartel–, de la combinación de texto e imagen.
Según Coultre y Purvis (2003):
“los mejores son los que no necesitan el apoyo de texto alguno”. Por el potencial epistemológico de la imagen, esta tiene la posibilidad de homogeneizar un determinado concepto, cualidades que resultan esenciales en su uso como herramienta de la propaganda1.
En relación con el uso de la imagen fotográfica en la concepción del cartel político en Cuba poco se ha escrito desde la perspectiva de la comunicación social, a pesar de que la integración de estas manifestaciones ha ofrecido a lo largo del proceso revolucionario obras que se distinguen por su fuerza visual. Si bien la lectura actual de
estos bienes puede realizarse desde varias aristas, entre ellas la perspectiva comunicativa, en nuestro país resultan escasos los estudios que desde este enfoque analicen el nexo cartel-fotografía.
Al repasar el estado del arte en torno al tema, la mayor parte de los textos examinados ofrecen puntos de vista generalizadores sobre el devenir del cartel a lo largo del proceso en la Isla (Bermúdez, 2000, 2000a; Muñiz, 2003, 2012; Cushing, 2003; de Juan, 1993a, 2004, 2006; Morales Campos, 2009). Otros estudios aportan valoraciones acerca de la obra de algún diseñador o temática específicos (Vega, 1996; Bermúdez, 2004, 2017; Morales Campos, 2010, 2010a; 2010b, 2011, Fernández, 2015). Se consultaron, además, valiosos materiales que establecen periodizaciones en cuanto al comportamiento del cartel asociado a circunstancias trascendentes del contexto cubano (Menéndez, 2006; Morales, 2018). Sobre su relación con la fotografía los textos de Jorge Bermúdez (2000) y Adelaida de Juan (1980, 1993a, 2004, 2006) esbozan el tema, aunque en el caso de la autora, desde la Historia del Arte.
El hecho de que una gran parte de estas piezas se conserve en la actualidad posibilita afrontar un estudio desde la perspectiva comunicativa que evalúe el vínculo cartel- referente fotográfico. En tal sentido se entiende como referente fotográfico a la imagen en las diversas variantes de su empleo a partir de su manipulación2.
Expresión de este nuevo contexto sería el que se reconoce como el primer cartel político de la Revolución cubana, realizado en 1959 por Eladio Rivadulla (figura 1). Según señala Jorge Bermúdez (2000, p. 45-46) Eladio, al conocer la noticia de la huida de Batista en la madrugada del 1 de enero, no pudo dormir más. Buscó una imagen de Fidel que tenía escondida perteneciente a las fotos que cubrieron la entrevista que el periodista Hebert Mathews, del New York Times, realizada al líder en 1958 y realizó la obra3.
Primer cartel político de la Revolución cubana
Al evaluar la pieza, la imagen de Fidel tomada con propósito de la entrevista deviene referente fotográfico para la nueva obra. La composición es simétrica y desproporcionada, pues la foto ocupa la mayor parte del área. Esta es recortada y se representa a modo de dibujo con trazos certeros. El nivel de detalles de la figura central sugiere textura arrugada, pues se delimitan los pliegues de la camisa. Destaca el fusil en posición vertical, sin embargo, si bien la mirada es firme y se dirige al espectador, la cabeza del líder se muestra ligeramente ladeada. Un aspecto notable es el empleo del color, pues se utilizan el blanco, el rojo y el negro con eminente connotación simbólica. En cuanto al texto, solo dos frases bastan para transmitir el mensaje: 26 de JULIO y Fidel Castro. De modo que, no es preciso ningún otro elemento. Se trata de una pieza cuya fuerza comunicativa resulta contundente.
Aunque con corta vida, el suplemento del diario Revolución, Lunes de Revolución,
contribuyó con la nueva visualidad que caracterizó esta etapa4. Según Jorge Bermúdez (2000, p. 63-65)Lunes constituyó una fuente permanente de motivaciones gráficas de elevado nivel estético-comunicativo. Apunta, además, que el primer y más positivo impacto que tuvo el incipiente ámbito gráfico en el nuevo contexto procedió de este suplemento.
Otros acontecimientos que conmovieron la vida de la nación y el mundo estuvieron acompañados por carteles políticos5. La conmemoración de efemérides como aniversarios de las luchas independentistas, del 26 de Julio, del triunfo revolucionario,
entre otras, también fueron objeto de creaciones gráficas de corte político. Los autores Bermúdez (2000), Pepe Menéndez (2006), Reynaldo Morales (2018) y Adelaida de Juan (2006) coinciden al plantear que a partir del año 1965 se fortalece un modo de hacer en relación con la gráfica política en Cuba. Esto está relacionado con la consolidación del gobierno revolucionario, las conquistas que en todos los órdenes este proceso trajo consigo, además de los numerosos acontecimientos sociopolíticos que tuvieron lugar en el país.
En términos de producción de carteles, esto se tradujo en obras que se ajustaron a una amplia gama temática las cuales estaban respaldadas por formas visuales disímiles. Acerca de la gráfica en este nuevo contexto Pepe Menéndez (2006) apunta dos factores que resultaron esenciales. Por una parte, la dinámica de transformación que se vivía en el país producía una demanda constante de comunicación visual. Por otro lado, los diseñadores se encontraban agrupados en instituciones que les propiciaban un ejercicio sistemático además de libertad expresiva. No obstante, los logros y sobre todo inmediatez de las propuestas en estos primeros años de Revolución, existen posturas que cuestionan la calidad estético-comunicativa de muchas de estas proposiciones visuales (Bermúdez 2000, p. 102)6.
Un hecho que marcó la cartelística cubana de entonces fue la muerte del Guerrillero heroico Ernesto Che Guevara. Así surge la pieza Che, la juventud entonará los cantos luctuosos con tableteo de ametralladoras y gritos de victoria. Hasta la Victoria Siempre7. Otra pieza emblemática de la etapa, el cartel Hasta la Victoria Siempre creado por Antonio Pepe González (Ñico) (figura 2) se realiza como parte de los homenajes de conmemoración por el primer aniversario de la muerte del Che. Al evaluar los ejes plásticos en la pieza, conformada también a partir de la alegórica foto de Korda, la cabeza del guerrillero, en especial su rostro con su usual boina, se multiplica en la dimensión del cartel. El modo en que se maneja la composición ofrece una obra en que priman la simetría y la desproporción, pues la mayor fuerza se concentra en la posición inferior izquierda. Otro aspecto a destacar es la posición frontal además de la mirada que se disipa en la distancia, cuya expresión dura, recuerdan la valía del ser humano comprometido con su tiempo. El contraste entre el uso del color naranja para destacar el rostro sobre el fondo negro le otorga fuerza a la composición.
Al componer la obra se privilegió la imagen sobre el texto, el cual es muy concreto, escrito en mayúscula, y resume el sentir por la partida física del líder. Estas piezas contribuyeron a eternizar la imagen del Comandante a nivel internacional. Según Morales (2010b) al evaluar estos carteles desde el hoy se confirma como en los momentos actuales de globalización neoliberal, su ejemplo adquiere cada vez más vigencia y su imagen se afianza como símbolo imperecedero de las causas justas de los pueblos oprimidos en el mundo.
Con el empleo de la icónica imagen fotográfica del héroe se crean otras piezas conmemorativas que han contribuido a perpetuar su figura. El concepto del héroe multiplicado, sentencia que se cumple en el periodo de los 60 y los 70, es luego retomado por Ares en su cartel Cuba PostCastro, del año 2009. Otros acontecimientos históricos como el asalto al Moncada, la caída de Frank País y en general los sucesos del 30 de julio, el triunfo revolucionario, fueron tema en el cartel político de esta etapa. Muchos de estos apelan al uso de la fotografía.
Casi a finales de la década, varios carteles conmemoraron el Centenario de las luchas por la independencia. Se trató de piezas que mostraron imágenes de figuras distinguidas vinculadas con la hazaña libertaria. De esta efeméride surgiría la célebre frase de Fidel Castro: “Ellos hoy habrían sido como nosotros; nosotros entonces habríamos sido como ellos”. Según Jorge Bermúdez (2000, p. 151):
“La campaña gráfico-simbólica de los Cien años de lucha, como nunca antes en el cartelísmo político de la revolución, propuso un vuelco hacia la temática histórica representativa de nuestras gestas independentistas y, por extensión, hacia sus figuras más descollantes”.
Especial simbolismo reviste la pieza 1868-1968 Cien años de lucha, cuya autoría no se ha podido ubicar. Se trata de una composición que se conforma a partir de dos representativas fotografías, una de Carlos Manuel de Céspedes y la alegórica foto del Che de Korda. Estas imágenes son recortadas de modo vertical y se compone un nuevo rostro que conjuga ambas figuras. Se trata de un cartel que privilegia la simetría, el estatismo y el equilibrio. La postura es frontal. Un elemento que embellece la pieza es su variado cromatismo.
El texto, que aparece en la porción inferior, es conciso y remite a la conmemoración. No resulta difícil evaluar su mensaje connotado, pues se trata de iconos eminentes
del proceso libertario. Por un lado, el iniciador de la gesta independentista en el año 1868. Por otra parte, esta representación se complementa con uno de sus continuadores, a su vez símbolo de internacionalismo y de unidad latinoamericana.
Del mismo modo, la conmemoración del décimo aniversario del Triunfo de la Revolución fue objeto de la gráfica política. Uno de estos carteles se basa en una emblemática imagen fotográfica de Fidel y otros guerrilleros tomada en la cima del Turquino el 28 de abril de 1957 (figura 3). En esta pieza, destacan las formas logradas a partir del dibujo basado en la referida imagen. Así, se colorea la fotografía y se incorpora la bandera cubana a modo de fondo como elemento simbólico.
La postura tanto de Fidel como de Raúl y los otros guerrilleros es dinámica, alzando las armas en señal de victoria. Ninguno está pasivo ni mira al espectador, sino se muestran ensimismados en su triunfo. Aunque la representación creada a partir de la foto ocupa una porción importante del cartel, la pieza se muestra equilibrada pues la bandera la complementa. La idea de movimiento que ofrece la posición de los guerrilleros dota al cartel de una dinámica visual, de ahí que le aporta ritmo. Se advierte un rico tratamiento del color.
En la porción superior derecha aparece un texto escrito en tres idiomas que alude a la conmemoración. Si bien la imagen fotográfica data de un momento anterior al triunfo, dada su carga semántica fue re-contextualizada y re-significada y funcionó en el nuevo contexto.
Al evaluar la importancia de estos carteles es preciso apuntar que en la actualidad son poco utilizados en los procesos educativos en los diferentes niveles de enseñanza. A partir de su directa comunicación de sucesos históricos bien podrían explotarse como recurso visual para la comprensión de los diferentes procesos formativos de las nuevas generaciones.
CONCLUSIONES
A manera de resumen, durante el primer decenio de la Revolución cubana, el cartel político política en su variante histórico-conmemorativa desempeñó un papel trascendental en tanto proceso comunicativo, al legar creaciones de gran impacto a nivel social. En gran medida estas creaciones se sirvieron del valor documental e histórico de las imágenes fotográficas. Estas, al formar parte de una nueva composición y conjugarse con elementos como el color y la tipografía, se convirtieron en obras memorables, testimonio de una época. Se trató de piezas cuya eficacia comunicativa estuvo en consonancia con las nuevas circunstancias que se vivían en el país.
Si bien, de modo general, no se trata de composiciones de elevada complejidad técnica, son obras que se caracterizaron sobre todo por mostrar el acaecer de la Revolución, respaldando sucesos, ideas oficiales, efemérides entre otros hechos. De ahí que es posible afirmar que el cartel político en esta etapa se erigió como herramienta imprescindible para el desarrollo de la propaganda política en Cuba.
Estos productos visuales, a modo de documentos históricos (Burke, 2005), son una vía importante para el estudio del proceso revolucionario. De esta manera, esta indagación contribuirá con el rescate de nuestra historia a través de imágenes que han resultado hitos y que han reflejado episodios trascendentes de la vida de la nación que con el paso corren riesgo de perderse.
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