José Joaquín Tejada: el intelectual y su actividad en la esfera pública.
José Joaquín Tejada: the intelectual and his work in the public sphere.
Innovación tecnológica (Las Tunas)
Centro de Información y Gestión Tecnológica y Ambiental de Las Tunas, Cuba
ISSN-e: 1025-6504
Periodicidad: Trimestral
vol. 26, núm. Esp.3, 2020
Recepción: 28 Mayo 2020
Aprobación: 10 Junio 2020
Resumen: Este texto versa sobre José Joaquín Tejada Revilla (1867-1943), reconocido como uno de los más relevantes artistas de Santiago de Cuba, quien resume de mejor modo, por su obra y su magisterio, los rasgos de un verdadero intelectual de su tiempo. Los objetivos de esta indagación se centran en la valoración de su influyente papel como intelectual en la esfera pública al frente de asociaciones culturales promotoras del arte. Se analizó su desempeño como profesor de varias generaciones de jóvenes en la Academia de Bellas Artes de la ciudad entre 1903-1935. También fue motivo de examen su obra artística y crítica; esta última como complemento indispensable de su accionar práctico en las aulas de dicha institución.
Palabras clave: José Joaquín Tejada, pintura santiaguera, Academia de Bellas Artes de Santiago de Cuba.
Abstract:
This text is about José Joaquín Tejada Revilla (1867-1943), recognized as one of the most important artists of Santiago de Cuba, who better summarizes, due to his work and his teachings, the traits of a true intellectual of his time. The objectives of this research focus on the assessment of José Joaquin’s influential role as an intellectual in the public sphere at the head of cultural associations promoting art. It was analyzed his performance as a teacher of several generations of young people at the city's Academy of Fine Arts between 1903 and 1935. His artistic and critical work was also a source of examination; the latter as an indispensable complement to his practical action in the classrooms of that institution.
Keywords: José Joaquín Tejada, painting from Santiago de Cuba, Academy of Fine Arts of Santiago de Cuba.
INTRODUCCIÓN
Sobre José Joaquín Tejada se han escrito textos valiosos, pero por las intenciones o las características del soporte dejan de lado su intenso papel en el escenario sociocultural de su época. Por ello, este análisis se encamina a justipreciar otras facetas de su extraordinaria personalidad artística. El primer autor del que se tiene noticias haya escrito sobre Tejada fue José Martínez Badell en artículo publicado en El Álbum (1891), donde dio información acerca de las obras realizadas por el artista en su primer viaje a Europa. Pero, el texto más conocido acerca de la obra de Tejada es el publicado por José Martí en el periódico Patria (1894), “Joaquín Tejada. El pintor cubano y su cuadro “La lista de la lotería”. Aquí el Maestro celebró esta obra y consideró al artista como la nueva promesa del arte en Cuba.
En Características de la evolución de la pintura en Cuba (1946), Pérez Cisneros lo calificó como uno de los representantes del paisajismo romántico cubano. En “Tejada y su tiempo”, publicado en Santiago (1977), Guillermo Sánchez definió dos etapas en su obra, ofreció datos de carácter biográfico y valoró su quehacer como paisajista. Sin embargo, fueron autores santiagueros quienes se ocuparon más de su creación. Ernesto Busch escribió “José Joaquín Tejada”, en Acción Ciudadana (1943) y lo estimó “un carácter y un símbolo”, mientras Federico Pérez Carbó, en “Nuestro Museo” (1943), lo consideró “un pintor y ciudadano ejemplar”. Ambos artículos destacan la posición patriótica de Tejada y la labor sociocultural ejercida por él.
José Vidal Parés, en “Honremos a José Joaquín Tejada”, publicado en Azul (1944), repasó su obra y valoró la calidad de su técnica. Nereyda Neira divulgó “José Joaquín Tejada”, para la revista Galería (1958), donde apreció que Tejada respondió estéticamente a las proyecciones de su época y guardó lealtad a su formación básica. En “José Joaquín Tejada Revilla bajo la égida del realismo: ideario estético y creación artística” (2015), Lidia Martínez abordó la formación que en Barcelona tuvo Tejada, sus principales referencias artísticas y evaluó sus criterios estéticos. Todas estas fuentes son antecedentes ineludibles del presente trabajo, no obstante, solo se ocupan de alguna faceta específica del artista, por tanto se hace necesario revelar a esta versátil figura en una dimensión más justa.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio examina la obra artística, pedagógica, crítica y sociocultural de José Joaquín Tejada. Para ello se recopiló la información bibliográfica existente, se revisaron documentos conservados en centros de información como el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) y archivos estatales: Archivo Histórico
Provincial de Santiago de Cuba (AHPSC) y Archivo Histórico del Museo Emilio Bacardi (AHMEB). Se obtuvo un rico registro de legajos existentes en archivo privado de Lilia Giró Lamas (APLGL). Se ubicó su obra expuesta o conservada en el Museo Emilio Bacardí de Santiago de Cuba, el Museo Nacional de Bellas Artes y en colecciones personales, para obtener un panorama integral de su producción artística. Se partió de su etapa formativa, prestando atención a su historia de vida y analizando su actividad docente y artística como parte intrínseca del escenario sociocultural de la primera mitad del siglo XX en Santiago de Cuba.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El siglo XIX finalizó en Santiago de Cuba con la promesa de un joven pintor: José Joaquín Tejada Revilla. Había nacido el 18 de septiembre de 1867, descendiente de una familia destacada por su patriotismo y su interés en el arte. (Archivo Iglesia Santo Tomás de Santiago de Cuba). Vio la luz un año antes del estallido de la guerra independentista, cuando los criollos deseosos de la independencia del dominio colonial español, se afanaban en actividades conspirativas.
Cuando se inició la contienda separatista en 1868, sus padres abandonaron la ciudad, ante el temor de ser acusados de infidencia por encontrarse involucrados en acciones independentistas. (Martínez, 1946, pp. 178-179). El matrimonio se vio forzado a exiliarse en 1869 en Jamaica con sus hijos, pero tras el fin de la Guerra Grande en 1878, retornaron a Santiago de Cuba. José Joaquín tenía 11 años, y en su ciudad natal continuó la educación básica recibida, además de música, idiomas, dibujo y pintura. Las obras artísticas de su abuelo Juan de Mata Tejada y Tapia (1786-1835), insigne grabador, influyeron en la vocación de su nieto.
Etapa formativa de Tejada
Tejada comenzó estudios artísticos con Antonio Vallejo, excelente dibujante a la plumilla. A los dieciséis años mostró sus primeros trabajos (Buch, 1943, p.10) y le fue solicitada una beca para que continuara estudios pictóricos en Europa. (Pérez, 1943, p.10). Pensionado por el Ayuntamiento de Santiago de Cuba y contando con 21 años, viajó en 1889 a Barcelona, donde estudió hasta 1893. El joven Tejada arribó a una ciudad moderna, escenario del modernismo catalán y en pleno auge cultural y allí comenzó su aprendizaje con el pintor Ricardo Martí Aguiló (Martínez, 1891, p.60).
La práctica de un paisajismo más naturalista por los artistas catalanes, caló en el artista cubano y fraguó su pensamiento estético. Se sintió influido también por los preceptos de la Escuela de Barbizón; abrazó ese modo de pintar el paisaje, matizado por una modulación romántica. Al abrigo de estas influencias, permaneció en Barcelona involucrándose en la vida cultural de la ciudad Condal. Expuso en 1893 en la Sala Parés su pieza La lista de la lotería, premiada con medalla de oro. (Buch, 1943, p.10). Gracias al éxito obtenido, fue elogiado en las publicaciones: La velada, La hormiga de Oro, La ilustración española y americana, La ilustración artística y La Esquella de la Torratxa. Posteriormente, viajó por Europa donde visitó museos en Roma, Florencia, Venecia y París. La admiración que le produjeron las piezas de los maestros de la pintura, contribuyó a reafirmar en él su formación clásica. Pero, el deber filial malogró su deseo de permanecer más tiempo en Europa. (Buch, 1943, p.10).
Paso por Nueva York
De regreso a Cuba, se detuvo en Nueva York en noviembre de 1894. Este hecho marcó su vida gracias al encuentro con José Martí, quien conoció parte de su obra y lo llamó “el pintor nuevo de Cuba”. (Martí, 2001, p.285). Así recordaba Tejada cómo conoció a Martí:
La emoción más profunda de mi vida artística, es precisamente el recuerdo de haber conocido y tratado, aunque por breve espacio de tiempo, a José Martí. Cuando llegué a Nueva York era yo un perfecto desconocido de la colonia de revolucionarios radicados allí. (…) Fue el mismo Martí, quien me animó a exponer en Nueva York mi cosecha de aquellos años mozos, habiendo tenido éxito de crítica y de venta debido a sus generosos empeños. Realmente Martí fue el hombre más extraordinario de los que he conocido. (Fernández de Castro, 1938, s/p).
Tejada percibió la intensidad de aquel momento vivido por el Apóstol, inmerso en los preparativos para reanudar la contienda separatista que en pocos días lo conduciría a Cuba. Por ello se asombraba de la deferencia que tuvo el héroe con su obra y de sus gestiones para que fuera conocida. El artista le planteó al Apóstol su deseo de incorporarse a la lucha, pero este le respondió: “Recuerde, Tejada, que habrá luego en Cuba un Panteón que decorar”.1
Estancia en Cuba, vuelta a Barcelona y estadía en México
Tejada regresó a Santiago de Cuba en diciembre de 1894 y estuvo poco tiempo, pues en febrero de 1895, recomenzó la guerra y su padre y hermano partieron a México. Él marchó a Barcelona y de allí comenzó otra peregrinación por museos europeos. En 1896 viajó a México, donde participó en el Salón de la Academia de San Carlos de 1898. Junto a su hermano, hizo retratos que firmaron juntos, entre ellos, uno de José Martí, del cual se conserva una fotografía. (Beltrán, 1914, s/p).También hizo retratos de patriotas cubanos y paisajes que vendía para sostenerse y cooperar con los cubanos exiliados.
Papel de Tejada como intelectual en la esfera pública
Regresó definitivamente a Santiago en 1901 cuando terminó la dominación española. Aunque continuó pintando, la difícil situación económica existente, no permitía que vendiera sus cuadros y buscó en otras actividades, recursos que le permitieran atender los apremios de la vida. (Pérez, 1943, p.10) A partir de este momento, Tejada comenzó a participar con energía en la vida cultural de la ciudad. Se desempeñó como Director de la Academia Municipal de Bellas Artes, cargo que le fue concedido en 1903. (Forment, 1953, p.80). Allí fue profesor de jóvenes artistas quienes valoraron hondamente su magisterio.
Al frente de la academia promovió valores artísticos, patrióticos y morales. Impartía conferencias sobre técnica pictórica, hablaba del arte universal, de Martí y del amor patrio (APLGL). Se recuerdan los recorridos a su finca La Balbina para que los jóvenes practicasen el plenairismo. Luchó para que la escuela se mantuviera con las puertas abiertas, aun cuando los obstáculos que enfrentaba eran difíciles de sortear. Organizó el trabajo del centro dividiendo la enseñanza en tres secciones: Pintura, Música y Labores Bello-útiles. Eran realizadas tres exposiciones anuales donde se exponía el trabajo de los educandos. El papel de la Academia fue reconocido por la sociedad santiaguera; el poeta Fernando Torralva lo dejó plasmado así en un artículo:
Es preciso ir a esa fuente pura que se llama la Academia Municipal de Bellas Artes y que dirige el primero de los pintores cubanos de la actual generación, para darse cuenta de la labor prodigiosa de la cultura que allí se realiza, como difunde conocimientos y como riega, con la tinta prístina del entusiasmo las felices disposiciones de los alumnos en la obtención del óptimo fruto. (AHMEB)
Tejada sentó escuela, y por ello, su poderosa personalidad artística influyó con pujanza en la nueva hornada de pintores de las primeras décadas del siglo XX, quienes, en su mayoría, continuaron adheridos a los códigos académicos cultivados por su maestro. Estuvo presente en cada acción en la que pudiera servir a la cultura. Fue nombrado presidente de la Asociación Artística de Oriente. Integró la directiva del Ateneo de Santiago de Cuba, de la Asociación Pro Arte Cubano y de la Institución Hispano Cubana de Cultura de Oriente
Colaboró como ilustrador y articulista en revistas culturales. Fue nombrado académico de la Academia Nacional de Artes y Letras. Perteneció a la organización cívico-cultural Acción Ciudadana. Fue elegido presidente honorario del Primer Congreso Nacional de Arte Cubano, celebrado en Santiago de Cuba en 1939.
Desde que llegó a Cuba participó en proyectos expositivos muy importantes como la Exposición de Pintura, Escultura y Arquitectura de 1916 y en las ediciones de 1917 y 1925 del Salón de Bellas Artes de La Habana (Llanes, 2016, pp.159 y 180). Intervino en los Salones Anuales de la Asociación Artística de Oriente y en los de la Asociación de Pintores y Escultores de Oriente. En 1938 expuso en el IV Salón de Bellas Artes.
En 1920 volvió a Europa y a Nueva York para continuar nutriéndose del arte pictórico internacional. (Pérez, 1943, p.11). Estos viajes le incitaron a escribir sus teorías estéticas en las revistas Luz de Oriente, Acción Ciudadana, Perfiles y en los periódicos Oriente, El Cubano Libre, La Independencia y Libertad. A partir de estos artículos se comprende su ideario estético. Manifestó su predilección por el arte académico y consideró al vanguardismo un fenómeno “pasajero, extravagante y efectista”, pues para Tejada, el arte debía sobrevivir a su época, ser comprendido y admirado por su belleza. Muestra en estos textos su erudición, su gran sensibilidad y penetrante capacidad reflexiva. Se distingue como un profundo conocedor de técnicas, materiales y manifestaciones artísticas. Se percibe su minucioso estudio de la Historia del Arte Universal y de la Estética; sus argumentaciones se emparentan con apreciaciones de Baumgarten, Lessing e Hipólito Taine, filósofos a quienes leía. La sinceridad en el arte era su pensamiento más insistente.
Tejada vivió siempre en Santiago de Cuba y falleció el 3 de marzo de 1943, a los 75 años. Días antes cooperaba en la preparación de la Exposición de Pinturas del Club San Carlos a realizarse ese mes. Sus alumnos y amigos le rindieron sentido homenaje. En los periódicos Oriente y Diario de Cuba se le calificaba de: “criollísimo pintor”, “ciudadano ejemplar” y “artista ideal”.
Reconocimiento social y homenajes
La actuación de Tejada como artista, maestro y personalidad influyente fue valorada por la sociedad santiaguera. En 1904 le fue otorgado Premio de Honor a La lista de lotería. Fue escrito en Oriente Literario el cuento Un apunte,
dedicado “al Velázquez cubano”. (Díaz del Gallego, 1910, p. 157). En esa publicación apareció el poema Boceto, donde se alude a una de sus obras. (Torralva, 1911, p. 528). La revista La Salle reprodujo un cuadro del artista e hizo un fervoroso elogio. (Velázquez, 1925, p.2) La Asociación de Pintores y Escultores de Oriente organizó un homenaje donde los artistas le demostraron su cariño. (Carteles, 1937, s/p). El Diario de la Marina hizo un recuento de su vida y publicó fotografías de sus obras. (Fernández de Castro, 1938, s/p). En 1951, se realizó la Exposición Tejada, muestra retrospectiva organizada por el Lyceum de Santiago de Cuba. (Serra, 1951, p.7). La Escuela Provincial de Artes Plásticas de Oriente, adicionó a su nombre el de José Joaquín Tejada desde 1945. La Dirección Provincial de Cultura de Santiago de Cuba instituyó el Premio José Joaquín Tejada, otorgado a los maestros de nuestra ciudad destacados en el ejercicio de la pintura durante la vida, y una de las galerías santiagueras, desde 1995, se llama La Confronta, en honor a la pieza cumbre del maestro.
Tejada, el ser humano
La calidad de la obra artística de Tejada es evidente y la crítica ha ponderado su maestría, pero sobre todo su sinceridad como artista, su fidelidad a la formación recibida. Sus contemporáneos tuvieron criterios favorables sobre Tejada como ser humano. Uno de ellos decía que “era un hombre activo, firme de carácter y en extremo bromista. (Martínez, 1946, p.180) Otro recordaba “su charla amena, pintoresca, comunicativa, su afición por el cine y su gusto por la música clásica”. (Buch, 1943, p.11). Se rememoraba cómo en los bailes era el más distinguido y en las conversaciones, el más carismático. No se casó ni tuvo descendencia, pero sus escritos acerca del amor ratifican lo expresado por Ernesto Buch: “soñó el amor como soñó sus paisajes”. (Buch, 1943, p.11). Sus amigos celebraron su proceder desinteresado y su “humildad franciscana”. Ya José Martí había observado que el joven de 27 años, que había llegado exitoso a Nueva York, se caracterizaba por su sencillez:
Y de otro peligro se salvó Tejada ya, y es el de la inmodestia, compañera segura del mérito inferior, que en él no aparece, porque es como quien peca con vivir, y tiene a la vez la fe creadora y la saludable duda de cuanto hace. (Martí, 2001, p.285).
Su obra artística
Los temas de la pintura de Tejada fueron el retrato, el paisaje, los bodegones y escenas costumbristas. Ejecutó retratos al creyón de personajes ilustres de la sociedad santiaguera, pero sobre todo, le cautivó la gente humilde del pueblo. Esta atracción por los tipos populares la insufló a sus estudiantes y, sobre este tema, dejó obras como: Cabeza de negro alcohólico, entre otras.
Óleo/ lienzo. 61x51cm.
Museo Emilio Bacardí. Santiago de Cuba.En el paisaje realizó vistas urbanas y rurales, aunque se inclinó por las últimas. Incentivó en los discípulos el amor por el paisaje santiaguero mostrando su profunda cubanía. En muchas de sus piezas se refleja el entorno natural de su tierra, matizado por una sensibilidad romántica, como en Puesta de sol santiaguera. En el paisaje urbano dejó algunas piezas como Callejón del Guayo, donde recreó un fragmento de su ciudad en el que aparecen especificidades arquitectónicas y urbanísticas santiagueras y, como parte imprescindible de ese panorama, el humilde vendedor ambulante.
S/f Óleo/ lienzo. 60x96cm.
Museo Nacional de Bellas Artes. Santiago de Cuba.
Óleo/ lienzo. 69X56cm.
Museo Emilio BacardíSu obra cumbre es La lista de la lotería o La confronta de billetes, cuadro de colorido sobrio, pero ameno, donde aparecen personajes populares. Se aprecian la naturalidad, la gracia y la maestría con la que el pintor capta cada una de sus reacciones ante el anuncio de su interés. Es una escena realista que hace pensar en una instantánea fotográfica. El artista realizó bocetos de las figuras que después pintaría, captando sus posturas, actitudes y gestos.
Óleo/ lienzo.260x190 cm.
Museo Emilio Bacardí. Santiago de CubaCONCLUSIONES
Tejada no solo fue un gran pintor, sino además un hombre que se manifestó activamente en la esfera pública de manera diversa. Enfocó su mirada artística hacia los humildes del pueblo, ayudó a los pobres mediante su labor benéfica, reflejó en la prensa su posición contra la corrupción gubernamental y dejó claro su compromiso patriótico y su gratitud a Martí. Su obra humana se extendió a la labor social, a la pedagogía, a la asesoría, a la concepción de los Salones de Bellas Artes en Santiago de Cuba durante cuarenta años, y con ello fue creando una conciencia artística en la población, defendiendo los esfuerzos realizados por los estudiantes en medios hostiles para la creación artística. Contribuyó a un mejor conocimiento de la belleza mediante su proyección estética y conceptual en artículos sobre crítica de arte. Fue un verdadero intelectual, quien ejerció de manera certera su papel en el escenario sociocultural de su época, por lo que su personalidad artística merece ser reconocida en toda su amplia dimensión humanista.
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30. Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA): Carpeta del artista en Centro de Información Antonio Rodríguez Morey.
31. Archivo Personal de Lilia Giró Lamas, (APLGL): Carta de Tejada a su hermano Félix, Carta enviada a sus familiares desde Roma, Invitación a la exhibición de pinturas de Tejada en Hotel Venus, Catálogo “Exposición homenaje al ilustre pintor santiaguero José Joaquín Tejada”, Carta dirigida a Emilio Giró por Miguel Ángel Botalín para tomar en préstamo algunas obras de su colección para realizar una muestra y Catálogo de la Delegación Provincial de Oriente, del Consejo Nacional de Cultura.