Reseñas
Recepción: 25 febrero 2025
Aprobación: 10 marzo 2025
Publicación: 30 abril 2025

![]() | Reyna Carla. Educación sanitaria y desarrollismo. Argentina, 1960-1970. 2023. Buenos Aires. Biblos. 180pp.. 978-987-814-235-7 |
|---|
Educación sanitaria y desarrollismo propone indagar en el ascenso y la institucionalización de la educación sanitaria, entendida como saber disciplinar y práctica profesional. Para ello, el libro articula diversos ejes de análisis vinculados a las transformaciones en las disciplinas sociosanitarias, las políticas públicas y la internacionalización de la ciencia durante los años sesenta. La elección de la periodización no es azarosa dado que permite recortar una coyuntura crítica, un momento bisagra en la visibilización de la disciplina y en su reconocimiento institucional.
Para analizar la trayectoria de la educación sanitaria en la Argentina, la investigación se focaliza en la historia de una agencia nacional, la Dirección de Educación Sanitaria y Social, devenida luego de unos años en Departamento. A lo largo de sus páginas, el libro recorre las acciones y publicaciones de esta agencia, los actores que la conformaron, sus iniciativas y trayectoria. De ese modo, la Dirección se instituye en un prisma que permite avanzar en el conocimiento de ese saber socioprofesional, sus vicisitudes para instituirse, delimitar sus áreas de acción, generar espacios formativos, establecer jerarquías profesionales y obtener reconocimiento oficial.
El libro está dividido en seis capítulos que cubren dos periodizaciones. En cada uno de esos períodos se analizan tres dimensiones: los circuitos de difusión de ideas, saberes y prácticas expertos, los principales tópicos educativos sanitarios y las modalidades de capacitación profesional implementadas.
En lo que hace a la primera dimensión, la autora destaca que la agencia de educación sanitaria nacional careció de facultades administrativas para ejecutar programas propios. Sus iniciativas consistieron más bien en la renovación de la agenda de salud pública, con la promoción de intervenciones en pedagogía sanitaria. De tal modo, su labor se concentró principalmente en la producción y distribución de recursos gráficos y audiovisuales y en la prestación de asistencia técnica. Esa intervención se plasmó en la generación de encuentros académicos de rango internacional, regional y nacional, destinados a difundir las novedades en salud y educación y a profesionalizar los cuadros técnicos. Pero la estrategia de intervención más importante fue la actividad editorial desplegada alrededor de la Revista Educador Sanitario, proyecto que para 1970 contaba con 30 volúmenes editados. A través de la revista, la Dirección logró convertirse en un nodo articulador de experiencias a nivel nacional e internacional.
En el análisis de los contenidos de esa publicación, Reyna explora los principales tópicos educativos sanitarios abordados y demuestra cómo la Argentina habría adoptado los lineamientos internacionales en educación sanitaria de los años sesenta, pero mixturados con las agendas políticas y culturales locales. Para analizar esa cuestión, la autora focaliza la atención en las intervenciones destinadas a construir a los destinatarios de las políticas en educación sanitaria y su impacto en las problemáticas abordadas, las intervenciones recomendadas, así como también en el tono de los mensajes emitidos. Esto permite mostrar cómo en la Revista Educador Sanitario los articulistas enlazaron tópicos sobre la enfermedad y la salud con temáticas sociales y políticas locales. Como consecuencia, según Reyna, los perfiles socioculturales y estereotipos sanitarios quedaron entramados en discursos que se destacaban, por ejemplo, por su fuerte filiación antiperonistas, así como con prejuicios clasistas. Incluso, luego del golpe de estado de 1966, rastrea cómo en el material difundido en la revista se enlazaron categorías como “desarrollo comunitario”, “bienestar social” y “patología” con la finalidad de identificar e impugnar conductas “ideológicamente incompatibles con el régimen de facto […]” (p. 104). En este tipo de publicaciones, entonces, se habría construido una trama compleja en la que se entrelazaron conocimientos científicos internacionalizados, tanto como prejuicios sociales e intereses políticos de las elites argentinas y latinoamericanas de los años sesenta.
La última dimensión está vinculada a las instancias de formación profesional. Al respecto, se detalla que, si bien la Dirección realizaría importantes avances en la formación de una masa crítica de educadoras sanitarias y de expertos, también, tempranamente, emergieron conflictos ligados al estatuto disciplinar y profesional de la educación sanitaria y su inserción laboral. Algunos de los problemas que emergieron se vincularon con la poca claridad de las jerarquías disciplinares, la falta de mecanismos de inserción laboral y la ausencia de uniformidad en las trayectorias formativas. Esas tensiones derivaron en cuestionamientos al estatuto académico de la educación sanitaria y a la autonomía profesional de las educadoras. En ese contexto, la agencia nacional habría demostrado una débil capacidad institucional para promover la centralización normativa y descentralización ejecutiva propias del sanitarismo de los años sesenta.
Como hemos ido analizando, a través de esas tres dimensiones trabajadas, el libro supera la historia de una agencia particular para indagar procesos de distintas espacialidades y temporalidades en torno a la historia de la salud pública, el estado y la educación sanitaria en los años sesenta. Así pues, a una escala micro, se ahonda en el interior de las oficinas del estado nacional y en otras áreas ministeriales, mostrando los múltiples actores involucrados y sus pujas por ampliar su legitimidad y capacidades de intervención. A una escala nacional, el libro nos permite analizar los intentos por establecer una centralización normativa que logre uniformar la actuación de civiles y organizaciones estatales subnacionales a lo largo del país. El estudio aborda también una escala internacional tendiente a indagar en el accionar que los funcionarios nacionales desplegaron en los organismos internacionales, así como estos impactaron a nivel local.
Realizando un balance de la investigación, el libro se introduce de manera provechosa al interior de una red de discusiones abiertas sobre los años sesenta, los estudios sociales del estado, la historia de la ciencia, la salud y la enfermedad. De tal modo, la investigación de Carla Reyna permite analizar de manera sistemática los alcances de los procesos de medicalización, la internacionalización de saberes y agendas estatales y los resultados de los procesos de centralización normativa a nivel subnacional.
Vale la pena detenerse en especial en los aportes que la investigación realiza a la historia de la disciplina en particular y las ciencias en general. Así pues, Reyna presta especial consideración a los circuitos internacionales con los que se interrelacionaron actores locales y nacionales. La relevancia alcanzada por la educación sanitaria en los años sesenta habría estado especialmente vinculada con el impulso que le otorgaron actores nacionales favorables a su internacionalización. En consecuencia, hacia la segunda mitad de la década del sesenta, la agencia nacional logró convertirse en un reconocido nodo de circulación nacional y regional de saberes técnicos procedentes de organismos internacionales; una etapa coincidente, a su vez, con una tendencia a una mayor adhesión y alineamiento a las directrices internacionales. Por lo tanto, el libro puede leerse como parte de la historia global de la ciencia, al abordar el despliegue de los saberes sobre educación sanitaria, las modalidades de incorporación de funcionarios, los reconocimientos y las actuaciones locales de agencias internacionales. Esto posibilita a la autora rastrear “una secuencia en espiral que les permitió (a las organizaciones internacionales) controlar, desde núcleos regionales, la dirección y el sentido de los procesos de modernización cultural” (p. 101).
En definitiva, Educación sanitaria y desarrollismo proporciona un análisis original sobre un conjunto de saberes y prácticas centrales en el área de la salud colectiva. En su recorrido rastrea algunas de las tensiones atravesadas por la disciplina desde su emergencia y explica los contextos, actores y problemáticas que condicionaron su institucionalización. En ese recorrido, la investigación proporciona valiosas enseñanzas sobre los años sesenta, la historia del estado y de la ciencia.

