Artigos
El autoaprendizaje como proceso para la construcción de conocimientos en tiempos de pandemia
Autoaprendizagem como processo de construção de conhecimento em tempos de pandemia
Self-learning as a process to construct knowledge in times of pandemic
RAC: revista angolana de ciências
Associação Multidisciplinar de Investigação Científica, Angola
ISSN-e: 2664-259X
Periodicidad: Semestral
vol. 2, núm. Esp.2, 2020
Recepción: 01 Septiembre 2020
Aprobación: 30 Octubre 2020
Resumen: Debido a la pandemia que actualmente impacta a la humanidad por acción de la enfermedad COVID-19, el estilo de vida de las personas ha cambiado drásticamente. Uno de los sectores que ha sido mayormente afectado es el educativo, que vio interrumpidas sus actividades a causa del confinamiento realizado en varios países como medida sanitaria. Este trabajo tuvo como propósito analizar uno de los procesos sobre construcción de conocimientos que se implementó para paliar la crisis: el autoaprendizaje. Para ello, se hizo una investigación bajo el enfoque cualitativo y diseño documental, con aplicación de técnicas operacionales para el manejo de fuentes documentales y el análisis de estas. Así, se hizo el estudio del autoaprendizaje, sus implicaciones en pandemia y el papel que juega para la continuación de las actividades educativas. Como resultado, se determinó que en esta clase de aprendizaje el estudiante juega un rol fundamental porque se responsabiliza por la ejecución de las estrategias necesarias para obtener frutos de su esfuerzo, pero docente y familia pueden ser mediadores en este sentido. Se concluyó que la adaptación de este tema en cada territorio dependerá de los recursos que tenga, pues no se sabe ciertamente hasta qué momento subsistirá esta incidencia mundial.
Palabras clave: Autoaprendizaje, construcción, conocimiento, pandemia.
Resumo: Devido à pandemia que atualmente atinge a humanidade devido à ação da doença COVID-19, o estilo de vida das pessoas mudou drasticamente. Um dos setores mais afetados é a educação, que teve suas atividades interrompidas devido ao confinamento realizado em vários países como medida sanitária. O objetivo deste trabalho foi analisar um dos processos de construção do conhecimento que foi implementado para aliviar a crise: a autoaprendizagem. Para isso, foi realizada uma investigação sob a abordagem qualitativa e design documental, com a aplicação de técnicas operacionais para a gestão de fontes documentais e sua análise. Assim, foi realizado o estudo da autoaprendizagem, suas implicações em uma pandemia e o papel que desempenha para a continuação das atividades educativas. Como resultado, determinou-se que neste tipo de aprendizagem o aluno desempenha um papel fundamental, pois assume a responsabilidade pela execução das estratégias necessárias para obter os frutos do seu esforço, mas o professor e a família podem ser mediadores nesse sentido. Concluiu-se que a adaptação desta questão em cada território dependerá dos recursos de que dispõe, pois certamente não se sabe até que momento esta incidência global persistirá.
Palavras-chave: Autoaprendizagem, construção, conhecimento, pandemia.
Abstract: Due to the pandemic which impacts humanity currently because of the COVID-19, people´s lifestyles changed drastically. One of the most affected sectors is the educational one, which had its activities interrupted caused by the lockdown in several countries as a sanitary action. This investigation´s purpose was to analyze one of the processes about construction of knowledge, that it was applied to fight this crisis: self-learning. For this, it was structured a documental investigation with a qualitative approach, using techniques to handle documents and their analysis. Self-learning´s implications in pandemic were studied, and also its role to continue educative activities. As a result, it was determined that in this kind of learning, students play a crucial role because they acquire responsibility to execute the strategies to achieve goals, but here the teacher and families would be considered mediators. The conclusion was that the adaptation of this topic on every territory will depend on its resources, because the moment to end with this issue is still uncertain.
Keywords: Self-learning, construction, knowledge, pandemic.
Introducción
Hay una afirmación que señala que el conocimiento es poder, y para alcanzarlo es necesario considerar que para aprender, conocer y convivir, se necesita pasar por una serie de etapas que se encuentran entrelazadas para estructurar su contenido. La Real Academia Española (2014), estima en una primera aproximación que este concepto se refiere a “entendimiento, inteligencia, razón natural” (p. 1), pero todo ese entramado no sólo es originario, sino que puede enriquecerse a través de guías y experiencias que resulten significativas para las personas y ayuden a incorporar nuevos elementos que lo potencien.
Otra noción que también hay que dilucidar es la de aprendizaje. Conforme a Acosta et al (2020) “se concibe el aprendizaje como un proceso a través del cual se consiguen o modifican no solo conocimientos, sino también habilidades, conductas y valores. Todo este logro y avance es un efecto del estudio, la experiencia, la instrucción…” (p. 16), y tal cuestión puede llevarse a cabo dentro de las aulas, en consonancia con la observación que dentro de ellas debe realizarse para lograr los propósitos perseguidos.
Como se ve, el proceso de aprendizaje va de la mano con el conocimiento porque uno influye sobre el otro. No obstante, ambos se ven favorecidos por medio de la educación que se provea a los sujetos con los objetivos que desde el siglo XX se ha trazado la comunidad internacional, al considerar que por medio del artículo 26.2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos diseñada por la Organización de Naciones Unidas (1948), “tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales…” (p. 6). Esta meta puede consolidarse por medio de la instrucción que se facilite al aprender no sólo académicamente, sino a través de la adquisición de valores.
En el año 2020, el proceso educativo se ha condicionado en muchos lugares del mundo por motivo del aislamiento producido a tenor la diseminación del coronavirus, en vista que la Organización Mundial de la Salud, OMS (2020), “determina en su evaluación que la COVID-19 puede caracterizarse como una pandemia” (p.1) y con ello se tuvieron que implementar medidas para asegurar el distanciamiento social, lo cual incluyó la suspensión de las clases presenciales. Esta incidencia impactó a la educación, al proceso de aprendizaje y a los esquemas planificados para ayudar a los estudiantes en la construcción de sus conocimientos. Sobre este punto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal (2020), ha sido enfática al aclarar que:
En el ámbito educativo, gran parte de las medidas que los países de la región han adoptado ante la crisis se relacionan con la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles, lo que ha dado origen a tres campos de acción principales: el despliegue de modalidades de aprendizaje a distancia, mediante la utilización de una diversidad de formatos y plataformas (con o sin uso de tecnología); el apoyo y la movilización del personal y las comunidades educativas, y la atención a la salud y el bienestar integral de las y los estudiantes (p.1).
Lo planteado anteriormente se realizó con el propósito de garantizar que se produjera el procesamiento de aprendizaje en niños, adolescentes y adultos, siendo que, según la Universidad Americana de Europa (2020), sus tipos se pueden establecer de acuerdo a los recursos utilizados, las estrategias, experiencias, por lo que pueden nombrarse los siguientes:
a) cooperativo, que es el que se desarrolla con pautas establecidas por otro sujeto.
b) Colaborativo, cuando el profesor ayuda a que el mismo estudiante despliegue el proceso.
c) Emocional, si se trata de causar más impacto incidiendo sobre el espectro de las emociones.
d) Vicario, que se realiza por medio de la observación.
e) Significativo, cuando se produce la retención de conocimientos por medio de la asociación a estructuras previas que se tenían. Actualmente puede decirse que se agrega el autoaprendizaje, cuando la persona adquiere la información, bien sea por sí misma o con mediación y herramientas que se le provean
Es evidente que al comprometerse el proceso educativo de manera presencial, el autoaprendizaje se ha convertido en un aliado para gestar saberes, en el entendido que catalizan “interés por todo tipo de conocimiento” (Sánchez, 2015, p.1). Por ello se presenta la necesidad de comprender el alcance que ha tenido esta vertiente en la adquisición de información, con un enfoque orientado hacia el azote de la crisis producida por la COVID-19.
El propósito general de este trabajo, es analizar al autoaprendizaje como proceso para la construcción de conocimientos en tiempos de pandemia. Por otra parte, los propósitos específicos de la investigación son:
1) Exponer las implicaciones del autoaprendizaje.
2) Explicar el rol del autoaprendizaje para gestionar conocimientos en tiempos de pandemia y finalmente.
3) Ilustrar algunos ejemplos de estrategias para el autoaprendizaje que se han implementado protegiendo a la educación en medio de la pandemia.
El autoaprendizaje
En la actualidad existe una teoría educativa que propugna la construcción del conocimiento. Esta tesis se basa en “…aprendizajes y conocimientos en los que el sujeto reorganiza y reelabora la información recibida, integrándola en los conocimientos previos” (López y Matesanz, 2009, p. 43), por lo que para los seres humanos se persigue la consolidación de aprendizajes que resulten significativos, en consonancia con los procesos memorísticos que potencialmente pueden realizarse para representar la realidad. Como afirma Alfaro (2000), desde el punto de vista constructivista este proceso ocurre constantemente por ser una cualidad cognitiva natural que debe ser cultivada en beneficio de la instrucción escolar o universitaria, ya que el docente puede servirse de los conocimientos previos, para que se complementen proveyendo al estudiante de insumos en contraposición con la conservadora transmisión de contenidos.
Una de las formas en que se pueden incorporar y potenciar los conocimientos en el fuero interno de las personas, es a través del autoaprendizaje como un canal para la elaboración y reelaboración de conceptos. Al respecto, Guadarrama y Maldonado (2017) opinan que:
El aprendizaje es un proceso de toda la vida, que nos permite desarrollar y adquirir conocimientos que contribuyen a nuestra adaptación y autorrealización como personas. Los medios y las formas que utilizamos van evolucionando con nosotros y tienen que ver con las metas o propósitos que queramos lograr. Así, si somos conscientes de nuestro autoaprendizaje, seremos activos y responsables de nuestra formación integral y de calidad como hombres y mujeres. Tendremos presente que el autoaprendizaje es una tarea que involucra la autogestión de nuestras fortalezas, habilidades y también la comprensión de las limitaciones (p. 4).
En el párrafo anterior, se explica que el autoaprendizaje responde a las acciones que realice cada sujeto con el propósito de enriquecer su cognición, pero para ello el interesado deberá ser capaz de reconocer sus potencialidades y limitaciones. Sin embargo, esto no implica que de acuerdo a la adaptación de las circunstancias, no se pueda contar con el acompañamiento de personas que propugnen este tipo de acoplamiento en los saberes: esto puede hacerse por medio de la acción docente e incluso parental, sólo por nombrar algunas formas por medio de las cuales se apoye el desarrollo de destrezas memorísticas, creativas, de atención, de entendimiento, entre otras, las cuales permitan que la persona implicada gestione su ilustración. Granados (2017), indica que existen diversas formas de estimular el autoaprendizaje:
a) Tener claro que todas las personas aprenden a ritmos distintos.
b) Hay que establecer metas a corto plazo.
c) Promover la planificación en cuanto a recursos y tiempo adecuados para lograr los fines propuestos.
d) Es menester evaluar avances y frutos obtenidos; e) investigar por distintos medios.
f) Escuchar de forma activa.
g) Experimentar situaciones productivas
h) Aplicar la creatividad para buscar y adquirir lo que se quiere aprender.
Es por todo esto que no resulta desatinado asirse a la definición de Pérez (1994), quien apunta que “el autoaprendizaje es un proceso en el cual los estudiantes orientado y motivado por el profesorado, se convierte en sujeto activo en la búsqueda y construcción de los conocimientos que necesita para su aprendizaje” (p. 6), así que aparte del compromiso propio, también puede determinarse por el impulso externo que se reciba.
La importancia del autoaprendizaje radica en que, tal como señala Solórzano (2017), es un aliado para el proceso educativo porque el tiempo que una persona se encuentra en los centros académicos es relativamente escaso, sobre todo para el cúmulo de conocimientos que necesita para prepararse ante el proceso evolutivo del saber y los esquemas de investigación que mutan constantemente. Izaguirre (2010), destaca que el autoaprendizaje “establece que no sólo se aprende dentro del aula, que el alumno puede aprovechar muchos otros espacios que la escuela puede ofrecer, o bien, el medio ambiente, que le permiten enriquecer sus experiencias” (p. 148), así que ambas posturas concuerdan en que hay potencial para aprender no sólo dentro de las instituciones educacionales sino también fuera de ellas. Por ello se sostiene que sobre el autoaprendizaje gobiernan las siguientes directrices:
a) Existencia del interés que impulsa a ejecutar acciones intencionales.
b) Validación de experiencias preexistentes para el aprendizaje.
c) La relación directa de causalidad entre adquisición de conocimientos y la vida diaria.
d) La evolución de las potencialidades personales para controlar las propias acciones.
El desarrollo de las capacidades en cada persona para regular sus acciones sobre la adquisición de saberes, también irá de la mano con las estrategias que se implementen a tal fin. Estas técnicas en concordancia con los recursos adecuados, tendrán que ser adaptadas por el propio interesado en el autoaprendizaje, con aplicación de creatividad y destreza para lo que le resulte más pertinente. Así, en situaciones normales se puede utilizar la investigación que lleven a cabo los mismos educandos en la biblioteca, los recursos audiovisuales con los que cuenten en sus casas, las vivencias de la cotidianidad en sus comunidades, entre otros. Sin embargo, en las especiales condiciones de la actual pandemia, los recursos tecnológicos también pueden convertirse en aliados cruciales para lograr el aprendizaje.
Autoaprendizaje en tiempos de pandemia
El autoaprendizaje es una herramienta necesaria para los humanos en el siglo XXI, en vista que los cambios en la nueva sociedad del conocimiento resultan dinámicos. La contingencia de la COVID-19, ha servido como testimonio de que es menester desarrollar estrategias fundadas en las TIC y otras consideraciones, de forma que se continúe con el aprendizaje, aun cuando en circunstancias adversas no se pueda contar con la educación de manera presencial.
El acto pedagógico es multidisciplinario, y por ello no cabe enfrascarse sólo en una metodología para la estructuración de conocimientos. Igualmente dentro de los hogares, los miembros del núcleo familiar pueden ser agentes de colaboración para garantizar la formación integral. Así dentro de los espacios de convivencia fuera de la escuela o universidad, tiene que disponerse de tiempo y paciencia para materializar ese autoaprendizaje. Por eso Gurrola (2020) reseña que:
En marzo se declaró la contingencia y los centros escolares fueron cerrados, trastornando totalmente la vida cotidiana de millones de personas de todas las edades. En el caso de los profesores, tenemos la responsabilidad de diseñar diversas estrategias didácticas para continuar con nuestras clases…
Algunas de las habilidades que necesitamos para aprender por nosotros mismos son: la realización de búsquedas efectivas de información en fuentes confiables, habilidades lectoescritoras para la comprensión de la información recabada, capacidad para transformarla, comunicarla y aplicarla en la resolución de un problema o situación cotidiana. Otra habilidad más es la autorregulación, esto significa que debemos ser capaces de ponernos metas, diseñar estrategias para cumplirlas y evaluar los resultados obtenidos para mejorar. (p. 1).
Se observa entonces que la disposición del propio educando es fundamental para lograr esa realidad. En medio del confinamiento, todos los actores educativos deben involucrarse de lleno en ese mundo: el docente debe ser un tutor que fomente en los estudiantes, junto con los familiares, las habilidades para investigar y autoevaluarse, incluso a través de chats o videoconferencias gestionados por los mismos alumnos para que en grupo pero con distanciamiento social, se discutan los temas que interesen.
También desde los portales de noticias se ha destacado el rol del autoaprendizaje como medio para contrarrestar los efectos psicológicos nocivos que ha producido la pandemia: en tanto la persona tenga a su intelecto trabajando, encontrará una ocupación para distraerse en medio de esta tragedia incluyendo su acción en sustratos formalmente educacionales y de otras clases. Por ejemplo, Portillo (2020) pondera lo siguiente:
¿Cómo se concretaría el autoaprendizaje? Pues de manera muy sencilla. Que las personas que quieran y puedan, de manera individual o familiar, se dediquen, durante algunos meses, a aprender aquello por lo que sienten algún interés. Pueden hacer uso de recursos tecnológicos, durante las horas que estén disponibles, como el Internet y la televisión, y aprovechar de leer, escuchar o ver materiales que les llame la atención. También puede ser algo tan sencillo como aprender a hacer pan, mejorar la manera de leer, escribir y hablar, o la manera de comunicarse. En fin, hay tantas cosas que las personas pueden aprender de manera libre, si se lo proponen, lejos de la rigidez de la educación formal. Además, eso no va a ser tampoco ---se espera que sea así--- por mucho tiempo (p. 1).
De esta forma se ve que el alcance del autoaprendizaje no sólo se circunscribe a lo académico, sino que integralmente puede acoplarse a la cotidianidad. Además abordando los mecanismos que sobre este tópico pueden aplicarse en pandemia, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco (2020), enumera una serie de recursos viables para impulsar el contenido de aprendizaje auto-dirigido, los cuales explican con traducción al español por el autor de esta nota:
a) ABRA: Selección de 33 actividades tipo juego en inglés y francés, para promover la lectoescritura.
b) British Council: Recursos para el aprendizaje del inglés, incluidos juegos y ejercicios de lectura, escritura y audición.
c) Byju´s: Aplicación para el aprendizaje con un repositorio de contenido educativo diseñado para diversos grados y niveles.
d) Code it: Disponible en inglés o alemán, fomenta el aprendizaje de programación básica para niños, a través de webinars en vivo y distintos cursos.
e) Code Week: Lista de recursos en línea para enseñar y aprender codificación informática.
f) Discovery Education: Recursos y lecciones gratuitos sobre virus.
g) Duolingo: Aplicación para soportar el aprendizaje de lenguajes.
h) Facebook Get Digital: Actividades, videos y otros recursos para que los estudiantes se conecten.
i) Feed the Monster: Aplicación de Android en 48 idiomas para enseñar a los niños la lectura.
j) History of Africa: Una serie de 9 documentales de la BBC sobre la historia de África.
k) Geekie: Plataforma en portugués que a través de internet provee educación personalizada.
l) Khan Academy: Lecciones gratis online de matemáticas, ciencias y humanidades.
m) YouTube: Enorme repositorio de videos educativos y canales de aprendizaje.
n) Smart History: Sitio de historia del arte con contribuciones de expertos.
o) Profuturo: Recursos para estudiantes de diferentes materias en inglés, español, francés y portugués.
p) SDG Academy Library: Biblioteca de más de 1200 videos educativos.
q) Music Crab: Aplicación móvil para educación musical.
r) Madrasa: Recursos y lecciones sobre ciencia y tecnología en árabe.
s) Mindspark: Sistema de tutoría en línea que ayuda a los estudiantes a aprender y practicar matemáticas.
t) Mosoteach: Aplicación en chino que contiene clases almacenadas en nubes.
u) Quizlet: Juegos para apoyar aprendizajes en distintas materias y en 15 idiomas.
v) Siyavula: Educación en matemática y ciencias físicas alineadas con el currículo surafricano.
w) One Course: Aplicación enfocada en la niñez, para desarrollar la lectura, la escritura y la educación en números.
x) Edraak: Una variedad de recursos educativos en árabe, dirigidos a estudiantes, padres y profesores.
y) Polyup: Contenido de aprendizaje para estructurar la matemática y ganando destrezas para el pensamiento computacional para estudiantes en primaria y tempranos años de la secundaria.
z) LabXchange: Aprendizaje digital creado por el usuario, desarrollado en una plataforma en línea que permite experiencias educacionales y de búsqueda.
Como se observa, cuando se cuenta con soporte tecnológico y conectividad a la red de redes, pueden buscarse alternativas para continuar con el proceso de autoaprendizaje para quien quiera -o deba- adquirir determinados conocimientos en todos los niveles educativos. Por eso se realizó la compilación de plataformas señaladas en la parte superior a este párrafo, pues Unesco las ha considerado como ejemplares y específicas para paliar las necesidades de instrucción en pandemia. Sin embargo, debe resaltarse que no en todos los territorios se cuenta con el desempeño óptimo de las TIC (tecnologías para la información y comunicación), que permitan usar estos recursos. Por ello, los distintos entes nacionales e internacionales deben ingeniárselas para continuar con el acto educativo en donde surjan dichas circunstancias.
De hecho, el problema planteado en las líneas supra es recurrente en ciertas naciones por distintos motivos y de esta manera, Miranda (2016) trae a colación el ejemplo de Costa Rica, donde el gobierno ha indicado que no cuenta con los recursos suficientes para potenciar la velocidad de conectividad a internet. Este tipo de obstáculo que también incide sobre la potencial facilidad para fomentar el autoaprendizaje en pandemia, es recurrente alrededor del mundo, especialmente en los países en vías de desarrollo. Dicha cuestión puede visualizarse en Latinoamérica, África, Asia y en definitiva, en cualquier lugar donde no se cuente con los insumos óptimos para acceder a este tipo de tecnología.
En este orden de ideas, como ejemplo ilustrativo de la situación antes planteada, en países como por ejemplo Ecuador, se han usado guías de autoaprendizaje y sobre la entrega de ellas, el Fondo Internacional de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef (2020) aclara que “estas guías de autoaprendizaje permiten la mediación pedagógica entre el docente, la familia, el estudiante y la comunidad para que la educación no se detenga durante la emergencia” (p.1). Este recurso fue impreso con el propósito de seguir con la educación intercultural y bilingüe para 12 pueblos indígenas, asumiendo la deficiencia de plataformas tecnológicas entre ciertos colectivos.
En Colombia, la Secretaría de Educación de Medellín (2020), también elaboró una serie de guías para el aprendizaje en casa, las cuales pretenden orientar el proceso de aprendizaje en entornos que no se adhieren al sistema de las clases presenciales, de manera que se pueda desarrollar la instrucción para niños, adolescentes y adultos en diversas áreas de trabajo. En estos documentos para usar en el hogar, se mencionan actividades y recursos, así como propuestas para evaluación, que permitan dar continuidad al aprovechamiento de los conocimientos que se pueden desarrollar usando tales herramientas.
La fundación chilena EDUCREA (2020) considera que las guías de autoaprendizaje no implican que el estudiante trabaje solo, sino que bajo otra perspectiva, potencian la soberanía de las personas, tratando de impulsar la interacción desde la ejecución de tareas autónomas. Es decir, que no porque se realice un proceso de auto-instrucción se dejará solo al sujeto que pretende adquirir conocimientos, sino que en el marco de la mediación en los métodos cognitivos, la familia y los docentes habrían de tutelar el desempeño de esta táctica para que se adecúe de forma correcta en los momentos que ahora atraviesa la humanidad.
Lo que ya se ha puesto sobre el tapete, sirve para declarar que en el autoaprendizaje es crucial la creatividad y voluntad en la búsqueda de novedosas formas para permitir que los conocimientos sean construidos aún en medio de la pandemia, adaptadas a la realidad de cada territorio y con un alto componente de responsabilidad por parte de los interesados. Por ello se debe utilizar la tecnología, pero vistas las condiciones especiales de cada persona, no pueden dejarse de lado los recursos tradicionales para garantizar el acto educativo.
Metodología
Para realizar este trabajo se realizó una investigación con enfoque cualitativo y un diseño documental. En este caso se procedió a la revisión de libros, artículos y fuentes electrónicas que sirvieron para soportar el tema, pues al tratar un proceso para construir conocimiento en época de pandemia por COVID-19, requirió de sustento actualizado para explicarlo. En cuanto a esto la Universidad de Jaén (2020) revela:
Investigación documental cualitativa…centra su interés en el presente o pasado cercano. Conocer un fenómeno social y cultural a partir de textos escritos (por ejemplo, sobre el problema de género, se podría estudiar la legislación sanitaria, la prensa, las asociaciones de mujeres, etc… (p. 1).
En cuanto atañe a estas líneas, el fenómeno estudiado es la implementación del autoaprendizaje como medida educativa de contingencia, en vista de la infección por coronavirus que se propaga por el planeta. Se aplicaron también ciertas técnicas operacionales para la manipulación de documentos como la lectura primaria, secundaria (en profundidad) y la relectura, el subrayado, el resumen simple y la esquematización. También se usaron métodos para el análisis de información recabada como el resumen analítico, análisis crítico y la hermenéutica en su acepción como disciplina para interpretar textos.
Discusión
Con toda la información recabada, se pudo conocer que existen distintas alternativas que se han implementado para promover la alfabetización, la investigación y la construcción de los conocimientos bajo la contingencia de la pandemia generada por la COVID-19. Sin embargo, también es de hacer notar que aunque lo ideal es asirse a los métodos más novedosos para aprender por acción propia, no en todos los Estados existen las oportunidades para asegurar que se cuente, por ejemplo, con el acceso a las nuevas tecnologías o una correcta conectividad a internet. Por ello se ha observado que en función del confinamiento, los dos primordiales ejes sobre los cuales se ha sustentado la instrucción son:
1. Eje 1: Utilización de tecnologías para la comunicación e información.
2. Eje 2: Uso de medios tradicionales para la instrucción como los materiales impresos sobre papel, entre otros, para cubrir las necesidades de las personas sin los medios para acceder a los recursos tecnológicos de nueva generación.
En circunstancias normales y en cualquier institución, el docente sería responsable de guiar el proceso de una forma un poco más directa, lo cual no ocurre en la actualidad debido a la contingencia que se produce por la propagación del coronavirus. Es cierto que en los sistemas a distancia el contacto es más impersonal y por lo general este contexto se produce en el sistema superior. Contrariamente a ello, la educación inicial, primaria y secundaria, es esencialmente presencial y por otra parte, a nivel universitario existe gran cantidad de personas que se insertan en la modalidad presencial o semipresencial, en la cual el docente directamente supervisa y orienta las actividades para el aprendizaje.
Esta nueva realidad, ha constituido un cambio radical a lo que se acostumbra. Por ello es importante también que el docente y la familia asuman que no pueden desatender a los educandos, de manera que se logren los propósitos que curricularmente se han planteado para generar la formación adecuada.
Hay que recordar que como indica Cruz (2000), “percibir es identificar y caracterizar, es decir, distinguir las formas entre unas y otras sobre un fondo, y situar unas con respecto a otras” (p. 112), así que es menester que el sujeto en el autoaprendizaje perciba que cumplir igual con sus tareas desde casa, es un compromiso tan o más importante que el que se lleva en un centro educativo. Según Núñez (2000), “en todo proceso humano hay un plan, un proyecto, un objetivo final que exige la elaboración y postrer realización de una estrategia para conquistar ese objetivo final; y, al mismo tiempo, se desarrolla un procedimiento inmediato…” (p. 46), así que la clave para que también se logre el éxito en la auto-instrucción, es la capacidad de quien aprende para organizarse.
Asimismo resulta importante que se explique al educando, que la investigación es importantísima para complementar sus conocimientos y queda de su parte realizarla si pretende tener como norte a la excelencia. Debe asumirse que “…la investigación no es ámbito reservado a especialistas del método ayuda a romper moldes tradicionalmente confeccionados desde la academia” (Santos, 2000, p. 9) y así, tiene que indicarse a quien esté inserto dentro de un proceso de autoaprendizaje, que tiene las cualidades suficiente para ampliar sus aprendizajes a través de las indagaciones que realice con ese propósito.
El logro del autoaprendizaje en medio del entorno del confinamiento, el distanciamiento social y la educación en tiempos de pandemia, podría decirse que, a criterio de quien redacta estas líneas, puede configurarse si se tienen en cuenta ciertas directrices. Estas guías requieren de esfuerzos mancomunados entre Estados, centros de educación, educandos, así como sociedad, para poder llegar resultados productivos y de esta forma podrían indicarse las siguientes:
a) Es necesario asumir que el proceso de autoaprendizaje es forzoso si se quiere resguardar la integridad física de las personas de manera que no se expongan a infección por coronavirus, y de este modo, igualmente representa una oportunidad para complementar por medios propios lo que naturalmente está contenido en las mallas curriculares.
b) Tanto docente como familia deben comprender que auto-aprender no significa dejar sólo a quien debe y desea construir nuevos conocimientos, por lo que su interacción para guiar la experiencia es necesaria en aras de alcanzar los objetivos que se propongan.
c) Debe concienciarse al sujeto que se inserta dentro del proceso de construcción sobre conocimientos, de que debe tener la responsabilidad y disciplina necesarias para realizar tareas de investigación, estudio, creatividad e incluso autoevaluación, de manera que su mundo interno se vea enriquecido aún en medio de la adversidad.
d) Igualmente, cada persona inmersa en la auto-instrucción debe ser capaz de elaborar un plan de trabajo en el entendido que cumpla con sus responsabilidades: trazarse metas y reservar tiempo bajo un esquema organizado que le permita cubrir el aprendizaje aun estando en casa.
e) Los Estados deben tratar de que, por medio de sus políticas públicas, se cubran partidas presupuestarias para mantener las plataformas tecnológicas existentes y del mismo modo, resolver en la medida de lo posible la facilitación de recursos en los lugares donde no haya fácil acceso a la tecnología. Esto puede lograrse a través de materiales impresos, y recursos tan sencillos como lápices, borradores, cuadernos, entre otros, que lleguen a las poblaciones con mayor situación de vulnerabilidad.
f) Debe promoverse el estudio del diseño de recursos para el aprendizaje caseros, de manera que lo investigado pueda facilitarse a los educandos, sus familiares y a la sociedad en general, para que estén preparados en eventuales situaciones de contingencia que se puedan producir si se prorroga el confinamiento donde aún no se ha finalizado, o en caso de que donde se haya suspendido tengan que tomarse medidas para regresar a él (como es el caso de aquellos países donde se está observando la gestación de una segunda oleada de contagios).
g) Las instituciones de educación también podrían facilitar talleres, simposios, foros o charlas virtuales para capacitar a los docentes sobre los aspectos aquí indicados, de manera que complementen sus destrezas ya consolidadas en el arte de enseñar siendo guías para sus estudiantes en medio de la pandemia. En dichos eventos, podría también explicarse el catálogo de recursos con los que se cuenta para que los alumnos aprendan desde sus casas, a tenor de que los incorporen para diversificar la promoción de la autonomía en los estudios dentro del hogar.
Todas estas son solo algunas consideraciones a tener en cuenta para resolver el aprendizaje y el autoaprendizaje en tiempos de pandemia. Sin embargo, las afirmaciones establecidas aquí no son limitativas, pues deben ser flexibles para adecuarse a los posibles escenarios que como producto de la propagación de la enfermedad por COVID-19 se puedan desarrollar.
Conclusiones
Con fundamento en los propósitos planteados para esta investigación, se concluyó que:
El autoaprendizaje es un proceso que implica la gestión de los propios conocimientos por el sujeto que lo realiza. Esto en primer lugar, pues la administración del educando sobre los procesos es fundamental.
Con el autoaprendizaje, la gestión del conocimiento depende del sujeto interesado. Sin embargo, en él también pueden mediar el docente, la familia e incluso la comunidad, en aras de que sea guiado adecuadamente con provecho personal y social.
En medio de la pandemia, el autoaprendizaje con recursos y estrategias fundados en las TIC ha resultado determinante para continuar el acto educativo. Del mismo modo, otros medios alejados de la tecnología pueden servir a tal fin de acuerdo con los recursos y las necesidades en los distintos Estados.
Como señala Sepúlveda (2005) “para empezar a pintar nuestra vida de colores alegres es importante sentirnos motivados” (p. 66), por lo que en el proceso de autoaprendizaje esa motivación aparte del deseo de superación, la responsabilidad y la aplicación en el logro de la construcción de sapiencias sólidas, dependerá del ser humano que sea atraído por el interés de conocer cosas nuevas que lo enriquezcan de forma interna y que le puedan servir para aplicarlas en la realidad. Ciertamente no se tiene seguridad sobre el momento en el que finalizará la incidencia en la que los seres humanos se encuentran inmersos por las consecuencias de la COVID-19, pero no por ello se debe dejar de buscar alternativas para paliar los embates de este fenómeno.
La educación es un importante impulsor de las comunidades, y por esto debe ser maleable de acuerdo a los retos que se le presentan. El ingenio para sobrellevar desde la perspectiva pedagógica a la actual desventura por coronavirus, debe ser entonces el punto de partida para que el engranaje entre enseñanza y adquisición de saberes, continúe con el norte de fomentar la instrucción de seres humanos empáticos, cívicos, lógicos y preparados que ayuden a levantar a sus países cuanto esta pandemia haya finalizado.
Referencias
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