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Tejidos metodológicos en trabajo social. Reflexiones a partir de la investigación – intervención
J. E. Rengifo Carvajal; A. Luna Nieto
J. E. Rengifo Carvajal; A. Luna Nieto
Tejidos metodológicos en trabajo social. Reflexiones a partir de la investigación – intervención
Methodological links in social work. Reflections from research - intervention
Sabia Revista Científica, vol. 6, núm. 1, 2020
Universidad del Pacífico
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Resumen: El presente capítulo propone una aproximación conceptual y metodológica a la relación: intervención-investigación desde el Trabajo Social, asumiendo la necesidad de volver la mirada sobre las tensas relaciones existentes entre la investigación y la intervención, a través de una mirada desde lo metodológico en el que se incluye lo Epistemológico-Teórico, lo ÉticoPolítico y lo Metódico-Operativo. Esto es, en las complejas tensiones existentes entre: el propio lugar de enunciación del Trabajo Social y sus particulares formas de comprender el mundo para transformarlo, desde la mirada particular de la fenomenología.

Palabras clave: Metodología, Intervención, Investigación, Trabajo Social.

Abstract: This chapter proposes a conceptual and methodological approach to the relationship: intervention-research from the Social Work, assuming the need to look at the tense relations between research and intervention, through a methodological perspective that includes the EpistemologicalTheoretical, the Political and the Methodical-Operational. That is, in the complex tensions existing between the place of enunciation of Social Work itself and its particular ways of understanding the world to transform it, from the particular perspective of phenomenology.

Keywords: Methodology, Intervention, Research, Social Work.

Carátula del artículo

Artículos

Tejidos metodológicos en trabajo social. Reflexiones a partir de la investigación – intervención

Methodological links in social work. Reflections from research - intervention

J. E. Rengifo Carvajal
fundación universitaria de popayán, Colombia
A. Luna Nieto
Fundación Universitaria de Popayán, Colombia
Sabia Revista Científica
Universidad del Pacífico, Colombia
ISSN: 2323-0576
ISSN-e: 2711-4775
Periodicidad: Anual
vol. 6, núm. 1, 2020

Recepción: 03 Julio 2019

Aprobación: 02 Octubre 2019


Introducción

Este artículo es producto del proyecto de investigación: “MEMORIA HISTÓRICA DE LAS EXPERIENCIAS COMUNITARIA DE RESISTENCIA EN LA ZONA DE LA CORDILLERA DEL TAMBO, DEPARTAMENTO DEL CAUCA”, presentado y financiado por convocatoria interna, mediante la Resolución 035 del 23 de mayo del 2018. Por lo que, el presente capítulo propone una aproximación conceptual y metodológica a la relación: intervención-investigación desde el Trabajo Social, asumiendo la necesidad de volver la mirada sobre las tensas relaciones existentes entre la investigación y la intervención, a través de una mirada desde lo metodológico en el que se incluye lo Epistemológico-Teórico, lo ÉticoPolítico y lo Metódico-Operativo. Esto es, en las complejas tensiones existentes entre: el propio lugar de enunciación del Trabajo Social y sus particulares formas de comprender el mundo para transformarlo, desde la mirada particular de la fenomenología. Este método, entre otros aspectos resulta útil en “la comprensión de las consideraciones ontológico-fundamentales, en la posibilidad de dirigir la mirada al fenómeno en su estructura original” (Heidegger, 2000, p. 281). Por lo que, el método de la fenomenología resulta útil en la compresión de las estructuras de sentido que están presentes en el mundo de la vida y en nuestro acceso y trámite con lo real. Tales estructuras de sentido nos permiten pensar aspectos profundamente humanos como: el dolor, la muerte, la angustia, el fracaso, la enfermedad. Estas estructuras de sentido conducen a pensar que “el desafío para el investigador es penetrar fenomenológicamente en el corazón de esta experiencia vivida (fenómeno o acontecimiento) y tocar o ser tocado por su sentido y significado esencial, eidético, encarnado u original” (Manen, 2016, p. 15).

En adelante este capítulo intentará ir mostrando, entre otros aspectos ¿Cómo se comprende y asume lo metodológico desde el Trabajo Social?, ¿Se encuentran u oponen la investigación y la intervención desde el Trabajo Social?, ¿Guarda alguna relación la teoría con la práxis del Trabajo Social?

Aspectos este que se vinculan, entre otras, con gran parte de la discusión propia de la Epistemología occidental, esto es, que para ver con claridad estos aspectos, resulta necesario ir mostrando ¿cómo se fueron tejiendo algunos de los hilos que configuran los lugares de enunciación propios del Trabajo Social? Lugares de enunciación estos que son el fruto de su propio devenir histórico, es decir, que estos lugares surgen y se mantienen más desde los caminos transitados, más desde la práxis, más desde el hacer, más desde la sistematización de experiencias, más desde la recuperación de experiencias vividas, o las formas concretas como el Trabajo Social actúa en el mundo. Actuar este que opera más que con la intención de producir conocimiento, opera frente a la necesidad de conocer el mundo para propiciar procesos de mediación y transformación social; en una condición permanente de apertura que le permite, en este caso, al profesional en Trabajo Social, volver a pensarse y estructurarse más allá de los meros márgenes de: el empirismo, el racionalismo, el racionalismo crítico, el positivismo, el positivismo lógico, el naturalismo, psicologicismo, el realismo, el historicismo, el pragmatismo, el utilitarismo, el objetivismo, como algunos de los grandes caminos que ha transitado en occidente, desde la modernidad, la historia del pensamiento occidental.

Lo anterior hace cada vez más necesario para el profesional en Trabajo Social reflexionar de forma sistemática, rigurosa y crítica sobre aspectos profundamente humanos como: el cuerpo, el lenguaje, el territorio, el contexto, la Historia, la memoria, el bien, el mal, lo bello, lo sublime, lo sagrado, lo profano, los orígenes del mundo y lo real, la justicia, la igualdad, la diferencia, la verdad, la ciencia, el conocimiento, entre otros. Lo que obliga a que, tanto las formas, como los caminos elegidos para investigar del profesional en Trabajo Social se piensen en contexto, al considerar que “se hizo evidente que la sociedad, la vida de los hombre en ella con sus múltiples relaciones, no era ni algo claro, ni dado de una vez por todas” (Mardones, 1982, p. 19).

En este orden de ideas, se va viendo cada vez más claro, cómo la investigación para el Trabajo Social, entre otros aspectos, transita por la pregunta por la epistemología, esto es, frente a la necesidad de preguntarse por los modos como en occidente conocemos, por los modos como accedemos a la verdad y por lo modos como producimos ciencia, por las implicaciones éticas y políticas presentes en las formas como se produce ciencia y en la ciencia que se produce. Pregunta que asume que: (Mardones, 1982) “Nada acontece en el mundo cultural y humano de la noche a la mañana. Las ideas se van incubando lentamente o de forma más acelerada, al socaire de los acontecimiento sociales, políticos, económicos o religiosos”.

Emergiendo ahora de forma muy particular la reflexión filosófica e histórica sobre la ciencia. Reflexión esta que nos muestra que para el Trabajo Social no se oponen, sino que se complementan la filosofía, la historia y la ciencia. Esto implica para el Trabajo Social una fuerte formación teórica y metodológica que le posibilita también un análisis conceptual que le permita la comprensión de las estructuras de sentido desde donde fundamenta su quehacer profesional.

Al respecto, este trabajo considera necesario, entre otros trabajos, abordar parte del rastreo metodológico abordado por la Universidad de La Salle, rastreo denominado: (Barreto, A.; Claudia, M. y otros, 2003) “Metodologías y métodos de trabajo social en 68 libros ubicados en bibliotecas de unidades académicas de trabajo social en Bogotá”. El mencionado rastreo metodológico realiza en sus primeros apartes un acercamiento desde diversos autores al concepto de metodología, intentando discernir las diferencias entre metodología y método, partiendo de la necesidad de transitar de lo puramente operativo y procedimental a la comprensión de lo metodológico desde el Trabajo Social como aquel conjunto de procesos, de conocimiento, de acciones y transformaciones sociales que, por lo tanto, involucran dimensiones epistemológicas, teóricas, éticas, ideológicas, contextuales y operativas. Aspectos que nuestra investigación está particularmente interesada en abordar desde las conjunciones, abordajes interdisciplinarios y tejidos en conjunto que se van configurando para el Trabajo Social.

Lo anterior va haciendo cada vez más evidente cómo desde sus orígenes, el profesional en Trabajo Social se encuentra en diálogo constante con las culturas y los pueblos de diversas geografías, con diversos intereses de investigación e intervención y respondiendo a múltiples necesidades que le conducen a volver la mirada sobre aspectos fundamentales como: el ser, la nada, la existencia, la realidad, la verdad, la ciencia, lo bello, lo sublime, lo sensible, el bien, el mal, la justicia y con ellos, asumir que la investigación profunda, desarrollada por el Trabajo Social, pregunta por aspectos humanos que, por lo general, damos por sentados o evidentes. Generando, con ello, interpelaciones de grueso calibre acerca de aspectos profundamente humanos, asumiendo que “lo que el Otro/a sea en cuento otro no puede expresarse desde mi mundo, más bien se debe guardar silencio porque es el tiempo no del hablar, sino del oír obediencialmente la revelación del misterio” (Dussel, 2016, p. 131).

Se observa la existencia de una amplia variedad de textos de investigación e intervención en Ciencias Sociales, no obstante, cuando se refieren a lo metodológico se remiten a pensar en el cómo, es decir, a través de qué instrumentos, mecanismos, técnicas, etapas, procedimientos se accede a la información, reduciendo, con ello, lo metodológico a lo meramente operativo e interventivo. Esto implica observar in extenso cómo la metodología va más allá de lo operativo, y cómo se ha ido construyendo en el diálogo permanente con otros, la metodología se construye en el transcurso de la historia y a medida que el ser humano se ha dejado interpelar por el mundo e interpelado por la dificultad de comprender el lugar que ocupa en el cosmos; esto muestra cómo la metodología en Trabajo Social se va tejiendo, vinculando y articulando con la producción teórica propia y adherida a las ciencias humanas y sociales, al punto que: “ha llegado a ser una verdad pedestre reconocer que la teoría social en general ha tomado un giro espacial paralelo al giro lingüístico de la Filosofía occidental. Reflexiones acerca de cómo las ideas sobre espacialidad han dado forma al pensamiento filosófico también están revelándose en el campo de la Filosofía” (Sousa Santos et al, 2014, p. 332).

Lo metodológico, entonces, también implica fuertes comprensiones teóricas Dichas comprensiones van mucho más allá de las mediocres reducciones que terminan vaciando de sentido, tanto a la acción, como a la intervención - investigación. Se observa cómo la metodología, en el transcurso de la historia, asume cómo su lugar en el mundo se construye con los otros; lo metodológico se construye en diálogo con las distintas circunstancias que afectan y van configurando el devenir humano. Por lo que, la metodología nos ayuda también a pensar los fundamentos. La metodología posibilita pensarnos en los contextos humanos de la producción científica. La metodología nos permite percibir cómo: “la dinámica y dialéctica de los procesos histórico sociales pueden ir influyendo y cambiando la matriz epistémica de un determinado grupo o estrato sociocultural” (Osorio, 2014, p. 14).

La anterior versión de la metodología en sus complejas comprensiones éticas y políticas, permiten observar, entre otros aspectos, mediante la vasta producción de conocimiento que se dio, por ejemplo, a través de posturas epistemológicas como el empirismo y el nominalismo; en Francia con la gran producción de René Descartes, Jacques Derrida, Denis Diderot, Voltaire, Charles-Louis de Montesquieu, Rousseau, Sartre, Simone de Beauvoir, Merleau-Ponty, Michael Foucault, Paul Ricoeur, entre otros. O en Alemania con: Rosa Luxemburgo, Kant, Hegel, Nietzsche, Max Scheler, Karl Marx, Edith Stein, Heidegger, Emmanuel Levinas, Gadamer, Maurice Blanchot, Gaston Bachelard, Alfred Schutz, Edmund Husserl, Hannah Arendt y españoles como: María Zambrano, José Ortega y Gasset, Miguel de Unamuno, entre otros. Además, desde sus inicios, la metodología comprende el rol contextualizado y político del pensamiento como lo narra el filósofo latinoamericano Enrique Dussel al afirmar que “no se trata del eterno retorno de los mismo, sino del proceso irrepetible de la historia, de una Filosofía de la historia que Hegel negó y que Marx supo exponer: avanza desde y por abajo, desde los oprimidos, desde las víctimas” (Dussel, 2016, p. 131).

Según lo anterior, puede observarse cómo la metodología siempre es contextualizada. La metodología, en este caso, nos ubica frente a grandes pensadoras y pensadores de nuestro continente como: Silvia Rivera Cusicanqui, Augusto Salazar Bondi, Enrique Dussel, Leopoldo Zea, José Carlos Mariátegui, Darío Botero Uribe, Daniel Herrera, Guillermo Hoyos, Boaventura de Sousa Santos, Raúl Fornet Betancour, Horacio Cerutti, Andrés Bello, Aníbal Quijano, Walter Mignolo, San Alberto Hurtado, Leonardo Boff, Gustavo Gutiérrez, Orlando Fals Borda, Arturo Escobar, Manfred Max Neef, Nelson Maldonado Torres, Estanislao Zuleta, entre otros. Estas pensadoras y pensadores aportan al grueso de la tradición filosófica occidental la necesaria comprensión de:

La Alteridad del oprimido, de las víctimas, del pobre, la viuda y el huérfano, del extranjero, del excluido del demos o del forum, de la carnalidad plena de necesidades (del comer, beber, vestirse, habitar…), clama desde su Exterioridad: ¡más allá de la fraternidad estoica nace la solidaridad con el otro¡ (…) se trata de las condiciones ontológicas y ético-políticas para que Dante, Maquiavelo o la política moderna sean posibles, pero para que también sea posible la crítica de la positividad política de la Modernidad. (Dussel, 2007, p. 72)

Libros reconocidos y utilizados como “Metodología de la investigación” de Hernández, Fernández y Baptista (Hernadéz, S.; Roberto; Fernández, C.; Carlos y Baptista, L.; Pilar, 2010) transitan este extenso texto describiendo los tipos las formas, los cómo, las técnicas y los procedimientos y no generan nuevo conocimiento, pensamiento creativo, ni discusión alrededor de lo que significa metodológicamente investigar, dejando el quehacer del profesional en Trabajo Social enmarcado en la investigación en Ciencias Sociales y Humanas, en una acción netamente operativa y procedimental.

Tal asunto nos ubica en el camino que va de lo conceptual a lo metodológico, esto es, en la compleja y tensa relación existente para el Trabajo Social entre investigación e intervención. Relación esta que nos muestra cómo en el abordaje de lo social desde lo cotidiano y facilista, en general, suelen separarse estas dos acciones que, sin embargo, se encuentran íntimamente ligadas, pues, en el trabajo concreto con las personas, grupos y comunidades, no se puede intervenir sin investigar y no se puede investigar sin intervenir. Trascender la visión meramente operativa y práctica de la metodología propuesta desde el Trabajo Social permite ir hacia la compleja ligazón que nos ubica frente al trasfondo mismo de la relación: intervención - investigación. El abordaje real con las comunidades nos ubica ahora frente a la necesidad de volver la mirada sobre un conjunto de elementos que configuran y caracterizan las formas concretas como interviene e investiga el profesional en Trabajo Social, esto es, entre otros elementos: las epistemes, es decir, el constructo teórico, el ethos, es decir, el talante y las acciones éticas, además del contexto en el que se realiza la acción, la posición ideológica política frente al otro y las herramientas utilizadas, generando una acción de intervención - investigación más holística y articulada, tanto con la producción teórica, como con las necesidades contextuales concretas de los territorios.

En este orden de ideas y para el ejercicio puntual al que esta investigación nos convoca de llevar a cabo una aproximación conceptual y metodológica de recuperación de la memoria histórica de aquellas comunidades que han sido víctimas de la violencia social y política en Colombia, partiremos entonces a proponer nuestros propios lugares de enunciación, desde unos puntos de partida evidentes en cada una de las dimensiones que componen lo metodológico. Lugares que dan cuenta de un ejercicio concreto de intervención - investigación, desarrollado desde un proyecto de investigación (Resolución 035 del 23 de mayo del 2018) realizado desde el Semillero de Investigación: Alteridades y Condición Humana, adscrito al Grupo de investigación: PRE - TEXTOS del Programa Académico de Trabajo Social de la Fundación Universitaria de Popayán, según Convocatoria 001 de abril del 2018.

1. Epistemología - Teoría

La epistemología da cuenta de los procesos de acercamiento al conocimiento en la acción de la intervención-investigación y también sustentar dicho proceso. No puede haber metodología sin epistemología pues se investiga para conocer. Además, y como desarrollo del núcleo epistemológico la teoría a su vez se convierte en iniciadora del proceso reflexivo necesario en la intervención. investigación y en este devenir volverá luego de la acción, a caer en la teoría, enriqueciéndose, haciendo que la teoría de frutos nuevos, acercamientos, posibilidades, caminar.

Ahora, ¿Cómo se construye lo Epistemológico-Teórico?

Para el Trabajo Social el camino epistemológico ha sido esquivo y por lo tanto lo teórico también, la profesión-disciplina vive de lo prestado, de las migajas que dejan caer de la gran mesa del conocimiento, migajas que sin vergüenza alguna se utiliza para investigar-intervenir y que brinda este sustento requerido a la hora de realizar los análisis y las reflexiones. Y este es un camino válido de acercamiento a la construcción de conocimiento, vamos a la realidad social, intervenimos en los procesos de las interacciones humanas y sociales, los reconocemos desde la teoría y con los sujetos sociales se proponen posibilidades de superación, afrontamiento o transformación. Lo epistemológico, lo teórico, el conocimiento es utilizado para potenciar procesos de transformación. Ahora bien, este accionar nos aleja cotidianamente de la profunda comprensión epistemológica y teórica y por lo tanto es necesario fortalecer el tránsito hacia la raíz, la conceptualización y teorización que surge de este ejercicio de intervención-investigación. ¿Para qué y por qué se interviene e investiga?

Hay que insistir, el camino de construcción científica andado desde Trabajo Social no es el camino frecuentado por otras ciencias sociales, es claro que no se investiga sólo para conocer sino además para transformar y este proceso no depende de los profesionales del Trabajo Social sino, sobretodo de los sujetos sociales, que reconocidos en cuanto tal, empoderados caminan.

¿Cómo se llega a la raíz de la situación?

Entender las raíces de las situaciones es un paso primigenio si se quiere generar transformaciones sociales. El Trabajo Social toma posibilidades explicativas de otras ciencias sociales, venidas de paradigmas (Morán, 2006.) funcionalistas como las explicaciones psicodinámicas, conductuales o sistémicas, desde paradigmas críticos como las explicaciones dialéctico-críticas, las feministas, antipatriarcales o las antiracistas, desde paradigmas interpretativos desde concepciones hermenéuticas comunicacionales y para nuestro caso es el paradigma humanista desde la concepción fenomenológica la que ha permitido a esta investigación llegar a la raíz de la situación, en particular la visión de Max van Manen en su libro fenomenología de la práctica (Manen, 2016).

La fenomenología es en principio el ejercicio por encontrar o dotar de sentido las cosas mismas, más allá de conocerlas, apropiarlas o describirlas, para la fenomenología el camino es arrojarse al fenómeno tal cual es, despojarse de preconceptos y asombrarse de cómo el fenómeno mismo se da, a partir de los momentos de vivencias, el desarrollo de las capacidades y miradas pre-reflexivas, prepredictivas, intentando acercarse a las formas singulares del fenómeno, poniendo entre paréntesis los pre-conceptos, cuestionándolos. En general desde esta mirada se pretende acercarse “a las cosas mismas” (Heidegger, 1986).

Este acercamiento epistémico-teórico confiere a esta investigación una forma particular, unos acercamientos, en el que la realidad misma no puede ser aprehendida o conceptualizada en sí misma, sino que la labor es posibilitar a través de la descripción de la forma como se presenta el fenómeno mismo. Las particularidades, los colores, sus formas, las singularidades, los relacionamientos y en general las formas como se presenta la situación posibilitan el ánimo particular de la acción investigativa y de intervención que guió este proyecto.

¿Cuál es el fundamento fenomenológico de la comprensión?

Por lo tanto, este acercamiento parte del reconocimiento de la incapacidad de conocer al otro, la imposibilidad de dar cuenta del fenómeno mismo, pues cuando se pretende comprender el objeto comprendido deja de ser él mismo. Desde la fenomenología la aprensión de lo otro es imposible, y por lo tanto lo que se pretende es acercarse, ver el a lo otro siendo y dar cuenta de su vivencia.

2. Lo Ético-Político

Para abordar metodológicamente la acción investigativa y la intervención desde el trabajo Social se reconoce a el otro como sujeto social activo y participativo. El otro, que vive los fenómenos, en el caso particular de la investigación la violencia ha generado secuelas en ellas. Desde esta mirada, el otro es entendido, asumido como sujeto social, su lugar en el mundo y su accionar en él, no es en sí mismo objeto de investigación, lo es su reflejo, la huella que deja en el camino, el pasto que queda pisado y da indicios de lo caminado. El otro además da cuenta de lo transitado, mira atrás y reflexiona sobre ello.

Y entonces el proceso de investigación-intervención es un proceso de diálogo en el que desde las diversas posiciones se intenta realizar un acercamiento al mundo, reconocerlo, valorarlo, comprenderlo en un proceso dialógico entre el sujeto investigador y el sujeto social. En este sentido el otro es sujeto cuando se reconoce como tal, o en un sentido más profundo y requerido para el Trabajo Social, el otro es sujeto cuando este se reconoce y haciéndolo además reconoce la necesidad de transformar su realidad, sobre todo porque en gran parte el reconocimiento surge del sufrimiento, pues en el reconocimiento de la incapacidad del ser, de controlar el mundo, es que emerge la potencia del propio ser como fuerza que impulsa al sujeto a darle un vuelco a la misma.

La violencia ha transitado en la vida en estos sujetos sociales organizados, ha dejado huellas profundas en las formas como se entiende el mundo, generando un conocimiento particular del mundo y además posibilitando un abordaje singular, que desde el ejercicio profesional implica una postura política de reconocimiento del otro, del conocimiento que él tiene del mundo a partir de la vivencia dolorosa de él y su capacidad organizativa propia.

En este sentido los sujetos han sufrido una vivencias fuertes, que dotan de sentido los diversos procesos de la vida, las interacciones y las relaciones con organizaciones con el Estado y con otros actores del territorio, son ellos, los actores, las personas, el otro quien posibilita y concibe y por lo tanto como investigadores partimos del reconocimiento de este aspecto fundamental, de que no somos dotadores de sentido, constructores de conceptos, avaladores de las acciones, sino que como cazadores, vamos detrás de pistas, que nos permitan reconocer el camino, la vivencia, la actuación misma, sin olvidar la imposibilidad que sufro de contener al otro y su vivencia, apenas atisbamos, nos asomamos a esa simple complejidad, que nos enceguece con su resplandor, con esa verdad imposible de alcanzar.

Además, cuando intervengo-investigo cambio, me decostruyo, me reconstruyo, me interpelo, no sigo siendo el mismo. Ese acercamiento al otro, a su vivencia, ese resplandor me ha de transformar con su belleza-verdad, con su fuerza y dureza, con su inconmensurable ser. La investigación ha de cambiar al que investiga cómo la intervención lo hace con quien como actor social acompaña este proceso. No se pasa por este proceso sin ser tocado, la angustia, el dolor del otro, su conocimiento, su vivencia profunda toca el ser de quien investiga y le posibilita este conocimiento y este acercamiento cambia también al otro, en este intento de ser vivenciado como experiencia, conocido. Sin embargo, esta investigación es necesaria incluso y sobre todo para el actor que ha experimentado la violencia social y política del país, pues como lo dice Manen “Una persona no puede reflexionar sobre la experiencia vivida mientras viva a través de la experiencia” (Op. cit. Manen) y es en este sentido que la investigación fenomenológica con personas que han sufrido de los rigores de la violencia tiene un profundo entramado ético-político, pues permite al actor el acercamiento a la conciencia de lo vivido, a su conocimientos mismo, y por lo tanto a la posibilidad de tramitar esta vivencia y convertir esta experiencia en memoria histórica transitando entonces de mera investigación hacia una posibilidad de intervención que dote de sentido esta vivencia.

Por lo tanto, la investigación-intervención fenomenológica transita en la posibilidad de aliviar el sufrimiento de las personas víctimas de las violencias que surgen del entramado estructural y las formas cómo está organizado la sociedad colombiana. Esta posibilidad de aliviar el sufrimiento se da desde la mirada fenomenológica pues permite en el procesos de intervención-investigación ayudar a que las víctimas, sujetos sociales, doten de sentido las vivencias que el conflicto social, político y armado ha dejado en sus cuerpos, relaciones, territorios y organizaciones, posibilitando con ello la tramitación del dolor y además dejando en la memoria este sentido como memoria histórica compartida.

El cuidado como opción es un principio profundamente ético del Trabajo Social, guía la acción de intervención-investigación y esto involucra no solo a los actores sociales sino a los territorios y sus diversos seres. Cualquier acción de investigación-intervención propiciará generar y mantener los equilibrios en las relaciones, el respeto de los espacios, el acompañamiento y el apoyo a los que menos opciones tienen, el reconocimiento de las capacidades, historias, contextos y potencialidades diversas.

3. Lo Metódico-Operativo

Para el desarrollo de este proceso de investigación-intervención se utilizó como método investigativo la sistematización de experiencias y además varias técnicas fenomenológicas de las que propone Manen en su texto. La sistematización como forma investigativa tiene un arraigo fuerte latinoamericano, su historia y desarrollo está profundamente a las luchas de organizaciones y movimientos sociales y ha sido desarrollado desde el lugar de la Educación Popular y el Trabajo Social, profesiones o mejor, quehaceres estrechamente vinculados en épocas y contextos particulares, sobretodo al sur del continente y que desde allí han sido extrapolados a otras regiones del Centro y Sur América. Hay diversas miradas alrededor de lo que se denomina sistematización de experiencias, ha surgido de distintos procesos y se ha utilizado de muchas diversas formas. Rosa María Cifuentes Patiño se acerca de una contundente forma a este asunto en su capítulo de libro “La sistematización en Trabajo Social: entre la práctica y la investigación” (Montenegro Mora, Luis Alberto, 2015) En dicha capitulo en su segundo apartado sintetiza ordenadamente diversas concepciones y definiciones alrededor de la sistematización y propone una concepción de sistematización que es la que orienta esta investigación de la siguiente manera:

“La perspectiva, que se pretende posicionar en este texto, asume la sistematización como forma de investigación social. El objeto de indagación de esta son los saberes construidos en la práctica, entre actores sociales diversos. En la práctica convergen emociones, cultura, experiencias y sentidos atribuidos a estas, juegos de poder y teorías y metodologías. Los saberes que en ella se producen, a pesar de la riqueza de las vivencias, de las reflexiones que estas suscitan y de las transformaciones que pueden generar, han ocupado lugares subalternos en los ámbitos académicos. A través de la concepción de la sistematización como investigación con un objeto particular de estudio (los saberes producidos en la práctica social), se reconoce la diferencia de los saberes de la acción y se los valora como conocimiento, que aporta a la comprensión de procesos sociales particulares y que nutre las prácticas sociales. Ello implica el concepto de reflexividad, como capacidad de volver sobre las propias acciones, comprenderlas críticamente, aprender de ellas y compartirlas.”

En particular, esta investigación no alcanzó tales propósitos superiores, si bien este era el horizonte que guiaba la acción. Ahora si, es claro que el apartado fenomenológico acopla de buena manera con la sistematización en tanto a esa necesidad de “volver sobre las propias acciones” pero le aporta una mirada crítica y una necesidad de compartir dicha mirada como conceptualización del mundo.

La sistematización como forma particular de investigación permite y requiere la participación de los sujetos que realizan las acciones, han vivenciado los hechos, han caminado los procesos, es un ejercicio necesariamente dialógico, pero además es crítico, es decir, pretende describir claramente los entramados de poder, los hilos conductores, los relacionamientos que permiten el ejercicio del poder de forma violenta. La sistematización no es mera recolección y ordenamiento de datos, no busca exclusivamente dar cuenta de las cronologías de los hechos o la clasificación de ellos. Es claro que lo que pretende, lo que busca es acercarse a la verdad y hacerla conocimiento, es decir, se sistematiza para producir conocimiento, y se produce conocimiento para compartirlo y mejorar las prácticas, las intervenciones. Nuevamente vemos como la investigación y la intervención están ligadas, trenzadas, son acciones, propuestas y caminos que nos pueden ser separados.

Este proceso además vinculó herramientas investigativas propias de la fenomenología, en particular las propuestas desde el método existencial de la indagación existencia guiada como

“Un modo posible de ayudar en este proceso de investigación reflexivo es empleando los existenciales de la relación vivida (relacionalidad), cuerpo vivido (corporalidad), espacio vivido (espacialidad), tiempo vivido (temporalidad), y cosas y tecnología vividas (materialidad) para explorar los fenómenos de una manera heurística. Las nociones de relación, cuerpo, espacio, tiempo y cosas vividas son existenciales en el sentido que pertenecen al mundo de la vida de alguien –son temas universales de la vida–.” (Op. cit. Manen. Max van P. 346,)

Aspectos estos que permiten al investigador conservar la intuición, permitir la vivencia de las experiencias, dejarse impactar por ellas y su dolor, reconocer relaciones, cuerpos, espacios, tiempos, y cosas que han sido y son impactados profundamente por la violencia como formas concretas para acercarnos a esa profundidad de la realidad resplandeciente que nos enceguece.

Además algunas técnicas como las entrevistas fenomenológicas como medio para “explorar y recoger material vivencial, historias o anécdotas que puedan servir como fuente de reflexión fenomenológica” (Op. cit. Manen)

Es claro que este proceso de investigación-intervención fue además una suerte de escuela, de posibilidad de aprender desde la práctica, la práctica misma de la fenomenología. Arrojarse como método y como posibilidad, como forma de caminar y como proceso de aprendizaje, con respeto por el otro, pero sabiéndose que para poder conocer fenomenológicamente es necesario vivenciar y luego darle sentido a esa vivencia, que es lo que intenta este escrito.

4. La intervención-investigación fenomenológica desde el trabajo social como camino de afrontamiento del sufrimiento humano

Este apartado, pretende reflexionar, a modo de conclusión, sobre los aprendizajes que se propiciaron en torno al proceso de investigación-intervención realizado en la zona de la cordillera del municipio de El Tambo, departamento del Cauca en Colombia, en el cual se pretendía realizar un abordaje fenomenológico que diera cuenta de la recuperación de la memoria histórica de experiencias organizativas comunitarias como formas de resistencia y de afrontamiento a los hechos, acciones y vivencias victimizantes que las personas de estos territorios han padecido.

La tarea desde lo académico era juntar el Trabajo Social como disciplina a la fenomenología y permitir dar cuenta de dicha relación. La apuesta era que se podía acompasar, pues las formas propias del Trabajo Social parten de lugares profundamente humanos y sensibles, cercanos y dialógicos, participativos y activos. A este baile además estaba invitado la sistematización de experiencias como forma particular de investigación y el otro como sujeto político. Este encuentro, al son de lo metodológico, posibilitó procesos de aprendizaje y transformaciones de los diversos actores participantes.

Lo metodológico va más allá de lo procedimental y requiere de lo epistemológico, lo teórico, lo ético, lo político, lo contextual, los métodos y las técnicas. Las formas extendidas de hacer investigación separan estos apartados cuando en verdad son un tupido tejido compuesto por un sinnúmero de hilos.

Se reconoce que el Trabajo Social debe realizar más tareas de acercamiento a los entramados epistémicos y teóricos, si bien recoge grandes bloques conceptuales venidos de otros lugares de las ciencias sociales, se reconoce que el punto de vista particular de la disciplina posibilita una mirada privilegiada, cercana, humana, creativa. Hay una necesidad de recorrer estos caminos con paso firme, reconociendo eso sí que vivimos en épocas de la transdisciplinariedad, que los límites disciplinares se han desdibujado o no son necesarios.

La fenomenología como forma de acercamiento a la realidad y como certeza de la imposibilidad real de dar cuenta de ella, además como posibilidad de conocer desde apartados lejanos o anteriores

a la razón, desde la vivencia misma, tal vez se reconozca que el Trabajo Social es altamente fenomenológico, pues en mucho de los casos es la intuición y no la certeza científica la que guía la intervención profesional.

La sistematización de experiencias es un lugar propicio para hacer investigación participativa, para reconocer los caminos andados y darle valor a los diversos conocimientos y vivencias, es una forma de dar sentido a lo que se hace y por lo tanto es la sistematización un gran vehículo para hacer fenomenología, es decir, reconocer el sentido de las cosas mismas.

La investigación-intervención fenomenológica desde el Trabajo Social es uno de los posibles caminos que permiten transitar a escenarios de afrontamiento el sufrimiento y el dolor a los actores que han experimentado y vivenciado el conflicto. Este tipo de accionar dota de sentido y transforma a los participantes, permite dar cuenta de la realidad, que nos enceguece, pero haciendo uso de la intuición y otras herramientas no racionales dotar de sentido dichas realidades. Al final de este proceso el que investiga se transforma y el que ha vivenciado las situaciones reales también.

Material suplementario
Referencias
Barreto, A.; C. M. y otros. (2003). Metodologías y métodos de trabajo social en 68 libros ubicados en bibliotecas de unidades académicas de trabajo social en Bogotá. Obtenido de Facultad de Trabajo Social. Universidad de la Salle. 2003: https://drive.google.com/open?id=1VzdvKS1k9rHcB3NmKGREsS7an8IcaaV
Heidegger, M. (1986). Ser y tiempo. Traducción de José Gaos. México: Ed. Fondo de Cultura Económica
Hernadéz, S.; Roberto; Fernández, C. C. y Baptista, L. P. (2010). Metodología de la investigación. McGraw Hill. Quinta Edición. México
Manen, M. V. ( 2016). Fenomenología de la práctica: Métodos de donación de sentido en la investigación y la escritura fenomenológica. Traducido por Juan Carlos Aguirre. García, Luis Guillermo Jaramillo Echeverri. Popayán. Universidad del Cauca.
Mardones, J. (1982).
Montenegro Mora, Luis Alberto. (2015). .Editor. Reflexionando las Disciplinas. Editorial UNIMAR, Universidad Mariana.
Montenegro, M. Luis A. (2015). Editor. Reflexionando las Disciplinas. Editorial UNIMAR, Universidad Mariana.
Morán, C. J. (2006.). Fundamentos del Trabajo Social: Trabajo Social y Epistemología. Ed. Tirant Lo Blanch. Valencia. p.155-164.
Resolución 035 del 23 de mayo del 2018. (s.f.). por la que se aprueba y financia el Proyecto de Investigación: “Memoria histórica de las experiencias comunitarias de resistencia desde la. organización social solidaria en la zona de la cordillera del municipio de El Tambo.
Notas
Notas de autor
Docente: Programa Académico de Trabajo Social. Fundación Universitaria de Popayán. Trabajador Social: Universidad de Antioquia. Estudiante de Maestría en Educación Popular: Universidad del Cauca.
Docente: Programa Académico de Trabajo Social. Fundación Universitaria de Popayán. Licenciado en Filosofía: Universidad del Valle. Magister en Ciencias Humanas - Universidad del Cauca. Estudiante de Doctorado en Ciencias Humanas: Universidad del Cauca.
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