La importancia de la cultura popular como fortalecimiento de la memoria histórica en espacios académicos
The importance of popular culture as strengthening historical memory in academic spaces
Sinergias educativas
Grupo Compás, Ecuador
ISSN-e: 2661-6661
Periodicidad: Semestral
vol. 5, núm. 2, 2020
Recepción: 14 Febrero 2019
Aprobación: 12 Agosto 2020
Resumen: La cultura popular en espacios educativos colombianos es opacada por la cultura homogénea que desde la academia y a través de proyectos nacionales de unificación se reproduce hegemónicamente; es así que se forma la identidad cultural con tinte país y se rezagan las luchas comunitarias, costumbres, ritos, y tradiciones populares surgidas al interior de los pueblos. Por lo anterior, la investigación realizada en Zipaquirá, Cundinamarca, comprende hitos de cultura popular zipaquireña, que dan muestra del conocimiento de jóvenes y adultos de la memoria histórica local. Así mismo, propone estrategias que fortalezcan la memoria desde la academia, en colaboración con adultos mayores zipaquireños.
Palabras clave: memoria histórica, cultura popular, comunicación popular, prácticas pedagógicas.
Keywords: historical memory, popular culture, popular communication, pedagogical practices
INTRODUCCIÓN
Cuando hablamos de memoria nos referimos a dos eventos, el primero expuesto con la aparición intempestiva de recuerdos individuales que surgen de nuestras experiencias propias y alimentan nuevas oportunidades de su reproducción, allí se alberga el conocimiento y reconocimiento especial de eventos ocurridos, bien sea por cercanía, es decir, familia, amigos y conocidos que se repliegan en la estructura social; conocimientos adquiridos científicos, críticos, humanísticos que hacen laudo a la estructura educativa; y conocimientos culturales que llevan la impronta hegemónica de conocimiento, tales como estructura legislativa, himnos, flor y árbol nacional, así como características generales del país.
Desde allí se omite el sentido de la palabra local, que se recubre con el conocimiento de nuestros ancestros, quienes han movilizado hitos de cultura popular en cada uno de nuestros pueblos. En el caso presente, nos dirigimos a los eventos de cultura popular amortiguados desde la memoria histórica de Zipaquirá, que con el pasar del tiempo, y tras su escaso reconocimiento amenaza las tradiciones populares y la memoria histórica, sin poder reunir muchos esfuerzos para arremeter sobre ello.
Algunas razones que amenazan dichas tradiciones y cultura popular se ven reflejadas en la globalización acelerada que atrae consigo nuevas formas de conocimiento ?formal? apartando el conocimiento tradicional o popular. De esta forma, los jóvenes se encuentran mediados por nuevas tecnologías que suplen su necesidad de conocimiento y opacan el discurso local, así como el discurso mediante la experiencia.
Aunado a esto, encontramos que municipios como Zipaquirá son principales atrayentes de nuevos habitantes, bien sea por su atractivo turístico, que, en el caso, disminuye la atención de todo lo que este fuera de la mina de sal; por la economía del suelo que se ha ido transformando en más urbano, menos rural, es decir se urbaniza de forma voraz con precios asequibles respecto al lugar; o por aperturas económicas que cada día se acercan más a ciudad y se alejan más de su visión de pueblo.
Por lo anterior, se presenta como categoría principal la memoria, que muestre la importancia de la misma en la vida humana y su reconocimiento desde lo individual, lo colectivo y lo histórico. Así mismo, mostramos el trabajo de la memoria y la historia en espacios académicos y la importancia que históricamente se le ha dado en el ámbito nacional.
Desde este primer concepto se desglosa la categoría de cultura popular como parte inherente de la memoria. Allí se ubican tradiciones ancestrales y costumbres locales que forman la memoria desde lo local, es decir, desde el pueblo zipaquireño. Por último, presentamos la comunicación popular (CP) como enlace de la investigación, si bien la metodología responde a la investigación acción, se convalida con la CP para el sostenimiento horizontal de la investigación. En este entendido todos somos investigadores y todos somos investigados, bajo la CP todos somos poseedores de saberes y aportamos a los diferentes escenarios de la investigación sin niveles estratégicos de importancia, todos construimos comunicación.
Finalmente, la investigación arroja una serie de estrategias pedagógicas que fortalecen la cultura popular del pueblo zipaquireño y convierten el escenario académico en un espacio de formación local y cultural, sin apartar los contenidos básicos del currículo generado para Comunicación Social ? Periodismo de UNIMINUTO Centro regional Zipaquirá.
La cultura popular en la memoria histórica
La memoria, como lugar privilegiado para la historia, ha contemplado diversos escenarios de apreciación y desencuentro que a su vez aumentan o disminuyen en importancia. Siendo la base de las comunidades ancestrales, la memoria desde la oralidad, ha sido elemento principal en el tejido social, la transmisión de técnicas, creencias y demás valores de las comunidades. Así, la palabra hablada se volvió menester en las relaciones humanas. Esta mantenía su peso a toda luz al no encontrar manera de reproducir el conocimiento de forma diferente ante la falta de escritura de la época. La palabra presentaba valor real de promesas, historias, mitos, costumbres y leyendas que pasaron de generación en generación.
El desarrollo de la escritura y los grandes avances tecnológicos como la imprenta, redimensionan la función transmisora de la palabra hablada, otorgándosela a la palabra escrita. La sociedad burguesa del renacimiento comprende el provecho político y económico de la letra para la legitimación de la historia a través de lo físico, es decir los libros producidos en serie. Así, lo que comienza a imprimirse, y por tanto reproducirse, corresponde a la selección histórica de las élites económicas y políticas que se constituiría como el ?relato oficial? volviéndose una herramienta de exclusión y silenciando relatos paralelos que persisten en la oralidad, pero son ignorados en el campo académico por ser entendidos como inexactos y subjetivos, como diría Sanmartín ?La memoria sería la vida vinculada al recuerdo y sometida a la amnesia y a lo vulnerable. [?] La historia, por el contrario, sería una reconstrucción del pasado resultado de una operación intelectual y crítica? (2014, p.45).
Esta relación no fue entendida así por todos los académicos, para Acuña-Rodríguez, basada en Ricoeur, la memoria se presenta como la relación de los hechos del pasado con el presente, diferenciándose de la historia, ya que esta se sitúa en un ?espacio de confrontación de diversos testimonios y con diferentes grados de fiabilidad? (2014, p. 63). Por su parte, Sanmartín siguiendo a Ricoeur establece que, aunque diferentes, memoria e historia actúan para él de la mano, ambos igualmente legítimos porque la memoria es un ?espacio de creación [?] [donde] el análisis de la memoria y el tiempo se superponen, siendo ésta última la matriz de la historia? (2014, p. 45), pero resalta que ?las memorias no están sólo vinculadas a las historias oficiales instruidas desde el poder sino también a los diferentes ?contrapoderes?, incluso los más alternativos? (p. 41). Estos ejemplos son muestra de la memoria y su relación con la historia, la memoria como parte viva de las sociedades.
No obstante, no se puede desconocer que la visión de la historia positivista separó a la historia de la memoria en donde la primera se basa en lo objetivo, medible y verificable y la memoria como algo impreciso y subjetivo. En los estados latinoamericanos, siguiendo los modelos europeos, privilegian la historia política, siendo esta la que ubica al pueblo dentro de las prácticas estatales, que contaran con el relato de los grandes héroes de cada nación, ejemplo de esto es el destacado Simón Bolívar y los mártires zipaquireños; alejando la tradición oral de la tradición estatal. Así, la historia construida, es la misma que permanece a estos tiempos; sin alejarse de la realidad, se ve como los libros comprenden realidades generales inmersas en textos de historia, reproduciendo aun su discurso en aulas de clase para niños, jóvenes y adultos, museos, símbolos patrios que la reafirman y monumentos que la revalidan; esto, como una forma de confirmar desde la escritura y siguiendo el adagio popular ?lo que no está escrito no existe? ( Jelin, 2001).
Este tipo de conocimientos que se imparten desde los primeros pasos por la academia, deslegitiman los conocimientos locales, negando la cultura local y cercana de estas nuevas generaciones. Además, la memoria histórica en Colombia ha tenido escasa validez en el plano general, fue hasta los años 80, tras la denuncia masiva de atroces transgresiones alrededor de la nación que se negaban a ser olvidados, presos del silencio siendo obligados por décadas a callar escenas de masacres y crímenes nacionales, que tomaron voz y en plano de resistencia social se comenzó a dar importancia al relato de la memoria. Pero, aun así, los esfuerzos realizados son convalidados para memoria desde la violencia, aun no son impulsados desde el fortalecimiento de la tradición oral y la conformación de la cultura popular de nuestros territorios locales. Desde los trabajos anteriores realizados por el Centro Nacional de Memoria Histórica, se alimentan acciones realizadas como trabajo de memoria en lo local, lo anterior comprende que la memoria en su devenir es nutrida por diferentes actores, por un lado, los presentes en el proceso de recordación que activan la memoria en contacto con el otro, y por otro lado los presentes en el momento del recuerdo, es decir los ausentes al recuerdo, pero presentes en la acción ( Jelin, 2001). Lo anterior manifiesta el papel de la sociedad en procesos de memoria, los cuales comparten espacios, costumbres, ritos, palabras y/o tradiciones que responden a fragmentos de la cultura de un pueblo. Comprendida de este modo, la historia oral o la memoria demanda ser trabajada desde la rigurosidad propia de la historiografía, pero, en contraste esta debe revalorizar las fuentes orales y aproximarse a los sectores sociales ?sin historia?, para buscar no solo el contenido, sino la reflexión y evaluación significativa de la comunidad ( Villalba, 2015, p. 21).
Por lo anterior, se teje el trabajo de la memoria desde la cultura, allí nos encontramos con el concepto validado en el desarrollo general del territorio que responde a ?un escenario de la comunicación, con sus conflictos, sus redes, potencialidades y recursos? (Amati, Isella y Lois, 2014, p. 22). Allí convergen identidades pertenecientes a la misma cultura, que en confrontación de saberes individuales se nutren desde lo local. Por ello, ?la identidad es inseparable de la idea de cultura, debido a que las identidades solo pueden formarse a partir de las diferentes culturas y subculturas a las que se pertenece o en las que se participa? (Aranzibia, 2016, p.5). Se encontrará dentro de las subculturas, la cultura popular.
La cultura popular, será entendida en este trabajo como los saberes que persisten a través del tiempo en una comunidad; poseen una antigüedad dentro de ella y, en muchas ocasiones, pueden perderse o transformarse en el tiempo, pero que se mantienen fuertemente en la oralidad, rebasando la escritura ( Rios, 2014, p. 795). Estos saberes han sido denominados de diferentes formas: ?cultura popular?, ?patrimonio inmaterial? o ?folclore? (Ramos, 2018, p. 195). El folclor, muchas veces deslegitimizado a través de los discursos hegemónicos, se constituye por elementos que no responden a ?lo imaginario, lo fantástico [sino que] constituyen el medio, el órgano, mediante el cual la tradición se toma comunicable y transmite a las generaciones las verdades morales fundamentales para la constitución de la vida social? ( Tamayo, 1997, p. 22). Por ello, este saber no puede encontrarse solo por fuera de la academia, ya que en ella el educando interactúa, se relaciona y comprende su entorno inmediato; ignorarla pretende eliminar un espacio donde el estudiante pasa gran parte de su tiempo en formación.
Desconocer la importancia del saber tradicional en la academia, sería como hacer caso omiso a la convergencia de las redes sociales y la globalización en la construcción de las culturas. Nadie se encuentra exento de esta dinámica, absolutamente todos los grupos sociales están en contacto con la cultura global, sea por redes sociales, por el turismo, etc. y en ocasiones, son ?recontextualizadas y alteradas sin reconocimiento, por los utilizadores o comerciantes, de su procedencia? ( Pérez-Peña, 2018, p. 29). Aunque algunos consideran que esto produce un hibridismo de las culturas locales, lo cierto es que las tradiciones entran en la dinámica, se reorganizan, se reapropian, se reinventan en ocasiones para mejorar, en otras para empeorar; en todos los casos para sobrevivir. La cultura popular se desenvuelve en lo tradicional y lo moderno ( Santos, 2017, p. 129), de este modo, se vuelve es un espacio de lucha contra la cultura dominante, rectora de la sociedad, ?después de todo, es posible, que aún hoy, la cultura popular, asediada por la lógica de mercado y una superficialidad aparente, tenga mucho que enseñarnos? (Díaz-Cruz, 2018, p.81).
En todo caso, la historia, la memoria y la cultura popular se entretejen de manera complementaria, será imposible pensar alguno de estos elementos de manera aislada, si bien, ?no hay que exagerar sobre la importancia de la disciplina histórica en la producción y transformación de la conciencia social pero tampoco se puede negarla? (Vezzeti, 2015, p. 26). Con esto, debemos entender todo el complejo escenario de saberes, confluencias y diferencias que se encuentran al abordar un espacio cultural. En este caso, Zipaquirá.
MATERIALES Y MÉTODOS
La presente investigación fue elaborada con estudiantes de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, del Centro Regional Zipaquirá; para ello fue necesario contar con la colaboración del alumnado de diversos semestres y asignaturas de la carrera de Comunicación Social ? Periodismo, transversalizado por materias de comunicación y lenguaje, en trabajos integrados por la comunicación popular, que responde a labores realizadas con adultos mayores zipaquireños; y la memoria histórica abarcada desde la cultura popular tradicional.
Para el buen término de la investigación, se toma el enfoque mixto que reúne características cualitativas y cuantitativas, respondiendo a hipótesis surgidas tras el análisis de encuestas iniciales, de media y de cierre con los jóvenes y adultos mayores del municipio. La base del trabajo deviene de la investigación narrativa que permite ?aproximarse a vivencias sociales desde relatos individuales y también, a la resignificación subjetiva de la realidad a propósito de los cambios de ésta mientras se narra a lo largo del tiempo? (Arias y Alvarado, 2015, p.178).
En aras de mantener el compromiso social surgido a través de la investigación, que en definitiva responde a una problemática social contemporánea, se trabaja bajo el diseño descriptivo. Este diseño pretende dar cuenta de ?la interacción entre objetos, personas y procesos? ( Castiblanco, 2017) que, transversalizados, describen bajo la comunicación popular, el reconocimiento de la problemática y la muestra de posibles soluciones, encontrando puntos focales problémicos que se reconocen en la diversa población trabajada. Así, el acercamiento se basa en el diálogo intergeneracional de construcción constante. Es decir, la información se construye en el intercambio del joven con el adulto mayor, con aporte de ambos.
Por lo anterior, las herramientas utilizadas en el curso de la investigación describen la problemática social que surge bajo el escaso reconocimiento de la cultura popular por dos grandes grupos de la comunidad zipaquireña. Por un lado, el adulto mayor, como principal afluente de la memoria histórica del municipio; y por otro lado la población juvenil, reconocida en estudiantes de UNIMINUTO, quienes contrastan la realidad de la memoria histórica del municipio desde su postura de nuevas generaciones.
Partiendo de la propuesta de investigación, que solicita participación de diferentes actores del proceso, quienes no se reconocen entre sí, pero, son habitantes del mismo lugar. Así mismo, parten de experiencias que refieren al mismo territorio como espacio tensionante de memoria. Por un lado, el adulto mayor expresa sus recuerdos en lugares, objetos y sujetos que se reflejan en el mismo espacio y por otro, los estudiantes que aunque no vivenciaron esa misma parte de la historia, han creado nuevas historias bajo diferentes formas de habitar y entender el espacio, creando así su propia historia y desconociendo la anterior guiada por la comunidad; esto hace que cada uno de los actores tengan reconocimiento en la investigación y desde allí se conviertan en investigadores que nutren su proceso de investigación con el otro, es decir, con la comunidad actuante.
Con base en lo anterior, se centraliza la propuesta en el método Investigación Acción, que da cabida a estos diferentes actores dentro del mismo territorio, convalidando sus voces y permitiendo una transversalización, tanto de historias, como de espacio. La investigación Acción se nutre de la acción social como base del proceso; si se habla de amenazas a la cultura popular del municipio, sostenida en pocos puntos de encuentro entre estas generaciones, que por un lado testifiquen su experiencia y por otro la reciban, la adecuen y la contrasten con la realidad presente, nos encontramos frente a una problemática social latente del municipio ( Castiblanco, 2017).
La forma de abordaje de los participantes se repliega al reconocimiento de la cultura popular en el espacio de memoria de los actores del proceso, por lo tanto, la Investigación acción teje la intencionalidad de la investigación a través de la creación de un marco de sentido colectivo. Este es la base de la acción transformadora de la investigación acción, ya que delimita el entendimiento de la problemática, y fortalece la visión reflexiva de los participantes ( Cross, 2018, p.124)
La formalización de la investigación se da en cinco etapas donde convergen la investigación, el análisis y la interpretación, acompañada de diferentes momentos de apropiación de la memoria por parte de los jóvenes; es allí donde además de investigar, introspectivamente logran reconocer la problemática social que conlleva el escaso reconocimiento de la cultura popular en el pueblo zipaquireño. Por lo anterior se dividen las etapas de la siguiente manera:
Etapa I: Encuadre de la investigación.
Tras un proceso de investigación anterior que demuestra el escaso reconocimiento de la cultura popular y el patrimonio cultural inmaterial del municipio por parte de jóvenes y adultos, tanto dentro, como fuera de la institución, se analiza la forma de documentar parte de la cultura popular desde el discurso del adulto mayor. Es así como se crean diferentes estrategias, que se replican en las aulas de clase, programando en las asignaturas, el trabajo de investigación guiado desde la comunicación popular.
Partiendo del análisis, se abordan temáticas específicas en clase como lo son la cultura popular, memoria histórica y elementos de comunicación que servirán de guía en la construcción de herramientas de investigación, como lo son encuestas, entrevistas, relatos, fotografías, entre otros. Por ello se organizan tres fases: Fase 1, análisis de investigación anterior; Fase 2, Creación de estrategias de investigación en el aula; y Fase 3, Creación de herramientas de investigación.
Etapa 2: Definición
Define el nivel de conocimiento por parte de los estudiantes y comunidad de elementos de la cultura popular del pueblo zipaquireño. Para esta etapa se aplicaron encuestas con preguntas contundentes de conocimiento cultural popular de Zipaquirá; se compartió la entrevista con la comunidad, los estudiantes se convirtieron en investigadores en este momento y se tomaron las calles zipaquireñas para indagar sobre el conocimiento general de la cultura popular.
Al mismo tiempo, se aplica la entrevista a los estudiantes participes de la investigación, comprendidos entre estudiantes de II, VI y VII semestre de Comunicación Social ? Periodismo, bajo asignaturas de lenguaje, transversalizadas con asignaturas de comunicación, con el fin de identificar cual era el reconocimiento por parte de los jóvenes. Dichas entrevistas se presentan en tres momentos, el primero inicia con el ejercicio de investigación que nos informa el punto de partida y el conocimiento real del municipio; el segundo se lleva a cabo a mitad del proceso, allí se ha realizado investigación formal, es decir, en alcaldías, casas de cultura, bibliotecas y demás, que permiten reconocer el discurso formal de lo local; finalmente la tercera encuesta se realiza al final del proceso, donde se contrasta su conocimiento, con el conocimiento formal y el conocimiento de la comunidad.
Etapa 3: Investigación formal ? Primer acercamiento
Los estudiantes se acercan a los diferentes lugares formales que mantienen el conocimiento estructural del pueblo e indagan sobre temas de memoria y cultura popular. Para esto, crean preguntas orientadoras y se dirigen a sujetos, como el alcalde del municipio y lugares como el archivo nacional, la alcaldía, la casa de la cultura y la biblioteca pública regional. La información recolectada allí la presentan como informe de investigación, adjuntando elementos como fotografías, páginas recopiladas, videos entre otros que sustenten la investigación
Etapa 4: Investigación formal ? Primer acercamiento
En esta etapa los estudiantes deben indagar con la comunidad las temáticas correspondientes a trabajar, para ello, crean entrevistas semiestructuradas y la aplican a las personas indagadas. Como parte del proceso se le pide a cada estudiante indagar un mínimo de tres personas de la comunidad, cuyo requisito particular es ser adulto mayor y haber vivido todo el tiempo en el municipio. Lo anterior con el fin de retratar temas de cultura popular del municipio desde la experiencia del adulto, quien tras la vivencia relata la memoria.
Etapa 5: Investigación formal ? Primer acercamiento
Esta etapa corresponde al análisis final del trabajo de investigación, se compilan historias, videos, gráficas, fotografías, trabajos de campo y crónicas. Finalmente se realiza la encuesta de salida a los estudiantes que corresponde a la investigación y desde allí se define la corresponsabilidad de los dos elementos, reconocimiento de cultura popular ? investigación en Zipaquirá.
RESULTADOS
Para exponer los resultados de la investigación, se evidencian primero algunos hallazgos que complementan la información final de la misma; de tal forma se presentan en respuesta a los análisis realizados tras la triangulación de la información.
La cultura popular en la academia
Los currículos de carreras como comunicación social ? periodismo, no entablan reconocimiento de la cultura popular de su contexto, como lo es el caso de Zipaquirá. Al contrario, se limitan al discurso hegemónico que se mantiene desde poderes estatales y reconoce el discurso céntrico en todos sus estandartes. Sin embargo, los contenidos planteados desde la investigación concerniente al reconocimiento de la cultura popular se logran amoldar a cabalidad con el currículo. Por lo anterior se concluye que tras la libertad de catedra establecida legalmente para los docentes, temáticas como esta pueden ser abordadas en las aulas. Es así como la educación se amolda al contexto y desde su propia realidad, pedagógicamente, se tratan problemáticas sociales que atraviesa la comunidad. De esta forma, los estudiantes, enfrentados a problemas de contexto, logran poner en práctica conceptos, experiencias y conocimientos que enriquecen aún más su práctica como futuros profesionales.
Construcción de tejido social desde la academia
El acercar a los estudiantes a sus problemáticas sociales contextuales, logra romper los muros que limitan la academia y la separan de la realidad. De esta forma se acerca a los jóvenes a la comunidad construyendo tejido social. Para ello, es necesario el trabajo de la comunicación popular que posiciona al estudiante al nivel de investigador y lo condiciona a sus compañeros de investigación, que son la comunidad misma a la resolución de problemas. Así mismo se reconoce el estudiante en el otro de forma horizontal y logra empoderarse de la problemática, reconociéndose como parte de ella y buscando soluciones en conjunto.
Escaso conocimiento de la cultura popular
Al indagar el conocimiento de los jóvenes por elementos de la cultura popular guiados por la memoria histórica, se evidencia un bajo reconocimiento de la misma. El conocimiento del municipio se limita a espacios reconocidos tanto interior como exteriormente. Es así como la catedral de sal es el principal referente de historia en el municipio para los jóvenes.
Fortalecimiento de la memoria histórica
Identificar que existe un escaso reconocimiento de la memoria histórica desde la cultura popular, permite buscar alternativas de solución y proponerlas en la academia. De esta forma, las estrategias utilizadas para su fortalecimiento, parten de ejercicios pedagógicos y finalmente responden asertivamente con los jóvenes, necesarios de reconocimiento en esta investigación. Si los jóvenes conocen la cultura popular de su pueblo, hacen posible su reproducción en generaciones futuras, es decir, se pueden realizar trabajos a escala de memoria que nutran la historia del pueblo y mantengan vivas sus tradiciones populares y ancestrales.
Por lo anterior los resultados presentados se definen de la siguiente forma:
Análisis de las encuestas guiadas en tres espacios de la investigación (inicio ? medio ? final) arroja que en primer momento el 100% de los estudiantes refleja la identidad zipaquireña en la catedral de Sal. Desde reflexiones guiadas se concluye que no está mal reflejar la catedral con la identidad, sin embargo, se opacan relatos de cultura popular que también son parte del ser zipaquireño. Tras la indagación con la comunidad se descubren y fortalecen discursos de dicha tradición, tales como: el caramelito rojo, el plato del minero, personajes históricos que sustentan historias populares como lo son el padre Ciro y el padre Umaña, lugares emblemáticos como las Rocas del Abra y los parques centrales, reconocimiento de los espejos de agua que existían hace muchos años en el municipio, la laguna del pantano redondo, leyendas y mitos del municipio, entre otros. En la segunda y tercera encuesta aplicada a los estudiantes se reconoce el aumento en el fortalecimiento de la cultura popular por parte de ellos. Las preguntas contrastadas con la primera encuesta arrojan un crecimiento paulatino de sus conocimientos, es así como se profundizan elementos tradicionales, como los nombrados anteriormente. Cada estudiante refleja el conocimiento interiorizado de mínimo 5 historias que giran alrededor de la cultura popular, el empoderamiento sentido frente a dichas temáticas se reconoce en el discurso tanto oral, como escrito.
Como resultados físicos cada estudiante entrega, como efecto de su proceso, diferentes productos que responden a las asignaturas trabajadas, entre ellos una crónica final que da cuenta de los conocimientos adquiridos formal e informalmente y sustentan sus escritos con videos que recopilan la investigación, de esta forma se realiza la compilación de historias; un corredor fotográfico compuesto por fotos antiguas y fotos nuevas del municipio que comprometen historias de la comunidad zipaquireña; allí se exponen junto a relatos cortos que conforman las experiencias del pueblo y fue mostrado, a forma de devolución para la comunidad, en la biblioteca municipal de Zipaquirá. Por último, se presentan seis capsulas audiovisuales que relatan el trabajo de investigación de un grupo de estudiantes, que, tras la documentación y recopilación de información con la comunidad, narran fracciones de cultura popular para ser expuestas con registros audiovisual.
La devolución a la comunidad de las historias, por medio de la exposición fotográfica, las crónicas, y las cápsulas, activa la memoria de la misma; es así como el contacto que tienen los sujetos que han transitado o han vivido en Zipaquirá por un periodo largo de tiempo, se refleja en dichos espacios a tal punto de interactuar con estas historias. Allí se comparte el relato, la remembranza, la experiencia y la historia y se extrapolan recuerdos en común que tejen la memoria. Así mismo, estos espacios acercan a los jóvenes de la universidad a la comunidad, la cual, en diferentes espacios, agradece el pensar en trabajos que los unan y aporten al tejido social construido entre academia ? comunidad.
DISCUSIÓN
Academia y saberes tradicionales
La intervención de la academia resulta menester para reconfigurar los saberes tradicionales como un saber validado desde la institución. No basta con la emisión de leyes y decretos, debe trabajarse dentro del aula en un acto participativo, de colaboración que promueva los valores compartidos de las experiencias, costumbres, recuerdos familiares y comunitarios, las leyendas, la memoria social, fiestas populares, gastronomía, vestimenta, manifestaciones religiosas, estilos arquitectónicos y el arte mediante el cual se expresan en la comunidad. Todas ellas adquieren una importancia significante en el imaginario popular, reforzando la memoria y convirtiéndose en parte principal de la identidad y el patrimonio cultural.
Historia y memoria social
La historia debe replantearse en una nueva comprensión de dos vertientes; desde la memoria histórica o historiográfica; pero también desde la mirada de los saberes sociales comprendidos como ?marcos sociales de la memoria? ( Halbwachs, 2004), cuyo horizonte de interpretación sociocultural se forja en la interacción de los sujetos en una comunidad ( Baer, 2010, p. 134), conocido también como memoria social. Este nuevo saber no deberá, en ningún caso, ser tomado como único y verdadero, pero la ampliación de visiones permitirá construir sobre la experiencia de lo local, evidenciando el entorno y construyendo junto a las nuevas generaciones. Así, la academia se presenta como un escenario de transmisión y re-construcción de la memoria en el intercambio generacional, el adulto mayor transmite, al tiempo que adiciona nuevos saberes e interpretaciones de las comunidades aprehendido de los jóvenes, mientras que estos apropian saberes previos y construyen su visión del mundo que los rodeas en torno a valores socialmente compartidos y no impuestos. Esto exige, no solo modificar la concepción de saber, sino también la idea arraigada en la sociedad sobre el lugar del conocimiento válido dentro de la academia, cambio que será lento, pero puede darse en la implementación de estrategias de intercambio.
Educación-comunicación popular
?Lo popular será comprendido como sujeto de producción de cultura, pero no de cualquier cultura, sino fundamentalmente de aquella que le permite resistir los embates en la vida cotidiana de una modernidad excluyente? (Saintout; 2011, p. 152). Esta frase presenta la definición que consideramos a la hora de abordar lo popular en este trabajo. Sin embargo, García Canclini proponía en 1987 la necesidad de entender lo popular, ya no en contraste a lo hegemónico, sino como algo que se reconstruye en la interacción con los grandes medios. La propuesta de pensar la herramienta con base en la estrategia de educación popular, remite no a entender la academia como un espacio aislado, sino una forma de resignificar los valores para las nuevas generaciones en un contexto de grandes medios y una comunicación masiva e invasiva. Para ello, el autor entendía que tanto la comunicación como la antropología debían comprender los saberes que se ?reformulan en contacto con la industria cultural? (p. 5). Donde el papel de la comunicación tendrá un doble papel complementario, una comunicación masiva propuesta por los medios que reconfigura las formas de la cultura popular, y la comunicación popular, con base en el diálogo intergeneracional, que permite entender este nuevo mundo, valorando los saberes del pasado y lo local, primando sobre lo global.
CONCLUSIONES
La investigación nos lleva a concluir la posibilidad de reestructurar los currículos de estudio, por lo menos incidiendo desde planes de trabajo. Se propone la inclusión de problemáticas sociales específicas y contextuales en programas de comunicación social, que a su vez pongan a prueba capacidades y aprendizajes detallados de su profesión que en la acción relucen y dan características específicas a la labor del comunicador. Así mismo, se propone un acercamiento total a la comunidad, siendo parte de ella y reconociendo la voz de los actores de dichas problemáticas; esto construye tejido social y fraternaliza las relaciones del municipio, pensando en jóvenes y adulto mayor y se puede concebir como otra forma de construir tanto comunidad, como conocimiento.
Finalmente, se realiza la crítica a gobiernos municipales que no propone planes de manutención de la cultura popular en el municipio, si bien se ha propuesto en gobiernos anteriores, el término final siempre encuentra su punto de identidad en la catedral de sal. De esta forma, el discurso hegemónico se reproduce y se mantiene, opacando nuevamente lo local, lo que significa que las tradiciones populares instauradas por el pueblo se difuminan. Esto trae consigo amenaza a la cultura popular, que al no ser reconocida y reproducida pierde verdad en las generaciones siguientes.
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