Esposas de jubilados laboralmente activas: acercamiento desde su socialización1,2,3

Carmen Patricia Jiménez Terrazas [1]
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez., México
Armando Ojeda Arredondo. [2]
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez., México
Sergio Zárate Mendoza [3]
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México

novaRUA Revista Universitaria de Administración

Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México

ISSN-e: 2007-4042

Periodicidad: Semestral

vol. 14, núm. 25, 2022

rua@uacj.mx

Recepción: 19 Noviembre 2022

Aprobación: 13 Diciembre 2022



DOI: https://doi.org/10.20983/novarua.2022.25.4

Resumen: La jubilación es el proceso de adaptación y aprendizaje de personas que salen del entorno laboral, abarca al individuo y sus entornos laboral, familiar y de soporte. El estudio aproxima la experiencia de esposas de jubilados laboralmente activas, a través de acercamiento cualitativo de su socialización, mediante diseño fenomenológico, enfoque empírico, entrevista semiestructurada a una muestra de casos típicos y por criterio, mujeres entre 50 y 67 años divididas en dos grupos, por su profesión, nivel educativo y número de hijos. Los resultados se dividen en: jubilación y actividades del esposo; condición económica; actividades y tareas de la esposa y expectativas, estado emocional y consideraciones de vejez. Éstos revelan expectativas vinculadas al descanso e incertidumbre económica y otras, como algo bueno y esperado, pero no planeado; actividades del hogar, familia y trabajo en unos poco compartidas y en otros más involucrados; estado emocional para unas “normal” y en otras positivos.

Palabras clave: Socialización de la jubilación, Esposas de jubilados, Esposas laboralmente activas, Estudios cualitativos..

Abstract: Retirement is an adaptation and learning process of people who leave their work environment, which covers their individual, work, family and support environments. This study seeks to address the experience of working wives from retired husbands, through a qualitative approach of their socialization, through phenomenological design, empirical approach, semi-structured interview to a sample of typical cases and by criteria, women between 50 and 67 years old divided into two groups, by their profession, educational level and number of children. The results are divided into: husband’s retirement and activities; economical condition; activities and wife tasks and expectations, emotional state and considerations of their old age. Findings reveal expectations towards rest and economic uncertainty and others, as something good and awaited, but not planned; home, family and work activities in some cases scarcely shared and in others more involved; emotional state for some of them is “normal” and in others positive.

Keywords: Retirement socialization, Retiree wives, Working wives, Qualitative studies..

Introducción

a jubilación como un fenómeno normativo generalizado en el siglo XX y que desde este enfoque esta institucionalizado, se refiere al retiro de la fuerza laboral a cierta edad determinada, generalmente los 65 años, al menos en México y otros países, con derecho a cierta retribución económica (Romero y Jiménez, 2019) si se contribuyó durante su vida laboral, desde el mercado de trabajo formal o en el caso de quienes laboran en el mercado informal, conseguir apoyo en programas sociales o contar con ahorros personales para el retiro. Dependiendo de las condiciones en que se llegue a la jubilación, Fernández y Jiménez (2019) mencionan, que se le puede ver como una ruptura y en otras, puede ser vista como un proceso de aprendizaje y socialización de una nueva etapa en la vida, derivada de su retiro laboral.

Como parte de éste proceso de socialización, la jubilación no se visualiza de la misma manera, dependiendo de ciertos factores o circunstancias que rodeen al jubilado, Bueno y Buz (2006) mencionan por ejemplo género, estado de salud, nivel educativo, tipo de profesión, nivel socioeconómico, actitud y apoyo familiar y social. Madrid y Garcés (2000) incluyen, además, vida marital, personas dependientes de los conyugues, personalidad, planificación, así como apoyo social. Sobre vida marital, estos autores afirman, que los casados, por el hecho de estarlo, cuentan con apoyo suficiente para transitar su proceso de jubilación y su misma jubilación, aunque encontraron algunos problemas relacionados a actitudes tradicionales acerca de quién tiene el rol de proveedor en la pareja y en el caso de esposo jubilado - esposa empleada, se asociaba a menor calidad marital. Sin embargo, como muchos otros estudios, este acercamiento ha sido estudiado principalmente desde la visión del jubilado, no así, desde la voz de su esposa empleada.

Los estudios para conocer las perspectivas y experiencias de las esposas de jubilados, no son nuevos y se enfocan desde diferentes temáticas: actitudes, satisfacción matrimonial, satisfacción de la jubilación, la salud mental de las esposas con el síndrome del esposo jubilado, entre otras. Por ejemplo, Fengler (1975), se enfocó en las actitudes del esposo hacia la jubilación cuando pasa por alto la valoración de la esposa; Smith y Moen (2004) investigaron los factores de la satisfacción de jubilación individual y conjunta de los jubilados y sus esposas en Nueva York; Fitzpatrick y Vinick (2008) estudiaron la calidad matrimonial de las esposas de jubilados en Estados Unidos; Bozoglan (2015) estudió la intrusión conyugal como predictor de la satisfacción matrimonial en esposas de jubilados en Turquía; Bertoni y Brunello (2017) indagaron sobre la salud mental de las esposas de jubilados en Japón con síndrome del esposo jubilado; Riekhoff y Vaalavuo (2021) buscaron la asociación entre los problemas de salud del esposo y la trayectoria laboral de la pareja cuando se retiran o continúan laborando. Sin embargo, son escasos los estudios que se enfocan específicamente en esposas de jubilados laboralmente activas, ya que, en estudios anteriores, en ocasiones esta muestra específica, forma parte de la muestra general como Osorio (2007). Por otro lado, hay estudios en los que ciertas temáticas son analizadas, como actividades en pareja compartidas (Bozoglan, 2015), estado emocional (García y Gaona, 2016), entre otros. Sin embargo, hay escasos estudios donde combinen varias temáticas desde la perspectiva de las esposas de jubilados y, además, laboralmente activas. Por lo que en este artículo se propone conocer las experiencias de las esposas de los jubilados laboralmente activas, en la socialización de la jubilación de sus compañeros de vida, en relación a sus expectativas, estímulo económico, actividades semanales y diarias, actividades de su esposo, tareas del hogar compartidas, consideraciones de su vejez y estado emocional.

1. Eje teórico

El enfoque teórico de esta investigación es la teoría de rol, que enfatiza la importancia del rol de salida de los jubilados y del rol que juegan en la transición de su proceso de jubilación, que se caracteriza por el reforzamiento que el jubilado empieza a experimentar en su nuevo rol en la familia. En ese sentido, la conceptualización de la jubilación es ese proceso de ajuste que ve a la jubilación desde la transición propia del retiro del trabajo y de la trayectoria posterior a la jubilación con la familia y la comunidad (Wang y Shultz, 2010, p. 177-178). En ese sentido, la mirada de las esposas de jubilados que aún son laboralmente activas, se incorporan en esta teoría de rol del jubilado, en esa nueva interacción que viven cuando su esposo ya está jubilado y cómo esas vivencias también modifican su propia expectativa de la jubilación. Se exponen como parte del eje teórico, la conceptualización de las expectativas de la jubilación, estímulo económico, actividades semanales y diarias, actividades de su esposo, tareas del hogar compartidas, consideraciones de su vejez y estado emocional.

1.1. Expectativas de la jubilación

De acuerdo con diversos autores, las expectativas de la jubilación pueden tener dos posturas: connotaciones positivas y negativas. Morales (2011, p. 216) en un estudio cualitativo con distintos grupos focales, uno de ellos jubilados con sus esposas, encontró en cuanto a las connotaciones negativas, que algunos tienen sentimiento de sentirse inútiles, que es una época decadente, sobre todo cuando no se cuenta con una buena salud y también una época llena de obstáculos. También con connotación negativa, es para quienes ven la jubilación como una obligación jurídica o legal, impuesta, pero que, si no existiera de esa manera, seguirían trabajando. A otros les gustaría jubilarse, pero no pueden por cuestiones económicas (Morales, 2011, p. 217). Esta disminución de ingresos por la jubilación, es un discurso que acompaña las expectativas hacia la jubilación según Osorio (2007, p. 200).

Otros, también desde una connotación negativa, mencionaron que, si la ley marca la jubilación a cierta edad, que la apliquen para todas las profesiones, porque, por ejemplo, los médicos, profesores y jueces, pueden seguir trabajando después de esta edad estipulada (Morales, 2011, p. 218). Algo interesante en ese estudio, es que las esposas de jubilados fueron las que mayormente mencionaron la connotación negativa en sus esposos, de la que ellos expresaban en frases como “cuando le preguntan dice que muy bien, pero yo sé que no”.

En cuanto a la connotación positiva, algunos consideran la jubilación una época de oportunidades y mayor libertad, en la que disfrutan su tiempo, tranquilidad y posibilidades de ocio que antes no tenían (Morales, 2011, p. 217). Otros vieron la jubilación como un derecho y una obligación, después de haber estado toda la vida trabajando (p. 218). La expectativa del retiro laboral significará una transformación en su tiempo (Osorio, 2007, p. 197).

Sobre la satisfacción de la vida en la jubilación, Liu, Bai y Knapp (2022) encontraron, que esta mediada por una mayor confianza en la jubilación, cuando el próximo a jubilarse o el jubilado, platican, comparten o discuten sus planes de retiro con su esposa, familiares y amigos. Por otro lado, las expectativas de la jubilación de esposas laboralmente activas, según el estudio de Morales (2011, p. 221) es una liberación de sus actividades laborales, pero no así de sus actividades domésticas habituales.

1.2. Actividades diarias y semanales de las esposas de jubilados

En cuanto a las actividades diarias y semanales que la mujer realiza, Torres (1989) menciona que cuando la familia crece con los hijos, el trabajo doméstico aumenta, esto es, a mayor número de integrantes en la familia, mayor trabajo doméstico. Por otro lado, con la incorporación de la mujer al trabajo externo al hogar y remunerado, Meil (2005, p. 167) considera que la norma social de que la esposa y madre sea la que asuma todas las responsabilidades domésticas y familiares, se ha reconfigurado como un proyecto de colaboración en común, en el que todos los miembros deben participar.

Sin embargo, esta reconfiguración no siempre es válida como una norma social modificada, cuando de acuerdo con Sabater (2014) sigue siendo la norma social predominante el modelo de familia de padre proveedor – madre cuidadora, en el que la mujer asume el rol de reproducción y cuidado en la crianza de los hijos menores, enfermos o dependientes, así como de las tareas domésticas y el del hombre, con las tareas de producción de llevar el sustento familiar como cabeza de familia. Pero desde esta concepción, la mujer que además de la casa, trabaja, realiza una doble jornada laboral: la de su trabajo propiamente y la de su rol en la casa.

1.3. Actividades y tareas del hogar compartidas

Una vez que el esposo se jubila de acuerdo con Bozoglan (2015, p. 922), la mujer tienda a disminuir sus actividades sociales individuales para incrementar las actividades compartidas e incrementa su satisfacción matrimonial. Pero estas actividades no hacen referencia específica a las domésticas solamente, sino a las actividades que pueden compartir en general.

Las tareas del hogar compartidas o división de tareas dentro del hogar, es un tema ampliamente estudiado desde la sociología desde mediados del siglo pasado que se enfoca al modelo tradicional de división de roles dentro del hogar en el que el hombre se especializa en el trabajo remunerado, fuera del hogar y la mujer, al trabajo del hogar (Sabater, 2014). Y aunque con la incorporación de la mujer en el mercado laboral, hay una mayor participación del hombre en las actividades domésticas en muchos países, repartirlas igualitariamente no es frecuente según Davis y Geenstein (2004, citado en Sabater, 2014).

2. Método de investigación

Este estudio tiene como objetivo conocer las experiencias de las esposas de los jubilados laboralmente activas, en la socialización de la jubilación de sus compañeros de vida, en relación con sus expectativas, estímulo económico, actividades semanales y diarias, actividades de su esposo, tareas del hogar compartidas, consideraciones de su vejez y estado emocional. Para alcanzar el objetivo se desarrolla una investigación cualitativa, diseño fenomenológico de enfoque empírico, muestreo dirigido con estrategia de muestreo de casos típicos y por criterio, técnica de levantamiento de datos de entrevista tipo semiestructurada y el instrumento de guía de entrevista.

Ya que el propósito de la investigación es conocer las experiencias relacionadas con el fenómeno a estudiar, la investigación cualitativa es la más idónea para llevarla a cabo, pues como menciona Galeano (2004, p. 16) “…es un modo de encarar el mundo de la interioridad de los sujetos sociales y de las relaciones que establecen con los contextos y otros actores sociales”, esto es, permite ver el fenómeno desde la mirada de quienes lo viven y cómo ellos lo viven. Y es por esto, que el diseño es fenomenológico ya que de acuerdo con Hernández et al. (2014, p. 493) se busca explorar, describir y comprender las experiencias de los individuos sobre un determinado fenómeno, desde la esencia misma de esa experiencia, por lo que el enfoque es fenomenología empírica (Hernández et al., p. 494). En ese sentido, no se busca saber si está bien o mal lo que consideran o lo que viven, sino describirlo en si para comprender esas posturas en el contexto específico en que se generan.

El muestreo en la investigación cualitativa no es probabilístico ni representativo estadísticamente, sino intencionado, razonado, acumulativo, secuencial y flexible (Vázquez, 2006, p. 43), considerando estas características la muestra es dirigida o guiada por las razones relacionadas a la investigación (Hernández et al., 2014, p. 386) usando las estrategias de muestreo de casos típicos, destacando los que son normales y muestreo por criterio, en el que se definen criterios que son útiles para la asegurar la calidad del estudio (Creswell, 2013, p. 158) que, para este estudio se delimitaron dos: esposas de jubilados en edades entre 50 mínimo y 70 años máximo y que continuaran siendo laboralmente activas. En cuanto al tamaño de la muestra, aunque no hay parámetros definidos o establecidos, algunos autores sugieren ciertos participantes mínimos, como Creswell (2013, p. 149) entre 5 a 25 participantes y Hernández et al. (2014, p. 385) diez.

La técnica para el levantamiento de información es la entrevista, ya que en los estudios fenomenológicos las entrevistas son las usualmente usadas, ya sea individuales o múltiples entrevistas al mismo individuo (Creswell, 2013, p. 149). Por el interés a ciertos temas relacionados con la jubilación de sus esposos, se utilizaron entrevistas semiestructuradas, basadas en una guía de entrevista con preguntas generales que sirvieron de guía para obtener la información necesaria (Monje, 2011, p. 134), pero dejando abierta la posibilidad a otras preguntas. Para la construcción de ésa guía, se revisaron los estudios de Torres (1989, p. 18), Osorio (2007, p. 6-7), García y Gaona (2016, p. 119), Palaci, Jiménez y Topa (2017, p. 5) y Bozoglan (2015, p. 927), para posteriormente seleccionar o inferir a partir de los resultados las preguntas que permitieran lograr el objetivo planteado.

La guía de entrevista se dividió en dos partes: 7 preguntas de identificación sociodemográficas y 11 preguntas sobre la temática de investigación y para su aplicación, se siguió el protocolo de solicitar a las entrevistadas su consentimiento para participar mediante carta de consentimiento informado así como su autorización para grabar la entrevista; posteriormente se les explicó el objetivo del estudio y se procedió a iniciar la grabación, realizando cada una de las preguntas de la guía y también, alguna que otra pregunta derivada de sus respuestas.

Antes de empezar con las entrevistas de las participantes, se llevó a cabo una primera entrevista (que no se incluye en los resultados) siguiendo la guía de entrevista elaborada, para verificar la comprensión y confiabilidad de las respuestas de los participantes. Ésta se llevó a cabo en noviembre 2018 y después de analizar la conducción de la misma (en cuanto a las preguntas que era necesario aclarar o explicar) y las respuestas que proporcionó, se consideró innecesario modificarlas, por lo que se inició la recolección de datos para el estudio entre febrero y octubre 2019 en Ciudad Juárez, Chihuahua. Fueron 10 en total.

Para favorecer el muestreo de casos típicos y por criterio, se llevaron a cabo diferentes estrategias: algunas se buscaron entre vecinas y conocidas que cubrieran los criterios establecidos, así también a sugerencia de una de las entrevistadas, se visitó las instalaciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). La mayoría de las entrevistas se realizaron de manera personal y otras, telefónicamente. Algunos problemas que se presentaron para lograr las entrevistas, fue que no disponían de tiempo o que postergaban la realización de la misma, que no deseaban ser grabadas o que contestaran breve o vagamente por ser preguntas (algunas de ellas) en las que nunca habían pensado.

Para el análisis de las entrevistas se procedió a transcribir las mismas en archivo electrónico del programa Word. Posteriormente, en el software NVivo se subieron los archivos transcritos para iniciar la codificación. En NVivo se subrayó de manera resumida la idea central del entrevistado en cada pregunta, lo que permitió generar reportes por pregunta analizada, siendo ésta una codificación abierta de primer nivel. Posteriormente, se inició una codificación axial de las categorías de segundo nivel, agrupándolas por temas y patrones en una tabla matriz, que permitió relacionar las categorías y patrones con las unidades de observación. Esto permitió iniciar la descripción de las experiencias de las participantes en el estudio.

3.Resultados

En cuanto a la identificación sociodemográfica de las entrevistadas, su edad va de 50 a 67 años, con un promedio de 56 años; de su nivel educativo, una con primaria, una con secundaria, una con preparatoria, una nivel técnico, cuatro con licenciatura y dos con posgrado; de la actividad laboral que desempeñan, una es albañil, una secretaria, una cocinera, una trabajadora social, una en organizaciones de la sociedad civil (OSC) y cinco maestras; en cuanto a si padecen alguna enfermedad, solo tres de ellas lo mencionaron que sí, siendo estas: hipertensión en dos de ellas y la otra, diabetes; nueve de ellas casadas y una viuda; el número de años casadas varió de 2 a 47 años, con un promedio de 29 años de casadas; el número de hijos que tuvieron varía de 1 a 4 y solo cuatro de ellas mencionaron que aún tienen dependientes económicos que varían entre 1 y 2 dependientes.

Todas las experiencias de las participantes se dividen en dos grupos: en relación con su profesión, nivel educativo y número de hijos dependientes económicos. Se eligieron estos factores de división, apoyados en los estudios de Madrid y Garcés (2000) y Bueno y Buz (2006). Sobre el nivel educativo, mencionan que, a mayor nivel educativo en el proceso de jubilación, mejor ajuste, probablemente porque realizan una mejor planificación para vivir esa etapa. Sobre su profesión, la jubilación es mejor aceptada entre aquellos que realizan trabajos con mayor desgaste físico, que por quienes realizan actividades en puestos de reconocimiento profesional y personal. Sobre los dependientes, desde un punto de vista tradicional, cuando aún se tienen en el proceso de jubilación, incrementa la participación del esposo como proveedor, en el trabajo, sea dentro o fuera del hogar. Estas consideraciones, dividieron las respuestas de las participantes en dos grupos.

El grupo al que llamaremos “1” (uno) son el 40% de las participantes y tienen como característica que su nivel educativo es básico o técnico, sus trabajos son manuales, por lo que su ingreso es bajo y tres de ellas tienen aún, 1 o 2 dependientes económicos. En el grupo al que llamaremos “2” (dos) son el 60% restante y se caracterizan por que su nivel educativo es de nivel superior: cuatro con licenciatura y dos con posgrado; cinco de ellas son maestras y la otra, labora en OSC y solo una de ellas tiene aún 1 dependiente. Esta división de las experiencias en dos grupos, marca diferencias abismales en las respuestas y la caracterización de sus vivencias, sobre esta etapa de la vida de sus esposos, como se explican a continuación.

3.1. Expectativas ante su jubilación

Sobre sus expectativas ante la jubilación, específicamente su jubilación, las respuestas de las participantes del grupo “1” tuvieron una visión más física y económica para llevarla a cabo. Dos de ellas la visualizan como descanso porque el cansancio del cuerpo lo pide o por la larga trayectoria laboral; una de ellas mencionó que ninguna expectativa; otra que le gustaría que las amas de casa tuvieran jubilación.

Del grupo “2” las expectativas ante su jubilación se enfocan más a si llevarla a cabo porque es algo bueno y es el término de tu vida laboral. En este estudio, las participantes del grupo “2”, adicionalmente expresaron sentimientos relacionados a la actitud ante los planes y la marginalidad. Una de ellas mencionó que “depende de la actitud con la que se viva: caso familiar directo con depresión severa y otro caso, contento, vibrante con sus proyectos” y otra que “cambia tu estatus de muchas maneras, a nivel profesional ya no eres sujeto de darle empleo” por ejemplo.

3.2. Estímulo económico para jubilarse

En cuanto a si el estímulo económico para jubilarse es suficiente, las participantes del grupo “1” mencionaron que no. Una de ellas reforzó adicionalmente su negativa al contestar “pues no, realmente no” y las 4 mencionaron que afecta bastante, principalmente en la comida y una de ellas en la educación a los hijos. Otra mencionó “bastante, pero con que haya para comer…”. En el grupo “2” que mencionaron que sí es suficiente el estímulo económico, explicaron además porque si, una de ellas dijo “si, porque ya no tenemos dependientes económicos ni deudas” por lo que “no nos hemos visto apretados porque nuestros gastos han disminuido”; otra mencionó “si es suficiente… la casa es propia” además aclaró “son suficientes, no por conformista, sino porque estoy muy agradecida con lo que tengo”.

Adicionalmente, de ese grupo “2”, dos de ellas hicieron mención a que, si es suficiente, pero hablaron de la provisión o plan económico adicional para la vejez. Una dijo “si es suficiente, aunque bajo” y explicó “pues es bajo y si no tienes otro ingreso, es problemático”. Otra mencionó “la disminución del ingreso no ha hecho que el estilo de vida cambie, pero había un plan financiero de retiro”. En ese sentido, ambas refiriéndose a negocios propios, no creados a partir de la jubilación, sino desde antes de ésta.

3.3. Actividades semanales y diarias que realizan las esposas de jubilados laboralmente activas

En relación con las actividades que realizan en el día a día, ambos grupos, el “1” y “2” coinciden en actividades del hogar, visitar a la familia o hijos, cuidar o ver nietos.

Solo las participantes del grupo “2” mencionaron otras actividades, además de las que mencionaron en el grupo “1”: una dijo “salir a veces al sindicato” y otra en ese mismo tenor mencionó “tengo baile de salón en el sindicato porque empecé a tener hipertensión y con eso, se desapareció”. Otra mencionó sus actividades en las OSC a las que pertenece y otra más, actividades sociales

3.4. Sobre la jubilación de sus esposos

En relación con si su esposo jubilado aún trabaja, solo una participante del grupo “1” mencionó “de repente”, y otra “fallecido” y las demás entrevistadas mencionaron que no, o que estaba pensionado o jubilado, haciendo alusión con esta respuesta a que ya no trabajaban. Algo interesante es que una de las participantes del grupo “2” nos aclaró que, si hay diferencia entre pensionado y jubilado, ya que comentaba que se habían pensionado, no jubilado, decía “Es diferente pensionarte. Nosotros antes de tiempo nos salimos del magisterio…” haciendo alusión al tipo de pensión por retiro anticipado del ISSSTE. También comentó “el jubilado …llega a los 30 años de servicio si eres hombre, 25 si eres mujer y luego ya te jubilas y te dan una pensión. El pensionado es cuando no se cumplieron los 30 o 25 años y tu decidiste salirte antes de tiempo” y también destacó “al pensionarnos la cantidad con la que te pensionas es muy baja, o sea, es mejor jubilarte”

El tiempo que tienen jubilados, en el grupo “1” varió de 1 a 5 años y en el grupo “2”, de 1 hasta 12 años. Con relación a si sus esposos tienen alguna enfermedad, del grupo “1”, solo una mencionó que sí, “él tiene diabetes” y del grupo “2”, cuatro de ellas (4 de 6) mencionaron que sí, con enfermedades como diabetes e hipertensión.

3.5. Tareas del hogar compartidas

Y sobre las actividades compartidas del hogar que realiza el esposo jubilado, en el grupo “1” el 50% de las participantes mencionó que ninguna, una de ellas que realiza actividades “básicas: compras y pagos” y otra que “a veces limpia la casa”.

A diferencia, en el grupo “2” todas las participantes mencionaron actividades: tres de ellas (3 de 6) con actividades fuera de casa como compras, pagos e ir al banco y cinco de ellas (5 de 6) en actividades dentro del hogar: ocasionalmente limpiar, lavar trastes, barrer, limpiar el patio o jardinería.

3.6. Consideraciones de la vejez en la mujer

A la pregunta de si la vejez es más larga en las mujeres, en el grupo “1” el 50% mencionó que sí, una de ellas dijo incluso “si es más larga y más cansada”. El otro 50% dijo que no, una de ellas comentó “no, depende de la condición de cada persona” y otra “no, creo es igual”.

En el grupo “2” el 50% mencionó que depende, en ese sentido una dijo “depende mucho de la fortaleza individual que tenga cada uno, sus cargas o lo vivido”, otra dijo “depende de a qué edad haga cada mujer su trabajo” y otra “depende, no necesariamente”.

Otras dos dijeron que la vejez, si es más larga en las mujeres, aclarando una de ellas “por la experiencia te podría decir que sí, yo tengo muchas amigas que se han quedado viudas y en realidad, están bien fuertes y el marido por alguna situación de salud han quedado solas”. De este grupo “2” llamó mucho la atención una de ellas que dijo que la vejez es más larga en el hombre, ya que “la mujer no tiene tiempo de hacerse vieja. La misma vorágine del trabajo y las obligaciones te mantienen muy activa y te mantienen bien”.

3.7. Estado emocional ante la jubilación de su esposo

Sobre cómo se encuentran emocionalmente después de que su esposo se jubiló, de las participantes del grupo “1” el 50% dijo sentirse feliz o satisfecha, las otras dos, dijeron expresiones muy significativas. Una “pues lo normal” y otra “tranquila pa´ que me quejo”. En el grupo “2” en contraparte, todas las respuestas fueron positivas o satisfechas, una incluso mencionó que más segura cuando explicaba “antes era como más ansiosa…” y ahora que él está jubilado “siento como más seguridad, más confianza, estoy muy tranquila, cualquier cosa que se me ofrezca personal, la casa, el trabajo, puedo contar con él a cualquier hora”.

4. Discusión y Conclusión

Conocer las experiencias de las esposas de los jubilados laboralmente activas a través de este estudio, ha permitido explorar cualitativamente las diversas temáticas en las que se enfoca su objetivo. Se discuten y concluyen los resultados a la luz de estos dos grupos denominados “1” (uno) y al otro “2” (dos).

4.1. Grupo “1”

El grupo “1” está conformado por el 40% de las participantes del estudio con la característica de que su nivel educativo es básico o técnico, sus trabajos son en su mayoría manuales (solo una de ellas es trabajadora social), por lo que su ingreso es bajo y tres de las cuatro participantes aún tienen hijos dependientes. Las expectativas ante su jubilación tienen un enfoque más físico y económico para llevarla a cabo. Debido a sus trabajos, la mayoría de ellos físicos y manuales, la mitad de este grupo ve la jubilación como un descanso. Una de las participantes mencionó que le gustaría que las amas de casa tuvieran jubilación y este comentario, se acerca a la concepción de que pueden tener jubilación del trabajo, pero no de las tareas del hogar.

En cuanto al estímulo económico para jubilarse, mencionaron que no es suficiente por la disminución de ingresos que representa. Y es que esta disminución de ingresos por la jubilación es un discurso que acompaña las expectativas hacia la jubilación según Osorio (2007, p. 200). Y en el caso de las características del grupo “1”, una pensión por jubilación tan baja, aún menor a la remuneración que tienen laborando, será una preocupación constante, pues si con el bajo sueldo que tienen actualmente es complicado cubrir las necesidades básicas, con un estímulo económico de jubilación aún más bajo, será doblemente complicado. Valenzuela y Mora (2009, p. 99) en un estudio a trabajadoras doméstica mencionan algo similar “…la jubilación es otra preocupación…. debido al bajo nivel de sus ingresos, que no les permite ahorrar”, por lo que, si ha recibido gran parte de su vida laboral el salario mínimo, muy seguramente no alcanzará a ahorrar el dinero suficiente para pensionarse y con seguridad requerirá subsidio del gobierno.

Las actividades que realizan en el día a día, incluyen las del hogar, visitar a la familia o hijos, cuidar o ver nietos. Dado que todas las participantes tienen hijos, resulta congruente que hablen todas de las actividades del hogar, porque como menciona Torres (1989) cuando la familia crece con los hijos, el trabajo doméstico aumenta y, por otro lado, también hace énfasis en ese rol tradicional de la mujer que menciona Sabater (2014) es hacerse cargo del trabajo doméstico.

Del tiempo que lleva su esposo jubilado, varió de 1 a 5 años y solo una de ellas mencionó que su esposo tuviera diabetes y que “de repente” trabaje.

De las tareas del hogar compartidas, el 50% mencionó que ninguna y el otro 50% que realiza actividades básicas fuera de casa y otra, que a veces limpia. Las respuestas son similares a lo que encontró Torres (1989) en cuanto a que las tareas del hogar “compartidas” no alcanzan ni el 10% para ninguna de las tareas, siendo responsabilidad permanente y cotidiano para la mujer la realización de todas ellas, independientemente de que además de las tareas del hogar también trabaje fuera de casa.

En cuanto a la vejez en la mujer, el 50% consideró que es más larga y una mencionó que más cansada, siendo congruente este hallazgo con el encontrado por Osorio (2007, p. 202) cuando algunas de sus entrevistadas significaron la vejez femenina con el deterioro paulatino. El otro 50% no lo consideró que la vejez de la mujer fuera más larga.

De su estado emocional después que su esposo se jubiló, el 50% dijo sentirse feliz o satisfecha, las otras dos, normal y “tranquila pa´ que me quejo”. Estas expresiones reflejan ese sentimiento de expectativa ante la jubilación con ingresos bajos.

4.2.Grupo “2”

El grupo “2” incluye al 60% de las participantes y su característica es que su nivel educativo es de nivel superior: cuatro con licenciatura y dos con posgrado; cinco de ellas son maestra y la otra en OSC y solo una de ellas tiene aún 1 dependiente. Las expectativas de jubilación se visualizan a llevarla a cabo porque es algo bueno y es el retiro de su vida laboral. Este resultado es similar al de Morales (2011, p. 218) en el que algunos ven la jubilación como un derecho y una obligación, después de haber estado toda la vida trabajando.

También en esta investigación se encontró, que la expectativa de la jubilación tiene que ver con la actitud que tengan y la marginalidad que la jubilación genera. En cuanto a la actitud, si la ves como tu fin, probablemente la vivas con depresión, pero si hay planes y actividades con nuevas metas a realizar, podrá ser muy activa. Y en cuanto a la marginalidad, ya no eres sujeto a conseguir empleo. Este último comentario, se relaciona a que la expectativa del retiro laboral significará una transformación en su tiempo (Osorio, 2007, p. 197) por el cese de la actividad laboral, pero al mismo tiempo, el jubilado dejará de ser “atractivo” para reinsertarse en el mercado laboral generándose con ello de alguna manera, discriminación laboral por razones de la edad.

Este grupo consideró que el estímulo económico si es suficiente, porque ya no hay dependientes económicos, lo que provoca una disminución de gastos, y por otro lado, la deuda más grande de la casa, ya está liquidada, lo que te da más libertad financiera, no por tener más ingresos, sino por la disminución de gastos.

En las actividades del día a día, aparte de mencionar las del hogar, visitar familia o hijos, cuidar o ver nietos, este grupo incluye otras actividades fuera de casa. Y esto es congruente con el nivel educativo y profesión que realizan, que al ser con mayor ingreso que el grupo “1”, les da mayor libertad y movilidad para hacer otras actividades adicionales a la familia y hogar, pudiendo realizar actividades de su interés personal.

Del tiempo que lleva su esposo jubilado, varió de 1 a 12 años y cuatro de ellas (4 de 6) mencionaron que sus esposos tienen enfermedades como diabetes e hipertensión; y solo una de ellas mencionó que su esposo tuviera diabetes y que “de repente” trabaje. Sobre los problemas de salud del esposo, Riekhoff y Vaalavuo (2021) encontraron, que están positivamente relacionados con la trayectoria laboral de la pareja, en los casos en que las esposas continúan trabajando. Muy probablemente éste hallazgo de Riekhoff y Vaalavuo (2021) es el que provoca que al preguntarle a las esposas laboralmente activas si su esposo tiene alguna enfermedad, la mencionen sin objetar alguna problemática adicional.

En este grupo las tareas domésticas compartidas son más frecuentes. El 50% realizando actividades fuera de casa como compras, pagos e ir al banco y el 83% si realiza ciertas actividades domésticas. En su investigación, Torres (1989) encontró respuestas similares en el rubro con mayor participación del hombre, es en el de compras, por ser una actividad fuera de casa y con implicación de transacción monetaria, compatible con el papel externo del hombre, en ese rol de producción.

En relación a la vejez en la mujer, el 50% consideró que depende para que sea más larga. En ese sentido, Osorio (2007, p. 203) encontró que en mujeres profesionales que se enfocan a una vejez más preventiva ya que tienen expectativas de lo que no esperan de la vejez en contraparte con lo que les gustaría, de ahí que mencionan “depende”, pues ven la vejez de la manera en que a ellas les gustaría.

Su estado emocional después de la jubilación de su esposo, el 100% mencionó positiva o satisfecha. Una incluso dijo que más tranquila y apoyada, ahora que puede contar con él, por el tiempo que tiene disponible.

Conclusiones

En función de los hallazgos encontrados, puede decirse que las experiencias de las esposas de jubilados laboralmente activas, varían dependiendo de la profesión, nivel educativo y número de dependientes que aún tengan (en este caso, hijos). Por un lado, la experiencia de quienes tienen un nivel socioeconómico bajo, la jubilación representa una preocupación más por la escasez en el ingreso, por no haber logrado ahorros significativos que muy probablemente les hará solicitar ayudas al gobierno. En ese mismo tenor también se encontró, que con ésta característica la norma social dominante en la que el rol de la mujer es cuidadora y reproductora, se vislumbra con mayor claridad, pues es ella primordialmente, la encargada de las tareas de hogar, independientemente de que además trabaje. Esta definición del rol por género se ve reflejado también, en el escaso involucramiento del esposo jubilado en las tareas domésticas compartidas.

Por el otro lado, cuando el nivel socioeconómico es un poco más alto (no ricos sino más bien de clase media) y el nivel educativo también alto, con educación superior, las expectativas de la jubilación toman otro matiz, pues se vislumbra como un obligación y derecho ganado después de la trayectoria laboral realizada. También mencionan que la expectativa depende de la actitud y esto es significativo, porque si económicamente tus ingresos son suficientes (no necesariamente muchos) para cubrir tus necesidades, entonces tu preocupación principal no será estar buscando como te alcance el dinero para comer, sino que otras cosas puedes hacer más allá de las necesidades básicas. Esto te permite considerar que la expectativa de la vejez depende de la actitud con la que la vivas. Sobre las tareas domésticas compartidas, los esposos de éste grupo, se involucran más visualizándose de una manera más clara la norma social modificada, en la que todos participan en las tareas del hogar.

Algo interesante en ambos grupos, es que ninguna de las entrevistadas mencionó que en sus actividades del día a día trabajen, aún y cuando todas ellas son laboralmente activas, pues de las actividades que realizan, solo mencionaron aquellas que no se relacionan con el trabajo. Y esto es significativo, por que pudiera verse desde dos perspectivas: desde lo implícito de las actividades que el trabajo representa, puesto que trabajas o, por otro lado, la desvalorización que del trabajo hacen ellas mismas de manera inconsciente.

También en ambos grupos, el 50% consideró que la vejez en la mujer es más larga y solo las de nivel económico más alto, dijeron “depende”, pues ven la vejez de la manera en que a ellas les gustaría vivirla.

Se recomienda para futuras investigaciones, mayores estudios en éstos tópicos enfocándolos más abiertamente al nivel socioeconómico que tengan y al grado de involucramiento en la decisión y proceso de socialización de la jubilación, pues no sabemos si mientras más se involucren en saber y conocer los cambios que se avecinan con la jubilación de sus esposos, pudiera ser un factor que permita transitarla de la mejor manera, o en caso contrario, poder afirmar que no es necesario involucrarlos activamente.

Así también, en futuras investigaciones será importante incorporar a éste fenómeno de estudio, los efectos que la pandemia del Covid 19 trajo a las esposas laboralmente activas con esposos jubilados, ya que el confinamiento, teletrabajo, reencuentro “forzado” de las familias en el hogar, probablemente modificaron la concepción de algunos puntos de éste estudio por la convivencia “forzada” de las esposas laboralmente activas, realizando su trabajo desde casa o tal vez, como la incertidumbre de salir a trabajar en plena pandemia (para las esposas que sí tuvieron que salir a trabajar) alteró la convivencia familiar buscando evitar el contagio de quienes estaban en casa.

Finalmente, se recomienda replicar el estudio a nivel latinoamericano buscando describir el fenómeno de estudio en otras realidades geográficas, comparando sus diferencias y similitudes e incorporando así mismo, el periodo de tiempo pospandemia Covid 19.

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Notas de autor

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