Revisiones Documentales

La ciudad de un poeta fronterizo: Marco Ramírez Murzi. Unificación de saberes desde la mirada del poeta y del lector

THE CITY OF A BORDER POET: MARCO RAMÍREZ MURZI; UNIFICATION OF KNOWLEDGE FROM THE EYES OF THE POET AND READER

Johana Noguera Cárdenas
Universidad de Los Andes (ULA), (Venezuela ), Venezuela

REVISTA EDUCARE

Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Venezuela

ISSN: 1316-6212

ISSN-e: 2244-7296

Periodicidad: Cuatrimestral

vol. 25, núm. 1, 2021

revistaeducareupelipb@gmail.com

Recepción: 20 Noviembre 2020

Aprobación: 25 Marzo 2021



Resumen: Leer literatura para vislumbrar la ciudad permite estudiar aspectos sobre la cultura (lengua y sociedad) y el territorio (estado fronterizo: San Antonio del Táchira – Venezuela) que conllevan a la unificación de saberes desde la mirada del poeta y del lector. Considerando aspectos literarios, geográficos e históricos que facilitan la interpretación de los datos a través de la investigación documental, en un nivel exploratorio, cualitativo. Además de anticipar desenlaces y relacionar hechos con el contexto social e histórico que envuelve al lector.

Palabras clave: Lectura, poesía y ciudad.

Abstract: Reading literature to get a glimpse of the city allows us to study aspects of culture (language and society) and territory (Border State: San Antonio del Táchira - Venezuela) that lead to the unification of knowledge from the poet's and reader's point of view. Considering literary, geographical, and historical aspects that facilitate the interpretation of data through documentary research, at an exploratory and qualitative level. In addition to anticipating the outcomes and relating facts to the social and historical context that involves the reader.

Keywords: Reading, poetry, and city.

Introducción

La Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses (BAT) compila en Todo poesía, volumen 98, la obra poética de MARCO RAMÍREZ MURZI. Destacado venezolano, tachirense, quien recibió el Premio Municipal de poesía de Caracas, por parte del Presidente del consejo capitalino en el año 1978. El poeta fronterizo es oriundo de San Antonio del Táchira (Municipio Bolívar), ciudad que limita con San José de Cúcuta (capital del departamento del Norte de Santander), Colombia. Su vida giró en torno a las leyes, pues se desempeñó como abogado en la capital de Venezuela. De la misma forma, compartió su profesión con el arte de escribir poesía. A los ojos de muchos fue juzgado como escritor, pero bajo la mirada de críticos nacionales e internacionales, sin duda, es de los más destacados poetas tachirenses. Sus méritos lo demuestran, se destaca en el proceso de la moderna poesía venezolana.

Entre sus reconocimientos, cabe mencionar que el ejecutivo nacional le galardonó con las órdenes de “El Libertador”, en Grado de Comendador y “Francisco de Miranda”. La ciudad de Caracas le otorgó la orden “Diego de Losada”, en primera clase, otorgada por parte del Concejo Municipal de la capital. Fue declarado “Hijo Ilustre de la Villa Heroica”, así se le conoce a la ciudad que lo vio nacer: San Antonio del Táchira. También, obtuvo el Botón de oro de la ciudad de San Cristóbal, además de ser designado “Miembro Ilustre y Presidente Vitalicio” del Colegio de abogados del Distrito Federal y de la Asociación venezolana del Derecho Tributario. Brilló por sus indiscutibles talentos intelectuales y por su honorabilidad. MARCO RAMÍREZ MURZI, el poeta, contó no solo con la capacidad de crear, sino que era diestro en el manejo de las competencias.

Estas implican conocer la lengua y la habilidad para utilizarla. Considerando que la lengua está influenciada por las necesidades y motivaciones desde la experiencia social. De allí la importancia de la intencionalidad del discurso quedando a discreción de quien recibe el mensaje (enunciatario) la interpretación lingüística o no del texto. En ese sentido, dependerá del manejo del registro del lector respecto al léxico empleado por el escritor (poeta). Situación que puede solucionarse acudiendo al diccionario, siempre y cuando no sea una palabra recreada e inventada por el poeta. La competencia textual permite articular e interpretar signos organizados, aunado a la competencia cognitiva como capacidad para descodificar los mensajes y la competencia semántica en la que demostramos capacidad para asignarle el significado adecuado a los diferentes signos, también, podemos darle sentido a una oración o frase. Lo cierto es que todas ellas permiten construir un texto global y coherente.

Hasta este punto, se puede apreciar a un Marco Ramírez Murzi, el poeta, como entrecruzó sus competencias comunicativas para llevar al lector un sinfín de mensajes en el que comunicar no es un proceso estático ni mucho menos lineal cuando se trata de textos poéticos. La pragmática se cruza con la competencia estilística en la que se cuida el cómo decir las cosas y se busca la manera de conseguir la intención propuesta por el escritor. En consecuencia, se puede o no ser consciente de alcanzar tal meta. Así como se puede ser consciente o no de las competencias que se emplean a diario y en este caso las empleadas por el autor objeto de estudio quien demostró sobradas competencias comunicativas en ocupaciones de diversa índole.

Entonces, puede desdibujarse la figura de un posible escritor cuando su profesión no se relaciona directamente con estudios literarios y afines, ¿resulta de la mirada egoísta y errada o acaso ignoran la importancia de la interdisciplinariedad? Es decir, la integración o puesta en práctica de varias disciplinas con el fin de profundizarlas. Ramírez Murzi es claro ejemplo de que la dedicación y la constancia conllevan a poder fusionar perfectamente dos oficios disímiles entre sí. Lo que permite pensar que seguramente muchos escritores natos no se atreven a sobrepasar las barreras quebrantadas por el poeta y que lo llevaron a marcar pauta en la poética nacional. Sin menoscabo de sus significativas contribuciones en el mundo del Derecho.

Desarrollo

Lengua y sociedad

A partir de la teoría no estructural, se consideran realidades interrelacionadas la lengua y la sociedad. Para Álvarez (2007): “La finalidad básica de una lengua es de servir de instrumento de comunicación y, por lo tanto, es parte de la cultura de la que forma parte. Pero la lengua no es simplemente un vehículo para transmitir información” (p. 7). También, permite la relación de contacto entre las personas. Se hace eco de ella en los distintos medios de difusión. Por su parte, Rafael Cadenas para el año 1989 en su ensayo: La quiebra del lenguaje, describe el deterioro al que se somete la lengua en radio y televisión, además de especificar las graves consecuencias que representa para los venezolanos. Cadenas (1989) argumenta:

[Al venezolano] El desconocimiento de su lengua lo limita como ser humano en todo sentido. Lo traba; le impide pensar, dado que sin lenguaje esta función se torna imposible; lo priva de la herencia cultural de la humanidad y especialmente la que pertenece a su ámbito lingüístico; lo convierte en presa de embaucadores, pues la ignorancia lo torna inerme ante ellos y no lo deja detectar la mentira en el lenguaje… (p. 19).

Postura para reflexionar y que, a propósito de la herencia cultural, al autor lo emociona, a modo de referencia, pensar que las palabras usadas por él son las mismas que pronunciaba Cervantes o encontrar en sus obras palabras que lo remontan a la infancia y que fueron pronunciadas por sus abuelos, sus padres o compañeros de clase. He aquí la importancia de conocer el acervo idiomático. Entre tanto, y aunque para muchos parezca una visión romántica suscribo la idea de Cadenas en la que el lenguaje “Rezuma formas de vida” y nos identifica en un ámbito lingüístico.

Sin obviar cuánto han marcado los extremos. Por un lado, la rigidez correctista de los gramáticos y por el otro, los lingüistas que como señala Cadenas “van con la corriente del uso, sea cual fuere”. Ambos en cualquier forma suman al estudio de la lengua y por ende, del lenguaje. Sin embargo, es imperativo no caer como señala el autor en un “libertinaje lingüístico”. En ese sentido, bien vale la pena observar el registro utilizado por los políticos venezolanos en los últimos veinte (20) años. En el entendido de las relaciones de poder iniciar con los presidentes que nos han gobernado en las últimas décadas (tema para profundizar en otra investigación), quienes han hecho uso de un lenguaje relajado y soez que ya bien anunció el poeta estaría cargado de desmedida falacia. Desde la palabra (inapropiada) se inició una era de ruinas morales y materiales.

“parece no importar mucho que… un lenguaje defectuoso no sea obstáculo para ningún político o que los jóvenes hayan ido sucumbiendo a una especie de mutilación verbal” (p. 21). “…un descenso del lenguaje debilita y hasta puede cortar nuestros vínculos con el pasado, quitarnos el suelo histórico al que pertenecemos, pues hablar una lengua es una filiación a un territorio cultural específico” (Cadenas, R., p. 24). Por tanto, no se trata de defender el legado lingüístico con patriotismo mal entendido. Se trata de conocer el pasado (esto incluye las obras de reconocidos poetas como MARCO RAMÍREZ MURZI), atesorarlo e ir a ritmo con la evolución de la lengua, pero considerando la importancia del uso a partir del contexto situacional.

Entre tanto, no asentimos la idea de que los nuevos cambios conllevan al deterioro de la lengua o de que cada vez se habla peor. Puesto que los cambios lingüísticos son fenómenos naturales de las lenguas que no han caído en desuso, a diferencia de las lenguas extintas o lenguas muertas. Además de que se considera inalcanzable lograr un puritanismo lingüístico, pero sí respaldamos el hecho de no desconocer las raíces que cimentan nuestra identidad.

Con las ciudades ocurre algo similar, en palabras de Valero (2019) “…las ciudades no permanecen inalteradas, aunque preserven los trazados y parte de sus construcciones originarias como resguardo de su historia” (p. 202). El autor señala que están sometidas a cambios producto de las movilidades de sus habitantes, los distintos propósitos públicos o privados, variables demográficas, dinámicas urbanas, la expansión tecnológica, por la influencia de la globalización u otros aspectos de interés. En palabras de Paz (1956):

El mundo del hombre es el mundo del sentido. Tolera la ambigüedad, la tradición, la locura y el embrollo, no la carencia de sentido. El silencio mismo está poblado de signos. Así la disposición de los edificios y sus proporciones obedecen a una cierta intención. No carecen de sentido más bien puede decirse lo contrario- el impulso vertical del gótico, el equilibrio tenso del templo griego, la redondez de la estupa budista o la vegetación erótica que cubre los muros de los santuarios de Orissa. Todo es lenguaje. (p. 20)

Queda demostrado que los seres humanos y todo aquello que los rodea sufre a diario transformaciones de diversa índole. Las teorías son dinámicas y susceptibles a ser debatidas, reconstruidas, objetadas o rebatidas. Así, hallamos nuevos planteamientos en torno a lo cultural y cómo para los investigadores McWhorter y Steven Pinker (el primero, profesor de inglés y literatura comparada en la Universidad de Columbia y el segundo, profesor en el departamento de Psicología de Harvard) el lenguaje no determina el pensamiento. Lo explicaremos de manera sucinta:

Para Pinker (2019) “Uno de los fallos lógicos recurrentes tanto en la academia como en el lenguaje común es creer que el lenguaje determina cómo piensas. Pero lo que la gente no suele razonar es que hay que tener en cuenta una cultura” (s. p.). Esta es el primer elemento que menciona a considerar, es decir, una cultura en particular, aunado a un ecosistema, una lengua y sin ignorar las diferencias cognitivas en cada individuo. Esto lo explica señalando que hay quienes viven en un ambiente en el que predomina las direcciones cardinales: norte, sur, este y oeste. Existiendo lenguas que no dan importancia a la izquierda y la derecha porque no son lengua con escritura, es decir, las denominadas lenguas ágrafas.

En lenguas como la nuestra se está atento a esto porque leemos de izquierda a derecha. Alude a que generalmente confundimos la derecha y la izquierda que porque hay razones ecológicas para ello. A saber, “La gravedad distingue entre arriba y abajo. No hace falta lenguaje, cultura; es física… Para cualquier organismo que se mueve, ir hacia delante es diferente a ir hacia atrás”. Salvo algunas excepciones. Así que las culturas no escritas no distinguen derecha, izquierda o atrás o adelante.

Lo atrayente de estas teorías y a propósito de leer la ciudad, objeto de estudio, es los aportes que en sus planteamientos dejan en relación con los nuestros. McWhorter (2019) agrega: “Lo interesante es cómo la topografía puede influir una lengua, y no cómo tu lengua determina tu pensamiento” (s. p.). Si bien, la lengua, no determina cómo piensas… dependiendo del tipo de texto creado por el autor, te permite interpretar predecir, anticipar o inferir lo que supones que llevó a que escribiera sobre determinado tema, muy propicio en la poesía, en donde el sentido figurado prevalece.

De manera que si estas nuevas teorías trastocan lo que se ha venido diciendo en cuanto a que el lenguaje determina nuestra cultura. Resultan propicias para lo que de cualquier forma ha sido objeto de revisión, en los últimos tiempos, pues se trata de cómo influye la geografía (el paisaje) en nosotros y cómo desde la percepción nuestra se deconstruye el mundo. De ahí el deseo de enfatizar en la necesidad de unir teorías para intentar explicar procesos tan complejos.

La lectura y el lector

Mata (2009) señala que “La respuesta a un texto es un compromiso con la literatura, la expresión de una reacción emocional e intelectiva que surge de la comprensión de su valor” (p. 185). Dicha respuesta es un modo de resguardarla y que no sea vista únicamente como actividad académica sino como un medio de experiencia y conocimiento. Se trata de elaborar reflexiones e interpretaciones a partir de la discusión crítica entre lectores y la revisión documental.

Es sabido que muchos autores, desde la inventiva, crean sus propios territorios, realidades y perspectivas. Pero otros aunque cargados de metáforas reflejan realidades y fondos históricos de interés. Los textos literarios “tratan de transferir el enredado mundo sentimental, moral e imaginativo del escritor a otro mundo igualmente complejo: el del lector” (Mata, 2009, p. 127). Porque como bien él señala, dichos textos contienen veladuras que deben interpretarse, dejan espacios sin formular y están cargados de insinuaciones por descifrar.

Rodríguez y Freites (2013) “La identidad se comparte, así como se comparte el territorio.” (p. 104) y son ese conjunto de significaciones y representaciones las que un lector puede vislumbrar en un texto. De manera que, el lector que escudriña y disfruta la obra que para en su mano, se siente gustoso de compartir el texto que le ha permitido conocer y ampliar la concepción del mundo que le circunda. De acuerdo con Mata (2009): “Se ha ido imponiendo la concepción que reivindica la lectura como un acto de construcción del significado por parte del lector.” (p.183). Aunado a esto, el autor nos recuerda la educación popular francesa, cuyo propósito era extender la cultura a los ciudadanos para fortalecer la liberación personal, el disfrute de los derechos cívicos y redimir las desventajas sociales. De manera que nadie debía quedarse al margen del saber y que mejor forma de no hacerlo si no es leyendo.

Para Cadenas (1989):

La debilidad o la fuerza del escritor depende, en gran parte, de los lectores. Si no los hay, está condenado al aislamiento… Las palabras no son palpables. Están hechas de aire, sueño y sangre. Nacen, vuelan y desaparecen, o acaso duermen, hasta que alguien las evoque. (p. 95)

De modo que se debería leer para sí y para poder llevar a otros el saber que reposa en la letra callada. Además, es una forma de retribuir el arduo trabajo de quien crea y recrea a través de la palabra, es decir, el autor.

¿Para qué leer poesía?

Para esta pregunta hallaremos múltiples respuestas, pero pasará el tiempo y bajo la mirada de muchos la definición de Poesía de Octavio Paz engloba un todo irremplazable.

La poesía es conocimiento, salvación, poder, abandono…ejercicio espiritual, es un método de liberación interior. La poesía revela este mundo; crea otro. Pan de los elegidos, alimento maldito. Aísla; une. Invitación al viaje; regreso a la tierra natal. Inspiración, respiración, ejercicio muscular. Plegaria al vacío, diálogo con la ausencia: el tedio, la angustia y la desesperación la alimentan. Oración, letanía, epifanía, presencia. Exorcismo, conjuro, magia… locura, éxtasis, logos. Regreso a la infancia, coito, nostalgia del paraíso, del infierno del limbo. (Paz, 1956, p. 13)

Sin duda, una amplia concepción que allí no termina y que enmarca la multiplicidad de temas que la componen y que pueden ser del interés de los lectores por el abanico de posibilidades que brinda. Entre tanto, “el disfrute del poema no está en analizar sus partes, va más allá de los aspectos historicistas, de los elementos del género lírico… las figuras o recursos literarios empleados por el autor, la medida de los versos y su clasificación” (Noguera en Valero, 2019, p. 224). Paz, por su parte, defiende cabalmente la diferencia entre poema y poesía y señalaba que no toda obra por obedecer a las leyes del metro contenía poesía. Para el autor un soneto no es un poema sino una forma literaria a menos de que esas estrofas, metros y rimas sean tocados por la poesía. De lo contario, resultan “artefactos artísticos, didácticos o retóricos”. “Hay máquinas de rimar, pero no de poetizar”, asentía (Paz, 1956, p. 14). Para el poeta mexicano, un poema no es una forma literaria - que cuenta con multitud de formas- sino el lugar de encuentro entre la poesía y el hombre. Para él existe la poesía sin poema: las personas, los paisajes y los hechos suelen ser poéticos.

Se puede decir que el poema es nuestro cuerpo, la composición u obra ya creada y la poesía es esa esencia que va con nosotros. Diríamos que el paisaje es el poema como creación y la poesía es cómo este influye sobre nosotros o son nuestras emociones las que se cruzan con el. Paz nos presenta la pluralidad del poema, pero considerando cuán importante es no abusar de las nomenclaturas tradicionales y el encasillamiento de géneros (épicas, líricas, dramáticas) ignorando los poemas en prosas y otras formas sutiles de emplearlas. Sin menospreciar que las nomenclaturas pueden ser útiles.

El poeta, venezolano, Alberto Hernández en entrevista realizada el 3 de mayo de 2010 por Carlos San Diego (Letralia tierra de letras), comentó:

Si le preguntas al que escribe poesía para qué sirve la poesía, podría pensarse que la respuesta es fácil. Para una persona que no escribe ni lee poesía, no pasa nada, pero para mí es de una importancia vital. Estos son buenos tiempos para hacer poesía, porque es más presencia humana desde las miserias y avances científicos. Que hagan ciencia, que hagan tecnología, siempre y cuando la palabra siga allí, dándole valor al hombre, respirando con el hombre.

El poeta en la entrevista compara la poesía con una mujer feliz y su recorrido por el mundo, contextualiza la recreación del paisaje cuando argumenta que “hay un paisaje que se mira y otro que habita interiormente”. A partir de allí, se pueden abordar aspectos intrínsecos y extrínsecos del ser humano en su mirada por el territorio. Es así como manifiesta la importancia por la lírica; asegura que la literatura venezolana es provinciana y que además esto no le quita universalidad.

Por tanto, [La lectura] “es fundamental en la formación del ser humano, y en ese proceso primordial está incluida su conciencia de ciudadano. La literatura puede ser la contribución principal, por su contenido y su lenguaje, en esa tarea” (Rafael Cadenas en entrevista realizada el 5 de enero de 2014 por Albinson Linares). En consecuencia, el escritor puede valerse de diferentes tipos de discurso, según sea su función e intencionalidad a la hora de producir su texto.

La poesía de Marco Ramírez Murzi

La Rosa y el Verano (1962) en Ramírez, M. (1990)

Iniciaremos la interpretación poética con una elegía: composición lírica que no cuenta con una norma fija métrica en la que se lamenta la muerte de una persona u otro hecho de desgracia. Es un texto dedicado a la madre del autor, Elda Murzi, en el que se infiere años de enfermedad y dolor para luego fallecer un 18 de mayo, el mismo mes en el que nació su progenitor.

Elegía a mi padre

Desde hacía muchos años

comenzaste tu viaje.

Comenzaste a partir desde los ojos,

desde tu negra barba hospitalaria,

desde tu piel y tus cabellos,

desde tu sombra y tus palabras

Pareciera que el padre no se reconocía así mismo, hasta el punto de no conocer la voz de sus amigos /y escuchabas/ /como una voz extraña a tus amigos/. El trance de una enfermedad y lo que debilita o hace más fuerte entre la compañía o soledad a la que se está expuesto.

Era hostil el camino y solitario,

pero estabas hecho de un material duro,

de fuertes brazos invencibles,

de varonil belleza.

Reconoce al hombre fuerte pese al estado en que se encontraba, se percibe la melancolía del triste final para luego evocar:

(Entre tanto,

No supe quién

saqueaba mi alegría y me dejaba

de un tajo, sin raíces).

La filiación se hace mucho más fuerte cuando hay contacto y afectividad entre el padre y el hijo. Sentir que se pierde a un ser amado es el quiebre inesperado de las raíces que cimentaron relaciones en el compartir desde la identidad paternal en este caso. Para el poeta herido ya no hay luz, solo cirios que bordean el féretro, mucha oración y gente de negro (color infaltable en estas situaciones) /y aquel interminable/ /” sentido pésame, sin cara/ y en el sentir del escritor: /una infinita ausencia/. Como es costumbre, en algunos pueblos, luego del velorio y terminados los oficios religiosos se estila llevar en hombros al difunto. En los pueblitos del estado Táchira, todavía se observa esta práctica. Así Ramírez Murzi, hijo, rememora en su elegía:

De aquí,

sólo recuerdo que salimos

(tú ibas en los hombros

De tu hijo y tu pueblo)

Las costumbres muchas veces se cumplen como rituales impulsados por la misma comunidad en la que nos vemos inmersos y son estas las que marcan recuerdos en la colectividad. Inspira en su obra vacío y profundo dolor al preguntarse: /¿Qué decirte de mí,/ /ya muerto el padre/ /Las estrellas voraces me persiguen/ /como bandada de planetas/ y a su vez revela realidad en la descripción del proceso en descenso de su padre hasta los detalles de los oficios en el sepulcro.

Oficio de albañiles

que cobran salario

para enterrar tu cuerpo humilde!

Qué sol y qué martillos,

palustres y argamasa,

para tan indefensa austeridad!

(p. 169).

Al leer estos versos se entiende que para los sepultureros es un trabajo más por el cual se cobra y del cual esperan haya recurrencia, puesto que es su medio de manutención ¡Así es la vida! Sin ignorar que en todos los tiempos enterrar a un ser querido denota profundo dolor. A esto, en las actuales circunstancias, se le suma una gran preocupación económica. El oficio de los albañiles sumado a los oficios religiosos y del velorio son cuantiosos. Si el poeta viviese contaría con 93 años de edad, quizás escribiría sobre los exorbitantes precios. producto de la hiperinflación en la que está sumida el país. En consecuencia, la población en general ha buscado la forma de economizar gastos considerando los servicios de cremación. De manera que en la ciudad natal del escritor y en el territorio venezolano en general las prácticas comenzaron a ser otras, Sin embargo, para quienes pueden costear el ataúd, siguen cargando en hombros a sus muertos…

En San Antonio del Táchira, si algo no ha cambiado es el sol inclemente que quema vorazmente. Este conjugado con la sonoridad que emanan los versos en cuanto a ruidos de martillos y palustres se hace agobiante para completar el nefasto cuadro. En palabras del escritor, bien sabe que vive de sus muertos y emula la actitud de su padre (Marco Antonio Ramírez) en su ausencia, repitiendo: /la herencia de tu sangre/. El poeta fronterizo nació en el año 1926 y aunque el día de la muerte de su padre no es su muerte física, siente expirar “de tajo” su alegría.

Invasores

Texto poético dedicado a Luis E. Armas Méndez (Amigo, fundador de la Casa de la Cultura de la frontera) en cuya reflexión se sobreentiende que el poeta hace un llamado al hermano venezolano en general cuando profesa:

Despierta, si me oyes,

porque se están llevando a Venezuela.

Son extranjeros de otras partes

Y venezolanos extranjeros.

Montaron almacenes y cantinas,

casinos y burdeles,

y mientras tú dormías enseñaron

una nueva moral:

Te hicieron olvidar la geografía…

Habla de una nueva moral que trastoca los valores del poeta y que ha sido impuesta por extranjeros, muchos de ellos nacionalizados. Como consecuencia del letargo y permisividad de sus habitantes y la falta de políticas de control. Venezuela un país que ha acobijado sin distinción de raza o nacionalidad y que en el exceso y la opulencia ha ido lentamente perdiendo riquezas no solo materiales sino morales. Venezuela, la niña rica que todos amaban y anhelaban, de gran flujo comercial y enorme fortuna. Codiciada por extranjeros y saqueada por venezolanos mefistofélicos. He aquí la preocupación de Ramírez Murzi:

Y empezaron a llevarse a Venezuela:

Se llevaban los ríos y el petróleo,

los árboles, las islas,

las calles y los hombres,

la mesa y la comida,

el alma y el pellejo.

(p. 178).

¿Y qué decir de ahora? A nivel de población han huido profesionales altamente calificados y en los últimos años población joven y de todos los niveles sociales, muchos con sus carnes pegadas en el hueso. Todos huyen menos sus falsos gobernantes quienes continúan a fuerza de lo que sea desangrando a Venezuela. ¡Ahora! De escribir el poeta en su palabra brotaría: llanto, dolor y sangre. Se han llevado todo… (Nostalgia).

De amar y andar (1967) en Ramírez, M. (1990)

Ramírez Murzi le escribe a la muerte, a la mujer, a los recuerdos y a la geografía. Escribe a Francia, España, Roma, a las Islas Canarias, es decir, a distintas zonas del mundo, pero en su recorrido no olvida su tierra. Escribe a la capital de Venezuela: Caracas y a la patria entera.

Patria: tierra de los padres.

Algunos creen que eres simplemente tierra.

Tierra: madre del río y de los árboles.

Algunos creen que es posible tenerte prisionera,

Porque no eres tan ágil y huidiza como el aire.

(p. 148).

Patria proviene del lat. Patria. Sin duda una expresión que aguarda los elementos históricos y afectivos de la tierra donde se nace, en este caso en donde echaron raíces sus progenitores. La tierra cuyo sentido literal es traspasado, pues es entendida como la que acobija a sus hijos. Madre, palabra con extendidas acepciones, pero que en lo afectivo simboliza la protección, lo más grande… En este caso la madre tierra acobija a los ríos y sus árboles. En la actualidad, quienes habitamos el estado fronterizo. Por otra parte, los ríos lloran, han sido tomados como enormes basureros y aunque muchos se excusan en una situación que es real: la poca frecuencia del servicio de aseo urbano, esto es inaceptable ¡La madre tierra sufre por no ser /huidiza como el aire/!

Soneto para la Madre

Composición que describe a la madre en dos etapas trascendentales en su vida, de niño y de adolescente. Le admiraba su belleza, la dulzura de su voz y la luz que irradiaba su mirada. Siempre la vio altiva, abnegada, elevando plegarias al cielo y dispuesta a luchar. El dolor de su madre era el suyo, así lo demuestra al versificar:

Me pesaba en los hombros tu tristeza,

porque en tu sangre mi ternura empieza,

y en la plegaria simple de tus rezos.

(p. 114).

Se muestra como hombre sensible, pues nació y creció bajo la sensibilidad de una madre que ama a su hijo y que le profiere protección desde sus rezos.

Soneto a la ciudad de San Cristóbal

Líricamente Ramírez Murzi magnifica al fundador de la ciudad de San Cristóbal, es decir, Don Juan Maldonado al enunciar:

Don Juan de Maldonado que posara

la sombra de la espada en su ternura

y el recuerdo de España en su bravura,

El poeta en este soneto nos muestra que generalmente los responsables de grandes hazañas, como la del capitán Maldonado, no pueden apreciar cuánto es reconocida su gesta y cómo quedan insertos con honor en la historia de una nación.

no oyó crecer su sangre ni su gloria,

ni las altas colinas de su historia,

ni la rosa de amor que le entregara.

(p. 115).

Respecto al último verso, se infiere que la rosa de amor dirigida al capitán es este prominente soneto que quedó para recordar la historia y para el disfrute de otros.

Soneto a Manuel Felipe Rugeles

Rugeles, digno representante de la lírica tachirense, extasiado con el campo, los ríos, las cascadas, las faenas del campesino, la agricultura y su amada tierra. No podía pasar por alto en alguna de las obras del poeta en estudio. En esta oportunidad, Ramírez Murzi recreó una estrofa, dedicada a Rugeles, en la que empleó elementos citados por él en su célebre obra: Aldea en la niebla. Apreciemos:

Quedó triste el molino. El molinero

salió a buscar la niebla en la mañana.

La iglesia no tenía una campana

y el trigo se moría en el granero.

Para Ramírez Murzi, Manuel Felipe Rugeles (El poeta de la Montaña) representó un baluarte en la poética tachirense. En esta estrofa hace sentir cómo la amada aldea de Rugeles quedó igual de triste por su ausencia. Su partida física la dejó sentir con profundo desconsuelo en la siguiente estrofa:

No digamos su nombre. Que la ausencia

nunca quedó más viva en la presencia.

Y nos duele la voz para nombrarlo.

(p. 116).

Soneto a San Antonio del Táchira

Composición en la que deja ver a su ciudad de origen como recuerdo de la infancia que extraña y le lastima en la distancia, se avizora el sentido de pertenencia e identidad. Menciona el rocío, el polvo y el sol ardiente propio de esta tierra.

San Antonio es vacío de mi infancia.

La casa antigua y nueva, como el río.

Las piedras y los árboles: lo mío.

Lo que me duele tanto en la distancia.

En cuanto a su casa natal el profesor Omar Villamizar, cronista de la ciudad, nos indicó que Marcos la vendió. Fue destruida y levantaron una casa comercial en su lugar. El punto de referencia es frente al Banco de Venezuela de la localidad. Al pasear por el lugar, hallamos a pocos metros de la que era la casa del poeta la plaza Bolívar. Esta es evocada:

La plaza y las proclamas de Bolívar.

La Campaña Admirable con Bolívar

y Bolívar andando por la historia.

(p. 119).

El escritor enlaza sus recuerdos con la plaza y la historia del Padre de la Patria: El Libertador. Rememora sus proclamas, honor y gloria. Ya decía Valero (2019) en Rebelo “…las plazas tienen un enorme significado socioespacial. Las plazas no pierden su vigencia, al menos en nuestros ámbitos territoriales venezolanos” (p. 199). Terminan siendo un lugar de encuentro con fines diversos.

Soneto al Táchira

El poeta califica al Táchira como recio y retumbante, como la reciedumbre de la tierra, es decir, la fuerza y el vigor son parte de sus características. Bajo el verdor de sus montañas y con la fuerza de su gente forjaron un estado de alegría socavando la desolación.

Tierra y hombres hicieron la alegría.

La coronaron de dolor un día.

Y murió para siempre la tristeza

(p. 120).

Cabe recordar que el estado Táchira se reconoce por su fervor religioso, parte de sus tradiciones. Revivir la Pasión de Cristo en la Cruz es parte de ellas. El poeta tachirense, aunque se asume como un ángel desterrado, en los siguientes versos clama consuelo e indudablemente se siente el halo de la fe.

Soneto a Cristo

Déjame que te mire el rostro herido

y el cuerpo tan vejado y tan dolido,

como la misma sangre que se vierte.

Que me baste saber en este día

que tu amor no me niega compañía

ni ahora ni en la hora de mi muerte.

(p. 122).

La madre tierra, la patria de los padres, la lengua materna, las plazas en las diferentes ciudades, las tradiciones, los aspectos topográficos y religiosos nos identifican como parte de una nación. Leer la poesía de MARCO RAMÍREZ MURZI es identificarse con la frontera, la geografía, el río Torbes, ilustres de la patria y la devoción a Cristo crucificado. Es así como hay símbolos que se mantienen inalterables y otros aspectos que evolucionan como la lengua. Así, pues las teorías se transforman y las ciudades no se escapan de ello.

La mirada del lector respecto a la ciudad natal del poeta: San Antonio del Táchira

Omar Villamizar, cronista de san Antonio del Táchira, en Diario La Nación, edición Frontera, manifestó que los esfuerzos de varios vecinos, reunidos en casa de Eugenio Sánchez Osorio, por cristalizar la parroquia de San Antonio se originaron el 2 de octubre de 1724 cuando se levantó un acta (Manuscrito descubierto y dado a conocer por Briceño Iragorry en 1973) en la que quedaba establecida la parroquia eclesiástica y además ese mismo día se designó a San Antonio de Padua como el patrono. El objetivo fue alcanzado gracias a que cumplían con los requerimientos que exigían las leyes de India, es decir, la existencia de buena leña, un curso de agua limpia – río Táchira– tierras fértiles y buen clima. Esto como parte de los primeros pasos de una ciudad que ha padecido cambios inimaginables para los habitantes de esa época y también de esta.

Hallar sosiego en una frontera tan convulsionada como lo es la de San Antonio del Táchira, en estos tiempos, resulta casi imposible. A la mayoría de los venezolanos se le hace imperativo cruzar al otro lado del puente o la trocha en busca de alimentos, medicamentos u otros productos.

Es al otro lado de la frontera en donde muchos encontraron refugio ante la fatal crisis a la que conllevó la mal llamada “Revolución del siglo XXI”. Hambre, escasez, deserción escolar, salarios miserables y la mayor emigración de venezolanos que se haya visto en nuestra historia: son las consecuencias de un sistema de gobierno corrupto. Así que se observa para el 2018 a un san Antonio del Táchira con santa marías abajo. Ver esto hace recordar con profunda melancolía esa ciudad pujante de extraordinario movimiento comercial y que quien no la conoció antes no podrá apreciarla en este momento. Ahora prevalece en ella los buhoneros con sus ventas de papas rellenas, maltas, refresco, pasteles, arepas, tequeños y en otros casos tarantines de comida en los que venden alimentos en la mayoría de los casos colombianos que aun y siendo pagados en pesos (ya esta parece ser la moneda oficial) resultan de menor costo a los usuarios para no decir que mucho más económico.

Al asalariado en Venezuela le es difícil sobrevivir con su sueldo, ¿cómo hace? Se reinventa, se mete a comerciante, busca, aunque con poco comprar una moneda más fuerte, invierte casi en el acto los Bolívares, pues en cuestión de horas todo aumenta. Vive de la contribución de sus familiares y de estirar hasta más no poder… Pudiera decirse que hace milagros; lo expuesto, sin ignorar a aquellos que comercializan como “bachaqueros” y contrabandistas de gasolina –A estos les va mucho mejor que aquel que devenga un sueldo de la economía formal-. Sin obviar a quienes lo hacían en la Venezuela productiva y lo hacen en esta, resaltado para aquellas grandes ligas de cuello blanco… Oficios estos que jamás se considerarán un trabajo digno, producto de la estafa al país, y que lamentablemente, en estos tiempos en el que el sistema es profundamente viciado y corrupto tales oficios resultan “necesidad”, es decir, se vende gasolina, por ejemplo, para poder cubrir la canasta alimentaria

Es más, en estos tiempos (2018-2019) ya muchos no van a la frontera a venderla. Esta es vendida en el mismo estado Táchira, pero eso sí, en pesos colombianos. Las colas en las estaciones de combustible son interminables, en las que se debe pernoctar hasta dos o más días para poder surtir de combustible.

Entre otras cosas, San Antonio del Táchira se ha convertido en la población en la que cada calle y cada frente (cerca del Puente Internacional Simón Bolívar) se ha vuelto el lugar ideal para ofrecer servicios de estacionamiento “parqueadero”. Este Estado fronterizo representa la confluencia de ciudadanos de todas partes del país que van en busca de oportunidades rumbo a Colombia y a otras partes del mundo. Los ciudadanos que pertenecen a la región Central, Insular, Zuliana, Centro Occidental, Nor - Oriental, Guayana, la Capital y la Cordillera de los Andes venezolanos constituida por Táchira, Mérida y Trujillo son la representación particularizada y complementaria de lo que es ser venezolano.

El Puente Internacional Simón Bolívar es puerta “abierta” para la adquisición de alimentos, medicamentos e insumos que escasean en el territorio nacional y cuando entrecomillo la palabra abierta es porque cuentan con restricciones, es decir, se necesita de un carné fronterizo para pasar y además el gobierno presidido por Nicolás Maduro Moros autorizó atravesar unos containers que hacen más difícil el tránsito.

La frontera tachirense simboliza la salida de migrantes venezolanos que representan el mayor éxodo que se haya visto en la historia de América Latina. Representa la alegría del medicamento inexistente en el país y que puede ser letal y, a su vez, las más grandes tristezas al ver a las familias venezolanas fragmentadas ¡Así está la tierra natal del poeta!

Ateneo Fronterizo Dr. Marco Ramírez Murzi

Construir un espacio de encuentro para ciudadanos de diferentes edades cuyos intereses sean la pintura, la música, la danza, el teatro o la lectura es un hecho que se celebra y que se espera sea cuidado y protegido para el goce y disfrutes de todos. Además, permiten el intercambio cultural y la valoración de las raíces e identidades que cimientan a una nación. En San Antonio del Táchira se halla un ateneo cuyo nombre rinde homenaje al poeta en estudio: Ateneo Fronterizo Dr. Marco Ramírez Murzi. Para conocer sobre su historia, se logró contactar al cronista de la ciudad: Omar Villamizar, quien a través de una nota de voz (28/11/2019), vía WhatsApp, proporcionó valiosa información que a continuación reseñaremos:

Este espacio inició con el nombre de Salón de Lectura San Antonio Del Táchira, para luego llamarse Casa de la Cultura (17/12/1949) en la que el poeta, Marco José Ramírez Murzi, formó parte del Consejo Consultivo y disciplinario de la institución; además de ser fundador junto al señor Luis Armas (Fundador de la Cámara de Comercio de la región). En una conversación que sostuvo el cronista con Armas en el año 1994, este le manifestó que “el deseo era fundar una Escuela de música y desembocó en un salón de lectura”. El sueño de Ramírez Murzi era hallar sede propia para la institución y se ve manifiesto en una carta dirigida al poeta por parte de H. León Colemares (Jefe de relaciones públicas de la Oficina de Alfabetización y Cultura popular) en la que reza:

Sé que el salón de lectura constituye una obsesión para usted y que no estará feliz hasta el día en que la vea en su edificio propio. Como la gota cala la piedra, así, también sus esfuerzos irán calando en el ánimo de los que ven las cosas en el ángulo de las dudas. Yo creo, pues, que nosotros también ostentaremos en San Antonio la Casa ancha, hermosa, con puertas siempre abiertas al progreso cultural, porque allí se darán cita los buenos conferencistas, poetas, músicos, pintores, ya sean del país o internacionales.

(Diciembre, 1953)

Transcripción del audio por la autora.

Finalmente, materializado el sueño es en la década de los 80 cuando se inició la construcción del Ateneo que lleva su nombre, cuya inauguración de la primera etapa, de dos, fue el 15 de octubre de 1993, bajo la dirección de Armando Garnica (Fin de la reseña).

En el año 2017 la sede del Ateneo fue saqueada por individuos que aborrecen las artes, el conocimiento y lo patrimonial. Las mesas, sillas, el cableado eléctrico y los instrumentos musicales desaparecieron. Rompieron los baños y un piano fue destruido para extraerle el bronce, seguramente para venderlo en la República de Colombia en donde aseguran que lo pagan bien. La biblioteca de esta reconocida institución no pasó desapercibida. El profesor Garnica, presidente, en Maldonado (2019) respecto a los 6000 libros que allí reposaban, apuntó: “Arrancaron sus hojas, hicieron una montaña y le prendieron fuego” acabaron con todo.

En palabras de Garnica “Las instalaciones del Ateneo Fronterizo ‘Dr. Marco Ramírez Murzi’ son usadas en la actualidad como hotel, donde meten gente a dormir y le cobran. Está convertido en una pocilga, ese es su nuevo rostro” (Garnica en Maldonado, 2019). Un rostro que representa la destrucción moral y que será la falsa riqueza de unos malandros sumidos en la miseria. Al apersonarnos al lugar (Calle 12, Barrio Leonardo Ruiz Pineda, Frente a la Escuela Básica San Antonio) encontramos un inmenso espacio deslucido y sus puertas cerradas.

Al fondo se divisaban dos autobuses de pasajeros (Expresos) en los que transportan a personas de distintas partes del país, pues viajan a la frontera para trasladarse a Colombia. En una esquina de la pared trasera de la edificación, se lee en mayúscula y resaltado: “prohibido botar basura. Zona vigilada y protegida por colectivos revolucionarios de paz”. Al leer esto, quienes vivimos y padecemos lo de esta patria, Venezuela, sabemos a cabalidad el tipo de fuerza que ostentan los famosos Colectivos Revolucionarios. Quisiéramos que los mensajes fuesen otros. Deseamos más lectura, danza, música, pintura, teatro y poesía.

Conclusión

La lectura poética y la escritura abierta y creativa, en torno a la ciudad, dan paso a la fluidez de las ideas, permite jugar con el imaginario, recrear escenas, hechos e indagar sobre biografías. Además de anticipar desenlaces y relacionar hechos con el contexto histórico y social que circunda al lector. En este caso, el poeta fronterizo en estudio: MARCO JOSÉ RAMÍREZ MURZI, fallece en Caracas en el año 1996, es decir, tres años después de la inauguración de la primera etapa del Ateneo Fronterizo que aún lleva su nombre. Pudo saber que su sueño, el de la “Casa ancha” fue alcanzado, pero no imaginaría el triste desenlace al que ha sido sometida tan insigne obra. Esperamos sea rescatada para que mantenga sus puertas abiertas al progreso cultural, como bien señaló León Colmenares en tan afectuosa carta, antes citada.

Por otra parte, bien vale resaltar los dotes jurídicos y poéticos del escritor, cómo supo fusionar ambas tareas con altura y elegancia. Tanto así, que su nombre reposa en antologías de prestigio. Hoy merece ser elogiado por su legado en la estilística de la palabra. Además, deseó y dejó en su tierra de origen un espacio para el progreso artístico en aras de contribuir con la nación y que hoy se ve mancillado. Sirva las denuncias de sus directivos y de quienes investigamos en pro de mostrar la cara que nos muestra la ciudad a través de quienes desde la sensibilidad de la palabra sueñan, aman, lloran y denuncian, es decir, los poetas.

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Villamizar, O. (Productor). (28 de noviembre de 2019). Sin título [Audio en podcast].

Este artículo forma parte del proyecto de investigación financiado por el Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y de las Artes CDCHTA de la Universidad de Los Andes. Código NUTA-H-395-16-06-B.

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