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Por qué se afirma que la escuela es un medio de control social
Marlon Elías Lobos Rivera; Judith Marlene Rodríguez Vásquez
Marlon Elías Lobos Rivera; Judith Marlene Rodríguez Vásquez
Por qué se afirma que la escuela es un medio de control social
Why is it stated that school is a means of social control?
Entorno, núm. 74, pp. 5-13, 2022
Universidad Tecnológica de El Salvador
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Resumen: En cada sociedad existe un sistema de gobierno que se rige por diversos factores que controlan a los individuos, por medio de diferentes entidades que desempeñan un papel específico. La familia, en primer lugar, representa un papel importante en el desarrollo inicial del individuo. En segundo lugar, cuando la persona alcanza cierto grado de independencia en edad preescolar, debe iniciar su educación institucional a través de procesos pedagógicos y didácticos, espacios de socialización y desarrollo de habilidades y competencias individuales para la construcción de su identidad y autonomía. La escuela es una institución compleja que tiene como principal función adiestrar a la población estudiantil por medio de una dinámica de relaciones, jerarquías y acciones con el fin de moderar la conducta mediante la aplicación de la vigilancia y el castigo como mecanismos de control social, legitimado por la sociedad. En ese sentido, se dice que la escuela es un medio de control social. Esta premisa puede ser comprendida desde un punto de vista negativo, considerando que mediante dicho control se pretende que las personas sigan un conjunto de normas y reglas con las cuales se sometan al sistema social establecido. No obstante, si bien el control social es de suma importancia para que la comunidad funcione, un número determinado de sujetos que cuentan con cierto grado de poder lo ocupan para ejercer su dominio y manejo sobre la población e introducir su ideología clasista y mantener el orden social suprimiendo la conducta.

Palabras clave: Control social - Educación,Educación - El Salvador - Aspectos políticos,Educación - Aspectos Sociales,Estudiantes de educación media,Relaciones maestro -Estudiante.

Abstract: In each society, there is a system of government that is governet by various factors that control individuals, through different entities that play a specific role. The family, first of all, plays an important role in the initial development of the individual. Secondly, when the person reaches a certain degree of independence at preschool age, they must begin their institutional education through pedagogical and didactic processes, spaces for socialization, and the development of individual skills and competencies for the construction of their identity and autonomy. The school is a complex institution whose main function is to train the student population through a dynamic of relationships, hierarchies, and actions in to moderate behavior through the application of surveillance and punishment as mechanisms of social control, legitimized by society. In this sense, it is said that the school is a means of social control. This premise can be understood from a negative point of view, considering that through said control it is intended that people follow a set of norms and rules with which they submit to the established social system. However, although social control is of the utmost importance for the community to function, a certain number of subjects who have a certain degree of power occupy it to exercise their domination and management over the population and introduce their classist ideology and maintain order social by suppressing the behavior.

Keywords: Social control - Education, Education - El Salvador - Political aspects, Education - Social spects, Middle school students, Master relations - Student.

Carátula del artículo

Editorial

Por qué se afirma que la escuela es un medio de control social

Why is it stated that school is a means of social control?

Marlon Elías Lobos Rivera
Universidad Tecnológica de El Salvador, El Salvador
Judith Marlene Rodríguez Vásquez
Universidad Tecnológica de El Salvador, El Salvador
Entorno
Universidad Tecnológica de El Salvador, El Salvador
ISSN: 2071-8748
ISSN-e: 2218-3345
Periodicidad: Semestral
núm. 74, 2022

Recepción: 11 Septiembre 2022

Aprobación: 10 Diciembre 2022


En cada sociedad existe un sistema de gobierno que se rige por diversos factores (sociales, políticos, económicos, religiosos y culturales, entre otros) que controlan a los individuos, por medio de diferentes entidades que desempeñan un papel específico. La familia, en primer lugar, representa un papel importante en el desarrollo inicial del individuo. En segundo lugar, cuando la persona alcanza cierto grado de independencia en edad preescolar, debe iniciar su educación institucional a través de procesos pedagógicos y didácticos, espacios de socialización y desarrollo de habilidades y competencias individuales para la construcción de su identidad y autonomía Tocora Lozano, y García González. (2018). La escuela es una institución compleja que tiene como principal función adiestrar a la población estudiantil por medio de una dinámica de relaciones, jerarquías y acciones con el fin de moderar la conducta mediante la aplicación de la vigilancia y el castigo como mecanismos de control social, legitimado por la sociedad Zevallos Casafranca. (2012).

En ese sentido, se dice que la escuela es un medio de control social. Esta premisa puede ser comprendida desde un punto de vista negativo, considerando que mediante dicho control se pretende que las personas sigan un conjunto de normas y reglas con las cuales se sometan al sistema social establecido. Sin embargo, si bien esta idea es una realidad que viven sociedades enteras (como en el caso de Corea del Norte), no por ello se debe generalizar que la escuela pretende adoctrinar a las personas y convertirlas en sujetos pasivos que únicamente siguen indicaciones por parte de una entidad controladora. Si bien el control social es de suma importancia para que la comunidad funcione, un número determinado de sujetos que cuentan con cierto grado de poder lo ocupan para ejercer su dominio y manejo sobre la población e introducir su ideología clasista y mantener el orden social suprimiendo la conducta.

Para evitar que las personas se descontrolen y sean esclavas de sus impulsos, la sociedad requiere mecanismos para mantener el orden, estos deben ser planificados, ejecutados y vigilados por la escuela misma. Además, debe garantizar la adecuada formación de una persona con identidad propia, íntegra, de buenos principios y valores, que se desenvuelva en la sociedad y contribuya a ella. El control social se ejecuta mediante múltiples estrategias que inciden en la conducta del individuo y también puede implementarse desde organismos o entidades gubernamentales, así como por otras instituciones ajenas al Estado que influyen de acuerdo con sus intereses Monné Sánchez, Rodríguez Febles, y Castro García. (noviembre, 2017).

En tiempos actuales, el tipo de control social que se ejerce en el ámbito escolar es el que prima sobre los intereses del Estado, los cuales en su mayoría son de carácter económico y político. Dicho control se utiliza como una herramienta para regular la conducta de los sujetos, esterilizando la posibilidad de concebir una educación benevolente alejada de un fin enfocado en la productividad. Por el contrario, si la educación ejerce control sobre los individuos en la sociedad, estos deberían emanciparse de una sociedad manipuladora cambiando el rumbo desde sus pensamientos. En el presente análisis crítico se postula a la escuela como un medio de control social que influye directamente en la población aplicando diferentes mecanismos de orden mediante acciones pedagógicas para modelar la conducta de los individuos, por lo que se reconoce este control como un factor importante que mantiene un equilibrio social y resalta la posibilidad de cambiar el paradigma ideológico clasista al educar para la liberación del pensamiento y producir un cambio en la construcción de la realidad de cada individuo desde la mediación pedagógica.

La escuela como instancia de control social

Está claro que la sociedad se forma principalmente por valores y conductas de respeto que parten de los estándares establecidos por la sociedad misma y armonizan los comportamientos. Entonces, son la familia y la escuela las encargadas de transmitir a las siguientes generaciones parte del paradigma que se reproduce constantemente. Para ello se necesita establecer un sistema de transferencia de las distintas ideologías que surgen y cambian de acuerdo con las necesidades de instrucción. En este sentido, Monné et al. (2017) manifiestan que existen diferentes agencias o instituciones que ejercen el control social. Una de las instituciones más importantes en la formación de ciudadanos modelo desde edades muy tempranas es la escuela. Si bien el control ofrece un beneficio a la sociedad, también es importante tomar en cuenta que la mayoría de las estructuras a las que obedece el sistema educativo son de orden estatal.

El control social ejercido por el Estado a través de la escuela tiene como propósito establecer las reglas de su entorno y son los agentes educativos (profesores y directores de escuela) quienes dirigen la enseñanza conforme a las directrices que se establecen en el currículo, el cual está orientado al cumplimiento de políticas y normas sociales que en el fondo solo potencian el control social a través de la educación. Dentro de este sistema se establece también una serie de normativas internas que permiten una adecuada convivencia y estabiliza el entorno en que socializan los individuos. Caso contrario, también este sistema de control se puede ejercer mediante mecanismos de vigilancia y aplicación de recompensas o castigo para corregir comportamientos indebidos. Mediante estos mecanismos se pretende sensibilizar a los individuos para que asuman la responsabilidad de su comportamiento y acepten las reglas de coexistencia, armonizándolo con su convivencia y la de los que le rodean. Desde el punto de vista de Foucault., (1992)., en su obra Vigilar y castigar, existen diferentes aparatos de control que regulan las costumbres y los hábitos del individuo, normalizando su comportamiento. Uno de estos aparatos es la escuela, la cual ejerce mecanismos de vigilancia, control, observación, sanción, calificación y castigo, entre otros. Este aparato pretende normalizar a todo ser que ingrese a los centros de educación mediante recompensas y sanciones. Aquellas personas que se adapten y normalicen su pensamiento y acciones serán incluidas en otros aparatos para ejercer un papel específico en la sociedad. Caso contrario, aquellos que no logren ajustarse a las normativas de la escuela serán excluidos y recluidos en aparatos de control como cárceles u hospitales, dependiendo la razón por la cual no pudieron alcanzar la adaptación. Lo anterior puede visualizarse en la realidad misma, aquellos que se adapten al mecanismo de control que establece la escuela seguirán avanzando y obteniendo más grados académicos, para luego formar parte de otros apartados como los centros de educación superior y/o el mercado laboral. No obstante, si no puede adaptarse al sistema escolar por dificultades específicas de orden intelectual o comportamiento, pueden ser etiquetados y enviados a centros de educación especial, hospitales psiquiátricos, e inclusive, si fuese por un comportamiento que rompa las leyes y normas sociales, recluido en una cárcel.

Los mecanismos de control social han evolucionado en su aplicación estratégica desde diferentes instancias. En cuanto al ámbito educativo, podemos citar el siguiente ejemplo ocurrido en Cartagena, Colombia, en el siglo XIX, en el periodo de la Regeneración, donde la élite cartaginense construyó dos mecanismos de control social para contrarrestar los altos índices de criminalidad y transgresión social: el policial y el educativo Malkún Castillejo, y Márquez Estrada. (mayo-agosto 2015). El primero, de carácter punitivo, y el segundo, de índole preventiva, ambos con el objetivo de inculcar los valores en las personas para la construcción de un nuevo ciudadano, uno que sea virtuoso, trabajador, orientado a la religiosidad, y respetuoso de la autoridad. No obstante, este propósito resultó alterado y los sectores poblacionales populares respondieron a este sistema de control con desacato y transgresión Malkún Castillejo, y Márquez Estrada. (mayo-agosto 2015).

Enseguida, en pleno siglo XXI, los diversos entornos sociales han aceptado los sistemas de control social para garantizar el orden, sobre todo el que se ejerce desde la escuela, prueba de ello es la exigencia de la comunidad a través de las familias, quienes al matricular a sus hijos en las instituciones reclaman una transformación conductual y transferencia cultural según los enfoques de educación bajo los que se rigen. Así mismo, consideran viable la adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades o competencias que garanticen la posibilidad de alcanzar mayores oportunidades para generar ingresos, rentabilidad de los servicios que presta y si fuera posible mejorar sus condiciones económicas más que la superación personal. El control social ejercido a través de la escuela tiene una finalidad, la cual es mantener un orden y evitar que ocurran eventos que atenten contra la misma persona o en contra de otras. Si bien el individuo es más humanizado y educado, el control social puede ser una espada de doble filo. Por un lado, tiene la noble intención de formar al individuo, y por otro, somete a los humanos a una “domesticación” con diversas ideologías para cumplir las demandas económicas y políticas estatales. La tarea se lleva a cabo de forma pasiva y son los docentes quienes instauran estas ideologías utilizando el control social como una herramienta de conservación, pues es a través de ella que son “domados” Méndez, (noviembre, 2006). En todo caso de formular un currículo orientado al cumplimiento de competencias, la postulación de carreras universitarias, programas y proyectos que respondan a la necesidad del poder en función, que amputa las capacidades en el sujeto para criticar la realidad inestable y consumista.

El ejercicio del poder se estaciona en el control de las masas. Quien tiene el poder debe conservarlo manipulando la información a su favor, difundiendo información por cuotas o revelando solo aquello que de alguna forma lo va a favorecer. En todo caso es la clase dominante y el Estado quienes mueven las piezas a su favor, siendo la educación una herramienta oportuna para dominar de acuerdo con sus fines y no a los propios de la educación. Toda acción educativa se considera un fenómeno social y este fenómeno se vincula a otros que son de carácter social, político, económico y tecnológico que se relacionan con la educación. La estructura del sistema escolar permite el ejercicio político y, como tal, son las relaciones que se ejercen en este terreno lo que legitima el poder y determina la ideología que va a ejercitar.

El control social inmerso en el sistema educativo

Los movimientos de las reformas en el sistema educativo sientan un precedente del gobierno en función, pues su discurso se impregna en el currículo, desarrollo de temáticas, los materiales citados en el contenido, las metodologías y prácticas pedagógicas que van intencionadas conforme a su ideología. No es, entonces, la pedagogía el eje de implementación, sino más bien la política la que extiende sus tentáculos para manipular el sistema Méndez, (noviembre, 2006). El propósito de las reformas no implica la transformación de la sociedad, más bien es conservar las estructuras sociales y mantener el orden jerárquico Perrupato. (2009). El acto de reformar el sistema educativo es ejecutar el desarrollo de actividades que beneficien a modelos educativos diferentes, para sociedades diferentes, y provocar que los mismos individuos desde su valoración ocupen el espacio que les ha asignado en la sociedad acorde con las limitadas oportunidades que les ofrecen. Como es sabido, la mayoría de los países separa la educación en instancias pública y privada, y establece un sistema de educación diferente para cada sector. Obviamente, esta acción tiene sus propias implicaciones y repercusiones sobre calidad de los aprendizajes de los individuos que acceden a los distintos recintos educativos. Por consiguiente, las realidades son variadas y las oportunidades mucho más limitadas para los que luchan por arrebatar, en un acto heroico, un certificado para avanzar al siguiente nivel contra todo pronóstico, sin perder de vista el hecho de cambiar de rumbo en cuanto a mantener el equilibrio social, apegándose a estatutos establecidos en el código de moralidad.

La escuela, por medio del Estado, ejerce su control ante las masas a través de cuatro categorías: tesoro, organización, información y autoridad Hood. (enero del 2007). Vásquez Muglisa. (enero – diciembre 2019). Cada categoría cuenta con sus propios instrumentos que permiten el control y se dimensionan de la siguiente manera. En el caso del tesoro, el presupuesto asignado a la educación y la infraestructura escolar. Referente a la organización, sus instrumentos de control son las instituciones creadas para determinar lineamientos y parámetros administrativos, así como las estructuras administrativas que ponen en marcha las normativas. Con respecto a la información, sus instrumentos son las investigaciones, que sirven como evidencia para la determinación de parámetros y regulaciones que rigen el sistema escolar, y los planes de educación. Por último, la autoridad utiliza como instrumentos de control las leyes en materia de educación, los currículos, entre otros Hood. (enero del 2007). Vásquez Muglisa. (enero – diciembre 2019). Con ello la escuela garantiza el control social, teniendo en cuenta estos aspectos que se extienden desde el estado para organizar el sistema educativo y la transmisión de la información y someter a los individuos de manera ética y pasiva.

Más allá del control social

La disciplina es un enfoque importante que retoma la educación en todos los niveles de atención, esta permite establecer un orden en el comportamiento de los individuos, que va aumentando su complejidad de forma gradual en paralelo a la madurez que adquiere el individuo durante su crecimiento y desarrollo. Su base fundamental es el respeto a las normas y leyes dadas por la sociedad e inicia este proceso mediante instrucciones, normas de convivencia, reglamento escolar y luego escala a las leyes y políticas que rigen a la sociedad, y que debe cumplir como ciudadano. La disciplina media el control social en diferentes escenarios, por lo que de alguna forma tiene un nivel de aceptación y demanda por la comunidad en la educación.

El control social también puede provocar dilemas que desestabilizan el propósito de la educación. Por un lado, la escuela desde la supremacía de la enseñanza y educación, donde los docentes se preocupan por atender estas necesidades de formación vinculadas con el desarrollo de habilidades y competencias, según el carácter y análisis crítico por parte del individuo de la realidad. Por otro lado, el asistencialismo o contención en el que se verifica la necesidad de integrar y mantener a los estudiantes con programas que colocan al docente al servicio de estos; y no meramente para educar, sino para satisfacer sus necesidades y mantener la cuota de asistencia al recinto educativo Isla y Noel. (2007)

La mediación pedagógica es, sin ninguna duda, un elemento importante que está relacionado con el control dentro de la escuela, puesto que el profesor es quien, al utilizar el discurso pedagógico como mecanismo de control, obtiene como resultado las múltiples transformaciones de sus estudiantes, y con ello promueve la reestructuración de la conducta e inclusive la personalidad de los educandos Tesies Castro. (2019). Lo anterior obtiene mayor relevancia dependiendo de cómo se use la mediación pedagógica, ya que el papel docente podría intervenir en la generación de un individuo más consciente de sus actos, proyectando estabilidad emocional, creando a su vez un deseo genuino de cooperación entre sus pares y otros grupos sociales, así como desarrollar un pensamiento crítico y ser autosuficiente en la resolución de problemas y conflictos.

Todo depende del papel que desempeñe el docente en el aula; si es para asegurar la educación de los individuos mediante prácticas pedagógicas que fortalezcan las habilidades y transformen su realidad, impidiendo alineaciones para cauterizar su conciencia durante el proceso de formación Ocampo López. (2008). Así, posicionar la importancia de su papel en la sociedad como un aporte al desarrollo individual y social del hombre. En contraposición a ello, es ser un mediador que facilite la construcción de un individuo obediente, sereno, incapaz de ir en contra del sistema y conformista.

En conclusión, se reconoce al Estado como una identidad que influye directamente en los principios y enfoques que son la base del currículo nacional, que orienta la atención educativa y operativiza sus ideologías desde el nivel de educación parvularia hasta los grados superiores. Por consiguiente, cada una de las acciones educativas representa una acción política que impactará a la sociedad desde sus cimientos como un andamiaje estructural que integra a las escuelas públicas en las que se forma gran parte de la población. En este sentido, aún no se visualiza a un sistema autónomo, que responda a los fines propios de la educación, elevando el valor de todos los hombres a un mismo nivel de calidad educativa con miras a optar por los mismos derechos y las mismas oportunidades en una sociedad más justa y sin miedo a transgredir las líneas que marcan la diferencia entre ricos y pobres, lo correcto y lo incorrecto, lo que es reprimido y lo que es libre.

También, aunque el control social se ha utilizado como una herramienta para incidir en la formación de los seres humanos, sus relaciones y comportamiento, no por ello debe percibirse como un sistema para oprimir a las personas, todo lo contrario, la escuela es quien vela por el buen desarrollo de la conducta del ser humano en su respectivo contexto. Con ello, se mantiene el equilibrio social, evitando que los grupos que están inmersos en la sociedad se descontrolen y ejecuten actividades que perjudiquen su entorno. No obstante, para que lo anterior no ocurra, los agentes educativos tienen la responsabilidad de mantener el orden en la institución y, a su vez, cambiar la dirección idealista que trae consigo el sistema educativo y reemplazarlo con una educación basada en la liberación de su pensamiento y una adecuada construcción de la realidad de ellos mismos.

La escuela, como un medio de control social, ha recibido su crítica en el pasado. No obstante, en la actualidad se puede comprobar que de alguna forma la sociedad reclama el hecho de educar aplicando ciertos mecanismos de control sin conocer que pertenecen a un sistema social que controla comportamientos y conductas, que además responde a mantener y asegurar los intereses de quienes están manipulando el sistema. Aunque son muy pocos aquellos que han identificado este fenómeno, es preciso hacer público que, aunque el control social es necesario para mantener un orden en todo lo que se hace, no se aprueba la acción intencionada de que existan quienes se aprovechen de someter la voluntad de otros mediante doctrinas que benefician los propósitos de un grupo selecto de personas.

Finalmente, la escuela como medio de control social se ha extendido en el tiempo en diversos contextos, puesto que se ha declarado como un sistema que proporciona a las familias la continuidad de la educación e instaura a través de diversos mecanismos la disciplina, establece el orden, promueve el respeto y asegura que cada quien ocupe su lugar según su condición social, posición económica y niveles de oportunidad. Las conductas del hombre están limitadas por el orden y las consecuencias que le preceden, pero no deberían anclarse a patrones sociales que de alguna manera responden a una ideología burocrática, más bien la conducta del hombre debería ser más consciente de su accionar, responsable de sus actos y sin miedo a moverse en diferentes contextos, que le permita reclamar sus derechos y exigir su libertad cuando es debido. Aunque la educación se titule como herramienta de control social para establecer un orden social, no debería limitar a los hombres cuando se exime de una ideología. En este sentido, los agentes educativos deben tener en cuenta que la forma en la que ejerzan este control dentro de la escuela tendrá consecuencias en el perfil del estudiante que se forme. Es de suma importancia que ellos ejerzan el control sin enajenar el pensamiento y limitar la esperanza de cambiar su realidad, no deberán responder automáticamente con su comportamiento a una ideología, más bien podrían desarrollar un pensamiento crítico en sus estudiantes para que puedan ser más conscientes de su realidad y así se conviertan en personas libres, con un alto sentido social; también deben cuidar que el control no se utilice como un medio de instrumentalización para el Estado u otras entidades con fines económicos.

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Referencias
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