Artículos originales

Conocimientos, actitudes y prácticas de la alimentación del lactante en pediatras del eje metropolitano de Mérid

Knowledge, attitudes and practices about infant feeding of pediatricians from the metropolitan area of Mérida

Andrea Jurado
Universidad de Los Andes, Venezuela
María Angelina Lacruz-Rengel
Hospital Universitario de Los Andes, Venezuela
Nolis Camacho Camargo
Universidad de Los Andes, Venezuela
Laura Hernández Ardila
Universidad de Los Andes, Venezuela
María Alexandra Sinnato
Universidad de Los Andes, Venezuela

Revista GICOS

Universidad de los Andes, Venezuela

ISSN-e: 2610-797X

Periodicidad: Semestral

vol. 8, núm. 3, 2023

gicosrevista@gmail.com

Recepción: 01 Agosto 2023

Aprobación: 09 Agosto 2023

Publicación: 26 Octubre 2023



Resumen: La alimentación durante los dos primeros años tiene influencia directa sobre la calidad de vida de las personas, constituyéndose en factor protector o de riesgo para padecer enfermedades prevenibles en la adultez. El pediatra debería influir técnica y positivamente en las decisiones maternas sobre la alimentación de los infantes a fin de garantizar la nutrición y desarrollo adecuado. Objetivo: describir el nivel de conocimiento, actitudes y prácticas de alimentación de lactantes recomendadas por los pediatras de la comunidad. Metodología: estudio observacional, transversal, analítico tipo encuesta aplicado a pediatras en ejercicio en el eje metropolitano del estado Mérida-Venezuela, tanto en el sistema público como privado. Resultados: se incluyeron 52 pediatras, 75% femeninas, con edades mayores a 41 años; el 63,5% posee experiencia de crianza; 48,0% tiene más de 21 años de graduados, 70% con ejercicio mixto. 92% con un nivel de conocimiento intermedio, 100% en actitudes y prácticas. Se identificaron como tópicos susceptibles de entrenamiento: edad ideal para destete, edad de inicio de alimentación complementaria, porciones según edad, adición de grasas a los alimentos como estrategia de incremento de aporte calórico, incorporación oportuna de cereal de trigo o avena y huevo. Conclusión: los pediatras del estudio muestran conocimientos intermedios en alimentación del lactante, no incorporan ciertas recomendaciones dispuestas en los consensos, con una actitud y prácticas adecuadas. Se hace necesario promocionar la incorporación de las pautas establecidas como referencia para la práctica clínica diaria, mediante cursos de actualización y difusión por parte de las autoridades sanitarias y académicas.

Palabras clave: pediatras, alimentación complementaria, lactantes, conocimiento, actitudes, prácticas.

Abstract: Diet during the first two years has a direct influence on people's quality of life, constituting a protective or risk factor for suffering from preventable diseases in adulthood. The pediatrician should technically and positively influence maternal decisions about infant feeding in order to guarantee adequate nutrition and development. Objective: to describe the level of knowledge, attitudes, and feeding practices for infants recommended by community pediatricians. Methodology: observational, cross-sectional, analytical survey-type study applied to practicing pediatricians in the metropolitan axis of the Mérida-Venezuela state, both in the public and private systems. Results: 52 pediatricians were included, 75% female, aged over 41 years; 63.5% have parenting experience; 48.0% have more than 21 years of graduation, 70% with mixed exercise. 92% with an intermediate level of knowledge, 100% in attitudes and practices. The following topics were identified as susceptible to training: ideal age for weaning, age at the start of complementary feeding, portions according to age, addition of fats to food as a strategy to increase caloric intake, timely incorporation of wheat or oat cereal, and egg. Conclusion: the pediatricians in the study show intermediate knowledge in infant feeding, do not incorporate certain recommendations set out in the consensus, with an attitude and appropriate practices. It is necessary to promote the incorporation of the guidelines established as a reference for daily clinical practice, through refresher courses and dissemination by health and academic authorities.

Keywords: pediatricians, complementary feeding, infants, knowledge, attitudes, practices.

INTRODUCCIÓN

La nutrición durante las etapas tempranas de vida puede influir en el desarrollo, esta se va a manifestar en todo el ciclo vital como factor protector o de riesgo de padecer enfermedades prevenibles, lo cual tiene importantes implicaciones clínicas y de salud pública (Moreno-Villares et al., 2019).

Se ha estimado que las prácticas inadecuadas de lactancia materna (LM), especialmente la no exclusiva durante los primeros seis meses de vida, provoca 1.4 millones de muertes y el 10% de la "carga" de enfermedades entre los niños menores de cinco años (Organización Mundial de la Salud [OMS] y Organización Panamericana de la Salud [OPS], 2010). La LM es el pilar fundamental de una vida saludable y de bienestar para el infante y la madre, evitaría 823.000 muertes anuales en niños menores de cinco años y 20.000 muertes anuales por cáncer de mama (Victora et al., 2016).

Por su parte, la alimentación complementaria (AC), es decir, la adecuada introducción de alimentos sólidos o semisólidos entre los 6 y 24 meses de edad, reduce el riesgo de todas las formas de mala nutrición al promover el crecimiento, desarrollo e inmunidad y establece hábitos sanos de alimentación que podrían perdurar a lo largo de la vida (Alas, 2018; González-Castell et al., 2020).

La lactancia materna y la alimentación complementaria son prácticas sociales que involucran saberes populares y médico-sanitarios que son base para construir hábitos alimentarios en menores de dos años, por esta razón, los profesionales de salud deben desempeñar un rol importante para brindar dicho apoyo, influenciando técnica y positivamente las decisiones relacionadas con la alimentación de los niños (Forero et al., 2018).

Las competencias del pediatra como consejero en alimentación han sido evaluadas exhaustivamente en relación a lactancia materna (Melin, 2018; Feldan-Winter et al., 2017; Cascone et al., 2019), poco menos en relación a alimentación complementaria (Martínez-Rubio, Cantarero y Espin, 2018). Por tanto, la investigación se direcciona hacia la descripción de los conocimientos, actitudes y prácticas sobre la alimentación del lactante que son recomendadas por el personal especializado en puericultura y pediatría a fin de establecer debilidades susceptibles de corrección a través de entrenamiento dirigido.

METODOLOGÍA

Se realizó un estudio observacional, transversal analítico, tipo encuesta aplicado a médicos especialistas en puericultura y pediatría, quienes ejercen su profesión en el eje metropolitano del estado Mérida -Venezuela, para el año 2020 (municipios Libertador, Campo Elías, Santos Marquina y Sucre), tanto en el sistema público como privado. Se realizó muestreo intencional determinado por la aplicación presencial de encuesta, independientemente de edad, sexo y años de ejercicio profesional. La muestra estuvo constituida por el 90% de los pediatras (n=52) en ejercicio en esta área geográfica.

Se contactó a los prospectos e informó sobre los objetivos del estudio, previo consentimiento informado y ofreciendo confidencialidad de la información obtenida, se aplicó un instrumento tipo encuesta, especialmente elaborada por los autores, con respuestas cerradas siendo validada por tres expertos y mostrando una consistencia interna aceptable (coeficiente alfa Cronbach de 0,70). El instrumento tuvo dos secciones:

-Conocimiento sobre lactancia materna y alimentación complementaria: alimento ideal en menores de seis meses de edad, tiempo recomendado de LM, ventajas de la LM, edad ideal de inicio de AC, raciones, consistencia y frecuencia de alimentación, alimentos recomendados para el inicio, sitio ideal de administración de las comidas, proporción ideal de proteínas, incorporación de alimentos reconocidos como alergizantes (huevo, cítricos, pescado, cereales). Se consideró que el conocimiento en esta área fue alto si respondía acertadamente el 75% de las preguntas, intermedio si respondía acertadamente del 50 al 75% de las preguntas y bajo con respuestas acertadas en menos del 50%.

-Actitudes y prácticas relacionadas con la alimentación de menores de un año

Se evaluó la frecuencia de recomendación de actitudes y prácticas en la alimentación de los menores de un año considerando aspectos como: acompañamiento y conversación del niño mientras come, que el niño participe activamente en su alimentación, que coma obligado, que se le castigue por no comer o se le premie con golosinas. Dentro de las practicas se insistió en la frecuencia de recomendar la higiene de los alimentos, lavado de manos para preparar y administrar los alimentos, hervido del agua, oferta de alimentos con taza y cuchara, consumo de alimentos crudos. Esta ponderación se realizó con ayuda de la escala de Likert que presenta cinco categorías temporales: siempre, frecuentemente, poco frecuente, ocasionalmente o nunca, que puntúan en un rango de 1 a 5 puntos.

Adicionalmente, se obtuvo información de aspectos demográficos: edad, sexo, experiencia parental (tiene o no hijos), tiempo de ejercicio, universidad donde estudió, tipo de ejercicio (público, privado, mixto); y fuentes de información sobre LM y alimentación complementaria: congresos, cursos, redes sociales, revistas científicas y libros, entre otros.

Análisis estadístico: con la información asentada en el instrumento de recolección, se construyó la base de datos con el programa Statistical Package for the Social Science versión 15.0 (SPSS). Se utilizaron tablas de frecuencia con cifras absolutas y porcentajes para el análisis descriptivo de las variables. Para establecer la asociación entre variables, Chi cuadrado de Pearson con un nivel de significancia de p <0,05.

RESULTADOS

Se invitó a participar en el estudio a 58 pediatras puericultores que ejercen profesionalmente en el área metropolitana de Mérida, aceptando participar 52 de ellos, de los cuales el 75% (n= 39) eran femeninos. La distribución por categorías de edad mostró un 75,0% (n=39) con edades mayores a los 41 años. El 63,5% (n=33) tiene y vive con sus hijos y por tanto, tiene experiencia de crianza. Al indagar sobre aspectos académicos como el tiempo de graduado, el 48,0% (n=25) respondió más de 21 años de graduado. La Universidad donde realizaron estudios de especialidad en puericultura y pediatría fue la Universidad de Los Andes (ULA) en un 82,7% (n=43). El 55,8% de los encuestados tenía una subespecialidad en el área pediátrica. En relación a la ubicación de ejercicio profesional, el 69,2% (n= 36) respondió laborar tanto en el sector público como privado.

Tabla 1
Variables sociodemográficas y académicas de la población encuestada
Categorías para los pediatras estudiados Frecuencia (n=52) Porcentaje (%=100,0)
Edad < 30 años 31 a 35 años 36 a 40 años > 41 años 1 9 3 39 1,9 17,3 5,8 75,0
Sexo Masculino Femenino 13 39 25,0 75,0
Tenencia de hijos Sí No 33 19 63,5 36,5
Años de graduado 5 6-10 11-20 Más de 21 8 8 11 25 15,4 15,4 21,2 48,0
Universidad de graduación ULA UDO UCV Otra 43 1 2 6 82,7 1,9 3,8 11,6
Tenencia de otra especialidad Sí No 29 23 55,8 44,2
Ubicaciones del ejercicio profesional Público Privado Mixto 11 5 36 21,2 9,6 69,2

Las fuentes de información de los pediatras sobre LM y AC, más frecuentes, fueron los Congresos 26,9% (n= 14), seguido por los Cursos en un 25% (n=13) (Gráfico 1)

Fuentes de información sobre lactancia
materna y alimentación complementaria de pediatras encuestados.
Gráfico 1.
Fuentes de información sobre lactancia materna y alimentación complementaria de pediatras encuestados.

En cuanto al nivel de conocimiento, por parte de los encuestados, sobre la alimentación en lactantes el 96,2% (n=50) se catalogó en un nivel intermedio, mientras que sólo un 3,8% (n= 2), se ubicaron en un nivel bajo (Tabla 2).

Tabla 2
Nivel de conocimiento sobre alimentación actitudes y prácticas de alimentación en lactantes
Categorías para los pediatras estudiados Frecuencia (n=52) Porcentaje (%=100,0)
Conocimiento Intermedio Bajo 50 2 96,2 3,8
Actitud Adecuada Inadecuada 51 1 98,1 1,9
Prácticas Adecuadas Inadecuadas 52 - 100,0 -

Tabla 3
Nivel de conocimiento sobre alimentación actitudes y prácticas de alimentación en lactantes
Área de conocimiento Adecuado Inadecuado
n % n %
Ventajas de la buena alimentación en menores de un año de edad 52 100,0 - -
Alimento ideal menores de seis meses 52 100,0 - -
Edad ideal para destete 20 38,5 32 61,5
Ventajas de lactancia materna 52 100,0 - -
Qué es alimentación Complementaria 37 71,2 15 28,8
Inicio alimentación complementaria 20 38,5 32 61,5
Porción ideal de un niño de seis meses 12 23,1 40 76,9
Raciones diarias de niño de seis meses 39 75,0 13 25,0
Alimento ideal para inicio alimentación complementaria 31 59,6 21 40,4
Aporte semanal proteínas a los ocho meses 33 63,5 19 36,5
Menú ideal para un niño de nueve meses 45 86,5 7 13,5
Consistencia de alimentos por edad 41 78,8 11 21,2
Edad de incorporación a olla familiar 43 82,7 9 17,3
Cantidad ideal de comida a los doce meses 28 53,8 22 46,2
Adición de grasas a los alimentos 17 32,7 35 67,3
Incorporación de cítrico a dieta 34 65,4 18 34,6
Incorporación de pescado a dieta 38 73,1 14 26,9
Incorporación cereal de trigo o avena 14 26,9 38 73,1
Edad inicio consumo de huevo 20 38,5 32 62,5

Al valorar la relación de respuestas adecuadas e inadecuadas, sobre el nivel de conocimiento de los pediatras encuestados, sobre la alimentación, de las diecinueve preguntas realizadas, en nueve de ellas, hubo predominio de la respuesta considerada como adecuada, en cuatro, el dar la respuesta adecuada estuvo en sector límite, y en las restantes seis, hubo predominio de las respuestas inadecuadas (Tabla 3).

En relación con la actitud, el 98,1% (n=51), presenta una actitud adecuada (Tabla 4). En las prácticas de alimentación el 100% (n= 52), estuvo en un nivel de destrezas adecuadas (Tabla 5). Al realizar el análisis inferencial de la información obtenida, no se precisan asociaciones estadísticamente significativas entre las variables demográficas y académicas (edad, sexo, tenencia de hijos, años de graduado, especializaciones o lugar de ejercicio profesional o fuente de información) y el nivel de conocimientos y actitudes sobre alimentación en el lactante (Tablas 6 y 7). Con respecto a las prácticas, las cuales se reportan dominadas por la totalidad del grupo, no permite el cálculo de dichas asociaciones.

Tabla 4
Actitudes de los pediatras estudiados hacia la alimentación en lactantes
Actitudes valoradas Siempre Frecuente Poco frecuente Ocasional Nunca
n % n % n % n % n %
Conversa con el niño mientras come 35 67,3 12 23,1 4 7,7 1 1,9 - -
Lo deja que participe para alimentarse 33 63,5 17 32,7 - - 2 3,8 - -
Lo premia con golosinas - - - - 1 1,9 7 13,5 44 84,6
Lo obliga a comer - - - - 5 9,6 5 9,6 42 80,8
Lo castiga si no come - - - - 1 1,9 2 3,8 49 94,3

Tabla 5
Prácticas de los pediatras estudiados sobre la alimentación en lactantes.
Tipo de práctica Siempre Frecuente Poco frecuente Ocasional Nunca
n % n % n % n % n %
Lava los alimentos 50 96,2 2 3,8 - - - - - -
Tapa alimentos luego de prepararlos 48 92,3 3 5,8 1 1,9 - - - -
Se lava las manos antes de dar de comer 50 96,2 2 3,8 - - - - - -
Hierve el agua de beber 50 96,2 2 3,8 - - - - - -
Lava las manos del niño antes de comer 51 98,1 - - 1 1,9 - - - -
Ofrece alimentos crudos 8 15,4 11 21,1 8 15,4 7 13,5 18 34,6
Ofrece alimentos con taza y cuchara 39 75,0 11 21,2 1 1,9 1 1,9 - -

Tabla 6
Asociación entre variables académicas y nivel de conocimiento sobre la alimentación en el lactante.
Variables de los pediatras Nivel de conocimiento - Alimentación en el lactante
Intermedio Bajo Total
n % n % n % p*
Edad
Menor de 30 años 1 2,0 - - 1 1,9 0,875
31-35 años 9 18,0 - - 9 17,3
36-40 años 3 6,0 - - 3 5,8
Mayor de 41 años 37 74,0 2 100,0 39 75,0
Total 50 100,0 2 100,0 52 100,0
Sexo
Masculino 12 24,0 1 50,0 13 25,0 0,441
Femenino 38 76,0 1 50,0 39 75,0
Total 50 100,0 2 100,0 52 100,0
Tenencia de hijos
32 64,0 1 50,0 33 63,5 0,602
No 18 36,0 1 50,0 19 36,5
Total 50 100,0 2 100,0 52 100,0
Años de graduado
Cinco 8 16,0 - - 8 15,4 0,523
Cinco a diez 8 16,0 - - 8 15,4
Once a veinte 11 22,0 - - 11 21,2
Más de veintiuno 23 46,0 2 100,0 25 48,0
Total 50 100,0 2 100,0 52 100,0
Tenencia de sub-especialidad
28 56,0 1 50,0 29 55,8 0,694
No 22 44,0 1 50,0 23 44,2
Total 50 100,0 2 100,0 52 100,0
Sitio ejercicio Profesional
Público 11 22,0 - - 11 21,2 0,630
Privado 5 10,0 - - 5 9,6
Mixto 34 68,0 2 100 36 69,2
Total 50 100,0 50 100,0
*Significancia si: p < 0,05 (prueba chi-cuadrado)

Nota: *Significancia si: p < 0,05 (prueba chi-cuadrado)

Tabla 7
Asociación entre variables demográficas académicas y nivel de actitud hacia la alimentación en el lactante
Variables de los pediatras Nivel de actitud - Alimentación en el lactante
Adecuada Inadecuada Total
n % n % n % p*
Edad
Menor de 30 años 1 2,0 - - 1 1,9 0,952
31-35 años 9 17,6 - - 9 17,3
36-40 años 3 5,9 - - 3 5,8
Mayor de 41 años 38 74,5 1 100,0 39 75,0
Total 51 100,0 1 100,0 52 100,0
Sexo
Masculino 13 25,5 - - 13 25,0 0,750
Femenino 38 74,5 1 100,0 39 75,0
Total 51 100,0 1 100,0 52 100,0
Tenencia de hijos
33 64,7 - - 33 63,5 0,365
No 18 35,3 1 100,0 19 36,5
Total 51 100,0 1 100,0 52 100,0
Años de graduado
Cinco 8 15,7 - - 8 15,4 0,777
Cinco a diez 8 15,7 - - 8 15,4
Once a veinte 11 21,6 - - 11 21,2
Más de veintiuno 24 47,0 1 100,0 25 48,0
Total 51 100,0 1 100,0 52 100,0
Tenencia de sub-especialidad
28 54,9 1 100,0 29 55,8 0,558
No 23 45,1 - - 23 44,2
Total 51 100,0 1 100,0 52 100,0
Sitio de ejercicio profesional
Público 11 21,6 - - 11 21,2 0,797
Privado 5 9,8 - - 5 9,6
Mixto 35 68,6 1 100,0 36 69,2
Total 51 100,0 1 100,0 52 100,0
* Significancia si: p < 0,05 (prueba chi-cuadrado)

Nota: * Significancia si: p < 0,05 (prueba chi-cuadrado)

DISCUSIÓN

Fueron enrolados para este estudio 52 pediatras, donde predomino el grupo de 40 años y sexo femenino, con experiencia de crianza de hijos, ejercicio profesional mixto en el área mayor a 21 años y formados en la Universidad de Los Andes como especialistas. No existe en la literatura internacional estudios con características poblacionales similares contrastables.

Al evaluar las respuestas obtenidas de los pediatras con respecto al conocimiento sobre alimentación durante los dos primeros años de vida del niño, se observó que casi la totalidad de la población tiene un conocimiento que califica como intermedio, siendo pertinente señalar que se identifican debilidades en apartados como: Edad ideal para destete, edad de inicio de alimentación complementaria, porciones según edad, adición de grasas a los alimentos como estrategia de incremento de aporte calórico, incorporación oportuna de cereal de trigo o avena y huevo.

La población estudiada reconoce la leche humana como el alimento ideal ya que aporta al niño los nutrientes que le garantizan un crecimiento y desarrollo óptimos. Su suministro en los primeros seis meses de vida en forma exclusiva y a libre demanda es de suma importancia por sus características inmunológicas, microbiológicas y para la consolidación del vínculo afectivo entre la madre y el niño que se había establecido en el momento de la concepción (OMS, 2021; Vaivada, Gaffey y Bhuta, 2017). Tal y como lo señala la recomendación de la Organización Mundial de Salud (OMS y OPS, 2010) y la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (SVPP, 2020). Asimismo, la leche materna puede considerarse un órgano inmunológico de transición del recién nacido al transferir anticuerpos, especialmente IgA secretora y células vivas (macrófagos) con capacidad anti-infecciosa, por lo que disminuye el número y gravedad de las enfermedades infecciosas, estimula los sistemas enzimáticos y metabólicos específicos, consigue mayor rendimiento nutritivo con menor sobrecarga metabólica (Izaguirre, et al., 2020; Brahma y Valdés, 2017).

En relación con la edad de destete, en dos tercios de los encuestados se detecta confusión. Siendo que organizaciones como la OMS (OMS y OPS, 2010), el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia-UNICEF (OMS y UNICEF, 2003), Academia Americana de Pediatría (AAP, 2012) y Consensos como el de la Asociación Mexicana de Pediatría (Romero-Velarde et al., 2016), Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría (SVPP, 2020), Alimentación Complementaria de la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SLGHNP): COCO 2023 (Vázquez-Frías et al., 2023), son categóricas al insistir en la necesidad de mantener la LM exclusiva hasta los seis meses de vida y continuada después de introducir la alimentación complementaria (la cual debe ser oportuna, adecuada, inocua y perceptiva) durante los primeros dos años o hasta que la madre y el niño así lo deseen.

Si bien, tres cuartas partes de la población estudiada conocen de qué se trata la AC, solo dos tercios puntualizan de acuerdo a la norma técnica la edad de inicio; en los lactantes sanos de la región iberoamericana que son alimentados de forma exclusiva con leche materna, se recomienda a los seis meses de edad con un acuerdo del ciento por ciento, según el consenso de la SLAGHNP a cuya recomendación se suman la OMS, AAP, AMP y la SVPP.

Actualmente, el único parámetro para decidir el inicio de la AC en un lactante que no tiene problema de seguridad en la deglución es la edad. Existe una ventana de tiempo para el inicio de esta, entre los cuatro y seis meses de edad (AAP, 2012; Fewtrell et al., 2017). Contrario a lo que previamente se refería, la supuesta inmadurez gastrointestinal, renal, dental, etc., adicional al hito del desarrollo de sentarse sin ayuda, no son una limitante para decidir el inicio de la AC, ya que existe ausencia de evidencia que pruebe esto, lo cual ha sido reafirmado de forma reciente por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, 2019). Los riesgos de la introducción precoz, antes de los cuatro meses, de los alimentos complementarios podrían incluir: posibilidad de atragantamiento, aumento de gastroenteritis aguda e infecciones del tracto respiratorio superior, interferencia con la biodisponibilidad de hierro y zinc de la leche materna, y sustitución de tomas de leche por otros alimentos menos nutritivos (sustitutos inadecuados de la leche materna).

Dos tercios de la población estudiada hace recomendación adecuada del tipo de alimento a introducir al iniciar esta etapa, en concordancia con la SLAGHNP y SVPP quienes recomiendan iniciar con purés/papillas y progresar a texturas grumosas y sólidos blandos antes de los diez meses de edad para disminuir el riesgo de aversión a texturas. En relación a esto, la literatura señala que la AC debe ser variada, incluyendo desde el inicio alimentos de todos los grupos y asegurándose que los cinco sabores básicos estén presentes - dulce, salado, ácido, amargo y umami - (Schwartz y Nicklaus, 2009). Estos sabores deben ser alcanzados durante las primeras dos semanas de iniciada la AC.

Existe una nueva tendencia "baby led weaning" también conocida como “alimentación guiada o autorregulada por el bebé”, se ha convertido en los últimos años en un método alternativo de AC, que omite por completo el enfoque tradicional para promover la introducción de alimentos sólidos (trozos grandes y alargados), desde los seis meses y la autoalimentación con las manos sin utensilios -plato, taza, cuchara- (Campoy et al., 2018) a libre demanda y bajo vigilancia del cuidador, con una oferta senso-perceptual aparentemente más rica. (Suárez y Serra, 2020; Morison et al., 2016).

Según las recomendaciones actuales, deben ofrecerse de 2 - 3 comidas al día entre los 6 - 8 meses y 3 - 4 comidas al día entre los 9 - 24 meses de edad, considerando la densidad calórica de las comidas, al principio deben ser pequeñas cantidades (2 - 3 cucharadas por comida), y luego ir aumentando gradualmente mes a mes hasta alcanzar una taza de 250 ml. Dependiendo del apetito del niño se le puede ofrecer 1 – 2 meriendas nutritivas (Mariño et al., 2020). En la práctica, el pediatra debe alertar a las personas que alimentan a los niños, que estén atentos a las señales de hambre y saciedad - alimentación perceptiva - (McNally et al., 2016;Warren, 2018). Esta recomendación solo es dominada por la cuarta parte de los participantes.

En la AC deberá cuidarse el aporte proteico, siendo la recomendación técnica la introducción de proteína animal (pollo, pavo, ternera, vaca, cordero y cerdo) desde el inicio garantizando suplir las deficiencias de hierro residuales de la LM exclusiva, aminoácidos esenciales, zinc y vitaminas principalmente B12. (Perdomo y De Miguel, 2015). El valor nutritivo de la carne blanca es similar al de la carne roja. (Cuadros-Mendoza et al., 2017).

En relación a este aspecto, solo dos terceras partes de la población estudiada contesto acertadamente, siendo importante recordar que la incorporación de alimentos de origen animal son una adecuada fuente de hierro (hierro hemínico), y en combinación con alimentos fortificados pueden garantizar el aporte y mantener el buen estado nutricional de este mineral o prevenir su déficit en el primer año de vida. (SVPP, 2020).

Se reporta que solo un tercio de la población estudiada reconoce la posibilidad de hacer incrementos del contenido calórico de los alimentos incorporándoles grasas, a razón de una cucharadita de mantequilla o aceite vegetal. En tal sentido, la grasa no solo proporcionaría energía, sino que también contribuye a la formación de nuevos tejidos del organismo. Es de considerar que el consumo deficitario puede comprometer la ingesta de ácidos grasos esenciales, colesterol y la absorción de vitaminas de tipo liposoluble (Jiménez Acosta, 2018).

Es de recalcar que los lípidos son la principal fuente de energía en la dieta de los lactantes, existen pruebas convincentes de que durante los primeros seis meses de vida la grasa alimentaria total debería contribuir al 40-60 %, en cubrir la energía necesaria para el crecimiento y la grasa necesaria para el depósito en los tejidos. Entre los 6 hasta los 24 meses la ingesta de grasa debería reducirse gradualmente, dependiendo de la actividad física del niño, a aproximadamente el 35 % de energía, además retrasan el vaciado gástrico y la motilidad intestinal y prolongan la saciedad, lo cual es especialmente importante en esta edad debido al tamaño reducido de su estómago (Ford et al., 2016).

Otro aspecto de gran importancia es el de la introducción de alimentos “alergizantes”, en tal sentido, se reporta que un poco más de dos tercios de los encuestados conoce pautas de introducción a la dieta de cítricos, huevo y pescado. Así, en el caso del pescado y los cítricos se pueden incorporar a partir de los seis meses de edad; no existe evidencia científica que fundamente el retraso (EFSA, 2019; Ierodiakonou et al., 2016). En relación con el huevo es una proteína de alto valor biológico que juega un papel importante en el crecimiento y desarrollo. La norma vigente determina que puede ofrecerse cocido y en diferentes presentaciones, sin separar la yema de la clara, también a partir del sexto mes de vida (Mariño et al., 2020). El retraso en su introducción se asocia con mayor riesgo a desarrollar alergia (Koplin et al., 2010).

En lactantes con alergia o con historia de atopia familiar no se debe retrasar la introducción de alimentos considerados potencialmente alergénicos (Vázquez-Frías et al., 2023; Scarpone et al.,

2023). La recomendación es que debe realizarse no solo de forma oportuna sino frecuente, al menos dos veces a la semana, la inducción de tolerancia oral temprana se encuentra asociada a factores de colonización, predisposición genética, exposición a lactancia materna y factores inmunomoduladores como proteínas, lípidos, fibra y algunas vitaminas (AAP, 2012; Julia et al., 2015).

Solo un tercio de los pediatras reconoce la incorporación de cereales como el trigo y la avena, según la pauta actual que sería no antes de los cuatro meses, ni después de los siete meses de vida; independientemente de que el niño tome leche materna o fórmula láctea infantil (Romero-Velarde et al., 2016). Esto no protege ni incrementa el riesgo de padecer enfermedad celiaca, lo que si señalan diversos autores es no hacerlo antes ni después de este intervalo de tiempo (Szajewska et al., 2015; Lionetti et al., 2014).

Finalmente, con la introducción de un alimento a la vez y la integración de los diferentes grupos de alimentos, un lactante estará consumiendo los grupos básicos de alimentos recomendados (carne, cereales, verduras, frutas y leguminosas); de esta forma, a los siete meses contará ya con tres alimentos de cada grupo que proporcionarán nutrimentos suficientes en combinación con la leche humana (Gómez, 2018).

En relación con las actitudes y prácticas de los encuestados sobre la alimentación del lactante se reporta que la totalidad es adecuada, recomendando estrategias que hacen del acto de alimentar una experiencia socio-cultural agradable. Teniendo presente que el primer año de vida del niño está descrito como un periodo sensible o crítico en el cual se desarrollan preferencias que una vez formadas permanecen relativamente fijas. Es importante que los alimentos no se usen para gratificar logros o reemplazar la atención de otras necesidades. El tono emocional positivo mantiene una interacción favorable niño - cuidador y permite progresar satisfactoriamente en el establecimiento de las conductas alimentarias adecuadas, sumándose a esto las prácticas seguras de higiene de los alimentos para el inicio y continuación óptima de la AC (Mariño et al., 2020; Zamanillo-Campos et al., 2021; Basulto et al., 2014).

Por la homogeneidad de la población participante que se desenvuelve en un área geográfica circunscrita bajo la influencia directa del departamento de pediatría de la ULA, influye en que no se establecen asociaciones entre el nivel de conocimiento intermedio, actitudes y prácticas adecuadas y las variables demográficas y académicas estudiadas.

CONCLUSIONES

En base a los objetivos planteados en esta investigación, se pudo comprobar que los pediatras tienen un conocimiento intermedio, no incorporan ciertas recomendaciones dispuestas en los consensos. Siendo estos aspectos pilares fundamentales en la alimentación del niño, por lo que es de suma importancia que los profesionales se adhieran a las pautas establecidas. En relación a las actitudes y prácticas estas fueron adecuadas.

RECOMENDACIONES

Como limitación del estudio por tratarse de una muestra pequeña, los resultados no pueden generalizarse a otras poblaciones. Al no existir precedentes de esta temática en el país, este estudio puede ser utilizado como base para el inicio de futuras investigaciones, con más participantes, que permitan obtener resultados con mayor sustento estadístico.

Se hace necesario promocionar con mayor énfasis la existencia y relevancia de incorporar las pautas establecidas como referencia para la práctica clínica diaria, esto se puede llevar a cabo mediante cursos de actualización y aumento de la difusión por parte de las autoridades sanitarias y académicas.

A los pediatras en su rol puericultor, les corresponde estar capacitados, sensibilizados y entrenados para orientar asertivamente a la madre cuidadora en la tarea de alimentar a su hijo. Cada contacto del pediatra con el binomio madre e hijo, aun en situación de enfermedad, deberá aprovecharse para ofrecer recomendaciones en el área nutricional.

CONFLICTO DE INTERÉS

Los autores declaran no presentar ningún conflicto de interés.

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