RELACIONES INTERNACIONALES

Por una economía política desde el Sur.

For a Political Economy from the South

Dr. C. Ernesto Molina Molina
Instituto Superior de Relaciones Internacionales "Raúl Roa García", Cuba

Política Internacional

Instituto Superior de Relaciones Internacionales "Raúl Roa García", Cuba

ISSN: 1810-9330

ISSN-e: 2707-7330

Periodicidad: Trimestral

vol. 2, núm. 6, 2020

politicainternacionaldigital@gmail.com

Recepción: 10 Febrero 2020

Aprobación: 10 Febrero 2020



Resumen: Hoy “la unidad” de los proletarios y los pueblos oprimidos es el gran problema a resolver por la teoría revolucionaria. Es lograr crear un Sujeto Sur para el desarrollo a escala global. Este es el dilema provocativo que se asume en este artículo. Porque la necesidad de construir un Sujeto Sur para el desarrollo en los diversos escenarios de Nuestra América exige mucha creatividad. Y no solo en América Latina y el Caribe: en todo el Sur político. De cierta manera El Manifiesto Comunista incentivó o le planteó la tarea científica a Marx para concebir el proyecto de El Capital. Porque ya Marx había identificado a los “enterradores” del capital a la altura de aquellos tiempos: el proletariado unido. Luego Lenin amplió el ejército de enterradores: junto a los proletarios unidos, estarían los pueblos oprimidos del mundo unidos. Palabras clave sujeto Sur, cuarta revolución industrial, polarización de la ciencia y capitalismo de Estado nacionalista.

Abstract: Today “the unity” of the proletarians and the oppressed peoples is the great problem to be solved by the revolutionary theory. It is to create a South Subject for development on a global scale. This is the provocative dilemma assumed in this article. Because the need to build a South Subject for Development in the diverse scenarios of Our America demands a lot of creativity, not only in Latin America and the Caribbean: throughout the political South. In a way, the Communist Manifesto encouraged or raised the scientific task of Marx to conceive the project of “Capital.” Because Marx had already identified the “gravediggers” of capital at the light of those times: the united proletariat. Then Lenin expanded the army of gravediggers: together with the united proletarians, also would be the oppressed peoples of the world.

Keywords: South Subject, Fourth Industrial Revolution, polarization of science and nationalist capitalism of state.

INTRODUCCIÓN

La vía socialista de desarrollo resultado de la toma del poder político en Cuba se logró a través de las armas, pero el camino hacia el desarrollo, desde una economía “diseñada” al servicio del capital extranjero y bajo asedio subversivo sistemático por Estados Unidos, ha exigido gran flexibilidad estratégica y táctica, sobre todo, cuando aliados como la Unión Soviética y el Campo Socialista desaparecieron y el imperialismo arreció el bloqueo económico, comercial y financiero contra el pueblo cubano.

Los gobiernos progresistas en América Latina probaron las rutas democráticas hacia el socialismo, empezando por erradicar la extrema pobreza y el empobrecimiento de las mayorías teniendo que batallar bajo las reglas del capitalismo e incorporando las mejores experiencias de lo que podría caracterizarse como “capitalismo de Estado nacionalista”, sabiendo que gran parte de las fuentes de financiamiento externo están controladas por el imperialismo (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y otras organizaciones internacionales).

Podemos identificar varios gobiernos de izquierda que, bajo avances y retrocesos, intentan avanzar por caminos democráticos de inspiración socialista (Venezuela y Nicaragua),1 pues el momento histórico actual no es aquel que llevó a los revolucionarios cubanos a alcanzar el poder político en 1959.

Desarrollo

El Sur frente a la concentración y polarización de la ciencia al servicio del capital

El sistema del capital ha creado problemas globales que ponen en peligro los destinos de la humanidad: todo un sistema de crisis: crisis energética, crisis tecnológica, crisis ambiental, crisis alimentaria y crisis financiera. Entre esos problemas globales hay que incluir la concentración y polarización de la ciencia al servicio del capital.

La dependencia tecnológica de los países del Sur al capitalismo global es una de las aristas que exige un estudio especialmente profundo y detallado, si es que se aspira a romper con uno de los obstáculos más difíciles para alcanzar el desarrollo sostenible en nuestro “Sur”, junto a su independencia económica y política. La innovación científico-tecnológica suele desempeñar un papel fundamental en la consolidación de los centros de poder de las metrópolis para que el “Sur” siga cumpliendo la función de exportar materias primas o participe cada vez más en cadenas productivas en que predominan los eslabones de mano de obra barata o en procesos productivos subordinados a empresas matrices con sedes en la metrópoli correspondiente.


La Cuarta Revolución Industrial y la polarización de la ciencia al servicio del capital2

Las características de lo que empieza a llamarse “Cuarta Revolución Industrial”, crea nuevas amenazas para el Sur, pero también nuevas oportunidades.

La Primera Revolución Industrial, iniciada en Inglaterra a inicios del siglo xix y continuada después en Norte América y Europa, permitió al Norte ejercer el monopolio industrial a escala global y ejercer el dominio sobre el Sur mediante la división internacional capitalista del trabajo. La maquinaria y la gran industria hicieron posible la supeditación real del trabajo al capital a escala universal. Utilizó el agua y el vapor para mecanizar la producción.

La Segunda Revolución Industrial, iniciada a finales del siglo xix y principios del siglo xx, posibilitó la concentración de la producción y el capital, surgieron así los monopolios capitalistas en las naciones más poderosas, que se expandieron por el Sur y el Norte, y dieron origen al imperialismo, a las guerras imperialistas por el reparto del mundo, y como respuesta a estas enormes catástrofes sociales surgieron también las primeras experiencias socialistas en el mundo y también toda una época de descolonización después de la Segunda Guerra Mundial. Esta Segunda Revolución Industrial estuvo asociada a la utilización generalizada de la energía eléctrica para crear la producción masiva.

La Tercera Revolución Industrial, iniciada en la segunda mitad del siglo xx, utilizó la tecnología electrónica y de la información para automatizar la producción. La mayoría de las innovaciones tecnológicas provinieron, por supuesto, de las investigaciones emprendidas por las transnacionales o entidades a su servicio. Y cobró aun mayor importancia la protección legal de los conocimientos y tecnologías modernas y, por tanto, el monopolio de esos conocimientos y tecnologías modernas por los países desarrollados y sus empresas transnacionales, que son quienes lo generan. De ello se infiere que al Sur se le hace cada vez más difícil competir con el Norte, al no contar con la capacidad para crear o acceder a los adelantos científicos y tecnológicos que posibiliten cambios estructurales en sus economías.

La Cuarta Revolución Industrial, en proceso de desarrollo, se caracteriza por una fusión de tecnologías que torna borrosas las fronteras entre las esferas físicas, digitales y biológicas. Esta cuarta revolución de las fuerzas productivas avanza a gran velocidad. Está alterando prácticamente toda la industria, preferentemente en el Norte, pero en cierta medida también en el Sur, a partir de las cadenas productivas y de servicio globales. La amplitud y profundidad de estos cambios anuncia la transformación de sistemas enteros de producción, de gerencia y de gobernanza.

Tal como las revoluciones que la precedieron, la Cuarta Revolución Industrial tiene el potencial de elevar la polarización social a escala global. En determinados sectores de la población en el Norte y en el Sur, los niveles de ingreso y la calidad de vida mejorarán indudablemente. Se trata de los sectores que están en capacidad de acceder al mundo digital y a la alta tecnología.

Al propio tiempo, habrá cambios radicales en los cuatro mercados característicos del sistema del capital a escala global: el mercado de mercancías, el mercado del dinero, el mercado de capitales y el mercado laboral. Este último mercado es el más importante en el orden social global. En la medida en que la automatización sustituye al trabajo a lo largo de todo el espacio económico, el desplazamiento neto de trabajadores por máquinas podría exacerbar la división en el seno de la clase obrera; algo muy conveniente para el sistema del capital.

En esas condiciones, el mercado de trabajo estará cada vez más fragmentado en segmentos de “baja calificación y bajo salario” y “alta calificación y alto salario”, lo cual ya había sido previsto por Marx cuando se refirió al “obrero colectivo” en el capítulo 12 del primer tomo de El Capital.3

Además de ser un motivo de preocupación en lo económico, la desigualdad representa la consecuencia más grave en el orden social asociado a la Cuarta Revolución Industrial. Los mayores beneficiarios de la innovación tienden a ser los proveedores de capital intelectual y físico (los innovadores, accionistas e inversionistas), lo que explica la creciente brecha entre quienes dominan el capital y quienes dependen del trabajo. Esto hace de la tecnología una de las principales razones para el estancamiento y aun el decrecimiento, de los ingresos para la gran mayoría de la población en el mundo capitalista: mientras la demanda de trabajadores de alta calificación se ha incrementado, ha decrecido la demanda de trabajadores con menor educación y calificaciones más bajas. El resultado es un mercado de trabajo con una fuerte demanda en sus extremos alto y bajo, pero con un vacío en el medio.

Esto ayuda a explicar por qué tantos trabajadores están desilusionados y temen que sus propios ingresos reales y los de sus hijos se mantendrán estancados. También ayuda a entender por qué las clases medias en todo el mundo están experimentando de manera creciente un sentido ubicuo de insatisfacción e injusticia. Una economía en la que el ganador se lo lleva todo y que ofrece apenas un acceso limitado a la clase media, es una receta para el malestar y el deterioro de la gobernabilidad del sistema del capital.

A lo largo de toda su historia el capital ha utilizado el conocimiento y la tecnología como mecanismo económico de dominación. La división social del trabajo capitalista fue convirtiendo toda nueva fuerza social productiva del trabajo en potencia del capital. Así la ciencia fue separada del trabajo como potencia independiente de la producción y se puso al servicio del capital. La construcción de un Sujeto Sur para el desarrollo de una sociedad de productores asociados, exige encontrar los caminos para poner la Cuarta Revolución Industrial al servicio de los trabajadores.

El camino socialista en América latina4

En Cuba inicialmente se desarrolló de modo más rápido el camino al socialismo por el hecho de haber derrotado el Ejército Revolucionario 26 de Julio por las armas a la tiranía, aunque por ser la primera experiencia las dificultades han sido enormes hasta hoy.

En el caso de América Latina la lucha armada que estuvo activa en varios regímenes durante años se ha considerado estratégicamente inoportuna y se han buscado nuevas formas de lucha, entre ellas la formación de un sujeto que, dentro del sistema capitalista, exija los derechos que el mismo régimen le otorga, lo que implica la formación de un sujeto capaz de utilizar formas viables de lucha. Cuba misma ha patrocinado la paz en el proceso de Colombia y en toda la región.

La lucha armada ha sido descartada por el momento en América Latina, la democracia electoral y el pluralismo político como tácticas de rigor a su vez, han sido aceptados y sobre el mercado libre o abierto existe una cierta flexibilidad. A su vez se intenta avanzar progresivamente hacia una democracia participativa.

Los gobiernos de izquierda buscan como fortalecer el sector público a través de escasas expropiaciones y de una tributación progresiva. Al mismo tiempo que el gasto social del presupuesto fiscal apuesta a mejorar el buen vivir de la población.

Sin embargo, en ninguno de los procesos revolucionarios actuales (Nicaragua, Venezuela y hasta hace poco, Bolivia), las medidas han sido tan radicales como lo fueron durante la Revolución Cubana o nicaragüense, a mediados y finales del siglo pasado, respectivamente. La coexistencia de diferentes tipos de propiedad pública y privada requiere diversas estrategias y mecanismos económicos, dependiendo de lo que conviene regular, a favor de quién y hacia donde se pretenda dirigir la economía. Estrictamente se pueden apreciar modelos de capitalismo de Estado (antesala del socialismo)5 que permiten al menos avanzar por el camino de la independencia económica y política, algo nada despreciable en la región con mayor desigualdad social en el planeta. Casos muy especiales lo constituyen la Revolución Bolivariana de Venezuela, el Frente Sandinista en el poder en Nicaragua y el gobierno del expresidente Evo Morales Ayma, líder del Movimiento al Socialismo y creador del Estado Plurinacional de Bolivia.

El Sujeto Sur en la Revolución Cubana

En su autodefensa por el ataque a los cuarteles del Moncada y Carlos Manuel de Céspedes La Historia me Absolverá, ante un tribunal instalado el 16 de octubre de 1953, Fidel Castro Ruz, realizó una extensa definición de pueblo, si de lucha se trata:

Cuando se habla de pueblo no se entiende por tal a los sectores acomodados y conservadores de la nación, a los que viene bien cualquier régimen de opresión, cualquier dictadura, cualquier despotismo, postrándose ante el amo de turno hasta romperse la frente con el suelo. Entendemos por pueblo, cuando hablamos de lucha, la gran masa irredenta, a la que todos ofrecen y a la que todos engañan y traicionan, la que anhela una patria mejor y más digna y más justa, la que está movida por ansias ancestrales de justicia por haber padecido la injusticia y la burla generación tras generación, la que ansía grandes y sabias transformaciones en todos los órdenes y está dispuesta a dar para lograrlo, cuando crea en algo o en alguien, sobre todo cuando crea suficientemente en sí misma, hasta la última gota de sangre.

Nosotros llamamos pueblo si de lucha se trata, a los seiscientos mil cubanos que están sin trabajo deseando ganarse el pan honradamente sin tener que emigrar de su patria en busca de sustento; a los quinientos mil obreros del campo que habitan en bohíos miserables, que trabajan cuatro meses al año y pasan hambre el resto compartiendo con sus hijos la miseria, que no tienen una pulgada de tierra para sembrar y cuya existencia debiera mover más a compasión si no hubiera tantos corazones de piedra; a los cuatro cientos mil obreros industriales y braceros cuyos retiros, todos, están desfalcados, cuyas conquistas les están arrebatando, cuyas viviendas son las infernales habitaciones de las cuarterías, cuyos salarios pasan de las manos del patrón a las del garrotero, cuyo futuro es la rebaja y el despido, cuya vida es el trabajo perenne y cuyo descanso es la tumba; a los cien mil agricultores pequeños, que viven y mueren trabajando una tierra que no es suya, contemplándola siempre tristemente como Moisés a la tierra prometida, para morirse sin llegar a poseerla, que tienen que pagar por sus parcelas como siervos feudales una parte de sus productos, que no pueden amarla, ni mejorarla, ni embellecerla, plantar un cedro o un naranjo porque ignoran el día que vendrá un alguacil con la guardia rural a decirles que tienen que irse; a los treinta mil maestros y profesores tan abnegados, sacrificados y necesarios al destino mejor de las futuras generaciones y que tan mal se les trata y se les paga, a los veinte mil pequeños comerciantes abrumados de deudas, arruinados por la crisis y rematados por una plaga de funcionarios filibusteros y venales, a los diez mil profesionales jóvenes: médicos, ingenieros, abogados, veterinarios, pedagogos, dentistas, farmacéuticos, periodistas, pintores, escultores, etcétera, que salen de las aulas deseosos de lucha y llenos de esperanza para encontrarse en un callejón sin salida, cerradas todas las puertas, sordas al clamor y a la súplica. ¡Ese es el pueblo, el que sufre todas las desdichas y es por tanto capaz de pelear con todo el coraje! A ese pueblo, cuyos caminos de angustias están empedrados de engaños y falsas promesas, no le íbamos a decir: “te vamos a dar, sino: ¡aquí tienes, lucha ahora con todas tus fuerzas para que sea tuya la libertad y la felicidad (Castro, 2003: 25-27).

En esta definición de pueblo que hoy asociamos al Sujeto Sur para el Desarrollo en el caso de la Revolución Cubana, es fundamental la frase “si de lucha se trata”. Y es algo que debemos tener presente cuando tratemos de identificar en otros procesos al Sujeto Sur para el Desarrollo.

El aporte de Cuba al desarrollo de una ciencia desde el Sur6

Cuba ha intentado desarrollar una política inteligente y difícil para aplicar el circuito cerrado de la investigación y la producción, al menos en el campo biotecnológico y farmacéutico, y los resultados alcanzados hacen patente la conveniencia y la necesidad de la Cooperación Sur-Sur en ese campo, dada la competencia y alianza que se negocia entre las potencias del Norte para impedir que el Sur avance en su independencia científico tecnológica.7

A pesar de ser una nación subdesarrollada, Cuba ha logrado insertarse en este sector y obtener resultados comparables con los exhibidos por los países desarrollados en los asuntos en que entran en competencia, gracias a la calidad en el sistema de educación y al talento de sus investigadores.

Debe destacarse cómo en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba se aprobó el lineamiento 114:

Definir y crear la categoría de empresas de alta tecnología con estímulos fiscales y tributarios, para promover las empresas que basan su economía en el uso de la ciencia y la innovación tecnológica.

Puede sorprender, incluso para el gobierno de Estados Unidos, que un país pequeño con economía tan abierta y cuyo desarrollo depende de la capacidad de generar ingresos por exportación de bienes y servicios se atreva a incursionar en las empresas de alta tecnología. Pero en Cuba ha habido más de 50 años de inversión revolucionaria en la formación de “capital humano” y para que se pueda aprovechar esta inversión en empresas de alta tecnología se requiere la inversión extranjera, pues el financiamiento no puede salir totalmente del presupuesto del Estado.

La empresa estatal de alta tecnología posibilita que los investigadores comprendan las implicaciones productivas y comerciales de la investigación desde el comienzo del proyecto, los productores se involucren en el diseño de procesos escalables apenas la investigación demuestre signos de eficacia y que se asuma por parte de todos, un sentido de responsabilidad por el ciclo y no por una parte de este (Lage, 2007). Las organizaciones bajo este sistema son:

• Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB): institución especializada en la obtención de productos biotecnológicos destinados a la salud humana, a las producciones agropecuarias y acuícola, a la industria y al medio ambiente.

• Instituto Carlos J. Finlay: organización dedicada a la producción y comercialización de vacunas humanas.

• Centro de Inmunología Molecular (CIM): tiene como principal misión la obtención y producción de biofármacos destinados al tratamiento del cáncer y otras enfermedades relacionadas con el sistema inmune.

• Centro de Inmunoensayo (CIE): institución que desarrolla sistemas de diagnóstico a través de la tecnología SUMA, así como los equipos y reactivos asociados a esta tecnología.

La obtención de la vacuna contra el Hemofilus influenzae tipo b, única de su tipo en el mundo y que combate la bacteria causante de enfermedades como la meningitis, constituye una de las más relevantes consecuencias de la integración. El proyecto fue desarrollado por el Centro de Estudios de Antígenos Sintéticos de la Facultad de Química de la Universidad de La Habana y participaron al menos 10 instituciones, entre ellas el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y el Instituto Carlos J. Finlay.

La biotecnología cubana ha logrado, además, un variado portafolio conformado por productos tanto biomédicos como agropecuarios. En el área de la salud humana, donde se concentra la mayor parte de ellos, ostenta una importante gama de medicamentos capaces de combatir enfermedades infecciosas, cardiovasculares y diversos tipos de cáncer. La cartera de productos en investigación y desarrollo incluye nuevas combinaciones y formulaciones de productos ya existentes, proyectos de alto impacto dirigidos al tratamiento de padecimientos para los cuales hasta hoy no hay solución o esta no resuelve completamente el problema, así como remedios contra enfermedades que, aunque no existen en Cuba, presentan una alta incidencia en países hermanos, por ejemplo, el cólera.

A diferencia de muchas naciones, el principio fundamental de la política científico-tecnológica cubana es la aplicación de los resultados de las investigaciones, primeramente en la satisfacción de las necesidades del país, es por ello que áreas como la veterinaria, la agricultura y principalmente la salud humana muestran el significativo impacto de la biotecnología. Desde el punto de vista económico, la industria biotecnológica cubana constituye también un pilar fundamental en el desarrollo del país. Los ingresos obtenidos a través de las exportaciones contribuyen de manera significativa al impulso y mantenimiento de otros renglones de la economía nacional.

La “búsqueda” de un Sujeto Sur por la Nicaragua sandinista mediante la concertación de alianzas

La experiencia del proceso sandinista confirma el papel decisivo de ese aprendizaje de convertir las alianzas necesarias en eslabones de un proceso creador de un sujeto revolucionario.8

Orlando Núñez Soto9 brinda una explicación pormenorizada de las metamorfosis de alianzas de clases que hicieron posible el avance del proceso revolucionario sandinista. Durante más de 40 años ningún movimiento político o armado pudo remover los cimientos de la dictadura somocista. Solo al aliarse la derecha conservadora y la izquierda sandinista se logró enfrentar a la Guardia Nacional y atraer a una parte, aunque no mayoritaria, del pueblo nicaragüense. Logró también un apoyo por parte de los gobiernos establecidos de la región, incluso para traer armas desde Cuba hasta los frentes de guerra en territorio nicaragüense. Prevaleció el antisomocismo promovido por las pretensiones regionales de la dinastía de la familia Somoza.

En Nicaragua la revolución contó con una parte de los jornaleros agrícolas, una parte del campesinado y una parte de las clases medias urbanas, así como con la adhesión de un núcleo reducido de “la burguesía patriota”, la que prontamente desertó de la revolución social. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) logró gobernar bajo una economía de guerra y de orientación socialista, economía mixta (una suerte de capitalismo de Estado), en medio de la llamada “guerra fría” y con la ayuda de la Unión Soviética y de la Revolución Cubana.

De 1979 a 1990 la revolución nicaragüense logró iniciar cambios revolucionarios desde el poder. Comienza por nacionalizar las empresas de la familia Somoza y de sus allegados, así como de los enclaves estadounidenses, lo que le enajena las alianzas con la burguesía antisomocista y los gobiernos centroamericanos. Nicaragua tuvo que luchar contra las agresiones políticas, económicas y militares de Estados Unidos hasta que el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional perdió su contienda electoral.

Una vez iniciada la revolución, los anteriores aliados, nacionales y regionales, con excepción de Cuba y México, dejaron de apoyar al sandinismo y más bien se identificaron con la contrarrevolución armada, entrenada y financiada por el gobierno estadounidense. Apenas empezaba a instalarse la revolución debe enfrentar al ejército somocista que, habiéndose marchado hacia Honduras, guardaba su base social dentro del campesinado nicaragüense, al menos los familiares de más de 15 000 efectivos de la Guardia Nacional apoyados por Estados Unidos.

El gobierno revolucionario enfrentó una economía de guerra y trató de mantener una política de alianza con una parte de la burguesía y con una parte de la iglesia católica, que se identificó con la teología de la liberación. La orientación socialista, sin embargo, no pasó desapercibida ni para los somocistas, ni para la oligarquía, ni para el gobierno estadounidense, ni para gran parte de la burguesía, así como tampoco para una parte significativa del pueblo nicaragüense.

Centroamérica significa mucho para Estados Unidos, no solo por su gran diversidad biológica y riquezas naturales; sino porque es como la “ruta de seda” norteamericana hacia América del Sur y hacia Asia-Pacífico. Nicaragua se convirtió en una “piedra en el zapato”. Después de 10 años de resistencia popular, sin haber salido siquiera de la guerra de agresión o de la guerra civil, el gobierno sandinista es forzado a adelantar las elecciones, las que pierde ante una coalición de partidos apoyados por la iglesia católica y la vieja oligarquía conservadora.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional y la revolución democrático burguesa

Comienza así un gobierno contra revolucionario que duró 17 años consecutivos en el poder (1990-2006). La revolución, con el Frente Sandinista a la cabeza, se mantiene en la oposición durante todo este tiempo hasta ganar las elecciones en 2006 y, posteriormente, después de un ejercicio de gobierno hasta el 2016, repite el triunfo eleccionario con una amplia mayoría.

Entre 1990 y 2015 el sandinismo se reconcilia con la resistencia campesina e indígena que antes lo rechazó, lo que evidencia la tesis de Lenin sobre el papel de los campesinos en los países colonizados y neocolonizados. En 2007 diversifica los mercados y se granjea así la alianza con el sector privado. Se reconcilia con una gran parte de la iglesia católica, firma con Venezuela un acuerdo petrolero que le permite restaurar la infraestructura de carreteras y electrificación, así como restituir la gratuidad en la educación y la salud, lo que junto con un subsidio al transporte público le permite superar el 50 % de apoyo por parte de los votantes en las elecciones del 2011.

En el 2006 y el 2011 el Frente Sandinista gana las elecciones y rápidamente alcanza una clara hegemonía política, desarrolla un exitoso programa social en favor de los sectores más empobrecidos del país y goza de una estabilidad macroeconómica y política sin precedentes en la turbulenta historia nicaragüense. La revolución solo puede emprender las tareas de una revolución nacional liberadora, las mismas que los regímenes conservadores y liberales anteriores no habían logrado por su dependencia frente al gobierno norteamericano.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional concilia intereses con los sectores nacionales y regionales del capital, para garantizar la inversión nacional. Mantiene un discurso socialista, mostrando simpatías y tejiendo alianzas no solamente con los gobiernos latinoamericanos antiimperialistas, sino también con la Federación Rusa y con China. En el 2013 firma con empresas chinas una concesión para la construcción de un Canal Interoceánico con sus respectivos puertos en ambos océanos. Este proyecto se ha conciliado con todas las fuerzas sociales nacionales. Por supuesto, no se ha conciliado con Estados Unidos, ni con su doctrina Monroe.

La “búsqueda” de un Sujeto Sur por la Revolución Bolivariana10

Existen tres rasgos heredados que caracterizan la economía venezolana, a saber:

• Es un país rentista que depende totalmente de las exportaciones del petróleo. La economía no petrolera venezolana apenas pasa de $15 000 millones de dólares (próxima a la de Honduras).

• Es un país eminentemente urbano, dependiente de la importación de alimentos.

• Es un país comprador, donde la mayor parte de los bienes de capital y de consumo son importados, fundamentalmente de Estados Unidos, con una costumbre de alto consumismo, acentuado por un tradicional y excepcional subsidio al combustible, favorable fundamentalmente a las clases medias y a las industrias capitalistas nacionales o internacionales que operan al interior de Venezuela.

En relación a otras experiencias de orientación socialista, Venezuela es el primer país que puede, gracias a la renta petrolera, desencadenar un proceso de acumulación endógena, sin tener que convertirse en un socialismo subsidiado, como fue el caso de otros países periféricos que fueron sostenidos económicamente por la Unión Soviética. Asimismo, Venezuela ha pretendido transitar al socialismo bajo un régimen de economía mixta y de pluralismo político, alineado totalmente con la integración latinoamericana, de la cual ha sido uno de los principales impulsores.

La revolución venezolana cuenta con una renta petrolera que le permite emprender con recursos propios un proceso interno de acumulación. Se desarrolla bajo el marco de una economía mixta y pluralismo político que la condiciona periódicamente a someter el poder a la contienda electoral, teniendo como adversario a una fuerte oligarquía, aliada del imperialismo estadounidense, que cuenta con una significativa base social en el pueblo venezolano (sector privado y clases medias).

Con la renta petrolera en manos del Estado, el gobierno bolivariano desafía a Estados Unidos y su doctrina Monroe. Se atreve a hacer suyo lo que es suyo en el propio patio trasero de Estados Unidos. Estatiza la gran industria y el gran latifundio, pone en marcha las Misiones (una serie de programas de educación, salud, vivienda, transporte, alimentos, apoyo a cooperativas y empresas de trabajadores), que funcionan como un Estado paralelo, en beneficio de la población, no solamente venezolana, sino también latinoamericana.

El 5 de marzo de 2013 muere el comandante Chávez y su sucesor, el vicepresidente Nicolás Maduro, se somete a elecciones presidenciales ese mismo año, ganando con un margen muy estrecho, lo que envalentona a la oligarquía agrupada en la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que se ilusiona y pretende ganar las elecciones municipales, sin embargo, el chavismo gana 2/3 de las alcaldías, aunque la oposición obtuvo un significativo triunfo en las principales ciudades del país.

El arte político exige tomar las medidas de ajuste necesarias para permitir mayor tregua al proyecto, mientras mejora la correlación de fuerzas, tanto en términos políticos (mayoría electoral), económicos (liquidez y alineamiento de precios), como sociales (opinión pública), lo que pasa por una unidad interna al interior del grupo chavista cimentada en una consciente estrategia de transición.

Dado su capital la revolución bolivariana extiende beneficios a diferentes países de América Latina y El Caribe, tanto a nivel local, nacional como internacional. Logros relacionados con la lucha contra la diferenciación social a través de los servicios públicos, meta natural del socialismo, como con la lucha antiimperialista por la soberanía nacional y latinoamericana, meta ineludible de cualquier proyecto socialista.

Después de la Revolución Cubana pareció obvio que la toma del poder debía hacerse a través de las armas, pasando luego a la confiscación y la instauración de un régimen vertical que planificara la economía. Los fracasos guerrilleros y el colapso de la Unión Soviética y el Campo Socialista, llevaron a que la izquierda decidiera disputar el poder a través de elecciones democráticas y llevar adelante la economía sin violentar demasiado las reglas del capitalismo. Esta ruta tiene que ser corroborada por la práctica y los hechos históricos. Implica emprender las transformaciones revolucionarias sobre la base de una mayoría política, que no sea interrumpida por las fuerzas sociales representadas en el aparato represivo tradicional al servicio de las oligarquías locales y con entrenamiento de las fuerzas imperialistas.

La oportunidad que abrió la República Bolivariana de Venezuela para América latina y El Caribe11

A partir de 1999, la República de Venezuela, con el inicio del mandato del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, planteó un proceso de cambios y transformaciones estructurales en la economía y la sociedad venezolana y, al mismo tiempo, comenzó a promover un camino integracionista favorable a la independencia económica y política de toda América latina y el Caribe. Por supuesto, lo que es una oportunidad para América latina, es una “amenaza” para Estados Unidos.

En 1999 se aprobó la Constitución Nacional por Referéndum Popular y como hitos posteriores fueron aprobados el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007, el Primer Plan Socialista (2007-2013) y el Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2013-2019).

Desde el punto de vista teórico y estratégico, la concepción del capitalismo de Estado, como antesala del socialismo, se puede identificar en la propia Constitución Nacional aprobada en 1999, en su artículo 299 señala:

El régimen socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela se fundamenta en los principios de justicia social, democracia, libre competencia, protección del ambiente, productividad y solidaridad, a los fines de asegurar el desarrollo humano integral y una existencia digna y provechosa para la colectividad. El Estado, conjuntamente con la iniciativa privada, promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de generar fuentes de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la población y fortalecer la soberanía económica del país.

El Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007 planteó que el desarrollo integral se alcanzaría en la medida en que se diversificara y profundizaran las modalidades de relacionamiento con otros países y regiones, y se impulsara la suscripción de acuerdos y asociaciones estratégicas, sustentadas en la cooperación y complementariedad económicas para impulsar el fortalecimiento de un mundo multipolar.

Por su parte, el Primer Plan Socialista (2007-2013) definió claramente la estrategia hacia la construcción de una nueva geopolítica mundial, para promover esquemas de cooperación económica que propicien el desarrollo endógeno integral y la igualdad de beneficios en el intercambio comercial, a partir de principios de complementariedad, cooperación y solidaridad.

El Segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación (2013-2019) en sus capítulos III, IV y V, definió como estrategia la cooperación con países aliados que permitieran desarrollar el poderío económico con base al aprovechamiento óptimo de las potencialidades que ofrecen los recursos que posee la nación y desarrollar así la base material del Socialismo Bolivariano, y generar con ello la máxima felicidad del pueblo venezolano.

Y aun cuando el desarrollo de estos planes ha tenido que enfrentar muchas agresiones de la oligarquía local y el imperialismo norteamericano, los logros obtenidos permiten mostrar cómo el Estado venezolano ha alcanzado un cierto bienestar colectivo, al superar en una medida considerable la pobreza y las profundas desigualdades existentes en la sociedad y, a su vez, ha facilitado un mejor posicionamiento de Venezuela en la economía mundial. No obstante, el asedio al cual ha estado sometida Venezuela por 20 años, de continuas agresiones y sabotajes, e incluso, últimamente, de amenaza de ataque militar por parte de Estados Unidos, le ha impedido avanzar al ritmo deseado, y hoy vive una peligrosa crisis política y económica. No por ello ha de renunciar a dar continuidad a sus planes de desarrollo.

La República Bolivariana de Venezuela: un motor que puede impulsar a otro motor más grande

Ciertamente la República Bolivariana de Venezuela constituye una oportunidad para América Latina y el Caribe, y una amenaza para Estados Unidos, que puede perder su traspatio.

Venezuela desempeña un papel decisivo en la región y en el mundo por sus recursos para generar energía. Es el país que cuenta, actualmente, con las mayores reservas probadas de petróleo del planeta. Concentra el 81 % de las reservas probadas de petróleo a nivel mundial. Es miembro fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), organización que agrupa a los principales productores y exportadores de petróleo. Venezuela, por tanto, posee ventajas y potencialidades para desarrollar encadenamientos económicos productivos en el sector energético.

Venezuela es un país con ventajas y grandes potencialidades en el sector industrial, debido a que cuenta con importantes reservas probadas de yacimientos minerales: metálicos y no metálicos, tales como aluminio, bauxita, antimonio, asbesto (amianto), barita, bentonita, calcita, caolín, cianita, cobre, cromo, cuarzo, diamante, dolomita, estaño, feldespatos, fosfatos, grafito, halita, hierro, magnesita, manganeso, mercurio, mica, níquel, oro, plata, plomo, talco, titanio, yeso, cinc, y otros recursos minerales como arcillas, arenas, caliza y carbón.

Venezuela posee también una diversidad climática que le permite desarrollar múltiples actividades económicas, especialmente, en el sector agropecuario. Sin embargo, este sector ha sido uno de los más vulnerables y menos atendidos, producto, fundamentalmente, de la renta que genera la actividad petrolera. También la población se ha concentrado en determinados puntos del territorio nacional, que han incidido en la desmotivación de la producción agrícola no solo como actividad económica sino también para el consumo familiar. El camino integracionista de nuevo tipo: Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) crea oportunidades para la complementariedad y la cooperación en industrias de integración en el sector agropecuario y la industria alimenticia a escala regional.

Petrocaribe inició la alianza en materia petrolera entre algunos países del Caribe con Venezuela, a partir del acuerdo de cooperación propuesto por Venezuela con vistas a resolver las asimetrías en el acceso a los recursos energéticos, con un convenio de intercambio favorable, equitativo y justo entre los países de la región caribeña. Esta alianza nació el 29 de junio de 2005, en Puerto La Cruz, Venezuela, y llegó a estar integrada por: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, El Salvador, Granada, Guyana, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y Las Granadinas, Surinam y Venezuela.

En la VI Cumbre del Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, realizada en Caracas, el 26 de enero de 2008, se estableció que las empresas “grannacionales”12 surgen en oposición al de las empresas transnacionales, por tanto, su dinámica económica se orientará a privilegiar la producción de bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades humanas garantizando su continuidad y rompiendo con la lógica de la reproducción y acumulación del capital.

Estas empresas se conformarán a partir de las potencialidades objetivas, fondos monetarios, know-how y experiencias endógenas de los países del Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y usarán en los casos que sea prudente la cooperación de fuentes exógenas dentro del marco de los principios rectores del bloque. Estas empresas serán de propiedad absoluta de los Estados y podrán asociarse con empresas del sector privado para el desarrollo de determinadas actividades (ALBA-TCP, 2010: 14).

Las Zonas Económicas Especiales y el desarrollo de encadenamientos económicos productivos13

La importancia de las Zonas Económicas Especiales radica, junto a otras características, en su capacidad de desarrollar eslabones específicos de una cadena productiva o desarrollo de un sector, mediante la inversión extranjera, compartiendo estrategias de complementariedad. Se busca crear nuevos mecanismos de exportación que tributen a la integración latinoamericana y caribeña bajo un enfoque productivo o de servicios, justo y equitativo. Esto debe facilitar la instalación de empresas grannacionales, nacionales o internacionales, que generen divisas para el Estado, con empleo productivo y de conocimiento, gracias a la transferencia y al desarrollo tecnológico.


Hasta ahora Venezuela tiene creadas dos Zonas Económicas Especiales: la Zona Económica Especial de Paraguaná y la Zona Económica Especial Fronteriza Ureña-San Antonio.

Ambas zonas fueron creadas mediante los Decretos No. 1.495 y 1.496, del 2 de diciembre de 2014, y publicados en Gaceta Oficial No. 40.554, del 3 de diciembre de 2014, respectivamente.

La Zona Económica Especial de Paraguaná abarca la Península de Paraguaná al norte del Estado Falcón, ubicado en las costas venezolanas, cuenta con una superficie de 2 687,51 km2, y de acuerdo al artículo 2 de su Decreto de Creación, esta zona tiene como finalidad el desarrollo especializado en los campos tecnológicos, informático, telecomunicaciones y tecnologías alternativas para el fomento del ahorro energético tomando en cuenta las ventajas y potencialidades, que desde el punto de vista petrolero, turístico y pesquero, posee dicha subregión.

La Zona Económica Especial Fronteriza Ureña-San Antonio se encuentra emplazada en la Región de Desarrollo Integral Los Andes. Abarca los Estados Trujillo, Táchira y Mérida. Esta Zona Económica Especial Fronteriza aglutina los centros poblados de Ureña y San Antonio del Táchira, representando una extensión de 279,49 km2. Esta zona tiene la particularidad de que fue creada con el objetivo de impulsar el desarrollo integral subregional, especialmente en las actividades productivas relacionadas con el sector comercial y de servicios, en diversos sectores, entre ellos, textiles, de calzado, talabartería, agrícola, automotriz y metalmecánico. Todos estos sectores están presentes en países como Bolivia, Ecuador y Nicaragua, lo cual permite la complementariedad regional y favorece la integración latinoamericana y el comercio intrarregional.

La Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Chávez y la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, se les dio vida mediante el Decreto No. 2.242, de fecha 18 de febrero de 2016, publicado en Gaceta Oficial No. 40.852, el 19 de febrero de 2016; y el Decreto No. 2.248, de fecha 24 de febrero de 2016, publicado en Gaceta Oficial No. 40.855, el 24 de febrero de 2016, respectivamente.

Estas dos Zonas de Desarrollo Estratégico Nacional son espacios geográficos que, al desarrollar actividades en sectores bien específicos, facilitan la generación de sinergias entre ellas, y a su vez, permiten aprovechar las ventajas y potencialidades que se generan a escala subregional con las Zonas Económicas Especiales. Los incentivos económicos, fiscales y aduaneros que generan tanto las Zonas Económicas Especiales como las Zonas de Desarrollo Estratégico Nacional, promueven la creación de encadenamientos económicos productivos claves, asociados a las cadenas de valor del sector petrolero y de la minería, que potencian el desarrollo endógeno focalizado en el aprovechamiento de las ventajas y materias primas locales.

Se busca crear una nueva estructura económica del Estado venezolano que favorezca el desarrollo y bienestar, no solo de su pueblo, sino de los pueblos de Latinoamérica y de El Caribe.

El Movimiento Indígena Originario Campesino en el proceso de cambio boliviano14

El 18 de diciembre de 2005, Evo Morales Ayma se convirtió en el primer presidente indígena de Bolivia, algo muy significativo para la historia de América Latina. Desde entonces el proceso de cambio boliviano ha tenido que enfrentar varios conflictos y antagonismos entre lo que se ha dado en llamar las “dos Bolivia”. Por una parte, el occidente, con los pueblos originarios y campesinos, con escasas tierras cultivables y un elevado índice de emigración hacia la región oriental, pero con un marcado apoyo a las políticas del gobierno de Evo Morales. Por otro lado, los departamentos de Tarija, Beni, Pando y Santa Cruz, que forman lo que se conoce como la Media Luna; en esta zona se concentran las mejores tierras de Bolivia y los hidrocarburos, y las oligarquías que constituyen el mayor núcleo de oposición al proceso de cambio.

A pesar de los numerosos conflictos entre las “dos Bolivia” entre 2005 y 2019, el gobierno de Evo Morales logró resultados económicos y sociales como ningún gobierno anterior.

En la segunda década del siglo xxi es la economía que más creció en términos per cápita en América Latina y además es la que creció más establemente junto a Perú, Chile y Argentina. Mantuvo su tipo de cambio estable a 6,80 bolivianos por dólar y una política cambiaria estable. Con ella la inflación se redujo de niveles de 6 % promedio hasta el 2008 a menos de 4,5 % desde entonces. La tasa de inversión real creció entre el periodo antes del gobierno de Morales (2000-2006) y el gobierno de Morales (2007-2018) de 14,1 % a 19 % del PIB. Según el Diario Gestión de Lima: “En la gestión de Morales el PBI de Bolivia pasó de US$ 9 000 millones a US$ 40 000 millones, mientras que la pobreza extrema pasó de 38 % a 15 %”.

La teoría revolucionaria y la conformación del Sujeto Sur para el desarrollo en Bolivia

El libro La Potencia Plebeya plantea varios dilemas teóricos que ya ha enfrentado el proceso conducido por Evo Morales (García Linera, 2011).

En su análisis del Manifiesto Comunista, al referirse al desarrollo de la revolución socialista, Álvaro García Linera reconoce el aspecto constructivo de este proceso, no limitándolo al aspecto destructivo, pero critica como erróneo pensar que “en tanto la burguesía y su poder son un problema de propiedad poseída por tales o cuales personas, la derrota de la burguesía pasa por la expropiación estatal de esa propiedad y el exterminio físico o exilio de los propietarios, es decir, por medidas administrativas”.15

A partir de estas premisas, García Linera propone un concepto de revolución social socialista que vale la pena reproducir:

La revolución social no es, pues, un golpe de mano que extermine a las familias burguesas, ni mucho menos una medida administrativa en la que un jefecillo dicta un decreto de “socialización”; es un movimiento práctico, histórico, de larga duración, en el que el trabajo va quebrando y erosionando, incluso mucho antes del derrocamiento político de la burguesía, las relaciones de fuerza en la economía, la política, la cultura y la técnica, que sostienen al capital. Aún más, se trata de un proceso económico-político-cultural, en el que el trabajo va creando las nuevas disposiciones, las nuevas actitudes y capacidades para modificar a su favor el control, las condiciones materiales de producción de la economía, la política y la cultura (García Linera, 2011: 78).

García Linera reconoce en el sujeto revolucionario, sobre todo su capacidad constructiva para crear el nuevo sistema emancipador, que exige incluso iniciar ese aprendizaje antes de la toma del poder político, con las “múltiples experiencias previas de autonomía, de autogestión social, que preparan al proletariado para tomar en sus manos colectivas la responsabilidad del destino social”, algo que había sido previsto por Marx desde 1850 y que también está presente en Lenin, cuando propone el control obrero de las fábricas antes de expropiarlas, y lo que fueron en la Revolución Cubana las empresas intervenidas.

Según García Linera el gobierno de Evo Morales había logrado cooptar a las fuerzas armadas y a la policía nacional mediante el fortalecimiento del Estado ya sujeto a la hegemonía del bloque popular de poder, y no había que temer al “síndrome de Allende” (García Linera, 2011: 358).

¿Se trata solo de un “síndrome” que hay que desechar? ¿No estamos en presencia de un golpe de Estado muy similar al realizado en el Chile de Allende con la alianza fascista de las oligarquías locales y el imperialismo?

El gobierno boliviano sí logró modificar la relación entre la sociedad y el capital global mediante la formación y consolidación de un bloque histórico formado por un Estado productor y el conjunto de medianos y pequeños productores que conjuntamente llegaron a controlar el 58 % del PIBde Bolivia.

¿Qué le faltó a este Sujeto Sur para consolidar su poder?

García Linera considera en esta obra que se alcanzó fundamentalmente un “capitalismo estatal” que se apoyaba en el sustento que le ofrecía “la clase media letrada” entronizada en la administración, concepto bien riesgoso, contradictorio y discutible, pero cuya efectividad argumenta. Tampoco niega que en el poder judicial se concentra la mayor resistencia dentro del sistema institucional. Según esta concepción, supuso que el bloque conservador no tenía un proyecto nacional y se veía cada vez más constreñido a estrategias de resistencia regional.

La vida ha demostrado que ese bloque conservador sí tiene un proyecto antinacional en alianza con el imperialismo, que no se limita a la resistencia, sino que lucha también por la contrarrevolución; y por poner de nuevo todos los recursos naturales inmensos de Bolivia al servicio de esa oligarquía local y del capital extranjero.

El choque con las empresas transnacionales16

Cuando Evo Morales y el Movimiento al Socialismo asumieron el poder en 2006, el gobierno inmediatamente intentó deshacer décadas de robo por parte de las empresas mineras transnacionales. El gobierno de Morales se apoderó de varias de las operaciones mineras de las empresas más poderosas como Glencore, Jindal Steel, Anglo-Argentinian Pan American Energy y South American Silver (ahora TriMetals Mining). Envió el mensaje de que las cosas no iban a continuar como antes.

Sin embargo, estas grandes empresas continuaron con sus operaciones, basadas en contratos antiguos, en algunas zonas del país; por ejemplo, la transnacional canadiense South American Silver había creado una compañía en 2003, antes de que Morales llegara al poder, para explotar en Malku Khota, en busca de plata e indio (un metal de tierras raras utilizado en televisores de pantalla plana). South American Silver comenzó entonces a extender el alcance de sus concesiones. La tierra que reclamaba está habitada por indígenas bolivianos, que argumentaban que la compañía estaba destruyendo sus espacios sagrados, así como promoviendo una atmósfera de violencia.

El 1 de agosto de 2012, el gobierno de Morales, mediante el Decreto Supremo No. 1308 anuló el contrato con la South American Silver (TriMetals Mining), que entonces buscó arbitraje internacional y compensaciones. El gobierno canadiense de Justin Trudeau, como parte de un movimiento más amplio a favor de las compañías mineras canadienses en Sudamérica, ejerció una presión inmensa sobre Bolivia. En agosto de 2019, TriMetals alcanzó un acuerdo con el gobierno boliviano por 25,8 millones de dólares, aproximadamente una décima parte de lo que había exigido anteriormente como compensación.

Jindal Steel, una corporación transnacional india tenía un viejo contrato para extraer mineral de hierro en Bolivia, en El Mutún, un contrato que el gobierno de Morales suspendió en 2007. En junio de 2012, Jindal Steel rescindió el contrato, buscó arbitraje internacional y una compensación por su inversión. En 2014 ganó 22,5 millones de dólares de la Cámara de Comercio Internacional con sede en París. En otro caso Jindal Steel exigió una compensación de 100 millones de dólares.

El gobierno de Morales confiscó tres instalaciones de la empresa minera transnacional con sede en Suiza, Glencore, estas incluyen una mina de estaño y cinc, así como dos fundiciones. La expropiación de la mina tuvo lugar luego de que la subsidiaria de Glencore se enfrentara violentamente con los mineros.

De manera más agresiva, Pan American demandó al gobierno boliviano por 1 500 millones de dólares por la expropiación de su participación en la Petrolera Chaco hecha por la compañía estatal de energía. Bolivia llegó a un acuerdo por 357 millones de dólares en 2014.

La escala de estos pagos es enorme. En 2014 se estimó que los pagos privados y públicos hechos para la nacionalización de estos sectores clave ascendían por lo menos a 1 900 millones de dólares (el PIB de Bolivia era de 28 000 millones de dólares en ese momento).

El litio

Las reservas clave de Bolivia son de litio, que es esencial para los automóviles eléctricos. Bolivia afirma tener el 70 % de las reservas mundiales de litio, sobre todo en el Salar de Uyuni. La complejidad de esta minería y su procesamiento ha significado que Bolivia no haya sido capaz de desarrollar la industria del litio por sí misma. Se requiere de capital y experticia.

El Salar está a 3 600 metros sobre el nivel del mar y recibe altas precipitaciones. Esto dificulta utilizar evaporación solar. Soluciones más simples ya están disponibles para el desierto de Atacama en Chile y para Hombre Muerto en Argentina. En Bolivia se necesitan soluciones técnicamente más complejas, lo que significa que se requiere más inversión.

La política de nacionalización del gobierno de Morales y la complejidad geográfica del Salar de Uyuni ahuyentaron a varias empresas mineras transnacionales: Eramet (Francia), FMC (Estados Unidos) y Posco (Corea del Sur) no pudieron hacer negocios con Bolivia y ahora operan en Argentina.

Morales dejó claro que cualquier desarrollo del litio tenía que hacerse con su compañía minera nacional, la COMIBOL y con Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), su compañía nacional de litio como socias paritarias.

En el 2019 la empresa alemana ACI Systems llegó a un acuerdo con Bolivia. Después de protestas de los residentes en la región del Salar de Uyuni, Morales canceló el acuerdo el 4 de noviembre de 2019.

Empresas chinas como TBEA Group y China Machinery Engineering llegaron a un acuerdo con Yacimientos de Litio Bolivianos. Se dijo que Tianqui Lithium Group de China, que opera en Argentina, iba a llegar a un acuerdo con Yacimientos de Litio Bolivianos. Tanto las inversiones chinas como la Compañía Boliviana de Litio estaban experimentando con nuevas formas de extraer el litio y de compartir las ganancias del litio. La idea de que hubiera un nuevo pacto social para el litio era inaceptable para las principales compañías mineras transnacionales.

Tesla y Pure Energy Minerals (Canadá) mostraron ambas gran interés en tener una participación directa en el litio boliviano, pero no pudieron llegar a un acuerdo que tuviera en cuenta los parámetros establecidos por el gobierno de Morales. El propio Evo fue un impedimento directo para que las empresas transnacionales no chinas se hicieran cargo de los campos de litio. Tuvo que irse.

Todos estos logros de la Bolivia socialista, tras el resultado electoral del 20 de octubre de 2019 y el golpe de Estado fraguado con la alianza de la oligarquía de la Media Luna y el imperialismo, están hoy en peligro de desaparecer.

En realidad Estados Unidos nunca abandonó la doctrina Monroe, solo que ahora, con Donald Trump, se proclama de nuevo abiertamente. Y así, no tiene que justificar con paños tibios la agresividad hacia Venezuela, Cuba y Nicaragua. Con Venezuela se llega al punto de reconocer a un presidente no elegido por el pueblo venezolano y se permite la agresión a la embajada venezolana en Washington sentando un nuevo precedente a nivel internacional, al violar la legalidad diplomática y los acuerdos internacionales vigentes, se despoja en la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de sus derechos a los representantes del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y, de hecho, se les expulsa y se les obliga a salirse de la Organización de Estados Americanos. Y la historia se repite con el golpe de Estado en Bolivia y el reconocimiento por el gobierno de Trump a la nueva autoproclamación, ahora de una presidenta, en Bolivia; con el apoyo de la Organización de Estados Americanos.

El día que el general Williams Kaliman “sugirió” a Evo Morales que abandonara la presidencia de Bolivia hizo más que desplazar a un movimiento ciudadano con un golpe militar: dejó claro que los soldados no se han ido jamás de la sombra del poder en las dos largas décadas del retorno a la democracia tras las dictaduras militares. Porque como bien aclaró Lenin con ayuda de Engels en su obra El Estado y la Revolución:

La democracia no es idéntica a la subordinación de la minoría a la mayoría. Democracia es el Estado que reconoce la subordinación de la minoría a la mayoría, es decir, una organización llamada a ejercer la violencia sistemática de una clase contra otra, de una parte de la población contra otra (Lenin, 1960: 448).

Así, los oprimidos utilizan coercitivamente la democracia de las mayorías contra las minorías, precisamente, contra las que no renuncian a ser opresoras.

El capitalismo de Estado al servicio de la independencia económica de México: el programa de gobierno de Andrés López Obrador

No era de esperar que, en un tiempo histórico relativamente breve, el ciclo inédito de gobiernos de izquierda fuera revertido en países tan importantes como Argentina, Ecuador, Brasil y ahora Bolivia. Hoy se abre un camino democrático a favor del pueblo mexicano con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Es mucho lo que tiene que avanzar el pueblo mexicano para propósitos mayores. Quemar etapas no siempre es posible. Y mientras tanto, el pueblo se prepara y se educa como protagonista en los cambios democráticos y en la lucha por la independencia nacional.

De cómo Andrés Manuel López Obrador ha llegado a la presidencia de México puede resultar una lección histórica para toda América Latina. Resulta sorprendente el impacto que uno recibe al leer el libro La Mafia que se adueñó de México… y el 2012 (López, 2012). En ese 2012 el fraude electoral no le permitió a él acceder a la presidencia, algo que de cierta manera aparece previsto en el libro.


¿Cómo es posible que un país como México, que posee tantas riquezas naturales, la mayoría del pueblo mexicano no solo padezca de abandono y pobreza, sino de frustración y desánimo?

La pobreza y abandono de la mayoría del pueblo mexicano cuenta con una larga trayectoria histórica de pillaje imperialista y oligarquías locales, pero en las últimas décadas, desde los años setenta del siglo xx, se ha agravado esta situación a partir de las políticas neoliberales diseñadas desde el Norte y practicadas en México por gobiernos corruptos para saquear las riquezas y los bienes de la nación al servicio de determinadas familias cómplices (una verdadera mafia).

Ya en el “Capítulo 1. El Saqueo”, el autor identifica a lo largo de varios gobiernos, desde el gobierno de Miguel de La Madrid (1982-1988), y especialmente, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) hasta el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) cómo todos estos gobiernos corruptos permitieron que la mafia se adueñara de México.

Para López Obrador son 30 los personajes que realmente mandan en el país. Dieciséis hombres de negocios: Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego, Germán Larrea, Alberto Bailleres, Jerónimo Arango, Roberto Hernández, Emilio Ascárraga, Carlos Peralta, Dionisio Garza Medina y José Antonio Fernández. Once políticos: Carlos Salinas, Diego Fernández de Ceballos, Enrique Peña Nieto, Manlio Fabio Beltrones, Elba Esther Gordillo, Beatriz Paredes, Emilio Gamboa, Francisco Rojas, Vicente Fox, Felipe Calderón y Luis Álvarez. Y tres tecnócratas: Francisco Gil, Guillermo Ortiz y Pedro Aspe.

El “Capítulo 2. Abandono, corrupción y pobreza”, muestra el absurdo manejo del sector energético por los gobiernos corruptos, al que, en vez de utilizarlo para sustentar la industrialización del país y la generación de empleos, se han empeñado en arruinarlo y ponerlo al servicio de intereses externos.

El desastre en el sector energético nacional ha sido alimentado por la deshonestidad que predomina en el gobierno, en Pemex y en la Comisión Federal de Electricidad. Los casos de corrupción son inagotables e involucran a funcionarios, contratistas y políticos corruptos, y aunque de todo hay auditorías o denuncias públicas, impera la impunidad (López, 2012: 91).

La política neoliberal ha engendrado una monstruosa desigualdad económica y social. Le ha ido mal a los pequeños y medianos empresarios y comerciantes, a los integrantes de las clases medias y al pueblo raso, pero no a los banqueros, a los grandes empresarios, a los traficantes de influencias y a los políticos corruptos (López, 2012: 95). El autor brinda suficiente información estadística para avalar estos señalamientos.

El “Capítulo 3. La resistencia y el peregrinar por el país”, es un verdadero estudio sociológico del México profundo, que nos hace recordar a Evo Morales y la Pacha Mama, y especialmente a José Martí, quien vaticinó que Nuestra América no se emanciparía hasta que no se levantara el indio.

Solo quien confía en las virtudes de su pueblo puede llevarlo adelante. Por eso tiene tanto valor emotivo la caracterización que hace López Obrador del pueblo de Oaxaca.

El pueblo de Oaxaca ha logrado sobrevivir por su cultura. De ella emanan su mística de trabajo, su talento y sus fuertes relaciones familiares y comunitarias. Les ayuda su vinculación con la tierra y el mantener una economía de consumo sustentada en la producción de maíz, frijol y aves de corral, así como el cultivo de café, el aprovechamiento de los bosques, el tejido del petate y del sombrero, las artesanías y otras actividades (López, 2012: 149-150).

El de Oaxaca es uno de los pueblos más cultos del mundo. En esta porción del territorio nacional se conservan valores, costumbres, tradiciones comunitarias, lenguas y organización social, heredadas de la gran civilización mesoamericana (López, 2012: 144).

El “Capítulo 4. 2012”, hace evidente que solo fracasan definitivamente los que se rinden. Cómo previendo la falta de preparación del pueblo mexicano para hacer frente a las mentiras de los órganos mediáticos, López Obrador, narra un hecho histórico que le permite reafirmar que seguirá adelante pase lo que pase.

Estamos ante circunstancias parecidas a las que se vivieron en el último período de gobierno de Antonio López de Santa Anna. En aquel entonces, había, como ahora, una profunda tristeza en el pueblo: nos acababan de arrebatar más de la mitad del territorio nacional. Y, sin embargo, el 17 de marzo de 1853 se volvió a designar a Santa Anna, por undécima vez, Presidente de la República, y lo trajeron desde Colombia (López, 2012: 193).

López Obrador titula este epígrafe: “El regreso del PRI sería como el retorno de Santa Anna”. Porque precisamente la dictadura de Santa Anna cayó derrotada por la fuerza de la razón y de la opinión pública, “porque el pueblo había despertado.”

El poder mediático logró que Bolsonaro fuera elegido presidente de Brasil en el 2018. Gran parte del pueblo creyó las mentiras del poder mediático en ese país: “Que los del Partido de los Trabajadores, todos son unos ladrones. Que Haddad, sustituto de Lula en la candidatura del Partido de los trabajadores, es un ladrón. Que Lula merecía estar en la cárcel, que sus hijos se habían convertido en multimillonarios, que Bolsonaro es un patriota que ama a Brasil y que va a hacer que el país sea grande y respetado otra vez”. Más temprano que tarde el pueblo brasileño está despertando y seguirá adelante, como lo hace hoy el pueblo mexicano.

El discurso del nuevo presidente de México, al tomar posesión el 1 de diciembre de 2018, en el Zócalo, principal plaza pública del país, Ciudad de México, luego de recibir el bastón de mando de los pueblos originarios, reafirmó el compromiso de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo. Pero lo más impresionante ha sido la descripción detallada de la nueva política para llevar a cabo la Cuarta Transformación17 de la vida pública de México, lo que él ha llamado una modernidad forjada desde abajo y para todos.

Es sorprendente la minuciosidad cómo en este discurso se le explica al pueblo mexicano todo el programa de gobierno.

¿Cómo separar el poder político del poder económico?

Es algo así como ganar algunas cuotas de poder mediante un Estado que represente a los pobres, sin eliminar el sistema capitalista, y logre el apoyo a los pobres, educación y ciencia, con atención especial a los pueblos indígenas de México y bajo el principio “primero los pobres”, con solución al desempleo. También una política agraria que garantice el apoyo a los campesinos, pequeños productores del campo, ejidatarios, comuneros o pequeños propietarios para la siembra de alimentos y se alcance la soberanía alimentaria.

¿Cómo sustituir el neoliberalismo por un modelo alternativo de desarrollo?

No es todavía sustituir al capitalismo y, además, el neoliberalismo suele presentarse como una política que subestima el papel del Estado en la economía, mientras defiende la “mano invisible del mercado”. En realidad se defiende esa idea para que la apliquen los países subdesarrollados y dependientes, pero no es lo que hace ningún país desarrollado ni las grandes corporaciones transnacionales, que reciben total apoyo de sus Estados para expandir su dominio económico hacia el resto del mundo.

Por tanto, un Estado del Sur que aspire a elevar su capacidad de negociación con los Estados del Norte y con las empresas globales, para elevar su competitividad tecnológica y financiera, y abrir oportunidades al desarrollo del potencial humano de todos y cada uno de los ciudadanos, tendrá que lograr mejorar el salario medio y, en general, el nivel de vida de las masas populares. Por tanto, debe ser un Estado que induzca la competitividad legítima de su aparato productivo nacional. Ello implica:

Una Política presupuestaria y fiscal para financiar los programas del bienestar; con austeridad republicana, capaz de eliminar la corrupción y controlar la inflación. En el caso de México, ello incluye el fomento del turismo para impulsar el desarrollo y crear empleos; se construirá el Tren Maya para comunicar por este medio de transporte rápido y moderno a turistas y pasajeros nacionales en los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Así también, el fomento de infraestructuras: se creará un corredor económico y comercial en el Istmo de Tehuantepec que comunicará Asia y la costa este de Estados Unidos.

Se construirá una vía ferroviaria para contenedores; se ampliará la carretera; se rehabilitarán los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos; se aprovecharán el petróleo, el gas, el agua, el viento y la electricidad de la región; se instalarán plantas de ensamblaje y manufactureras, y habrá subsidios fiscales para promover la inversión y crear empleos.

Se destinará mayor inversión pública para producir con urgencia más petróleo, gas y energía eléctrica. Se le dará atención especial a las hidroeléctricas para producir más energía limpia y de menor costo. Se impulsará el desarrollo de fuentes de energía alternativas renovables, como la eólica, la solar, la geotérmica y la mareomotriz.

Se protegerá la diversidad biológica y cultural de México. Impulsaremos prácticas agroecológicas que aumenten la productividad sin dañar a la naturaleza. No se permitirá la introducción y el uso de semillas transgénicas. Habrá cobertura universal en telecomunicaciones y se conectará al país con internet utilizando la infraestructura y las líneas de la Comisión Federal de Electricidad.

¿Cómo reducir la injusticia y la desigualdad social?

El gobierno ha de ser un servidor del pueblo. Por tanto, ya no recibirán pensión los expresidentes, ni tendrán a su servicio funcionarios públicos sean civiles o militares. Se combatirá la corrupción y el desfalco de bienes malversados. Se tratará de dar solución social al tema migratorio. Tema difícil, porque no depende solo de México.

¿Cómo consolidar los avances democráticos?

Con la participación del pueblo. Se reformará el artículo 35 de la Constitución para quitar todos los obstáculos y candados en la celebración de consultas ciudadanas, a fin de que el pueblo tenga siempre el derecho a participar en las decisiones de interés público. Con una política por la paz y la seguridad de los mexicanos. Otro tema difícil. México necesita acabar con las masacres, los presos políticos y víctimas de represalias de caciques, funcionarios o gobernantes del antiguo régimen autoritario; así como las desapariciones como las de los jóvenes de Ayotzinapa. Con la Libertad de expresión. “Al margen de la ley, nada y por encima de la ley, nadie”.

¿Cómo transformar integralmente la vida de la Nación?

Con un Plan de Protección Civil, contra casos de inundaciones, incendios, temblores y otros desastres. La relación con el gobierno de Estados Unidos será de respeto, beneficio mutuo y buena vecindad. Se prioriza todo lo relacionado con la familia, las ideas, la cultura, la religión, la historia de la patria. Se exaltarán nuestras culturas originarias, las transformaciones históricas y el sacrificio de nuestros héroes.

Algo de lo más característico del Presidente López Obrador ha sido su programa mañanero (6:00 a.m.) desde el Palacio Nacional, para rendir cuentas al pueblo y esclarecer temas políticos. Andrés Manuel López Obrador ha sabido luchar por el despertar de su pueblo y merece nuestro respeto y admiración. Su programa de gobierno; él lo aclara muy bien, se pronuncia en favor de la propiedad pública sobre los recursos naturales y por el desarrollo económico y social de su pueblo, sin atentar por ello contra toda propiedad privada capitalista, pero sí se pronuncia contra la corrupción, las políticas neoliberales y la dominación extranjera.

En pleno siglo xxi, se mantienen vigentes las advertencias de nuestros próceres, que supieron prever la necesidad de una integración legítima de nuestros pueblos, garantía de independencia y soberanía, frente a la integración dirigida desde afuera.

CONCLUSIONES

Algo hay que aprender de la historia del fascismo. El gran capital fascista que asumió en Alemania e Italia el poder político, supo arrastrar tras de sí a las capas medias. Hoy, las oligarquías latinoamericanas, con apoyo del imperialismo, hacen lo mismo, y muy especialmente la oligarquía fascista de la Media Luna boliviana.

Lo que resulta un grave error estratégico de las fuerzas de “izquierda” es que no sepan ganar políticamente la conciencia y voluntad de esas clases medias a su favor para el desarrollo de la Patria Grande.

Todo parece indicar que del Norte poco o nada podemos esperar los del Sur, a menos que sepamos crear condiciones favorables para unir nuestras fortalezas económicas, políticas y militares; y logremos elevar nuestra capacidad de negociación Sur-Sur y Sur-Norte, aún en condiciones tan adversas como las actuales cuando la política del garrote prevalece cada vez más. El poder económico del capital no existe sin la ayuda de la fuerza extraeconómica y represiva del Estado. La lucha contra el poder hegemónico del capital exige identificar bien al Estado contra el cual se lucha, de allí que sea tan importante identificar la política sin escrúpulos de Estados Unidos, sin menospreciar el papel de sus aliados.

Los Estados latinoamericanos y caribeños deben rediseñarse para elevar su capacidad de negociación con los Estados del Norte y las empresas globales, para elevar la competitividad tecnológica y financiera de la región y abrir oportunidades al desarrollo del potencial humano de todos y cada uno de los ciudadanos, mejorando el salario medio y, en general, el nivel de vida de las masas populares. Eso está muy bien. Pero es insuficiente.

Si no se cuenta con un pueblo preparado y armado con ideas y con armas para la defensa de sus derechos, el enemigo artero echará abajo todas esas conquistas. Las naciones latinoamericanas y caribeñas alcanzarán su total independencia cuando se haga realidad lo que propuso el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, en el discurso Clausura de la II Cumbre de Presidentes y Jefes de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), el 17 de abril de 1999, celebrada en República Dominicana al expresar la idea de marchar “hacia una Confederación de Estados Latinoamericanos y Caribeños” (Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, 1999)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ALBA-TCP (2010). Conceptualización de proyecto y empresa grannacional en el marco del ALBA: el concepto de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. Disponible en: http://alba-tcp.org/contenido/conceptualizacion-de-los-grannacional

Borón, A. A. (2016). Socialismo Siglo XXI ¿Hay vida después del neoliberalismo? La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

Calloni, S. (2014). Evo en la mira CIA y DEA en Bolivia. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

Castro Ruz, F. (2003). La Historia me Absolverá. La Habana: Imprenta del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.

CIPI (2013). Mapa político latinoamericano y caribeño. Factores políticos, económicos y sociales que determinan la evolución del escenario político regional hasta el 2020. Implicaciones para Cuba. La Habana.

CIPI-ISRI (2015). Escenarios de Política Internacional XVI. Taller (2016-2021). Revista Política Internacional, XXIII.

Collom, M. (2012). Los 7 pecados de Hugo Chávez. Venezuela: Vadell Hermanos Editores, C.A.

Constitución Política del Estado de Bolivia de 2009. Disponible en: https://www.lexivox.org/norms/BO-CPE-20090207.html

Delgado-Ramos, G. C. (2011). Imperialismo Tecnológico y Desarrollo en América Latina. Ruth Casa Editorial.

Fernández Tabío, L. R. (2015). Estados Unidos: alianza transatlántica y hegemonía global. Economía y Desarrollo, 154 (1).

Fung, Th. (1997). Ciencia política: indagaciones desde Cuba. La Habana: Editorial Félix Varela.

Fung, Th. (2004). Una ciencia política desde el Sur. 2da. ed. La Habana: Editorial Félix Varela.

García Linera, A. (2011). La Potencia Plebeya. Colección: Nuestros Países, Serie: Estudios. La Habana: Fondo Editorial Casa de las Américas.

González Morales, R. (2019). Estados Unidos y la “guerra 4G” contra Venezuela. Ocean Press y Ocean Sur.

Hernández Bermúdez, O. E. (2016). El Movimiento Indígena Originario Campesino en el contexto del proceso de cambio boliviano (2006-2014). Tesis de Maestría. Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa García, La Habana.

Lage Dávila, A. (2007). Conectando la ciencia a la economía: las palancas del Socialismo. Cuba Socialista, 45.

Lage Dávila, A. (2013). La economía del conocimiento y el socialismo. La Habana: Editorial Academia.

Lenin, V. I. (1960). Obras Completas. Tomo XXV. Buenos Aires: Editorial Cartago, S.A.

Lenin, V. I. (1963). Materiales para la revisión del Programa del Partido. En: Obras Completas. Tomo XXIV. La Habana: Editora Política.

Lenin, V. I. (2011). La última lucha de Lenin. En: Discursos y escritos (1922-1923). La Habana: Editorial Ciencias Sociales.

López Obrador, A. M. (2012). La Mafia que se apoderó de México. México.

Marx, C. (1973). El Capital. Tomo I. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

Marx, C. (1973). El Capital. Tomo III. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

Marx, C. y Engels, F. (1978). Obras escogidas. Tomo III. Moscú: Editorial Progreso.

Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela (2000). Libro Amarillo correspondiente al año 1999. Caracas-Venezuela.

Molina Molina, E. (2007). En busca de una teoría crítica para el desarrollo de América Latina. Ruth Casa Editorial y Fundación Editorial El Perro y la Rana, Gobierno Bolivariano de Venezuela.

Molina Molina, E. (2016). Devenir del modelo económico socialista. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.

Núñez Soto, O. (2015). El metabolismo del mercadoregulación-socialización-desmercantilización. Anamá Ediciones.

Prashad, V. (2019). El litio de Bolivia y la urgencia de un golpe. Disponible en: https://www.brasildefato.com.br/2019/11/12/articulo-or-el-litio-boliviano-y-la-urgencia-de-un-golpe/

Schwab, K (2016). Fourth Industrial Revolution. Foreign Affairs. Traducción de Guillermo Castro. Disponible en: https://www.foreignaffairs.com/articles/2016-12-12

Notas

1 No se incluye aquí el proceso de la Revolución Ciudadana bajo el liderazgo del presidente Correa, trunco ahora bajo el gobierno de Lenin Moreno. Ni Bolivia tras el golpe de Estado contra el presidente constitucional Evo Morales, cuyo proceso de éxitos sociales y transformaciones sí se expone en este trabajo. Otros procesos que merecen un estudio a la luz de encontrar el camino hacia la segunda independencia de que nos hablara José Martí son Argentina, Brasil, Colombia y Chile, exigen un trabajo de mayor envergadura y con carácter multidisciplinario, más allá de la economía y la política. La efervescencia de las movilizaciones sociales de los pueblos en América Latina (Haití, Chile, Argentina, Ecuador y Bolivia), que hoy identifican su enemigo con el neoliberalismo y no con el capitalismo, como realmente debe ser, exige un estudio científico desde la economía política como ciencia que ha de esclarecer las misiones a cumplir por un nuevo actor multiclasista en el campo de los oprimidos, pero que ha de ser construido mediante difíciles alianzas: el sujeto Sur para el desarrollo y la independencia de América Latina y el Caribe.
2 Hemos asumido críticamente la caracterización de la Cuarta Revolución Industrial, a partir del artículo: Fourth Industrial Revolution, de Klaus Schwab, publicado en Foreign Affairs. Disponible en: https://www.foreignaffairs.com/articles/2016-12-12. Traducción de Guillermo Castro.
3 La concepción del “obrero colectivo” de Marx, permite explicar cómo sobre la base del desarrollo de la división social del trabajo se origina la especialización de un fragmento de la clase obrera en el trabajo intelectual y científico, mientras otro fragmento de la clase obrera realiza el trabajo menos complejo dentro de las cadenas productivas y de servicios globales, pero al final hay que contar con el trabajo global de ese “obrero colectivo”, incorporado al proceso de producción de plusvalía. Por tanto, la mercancía capitalista es resultado cada vez más de ese “obrero colectivo”. Hoy se pretende hablar de la “extinción” de la clase obrera con la sociedad basada en el conocimiento, desconociendo el concepto de “obrero colectivo”.
4 Ver: Michell Collom (2012). Los 7 pecados de Hugo Chávez. Venezuela: Vadell Hermanos Editores, C.A.
5 El capitalismo de Estado es una sociedad en la que el poder pertenece al capital, y el capitalismo de Estado en el que el Estado es un legítimo representante de las clases oprimidas, que han arrebatado algunas cuotas de poder al capital, incluso con las “armas melladas de la democracia burguesa eleccionaria”, son dos conceptos distintos. En este último concepto, todavía hay que otorgar concesiones al capital nacional y extranjero, pero de ninguna manera descuidar el desarrollo de la defensa militar popular.
6 Nos parece atinado y sobre una base científica el libro de Lage Dávila, A. (2013). La economía del conocimiento y el socialismo. La Habana: Editorial Academia y Colectivo de autores (1991). Comisión del Sur, desafío para el Sur. México: Fondo de Cultura Económica/Economía Contemporánea. Recomendamos también el artículo de Lage Dávila, A. (2019). Doce verdades esenciales y urgentes sobre la ciencia en Cuba, Temas, 27 de abril.
7 Cuba avanza en otros campos de la ciencia, aquí solo apuntamos los más divulgados y evidentes por su trascendencia nacional e internacional.
8 En cada uno de sus programas económicos y políticos, a lo largo de su vida, Lenin trató de garantizar las alianzas imprescindibles para avanzar en cada proceso hacia nuevas metas revolucionarias.
9 El papel de las alianzas en el proceso revolucionario sandinista está muy bien desarrollado en la obra de Núñez Soto, O. (2015). El metabolismo del mercado regulación-socialización-desmercantilización. Anamá Ediciones.
10 También es válido volver sobre la obra de Núñez Soto, O. (2015). El metabolismo del mercado regulación-socialización-desmercantilización. Anamá Ediciones.
11 Buena parte de la información que aparece aquí sobre la República Bolivariana de Venezuela la hemos tomado de Castro Ortiz, J. E. (2019). Encadenamientos económicos productivos promovidos por la República Bolivariana de Venezuela en el marco de la integración latinoamericana y caribeña a partir de 1999. Tesis de Maestría. Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García, La Habana.
12 El concepto grannacional surge para distinguirse del concepto transnacional en su esencia política. Desde el punto de vista económico engloba a las empresas que conformen los países miembros del Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos y que están integradas productivamente, cuyas producciones se destinan al mercado intrabloque para configurar una zona de comercio justo.
13 El tema de las Zonas Económicas Especiales en Venezuela está ampliamente tratado en Castro Ortiz, J. E. (2019). Encadenamientos económicos productivos promovidos por la República Bolivariana de Venezuela en el marco de la integración latinoamericana y caribeña a partir de 1999. Tesis de Maestría. Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García, La Habana.
14 Sobre este asunto se puede ampliar en García Linera, A. (2011). La potencia plebeya. Colección: Nuestros Países, Serie: Estudios. La Habana: Fondo Editorial Casa de las Américas; Calloni, E. (2014). Evo en la mira de la CIA y la DEA en Bolivia. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, y Hernández Bermúdez, O. E. (2016). El Movimiento Indígena Originario Campesino en el contexto del proceso de cambio boliviano (2006-2014). Tesis de Maestría. Instituto de Relaciones Internacionales Raúl Roa García, La Habana.
15 Por supuesto, no fue la Revolución Cubana la que inauguró la consigna “Que se vayan todos”, los que se fueron creyeron que volverían con el apoyo militar de Estados Unidos, y todavía sueñan con hacerlo. Tampoco se les exterminó físicamente. Ellos sí intentaron eliminar físicamente a la Revolución y todavía lo intentan.
16 Para ampliar este asunto se puede consultar: Prashad, V. (2029): El litio de Bolivia y la urgencia de un golpe. Disponible en: https://www.brasildefato.com.br/2019/11/12/articulo-or-el-litio-boliviano-y-la-urgencia-de-un-golpe/
17 López Obrador reconoce cuatro grandes transformaciones de México: Independencia (1810-1821), Reforma (1857-1867), Revolución (1910-1920) y Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).

Enlace alternativo

Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
HTML generado a partir de XML-JATS4R