Recepción: 21 Febrero 2022
Corregido: 15 Marzo 2022
Aprobación: 22 Marzo 2022
Resumen: El objetivo de la presente investigación es analizar las competencias investigativas en docentes de Universidades Particulares de Panamá. Para ello se realizó un estudio teórico sobre el concepto de competencia investigativas, que sirvió como marco orientador del levantamiento la información. La investigación fue de tipo descriptiva, no experimental, con un diseño de campo y transeccional. Se aplicó un instrumento, tipo cuestionario, a una muestra por conveniencia de los docentes. La información fue analizada a través de estadísticas descriptivas, obteniendo los siguientes resultados: en relación con las competencias del saber hacer, los docentes manejan niveles alto y bueno en la búsqueda de información y muestran habilidades en el dominio metodológico del proceso de investigación, pero existe dificultad con la ejecución de diseños metodológicos cualitativos. En las competencias del saber transferir, se observa un dominio de la comunicación de resultados oral y escrita. Los resultados de las competencias del saber ser, indican que los docentes valoran los principios éticos de la investigación científica y asumen el compromiso de realizar y publicar investigaciones inéditas originales y productos intelectuales de manera puntual. Las competencias del saber convivir no han sido desarrolladas por los docentes, específicamente en la Formación de Investigadores. No participan como árbitros en revistas científicas, no realizan asesorías de trabajos de grado y es bajo el porcentaje que participan como miembro de jurado. Tampoco han desarrollado competencias relacionadas con el trabajo en equipo. Como conclusiones, los docentes de las universidades privadas en Panamá deben desarrollar las competencias relacionadas con el saber convivir.
Palabras clave: Competencias, Competencias Investigativas, Docencia Superior, Universidades Particulares, Panamá.
Abstract: The objective of this research is to analyze the investigative competences in teachers of Private Universities of Panama. A theoretical study was carried out on the concept of investigative competence, which served as a guiding framework for collecting the information. The research was descriptive, not experimental, with a field and transectional design. A questionnaire-type instrument was applied to a convenience sample of the teachers. The information was analyzed through descriptive statistics, obtaining the following results: In relation to the competencies of know-how, teachers have high and good levels in the search for information and show skills in the methodological domain of the research process, but there is difficulty with the execution of qualitative methodological designs. In the skills of knowing how to transfer, a domain of the communication of oral and written results is observed. The results of the competencies of knowing how to be indicate that teachers value the ethical principles of scientific research and assume the commitment to carry out and publish original unpublished research and intellectual products in a timely manner. The competences of knowing how to live have not been developed by teachers, specifically in the Training of Researchers. They do not participate as arbitrators in scientific journals, they do not advise undergraduate work and the percentage that they participate as a member of the jury is low. Nor have they developed competencies related to teamwork. As conclusions, teachers at private universities in Panama must develop skills related to knowing how to live together.
Keywords: Competences, Investigative Competences, Higher Teaching, Private Universities, Panama.
INTRODUCCIÓN
La relación de la docencia con la investigación, según Oropeza et al (2014), ha sido constatada a lo largo de la historia y el desarrollo de la educación. Hoy en día, la calidad de las instituciones educativas se evalúa, a nivel nacional e internacional, sobre la base de diversos criterios; uno de los más importantes está relacionado con la actividad investigativa de los docentes, la ejecución de proyectos, los productos de las investigaciones, entre otros indicadores. Para los docentes, la investigación se volvió un modo de enseñar, aún más, es el eje central del trabajo académico, ya que se genera un vínculo con el avance del conocimiento científico y la cultura de la humanidad, por lo cual la docencia y la investigación están relacionadas de forma muy estrecha.
Según Nevache (2019),
La promoción de la investigación debe comenzar en el seno de las universidades donde debe ser parte del compromiso de los centros de estudio y de las obligaciones del cuerpo docente, que debería ser evaluado en base a sus publicaciones, calidad docente y capacidad de innovación. La baja producción en la investigación científica en Panamá ha acarreado varios problemas en las universidades privadas, ya que es en este factor -el de la investigación-, en el que se han presentado más dificultades al momento de ser evaluadas en los procesos de acreditación. Aparentemente, no existen suficientes incentivos en los docentes para investigar, pero más que eso, no cuentan con las suficientes competencias en el área de la investigación, lo que genera un rechazo hacia esas actividades y una baja productividad a nivel de publicaciones de artículos científicos de calidad y otras actividades asociadas a la investigación, como asistencia a congresos, asesorías a tesis de grado y de postgrado, etc. (p.2).
Según el Índice de Competitividad Global, citado en Nevache (2019), Panamá está calificado con una nota mínima en la calidad de sus instituciones de investigación. La cantidad de investigadores (0.28 por 1,000 trabajadores) es muy inferior al promedio latinoamericano que es casi cuatro veces superior. Incluso, comparándonos con países de tamaño parecido como Costa Rica o Uruguay, nuestra cantidad de investigadores representa alrededor de un cuarto de la suya. Además, una cantidad importante de estos investigadores no son panameños, lo que confirma la necesidad de formación masiva subrayada anteriormente.
Los procesos de acreditación y evaluación son relativamente recientes en Panamá; las universidades públicas, desde hace más de 10 años, están propiciando mejoras en su calidad, al igual que las universidades privadas. Éstas últimas, desde hace cinco años, han transitado los procesos de acreditación universitaria enfrentando el factor de la investigación científica como uno de los problemas fundamentales a superar para el logro de niveles óptimos en la calidad del servicio que prestan. Instituciones internacionales, como la UNESCO (2008), han refrendado la necesidad de promover una mejor formación docente basada en las competencias, la mejora y conservación de la calidad de la enseñanza y los servicios, entre otros.
En años recientes, los docentes, con la instrumentación de procesos relacionados con la investigación en la educación superior -como el desarrollo de proyectos, el obtener información mediante las búsquedas a través de medios electrónicos, la discusión de problemas, y otros-, han de alguna manera interiorizado el valor de la investigación para su propia formación profesional. No obstante, este avance aún padece de muchas falencias y dificultades, sobre todo porque el docente
universitario en ejercicio, cuya base de formación profesional no es pedagógica -a menos que sea egresado en carreras afines con las ciencias de la educación-, no cuenta, en la mayoría de los casos, con una proyección intencionada hacia su formación investigativa, no conoce los métodos y, en general, carece de experticia metodológica para actuar, como investigador, en y desde su propia práctica docente.
Partiendo de este contexto, el objetivo de esta investigación es analizar las competencias investigativas en los docentes de las Universidades Particulares de Panamá durante el año 2019. Para lograr este objetivo se realizó una investigación con un enfoque cuantitativo, de tipo descriptiva, no experimental con un diseño de campo y transeccional. Para obtener los datos se elaboró un instrumento tipo cuestionario que fue aplicado a una muestra seleccionada por conveniencia de la población objeto de este estudio, los docentes de las universidades particulares de panamá. La información obtenida se presentó a través de estadísticas descriptivas, lo que permitió responder al objetivo de la investigación.
LA COMPETENCIA Y LAS COMPETENCIAS INVESTIGATIVAS
Según Angarita (2000), el concepto de competencia “trata de un conocimiento especializado o de carácter específico; es un conocimiento implícito en la práctica o de carácter no declarativo; deriva sólo parcialmente de un proceso de aprendizaje, aun cuando requiere de la experiencia social y cultural” (p. 29).
Por otra parte, Pérez (2012) afirma que la competencia, además de ser un saber hacer, es un saber haciendo, soportado en múltiples vivencias y conocimientos que se van adquiriendo en el transcurso de la vida; es la utilización flexible e inteligente de los conocimientos que se tienen, lo que nos hace competentes frente a esas tareas específicas. Una competencia no puede entenderse como capacidad intelectual o mental, requiere de la acción en un contexto y del ser a nivel actitudinal y comportamental.
Analizando las dos definiciones expuestas anteriormente, se puede definir la competencia como la capacidad de integrar lo que se hace con lo que se sabe y se es; ser competente es saber hacer y saber actuar desde lo que se es como ser humano, con convicción de cuanto se hace y asumiendo, de manera ética y comprometida, las implicaciones de sus actos acordes con un contexto determinado.
Las competencias pueden ser consideradas como el resultado de tres factores, según explica Le Boterf (1998): el saber proceder, que supone saber combinar y movilizar los recursos pertinentes
(conocimientos, saber hacer, redes); el querer proceder, que se refiere a la motivación y a la implicación personal del individuo; y el poder proceder, que remite a la existencia de un contexto, de una organización del trabajo, de condiciones sociales que otorgan posibilidad y legitimidad en la toma de responsabilidad y riesgo del individuo.
Sobre las competencias investigativas en la formación del docente se han referido varios autores, a saber: Homero (2004), Pla (2002, 2004), Riezu y Romero (2008), Vargas (2010) y Jaik y Barraza (2011, 2013), citados por Oropeza et al (2014); sin embargo, en todos ellos queda explícita una brecha epistemológica, pues no establecen, en el aparato conceptual propuesto, cómo abordarlas, así como tampoco el contexto de la formación para los docentes de educación superior en ejercicio. Por otra parte, las concepciones teóricas de estos autores apuntan hacia la formación de la competencia y las habilidades investigativas desde la formación inicial, en otras situaciones y con un carácter sistemático y a mediano o largo plazo, que no responden a las urgentes necesidades de los profesores que laboran actualmente en la educación superior.
La competencia investigativa ha sido abordada y definida por varios autores: Castellanos (2003) la define como aquella que permite al profesional de la educación la construcción del conocimiento científico acerca del proceso pedagógico en general y del proceso de enseñanza- aprendizaje en particular, con el propósito de solucionar los problemas en el contexto de la comunidad educativa escolar. Esta definición hace énfasis en la construcción del conocimiento científico en el proceso pedagógico y la solución de problemas educativos; es decir, se enfoca en el área de la docencia.
Otra definición sobre competencia investigativa es la propuesta por Pla (2004), quien la conceptualiza como la configuración psicológica de la personalidad del docente y el constructo que designa su idoneidad para perfeccionar el proceso de educación de los alumnos a través de la actividad investigativa.
Esta definición, asume la competencia investigativa como parte de la personalidad del docente en el área psicológica. Sin embargo, ninguno de los dos conceptos planteados anteriormente integra otras áreas del desarrollo de la competencia en los docentes, por lo que Oropeza et al (2014) propone un nuevo concepto de competencia investigativa atendiendo a las condiciones donde se forman y desarrollan los profesores en ejercicio, y la define como el dominio de la educación superior a partir de propósitos determinados, de contenidos (entendido como conocimientos, habilidades y valores), del método de proyecto de investigación participativa y el empleo de medios y recursos que facilitan el accionar para realizar, con eficacia, la actividad investigativa en su actuación profesional.
También Jaik (2017) define la competencia en investigación como el conjunto de conocimientos, actitudes, habilidades y destrezas necesarias para llevar a cabo la elaboración de un trabajo de investigación. Esta competencia es relevante, si se considera la importancia de generar y comprender los procesos de investigación científica, desde la formulación del proyecto hasta la publicación de los resultados en revistas especializadas.
Adaptando los conceptos antes expuestos, en esta investigación se manejará el concepto de competencia investigativa como el dominio, por parte del docente, de habilidades, conocimientos y valores relacionados con el saber hacer investigación, el saber ser investigador y el saber transferir los conocimientos obtenidos de la investigación.
Es decir, la competencia investigativa está relacionada con los siguientes saberes básicos que la integran: el saber hacer, como la puesta en juego de habilidades basadas en los conocimientos; el saber transferir, como la posibilidad de trascender el contexto inmediato, para actuar y adaptarse a nuevas situaciones o transformarlas; y el saber ser y convivir, como la parte más compleja por sus implicaciones de carácter actitudinal e incluso valorativas.
COMPETENCIAS INVESTIGATIVAS RELACIONADAS CON EL SABER HACER
Se asume el saber hacer como la puesta en juego de habilidades basadas en los conocimientos. Pérez (2012) expone que las competencias investigativas del saber hacer se relacionan con un conjunto de capacidades y habilidades, entre las que destacan: la capacidad para aplicar las teorías epistemológicas en la investigación; la habilidad para aplicar el método científico; la capacidad para aplicar el método cuantitativo y cualitativo; la capacidad para utilizar las líneas de investigación con actitud propositiva; la capacidad para seleccionar el tipo de investigación, métodos y técnicas; la habilidad para delimitar el tema de investigación; la capacidad para formular el problema de investigación; la destreza en la elaboración del estado del arte en la investigación; la capacidad para formular los objetivos de la investigación; la habilidad para realizar la justificación de la investigación; la capacidad para formular y comprobar hipótesis de investigación; la destreza en la elaboración de los marcos de referencia; la capacidad para efectuar búsquedas y actualización bibliográfica; la habilidad para elaborar el marco teórico que fundamenta la investigación; la capacidad para operacionalizar variables; la capacidad para aplicar el diseño metodológico en la investigación; la capacidad para aplicar las técnicas e instrumentos de recolección de datos; la capacidad para identificar la unidad de análisis.
Agrega, además, la habilidad para aplicar herramientas estadísticas; la habilidad para elaborar
conclusiones y recomendaciones; la capacidad de aplicación de los conocimientos; la capacidad de organización y planificación de la investigación; la capacidad para elaborar resúmenes y síntesis; la destreza en la creación de imágenes mentales y mapas conceptuales; la capacidad para analizar un informe de investigación; la capacidad para leer y escribir con claridad en forma eficaz; la capacidad para redactar una monografía, un ensayo, un trabajo científico; y, por último, la capacidad para analizar, comparar y sintetizar.
COMPETENCIAS INVESTIGATIVAS RELACIONADAS CON EL SABER TRANSFERIR
El saber transferir se concibe como la posibilidad de trascender el contexto inmediato para actuar y adaptarse a nuevas situaciones o transformarlas, además de transmitir el conocimiento para beneficio de la sociedad.
Entre estas competencias están, según Pérez (2012), las siguientes: destreza para la elaboración y redacción de textos; habilidad para redactar el resumen, el informe de avance o el informe final; capacidad para hablar en forma clara, argumentada y convincente; habilidad para manejar el computador y los recursos digitales; habilidad para buscar y analizar la información; capacidad para resolver problemas y encontrar soluciones prácticas; destreza para la toma de decisiones acertadas, bien razonadas y socialmente responsables; destreza para movilizar y conseguir recursos; manejo de las tecnologías de la información y de la comunicación.
Sumadas a las anteriores, destacan: capacidad para diseñar y desarrollar proyectos conjuntamente; habilidad para coordinar y participar en reuniones de investigadores; habilidad para el trabajo en grupo; capacidad para afrontar contextos cambiantes y complejos; capacidad para seleccionar las publicaciones; habilidad para aplicar con rigor científico los conocimientos; capacidad para omitir vicios de redacción: capacidad para jerarquizar, integrar y recordar datos; capacidad para dar significado a la información con recursos semánticos o sintácticos; capacidad para hacer preguntas y utilizar material de referencia; aplicación de estrategias de asimilación de la información y retención; capacidad para gestionar su propio aprendizaje; destreza en el pensamiento crítico, creativo e innovador; habilidad para observar, registrar y elaborar notas de campo; capacidad para transferir conocimiento a través de exposiciones, ponencias y artículos científicos.
COMPETENCIAS INVESTIGATIVAS RELACIONADAS CON EL SABER SER Y CONVIVIR
El saber ser es considerada como la parte más compleja, por sus implicaciones de carácter actitudinal. Las competencias del saber ser serían las siguientes, citando a Pérez (2012): capacidad para desarrollar la investigación; disposición positiva, gusto e interés por la investigación; habilidad para percibir la investigación como un proyecto de vida; capacidad para expresar ideas, sentimientos y emociones; capacidad de crítica y autocrítica; habilidad interpersonal de cooperación y solidaridad; capacidad para comunicarse asertivamente; habilidad para solicitar reformulaciones y aclaraciones; capacidad para respetar las normas ético-morales; habilidad para trabajar en equipo interdisciplinario; capacidad para respetar la diversidad y la multiculturalidad; capacidad para ejercer liderazgo; habilidad para trabajar en forma responsable y comprometida, capacidad para fortalecer la autonomía y confianza en sí mismo; destreza para aportar su talento y desarrollar sus potencialidades; capacidad para adaptarse al cambio; capacidad para generar relaciones de confianza y respeto mutuo; capacidad para trabajar con calidad, esfuerzo y compromiso; ser consciente de la dimensión ética de sus actuaciones; madurez emocional para la comprensión de sí mismo y del otro; sensibilidad y pensamiento crítico y creativo; habilidad para establecer prioridades, programar el tiempo, disponer de recursos.
Se suma a las anteriores la capacidad de convivir, entendida como el talento para interrelacionarse con otros de manera oportuna y cooperativa. Así, tenemos las siguientes: habilidad para evitar conflictos interpersonales; cooperar y motivar a otros; capacidad para negociar y conciliar; capacidad para ser tolerante y aprender a convivir; capacidad de comunicarse asertivamente, de trabajar en equipo y resolver los conflictos, ponerse en el lugar del otro, entender sus emociones, posiciones y sentimientos. (Pérez, 2012).
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
De 76 docentes que respondieron, 57.9% son de sexo femenino y 42.1% son de sexo masculino.
De 76 docentes que respondieron, 9.2% son licenciados, 71.1% tienen Maestría y 19.7% tienen Doctorado.
A. En relación con la Primera Dimensión: Competencias Investigativas relacionadas con el saber hacer:Sub- Dimensión. Búsqueda de información:
Se puede observar en el gráfico N° 3 que el 42.1% de los docentes afirman tener altamente desarrollada la capacidad de distinguir evidencias científicas de otro tipo de evidencia, un 27.6% están en el rango de bueno y un 19.7% el mínimo necesario.
En el gráfico N° 4 se observa que el 44.7% de los docentes afirman que tienen bien desarrollada la capacidad para contrastar planteamientos y posturas de diferentes autores acerca del fenómeno objeto de estudio, el 35.5% afirman que la tienen altamente desarrollada y el 15.8%, sólo el mínimo necesario.
Se observa, a partir de estos resultados, que los docentes encuestados tienen bien desarrollada las competencias relacionadas con la búsqueda de información.
Sub- Dimensión. Dominio Tecnológico:
En relación al manejo de paquetes estadísticos computarizados, la lectura del gráfico N° 5 da cuenta que sólo el 19.7% de los docentes afirma que es alto el desarrollo de las competencias en el manejo de paquetes estadísticos computarizados, el 34.2% afirma que es bueno ese desarrollo, mientras que 46.1% de los docentes están incluidos en las categorías mínimo necesario un 26.3%, insatisfactorio 10.6% y 9.2% no desarrollada.
En relación con las bases de datos especializadas para la investigación, recogidos en el gráfico N° 6, el 21.1% de los docentes afirman que es alto el desarrollo de esta competencia, mientras que para el 40.8%, es bueno y el resto un 38,1% están repartidos en las categorías mínimo necesario con 22.4%, insatisfactorio 5.2% y no desarrollada con 10.5%
Estos resultados permiten inferir que, en relación con la competencia dominio tecnológico, aun los docentes de las universidades privadas de Panamá no han desarrollado la misma de manera óptima.
Sub- Dimensión: Dominio Metodológico:
La lectura de el gráfico N° 7 indica que los docentes tienen desarrollada la competencia sobre la redacción de los objetivos de entre alto y bueno con un 82.7% para estas dos categorías; sólo el 16% contesto que tienen el mínimo necesario.
En el gráfico N° 8 se puede observar cómo el 72.4% de los docentes pueden definir la variable o variables a estudiar en un rango alto, 26.3%, y bueno, 46.1%; sólo el 22.4% afirma tener el mínimo necesario para el desarrollo de esta competencia, mientras que el 5.2% de las respuestas están en los rangos insatisfactorio y no desarrollada.
Las respuestas obtenidas en el gráfico N° 9 indican que el 73.4 de los docentes se ubican en las categorías de alto, con 26.7%, y bueno, con 46.7%; es decir, que pueden utilizar y describir un procedimiento controlado para la recopilación de información, mientras que sólo el 22.7% se ubica en el mínimo necesario y el 3.9% como insatisfactorio y no desarrollada.
En relación al uso de diseños metodológicos de índole cualitativos por parte de los docentes, las respuestas en el gráfico N° 10 se ubicaron, mayoritariamente, en las categorías alto, 18.7%, y bueno, con un 36%, para un total de 54.7% que usan estos diseños; por otro lado, 36% de los docentes sólo manejan el mínimo necesario, y el 9.3% se ubican como insatisfactorio y no desarrollado, para un total de 45.3% de docentes que no ejecutan diseños de investigación cualitativos.
En relación al gráfico N° 11, que da cuenta de los resultados sobre la implementación adecuada de técnicas de investigación cualitativa por parte de los docentes, las respuestas se ubicaron en la categoría bueno, con un 37.3%, y en la categoría alto, con un 20%, para un total de 57.3% en estas dos categorías, mientras que 34.7% se ubicó en el mínimo necesario y un 8% en las categorías insatisfactorio y no desarrollada.
En este gráfico se observa cómo el docente se ubica en el reglón de bueno, con un 36.8%, y de alto, con un 19.7%; así, el 56.5% afirman que desarrolla los procedimientos de análisis de la información cualitativa y 32.9% se ubica en el mínimo necesario, y un 10.6% no desarrollada e insatisfactorio, lo que indica que 43.5% de los docentes no desarrolla estos procedimientos.
B. En relación con la Segunda Dimensión: Competencias Investigativas relacionadas con el saber transferir:Sub- Dimensión: Dominio de la comunicación de resultados (Oral y Escrito):
En el gráfico N° 13, que expone la opinión de los docentes con respecto a sus competencias para realizar el reporte de la investigación con orden y estructura metodológica, se observa cómo la categoría bueno obtuvo un 46.7%, mientras que en la categoría alto se ubicaron 29.3% de los docentes, lo que representa un 76% de las respuestas; un 21.3% de los docentes se ubican en el mínimo necesario, y sólo un 2.7% en las categorías insatisfactorio y no desarrollada.
Se observa en el gráfico N° 14 cómo el 40.3% de los docentes afirman tener una categoría de bueno en el desarrollo de la redacción de un artículo de investigación para su publicación, en tanto que en la categoría alto se aprecia un 22.1%, lo que representa un 62.4% de docentes en estas dos categorías; el 23.4% afirman tener el mínimo necesario, un 11.7% no desarrollada y sólo 2.5% insatisfactorio.
El gráfico N° 15 indica que el 30.3% de los docentes tiene competencias a nivel bueno para presentar en un congreso un informe de investigación y el 23.7% tiene competencias a nivel alto, para un total de 54% en estas dos categorías, mientras el 23.7%, tienen el mínimo necesario, el 18.4% no desarrollada y 3.9% insatisfactorio, para un total de 46% en estas tres últimas categorías.
C. En relación a la tercera Dimensión: Competencias Investigativas relacionadas con el saber ser. Sub- Dimensión: Dominio de valores éticos
En la gráfica N° 16, se observa cómo el 64.9% de los docentes se ubican en la categoría alto y 22.1% en la categoría bueno; es decir, el 87% valora los principios éticos de la investigación científica, un 9.1% se ubicó en el mínimo necesario y sólo un 3.9% en las categorías de insatisfactorio y no desarrollado.
El gráfico N° 17 da cuenta de que un 45.3% de los docentes se ubican en la categoría alta para el ítem de asumir el compromiso de realizar y publicar investigaciones inéditas y originales, mientras que el 29.3% se ubica en la categoría bueno; es decir, el 74.6% de los docentes se encuentran entre estas dos categorías, mientras que el 13.3% se ubica en el mínimo necesario, el 9.3% en no desarrollada y 2.8% insatisfactorio.
El gráfico N° 18 señala que 33.8% de los docentes consideran que su competencia es alta en la entrega de proyectos, trabajos y artículos, correspondientes a su ejercicio como investigador, mientras que 29.9% contesto que es buena, lo que hace un total de 63.7%. Por otra parte, para un 20.8% sólo poseen el mínimo necesario, un 11.7 % no han desarrollado esta competencia y únicamente un 3.8% es insatisfactorio
D. En relación a la cuarta Dimensión: Competencias Investigativas relacionadas con el saber convivir: Sub- Dimensión: Formación de Investigadores:
Como se observa en el gráfico N° 19, que da cuenta del desarrollo de la competencia en la cual el docente participa como evaluador o arbitro en revistas científicas, el 44.2% afirma no tener desarrollada esta competencia, mientras que el 18.2% tiene el mínimo necesario y 5.1% insatisfactorio; es decir, el 67.5% de los docentes no participa en actividades de este tipo. El 16.9% tiene altamente desarrollada esta competencia y el 15.6% bien desarrollada, para un total del 32.5% entre ambas.
En el gráfico N° 20, que da cuenta del desarrollo de la competencia del docente como asesor metodológico de trabajos de postgrado, se observa que el 35.5% no tienen desarrollada esta competencia, mientras que un 18.4% tienen el mínimo necesario y 2.7% es insatisfactorio; es decir, el 56,6% de estos docentes no participan como asesor metodológico de trabajos de postgrado; sólo 25% lo han desarrollado de manera alta y 18.4% buena, para un total de 43.4%.
En el grafico N° 21, el 32% de los docentes no han desarrollado la competencia relacionada con su participación como miembro del jurado de trabajo de pregrado, mientras que el 14.7% sólo el mínimo necesario, lo que suma un 46.7% en total; el 29.3% lo ha desarrollado de manera alta y el 24% de manera buena, para un total el 53.3%.
El grafico N° 22 señala cómo un 40.3% de los docentes no tienen desarrollada la competencia para ser miembro de jurados de trabajos de postgrado y un 19.5 % sólo el mínimo necesario, lo que indica que 59.8 % del total de docentes no lo hacen. Únicamente el 23.4% lo han desarrollado de manera alta y 16.9 % de manera buena lo que representa el 40.3 %.
Sub- Dimensión: Habilidad para el trabajo en equipo:
El grafico N° 23 señala que el 45.5% de los docentes no han desarrollado la competencia relacionada con la participación como miembro de consejo editorial en revistas científicas, un 20.8% el mínimo necesario y el 5,8% insatisfactorio, lo que indica que el 72.1% de los docentes no participan; sólo un 22.1% están en la categoría de bueno y 5.8% en la categoría de alto.
El grafico N° 24 evidencia que el 35.1% de los docentes no tiene desarrollada la competencia relacionada con la participación como miembro de comisiones en la organización de eventos científicos, el 16.9% el mínimo necesario y 1,1% insatisfactorio, lo que arroja un total de 53.1%, mientras que un 24.7 se ubicó en la categoría bueno y 19,5 en la categoría alto.
En el grafico N° 25 se observa cómo el 30.7% de los docentes se ubican en la categoría no desarrollada del item miembro de líneas o unidades de investigación, el 25.3% mínimo necesario y 2,6 % insatisfactoria, lo que evidencia que el 58.6% del total de los docentes encuestados no han desarrollado estas actividades, y sólo 22.7% se ubican en la categoría de bueno y 18.7% en la categoría de alto.
CONCLUSIONES
Con respecto a las Competencias Investigativas relacionadas con el saber hacer, los docentes de las universidades privadas de Panamá manejan en niveles alto y bueno las competencias relacionadas con la búsqueda de información, distinguen evidencias científicas de otro tipo de pruebas, contrastan planteamientos y posturas de diferentes autores acerca del fenómeno objeto de estudio.
En cuanto al dominio tecnológico, manejan los paquetes estadísticos computarizados y también muestran habilidades en relación al dominio metodológico del proceso de la investigación, ya que se observa un nivel alto del desarrollo de competencias como redactar los objetivos de la investigación, definir la variable o variables a estudiar, utilizar y describir un procedimiento objetivo y controlado para recopilar la información.
Sin embargo, existe un poco más de dificultad en el desarrollo de las competencias relacionadas con la ejecución de diseños metodológicos de investigación cualitativa, implementar técnicas de investigación cualitativa, desarrollar los procedimientos de análisis de la información cualitativa, pero a pesar de eso es aún un desarrollo bueno y alto.
En las competencias investigativas relacionadas con el saber transferir se observa un dominio de la comunicación de resultados oral y escrita, ya que el docente puede redactar el reporte de investigación con orden y estructura metodológica, así como redactar un artículo de un informe de investigación para su publicación y presentar en un congreso un informe de investigación.
Los resultados de las competencias investigativas relacionadas con el saber ser, indican que los docentes valoran los principios éticos de la investigación científica y asumen el compromiso de realizar y publicar investigaciones inéditas y originales, además de cumplir puntualmente con la entrega de los productos intelectuales correspondiente a su ejercicio como investigador.
Para las competencias investigativas relacionadas con el saber convivir, en la Formación de Investigadores, los docentes no han desarrollado estas competencias, no participan como evaluador o arbitro en revistas científicas, asimismo no realizan las asesorías metodológicas de trabajos de grado y de postgrado, e igual es muy bajo el porcentaje de docentes que ha desarrollado habilidades para participar como miembro de jurado en trabajos de pre y postgrado.
Tampoco han desarrollado competencias relacionadas con el trabajo en equipo, un alto
porcentaje no participan como miembros del consejo editorial en revistas científicas y tampoco
participan como miembros de comisiones en la organización de eventos científicos, ni como
miembro de líneas o de unidades de investigación.
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