EDITORIAL

Microbiota intestinal. Un indicador que repercute en la salud humana

Gut microbiota. An indicator that has an impact on human health

Gloria Libertad Condori-Huanca
Universidad Católica Boliviana San Pablo Dirección General de Unidades Académicas Campesinas Unidad Académica Campesina de Pucarani Provincia Los Andes - Pucarani Av. Avaroa s/n La Paz - Estado Plurinacional de Bolivia Tel: +591-73253389 E-mail: gloriach_345@hotmail.com, Bolivia
María Luisa Rodríguez-Andrade
Universidad Católica Boliviana San Pablo Dirección General de Unidades Académicas Campesinas Unidad Académica Campesina de Pucarani Provincia Los Andes - Pucarani Av. Avaroa s/n La Paz - Estado Plurinacional de Bolivia Tel: +591-73253389, Bolivia

Current Opinion Nursing & Research

Universidad Católica Boliviana San Pablo, Bolivia

ISSN: 2707-4676

ISSN-e: 2707-4684

Periodicidad: Bianual

vol. 5, núm. 1, 2023

editornursingresearch@gmail.com



Current Opinion Nursing & Research

El intestino humano es considerado un órgano complejo dadas las funciones que desempaña, y el gran número de géneros y especies bacterianas que alberga en su interior. Se ha postulado que el "tracto intestinal (TI) tiene la más abundante y diversa población de bacterias del cuerpo humano", formando un reservorio con una superficie interna de 200 m2 aproximadamente, 100 veces la superficie del área de la piel1.

Desde la boca al ano, más de 10 trillones (> 1013) de microorganismos habitan normalmente en el tracto gastrointestinal (TGI) de cada ser humano2. Esta comunidad simbiótica formada por miles de especies microbianas (pertenecientes a los dominios Archaea , Bacteria y Eukarya, además de virus) participan activamente en la fisiología interviniendo en procesos como la respuesta inmune, absorción de energía/nutrientes, metabolismo de glicanos, aminoácidos isoprenoides, xenobióticos, metanogénesis, biosíntesis de vitaminas, producción de hormonas3-6. La microbiota intestinal también participa en la defensa contra patógenos por mecanismos como la resistencia a la colonización y la producción de compuestos antimicrobianos, el desarrollo, maduración y mantenimiento de las funciones sensoriales y motrices gastrointestinales, permeabilidad intestinal, la barrera intestinal y el sistema inmune de la mucosa7. Sin embargo, la actividad de estos microorganismos va más allá del tracto gastrointestinal, afectando la función de órganos distantes como cerebro, hígado, páncreas, músculos o el tejido adiposo8.

El tracto gastrointestinal constituye una interfase muy sensible para el contacto y comunicación entre el individuo y el medio externo. Varios factores endógenos y exógenos están involucrados en la microbiota intestinal, como el método de parto de un recién nacido, respuesta inmune, dieta, antibióticos, características genéticas, otras drogas, infecciones, ritmo diurno y exposiciones microbianas ambientales9,10. Para la perfecta homeostasis, el sistema tiene que distinguir claramente entre patógenos o patógenos potenciales, de un lado, y microorganismos comensales en simbiosis con el anfitrión, de otro. Si esta interacción no es adecuada, la homeostasis entre la carga antigénica ambiental y la respuesta del individuo puede fallar. Ello puede repercutir en el desarrollo de patologías de disregulación inmunitaria frente a estructuras antigénicas propias (autoinmunidad), incluyendo la propia microflora (enfermedad inflamatoria intestinal), o estructuras antigénicas del ambiente (atopia)11.

En este contexto, los nuevos tratamientos (incluido pre/probióticos) como el trasplante de microbiota fecal12, la nutrición personalizada, la educación dietética y la actividad física13 pueden ayudar a restablecer y/o preservar la composición de la microbiota intestinal, cambiando el eje cerebro-intestino y disminuyendo el riesgo de patología14. Generar y mantener diversidad en la microbiota es un objetivo clínico para la promoción de salud y la prevención de enfermedades.

Literatura Citada

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2. Bäckhed F, Ley RE, Sonnenburg JL, Peterson DA, Gordon JI. Host-bacterial mutualism in the human intestine. Science 2005;307(5717):1915-20. DOI: https://doi.org/10.1126/science.1104816

3. Samuel BS, Shaito A, Motoike T, Rey FE, Backhed F, Manchester JK, et al. Effects of the gut microbiota on host adiposity are modulated by the short-chain fatty-acid binding G protein-coupled receptor, Gpr41. Proc Natl Acad Sci USA 2008;105(43):16767-72. DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.0808567105

4. Bäckhed F, Ding H, Wang T, Hooper LV, Koh GY, Nagy A, et al. The gut microbiota as an environmental factor that regulates fat storage. Proc Natl Acad Sci USA 2004;101(44):15718-23. DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.0407076101

5. Cani PD, Bibiloni R, Knauf C, Waget A, Neyrinck AM, Delzenne NM, et al. Changes in gut microbiota control metabolic endotoxemia-induced inflammation in high-fat diet-induced obesity and diabetes in mice. Diabetes 2008;57(6):1470-81. DOI: https://doi.org/10.2337/db07-1403

6. Gill SR, Pop M, Deboy RT, Eckburg PB, Turnbaugh PJ, Samuel BS, et al. Metagenomic analysis of the human distal gut microbiome. Science 2006;312(5778):1355-9. DOI: https://doi.org/10.1126/science.1124234

7. Barbara G, Stanghellini V, Brandi G, Cremon C, Di Nardo G, De Giorgio R, et al. Interactions between commen-sal bacteria and gut sensorimotor function in health and disease. Am J Gastroenterol 2005;100(11):2560-8. DOI: https://doi.org/10.1111/j.1572-0241.2005.00230.x

8. Sekirov I, Russell SL, Antunes LC, Finlay BB. Gut microbiota in health and disease. Physiol Rev 2010;90(3): 859-904. DOI: https://doi.org/10.1152/physrev.00045.2009

9. Lu S, Cai Y. Bacterial molecular syringe for drug delivery. Cell Host Microbe 2023;31(6):917-9. DOI: https://doi.org/10.1016/j.chom.2023.05.005

10. Zhernakova A, Kurilshikov A, Bonder MJ, Tigchelaar EF, Schirmer M, Vatanen T, et al. Population-based meta-genomics analysis reveals markers for gut microbiome composition and diversity. Science 2016;352(6285):565-9. DOI: https://doi.org/10.1126/science.aad3369

11. Guarner F. Papel de la flora intestinal en la salud y en la enfermedad. Nutr Hosp 2007;22(Suppl 2):14-9.

12. Koszewicz M, Jaroch J, Brzecka A, Ejma M, Budrewicz S, Mikhaleva LM, et al. Dysbiosis is one of the risk factor for stroke and cognitive impairment and potential target for treatment. Pharmacol Res 2021;164:105277. DOI: https://doi.org/10.1016/j.phrs.2020.105277

13. Bai J, Hu Y, Bruner DW. Composition of gut microbiota and its association with body mass index and lifestyle factors in a cohort of 7-18 years old children from the American Gut Project. Pediatr Obes 2019;14(4):e12480. DOI: https://doi.org/10.1111/ijpo.12480

14. Singh RK, Chang HW, Yan D, Lee KM, Ucmak D, Wong K, et al. Influence of diet on the gut microbiome and implications for human health. J Transl Med 2017;15(1):73. DOI: https://doi.org/10.1186/s12967-017-1175-y

Notas

Conflictos de intereses: No hay conflictos de interés.

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Agradecimientos: A la revista Current Opinion Nursing & Research (CONR), por permitirnos expresar la opinión sobre este tema delicado.

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Consideraciones éticas: Se realizaron las consideraciones éticas respectivas.
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