Artículos
Breve sumario de las investigaciones realizadas en el área arqueológica de El Trapiche, Chalchuapa, 1953-2019
A brief summary of the research conducted at El Trapiche archaeological site in Chalchuapa, 1953 - 2019
Revista de Museología Kóot
Universidad Tecnológica de El Salvador, El Salvador
ISSN-e: 2307-3942
Periodicidad: Anual
núm. 11, 2020
Aprobación: 01 Noviembre 2019
Resumen: Las investigaciones en El Trapiche han sido fundamentales para comprender una de las dinámicas culturales más tempranas en Chalchuapa y en El Salvador, por lo tanto, es fundamental determinar los factores que llevaron al desarrollo de las investigaciones arqueológicas en este grupo de estructuras, así también cómo estas se han desarrollado en los últimos años y los resultados e interpretaciones que han sido propuestas.
Palabras clave: Arqueología - Historia - 1953-2019 - El Trapiche, Chalchuapa, El Salvador, Excavaciones arqueológicas - El Trapiche, Chalchuapa, El Salvador, Restos arqueológicos - El Trapiche, Chalchuapa, El Salvador.
Abstract: Archaeological studies in El Trapiche have been fundamental in order to understand one of the earliest cultural dynamics in Chalchuapa and El Salvador, hence the need to determine which factors led to the development of archaeological research in the group of structures at El Trapiche, as well as how these have been conducted in recent years in addition to the results and interpretations that have been proposed.
Keywords: Archaeology - History - 1953-2019 - El Trapiche, Chalchuapa, El Salvador, Archaeological excavations - El Trapiche, Chalchuapa, El Salvador, Archaeological remains - El Trapiche, Chalchuapa, El Salvador.
Introducción
Desde la identificación del área arqueológica de El Trapiche en 1953 por Alfred V. Kidder y su asociación con el periodo preclásico temprano, el interés en el estudio de este sitio arqueológico ha sido fundamental para el desarrollo de las investigaciones arqueológicas en Chalchuapa. Y para la creación del conocimiento sobre la Arqueología en El Salvador, a continuación, se propondrá un breve sumario sobre todas las exploraciones realizadas en El Trapiche y su impacto en las investigaciones arqueológicas, tanto nacionales como internacionales.
Investigaciones realizadas por la Universidad de Pensilvania 1953-1970
William R. Coe, tenía interés en el horizonte preclásico en Honduras y Guatemala, pero sabía poco sobre El Salvador, solo se tenía conocimiento por las investigaciones de Stanley H. Boggs en “San Andrés y Tazumal sobre los períodos clásico y postclásico”. (Casasola, 1975, p. 715).
Se eligió el sitio Arqueológico El Trapiche, para ser excavado, debido a una colección superficial realizada en 1953 por el Dr. Alfred V. Kidder, quien visitó el sitio con el señor Percy C. Madeira Jr.; y basados en una colección superficial de cerámica, se dedujo que la ocupación del sitio era del período preclásico (Coe, 1955, p. 14-15).
En estas excavaciones participó el señor Arthur Stitzinger, miembro del Museo Universitario de Pensilvania, y la señora Coe (Coe, 1955, p. 16). Coe, identifica ocho montículos relacionados con El Trapiche y discute que el octavo, por su distancia, podría ser considerado parte de la zona denominada Casa Blanca (Coe, 1955, p. 17).
En las investigaciones realizadas en 1954, se excavaron los montículos 3 (E3-3) y 6 (E3-6), mientras en los montículos 1 (E3-1), 2 (E3-2) y 8 (E3-8) solo se realizaron pozos de sondeo (Coe, 1955, p. 17).
El montículo 3 presentó una extraña estructura construida con canales hechos con paredes de barro ‛azul’ quemado, cuyo relleno eran tiestos, vasijas quebradas, obsidiana y partes de figurillas; mientras que el montículo 6 difería en su arquitectura al ser construido con una secuencia de pisos de adobe suaves, sobre una plataforma de adobe muy profunda sin presencia del uso de barro como en el montículo anterior. Ambos montículos poseían el mismo tipo de cerámica y artefactos, pero no se encontraron entierros (Coe, 1955, pp. 19-20).
Un contexto similar se encontró al sur de la Estructura 6 de Casa Blanca
(Coe, 1955, p. 14).
Posterior a las investigaciones realizadas en 1954 por William R. Coe, todo el material arqueológico fue confiscado por el gobierno, dado que Coe trató de sacar del país todos los materiales para analizarlos, cuyas investigaciones se mantuvieron en suspenso hasta 1966 cuando Coe animó a Robert J. Sharer a analizar este material, el cual se localizaba en las bodegas del Museo Nacional “David J. Guzmán” (Sharer, 1978, p. 5).
Es basado en este análisis de las colecciones recolectadas por Coe, que Sharer decide realizar excavaciones adicionales en El Trapiche en 1967. Estas excavaciones incluyeron (Sharer, 1978, p. 5) “...una trinchera axial en la parte inferior de la parte sur del montículo más grande de Chalchuapa, la estructura E3-1...” (Sharer, 1978, p. 5). Asimismo, se hicieron pozos de prueba tanto en otras áreas de El Trapiche como en la Laguna Cuzcachapa (Sharer, 1978, p. 5), por estos estudios se identificó la primera evidencia de material del periodo preclásico temprano (1200-900 a. C.). También fueron identificadas cuatro esculturas de piedra en el eje arquitectónico del montículo E3-1, las cuales estaban relacionadas con el periodo preclásico tardío (Sharer, 1978, p. 5). Además, sobre estas esculturas se identificó por primera vez una capa de ceniza volcánica relacionada con el final del periodo preclásico (Sharer, 1978, p. 5), la cual ahora se conoce como Tefra Tierra Blanca Joven o TBJ, siendo parte de la erupción del volcán Ilopango; de esta Dull propone que ocurrió en el 535 d. C. (Dull et al, 2010, p. 1), mientras que Kitamura es más prudente y proporciona un período en el que pudo ocurrir “…entre 393 y 561 años [cal AD] (2sigmas) y entre 335 y 540 años [cal AD] (2sigmas) …” (Kitamura, 2009; en Shione, Shigeru y Akira, 2010, p. 828), por lo tanto, con seguridad esta erupción ocurrió entre el 393 y el 561 d. C.
Basado en las investigaciones realizadas entre 1954, 1966 y 1967, en El Trapiche, fue que Robert J. Sharer realizó su disertación de doctorado en 1968 (Shione, 1978, p. 5).
Las exploraciones determinaron que era necesario profundizar las investigaciones para documentar la ocupación del periodo preclásico en Chalchuapa, así como también para conocer la secuencia cultural total de esta ciudad, por eso se crea el Chalchuapa Archaeological Project en 1967, cuyo director del proyecto sería William R. Coe, y el director de campo, Robert J. Sharer, financiado por el University Museum de Pensilvania (Sharer, 1978, p. 5).
Luego de realizar la colección superficial y pozos de prueba en 1968, se iniciaron las excavaciones en 1969 durante cinco meses en El Trapiche y Casa Blanca, así como también en la laguna Cuzcachapa y la finca Las Victorias (Sharer, 1978, p. 5). Es en esta misma temporada que se retoman las excavaciones de 1967 en El Trapiche, continuando la trinchera axial o eje arquitectónico “C” en la estructura E3-1 (Sharer, 1978, p. 5).
En resumen, se realizaron seis investigaciones o temporadas en El Trapiche por el equipo de la Universidad de Pensilvania en 1953, 1954, de 1966-1967, de 1968, 1969 y 1970 (Sharer, 1978, p. 6-7).
Rescate Arqueológico en la estructura E3-7, 1977-1978
Entre 1977 y 1978 se realizó el salvamento arqueológico en la estructura E3-7 de El Trapiche por el Dr. William R. Fowler Jr. En esta investigación se determinó que esta estructura fue construida en el periodo preclásico tardío; también Fowler propone que esta estructura fue creada como un montículo funerario de múltiples episodios y que contenía los cuerpos de 33 individuos o entierros en el relleno constructivo, interpretados por el autor como evidencia de sacrificios humanos (Fowler, 1984, p. 603), aunque la teoría del montículo funerario es discutible.
Investigaciones realizadas por la Universidad de Nagoya, 2012-2019
Las investigaciones en El Trapiche, dirigidas por el Dr. Nobuyuki Ito, en conjunto con la Universidad de Nagoya, Universidad de Estudios Extranjeros de Kyoto, Universidad Hirosaki Gakuin, Universidad de Toyama y Universidad Tecnológica de El Salvador, iniciaron en marzo de 2012, en su primera temporada con base en la hipótesis de que la disposición espacial de las esculturas vinculadas con las culturas olmeca y maya temprana siempre se encontrarían al frente de las estructuras y en las plazas rodeando los edificios. En ciertos momentos estas presentaban alineamientos paralelos al eje arquitectónico de las estructuras. Así también, esta disposición de las esculturas es la misma que la encontrada en los sitios arqueológicos Izapa, San Lorenzo, La Venta, Kaminaljuyu y Tak´Alik Ab´aj; y se ha mantenido en los diversos hallazgos tanto en Casa Blanca, como en El Trapiche (Nobuyuki et al., 2015, p. 749).
Basado en esta hipótesis de trabajo, se diseñó la investigación auxiliados por un sondeo geofísico realizado por la Tanaka Geological Corporation para identificar anomalías en el subsuelo, las cuales serían traducidas como posibles estructuras arqueológicas y posibles esculturas (Nobuyuki et al., 2015, pp. 749-750).
En estos ocho años de investigación, se han realizado dos etapas del proyecto, en las cuales se llevaron a cabo cinco temporadas de campo en la etapa 2012- 2014 (Nobuyuki et al., 2015, pp. 749-750) y siete temporadas de campo en las etapas 2015-2018. En la actualidad de lleva a cabo la octava temporada (Febrero- Abril 2019) y se ha hecho un gran trabajo; también se han identificado grandes descubrimientos en estas temporadas, entre los cuales están el levantamiento topográfico con estación total del área arqueológica y el hallazgo de diferentes rasgos arquitectónicos relacionados con piedras alineadas, y principalmente el hallazgo de diversas esculturas in situ, como dos cabezas de jaguar estilizados (Nobuyuki et al., 2015, pp. 751-752), las cuales suman cinco encontradas en El Trapiche, dado que el equipo de la Universidad de Pensilvania registro otras tres cabezas de jaguar; también se encontró un fragmento de estela esculpida y un altar liso (Nobuyuki et al., 2015, p. 751); esto durante la etapa 2012-2014.
Mientras que en la etapa de investigaciones 2015-2018 se identificaron rasgos arquitectónicos de piedras alineadas, que Nobuyuki Ito identifica como la división de un recinto sagrado, y diversas formaciones troncocónicas, a la vez se identificó una estela cuya fecha estaba relacionada con el 7 Baktún de calendario de cuenta larga maya (Nobuyuki y Stuart, 2019).
Nuevas interpretaciones sobre las Cabezas de Jaguar Estilizadas
El concepto de cabezas de jaguar estilizadas, fue planteado y discutido en un artículo que se publicó en 1940 por Francis D. Richardson, titulado “Non-Maya Monumental Sculpture of Central America”; y tienen como características, pertenecer al preclásico tardío, además de localizarse en un área de 3.000 km2 al este del rio Paz, y se definen como esculturas de caras estilizadas, las cuales eran talladas en basalto, andesita y escoria volcánica (Paredes Umaña, 2012, p. 7). Durante las investigaciones realizadas por Nobuyuki Ito entre 2012 y 2019 se dieron nuevas interpretaciones relacionadas con las dos cabezas de jaguar estilizadas, específicamente en el contexto de las cabezas identificadas in situ, al sur de la estructura E3-1 en El Trapiche, donde describe, en su interpretación, que:
Se encuentra el ojo izquierdo o este de la Cabeza 2 en el extremo oriente. Y el ojo derecho u oeste de la Cabeza 1 se ubica en el poniente extremo de los cuatro ojos de las dos Cabezas de Jaguar Estilizadas. Así el ojo izquierdo de la Cabeza 2 se ubica más cerca del sol naciente, o en donde nace el sol, mientras el ojo derecho de la Cabeza 1 más cerca del sol poniente en donde el sol entra al inframundo. Por esta razón, el ojo izquierdo de la Cabeza 2 está vivo y el derecho de la Cabeza 1 muerto, correspondiendo al sentido de la actividad del sol… (Nobuyuki et al., 2015, p. 752).
Este estilo escultórico ha sido estudiado por Federico Paredes, el cual propone como el núcleo de las cabezas de jaguar a la zona ubicada en el sureste de Mesoamérica, del cual determina que esta permite la exploración de los símbolos locales y las dinámicas regionales como procesos complementarios en la formación de las sociedades complejas tempranas, al examinar cómo diversas tradiciones escultóricas pueden ayudar a iluminar las dinámicas de la vida social durante el periodo preclásico tardío (Paredes Umaña, 2012. p. vi); y se plantea como una representación de un comportamiento mágico-religioso relacionado con el chamanismo que está vinculado con la centralización del poder político en dicho período en el contexto de la construcción de estados tempranos. En este sentido, los cultos de los gobiernos tempranos utilizaron los símbolos representados en las cabezas de jaguar como estrategias para legitimar su poder, además, el estudio de esta perspectiva de las cabezas de jaguar se plantea como una oportunidad para comprender el cambio social (Paredes Umaña, 2012. p. vi), y por qué no decirlo, el cambio cultural regional en ese mismo período.
Sobre las Cabezas de Jaguar estilizadas, Ito propone que la denominación de Cabezas de Jaguar estilizado es inexacta para el estilo escultórico, dado que no es posible definir a un solo animal como el referente tallado en cada una de estas esculturas estilizadas, pues es necesario considerar distintos aspectos de cada elemento representado en las esculturas, mediante un estudio comparativo con los animales representados en el arte prehispánico en Mesoamérica (Nobuyuki, 2017, p. 7). Romero Sandoval (Nobuyuki, 2017, p. 18); propone que el culto al murciélago surge paralelamente en Mesoamérica y en Sudamérica; y basado en las investigaciones de Eguiarte (Nobuyuki, 2017, p. 18-19) se han identificado características morfológicas en piezas prehispánicas de murciélagos de las familias Phyllostomidae Centurio senex y Vampirum spectrum (Nobuyuki, 2017, p. 19); la característica principal representada es el apéndice nasal, u hoja nasal, la cual se identifica en algunas cabezas de jaguar como una cresta sobre su nariz, denominada cresta sagital, además presentan hendiduras en la parte superior de la boca similares al murciélago Centurio senex (Nobuyuki, 2017, p. 19).
Comentarios finales
De esta forma, durante las investigaciones realizadas en la zona arqueológica de Chalchuapa han sido identificadas alrededor de 58 estructuras grandes y 87 pequeñas (Sharer, 1978, p. 3). También en estas se dieron diversos hallazgos:
…se encontraron esculturas en varios estilos culturales y regionales, como olmeca, maya, tolteca y azteca… …En las áreas de El Trapiche, Casa Blanca y Tazumal, se han encontrado unas estructuras (más) altas en las que se hallaron más de 30 esculturas monumentales. La mayoría de las esculturas no tienen datos arqueológicos mediante excavaciones científicas; sin embargo, según investigaciones anteriores, algunas de ellas fueron colocadas al frente de la estructura o en la plaza rodeada por las estructuras. Por los pocos datos arqueológicos, es muy difícil reconocer su posición cronológica y cultural… (Nobuyuki et al., 2015, p. 749).
Además, se ha encontrado una gran cantidad de figurillas, algunas analizadas por Bruce Dahlin (Sharer, 1978) en la década de los 70 y muchas más por analizar, como también se ha identificado mucha cerámica que todavía está en proceso de análisis debido a que las investigaciones continúan en la actualidad.
Conclusiones
Las investigaciones arqueológicas en El Trapiche, en sus distintas etapas, han sido fundamentales para despertar el interés de arqueólogos e investigadores en los yacimientos arqueológicos de Chalchuapa, y han sido fundamentales para crear el conocimiento que se posee actualmente de la región, por lo tanto, restauración y conservación del grupo arqueológico de El Trapiche es imprescindible para el interés tanto nacional como de la humanidad misma, dado que nos ayuda a comprender las dinámicas culturales regionales e interregionales que nos ayudan a construir la historia de las culturas prehispánicas, para comprenderla mediante el hallazgo y análisis de sus restos materiales. Actualmente las investigaciones en El Trapiche siguen dando sorpresas, y esperamos que en el futuro las investigaciones sigan y se puedan socializar con el público en general para ayudar a cimentar la identidad salvadoreña.
Referencias
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