Artículos

Primera lectura a El túnel de Ernesto Sábato

Rubén Fúnez
Universidad Tecnológica de El Salvador, El Salvador

Revista de Museología Kóot

Universidad Tecnológica de El Salvador, El Salvador

ISSN-e: 2307-3942

Periodicidad: Anual

núm. 9, 2018

ramon.rivas@utec.edu.sv



DOI: https://doi.org/10.5377/koot.v0i9.5911URI:http://hdl.handle.net/11298/441

Introducción

La primera pregunta que me suscitó el libro de Sábato, El túnel, una vez que lo abrí fue ¿qué significa un túnel? Pienso que la pregunta vino suscitada, quizá, por lo que han dicho que afirma el psicoanálisis sobre túneles y laberintos; de todos modos, fue una inquietud que ha acompañado la lectura de la novela, desde su primera página hasta la última. La segunda pregunta, que además ha servido de conducción heurística, ha sido ¿por qué Castel mata a María? Todos los lectores sabemos que la novela va a ser el relato de un asesinato, que me llevó a pensar en la Crónica de una muerte anunciada, de G. Márquez, por eso, pienso que tenemos que saber cuáles son las razones para que se pueda llevar a cabo un hecho así.

Y en la novela de Sábato la pregunta es mucho más importante porque Castel piensa que la única persona en el mundo que ha comprendido sus cuadros es precisamente María, entonces uno no puede dejarse de preguntar: si esto ha sido así, cómo es posible que opte por matarla. La tercera pregunta ha sido suscitada ante el empeño del grupo de lectores con los cuales estuvimos leyendo la novela de entender la trama como una mera novela romántica, en la que una calculadora María se burla de un enfermo Castel, frente a ellos quise que comprendieran mejor tanto a Castel como a María como metáforas que simbolizan experiencias humanas. De hecho, el mismo Castel afirma que “todo esto tiene algo que ver con la humanidad en general ¿comprende?” Por lo tanto, lo que hay que preguntarse es qué simbolizan Castel y María. Y la cuarta pregunta que me suscitó la lectura por su presencia agobiante a lo largo de toda la novela ha sido qué significa necesitar a otra persona. La necesidad que dice tener Castel de María es desesperante.

En primer lugar ¿qué significa un Tunel? Digamos que se trata de el modo como Castel ha decidido vivir su propia vida. Castel está preso en su individualidad, y por eso no ve el panorama completo, y se experimenta solo. Un tipo como Castel se mueve únicamente en lo que parecen las cosas, por eso vive angustiando, porque no tiene ninguna seguridad que lo que parece, sea. Nuestro personaje nos muestra en cada instante que sólo a partir del análisis del lenguaje no se le aclaran las cosas, sino que más bien lo lleva a la locura. Hay en Castel, como agazapada, una maldad destructiva, una maldad con la que busca herir haciendo sentir a quien hiere profundamente culpable. Creo escuchar la frase entre dientes y con infinito desprecio que dirige a María: “engañando a un ciego”. La saeta no va encaminada a incriminar el engaño, sino que a quien se engaña sea a alguien tan vulnerable, pero no lo hace porque el ciego le importe, seguramente le importa un adarme, lo que pretende es hacer sentir culpable, y lo hace, no desde un sentimiento que busca ayudar al otro, sino desde su infinita maldad, desde su endurecido corazón. Cuando herimos a alguien nos herimos a nosotros mismos, ¿cómo ocurre esto? Herimos donde se nos ha herido. Entonces lo hacemos sacando lo peor que hay en nosotros mismos. La ofensa manifiesta nuestro más íntimo disgusto. Un disgusto que aumenta en la medida en la que ofendemos, el que ofende, en lugar de sentirse satisfecho con su ofensa, experimenta que su malestar consigo mismo aumenta más. Entonces, lo que tenemos en común con el ofendido es que no podemos defendernos; al que herimos porque están a expensas de nuestra maldad, y a nosotros mismos porque desconocemos los mecanismos últimos que nos lleva a herirnos. ¿A quién es, en rigor, a quien nos gustaría causarle daño? Evidentemente hay una especie de disgusto contra uno mismo, cosa que ya no se puede remediar. En este caso y, quizá solo barruntado borrosamente, hay una especie de rebeldía hacia la autoridad, y lo penoso de este asunto es que se trata de la autoridad en abstracto, el fantasma de la autoridad. Por lo tanto, un hombre como Castel está reñido con la autoridad, por eso hace tanto daño a María. ¿Cómo se gesta el problema con la autoridad? cuando estando en una situación de indefensión, experimentamos que hemos sufrido de una injusticia, que la sufrimos en dolorosa impotencia y, peor aún, quien nos ha hecho la injusticia no se reconoce ni culpable, ni responsable por su falta y el que la sufre se experimenta víctima: ha sido abusado y no puede defenderse, por ello desprecia la autoridad. Pero la frase acusadora de Castel recuerda el hecho, el terrible hecho de la separación en la que estamos los seres humanos, separación que se vuelve casi irreversible cuando nos herimos de ese modo; hay frases que suspenden de manera definitiva el puente capaz de unir el espíritu humano. Esto lo vive María con intensidad. María tiene pena de un ser humano de la calaña de Castel. Sabe que Castel es un caso perdido, sabe que no hay nada que hacer. ¡qué dolorosa situación es esa en la que estamos los seres humanos cuando estamos absolutamente convencidos que ya no hay nada que hacer respecto a aquellos que amamos! Castel tiene razón, algunas veces la soledad es tan mezquina, que solo es soledad en tanto anula al otro; pero, a todas luces, esa soledad no es el “ambiente” en el que somos mejores, más bien se trata de una soledad en la que somos peores ¿Por qué? Porque si sólo vemos lo despreciable que son los seres humanos, lo sucio, lo feo, lo incapaces, mezquinos que son, (otros adjetivos utilizados por Castel: la envidia, la petulancia, la grocería, la avidez humana, la estupidez, la ceguera, el egoísmo, la crueldad, los hombres son sucios, la fealdad, la incapacidad, la avidez, la grosería, la mezquindad, la hipocresía, la frivolidad, la impenetrabilidad, la arpía, la solterona, silbido de víbora, imbécil, puta, monstruo ridículo, infecto personaje), no me cabe la menor duda que aquello, con lo que estamos en contacto con nosotros mismos, sea lo feo, y grosero, como feos y groseros me parecen los demás. En ese túnel que nuestro personaje decidió hacer de su vida, hay momentos en los que se suspenden amarras, que sin valorar las consecuencias se actúa irreflexivamente, sin importar el daño que nos podemos causar o el daño que podemos causar a alguien más, nos dejamos ir, simplemente nos dejamos ir aunque nos demos en la madre. En definitiva, El túnel de Sábato, es aquello por lo que ha transcurrido la vida de su personaje, en el que no puede disfrutar de su talento, ni de las relaciones con los demás. Y la razón última de vivir en un túnel se debe a su incapacidad para ver belleza en la realidad humana, y se ahoga en la vileza que también es un hecho masivo de los seres humanos. Castel ve un solo lado. Y en esa ceguera consiste su túnel

María: muerte al sentido

Pero la pregunta que ha estado presente a lo largo de la lectura de la novela, y no estoy seguro de haber atinado en su respuesta es ¿porqué Castel mata a María? Lo primero que se me ocurrió fue que Castel, de algún modo, va más allá del evangelio, donde este dice, no hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, Castel afirma no hay amor más grande que matar a quien más amo. A nuestro personaje el mundo le parece algo sin sentido, piensa que este planeta minúsculo corre hacia la nada, en el nacemos, crecemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, gritamos, morimos, es una comedia inútil, entonces tiene sentido querer liberar al ser que más amamos de una realidad sin sentido.


Pero también es verosímil que la mate porque María es la personificación de la distorsión de su realidad. Dijimos que, de algún modo, Castel exige que esta realidad que no tiene ningún sentido, sea asumida en toda su autenticidad. Se trata, para nuestro personaje, de una realidad que no da ningún suspiro, cualquier respiro es considerado como un vicio pequeño burgués, o quizá, más en consonancia con Castel, como inautenticidad.

Es el modo angustiado de estar en la realidad. Este modo no es arbitrario, es que solo así estamos capacitados, para comprenderla en toda su plenitud, otro modo podría ser deformante, desde otro modo perderíamos inevitablemente la realidad, y ocurre que María, por momentos, le hace olvidar lo penoso de la realidad, ella la transforma, mágicamente. Entonces María para Castel, es la distorsión más monstruosa que se puede introducir en la realidad. Pero esto que le parece una distorsión es lo que desenmascara a Castel.

Otra razón, quizá más rebuscada, consiste en afirmar que Castel siente que, filosóficamente, ha fracasado ante María, Castel digamos, es el típico personaje que puede dar cuenta con exactitud de cuál es la posición de una partícula en el espacio, incluso, conoce exhaustivamente cada una de las estaciones y de las paradas de buses por las que hay que pasar para llegar hacia donde se dirige, es más puede dar cuenta exactamente para dónde va, es un mago en el uso del lenguaje y puede hilvanar las cincuenta mil interpretaciones que tiene una afirmación, una palabra, una metáfora, y, no obstante, es incapaz de controlar a María; digamos que sobre María no tiene ni la más mínima seguridad; ésta, siempre se le antoja, dice él, como impenetrable. Por eso, poco a poco, Castel va siendo consciente que María no es su sentido. Él busca un sentido, y se ata a María, suponiendo que lo ha encontrado, pero al carecer la vida de un sentido. María tampoco lo es.

La muerte de María es el último vestigio de esperanza, la muerte de María es la absoluta negación del sentido de la vida, cuando creemos haber encontrado un sentido, este se diluye de las manos como el agua, esta situación es insostenible, y por eso no queda otro camino que anular aquello que nos erigimos como sentido. ¿qué podría estar mejor dotado de significado que estar tierna, ingenua paradisiacamente enamorado de la belleza y de la juventud de una mujer? Nada, encontrar ese sentido hubiera sido encontrar el fundamento en el cual apoyarse, es encontrar la Physis de los griegos, el Theos de los cristianos, la razón de los modernos.

Sin embargo, la situación de indefensión, de incertidumbre, de perplejidad, de braceo naufrago, se acentúa cuando aquello que se ha buscado y tenido como fundamento se desvela como lo que es, la desfundamentación es absoluta, y Castel no tiene las agallas de un Nietzsche para predicar el super hombre, sino que ante el nudo hecho de la desfundamentación mata al espejismo de fundamento. Ha María no puede asirla, es la desfundamentación absoluta, por eso tiene que destruir el sentido que se había construido, destruyó su autoengaño.

Las preguntas que me quedan flotando en la cabeza son ¿tenemos que, para estar auténticamente en el mundo, tener que matar a nuestra María? ¿Tenemos que suponer que todos tenemos que negar cualquier fundamento?, ¿tenemos que predicar un tiempo de desfundamentación?, ¿tendremos que decir con Nietzsche: Dios ha muerto? No lo creo.

Razón y sensibilidad

¿Qué simboliza Castel?, ¿qué simboliza María? Mi pregunta no es neutral, porque María me encanta, pienso que si todos los hombres pudiéramos relacionarnos con las mujeres como lo propone María, la vida de los seres humanos, simplemente sería más linda. Pero bueno veamos qué tipo de metáfora es cada uno de nuestros personajes.

Castel ante todo es un personaje que se presenta, como alguien que tiene como principal manía querer encontrar explicación a todos los actos de la vida. Y es posible que todos los actos de la vida no tengan necesariamente una explicación psicológica, sino que puede ocurrir que tengan una explicación fisiológica, química, qué sé yo, quizá orgánica, pero nuestro personaje se empeña en querer encontrar un significado estrictamente psicológico a todo, y por eso muchas veces se encuentra como perdido ante todas las posibles interpretaciones que puede tener un acto, una palabra, una acción, etc.

Y ante la impotencia de encontrar una respuesta que explique lo que por definición puede tener innumerables respuestas, pelea, se agrede a sí mismo; Castel, desde esta perspectiva, es el típico personaje que, a pesar de su talento, no está a gusto consigo mismo; la otra noche hice la imaginería siguiente: quise suponer que me invitan a una fiesta y que con quien me encontraba era conmigo mismo; ante esta situación me pregunté, ¿podría ser yo, para mí mismo un buen amigo de velada? y el sentimiento que se me vino en seguida fue, ¡caramba!, que aburrido tener que estar en una fiesta acompañado de mí mismo, es decir, al menos para mí no sería un buen amigo de velada, esto mismo le ocurre superlativamente a Castel, no puede estar consigo mismo, no se soporta a sí mismo, por esa razón está siempre peleando contra sí mismo.

En algún momento en la lectura de la novela se me ocurrió pensar, que Castel es la apuesta por la ciencia, y que la ciencia mata la sensibilidad, la belleza, la comprensión, etc. El análisis del lenguaje, dije en esa ocasión, no sólo no nos aclara las cosas, sino que puede llevarnos a la locura. La lógica no sólo te hace ver demonios, sino que puede ocurrir que no te devele necesariamente la realidad; lo lógico puede hacer de la realidad un monstruo de mil cabezas. Es imposible encontrar paz únicamente asentado sobre certezas claras y distintas; la paz solo es posible encontrarla cuando la experiencia te lo demuestra, todo lo demás son fantasmas de nuestra tiránica lógica.

La dificultad estriba en que la problemática está desenfocada, Castel hace “cuestiones” de palabras, cuando alguien se hace alguna pregunta, dicha pregunta proviene de su relación con las cosas, pero, en el caso de Castel, proviene de su relación con el lenguaje, piensa que el problema está en las palabras, y las palabras frecuentemente nos juegan malas pasadas. ¿Qué hay en las palabras que son capaces de determinar definitivamente una relación?, en este momento no lo sé, Pero lo que sí sé, con absoluta claridad es que debemos ser cuidadosos con las palabras, porque las palabras, no hieren el cuerpo, sino que matan el alma. Es todo, lo que por ahora tengo que decir de Castel.

y de María, ¿qué podría decir? Mucho de lo que podemos afirmar de María puede deducirse de los hombres con los que hace su vida. Vive con un hombre ciego, fue amante de un hombre depresivo, que acabó suicidándose, se involucra con un hombre calculador, y, finalmente, con un hombre que vive aislado, solo, al que termina cuidando antes de ser asesinada por Castel. Claro, la gran pregunta que esto me suscitó fue ¿por qué atrae al mismo tipo de hombres?, ¿qué tiene María para que sea el mismo perfil de seres humanos que terminan dependiendo de ella?, es una inquietud que espero sea esclarecida en la medida en la que nos adentramos en la descripción de esta personaje.

Si nos atenemos al caso de su relación con Castel, ella descubre en la pintura de aquel, digamos como un aire de familia. La estancia, a la que regularmente se escapa, es, para decirlo en palabras de la espiritualidad ignaciana, su Betania, es el lugar en el que descansa, en la que vive con mayor intensidad su soledad, y por lo visto, la densidad de dicha soledad es vivida junto al mar, ahí a la orilla de la mar. Esta experiencia suya la ve reflejada en la pintura de Castel, la pintura le sirve como de revelación, se descubre a sí misma. ¿Qué es lo que descubre?, que su soledad no se agota en ella misma, que la soledad parece que es una experiencia de la que está grávida toda la realidad, no es cosa de María, es que la realidad es así. Lo que por ejemplo hace pavonearse a Castel haciéndole creer que es lo que lo vuelve especial respecto a todos los seres humanos, a María, le parece más bien algo que la vincula con todos ellos, pienso que por ello está comprometida con esa realidad.

Lo primero que me llama la atención respecto a esta interpretación es su matrimonio con Allende, que dicho muy rápido es el personaje que mejor describe a Castel, cuando con rabia e impotencia lo llama insensato, es decir, carente de toda sensibilidad, y esta carencia es la que lo trastorna, la que lo hace un monstruo; pues bien si Castel es el Insensato, María es la sensatísima, es decir, la rebosante de sensibilidad.

¿Qué significa la ceguera de Allende?, pienso que significa la vulnerabilidad, la incapacidad de atenderse a sí mismo, la dependencia completa de los otros, María es el soporte de Allende, el su fundamento, el apoyo de Allende y ella lo tiene completamente claro, y este sentimiento no lo vulnera nada. De hecho, es el mismo Castel quien mejor describe a María cuando en algún momento


Doctor y Filósofo Rubén Fúnez

exclama: “cuánta más pureza de espíritu y cuanto más valor se requiere para sobrellevar la existencia de la miseria humana”, María Carga sobre sí esa miseria de la que Castel quisiera desentenderse.

Es increíble, pero María no vive con culpabilidad, la supuesta infidelidad a su esposo, piensa que lo realmente importante permanece inalterado; tengo que decir en seguida, que la novela no afirma la promiscuidad de María, la supuesta relación con Hunter, es simplemente producto de las maquinaciones del cerebro calenturiento de Castel, y la relación con Richard fue anterior a la de Castel, es decir, el sentimiento que vincula a María a Castel es real, es auténtico, es veraz, sin embargo, el laberíntico cerebro de Castel hizo imposible poder sintonizar adecuadamente con dicho sentimiento. María está unida a Castel por una veta profundamente humana, por la soledad de los seres humanos, pero Castel es incapaz de ser consciente de este vínculo, van en direcciones opuestas.

Pienso que esta es la tragedia humana: que en lugar de fortalecer lo común, los seres humanos tiramos hacia distintas direcciones, y tiramos fuerte, por eso estamos a punto de romper todo vínculo de hermanos, es la ciencia tirando hacia un lado, y la sensibilidad tirando hacia el otro. Pero volvamos a María, de algún modo, la manera como María ha optado por estar en la realidad, le permite tener una visión completa de dicha realidad, en este sentido, en un primer momento quiere poner en el cuadrante adecuado el comportamiento de Castel, por eso es, tolerante, por eso da muchas veces signos de comprensión, y por lo mismo da la impresión que las maquinaciones de Castel, no la resienten, además es crédula, si Castel le pide perdón ella cree en su sinceridad y aunque pueda parecer alterada,

como cree, puede regresar a su estado de normalidad, no es que sea voluble, es que es comprensiva, en algún momento, mientras leía la novela apunté que María se ha “conformado” a esa parte de Castel y por eso no pierde el dominio, Castel puede parecer que va a naufragar, pero María se mueve al compás del naufragio, Castel desespera, María está arraigada a lo que está ocurriendo, es más coherente con las opciones de Castel que éste con sus mismas opciones, la opción de Castel es teórica, la opción de María es existencial, la vida para Castel ocurre en las palabras, en la explicación, la vida para María ocurre en la realidad de la existencia, Castel trabaja con razonamientos, María trabaja con los sentidos, Castel evalúa las posibilidades con las que cuenta para golpear un clavo, María martillea, por eso María es más segura que Castel, G. Márquez dijo alguna vez, que los trabajos manuales te vuelven seguro, yo agrego que los trabajos intelectuales podrían volverte inseguro.

Esta actitud de María me permitió describirla como hierática, inalcanzable, insobornable, imposible de manipular, el amor que siente por Castel, no le impide ignorar aquello en lo que cree, aquello por lo que ha optado. María encontró, en Castel, aquello con lo que se afanaba, “buscar ciegamente a alguien, una especie de interlocutor mudo”, pero Castel no encontró a quien buscaba: el absoluto control sobre alguien.

A nuestra personaje, desde la perspectiva en la que la venimos describiendo, la tiene sin cuidado el que él no la escuche. Ella habla para sí misma y en la medida en la que lo hace, se va comprendiendo y vive esta experiencia sin ninguna pena, ni pesar; en cambio Castel, al pensar que tuvo que prestar atención a María y no hacerlo lo hace sentir estúpido; ella se hace mientras recuerda, él se envilece más mientras se culpa, aunque, de algún modo, ambos están en lo suyo, María lo vive en paz, Castel lo vive con angustia. Por eso María tiene pena de un ser humano como Castel, Sabe que Castel es un caso perdido, sabe que no hay nada que hacer. Es dolorosa la situación de los seres humanos que están absolutamente convencidos que ya no hay nada que hacer respecto a aquellos que amamos.

A María le Salió mal su encuentro con Castel. No dudo que Castel era al ser humano que buscaba, que escuchaba sin oír, y que hablaba sin hablar. Sin embargo, la pasta de la que estaba hecho Castel simplemente era mala pasta. Castel se convirtió en el verdugo de María. María sacó el lado más penoso de Castel y el amor de aquella, fue incapaz de liberarlo del infierno en el que vivía, una relación así sencillamente acaba en asesinato.

La necesidad, o una relación materna no resuelta

Finalmente, ¿qué significa necesitar a un ser humano? ¿Cuál es la raíz de la necesidad de Castel? Digamos que nuestro personaje está como perdido, bracea hacia ningún lado, sabe bracear, sabe la química, la física, la fisiología, la neurología, etc, del braceo, es un experto en braceo, no obstante, no sabe

hacia dónde bracear, supongamos que lo sabe, lo que ignora es el para qué bracear hacia ese lugar, da lo mismo bracear en círculo o bracear para cualquier destino, en otras palabras, nuestro personaje está perdido, está como extrañado de todo lo demás. En esta situación aparece María. Y aparece como una especie de faro hacia dónde dirigirse, María es nada más y nada menos que la dirección, que el punto de llegada, la meta de Castel. Por esta razón se quiere adherir a ella, por eso quiere hacer de ella su posesión, y por esta misma razón es por la que comienza a tener una sensación de necesidad angustiante de María y es capaz casi de rogarle, “prométame que no se irá nunca más. La necesito, la necesito mucho”

A Castel no le preocupa que se desaparezca una tarde, siempre y cuando regrese, a Castel le preocupa que desaparezca de modo definitivo, y la razón, me parece clara, Castel ha encontrado su salvación, María lo ha sacado de su propio infierno, el infierno no son los otros, el infierno consiste en ser muy mal compañero de sí mismo, más bien “la otra” es el cielo abierto, al que queremos de modo definitivo. La necesidad surge del hecho de no tener ninguna garantía de que lo que vislumbramos como nuestra salvación sea con la que podamos contar a nuestro arbitrio.

Al no contar con dicha garantía, aquello que necesitamos se nos vuelve más imperioso cuando no lo vemos. Es que la mirada es de algún modo un medio que nos permite la posesión de las cosas, con la mirada podemos entrar en el interior mismo de aquello que vemos. Me llama la atención el modo como algunos describen la mirada, afirman tenía una mirada desafiante, una mirada escrutadora, una mirada penetrante, todos son modos de decir que con la mirada podemos acceder al interior de lo que miramos y tomar posesión de lo que miramos, desde esta perspectiva Castel puede afirmar “necesito verla”, sigue con la necesidad de poseer, de tener seguridad sobre aquello que necesita, y por ello es capaz de pensar “esa simplicidad me daba una vaga idea de pertenencia, una vaga idea de que la muchacha estaba ya en mi vida y de que, en cierto modo, me pertenecía”.

En el caso de nuestro personaje en ¿dónde está una posible causa de esta situación de indefensión afectiva en la que se encuentra? La novela va dando algunos indicios que nos pueden permitir formular una hipótesis razonable de una posible causa.

A pesar que María es mucho más joven que Castel, quien realmente se siente como un niño es este último, esta imagen es importante tenerla presente para formular bien nuestra hipótesis, la mayor dificultad de Castel consistió en haberse quedado como un niño en las cosas afectivas, es un genio en la pintura, pero no es más que un niño en las relaciones afectivas, un niño al que se embauca fácilmente para que hagan las cosas que los adultos les exigen; se trata de una realidad que muchas veces se experimenta como abuso e indefensión y de las que sin embargo, al no contar con los recursos para entenderlas se tiene que

entregar como un chico con su madre, al menos en una ocasión Castel confiesa que ante sus berrinches, María le acariciaba la cara “como su madre cuando chico” y ponía su cabeza sobre su regazo y así quedaban “un tiempo quieto, sin transcurso, hecho de infancia y de muerte”. La necesidad de Castel está muy vinculada a la necesidad que tiene de su madre.

En definitiva, tenemos una novela de la que cada cual puede tener sus propias claves de lectura, pero para ello, hay que leerla, a la que los invito muy calurosamente

Referentes bibliográficos

El túnel. Madrid: Cátedra.

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