DOSSIER: LITERATURAS RESILIENTES. RELATOS DE RESISTENCIA POLÍTICA, SOCIAL Y ECOLÓGICA/ RESILIENT LITERATURES. STORIES OF POLITICAL, SOCIAL AND ECOLOGICAL RESISTANCE
Recepción: 12 agosto 2024
Aprobación: 19 septiembre 2024
Resumen: En este trabajo se presenta y analiza la tercera publicación del escritor argentino Nicolás Colfer, la novela marica La reina del Paraguay (2024), con el objetivo de postular su pertinencia para el corpus de literatura argentina utópica/distópica ubicada en el delta ya estudiado por Pérez Gras (2023). Se destaca en esta obra la presencia tanto de deseos utópicos en los personajes como de utopías realizadas con diferentes resultados. A partir de comunicaciones personales del autor, se compara el final que la novela tenía en su primera versión con el final escogido para la presente edición. Esto permite considerar la relevancia del pensamiento utópico en la actualidad y los aportes que pueden hacerse a ello desde la literatura queer.
Palabras clave: utopía, distopía, literatura queer, literatura argentina, delta.
Abstract: This paper presents and analyzes the third publication of Argentine writer Nicolás Colfer, the queer novel La reina del Paraguay (2024), with the aim of postulating its relevance to the corpus of Argentine utopian/dystopian literature located in the delta already studied by Pérez Gras (2023). The presence in this work of both utopian desires in the characters and utopias realized with different results is highlighted. Based on personal communications from the author, a comparison is made between the ending that the novel had in its first version and the ending chosen for the present edition. This allows us to consider the relevance of utopian thought today and the contributions that can be made to it from queer literature.
Keywords: utopia, dystopia, queer literature, Argentine literature, delta.
La tercera y más reciente obra de Nicolás Colfer, la novela marica La reina del Paraguay (2024), fue publicada en la colección Exprés de la editorial Ojo de loca, que, según su presentación, está «dedicada a libros que son publicados como con urgencia» (Editorial Ojo de loca, s. f., párr. 1). Ciertamente, hay mucho de urgente en esta obra, tanto en la escritura (breve y materializada en pocos meses) como en su trama, que no solo pone sobre la mesa el ecocidio y otras formas de violencia más actuales que anticipatorias y que ameritan nuestra alarma, sino que, además, alude de forma directa a la realidad política argentina de este mismo año, de modo que ficción y realidad se entrecruzan, cada vez más cruelmente, a medida que pasan los días.
Como veremos, nos encontramos frente a una obra que entronca en el corpus ya analizado por Pérez Gras en «Utopía y distopía en el delta de la Cuenca del Plata» (2023), pues dialoga con la tradición argentina de ubicar utopías/distopías en el delta e incluso aporta al «giro reciente del retorno de la posibilidad de la utopía» (p. 169).
En línea con el estilo de grandes escritores queer latinoamericanos, como Lemebel y Copi, aquí Colfer nos presenta, con un lenguaje desenfadado, a un grupo de locas lectoras que buscan refugio en el delta, tironeadas, de un lado, por la distopía presente y concreta de un gobierno antiderechos y el fuego intencional que arrasa la naturaleza a su alrededor, y, por otro, por la utopía distante, pero siempre próxima, a través de rumores y recuerdos del reino que la tía Lulú habría construido entre las comunidades tupíes a partir del momento en que fue colocada en la lancha equivocada para no regresar jamás. De esta manera, esa utopía, imposible fuera de la novela, pero siempre en el límite del pacto lector dentro de ella, funciona como estrategia resiliente que permite a las protagonistas resistir en un mundo demasiado parecido al apocalipsis, aunque también demasiado parecido al nuestro.
La novela, entonces, inicia con una reunión del Club de Lecturas Maricas a fin de año en un complejo de cabañas en el delta para otorgar premios que celebren la trayectoria de sus encuentros. Es en esa ocasión que la tía Lulú, «un señor pelado con un humor muy ácido y unos arranques de ternura que nos daban mummy issues» (Colfer, 2024, p. 11), se sube a la lancha equivocada y pronto explica la circunstancia con un mensaje de texto que aclara tanto como oscurece: «Nenas qué confusión! Estoy siendo secuestrada x unos muchachos divinos. Me llevan al Paraguay para explotarme sexualmente. Por fin!! Tiro el cel, pero ya encontraré una forma de comunicarme. BSS [emoji de beso]» (2024, p. 13).
A partir de aquí, a través de postales dirigidas a una de ellas, Lali, la tía Lulú sostendrá la esperanza colectiva en un futuro mejor en el que se mezclan imaginarios en torno a las cautivas blancas del siglo xix y la trata de personas con fines de explotación sexual actual, cruzados, a su vez, por una carga erótica propia de la literatura pornográfica amateur.
El capítulo finaliza, sin embargo, con el discurso de Lali sobre cómo será el fin del mundo «para nosotras», las locas entre las que se incluye la voz narradora, y la urgencia de «hacer algo» para combatir, desde su lugar, los males que se avecinan.
De ese modo, el segundo capítulo inicia con la manera en que una de ellas, el Papu, se infiltra en la Casa Rosada para obtener pruebas de que el presidente mantiene una relación incestuosa con su hermana, la «Boss», quien tiene un despacho allí, solo separada de él por «la suite del embajador de USA» (2024, p. 19). La posibilidad de que la tía Lulú viniera al rescate cuando la situación se volviera peligrosa las anima a subir un video incriminatorio a la plataforma X. Por supuesto, las descubren enseguida, y una declaración oficial señala el Club de Lectura como una fachada «de una organización que producía fake news para degenerar la realidad» (2024, p. 22). Elon Musk aparece para bajar el video de X, y las locas van cayendo de a una, mientras una cadena nacional confirma que su intento de desbaratar el gobierno fracasó.
En el tercer capítulo, la narradora consigue escapar al delta, donde se encuentra con otras locas. Allí se descubre que hay incendios constantes en la zona y que, ya fuera por eso o por el calentamiento global, el agua es cálida, lo cual se conecta con la dimensión religiosa que va adoptando la tía Lulú: ella les había dicho que «un subidón de temperatura podía alterar gravemente las cosas» (2024, p. 26). Esta imagen de Lulú como figura religiosa irá creciendo, por ejemplo, cuando la Nahuel del Cóndor, después de plantear que Lulú invadirá la Argentina desde el Paraguay de manera de vengar la guerra del siglo xix, convulsiona, cual si hubiera tenido una visión.
Desde entonces, las locas permanecen ocultas en una pequeña isla, donde conocerán a otras figuras marginales como el norteamericano Gary Remo, quien viene del Paraguay y confirma que «there is this queen, you know, the most incredible woman I've ever lived to see» (2024, p. 27); las Jesis, dos lesbianas que se dedican a combatir los incendios que producen las inmobiliarias; la Dino, una travesti que también tendrá visiones como la Nahuel del Cóndor; la Leopold, una admiradora del Club que nunca consiguió entrar y que, desde el inicio, se presenta como una suerte de antagonista patética; y Dani, un hombre silencioso que, sin mucha dificultad, puede asociarse a los carteles de «SE BUSCA», que lo delatan como asesino prófugo. Junto a este grupo, las locas conformarán una comunidad lejos de lo ideal, pasando hambre y sed, sin vida sexual y con las fuerzas del orden siempre al acecho. Aunque ocasionalmente se reparten tareas, la mayor parte del tiempo las locas están fumadas, en un rescate del valor de la improductividad.
El contexto político acelera la narración, pues finalmente el video filtrado tiene el efecto de expulsar a los hermanos de la presidencia, por lo que asume la otrora vicepresidenta, Bichacruel, caracterizada como una Dama de Hierro, cuyo gobierno encuentra un nexo entre «los indios», con quienes ya se inició una guerra de proporciones épicas, y «los maricas esos que hacían faque nus» (2024, p. 44). Acorraladas por las fuerzas de seguridad, los incendios y los conflictos internos, el Club termina de disolverse, y las locas caen, una a una, en la muerte. El final del penúltimo capítulo recupera la importancia de la imagen de la tía Lulú como esperanza de una utopía posible, envuelta en la dimensión religiosa que ya se señaló:
No nos merecemos esta muerte. Igual pienso, un poco por costumbre y porque es lindo pensar así, que esta isla va a arder más que cualquier otra, que va a ser como un faro a lo lejos y que, finalmente, cuando la reina del Paraguay descienda desde el norte con su ejército, va a saber que fue acá donde ardieron sus devotas. (2024, p. 72)
En una entrevista privada, el autor comentó que, en la versión original de la obra, escrita en solo diez días de diciembre de 2022, este era el final (comunicación personal, 6 de mayo de 2024). Siguiendo a Fredric Jameson, esta primera novela no representa «una sociedad perfecta, sino que presenta el acto de imaginar una sociedad perfecta […], representa el deseo utópico en lugar del cumplimiento de la utopía» (2006, p. 71). Ese puro deseo tiene también un valor, pues, como indica Muñoz, «esos sentimientos utópicos pueden verse frustrados, y con frecuencia eso es lo que sucederá. De todas maneras, resultan indispensables para la acción de imaginar una transformación» (2020, p. 42).
Si, como dice Jameson (2006), la utopía siempre expresa un anhelo de comunidad, podría incluso decirse que la novela propone dos utopías: la primera, la posibilidad de que las locas vivan juntas en el delta al margen de la ley, se realiza y, por lo tanto, sale mal y pierde la dimensión abstracta que le permite ser perfecta; la segunda se mantiene en un espacio del deseo, lo cual habilita, en cierto grado, a que mantenga su efectividad. Al final del día, toda la novela trata de esa sociedad maravillosa que las locas imaginan dirigida por Lulú. Es una novela sobre la esperanza y la imaginación. Las locas pasan el día fumadas, hambrientas, inútiles: lo único que vale la pena es imaginar ese futuro, incluso más que la supervivencia.
Sin embargo, en diciembre de 2023, Colfer decide incorporar en su manuscrito alusiones a la política argentina reciente y agregar un último capítulo, titulado «El mejor lugar del mundo». Allí, la narradora despierta en una isla tomada por Lulú y su ejército tupí. Ya no hay humo, todos los personajes aliados de las locas están vivos, y el pelo de Lulú es como el de Gloria Trevi. En aquella suerte de locus amoenus erótico con pasto, sol y chongos, la voz narradora explica el milagro: la tía Lulú, en efecto, había iniciado una guerra y ocupado las provincias del norte del país. En una discusión en persona con Bichacruel, Lulú consiguió que liberaran a las locas presas y que le cedieran los terrenos ya conquistados. «Solo una marica puede poner en su lugar a una mujer tan mala», dice (Colfer, 2024, p. 77). Incluso se detiene en los pormenores geopolíticos:
Los yanquis no van a negociar las provincias ocupadas; entendemos que, finalmente, para ellos es como sacarse un peso de encima. Además, nos ceden la navegación del Paraná. Total, con la soja y el litio les alcanza y les sobra. (2024, p. 77)
Al realizarse, la utopía adquiere características específicas y, por lo tanto, excluyentes: es la utopía de las locas, y ni siquiera de «todas» las locas (recordemos cuánto se insiste en que la Leopold nunca será parte del Club). Pero es justamente porque aquel universo no es seguro para algunos, que sí lo es para las protagonistas de este libro, quienes por fin ven todos sus deseos cumplidos, después de haber sido expulsadas de Buenos Aires, primero, y de su rincón en el delta, después.
Colfer consideró que el cambio en la coyuntura política requería una literatura de la esperanza, que celebrara las formas del placer, del ocio y de la identidad misma que hoy se encuentran cuestionadas, aunque más no fuera a través de este capítulo extra a medio camino entre la realidad y la fantasía, en el cual conviven el esfuerzo por encontrar una resolución verosímil con un claro clima de ensueño, ocasionalmente resaltado por elementos sobrenaturales como la presencia de una sirena con cola de sábalo (Nicolás Colfer, comunicación personal, 6 de mayo de 2024).
Si hasta ahora, como lo ha demostrado la investigación realizada en el contexto del proyecto «Literatura argentina especulativa en el siglo xxi», asentado en la USAL, en nuestra literatura han predominado las distopías, es válido preguntarse, junto con Colfer, en qué medida una distopía hoy puede dar lugar a la resistencia o, por lo menos, a una capacidad de resiliencia mínima que permita la supervivencia en un presente cada vez más desolador.
Pérez Gras (2023) ya ha demostrado que, en la Argentina, se cumple la hipótesis que Raffaella Baccollini planteó en 2004 para la literatura anglosajona: en la literatura especulativa de mujeres, hay un claro giro hacia la utopía. El texto de Colfer posibilita abrir ese corpus y pensar en el lugar de la literatura queer que, de hecho, ya estaba presente en el corpus de Pérez Gras a través de, por ejemplo, Las aventuras de la China Iron, de Cabezón Cámara. En ese sentido, puede ser valioso recordar la apreciación de Muñoz sobre la relevancia de la estética queer a la hora de pensar el futuro:
Lo queer es un modo estructurante e inteligente de desear que nos permite ver y sentir más allá del atolladero del presente. […]. Algunas personas dirán que lo único que tenemos son los placeres de este momento, pero no debemos conformarnos nunca con ese movimiento mínimo; tenemos que soñar y actuar placeres nuevos y mejores, otras formas de estar en el mundo y, básicamente, nuevos mundos. […]. La estética, especialmente la estética queer, a menudo contiene huellas y esquemas de una futuridad incipiente. (2000, pp. 29-30)
Quizás sea nuestra tarea, ahora, identificar cuál es el tipo de utopía que podría verdaderamente impulsar el cambio que necesitamos. El apocalipsis es ahora, y nos hacen falta todas las herramientas que estén a nuestra disposición para sobrevivirlo.
Referencias
Colfer, N. (2024). La reina del Paraguay. Ojo de loca.
Editorial Ojo de loca. (s. f.). La reina del Paraguay - Nicolás Colfer. https://www.ojodeloca.com.ar/expres/la-reina-del-paraguay-nicolas-colfer
Jameson, F. (2006). Arqueologías del futuro. Una charla de Fredric Jameson. El Viejo Topo, (219), 68-73.
Muñoz, J. E. (2020). Utopía queer. Caja Negra.
Pérez Gras, M. L. (2023). Utopía y distopía en el delta de la Cuenca del Plata. Confabulaciones. Revista de Literaturas de la Argentina, 5(9), 169-186.