DOSSIER: LITERATURAS RESILIENTES. RELATOS DE RESISTENCIA POLÍTICA, SOCIAL Y ECOLÓGICA/ RESILIENT LITERATURES. STORIES OF POLITICAL, SOCIAL AND ECOLOGICAL RESISTANCE

Análisis desde una Perspectiva Feminista del Cuento «Dónde estás corazón», de Mariana Enríquez

Analysis From a Feminist Perspective of the Story "Dónde estás corazón", by Mariana Enríquez

Jorgelina Beatriz Orellana
Universidad Nacional de Salta, Argentina

Gramma

Universidad del Salvador, Argentina

ISSN: 1850-0153

ISSN-e: 1850-0161

Periodicidad: Bianual

vol. 35, núm. 73, 2024

revista.gramma@usal.edu.ar

Recepción: 02 septiembre 2024

Aprobación: 30 septiembre 2024



Resumen: La producción narrativa argentina actual se ha convertido en el escenario propicio para re-preguntar y re-presentar múltiples realidades, sean estas felices, traumáticas, de angustia o de denuncia urgente. En este trabajo se abordará el análisis del cuento «Dónde estás corazón» de Mariana Enríquez (2019), título que nos sugiere como tema la búsqueda; no obstante, desde clave feminista se indagará el juego sutil que teje la autora para combatir la figura tradicional de la cultura heteropatriarcal, como lo es el mandato de cómo, cuándo y a quién amar.

«Dónde estás corazón» nos interpela de modo tal que el lector atraviesa un sentimiento de estar ante un relato construido con el afán de mostrar una historia de una joven fetichista que siente atracción, placer y excitación por sujetos enfermos. Sin embargo, va más allá porque con ello nos lleva al origen de una infancia marcada, condenada y arrebatada, el acoso se transforma en lo obsesivo que vuelve, una y otra vez, hasta explotar y aniquilar.

El personaje nos introduce en su realidad y nos interpela a pensar en cómo desde la infancia, con el acoso, la observación y la sugerencia, se sientan las bases de lo que puede ser, o es, un duro tránsito cargado de desprecios, rencores y con la necesidad de explotar. Enríquez nos brinda un relato que nos inclina hacia una sensación, o impresión, de acoso y abuso.

Este relato se enmarca en lo que Jaime Alazraki denomina como «neofantástico», el cual toma distancia del fantástico tradicional por los modos de representación.

Palabras clave: narrativa, trauma, fetichismo, neofantástico.

Abstract: The current argentine narrative production has become a suitable setting for inquiring and depicting multiple realities, whether they be happy, traumatic, filled with anguish, or in urgent need of claim. In this paper, we will analyse the short story "Dónde estás corazón" by Mariana Enríquez (2019). The title points to the topic of searching; however, from a feminist perspective, we will explore the subtle play the author suggests to challenge the traditional figure of the heteropatriarchal culture, such as the mandate of how, when, and whom to love.

"Dónde estás corazón" .hallenges the readers in such a way that they encounter a narrative constructed with the aim of showcasing a story of a young fetishist woman who feels attraction, pleasure, and sexual arousement towards wrecked individuals. However, the story goes beyond that because it takes us to the origin of a marked, condemned, and stolen childhood. Harassment becomes an obsession that returns, time and again, until it destroys and annihilates the character. The character introduces the readers to her reality and urges them to think about how, from childhood, with harassment, observation, and suggestion, the foundations are laid for what can be, or is, a harsh journey laden with contempt, resentments, and the need to break out from the situation. Enríquez offers us a narrative that inclines the readers towards a feeling of harassment and abuse. This story fits within what Jaime Alazraki defines as the “Neofantastic”, which distances itself from traditional fantasy through its modes of representation.

Keywords: narrative, trauma, fetishist, neofantastic.

La producción narrativa argentina actual se ha convertido en el escenario propicio para repreguntar y representar múltiples realidades, sean estas felices, traumáticas, de angustia o de denuncia urgente.

Los intentos de revisión panorámica de la narrativa argentina reciente, como los que ensaya Elsa Drucaroff (2011), ubican a Mariana Enríquez en la segunda generación de posdictadura. El asunto, aunque probablemente discutible, en su encasillamiento no deja de resultar acertado en cuanto a que un grupo de autoras han desplazado el interés desde la conflictividad sociopolítica residual de los problemas asociados a la última dictadura militar, todavía ostensible durante la década de 1990, hacia nuevas «manchas temáticas» que redireccionan la mirada, con todos los matices autorales del caso, hacia otras problemáticas «menores», donde se profundiza una observación urticante sobre la(s) individualidad(es) femenina(s) o el conflicto del sujeto mujer(es) y lo sociocultural. Este reajuste resulta vital porque les permite a las escritoras revisar convenciones y deconstruirlas críticamente, desde las estrategias del discurso literario, con el fin de debatir necesarios replanteamientos de lo femenino, la maternidad, los vínculos filiares, etc.; es un contexto más propicio donde la emergencia de los feminismos sociales se instituye como caja de resonancia inequívoca de estos nuevos modos de decir que las escritoras vehiculizan, y junto a los cuales alcanzan, tal vez, mayor visibilidad que la que tuvieron en otros momentos de la historia de la literatura y la cultura argentina.

En este marco general de renovaciones, la producción de Mariana Enríquez constituye hoy un corpus narrativo sólidamente organizado desde las últimas dos décadas, con interesantes puntos de contacto y distanciamiento; situación que lo vuelve un conjunto discursivo óptimo para el análisis de las transformaciones que se observan dentro de aquella problemática mayor como es la emergencia de líneas narrativas recientes de la Argentina.

En este sentido resulta importante rescatar lo que sostienen Mabel Bellucci y Flavio Rapisardi (2001) en torno a las políticas feministas y las luchas sobre la identidad; estos sostienen que, en las sociedades modernas de Occidente, las luchas organizadas y colectivas de las mujeres contra las relaciones sociales y privadas de subordinación atraviesan diferentes etapas secuenciales aglutinadas en cuatro grandes corrientes, a saber: 1) Feminismo de la Igualdad con su vertiente liberal y socialista; 2) Reflujo del Feminismo 3) Women's Lib o Segundo Feminismo con su vertiente del Feminismo de la Diferencia y el Feminismo Radical; 4) Feminismo de la Multiplicidad de Diferencias o Feminismo de la Otredad. Cada una de ellas presenta sus especificidades de acuerdo con los procesos histórico-sociales, a los procesos internos de los movimientos de mujeres y también al marco de sus propios países.

En este trabajo se abordará el análisis del cuento «Dónde estás corazón», de Mariana Enríquez (Los peligros de fumar en la cama) (2019), título que nos sugiere como tema la búsqueda; no obstante, es un juego sutil para expresar aquel horror que la marcó en su infancia y que despierta en la protagonista el deseo fetichista por un corazón enfermo, a la vez que busca y necesita exteriorizar lo que ello le provoca, de forma sesgada, al igual que una cirugía a corazón abierto.

Enríquez nos pone de cara ante una infancia marcada, condenada y arrebatada, el acoso se transforma en lo obsesivo que vuelve, una y otra vez, hasta explotar y aniquilar. «Dónde estás corazón» nos interpela de modo tal que el lector atraviesa un sentimiento de estar ante un relato construido con el mero afán de mostrar una historia de una joven fetichista que siente atracción, placer y excitación por sujetos enfermos.

La protagonista siente el vacío y la necesidad urgente de hallar un corazón enfermo y moribundo que le permita explotar y disfrutar placeres poco usuales.

Este relato se enmarca en lo que Jaime Alazraki (1983) denomina como neofantástico, el cual toma distancia del fantástico tradicional por los modos de representación; incluso puede leerse en clave del fantasy propuesto por Rosemary Jackson (1986).

Para distinguirlos de sus antecesores del siglo pasado propuse la denominación «neofantásticos» para este tipo de relatos. Neofantásticos porque a pesar de pivotear alrededor de un elemento fantástico, estos relatos se diferencian de sus abuelos del siglo xix por su visión, intención y su modus operandi. (Alazraki, 1983, p. 276)

El concepto de neofantástico es descarnado al tomar aspectos y hechos de la realidad ordinaria que parecen no tener nada de «anormalidad», pero, más que nada, ello se debe a que se trata de algo que está naturalizado y que genera pasividad.

«Dónde estás corazón» se ajusta a estos planteamientos porque, eventualmente, habrá quien pueda percibir el placer de la protagonista como algo fantástico, algo que se aleja de la realidad lógica y que puede generar una suerte de desagrado y movilización. El texto comienza con cierta remembranza que nos lleva a su infancia, aquellos momentos donde se pueden rescatar experiencias que le toca vivir:

Tengo tres recuerdos de él, pero uno de ellos puede ser falso. El orden arbitrario. En el principio está sentado en un sillón, completamente desnudo, sobre una toalla, mirando la televisión. No me presta atención: creo que lo espío. El pene descansa entre una mata de pelo negro y la cicatriz que le atraviesa el pecho, es de un rosado oscuro.

En el segundo, su mujer lo lleva de la mano a la habitación. También está desnudo. Me mira de reojo. Tiene el cabello bastante largo, incluso para la época —los años setenta— y no le veo la cicatriz.

El en el tercero me sonríe de cerca, el rostro casi pegado al mío. En el recuerdo me siento desnuda y tímida. Pero no sé si es real; no tiene la misma naturalidad de los otros, pude haberlo inventado, aunque reconozco esa sensación de timidez y vulnerabilidad que con frecuencia se repite en mis sueños. (Enríquez, 2019, p. 111)

Por tanto, de manera sesgada, Enríquez nos brinda un relato que nos inclina hacia una sensación, o impresión, de acoso y de abuso. Hemos de suponer que, ante una situación como esta, el que nos preguntemos si fue o no real nos brinda el supuesto de que, en ciertos contextos y épocas, cosas como estas no se tomaban con toda la delicadeza que ameritan, ya que, siendo niña, se podía, y aun hoy en ciertas creencias o mentalidades, caer en el cliché de que «los niños mienten, inventan e imaginan cosas».

Además de esto, en la historia que se cuenta, podemos identificar un gusto por las novelas victorianas. No es casual el interés por ese tipo de textos, ya que, en ellos, se encuentra un amplio espectro de personajes, emociones y escenarios; sujetos moribundos, enfermedades mortales, amores frustrados, angustias y sinsabores que van en consonancia con los instintos que la atrapan.

A lo largo de este derrotero, esta ávida lectora descubre un placer poco común por ciertas enfermedades, al punto tal de que le resulten atractivas y excitantes, lo cual la conduce en la búsqueda de ese corazón capaz de saciar su curiosidad y placer:

Para ese entonces tenía bastante claro qué me excitaba y qué no, y por eso había desarrollado un creciente tedio hacia las novelas victorianas, donde siempre aparecía algún enfermo, pero nunca se sabía muy bien de qué estaba muriendo. Los tísicos me tienen un poco harta, una vez superado el brutal enamoramiento con Hipólito, el tuberculoso adolescente de El idiota, que duró más de un año. Quería pornografía: los enfermos como Helen, Tedzio o Ippolit eran erotismo, sugerencias. Y siempre eran personajes secundarios. Ippolit era ideal: hermoso, adolescente, definitivamente moribundo y terco y vulnerable y malvado. Pero hablaba mucho y se desmayaba poco. (Enríquez, 2019, p. 115)

Mientras está en búsqueda de aquel amor enfermo, en el texto se introducen pasajes en los que intuimos hechos que han marcado su infancia y su desarrollo hasta desembocar en esta curiosa aventura de placer, fetichismo e incluso venganza.

Este sujeto que ella ve en casa de sus amigas, al cual observa y, tal parece, «la marca» para toda la posteridad, le sirve como antecedente que puede justificar y asumir aquello que la distingue y, a la vez, la diferencia del resto; es por él que se obsesiona y va creciendo una sed de deseo o, si se prefiere, venganza.

Podemos percibir que este relato posee rasgos de neofantástico, a la luz del concepto de Alazraki, porque no se ajusta cabalmente al modelo del fantástico tradicional en cuanto emerge un elemento movilizador, que causa terror en el lector, sino todo lo contrario. Estamos ante la representación de una realidad cualquiera, donde se busca expresar esa otra realidad que convive a la par de esa realidad lógica. Una realidad lógica en la que este personaje trata de evidenciar, en clave metafórica, las vejaciones, humillaciones, abusos, muertes, hábitos, costumbres, entre otras cosas, que deben ser expuestas para liberar de la angustia a quienes fueron o son víctimas.

Además de esto, se observa un fuerte interés por destacar que hay amores y sentires diversos, diferentes placeres que van más allá de lo tradicional. Identificamos pasajes donde asume que sus intereses y esa obsesión por los corazones enfermos es algo que puede resultar «poco convencional» y, pese a eso, manifiesta ese disfrute y el desprecio que le genera ese mandato que establece cómo se debe saciar el placer sexual femenino.

Nada me había dado antes tanta felicidad. Supongo que lo que los hombres y mujeres normales les provoca escuchar gemir de placer al sexo que les guste, a mí me lo provocaba escuchar el latir de esos corazones arruinados. ¡Tanta variedad! ¡Tantos latidos diferentes, todos significando cosas distintas, todos hermosos! (Enríquez, 2019, p. 116)

Hay que sacudir a los sujetos y dejarles ver que, sin ser algo monstruoso (en tanto espectro) ni inexplicable (en tanto sobrenatural), aquello que a veces nos negamos a ver nos debe movilizar, guiar a la comprensión y a tomar una posición menos conformista, más atenta, cuidada y protectora, sin siquiera contemplar los tan mentados límites filiales o de otra índole.

Desde Cortázar, como para destacar uno, podemos pensar en formas de expresión y manifestaciones que no necesariamente deben ajustarse a parámetros clásicos como la emergencia de algún elemento fuera de este mundo para causar horror, movilización o vacilación en el lector.

A esas imágenes de la otredad alude Cortázar en su definición de lo fantástico: «Para mí lo fantástico» —explica— «es la indicación súbita de que, al margen de las leyes aristotélicas y de nuestra mente razonante, existen mecanismos perfectamente válidos, vigentes, que nuestro cerebro lógico no capta pero que en algunos momentos irrumpen y se hacen sentir (Bermejo, 1999, p. 42).

El neofantástico se percibe como una nueva perspectiva que colabora para ir en contra de esa delimitación lógica de la realidad, y de lo que es o no invención. Hemos de ser capaces de afilar la vista en cuanto a lo que se representa.

No necesariamente es un mero hecho estético y literario, sino que también es operativo a la hora de exponer sucesos que marcaron una realidad, un camino y un sentir. Es algo que nos abre la mirada en cuanto a esas otras experiencias que dan cuenta del amplio espectro en las cosas del querer, necesitar o simplemente disfrutar.

Mas arriba de esta exposición se dijo que además del placer y la obsesión instalada en este personaje, se puede percibir una suerte de querer cerrar un ciclo, en tanto se halle algo capaz de suplir o que se asemeje a aquello que marcó. Por ejemplo, vemos que, cuando encuentra a este sujeto moribundo que voluntariamente accede a ser su objeto de prueba, lo refleja con el padre de sus amigas, el sujeto desnudo y con su torso marcado por las cirugías. Sin embargo, no solo queda en la mera comparación y deseo por disfrutar lo que antes no pudo, sino que ello la conduce al punto de querer abrirlo con una sierra.

Ni siquiera protestó cuando le dije que estaba aburrida. Que quería verlo. Apoyar mi mano sobre el corazón despojado de costillas, de jaulas, tenerlo en la mano latiendo hasta que se detuviera, sentir las válvulas desesperadas en un abrir y cerrar a la intemperie. Solo dijo que él también estaba cansado.

Y que íbamos a necesitar una sierra. (Enríquez, 2019, p. 122)

A partir de lo expuesto, creemos que los caminos por explorar se multiplican, el neofantástico y los estudios sobre feminismo se convierten en una caja de resonancia para abordar las nuevas narrativas contemporáneas que están urgentes de denuncia y develación; son recursos que colaboran en el modo de descifrar y comprender.

Referencias

Alazraki, J. (1983). En busca del unicornio: los cuentos de Julio Cortázar. Gredos.

Bellucci, M. y Rapisardi, F. (2001). Identidad: diversidad y desigualdad en las luchas políticas del presente. Teoría y filosofía política. La recuperación de los clásicos en el debate latinoamericano. CLACSO, s. d., 193-207. https://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20100613045508/14

Drucaroff, E. (2011). Los prisioneros de la torre. Política, relatos y jóvenes en la postdictadura. Emecé.

Enríquez, M. (2019). Los peligros de fumar en la cama. Anagrama.

Gonzales Bermejo, E. (1978). Conversaciones con Cortázar. EDHASA.

Jackson, R. (1986). Fantasy: literatura y subversión. Catálogos editora.

Notas

[1] Profesora en Letras por la Universidad Nacional de Salta (UNSa); doctoranda del Doctorado en Estudios sociales y de la cultura-UNSa. Correo electrónico: orellanajorgelina7@gmail.com
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