DOSSIER: LITERATURAS RESILIENTES. RELATOS DE RESISTENCIA POLÍTICA, SOCIAL Y ECOLÓGICA/ RESILIENT LITERATURES. STORIES OF POLITICAL, SOCIAL AND ECOLOGICAL RESISTANCE

La Revista Humi y la Renovación del Campo de la Literatura Infantil

Humi Magazine and the Renewal of the Field of Children's Literature

Marcelo Bianchi Bustos
Instituto Superior del Profesorado en Educación Inicial «Sara C. de Eccleston», Argentina

Gramma

Universidad del Salvador, Argentina

ISSN: 1850-0153

ISSN-e: 1850-0161

Periodicidad: Bianual

vol. 35, núm. 73, 2024

revista.gramma@usal.edu.ar

Recepción: 11 julio 2024

Aprobación: 07 agosto 2024



Resumen: En el mercado de la Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) argentino, se publicó, entre 1982-1983, la revista infantil Humi. Esta revista generó una gran revolución en el campo de la LIJ, pues, considerando la censura de la dictadura cívico-militar, significó un aire de libertad y de experimentación, donde distintos escritores e ilustradores comenzaron a gestar una literatura que sería el germen de lo que sucedería en el renacer democrático. Estaba formada por distintos textos en los que prevalece el recurso del humor y con ilustraciones caracterizadas por lo grotesco, aspectos que resultaron muy atractivos para los jóvenes lectores.

Palabras clave: Literatura Infantil y Juvenil, revistas, Humi, dictadura cívico-militar.

Abstract: In the Argentine Children's and Youth Literature (LIJ) market, the children's magazine Humi was published between 1982-1983. This magazine generated a great revolution in the field of the LIJ, because, considering the censorship of the civil-military dictatorship, it meant an air of freedom and experimentation, where different writers and illustrators began to create a literature that would be the germ of what what will happen in the democratic rebirth. It was made up of different texts in which humor prevails and with illustrations characterized by the grotesque, aspects that were very attractive to young readers.

Introducción

1976-1983 es un período de la historia argentina en el que el terrorismo de Estado, la muerte, la desaparición de personas y los exilios fueron moneda corriente. Para quienes se quedaban y vivían en la Argentina, el miedo y la censura estaban a la orden del día. Arlette Farge (2005) sostiene que «cada época, cultura, clase o grupo social tiene palabras para gritar el escándalo, para decir el miedo, para ahogar su dolor» (p. 16), y, en este contexto histórico, muchas veces, el silencio, como una expresión de lo no dicho por temor, y las palabras «miedo», «prohibición», «muerte», entre tantas otras, formaron parte de la cotidianidad.

Ninguna esfera del arte se libró de la censura, y la literatura infantil, junto con otras publicaciones destinadas a los niños, no fue una excepción. Sin pretender realizar una enumeración exhaustiva, pueden citarse algunas obras o autores censurados en la época como la colección Los Cuentos del Chiribitil, dirigidos por Graciela Montes; La torre de cubos, de Laura Devetach; Un elefante ocupa mucho espacio, de Elsa Bornemann; la obra de José Murillo o la totalidad de la producción literaria de Álvaro Yunque, que morirá en democracia sin ver aquella reeditada, entre tantos otros libros y autores del campo literario argentino y universal.

En medio de ese panorama, apareció la revista Humi, que se presentaba a sí misma como «La revista infantil para crear y aprender». Fue publicada entre 1982 y 1984, con un total de treinta y nueve números. Si bien no tuvo en el mercado el éxito esperado —posiblemente por la competencia con las otras dos revistas que tenían al mismo destinatario y que ya estaban arraigadas en la cultura nacional (mencionadas abajo)—, la revista significó una gran revolución por su estilo y por el lugar desde el cual se gestó y apareció.

Es una publicación que fue editada por Ediciones de la Urraca, una editorial pequeña, cuyo nombre está relacionado con la revista más conocida de la época, que fue Humor, vinculada con el humor en general y con una mirada política, y, luego, Sex-Humor, pero que no había tenido ninguna relación con el mundo de los niños. Tal vez con los antecedentes de los otros productos de la editorial, no parecía esto que fuera el marco propicio para que surgiera un proyecto editorial de calidad y, menos, destinado a los niños y los jóvenes; sin embargo, abrió un camino muy valioso, pues se dieron cita nuevos autores con otras miradas, pero, también, reaparecieron otros que ya escribían desde los años sesenta, aunque habían sido silenciados y abordaron temáticas distintas, no solo por medio de los textos literarios, sino también de los de tipo expositivo-explicativos, que eran de especial importancia para el contexto histórico que se vivía.

Metodología

Este trabajo es de tipo descriptivo, y, para hacerlo, se ha recurrido a la lectura y el análisis de la totalidad de los números publicados de la revista Humi, que forman parte de la hemeroteca de la Biblioteca Nacional de la República Argentina Mariano Moreno.

Si bien las revistas en general constituyen un campo de estudio en constante desarrollo, las investigaciones vinculadas con las que se dedicaron al mundo infantil y, en particular, desde una perspectiva literaria, no son tan numerosas. Se destacan, entre otros, los estudios de Mirta Varela (1993) sobre los próceres en la revista Billiken; de Laura Rea (2023), en el que analiza la cultura infantil y la ciudadanía desde la revista creada por Constancio C. Vigil; de Marisa Greco (2021), sobre los personajes de la revista Anteojito, y de Marcelo Bianchi Bustos (2024), sobre los inicios de la historieta argentina en la Revista Figuritas. En el caso de Humi, como integrante de un complejo circuito cultural, la revista y toda su producción aquí será puesta en relación con la educación, la cultura y la política de la época.

Desarrollo

En el contexto de censura y de prohibición, Humi apareció en el mercado editorial con una propuesta diferente a la de las dos revistas —Billiken, la creación de Constancio C. Vigil que apareció en 1919, y Anteojito, de Manuel García Ferré, que empezó a ser publicada en 1964—, que tenían gran éxito entre los niños y sus familias, pues muchos adultos se habían formado como lectores de estas publicaciones, y esa pasión por este tipo de lectura se la pasaron a sus hijos. Esa diferencia con respecto a sus predecesoras se vincula con el hecho de presentar un formato distinto con una literatura diferente destinada al niño de comienzos de los ochenta y con un profundo uso del humor como recurso tanto en los textos como en las ilustraciones.

Por las páginas de las revistas, desfiló una gran cantidad de escritores, tales como Emma Wolf, Laura Devetach, Gustavo Roldán, Oche Califa, Tabaré, Mirta Goldberg, Hilda Weismann, Ricardo Mariño, Silvia Schujer, Graciela Montes y tantos otros que proponían textos literarios, cada uno con sus características propias. Mientras que para algunos escritores era el inicio de su carrera en el campo de la LIJ, para otros significó la posibilidad de volver a publicar y de compartir el arte de la palabra y de la imagen luego de haber sufrido los efectos de la censura.

La revista generó un gran impacto en los lectores desde el primer número con imágenes muy atractivas por lo disruptoras y distintas a las que era común ver en las otras revistas o en los libros de texto, donde prevalecía una estética naíf frente a las que ofrecía Humi, entre las que se destacaban las del ilustrador uruguayo Tabaré, con una marcada presencia del feísmo. Sus ilustraciones, que acompañaban los textos y las historietas, muchas veces mostraban personajes en situaciones sórdidas que generaban el impacto por lo feo. Esa diferencia con el resto de las publicaciones y con un uso del lenguaje coloquial —plagado de términos del lunfardo, del mundo rural argentino y del habla de los personajes de la televisión— que estaba presente en los cuentos y otros textos, crearon un estilo propio que, a pesar de la corta vida de la revista en el mercado editorial, sentó una base para la literatura posterior.

La imagen era una constante en toda la revista, tanto con ilustraciones como con fotografías. En ese mundo de la imagen que proponía, se destacó una historieta en particular que llevaba por nombre «Humi». En la historieta del primer número, ya se demuestra que se apelaba a un lector distinto; allí los personajes de la historieta saben que forman parte como personajes literarios de una nueva revista.

En esta primera entrega de la historieta «Humi», un niño pide la revista al kiosquero y, cuando la empieza a leer sentado en la plaza, aparecen personajes distintos —un piojo, una pulga que salta llamada Leticia y otra de gran tamaño llamada Paquito Dermo— que conforman un grupo de amigos, que se ven retratados en esa historieta. La admiración de ellos al verse y sus comentarios posteriores hacen que el kiosquero piense —sin exteriorizarlo por una cuestión de buena educación, pero que los lectores lo saben gracias a un narrador en primera persona con un globo de texto que indica su pensamiento— que son unos «¡fanfarrones!».

Tal vez el procedimiento textual usado pueda parecer complejo para un niño, pero era, sin dudas, desafiante, apelando a un lector distinto. Lo mismo ocurre en otra historieta del primer número, «La banda de Nicolás», en la que cinco chicos, Nico, Ernesto, Natacha, Facundo y Andi, desean ser incluidos en la revista, pero reflexionan sobre la necesidad de tener alguna aventura para que eso ocurra.

En lo referente al lenguaje, predomina, como se dijo, lo coloquial con el uso del «che» característico del habla de Buenos Aires y frases o palabras muy comunes en la televisión, como la expresión «¡Uy, mamita querida!», que dice el protagonista, que era una de las frases que caracterizaban el lenguaje del actor cómico José Marrone. Ese uso del lenguaje se puede ver en una noticia publicada en el número 38, titulada «Autobombo. HUMI en Historia de los comics (tiras cómicas, historietas, bah)», que informa a los lectores que, en un fascículo de pronta aparición, estará el nombre de la revista, pues es una destacada publicación de actualidad dedicada a los niños y los jóvenes, con el uso de una estética que solo era usada para el mundo de los adultos. Termina el texto con estas palabras: «¿qué si estamos como pavos reales? ¡Claro, al fin alguien nos lleva el apunte!» (Humi, junio de 1984, (38), p. 4). Las dos oraciones de la cita muestran ese tono coloquial, pues, mientras que, en la primera, se usa una expresión popular al comparar la soberbia por ser considerada como una revista pionera con la postura de los pavos reales por saberse bellos, en la segunda se apela al habla rioplatense al incluir la expresión «alguien nos lleva el apunte», que significa que a alguien le importa y considera lo que se está haciendo o diciendo.

Sobre Nuevos Textos y Paratextos

Graciela Montes, en su obra clásica El corral de la infancia (2002), explica que, mientras que en los períodos dictatoriales existe la censura y la prohibición que generan un encierro de los niños en un corral (metafórico en las palabras de Montes, pero real por medio de las regulaciones del Estado acerca de lo que se podría leer), que tiene la finalidad de «protegerlos» de las temáticas provenientes del mundo exterior, tal como se lo ha caracterizado en la introducción, con el retorno de la democracia, aparecen temas, personajes, tratamientos y autores que habían sido silenciados o sacados de circulación por considerarse que no eran aptos para el mundo de los niños. Humi comienza a circular en los últimos tiempos de la dictadura cívico-militar, y si bien el país no estaba aún en democracia, había una serie de libertades que habían vuelto, y es desde ese lugar simbólico tan importante que la revista comienza a abrir la puerta de ese corral metafórico al que hace referencia Montes. Posiblemente el hecho de ser distinta y estar alejada de las estéticas imperantes hizo que no fuera tenida en cuenta por la censura militar.

Con la «apertura de la puerta del corral», entran otros temas a la revista. Por ejemplo, en el número 2 de la publicación, de una manera incipiente, también aparecen los juegos infantiles como una temática particular, pero en relación con el género. En la historieta «Humi», con texto de Ema Wolf e ilustraciones de Raúl Fortín, se ofrece la imagen típica de un varón con la pelota y la niña con su muñeca, pero un diálogo lleva a generar algo en ella distinto: por un lado, el niño le ofrece a Leticia si quería jugar con él a la pelota, y ella responde en voz alta, en varios cuadros sin darle la posibilidad de un diálogo al niño, acorde con los mandatos sociales: «¿Jugar yo a la pelota? ¿No ves que soy una mujer? ¡Y adónde irían a parar mis muñecas!, ¡pobrecitas! ¿Y yo que le digo a mi mamá si me ensucio, eh?» (Humi, agosto de 1983, (2), p. 2).

Cada vez Leticia se altera más hasta terminar en el suelo lamentándose, pero, al mismo tiempo, exclamando una serie de cosas con una acumulación de palabras y de sentido que dan cuenta del peso que realmente tenían: «¿Y qué voy a hacer con mis rulos?, ¿y con mi vestidito?, ¿y mis medias blancas?» (Humi, agosto de 1983, p. 2). Podría pensarse que cada una de las respuestas de Leticia actúa como una metáfora de los mandatos sociales, de la censura y de lo prohibido, pero con un cierre que genera una ruptura con todo lo dicho, pues, a la manera de Galileo con su célebre frase “eppur se mouve”, se desdice de lo anterior al expresar «¿y me querés decir qué hago con mis rodilleras?» (Humi, agosto de 1983, p. 2).

Tanto en esta historieta como en una gran cantidad de textos, se advierte el uso del humor como un recurso literario que será una marca de estilo de la revista. El uso del humor puede pensarse como una decisión de los escritores, pues al no poder decir muchas veces las cosas de una manera directa —por el contexto dictatorial, por ser temáticas emergentes que aún no formaban parte de los temas y las miradas compartidas por la sociedad, etc.— recurren al humor para hacerlo de una forma distinta. Como señala Bianchi Bustos (2022), «los textos literarios humorísticos son los que apelan al humor, de una manera amena y graciosa, mediante la narración de un hecho, capaz de producir en el lector un estado de alegría» (p. 26).

En esa tira cómica que será una constante a lo largo de los distintos números (con cambios en los ilustradores), irán apareciendo diferentes personajes, algunos, productos de la creación literaria, pero otros procedentes del cine, como sucede con la tira publicada en el número 19, donde los personajes de la historieta viajan al planeta de ET. El protagonista de film homónimo de Steven Spielberg despertó una gran curiosidad en el mundo de los niños, y la revista no se queda al margen, sino que lo usa para crear una historia posterior. Aquí se da un encuentro muy particular y un mensaje a los niños, pues de una nave enemiga se emite un mensaje que dice «¡Jujurujú! renco moco tasrra topron le netapla rase oim … ¡Jujurujú!» (Humi, junio de 1983, (19), p. 2) y un cierre en el que el narrador apela a los niños y les pide que ayuden a la barra de Humi a descifrar el mensaje que, en realidad, está escrito «al vesre», es decir, al revés, un uso común dentro del lunfardo.

Pero además de las temáticas y del uso del humor, la revista jugaba con el lenguaje y esto llamaba la atención en el lector. Una de las secciones se llamó “ANTOLOTUYA”, una palabra que daba cuenta de la apropiación que deseaban que los chicos hicieran de los textos literarios. En el número 19 del año ii:

No, ANTOLOTUYA no es una palabra aborigen de esas que a veces les mostramos en HUMI. En realidad, empezó siendo una ANTOLOMÍA, porque uno empieza eligiendo cosas para MÍ. Pero después dijimos: No, va a ser una ANTOLONUESTRA, porque la elegimos nosotros, pero la leen los chicos también. Pero después dijimos: No, es una ANTOLOTUYA para que la leas y compartas con los chicos del grado y con la maestra. (Humi, junio de 1983, (19), p. 14)

La revista estaba plagada de esos neologismos que son tan importantes en el ámbito de la literatura infantil, pero que no significaban en absoluto una novedad, sino una continuidad con la poética iniciada por J. S. Tallón en 1927 y que desarrollaron magistralmente en los años sesenta María Elena Walsh y Beatriz Ferro, pero que había sido dejada de lado durante la dictadura.

Como «Antolotuya» estaba dirigida a los lectores, luego del nombre de la sección, iban alternándose los mensajes destinados a ellos. Por ejemplo: «A ver, los más chicos: apunten con el dedo índice, saquen la punta de la lengua y em-pie-cen-a-le-er este cuento solitos. Después se lo cuentan a los que no saben» (Humi, año ii, septiembre de 1983, (26), p. 7). Este texto posee un destinario múltiple, que son los más chicos, y en la primera oración se reproduce el proceso de lectura inicial de ir señalando lo que se va leyendo con una marcada lectura silábica pues las palabras están separadas con guiones. En la segunda oración de la cita hay un cambio y se los transforma en mediadores de lectura pues a esos mismos destinatarios, que ya han leído el cuento, les da la misión de ser mediadores de lectura y de contárselo a quienes no lo conocen.

Tanto en esta sección como en otras, aparecieron distintos cuentos para niños —por ejemplo, «Los zapatos del ciempiés», de Graciela Montes; «Un invento muy importante», de Angélica Gorodischer; «Sanchodo curador», un cuento con los odos de Graciela Montes; «Para bajar a un pozo de estrellas», de Marcial Souto; «Martín el titiritero», de Ana Pahn—, pero también otro tipo de textos literarios que, si bien no fue pensado originalmente para niños, desde la dirección de la revista sostuvieron: «creemos que es ideal para los niños» (Humi, año ii, junio de 1984, (38), p. 19); en este caso, incorporaron el cuento «Jugando a Venecia», de la escritora finlandesa Tove Jansson. Se introduce así conceptualmente una tipología textual que constituye el campo amplio de la literatura infantil, que los especialistas denominan «literatura ganada» (Cervera, 2003), que está formada por las obras literarias que no fueron escritas para niños, pero que, por su temática, el uso del lenguaje o su estructura, pueden ser destinadas a este público.

Acompañando a la literatura de autor de calidad, se incluyó un número importante de textos provenientes del folklore literario, tanto en el cuerpo principal de la revista como en algunos de los distintos suplementos que tuvo. Por ejemplo, en «Los cuadernos de Humi», uno de los suplementos que acompañaba a la revista, hay un número especial dedicado a la literatura de tradición oral que fue escrito por Gustavo Roldán, donde hay una serie de aspectos para destacar. Por un lado, se aborda conceptualmente al folklore literario, se lo define, caracteriza y les explica a los chicos que la figura del pícaro podía estar «encarnada» en distintos personajes, que, muchas veces, eran animales que provenían de las diferentes regiones del mundo. El autor menciona que cada folklore nacional posee sus pícaros y presentaba a uno de ellos, el zorro, tan característico de la literatura argentina. También el folklore estaba en atractivas historietas, como «Por qué los perros se huelen la cola», que retoma una leyenda argentina tradicional con guion de María Cristina Thomson y dibujos de Tabaré.

En ese mundo de Humi, se articulaban palabras e imágenes para niños con los que se iba colaborando para construir su camino lector por medio de un entramado que apelaba a su comprensión, análisis y reflexión. Lo novedoso impactaba en los lectores, tal como sucede con la historieta «Humi en barra», del mes de marzo de 1983, donde los personajes conocidos de la barra de Humi salen a disfrutar de un hermoso día de sol, cuando, de repente, todo se oscurece, y los cuadros pasan a ser negros. Los personajes de la tira saben que son personajes literarios y conocen las características físicas de un cómic y, ante la oscuridad y al darse cuenta de que eso ocurrió porque al dibujante se le cayó la tinta china sobre los dibujos, proponen pasar al cuadro de abajo, donde ya están los colores nuevamente; y Humi, mirando hacia el frente, se dirige al ilustrador, Raúl Fortín, y le dice: «¡Cuando se dibuja hay que tener cuidado, pibe…!» (Humi, año ii, marzo de 1983, (13), p. 2).

Acompañando a los textos literarios, aparecieron otros de tipo expositivo-explicativos, escritos por profesionales y académicos de importancia en esos años, como, por ejemplo, el licenciado en Antropología Guillermo Magrassi, que, en «Antes de existir la tierra», explica cómo fue la creación del cosmos, del lenguaje y de los seres humanos según los Mbyá (guaraníes), o para los tehuelches de sur, los habitantes de la Patagonia argentina. Además de estos temas académicos, aparecían otros cotidianos de tipo instructivos, como las recetas de comidas muy sencillas, como el pochoclo o de una mousse de frutilla.

Toda esta información textual, un entramado de textos pertenecientes a las más diversas tipologías, estaba acompañado de un paratexto que también resultaba atractivo para los lectores. Si bien como dice Genette (1987) el paratexto es un elemento auxiliar, un accesorio del texto que sirve de puerta de entrada, de transición o de transacción, en el caso de la revista, el tamaño de la revista, las distintas tipografías utilizadas —desde algunas diferentes como la del logotipo de la publicación hasta otras más estandarizadas para el interior de la revista—, los índices elaborados de una manera distinta, que son mucho más fáciles de leer, las fotografías, las ilustraciones, etc., son todos elementos paratextuales que aportan comentarios e influyen en la recepción.

De los elementos paratextuales, las tapas también constituyeron un cambio. Eran muy atractivas y presentaban collages que, para la época, eran de avanzada, siempre apelando al humor, a la parodia o la ironía. A diferencia de las tapas de las revistas para niños conocidas, aquí había otro tipo de humor presente, similar a las de la publicación para adultos Humor o la conocida revista pionera de fines del siglo xix e inicios del xx, Caras y caretas. Al observar la totalidad de las tapas, estas podrían agruparse de acuerdo con las distintas temáticas que abordaban y que puede verse en la figura 1 donde se observa, solo a modo de ejemplo, la presencia de aspectos políticos (el presidente Raúl Alfonsín y una pregunta para los niños lectores que no sabían qué era un presidente democrático, «¿Un presidente es Papá Noel?»), deportivos (con Osvaldo Ardiles y el «conejo» Tarantini, campeones del Mundial de Fútbol de 1978), históricos (con la imagen de Cristóbal Colón y su clásica nave) y propios del mundo infantil (los cuatro personajes de la tira cómica Humi subidos en un auto para festejar el Día del Libro Infantil).

Figura 1
Figura 1

Cuatro tapas de la Revista HUMI

Nota.

Pero, además, las tapas anticipaban el contenido de las secciones más importantes de cada uno de los números, actuando como una presentación del número de la revista, siendo un elemento de gran importancia para introducir la lectura.

Como toda revista de interés general para niños, si bien tenía secciones fijas, muchas de ellas fueron variando a lo largo del tiempo, pero, en todas, de alguna forma u otra, el humor estuvo presente.

Los Temas de Actualidad y su Mirada en la Revista

Humi, además de «abrir la puerta del corral» (Montes, 2002) con los textos ficcionales, también lo hizo por medio de la realidad histórica y el presente, que va a incorporar en distintos artículos. Como advierte Montes, se trata de un aspecto complejo, pues, históricamente, la historia apareció en los libros escolares y en las revistas para niños despojada de todo conflicto, hecho que le significó al adulto la posibilidad de mantener a los niños dentro del corral, «protegidos» de los peligros y de la realidad para, de ese modo, demostrar su poder.

En la revista se trataban distintas temáticas, algunas que fueron una novedad, y otras, el regreso de temáticas necesarias que habían estado prohibidas hasta el momento en el contexto dictatorial. En la revista número 24 del año ii, se comenzó a explicar a los lectores qué eran las elecciones, haciendo referencia al gobierno de facto, al golpe de Estado y la destitución de un gobierno constitucional. En el artículo se les explicaba a los chicos qué eran las elecciones, por qué los adultos hablaban tanto de política, qué son los partidos políticos, por qué se votaba siempre los días domingo y cerraba ese texto contándoles todo lo que los argentinos podrían hacer al vivir en democracia. Se decía que se podría hacer lo siguiente: «expresar todas las ideas, aunque no concuerden con la del partido que gobierne, organizarnos libremente para realizar tareas en común y defender nuestros derechos en clubes, sociedades de fomento, cooperativas». Y, para darle un cierre aún más interesante, terminaba preguntándoles a los jóvenes lectores qué harían si fueran presidentes.

En este artículo de Humi, se instala el conflicto, a diferencia de las perspectivas históricas propias de la dictadura al afirmar lo siguiente: «Después del 30 de octubre tendremos un gobierno constitucional. Desde 1976 nuestro gobierno es de facto, que quiere decir de hecho, porque se pusieron a gobernarnos de golpe, destituyendo al gobierno constitucional» (Humi, año ii, número 24, p. 34).

Se trata de un texto expositivo-explicativo que apela, en muchos momentos, al lector niño, intentando generar en él la idea de un sujeto democrático. Esta perspectiva y este artículo pionero podrían considerarse antecedentes directos de la colección Entender y Participar, publicada en 1986 por Graciela Montes y Graciela Cabal, editadas por Libros del Quirquincho, y del libro El golpe y los chicos, de 1996, de Montes.

Vinculado con ese compromiso político, apareció un homenaje a los soldados de Malvinas. Los héroes de la guerra aparecieron en sus páginas con una foto y un texto muy breve, en un momento en el que aún se desconocían los horrores por los que habían pasado esos jóvenes: «Estos muchachos estuvieron en Malvinas. Combatieron. Muchos perdieron la vida. Por ellos, trabajemos para que este país no necesite resolver sus problemas con guerras. Humi les rinde hoy su homenaje» (Humi, año ii, número19, p. 20). Oraciones cortas, que se van sumando en la construcción de un sentido para concluir con el homenaje a esos muchachos de la foto que aparece en la revista.

Ese acto de recordar ese pasado tan reciente en el contexto de producción y de circulación de la revista tiene que ver con una perspectiva político-ideológica y una demostración más de un trabajo hecho con la resiliencia y de qué modo fue resignificado el dolor y la censura para generar un producto cultural de importancia.

La revista, con sus editores, escritores e ilustradores, tenía un gran proyecto político acorde con la recuperación democrática y los derechos humanos, pero, además, una concepción implícita de la lectura como un derecho de los niños y los jóvenes. Con la propuesta de una lectura caracterizada por el placer, distinta a la escolar, se puede ver a estos textos como fuentes continuas de acercamiento a la información, al entretenimiento y a la estética, pero, al mismo tiempo, plagada de valores democráticos (Yubero Jiménez y Larrañaga Rubio, 2017). En el número del mes de mayo de 1984, en el artículo correspondiente al homenaje por el Día del Periodista, se dice que hay revistas «que tratan problemas que tienen las mujeres que trabajan fuera del hogar, en las fábricas, en la escuela, en un movimiento político» (Humi, año ii, mayo de 1984, (37), p. 16). Sin dudas, un mensaje muy claro desde lo político, pero que, a su vez, se complementa con la ilustración de la Figura 2, que no está firmada por ninguno de los ilustradores de la revista y que introduce otra temática pionera en esa época, en especial, en una publicación infantil:

Figura 2
Figura 2

Referencia a Madres de Plaza de Mayo

Nota. Fuente: Humi, mayo de 1984, p. 16

Es interesante cómo se menciona a las Madres de Plaza de Mayo en un contexto complejo, pues, si bien el gobierno democrático de Raúl Alfonsín comenzó el 10 de diciembre de 1983, hacia el mes de mayo, la democracia no estaba totalmente fuerte, pero, sin embargo y por una convicción político-ideológica de los que formaban parte de esta revista, que habían sido silenciados, deciden apostar a la presencia de este mensaje claro, que tal vez derivó en alguna pregunta de un niño o un joven a sus mayores en torno al tema.

Ningún asunto de la actualidad quedaba afuera de la revista, por lo que era abordado tanto con textos de opinión como con textos literarios. Uno de los grandes problemas de la Argentina es, a lo largo de la historia, el económico y, en la revista, se hace referencia a la temática, pero desde una perspectiva que podía ser comprendida por los niños. Jugando con el humor, se la aborda en «Está todo por las nubes», donde Laura Devetach hace una crítica a la sociedad de consumo y la falta de recursos del pueblo (Humi, año ii, mayo de 1984, [36]).

El Vínculo con lo Educativo

Durante las distintas administraciones educativas que se desarrollaron en la última dictadura militar, el sistema educativo se transformó en un medio para el disciplinamiento social y el control ideológico, proponiendo la unidad nacional a través de la uniformidad de pensamiento y los próceres ritualizados y textos establecidos por los distintos diseños curriculares, en concordancia con los objetivos de la Junta Militar (Bianchi Bustos, 2020). Desde los diseños curriculares y los libros de texto, se establecía qué se debía leer y se conformaba un canon literario particular en el que prevalecían los escritores argentinos de la primera mitad del siglo xx (por ejemplo, Germán Berdiales, Alfonsina Storni, Conrado Nalé Roxlo, María Hortensia Lacau, etc.), muchos de ellos ya muertos o que respondían a otros cánones literarios, distintos a los de la década del setenta. No significa que estos autores acordaran con los principios dictatoriales, sino que fueron tomados para formar el canon literario debido a que abordaban temáticas como la identidad nacional, el respeto a la autoridad, los valores universales, la familia, etc., que, como señala Pineau et al. (2006) para caracterizar el período, son de utilidad para lograr el disciplinamiento y la uniformización de la sociedad.

Desde inicios del siglo xx, las revistas escolares acompañaron la vida escolar de los niños y, en sus páginas, se enseñaban contenidos curriculares, tal vez de un modo distinto y con otros autores, pero en ningún momento quedaron al margen de las prescripciones ministeriales. Durante la última dictadura, las revistas continuaron con esta costumbre, adaptándose a la moralización de la educación y de la sociedad que se buscaba (Puiggrós, 2006).

Si bien se podría decir que, en un primer momento, solo fue pensada en relación con el placer y la diversión, tal vez por un tema del mercado y la competencia con las otras revistas, Humi tuvo que considerar lo educativo. Una prueba de eso es la nota «HUMI SE PONE LA ESCUELA AL HOMBRO» y, desde ese momento, en sus páginas, estuvieron presentes los grandes próceres de la patria y las efemérides con algunos cambios que comenzaban ya a romper con la línea de la historia de Mitre, además, la naturaleza de la Argentina, notas informativas sobre temas de importancia y figuritas vinculadas con el calendario escolar que podían ser usadas en la escuela, una práctica muy común en la escuela primaria argentina.

En ese vínculo con lo educativo que intentó generar, se destaca una publicidad, que aparece en muchos de los números, en la que se dirige a las maestras:

Señorita, ¡HUMI la llama! Tenemos ocho revistas sin cargo para cada maestra. Para venir a Humi no hay que formar fila. Traigan una constancia de la escuela en que trabajan, hagan un malón con sus compañeras maestras y vengan. ¡No se peleen porque hay para todas! (Humi, junio de 1984, [39], p. 42)

Humiy sus Lectores

Cada una de las revistas infantiles que aparecieron en la Argentina durante el siglo xxBilliken, Figuritas, Anteojito— generó una comunidad de lectores. En el caso de Humi, se notaba claramente ese vínculo que se deseaba generar con los lectores desde el título completo de la publicación, Humi. La revista infantil para crear y aprender, que remite a la lectura de la revista como un espacio de encuentro entre el lector y ese producto cultural que tiene por finalidad la diversión, la creación ficcional, el juego y todos los aprendizajes que esto conlleva. Siguiendo algunas ideas de Chartier (1984), puede afirmarse que la lectura es una práctica social que está encarnada en gestos, espacios y valores, que permite una vinculación entre lo privado —la lectura en soledad— y lo público al saber cada lector que formaba parte de una comunidad de lectores que experimentaba reacciones similares frente a la lectura. La historieta «Humi», aparecida en el primer número de la revista, es un claro ejemplo de esa comunidad que se deseaba formar, niños leyendo libremente en una plaza en un contexto democrático.

El niño —joven lector al que se dirige la revista— es el de la década del ochenta, con sus temáticas, sus problemas y su vocabulario. Se lo hace con un estilo despojado de moralina, sin sermones y sin el interés de lograr que los niños tengan el comportamiento aceptado por la sociedad como lo hacía la literatura imperante en esos tiempos. En una entrevista, Laura Linares, una de las directoras de la publicación, contó lo siguiente:

Humi surgió de un brote de entusiasmo, de los que vienen de un remolino arbitrario de ideas sueltas dentro de un oficio, que cuajan en un «¿Dale que hacíamos…?» y allí empieza el juego. Como siempre sucede, todos nos hablábamos a nosotros mismos cuando éramos chicos, y la función docente con el calendario escolar iba a parar adonde era más natural, al cuaderno. De ahí las separatas coleccionables tituladas «Los cuadernos de Humi». Pero incluso allí no queríamos sermones, sino contar (y que nos contaran) con gracia y entusiasmo. (Gutiérrez, 2024, p. 79)

En relación con los lectores y el vínculo con la escuela, en la revista se publicaban, además de los textos literarias de autores reconocidos, cuentos escritos por los alumnos de distintos establecimientos como parte de algún proyecto educativo. En el número 39, hay una sección titulada “Nuevas aventuras de don Juan Aguará”, en la que se incluyen cuentos del zorro (que es conocido en el folklore de algunas provincias de la Argentina como “don Juan”) que provienen de la ciudad de Reconquista, al norte de la provincia de Santa Fe, donde un profesor de la Escuela Nacional N.° 1, durante el ciclo lectivo 1977, desarrolló un proyecto que tuvo, como producto final, la escritura de cuentos, luego de un trabajo arduo de investigación por parte de los alumnos de trece años, que tuvieran como protagonista a este personaje pícaro al que ya se ha hecho referencia.

Se incluye también una sección de correo que va cambiando de nombre de acuerdo con los distintos números de la revista, donde se comparten dibujos y cartas escritas por los niños que enviaban bosquejos, chistes o poemas para ser publicados en la revista, tal como se puede ver en los ejemplares y, además, como lo relata el escritor Hernán Casciari (2017, 7m26s.), quien refiere que fue un lector de Humi en su niñez y que envió un chiste que fue publicado en el número 3 de la revista, hecho que le significó un aumento de sus deseos de escribir el resto de su vida. En alguno de los números, había una sección llamada «Cultivando la maceta», nombre que remite, en lunfardo, a desarrollar el intelecto, en la que se solicita a los lectores que compartan con la revista de qué manera se cultiva la maceta en la zona en la que vive cada uno. Por ejemplo, cuenta que los chicos del Salón Literario Juan Salvador Gaviota de la Biblioteca Popular “Juventud Moderna” de Mar del Plata han publicado una hermosa antología de cuentos (Humi, mayo de 1983, [17]).

Conclusión o Resultados

A lo largo del texto, pudo observarse cómo Humi, nacida en el contexto del final de la dictadura cívico-militar, se constituyó en una revista con una literatura diferente, desafiando la censura y proponiendo, desde sus páginas, una mirada democrática, un uso del humor en todos sus aspectos, temáticas nuevas y desafiantes, un empleo particular de la imagen, en especial, mediante historietas destinadas a los niños, etc.

Fue un proyecto editorial que no tuvo el éxito esperado, pues su vida fue breve, pero, sin embargo, creó, desde su lugar, una «nueva literatura» que, más tarde, derivó en otras publicaciones de grandes editoriales de Literatura Infantil y Juvenil de inicios de los ochenta, algunas de ellas con continuidad hasta el presente. Gracias a la publicación, muchos autores que habían sufrido la censura volvieron a publicar y otros nuevos descubrieron el campo de la literatura infantil.

Referencias

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Casciari, H. (2017, julio 18). Recuerdos de la revista Humi [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=bdh-u5dVMgE

Cervera, J. (2003). En torno a la literatura infantil. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/en-torno-a-la-literatura-infantil--0/html/ffbcbe7e-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html

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Humi, junio de 1983, año ii, número 19. Ediciones de la Urraca.

Humi, diciembre de 1983, año ii, número 24. Ediciones de la Urraca.

Humi, septiembre de 1983, año ii, número 26. Ediciones de la Urraca.

Humi, mayo de 1984, año ii, número 36. Ediciones de la Urraca.

Humi, junio de 1984, año ii, número 38. Ediciones de la Urraca.

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Notas

[1] Profesor de Literatura para Niños, Narración y Prácticas del Lenguaje I en el Instituto Superior del Profesorado en Educación Inicial «Sara C. de Eccleston», de la Ciudad de Buenos Aires. Correo electrónico: marcelobianchibustos@gmail.com
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