CREACIÓN
Si bien los poemas no deben ser explicados, me
permito señalar parte del juego que los ha formado. En las Treinta y tres estelas orientales, intento formas de verso acentual. Desde «YHVH Dios desierto
hebraico» hasta «Ptah (Dios alfarero de Menfis)», busqué aproximarme, en cuanto
fuera posible, al verso yámbico (). Necesité que los artículos y las preposiciones se conservaran como sílabas breves. En los restantes poemas, intenté
recrear el esquema del anapesto (
).
El texto llamado Cosmología o Pseudopoimandres finge la traducción con notas de una obra alejandrina. Elegí la métrica endecasílaba.
TREINTA Y TRES ESTELAS ORIENTALES
YHVH (Dios Desierto Hebráico)
La seca voz le dice al hombre un pacto
tallado en alta piedra y cielo oscuro.
El día crece en medio del desierto
y forma un signo bajo el astro ardiente.
Un ojo ciego incendia el muro.
Baal (Toro cananeo)
Brotó un clamor y nos incendia el cerro.
La ciega va llamando al dios que muge…
«Es EL», nos dice en trance y ronco grito…
«Es EL» proclama en fiebre y danza y sueño.
«Es EL» proclama al aire oscuro…
Mitra (Sol persa)
El sol despierta los celajes del monte
y roza el puente que lo trae al poblado.
Un dios escribe en los papiros del cielo
las rectas cuñas de una luz que predice
el orden fatal de los planetas.
Tiamat (Mar primordial babilónico)
Matriz de diosa en que devienen las aguas,
las piedras negras y los vientos solares.
La sierpe azul es el origen del cosmos:
primera forma de los seres del tiempo
fermento y útero sagrado.
Mot (Infierno ugarítico)
La tierra estéril ya no danza en el erial.
Quemado el mundo por su mano de fiebre
ya nada vuelve para ser espiga.
Temblor de fuego sin sarmientos hondos
ni vides pródigas en vino.
Enlil (Tormenta sumeria)
Feroces aguas de su diestra arrinconan
al cosmos. Nada vivirá en su designio.
Los troncos flotan como barcas sin rumbo
y el ave pierde su camino en el viento
que gira atroz sobre los montes.
Shakkan (Ganado babilonio)
Fragor sagrado de los toros que embisten…
Hiriente grito de corderos que esperan
el hierro hundido en la cerviz del tiempo.
Un dios palpita en las arterias que fluyen
el rojo emblema de los días.
Nebu (Escriba caldeo)
Un dios medita tu destino en la arcilla
y fija el tiempo que te ha sido entregado.
Su mano escribe lentamente la historia
y escande el día del amor y la fiebre.
(El dios murmura entre tus noches).
Nammu (Diosa Océano de Ur)
Del agua oscura vienen los Eternos;
del agua fluyen las estrellas y el aire;
del agua brota el fuego en danza viva
y el rostro en cuya arcilla vive el hombre…
Primer océano del tiempo.
Kumarbi (Engendrador hitita)
La vida es guerra. (Bien lo saben los dioses).
Su brazo lucha en la montaña del cielo…
El dios mutila y es preñado de furias:
tres rostros fluyen de su arcaica violencia…
De sangre y semen han nacido.
Basthet (Diosa gata egipcia; maestra del camino)
El alma busca alguna efigie que sea,
temblor de luz, sonido exacto que guía
al hombre que ya no transita este mundo.
Pequeña diosa, no abandones al nauta
que llega al reino de los muertos…
Atis (Sacerdos frigius in Catulli modo)
Delirio y cueva. El tigre danza rayos.
El aire gira en sombra y ruge el monte.
Miró el hierro y supo el fin castrado.
La mano tiembla cuando la hoja hiende
la piel exigua en triste sangre.
Azacel (Demonio hebreo del desierto)
Un macho negro toca el llano mustio:
expía el mal que el hombre trae al tiempo.
Su ojo mira el sol de bronce y fuego…
La cabra muere sola en dunas yermas.
(Cruel gehena toca el muslo…).
Nut (Madre cielo egipcia)
Primera madre, vientre en lucha y parto.
Tu comba azul guarda a Sirio y crea dioses
que encierran llanto y goce, tierra y sueño.
La noche azul contempla al río y piensa
al tiempo en flor de un alto ciclo.
Ptah (Dios alfarero de Menfis)
El dios que pule el agua-origen-cosmos.
El dios que talla esfera-noche-mundo.
El dios que dice verbo-alma-clave.
El dios que engendra dioses-reinos-orden.
El dios de exacto ritmo y cifra.
Cibeles (Diosa tigre de Frigia)
Cuando vuelvan los frutos dorados y sea
el lagar un océano pródigo en fuego;
cuando grite la piedras y el tigre la furia
delirante del surco abismado.
Cuando llegue la diosa al umbral de lo oscuro
y descienda el camino en sombra y ausencia;
cuando el viento atraviese los campos dormidos
y las ramas se arqueen desnudas.
Cuando el dios juvenil rememore las luces
que brillaron en claro equinoccio y espere
la subida hacia un tiempo que fluye en espigas
bajo un sol que es incendio de goces.
Cuando el mundo restaure su savia y el monte
inundado en la luna creciente proclame
que otra vez recomienzan los ciclos de oro
y tu rostro germine en mis huesos.
Cuando el velo invisible acaricie mi estampa…
Akitu Bit (Drama ritual babilónico)
En la sombra del tiempo dormita el Señor…
Languidece la espiga y el aire caliente
mortifica las piedras que brillan insomnes.
(Un camino poblado de huesos).
En la senda la diosa murmura su nombre
y sus lágrimas buscan el cuerpo que yace
en el pozo de llamas sin vida ni mostos.
(Ha vencido el infierno del mundo).
Van llegando las gotas maternas al centro
del sopor en que yace la joven presencia…
La terrible ventisca del aire mortuorio
no ha logrado secarle las lágrimas.
Ya renace la fuerza del dios de los frutos.
Hathor (Vaca sagrada egipcia)
Las estrellas fermentan en blancas galaxias
y una luz de equinoccio nos toca en la frente.
En las ubres sagradas de un tiempo que rota
se prodigan cereales y frutos.
Eleusis (Diosa oculta rariana)
La llanura rariana murmura lo oculto
y los mantos de trigo proclaman silencios.
En la tierra se ocultan los fuegos que engendran
la fecunda matriz de la espiga.
Es el útero… Lenta caída en el surco.
Es la vida latiente que dice el milagro.
Es la vida latente que instaura los ciclos
de la luz, de la sombra, del sueño.
Las raíces del mundo dibujan los huesos
y el osario fermenta la savia primera.
En un límpido cráneo vibran las notas
de una música lenta que gira.
Que la diosa nos traiga el fruto sangrante…
Thoth (Dios jeroglífico)
Es el toro del cielo que expande su fuerza.
Es la luz de la noche brillando en las aguas
creadoras del tiempo que fluye y prodiga
el secreto designio de las cosas.
Es el dios del dibujo que talla en la mente.
Es el dios de la letra que escande los ritmos
de una música pura y un número oculto
que atesora el destino del alma.
Es el dios del papiro que guarda los nombres
que veremos del otro lado del tiempo,
en la eterna comarca de formas que existen
donde el número impera los astros.
Lo que fluye deviene de rostro inmutable…
COSMOLOGÍA O PSEUDOPOIMANDRES
I
Noche de pitagóricas estrellas (1)
en conjunción de ritmo y de silencio.
¿Cómo hallar tu escondida arquitectura,
la clave de tus íntimas columnas?
Los mármoles ocultos por la sombra
parecen las imágenes de un sueño.
Tal vez sea mi piel de la substancia
con que se forjan las ensoñaciones
y no existan mis pasos y mi rostro. (2)
Pero esto es una danza de profunda (3)
exactitud; nada hay sin una música...
Sereno el cuerpo, plácido el espíritu,
intentaré escuchar esa monodia
que surge de las piedras y del agua
y se expande, concéntrica de fuegos. (4)
Notas
II
Una esfera infinita nos contiene (1)
y desde el centro irradia su armonía.
¿Dónde hallarlo? ¿En qué sitio mis ojos
(hechos de barro y niebla) lo hallarán? (2)
Esta piedra en la vera del sendero (3)
puede ser aquel centro que persigo.
Tal vez el vuelo de una grulla azul
que del Nilo prodiga la distancia.
Un portal, la flor que languidece
su último perfume de penumbras,
aquel templo que fue ceniza en Éfeso (4)
o la baldosa oscura de una celda...
Otros dicen que no hay nada que no sea
ese punto central del universo... (5)
Hay un Todo que en el Todo converge. (6)
Notas
III
De la BELLEZA proviene la belleza.
El dios que sabe el Nombre que es secreto
(¿quién puede pronunciar aquellas letras
sin quemarse en un vértigo infinito?) (1)
forjó los Arquetipos inmutables (2)
ajenos a las mareas del tiempo.
A ellos no los mancilla el devenir. (3)
Aquel se congració de esas imágenes
cuando se hundió en la sombra y en las aguas (4)
profundas para dar forma a la esfera.
Húmedo es el origen de las cosas (5)
que brotan para luego dispersarse.
No hay muerte. No confíes en palabras
que el vulgo lanza. Sólo el cambio existe... (6)
(Tal es lo que ellos han llamado muerte).
Notas
IV
También a Eros dedícale tu canto (1)
porque él es quien permite la existencia
de todo cuanto surge en nuestro mundo.
Se agita una potencia engendradora
derramada en los ciclos naturales.
Eros es la energía de la vida
que se mueve en la savia de las plantas
y en la exacta conjunción de los cuerpos
cuando la sombra busca los amores.
¡Los que van a partir que se renueven
y entreguen a los años descendencia! (2)
Mira que es breve el curso de los días
antes del vasto mar de las falanges... (3)
Cada noche es el fin. No tornaremos.
En el hijo renueva tu mirada.
Notas
V
Tú también guardas una vida propia,
esfera universal. Tu cuerpo expande; (1)
en crepitar de luz vence al vacío.
Duplica la belleza de los montes
y otras aguas reflejen nuevos astros.
Que el Universo sea un cuerpo en danza. (2)
A los dioses del mundo satisface
el fértil regocijo de los bailes. (3)
Irán alborozados tus caudales
hasta agotar la fuerza que posees.
Iniciarás entonces el retorno
al corazón profundo de ti misma.
Es el ciclo absoluto de los tiempos. (4)
Porque Aquel ha dispuesto que irradiaras
para luego tornar al primer caos.
Notas
VI
Trabaja el escultor los arduos mármoles
y a la piedra le otorga un nuevo ritmo.
El poeta moldea sus hexámetros
porque en los versos hay una nostalgia
de la música. Otro eleva el templo
de corintia belleza en las columnas. (1)
Cada obra participa de un modelo
de fijas armonías invisibles. (2)
Hábil en combinar los elementos
Alguien te hizo mirándose a Sí Mismo. (3)
Tú también participas de lo Bello
y en lo Bello deseas recrearte. (4)
Que tus ojos indaguen el inicio
y sepan ver la trama de las cosas.
La vida es una forma de las artes.
Notas
VII
Cuando las siete esferas recomiencen
los celestes arpegios de su música
brotará un nuevo ciclo de este mundo... (1)
Ya he escrito mi poema en otros tiempos
bajo la luz de cobre junto al río.
No lamentes en vano las partidas:
todo lo que perdiste, tornará;
todo lo que retorne, perderás.
*************
Madre de los misterios, sé indulgente
con el que dio estos versos al papiro. (2)
Notas
Notas