HOMENAJE A LA DOCTORA GLORIA OLGA JUSTA MARTÍNEZ
GLORIA MARTÍNEZ, IN MEMORIAM
Conocí a Gloria Martínez cuando ingresé como docente en la Escuela de Letras de la Facultad de Filosofía, Historia y Letras de la USAL. A través de una primera relación como colega, Gloria se mostraba formal y discreta en sus comentarios. Educada en la escuela de la corrección lingüística y la precisión lexical, poseía un lenguaje diáfano, una dicción nítida y una conversación amena. De modo paralelo a la docencia, desarrollaba tareas de investigación. En este sentido, participó de una interesante conferencia en el Centro de Estudios de Narratología sobre la poesía de Baldomero Fernández Moreno, poeta de quien se ocupó con asiduidad en sus investigaciones. Profundamente religiosa, Gloria Martínez fue una poetisa de refinada pluma, sus poesías revelan una delicada escritura de alto contenido humano y evangélico.
En ocasión de cursar mi doctorado, el trato se hizo más frecuente, pues ella se desempeñaba como directora de la carrera de posgrado. Fue entonces cuando descubrí a una profesional de fuste, celosa de su labor, muchas veces severa en sus apreciaciones por perseguir la excelencia.
No puedo dejar de mencionar, en esta breve semblanza, su actitud caritativa y solidaria, que evoco con sumo agradecimiento. Cuando atravesaba por un serio problema de salud, sus generosas palabras sobre mi persona y mi trabajo confortaron el ánimo de mis familiares.
Deseo finalizar este recordatorio con un soneto de su autoría sobre Teresa de Calcuta, en el que muestra su capacidad lírica y nos acerca a su cálida personalidad, su dadivoso altruismo y su profundo sentimiento cristiano.
«Adiós a la Madre Teresa»
La albana golondrina vuela al Cielo…
Llora Calcuta, el universo llora;
Brotan lirios de paz y de consuelo
En la mano tendida del que implora.
Pompa oficial que esplende por su duelo,
El monzón con sus lágrimas decora.
Huérfano el corazón clama en su anhelo:
¡Madre Teresa…! Mas llegó su Hora.
Heraldos de oro eterno, los gemidos
Por la princesa de los desvalidos
Nos indican que el Rey está presente.
Teresa de Calcuta, mártir, santa…
Hoy tu sari paupérrimo agiganta
Palio de Amor, de oriente hasta occidente (Martínez, 2001, p. 63).