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CORTÁZAR Y LINS: LOS MIGRANTES DE RAYUELA Y AVALOVARA

Lia Leite Santos
Universidad Federal do Ceará, Brasil

Gramma

Universidad del Salvador, Argentina

ISSN: 1850-0153

ISSN-e: 1850-0161

Periodicidad: Bianual

núm. Esp.10, 2020

revista.gramma@usal.edu.ar

Recepción: 17 Marzo 2020

Aprobación: 04 Mayo 2020



Resumen: La búsqueda de la identidad, del afecto y de la palabra motiva a los personajes novelescos Horacio Oliveira, del argentino Julio Cortázar en Rayuela (1963), y Abel, del brasileño Osman Lins en Avalovara (1973), a que migren a Europa (París) y regresen a América del Sur (Buenos Aires y San Pablo). Los «movimientos de circulación» componen el desarrollo de un proceso de descubrimiento, rescate y reinvención creativa de los extranjeros impactados por la herencia de colonización y por el escenario posmoderno de globalización. Viviendo sin territorio, los personajes erigen una «ciudad subjetiva» (Félix Guattari, 2008), en la vida comunitaria y afectiva con otros emigrantes, que se presenta como una construcción de identidad compleja y llena de cuestiones sociales y ontológicas. Desde una aproximación entre las novelas argentina y brasileña por el método comparatista, tenemos el objetivo de discutir los conceptos de «desterritorialización» (Félix Guattari), de «multiterritorialidad» (Rogerio Haebaert) y de «entre-lugar» (Silvino Santiago). Investigamos el contenido de los planes narrativo y discursivo de esas dos novelas experimentales, para así reflexionar acerca del estar en el mundo de los sujetos creativos que vivencian los desafíos de ultrapasar las fronteras socioculturales, por medio del lenguaje.

Palabras clave: Rayuela, Avalovara, Multiterritorialidad, Migración.

Abstract: The search for identity, affection, and the poetic language motivates the fictional character of Julio Cortázar, in the novel Rayuela (1963), Horacio Oliveira, and the character of the brazilian Osman Lins, in the novel Avalovara (1973), Abel, to migrate in Europe (Paris) and return to South America (Buenos Aires and São Paulo). The «movements of circulation» makes up the development of a process of discovery, rescue and creative reinvention of foreigners impacted by the colonization legacy and by the postmodern scenario of globalization. Living without territory, the characters build a «subjective city» (Félix Guattari, 2008), in community and affective life with others emigrants, that situation presents a complex identity construction and full of social and ontological issues. From an approximation between the Argentine and Brazilian novels, by the comparative method, we have the objective of discussing the concepts of «desterritorialization» (Félix Guattari), «multiterritorialization» (Rogerio Haebaert) and «entre-lugar» (Silvino Santiago). We will present the investigation of the content of the narrative and discursive planes of these two experimental novels, in order to reflect on being in the world of creative subjects who experience the challenges of going beyond socio-cultural borders, through language.

Keywords: Rayuela, Avalovara, Multiterritorialization, Migration.

Introducción

Este análisis trabaja con dos novelas excepcionales, que rompen con la tradición literaria, tanto formal como discursivamente: Rayuela (1963), de Julio Cortázar, y Avalovara (1973), de Osman Lins, y también con la idea de desterritorialización de Félix Guattari y Deleuze, el contradiscurso de Rogerio Haesbaert con «El mito de la desterritorialización» y su concepto de multiterritorialidad, y la teoría del entre-lugar, del pensador brasileño Silviano Santiago. A partir de una perspectiva que considera tanto el plano discursivo como la estructura formal, aplicamos las categorías de Haesbaert –«locus referido» y «espacio enunciativo»– en el estudio de las dos novelas para pensar la cuestión de movilidad, migración y territorialidad.

La novela del autor brasileño se rige por una organización capitular regulada por la forma geométrica del cuadrado y adentro el espiral, el cuadrado Sator, en que se contiene el palíndromo «SATOR AREPO TENET OPERA ROTAS», cuyas letras corresponden a los capítulos. La historia del palíndromo remite al mito creado por Lins, según el cual el siervo Loreius crea un cuadrado mágico y lo ofrece a cambio de su libertad; no obstante, al revelar su secreto a una mujer, esta lo entrega a su amante que lo vende. Así, Loreius pierde la oportunidad de ser libre para siempre. La historia de Loreius se alterna con la historia de Abel, el personaje migrante y tema central de la novela. Esta historia corta justifica la presencia del cuadrado Sator y del palíndromo en la obra, cuyos símbolos de lenguaje verbal y no textual (el cuadrado y la espiral) trabajan el movimiento y la desestabilización.

En Rayuela, el tablero de dirección también cumple esta función e invita a los lectores a adentrarse en los saltos del juego cortazariano, en los que se basa el discurso experimental y lúdico de su obra. Estos modelos formales reflejan la corporización de instabilidad, movilidad y migración. La desestabilización del esquema espacial narrativo está asociado a la experiencia de otredad de los personajes en suelo europeo y las trampas para que afirmen su propio territorio existencial. El movimiento de ruptura apunta a una estructura textual que elimina las formas fijas y privilegia la idea del movimiento, así como los temas de la narración: los migrantes, cuyos movimientos espaciales marcan un discurso vinculado a la multiterritorialización.

Desde los títulos podemos observar una creación figurativa que se refiere al movimiento transitorio. Los saltos y la trascendencia de Rayuela, el vuelo y la constante migración de las aves de una Avalovara. Pero antes de demostrar cómo los textos de Cortázar y Osman Lins abordan el territorio en este campo indefinido que es la lucha por un sitio en el espacio de la cultura hegemónica, hablaremos sobre algunos conceptos pertinentes a nuestra investigación.

Cuando pensamos en el contexto de producción de las novelas acá citadas, ambos se conectan con el discurso contemporáneo de Felix Guattari y Jacques Deleuze, y la aparición del debate sobre la desterritorialización, a inicios de los años setenta. El concepto de desterritorialización revisó límites y el espacio geográfico bajo la influencia de la globalización, considerando la movilidad y la fluidez como factores para construir una existencia en redes y la extinción del concepto clásico de territorio. Según Haesbaert, «el territorio puede concebirse desde la imbricación de múltiples relaciones de poder, desde el poder más material de las relaciones económico-políticas hasta el poder más simbólico de las relaciones culturales» (Haesbaert, 2009, p. 79; nuestra traducción).

Según Guattari (2010), es en el campo del poder simbólico que la literatura se vincula a las relaciones culturales, sin embargo, los territorios no están configurados como instancias menos definidas, como en otros planos. En la cultura «el territorio puede ser desterritorializado, es decir, abierto, participar en líneas de vuelo e incluso salir de su camino y destruir [...] estratificaciones materiales y mentales» (Guattari y Rolnik, 2010, p. 388).

Al revisar el concepto de desterritorialización, Haesbaert (re)territorializa la noción de estudios espaciales, invitando a la construcción de múltiples espacios que consideren la complejidad de la multiterritorialidad. Después de todo, «el concepto mismo de sociedad implica, en cualquier caso, su espacialización o, en un sentido más restringido, su territorialización» (Haesbaert, 2007, p. 20). La diferencia es que el multiterritorialismo se realiza «dentro y por el movimiento» (Haesbaert, 2007, p. 97).

El territorio puede construirse en un libro basado en la agencia maquínica de las técnicas, de los cuerpos de la naturaleza (los árboles), del cuerpo del autor y de las multiplicidades que lo cruzan, y la agencia colectiva de enunciación, en este caso un sistema sintáctico y semántico (Haesbaert, 2007, p. 126).

En Rayuela y Avalovara, podemos observar el establecimiento multiterritorial en tres planos: en las estructuras sintácticas a través del movimiento formal, en el cuerpo de sus autores desde el locus enunciativo y en los temas narrativos en el espacio referido. Utilizaremos estas tres categorías para pensar sobre la territorialidad manifestada en la cuestión del lenguaje expresado en el texto.

Movimiento Formal

En el plano estructural, tenemos la forma de la novela Rayuela que imprime un espacio de movimiento e imita el juego –así como un niño puede tirar su guijarro e ir a cualquier casa en el dibujo inscrito en el piso, el lector puede ir al capítulo que desea cuando lanza su deseo en el libro–. Divididos en capítulos prescindibles e imprescindibles, el lector puede abdicar de la secuencia continua y jugar por medio del «tablero de dirección».

En Avalovara, el orden estructural también es segmentado por un sentido lúdico de construcción literaria, que desestabiliza la tradición novelesca. Lins se vale de «El cuadrado y la espiral» y su palíndromo, «SATOR AREPO TENET OPERA ROTAS», para reunir la aglutinación de narrativas menores inscritas en la representación de las formas geométricas, y el juego del palíndromo determinan la fluidez del movimiento formal, en la lectura que mueve en direcciones diversas.

En los dos casos, la representación de la ruptura con el estilo canónico y la operación de una forma que corresponde al tema de la inestabilidad son factores ligados a la representación del espacio. El movimiento de las estructuras capitulares de las dos novelas hace con que la organización interna sea ella misma un actante, que está semióticamente ligado al tema de la multiterritorialidad.

Locus Enunciativo y Espacio Referenciado

En Rayuela, la división interna de la obra en «mundo de allá» y «mundo de acá» forma una línea fronteriza, el desplazamiento del personaje y el escenario de migración de la historia que sale de Francia a Argentina, y contempla la intersección del lenguaje del autor entre los mundos argentino y francés.

El espacio y la distribución son datos importantes de las novelas. En Rayuela, la división de los mundos es la consideración de estos planos en la constitución de la identidad de la persona central y la temática del trabajo en general. El mundo de allá se refiere a París, y destaco el hecho de que la narración se escribió en Francia, inmersa en la dimensión de la cultura de los cafés y museos, es tanto que la edición de André Amorós, de Rayuela, ofrece un mapa de los principales sitios mencionados tan característicos de la historia de Cortázar. Lo que declara el intercambio de intersecciones entre el material real del espacio y la construcción literaria. Sin embargo, al poner el personaje circunscrito en la denominación «allá» suscita la idea de una especie de aislamiento y una conexión a su territorio original, que le excluye del espacio europeo en alguna medida, aunque presente en lo mismo.

Para el personaje Horacio Oliveira, Buenos Aires es una senda para explorar su interioridad después de haber sido deportado. O sea, la consecuencia de la inadecuación al viejo mundo es el regreso. En el «mundo de acá» ocurren las experiencias metafísicas de mayor efecto. Donde el tiempo retoma el pasado. El mundo de «acá» es la localización de la familiaridad, de los afectos, de las memorias –como la novia olvidada de Horacio Oliveira, Gekrepten–. El regreso es parte de una búsqueda existencial de reencuentro. Sin encontrarse, Horacio Oliveira, como Rimbaud, no está en el mundo, ni de acá tampoco de allá.

Amanda Pérez Montañéz explora la dimensión del exilio en Rayuela y advierte la situación de doble exclusión que el personaje vive al exiliarse en París y vivir como autoexiliado en Buenos Aires:

Es el recuerdo del exilio, fuera del espacio-tiempo, en un «entrelazado», exiliado de sí misma y de los demás. Oliveira, exiliado en París y autoexiliado en Buenos Aires, busca una presencia inalcanzable porque está fuera del espacio-tiempo. La evocación de lo sublime es el aquí y el ahora, y es precisamente en la contención del presente que lo grande se presenta a sí mismo. El exilio es una especie de héroe (antihéroe) que, para sobrevivir al exilio, debe matar la memoria, el amor e inventar un pasado y una nueva identidad (Montañéz, 2012, p. 80; nuestra traducción).

En Avalovara, la migración del personaje central, Abel, es incursionada por la búsqueda de lo que piensa que es la Ciudad –componente del deseo triple compuesto también por la Palabra y la Mujer–. Tres son las ciudades: París, Recife y San Pablo. Y tres son las mujeres: Roos, Cecília y la innominada. La búsqueda de la palabra es la búsqueda del verbo fundador de su voz, su experiencia y su sitio en el mundo.

Podemos citar como ejemplo el capítulo «Roos e as cidades», formado por veintiún fragmentos, los cuales tratan de una incursión hecha por Abel para estudiar en la Alianza Francesa. En esta ocasión, conoce a la alemana Roos, una mujer hecha de ciudades. Su persona corporifica el espacio que Abel desea apropiarse. Se encuentran en Francia y después en Londres, pero las acciones escapatorias de Roos le hacen evasiva como un pájaro que vuela al entrarnos en el recinto. Abel, lleno de inquietud por el desconocimiento de los sitios y el descubrimiento de que Roos es casada, es marcado por la imposibilidad de unirse al espacio y al objeto de su afectividad.

Ella alberga, entre todas las ciudades que en momentos divido en tu cuerpo (en las que entro y me pierdo, sabiendo que pronto seré desarraigado y que pronto regresaré a la ciudad donde espero, espera por mí, frente a ti), que estoy buscando y entre cuyas paredes, cuando menos lo espero, me encontraré solo; al mismo tiempo, fluye de tu piel, como si muchas velas lo iluminaran desde adentro, un esplendor, tal vez la expresión visible de lo que sueño encontrar en la Ciudad (Lins, 2001, p. 81; nuestra traducción)[1].

Las transiciones hacen que Abel retorne a Brasil, donde se queda en San Pablo, lejos de su ciudad natal, Recife. En la región más al sur del país se verifican los intensos contrastes culturales, económicos e incluso políticos, que evidencian las distancias dentro de un mismo territorio nacional. Sin embargo, es en la diferencia y en la otredad que Abel alcanza su destino cerrando el ciclo de búsqueda, donde encuentra la palabra y la mujer, ambos encarnados en la innominada.

En Rayuela, el tránsito de Horacio Oliveira entre las capitales argentina y francesa se basa en una búsqueda ontológica, en la que la trascendencia supone el requisito de un viaje metafísico. La figuración de la novela está vinculada a la idea de movimiento: son rayuelas, puentes, pasajes, portales. La multiterritorialidad de la novela pone en juego una existencia comunitaria de los personajes de diferentes nacionalidades, que redimensiona las nociones de convivencia en la ciudad francesa. El personaje de la Maga es uruguaya, Wong es chino, Ronald y Babs son estadounidenses, Gregorovius es rumano... Sin embargo, la convergencia de estas personas que buscan un reemplazo de su territorio en Francia no es pacífica. Horacio Oliveira señala que la acumulación de una cultura europea no soluciona las cuestiones de identidad y alteridad.

Entre-lugar

En «Literatura de los trópicos» (1973), el pensador brasileño Silviano Santiago establece el concepto de «entre-lugar», al considerar el problema del locus del escritor latinoamericano no como inexistente, sino en un lugar de formas fijas y definidas dentro de la cultura, una vez que toma prestados valores del poder hegemónico. Vive en ese espacio híbrido entrelazado de dominación y resistencia. Si, por un lado, la literatura es parte de un sistema de dominación cultural, por otro, el intelectual latinoamericano inyecta su experiencia original para dar voz a su existencia.

América Latina establece su lugar en el mapa de la civilización occidental gracias al movimiento de desviación de la norma, activa y destructiva, que transfigura los elementos fabricados e inmutables que los europeos exportaron al Nuevo Mundo. [...] Su geografía [de América Latina] debe ser una geografía de asimilación y agresión, de aprendizaje y reacción, de falsa obediencia (Santiago, 2000, p. 16; nuestra traducción).

Al presentar al universo literario obras originales, que valorizan la transgresión y una voz propia para sus enunciaciones artísticas, estos autores enfrentan el discurso hegemónico en un trabajo de ocupación del centro desde los espacios periféricos.

Conclusión

Demostramos, a partir de las ideas acerca de la desterritorialidad y la multiterritorialidad, cómo las literaturas de Julio Cortázar y de Osman Lins están integradas al relato de los sujetos transitorios del Cono Sur, y sus jornadas existenciales en busca de integración social y existencial.

A partir de las categorías de Haesbaert, observamos como la multiterritorialidad se manifiesta en la literatura y analizamos las dos novelas buscando datos concernientes al locus enunciativo y al espacio referido. Añadimos la categoría de movimiento formal por considerar que la estructura del trabajo literario se reviste de material simbólico relacionado al espacio temático y a la acción de desestabilización de la cultura hegemónica. Con esto, aspiramos a elucidar las características de un discurso marcado por la condición de emigrantes.

No pretendemos cerrar los contactos con la obra a partir del locusen que fue escrito o donde es leído. Pero es necesario aclarar que existe una semiosis de valores imbricados en la creación literaria cuyo producto simbólico es la fuente de nuestras investigaciones. Migración, desplazamiento y marginalidad son cuestiones patentes en el nivel discursivo, narrativo y en el plano estético de la obra.

Estas construcciones engloban un plano estético de resistencia y emancipación de la forma tradicional. Aunque no sea posible romper la ligación con el núcleo paradigmático, pues el lenguaje mismo es densificado por normas inseparables de la expresión artística, los límites de ruptura son testados en el corpus analizado. La crítica a la institucionalización de la estesis por un poder geográficamente localizado es realizada por Silvino Santiago en su teoría del entre-lugar. En este contexto, su teoría se hace relevante para nuestro estudio, puesto que elabora la situación del intelectual latinoamericano que, aunque ligado al sistema de valores coloniales, resiste al crear objetos singulares por medio de la literatura experimental. Así, Cortázar y Lins, y sus personajes Horacio y Abel, reclaman sus territorios en el espacio cultural, a través de la afirmación de sus singularidades.

Referencias Bibliográficas

Cortázar, J. (1996). Rayuela. Río de Janeiro: ALLCA XX/UFRJ Editora.

Cortázar, J. (2004). Obra crítica I. Buenos Aires: Suma de Letras.

Guattari, F. y Rolnik, S. (2010). Micropolítica: cartografias do desejo. Petrópolis: Editora Vozes.

Haesbaert, R. (2007). O mito da desterritorialização. Río de Janeiro: Bertrand Brasil.

Lins, O. (1973). Avalovara. San Pablo: Editora Schwarcz.

Montáñez, A. P. (2012). Vozes do exílio e suas manifestações nas narrativas de Julio Cortázar e Marta Traba. San Pablo: Eduel.

Santiago, S. (2000). Uma literatura nos trópicos. Río de Janeiro: Rocco.

Notas

* Lia Leite Santos. Realizó un máster en Literatura Comparada en la UFC (Universidad Federal do Ceará) y se graduó en Letras, Lengua Portuguesa y Literaturas en la misma institución. Es editora de la revista Entrelaces. Es integrante de GELTTE (Grupo de Estudios de Literatura, Traducción y sus Teorías). Correo electrónico: lia.leite@outlook.com.
[1] En el original: Ela abriga, dentre todas as cidades que em momentos propícios diviso no seu corpo (nas quais incursiono e me perco, sabendo que em breve daí serei arrancado e que logo haverei de voltar à cidade onde eu me espero, espero por mim, à sua frente), a que procuro e entre cujos muros, quando menos supuser, ver-me-ei, solitário; ao mesmo tempo, flui da sua pele, como se muitas velas a iluminassem de dentro, um esplendor –talvez a expressão visível do que sonho encontrar na Cidade (Lins, 2001, p. 81).
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