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«LAS TRES V»: VIRGINIA, VICTORIA, VITA EL DESEO DE ESCRIBIR LAS DEVORA
Gramma
Universidad del Salvador, Argentina
ISSN: 1850-0153
ISSN-e: 1850-0161
Periodicidad: Bianual
núm. Esp.10, 2020
Recepción: 19 Marzo 2020
Aprobación: 05 Mayo 2020
Resumen: Las escritoras Virginia Woolf, Victoria Ocampo y Vita Sackville-West establecieron una relación de amistad intelectual que generó la configuración de una cartografía cultural que vincula a Argentina con Europa. Lectoras, escritoras, viajeras y caminantes, las tres compartieron la pasión por escribir y escribirse incesantemente ante la conciencia de la «brevedad febril de la vida» como lo menciona Ocampo. Esta ponencia explora la relación vital que Virginia, Victoria y Vita tuvieron con la literatura y los lazos que a partir de esta pasión común se establecieron entre ellas. Las largas caminatas por Londres pautaron también puntos de coincidencia entre las tres escritoras: el texto Street Haunting, de Woolf, y La viajera y sus sombras, de Ocampo. Ahí está el Londres que caminaban y su necesidad de ponerlo en palabras. Tras el encuentro de Ocampo con la obra de Woolf y su decisión de traducirla y publicarla, se establece una relación personal y de amistad con la escritora inglesa, relación que se extenderá a Vita Sackville-West. Por tanto, es posible trazar una cartografía de espacios físicos y textuales a partir del estudio de los escritos autobiográficos de Ocampo en los que deja testimonio de su encuentro con Woolf, de la correspondencia entre ambas, de las menciones que Vita y Virginia hacen de Ocampo en sus cartas, de mis visitas personales a las casas de Virginia y Vita y de mi incesante caminar por Londres.
Palabras clave: Virginia Woolf, Londres, Cartografía, Victoria Ocampo, Escritoras.
Abstract: The writers Virginia Woolf, Victoria Ocampo and Vita Sackville-West established a relationship of intellectual friendship which generated the configuration of a cultural cartography that links Argentina with Europe. Readers, writers, travelers and walkers, all three shared the passion for writing and write incessantly aware of the «feverish brevity of life» as mentioned by Ocampo. This presentation explores the vital relationship that Virginia, Victoria and Vita had with literature and the bonds which from this common passion were established among them. The never-ending walks along London streets also marked aspects of coincidence among the three writers: Virginia Woolf´s Street Haunting text and in Ocampo’ s book La viajera y sus sombras. There, it is written the London that both walked and their need to put it into words. After Ocampo came across with the work of Woolf and her decision to translate and publish her works, a personal and close friendship was established with the English writer, a relationship that will extend to Vita Sackville-West. Therefore, it is possible to trace a cartography of physical and textual spaces through the study of Ocampo’ s autobiographical writings in which she leaves testimony of her encounter with Woolf, the correspondence between both, as well as the mentions that Vita and Virginia made of Ocampo in their letters, my own personal visits to Virginia´s and Vita´s homes as well as my never ending walking through London.
Keywords: Virginia Woolf, London, Cartography, Victoria Ocampo, Writers.
Esta ponencia parte de una investigación que comenzó en Londres caminando las calles del barrio de Bloomsbury y continúo en los archivos del British Library y del University of London, Senate House, en donde revisé las cartas y diarios de Virginia Woolf, documentos originales creados por los integrantes del grupo, así como visitas personales a las casas en las que vivieron tanto en Londres como en el sur del Reino Unido y en donde plasmaron el legado de una época que marcó el pensamiento crítico, artístico y literario del siglo xx.
Las escritoras Victoria Ocampo, Virginia Woolf y Vita Sackville-West construyeron, a partir de una amistad intelectual, una cartografía cultural que vincula a la Argentina con Europa. Tras el encuentro de Ocampo con la obra de Woolf y su decisión de traducirla y publicarla, se establece una relación personal y de amistad con la escritora inglesa, relación que se extenderá a Vita Sackville-West. Lectoras, escritoras, viajeras y caminantes, las tres compartieron la pasión por escribir y escribirse incesantemente ante la conciencia de la «brevedad febril de la vida» como lo menciona Ocampo.
Desde la perspectiva de esta investigación, las largas caminatas por Londres pautaron también puntos de coincidencia entre las tres escritoras: el texto Street Haunting, de Woolf, y «La viajera y sus sombras», de Ocampo. Ahí está el Londres que caminaban y su necesidad de ponerlo en palabras. Esto es la sensación que el caminar, Londres o cualquier otra ciudad que visitaban, les producía aunada a la pasión por el simple hecho de caminar.
Convertirme en residente de la ciudad de Londres me vinculó de inmediato con una perspectiva distinta del significado de caminar una ciudad.
«El caminar es una apertura al mundo. Restituye en el hombre el feliz sentimiento de su existencia» (2018, p. 7), como señala el sociólogo y antropólogo francés, David Le Breton. «Lo sumerge en una forma activa de meditación que requiere una sensorialidad plena. A veces, uno vuelve de la caminata transformado» (p. 7) (como le sucedía a Virginia Woolf o a Victoria Ocampo cuando caminaban Londres). «Caminar es vivir el cuerpo, provisional o indefinidamente. Recurrir al bosque, a las rutas, o a los senderos, (o a las calles y a las plazas de Londres) nos permite recobrar el aliento, aguzar los sentidos, renovar la curiosidad. El caminar es a menudo un rodeo para reencontrarse con uno mismo» (2018, p. 15).
En mi caminar por Londres y a partir del encuentro con los libros, cartografías, diarios y correspondencia de los integrantes del grupo de Bloomsbury que revisaba en la Biblioteca Británica los espacios que transitaba cotidianamente empezaron a adquirir un sentido diferente.
Entonces empecé a caminar Londres de manera distinta. La ciudad se reconfiguro ante mis ojos. Empecé a seguir los pasos de los personajes sobre los que leía.
Virginia Woolf trazaba su propia cartografía de la cuidad. Caminaba llena de luz y velocidad pues su búsqueda siempre estaba en su creación rítmica. Entre otras calles, recorría Oxford St., una de las avenidas más concurridas en Londres, se perdía entre las multitudes para sentir el furor del caminar, los gritos de los vendedores, los compradores perdidos en las ofertas. Caminaba también imaginando las vidas y entramados de los transeúntes con los que se topaba. Así, construía el inicio y el final de sus novelas; observaba y caminaba. En una entrada de su diario fechada en marzo de 1930, Woolf, al igual que la narradora de su ensayo Street Haunting (1930) (traducido al español Merodeo callejero: Una aventura londinense), plasma el placer que siente al caminar a través de la ciudad de Londres en donde un día de primavera. Camina por Oxford St. y observa cómo los autobuses transitaban entrelazados en una larga cadena. Es interesante ver cómo las caminatas de Woolf por esta calle de ruidos y gritos la exaltaba de manera favorable para regresar a casa y continuar escribiendo. Caminar por Londres significaba una pausa en su agitada mente.
Para mí, Londres siempre ha sido inquietante. Sin embargo, para mí, Oxford St. no era una de mis calles favoritas. Pero leer cómo Woolf describía todas estas rutas, caminarlas con ella, entender cómo regresaba a sus lecturas a partir de sus caminatas, comprender la esencia y los trayectos de Mrs. Dalloway por Westminister, Bond Street y sus flores me llevó a trazar mi propia cartografía.
Vaya, nunca tuve el pretexto de comprar un lápiz en invierno, como lo hizo la narradora del ensayo Street Haunting para aventurarme a caminar por Londres. Lo caminaba porque lo caminaba, por el sonido y el silencio de caminarlo y de caminarme; por la pasión de saber que regresaría a casa, como lo hacía Woolf, llena de ideas nuevas para poder plasmarlas en papel.
Victoria Ocampo también trazaba caminos con sus viajes al tiempo que conectaba personas. Era embajadora de su tierra y de su legado.
Ocampo sentía una fascinación semejante por Londres. Para ella caminar siempre fue emprender un viaje:
Londres es la ciudad de mis amores… No sé de dónde proviene ese enamoramiento crónico. Llego ahí, y me invade una inexplicable felicidad, un bienestar sin causa palpable. Me voy de allí, y es un desgarramiento también inexplicable. Ni lo uno ni lo otro parece justificado suficientemente. Cuando me preguntan si es verdad que Londres no está tan «lindo» como «antes»… no acierto a entender. Para mí nunca ha estado más lindo o menos lindo, ni siquiera cuando lo vi lleno de cicatrices, en 1946. (Esto es lo propio de un enamoramiento). Me pasaba los días sola y a la vez profundamente acompañada, vagando por las calles y parques, entrando en museos, teatros, cines. Pues Londres es la cuidad en que más me gusta estar sola. Para estar sola con ella (2010. p. 286).
Aunque Vita no compartía con Victoria Ocampo esa fascinación por caminar Londres si compartía su pasión por viajar y por los jardines. Poeta, novelista y diseñadora de jardines, Vita diseñó el jardín alrededor de su castillo: Sissinghurst Castle, en Kent, en cuya torre tenía su estudio.
Victoria Ocampo, en su introducción a la novela All Passions Spent (‘Toda pasión concluida’, adaptada para televisión por la cadena de medios británica: la BBC), traducida por Alicia Jurado y publicada por la editorial Sur, argumenta que Vita escribía poesía como escribía jardines en Kent. Su jardín de Sissinghurst era visitado por una enorme cantidad de aficionados a las flores. Inclusive, Ocampo tenía la sensación de que Vita muy probablemente expresaba a través de su oficio, con la creación de su jardín, lo que no tenía cabida en sus poemas. Desagraciadamente cuando Vita pasó por Buenos Aires en un barco, Ocampo no tuvo tiempo de llegar para verla. Sin embargo, a partir del intercambio literario, la relación de amistad y admiración entre ambas escritoras y viajeras se estrechaba. Victoria Ocampo, en unos de sus viajes al Reino Unido, quiso conocer Knole House, aquella casa que albergó la historia de Orlando.
Ocampo contaba que visitó Knole House en un día con mucho frío. Sin embargo, dejó fluir su imaginación pensando en que su amistad cultural y literaria con Vita y Virginia la habían llevado hasta ese magnífico lugar. Ahí en donde Virginia pasó varios meses recorriendo las múltiples habitaciones que conforman la casa, creando la figura de Orlando.
Es entonces que Knole House se convierte en el espacio geográfico que vincula a las tres «ves»: a la escritora (Virginia), a la protagonista (Vita) y a la viajera y editora (Victoria).
Los viajes tienen ramificaciones inusitadas. Vita que viajó a Irán, a América del Sur, a Estados Unidos, dejando testimonio de sus viajes a través de libros como Pasajera en Teherán, sigue viajando a través de cartas y postales. Uno de esos viajes llegó hasta Monterrey. En la Biblioteca Miguel de Cervantes Saavedra, ubicada en el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, tuve la oportunidad de encontrarme con una postal firmada por Vita. El trayecto de la postal puede ser motivo de una ficción.
Y aunque sé que los viajes nunca terminan, ni la correspondencia, como un momento culminante al finalizar esta etapa en Londres, decidí escribir una carta al hijo menor de Vita, Nigel Nicolson, por ser unos de los últimos sobrevivientes de Bloomsbury. El motivo de la carta era contarle cómo Bloomsbury marcó mi vida, cómo me enseñó a caminar de una manera distinta: «I could have never imagined the influence that this new discovery will have in my life».
Jamás imaginé que iba a recibir una respuesta a esa carta, escrita y firmada a mano por Nigel Nicolson[1]. Carta membretada desde Sissinghurst Castle, en Kent:
May 5, 2004
Dear Ingrid, I very much liked your letter. You express so well your love of Bloomsbury and the happy influence you have derived from it. How pleased Virginia and Vita would be to know it! I hope you will take back to Mexico the fondest memories of England. I am ill in bed with a weakness from which I am unlikely to recover (I am 87). But it gave me great joy to receive from a Mexican girl so kind a letter. Yours sincerely Nigel Nicolson.
Esta carta marcó el fin y el comienzo de una nueva etapa a partir de la cual se detonó la redacción de un texto particular y personal, con elementos autobiográficos, que vincula juegos de ficción con el caminar de la narradora.
Es un viaje fantástico en el que confluyen diferentes tiempos que permiten interpretar los espacios en los que habitaron los integrantes del grupo de Bloomsbury, desde la mirada de una joven estudiante deslumbrada con sus historias y queriendo ser parte de ellos.
Muchas gracias y ha sido un gusto poder compartir con ustedes este tren y esta cartografía.
Referencias Bibliográficas
Le Breton, D. (2018). Elogio del caminar. Madrid: Ediciones Siruela.
Ocampo, V. (2010). La viajera y sus sombras. Crónica de un aprendizaje. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica en Argentina.
Woolf, V. (1930). Street Haunting: A London Adventure. San Francisco: Westgate Press.
Woolf. V. (2012). Merodeo callejero: una aventura londinense. En La muerte de la polilla y otros ensayos. Buenos Aires: La Bestia Equilátera.
Notas