DE INVESTIGACIÓN
Dos vertientes de escritura autobiográfica en Reinaldo Arenas
Two aspects of autobiographical writing in Reinaldo Arenas
EPISTEME KOINONIA
Fundación Koinonía, Venezuela
ISSN-e: 2665-0282
Periodicidad: Semestral
vol. 2, núm. 4, 2019
Recepción: 01 Febrero 2021
Aprobación: 01 Octubre 2021
Resumen: Este trabajo tiene como objetivo establecer los paralelismos entre la autobiografía Antes que anochezca, del escritor cubano Reinaldo Arenas, y la novela Celestino antes del alba, del mismo autor. Como soporte teórico se emplean las consideraciones que en torno a la autobiografía, como género escritural, ha planteado George May. Igualmente se revisan las ideas expresadas por Philippe Lejeune en relación con el pacto que establece el lector de autobiografías con el autobiógrafo. La conclusión más notoria a la que se llega es que Celestino… si bien es una obra ficcional, identificada con el cognomento de novela, presenta rasgos autobiográficos muy marcados.
Palabras clave: autobiografía, novela, realidad, ficción, hibridación, autobiography, novel, reality, fiction, hybridization.
Abstract: This work aims to establish the parallels between the autobiography Before nightfall, by the Cuban writer Reinaldo Arenas, and the Celestino novel before dawn, by the same author. The theoretical support used is the considerations that autobiography, as a scriptural genre, has put forward George May. Likewise, the ideas expressed by Philippe Lejeune in relation to the pact established by the autobiography reader with the autobiographer are reviewed. The most notorious conclusion reached is that Celestino ... although it is a fictional work, identified with the novel's cognomento, it has very marked autobiographical features.
I. El día y la noche: el arribo de lo indeseado
Con la obra narrativa Celestino antes del alba (1980), el escritor cubano Reinaldo Arenas inicia su carrera literaria, la cual incluye títulos como El Central, El Palacio de las blanquísimas mofetas, El mundo alucinante y Antes que anochezca, obra esta con la que culmina su producción y donde relata su vida, vertiginosa y breve, entregada a los excesos y a la lucha en contra de un sistema político que él consideraba opresor y castrador de la libertad y la creación. Vida consagrada a la escritura y al amor por la cubanía patente en cada línea de su producción escritural.
Hay una relación que es importante destacar entre el título de Celestino... y el hecho de que esta sea la primera obra del novelista, dicha relación viene dada por una alusión temporal: “antes del alba”. El alba es el inicio del día, pero también el inicio de una vida, en el caso de Arenas, literaria.
No es casual que esa vida literaria culmine con una novela que en su título también posea una alusión temporal: Antes que anochezca (1995). Esta obra autobiográfica fue reescrita por Arenas al final de su vida, cuando la enfermedad que lo aquejaba había avanzado en la consumición de su cuerpo. Arenas debió escribir con premura. Ya en los últimos capítulos se observa una escritura apresurada, sin los recursos poéticos, un tanto austeros, de las primeras páginas, y profusos en sus otras obras.
En este orden de ideas, Cabrera Infante, citado por Socorro (2001, p. 57), sostiene que Antes… es un libro escrito en una carrera contra la muerte, no ya mal escrito sino escrito apenas.
Esta autobiografía el escritor la había comenzado en Cuba, oculto en un parque donde se había refugiado huyendo de las autoridades de la isla que lo perseguían por su desafección al modo de gobierno de Fidel Castro. Al respecto, en Antes… Arenas relata:
“Allí comencé a escribir mis memorias, en las libretas que Juan me traía. Bajo el apropiado título de Antes que anochezca, escribía hasta que llegaba la noche, y en espera de la otra noche que me aguardaba cuando fuera encontrado por la policía. Tenía que apurarme en hacerlo antes de que oscureciera...” (p. 198).
Sin embargo en la reescritura ya no tenía ese temor que sí lo acometía en Cuba, sino otro: el temor a la muerte, la cual era para el escritor otra noche que “avanzaba ahora de forma más inminente” (p. 11). Pero ese temor no era a la muerte en sí misma - porque en diversas oportunidades había planificado su suicidio con la convicción de que “cuando no hay otra opción que el sufrimiento y el dolor sin esperanzas, la muerte es mil veces mejor” (p. 9)- sino a que ésta llegara sin él haber culminado su escritura última.
Si anteriormente Arenas escribía presuroso para ganarle a la noche, ahora lo hacía para ganarle a la muerte, porque su móvil en esta obra, como el móvil de todo autobiógrafo, según lo expresado por Georges May (1982, p. 193), es triunfar sobre la muerte, aunque son muy ciertas la palabras de Wethered, citadas por May: “La esencia de cualquier autobiografía es que jamás puede llegar hasta el fin, que nunca puede decir la última palabra”. Arenas logra escribir la última palabra de su libro, pero no, claro está, la última palabra sobre su vida, referida dicha palabra a lo acontecido en el momento de su muerte. Como en toda autobiografía, el triunfo del autor es una parcialidad, porque el relato acerca de la muerte es exclusividad de un tercero, un biógrafo o un testigo del verdadero final.
Hay en el título Antes que anochezca una profunda carga semántica, el mismo alude a un círculo que se cierra, el de la producción literaria del autor, pero también alude a la finitud de la vida de este.
II. La reinvención de la realidad
La novela autobiográfica ha sido definida por Philippe Lejeune (1991, p. 52) como “todos los textos de ficción en los cuales el lector puede tener razones para sospechar, a partir de parecidos que cree percibir, que se da una identidad entre el autor y el personaje”). Este es el caso de la novela de Reinaldo Arenas Celestino antes del alba. Cuando se lee esta obra se sospecha la inclusión de rasgos autobiográficos en ella, pero cuando se lee la autobiografía del autor las sospechas quedan confirmadas: Celestino... es una novela de claras referencias autobiográficas, como las otras obras narrativas de Arenas. Al respecto Capriles (2001:60), ha escrito que: “Las novelas de Arenas no son sino partes de ese mismo viaje al fondo y a la superficie de sí mismo”. Con esta aseveración, Capriles confirma el carácter autobiográfico en la obra de éste narrador. Incluso en Antes que anochezca el propio autor reconoce la intrusión de sus vivencias en su creación ficcional, específicamente en El color del verano, novela que: “...resume gran parte de mi vida, especialmente mi juventud, todo desde luego en forma imaginativa y desenfadada” (p. 14).
Es necesario revisar algunos elementos presentes en Celestino…, los cuales coinciden con algunos que se encuentran en Antes…, elementos que en la obra primigenia aparecen conformando la ficción y en la última aparecen como parte de la realidad.
III. El entorno geográfico
La niñez de Arenas transcurrió en el campo, en un lugar situado entre Holguín y Gibara. Su hogar estaba dominado por una absoluta miseria. Pero a pesar de las carencias de esta etapa el autor la recuerda en su autobiografía como un momento de plena libertad. La vida del campo le permitía el contacto directo con la vegetación. Sobre este particular expresó en su último libro:
“Andaba por los árboles; las cosas parecían desde allí mucho más bellas y la realidad se abarcaba de una manera total; se percibía una armonía que era imposible disfrutar cuando se estaba allá abajo, entre la algazara de mis tías, las maldiciones de mi abuelo o el cacareo de las gallinas...Los árboles tienen una vida secreta que sólo les es dado descifrar a los que se trepan a ellos; subirse a un árbol es ir descubriendo todo un mundo único, ritmico, mágico y armonioso...”
(p. 22).
No es casual que el personaje principal de Celestino antes del alba, el que relata en primera persona los hechos, forme parte de un espacio rural y pertenezca a un hogar dominado también por la pobreza; y que Celestino, que es también alter ego de Arenas, posea una estrecha vinculación con los árboles de su entorno. Los árboles representan el refugio de Arenas, ese mismo refugio que en ellos encuentra el personaje de Celestino. Arenas trepa a ellos, Celestino los toma como superficie para escribir sus poemas, que es también una manera de treparlos. En ambos personajes, el real y el ficcionado, el árbol es una pasión, un símbolo de libertad y de evasión. En Celestino…, puede leerse: “Y cuando no queda ni una hoja de magüey por enmarañar. Ni el lomo de una yegua. Ni las libretas de anotaciones del abuelo: Celestino comienza a escribir entonces en los troncos de las matas” (p. 16).
Igualmente podrían mencionarse otros referentes espaciales, que denotan las semejanzas entre las obras mencionadas, tal es el caso del pozo, elemento recurrente en Celestino..., que en Antes que anochezca, se convierte en símbolo de lo vital y lo erótico:
“El caso es que una de mis labores era ir regularmente al pozo a buscar agua: para regar las matas del jardín, para bañarse, para los animales, para los barriles, para las tinajas. Detrás del pozo estaba mi abuelo; se bañaba desnudo tirándose cubos de agua en la cabeza” (p. 31).
En Celestino... el pozo adquiere la dimensión de lo necesario, es espacio vital de la vida en el campo, y como espacio vital es refugio para las tristezas: “Celestino quiere siempre ayudarme a cargar agua (...) Entonces él va conmigo hasta el pozo, y yo casi ni siento el peso de las latas llenas”. Se lee en la obra. Y más adelante: “Yo traté de sacar a mi madre del pozo. Pero ella no quiso salir. Y, con la cara mojada (no sé si por las lágrimas o por el agua), me dijo: “Vete, que yo aquí me siento cómoda”. (p. 93)
IV. El entorno familiar: similares personajes en dos vertientes de lo autobiográfico
Esa madre que transita en la espacialidad narrativa de Celestino antes del alba, incluso, guarda los rasgos psicológicos y vivenciales de la propia madre del autor, descritos en Antes que anochezca, y en ambas obras se refleja cierto resentimiento por esa figura. Los dos siguientes ejemplos podrían ilustrar esta aseveración. El primero de Antes que anochezca: “Me imagino a mi madre...cuidando a niños llorones...tratando de consolarlos y acunarlos; de darles un cariño y amor que a mí nunca tuvo tiempo de mostrarme o que tal vez le avergonzaba mostrar” (p. 54). Y el segundo de Celestino antes del alba: “...Y quién sabe si hasta mi madre, en vez de darme un janazo de vez en cuando, lo que hiciera siempre fuera pasarme la mano por la cabeza, pues hay que tener en cuenta que el día en que lo hizo de verdad había mucha neblina” (p. 32).
Similitudes como la referida persisten entre los personajes de Celestino... y los personajes de la otra realidad del autor, o de la otra ficción, como deja abierta la duda Capriles (Op. cit) al comentar, refiriéndose a Antes…, que: “...poco importa si la vida que allí se retrata es el resultado de una imaginación casi monstruosa o el fiel recuento de unos hechos inverosímiles”.
Al igual que Arenas, Celestino y su primo (voz del narrador), conviven, junto a sus tías y el resto de los primos, con un abuelo y una abuela severos, despojados de afectos de uno hacia el otro, en permanente conflictividad. De Celestino…, puede citarse: “Abuela y abuelo han empezado otra vez a fajarse. Los dos se agarran del hacha y ninguno quiere darse por vencido” (p. 33).
Esta conflictividad entre ambos personajes tiene su fuente en la infancia real de Arenas, quien en su obra autobiográfica relata los enfrentamientos entre sus abuelos de la siguiente manera:
“Mi abuelo... había tenido varios hijos con otras mujeres del barrio... desde entonces mi abuela decidió no acostarse más con mi abuelo... Mi abuelo tenía sus rachas de furia; entonces dejaba de hablar y se volvía mudo, desaparecía de la casa y se iba para el monte. Decía ser ateo y, a la vez, se pasaba la vida cagándose en la madre de Dios; quizas todo lo hacía para mortificar a mi abuela...” (p. 21).
La filiación entre Celestino… y la autobiografía de Arenas, también queda de manifiesto con personajes como los primos, las tías y otros de resonancias sobrenaturales.
Con respecto a las tías, las similitudes son bastante obvias, en Celestino... se lee: “Mis tías dejan de bailar. ¡Qué cómico!: todas mis tías bailan solas porque ninguna tiene marido...” (p. 180). Y en Antes... igualmente, hay un transitar constante de estos personajes: “En aquella casa vivían también otras mujeres; tías solteras que eran tan jóvenes como mi madre, consideradas solteronas porque tenían ya más de treinta años... Las tías casadas también venían a la casa y se pasaban largas temporadas, esas venían con sus hijos...” (p. 20).
Las coincidencias no se limitan al hecho de que las tías de la obra de ficción y las de la obra autobiográfica son mujeres solas, abandonadas, en muchos casos, por sus maridos y sometidas por la autoridad patriarcal; en ambos casos en las tías existe la ferviente creencia en lo sobrenatural y el apego a las supersticiones, verbigracia, las líneas siguientes de Celestino...: “Entonces mis tías, muy serias, dijeron que eso era un espíritu y cogieron un mazo de de jububán y empezaron a darle mazazos por la espalda...” (p. 57). Y en “Antes que anochezca: “...allí acudían vecinos de todos los barrios cercanos y algunos remotos para ser despojados espiritualmente por mis tías” (p. 48).
Al igual que las tías, también ocupan un importante lugar en las obras estudiadas personajes sobrenaturales, tal es el caso de los primos muertos y las brujas (con su connotación arquetipal). De ellas dice Arenas en Antes que anochezca:
“Las brujas han jugado un papel muy importante en mi vida. Primero, las brujas que pudiera considerar pacíficas, espirituales, que reinan en ese mundo de la fantasía; aquellas brujas, a través de la imaginación de mi abuela, poblaron mis noches de infancia con sus misterios y sus horrores y me conminaron más adelante a escribir mi novela “Celestino antes del alba”, pero otras brujas, de carne y hueso también jugaron papeles predominantes en mi vida” (p. 315).
Deja claro Arenas la importancia de estos personajes para su mundo, y deja claro, además, el tránsito de los mismos de la realidad a la ficción, y viceversa. Para él las mujeres más importantes de su vida poseían esas mismas características mágicas de las brujas que compartían con todos los habitantes de su hogar la precariedad económica y la riqueza vivencial.
V. La realidad metaforizada y el hueso de la realidad
Ya desde Celestino antes del alba se percibe en la obra de Arenas una inconformidad, aunque solapada, ante la represión que vivía en la isla de Cuba. En esta obra iniciática puede leerse:
“Todo el mundo ya sabe que Celestino es poeta. La noticia ha corrido por el barrio completo, y ya lo sabe todo el mundo. Mi madre dice que se muere de vergüenza y que no saldrá más nunca de la casa, y hasta mi abuela-muerta se ha encerrado en la prensa de maíz y dice que de ahí no saldrá ni aunque vuelva a vivir. Al abuelo ya los lecheros no le compran la leche que dan las vacas, y cuando los lecheros pasan por frente a la casa nos tiran piedras y dicen: “ahí viene la familia del poeta”. Y se van riendo a grandes carcajadas” (p. 129).
Puede inferirse que el autor, al narrar esta situación, no sólo se refiere a la persecución de escritores e intelectuales que denunciará abiertamente en Antes que anochezca, sino que metafóricamente se refiere a su orientación sexual cuestionada por su entorno social, y perseguida y condenada por el régimen castrista.
Al igual que Arenas, muchos homosexuales cubanos sufrieron persecuciones, aunque es bueno aclarar que el encarcelamiento que sufrió el escritor fue por su obra y por la publicación de ésta en el exterior, burlando las restricciones impuestas, lo que le valió la acusación como contrarrevolucionario. Sin embargo, también vivió con dramatismo la Ley de Conducta Impropia y la hipocresía de funcionarios que ocultaban su homosexualidad agrediendo a los que no ocultaban su orientación sexual. En Antes…, Arenas relata que un militar luego de sostener un encuentro íntimo con él le dijo: “Acompáñame, estás arrestado por maricón”. Como muchos homosexuales, Reinaldo Arenas halló en su sexualidad un elemento para la trasgresión. Su sexualidad desbocada, sus excesos y promiscuidad eran también una manera de burlarse de lo prohibido.
Así reaccionaba contra lo que él consideraba un poder político opresor y represivo. Aunque, por supuesto, también había mucho de su desmesura natural por el sexo, que confesaría en Antes... de la siguiente manera: “Creo que siempre tuve una gran voracidad sexual. No solamente las yeguas, las puercas, las gallinas (...) a los árboles de tallo blando yo les abría un hueco y en él introducía el pene. Era un gran placer templarse a un árbol...” (p. 39). Para Arenas la sexualidad formaba parte indisoluble de esa naturaleza con la que estuvo en estrecho contacto en sus primeros años. Para él la naturaleza que lo circundaba era un mundo erótico, dominado por los deseos sexuales. Y ese mundo arraigado en su interioridad lo acompañó hasta la muerte.
VI. La ironía como evasión o salvación
El humor es un recurso del que siempre Reinaldo Arenas hizo uso en su escritura, pero es el suyo un humor dominado por la ironía y la sátira, con las cuales, a su decir, Cuba había escapado siempre de la realidad. Y él haciendo uso de ellas emprendía también su propia evasión, pero, eso sí, siempre atento a la realidad. Tal vez su cercanía con Piñera, maestro de la ironía y del humor más mordaz, lo ayudó a desarrollar ese discurso sardónico característico de su narrativa y que en su autobiografía se vuelve punzante al extremo.
En Antes que anochezca, Arenas afirma que: “Con Fidel Castro el sentido del humor fue desapareciendo hasta quedar prohibido” (p. 262). Se entiende, entonces, que el humor en Arenas pasa a convertirse en un arma, como todo lo prohibido, como todo lo cuestionado por la revolución castrista. De ahí que humor y sexualidad estén, en la obra de este autor, en una misma dimensión. Con una sexualidad desmedida Arenas se burla de las represiones del gobierno de la isla, y al evocar cada encuentro sexual, lo hace con una gran carga de humor para subrayar la burla dirigida a los represores.
En Antes que anochezca, pero también en Celestino antes del alba, las situaciones trágicas se presentan, en algunos casos, con un lenguaje hilarante. Arenas hace uso del humor negro como simulación, como máscara. En Antes…, un ejemplo de ello es el siguiente: “El mismo médico que me atendía, el doctor Harman, creo que me miraba con tanta pena que yo a veces trataba de consolarlo” (p. 12). Hay en este autor una cruel capacidad para burlarse de sí mismo, para transformar el dolor, su enfermedad, los maltratos vividos en la infancia e, incluso, el relato de su sexualidad, en picaresca.
Hay un paralelismo en ese humor del libro inicial de Arenas, y ese humor, aunque mucho más feroz, de su libro final. Como en muchos otros aspectos en el humor también está una evidencia de la cercanía de los eventos autobiográficos de Reinaldo Arenas y su novela Celestino… Estas dos obras del escritor cubano dan cuenta de cómo la realidad puede ser ficcionada, convertida en literatura; y cómo pueden dos géneros (autobiografía y novela) hibridizarse generando una obra de gran riqueza en su diégesis y su discursividad, en su estructura y en su lenguaje.
REFERENCIAS
1. Arenas, R. (1995): Antes que anochezca. Barcelona: TusQuets Editores.
2. Arenas, R. (1980): Celestino antes del alba. Caracas: Monte Avila Editores.
3. Capriles, C. (2001): “Lectura”. En: Complot Magazine. Nro. 13. Caracas, p.60.
4. Lejeune, P. (1991): “El pacto autobiográfico”. En: Suplementos Anthropos. Nro 29
5. May, G. (1982): La autobiografía. México: Fondo de Cultura Económica.
6. Socorro, M. (2001): “Plumas militantes”. En Revista Exceso. Nro. 141, Caracas. pp. 56-61.