El Tita mona y el Cha’a: Una etnografía de los entes reguladores de la fiesta mazahua

The Tita mona and the Cha’a: An ethnography of the regulatory entities of the Mazahua festival

Luis Ángel Velázquez Lara
Universidad Intercultural del Estado de México, México
Juan Manuel Reyes Castro
Universidad Intercultural del Estado de México, México
David Gómez Sánchez
Universidad Intercultural del Estado de México, México
Abraham Gabino Eleuterio
Universidad Intercultural del Estado de México, México

Analéctica

Red de Esfuerzos para el Desarrollo Social Local, A.C, México

ISSN-e: 2591-5894

Periodicidad: Bimestral

vol. 11, núm. 68, 2025

revista@analectica.org

Recepción: 21 agosto 2024

Aprobación: 22 octubre 2024



Resumen: El presente trabajo contextualiza dos breves descripciones sobre el Tita mona y el Cha’a como entes reguladores en los procedimientos de culto a San Miguel Arcángel, en dos comunidades mazahuas, San Pedro de los Baños, Ixtlahuaca y San Miguel la Labor, San Felipe del Progreso, Estado de México. Nos guiamos del fundamento teórico: especialista ritual como personaje adiestrador de las instrucciones del ritual, la fiesta como convivencia entre lo humano y lo sagrado, y el ritual como procedimiento de culto ceremonial. De este modo, los Tita mona y los Cha’a son dos personajes fundamentales en las danzas mazahuas que representan a sus ancestros que durante los tiempos festivos se hacen presentes para regular el comportamiento de los miembros de la danza, los espectadores y de todos en cuanto intervienen o participan dentro de las ceremonias festivas.

Palabras clave: regulador social, especialista ritual, mazahuas.

Abstract: This paper contextualizes two brief descriptions of the Tita mona and the Cha'a as regulatory entities in the worship of Saint Michael the Archangel in two Mazahua communities: San Pedro de los Baños, Ixtlahuaca, and San Miguel la Labor, San Felipe del Progreso, State of Mexico. We are guided by the theoretical foundation: the ritual specialist as a trainer of ritual instructions; the festival as a coexistence between the human and the sacred; and the ritual as a ceremonial worship procedure. Thus, the Tita mona and the Cha'a are two fundamental figures in Mazahua dances, representing their ancestors. During festive times, they are present to regulate the behavior of the members of the dance, the spectators, and everyone who intervenes or participates in the festive ceremonies.

Keywords: social regulator, ritual specialist, mazahuas.

Introducción

En el Valle de Ixtlahuaca existen dos protagonistas festivos denominados Tita mona[1] y Cha‘a[2], quienes representan a los viejos mazahuas. Su principal función es regular el comportamiento de los participantes y espectadores en las danzas, rituales y procedimientos de la fiesta mazahua[3]. En este trabajo, describimos el simbolismo y la función de estos personajes como especialistas rituales en el control y regularización de las festividades en San Pedro de los Baños, Ixtlahuaca, y San Miguel la Labor, San Felipe del Progreso.

Nos planteamos la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuál es la función del Tita mona y el Cha’a como representación de la vejez que instaura el orden dentro del ritual mazahua? En plenaria, reflexionamos que estos personajes son una representación de los predecesores mazahuas, ancestros que, en la festividad, se materializan de manera inconsciente para la construcción y regulación ritual en el cosmos mazahua y su vínculo con la festividad católica, permitiendo una conexión entre vivos y muertos.

Las interpretaciones del Tita mona y el Cha’a se encuentran en un proceso de maduración. Si bien existe un corpus amplio sobre los Xitas[4] y sus múltiples manifestaciones, la realidad del Tita mona y el Cha’a no difiere del universalismo de interpretación del tirckster[5] de la zona mesoamericana.

Uno de los pioneros en el estudio del Cha’a es González (2008) con su obra Un pueblo que camina. Peregrinación con el Señor del Cerrito de Tepexpan, quien describe etnográficamente la peregrinación de una comunidad mazahua (San Antonio de las Huertas). En este contexto, el Cha’a aparece como guía con poder dentro del sistema de cargos. Sus funciones como líder le permiten regular el comportamiento y el buen funcionamiento de la festividad. También se le describe como un bonachón social, ya que utiliza atavíos para burlarse de los vivos.

Zaldívar Contreras (2015), explica los componentes naturales utilizados para la vestimenta y el ritual de los Xitas. La autora expone que los Xitas de Temascalcingo están fuertemente vinculados con el maguey, el maíz y el pirul, elementos que simbolizan una fuerza cíclica en la cosmovisión histórica, relacionada con las figuras del Padre Viejo y la Madre Vieja. En el manuscrito de Ramos de Cárdenas (1977), Relación geográfica de Querétaro de 1582, se describe que estas deidades pertenecen a la cultura otomí y son compartidas con otras culturas como los mazahuas.

Sobre la fiesta vinculada a los Xitas (Gómez, et. al., 2024) nos dicen que en su celebración actualmente se tiene un impacto por la patrimonialización, pues el legado de la tradición ritual otomí-mazahua se ve afectado por el incremento del turismo, generando un alta en el capital cultural en la región, que se conduce también con una disminución del significado ritual y simbólico de la fiesta.

Otros trabajos, como el de Reyes Castro (2024), El Cha’a y sus cha’a como arquetipos trickster en las danzas mazahuas. Específicamente en el juego de la burla y el conocimiento, con poder dentro del sistema de cargos mazahuas. El autor distingue entre el líder Cha’a y sus ayudantes cha’a como un equipo regulador de conducta en las festividades de San Pedro el Alto, San Felipe del Progreso. Concluye que el mito generacional mazahua sigue manifestándose en el caos de la festividad.

Por último, Jáuregui y Guzmán (2024), identifican múltiples personajes enmascarados en la región central de México. Se observa que, en gran parte del territorio, hay figuras juguetonas con látigos, animales o juguetes que controlan el espacio periférico de las danzas. En este sentido, el concepto de trickster se ha utilizado para caracterizar y fundamentar la importancia de los procedimientos semióticos y cognitivos en las comunidades y sus festividades religiosas (Jáuregui y Guzmán, 2024, p. 50).

A pesar de estos antecedentes, los trabajos específicos sobre el Tita mona y el Cha’a son limitados. Considerando que no existen suficientes estudios previos que permitan comprender su papel en la vida ritual de los mazahuas hoy en día. Por ello, este trabajo busca ofrecer un análisis para valorar y descifrar mejor las epistemologías del pueblo mazahua.

Metodología

Nos guiamos por el método etnográfico para describir las principales características del funcionamiento e importancia del Tita mona y el Cha’a en la festividad. La etnografía implica un conjunto de actividades de trabajo de campo, donde la evidencia empírica se emplea para la descripción de fenómenos sociales. Su flexibilidad radica en que los actores, y no el investigador, son quienes tienen el poder de dar sentido al fenómeno, así como expresar en palabras y prácticas el sentido de su vida, su cotidianidad y su devenir es decir como es para ellos (Guber, 2001, p. 7).

Para comprender a los actores locales, utilizamos herramientas etnográficas, el trabajo de campo, entrevistas y fotografías. De este modo, nos adentramos en las festividades participando activamente en ellas, investigando en dos festividades de carácter católico dedicadas a San Miguel Arcángel el 29 de septiembre. 1) En la comunidad de San Pedro de los Baños, Ixtlahuaca, donde se entrevistó a los capitanes de la festividad que participaron en 2023, lo que nos permitió obtener información referente a los Tita mona; entrevistamos al Sr. Eduardo Mariano, quien permitió la toma de fotografías y el uso de su imagen en este trabajo. También agradecemos a los asistentes a la festividad, quienes proporcionaron información valiosa. 2) Para el caso del Cha’a, se llevó a cabo trabajo de campo de marzo a septiembre de 2023 en San Miguel la Labor, municipio de San Felipe del Progreso. Se entrevistó a la Sra. María del Carmen Eleuterio, al Sr. Sergio Salazar y a otros sabios de la comunidad que aportaron información referente a este personaje.

Los especialistas rituales y la fiesta

En el mundo ritual, existen personajes con habilidades excepcionales para la conexión con los entes sagrados, el cosmos, la sociedad, los tiempos y las propiedades territoriales de su entorno. Son variados los estudios sobre el mundo otomí que proponen al especialista ritual como “sabios y/o adivinos, detentores de un saber especializado, heredado de sus ancestros, y un poder inherente a su investidura” (Baez Cubero, et. al., 2021, p. 121). En el caso del Tita mona y el Cha’a, no son necesariamente comunicadores de información entre lo humano y lo sagrado; sin embargo, se les atribuyen poderes socialmente para controlar la festividad.

Otras consideraciones, tienen que ver con su contexto en la festividad, pues son quienes defienden el protocolo tradicional y al mismo tiempo, enfrentan las adversidades de la modernidad. Neurath, en un artículo, los describe como personajes que adquieren creatividad pragmática y habilidad para la negociación cosmopolítica (Neurath, 2020, p.1). Es decir, “El especialista ritual no regula el equilibrio cósmico, sino que busca sobrevivir y manejar las relaciones complejas y contradictorias que vive con los otros” (Neurath, 2020, p. 8).

En este sentido, utilizaremos el concepto de especialista ritual no como el chamán, curandero o adivinador, sino como aquel que controla y conoce los procedimientos de la festividad. Esta categoría de especialista la retomamos principalmente por su conocimiento heredado en los espacios festivos y porque, al mismo tiempo, se le otorga la concesión del control para garantizar un correcto seguimiento del ritual.

Por otra parte, es necesario describir teóricamente el escenario donde los especialistas rituales deben ejecutar sus obligaciones y compromisos. Por costumbre, identificamos la festividad como un momento de celebración y convivencia con el colectivo humano y los entes sagrados. “El tiempo de la festividad es un tiempo distinto al tiempo ordinario” (Pérez, 1998, p.44). El término festivo proviene del latín ‘festa’, que remite al día solemne, al descanso o al día feriado. Este término enfatiza que lo festivo se opone a la cotidianidad, pues tiene elementos de codificación como la rigidez de un tiempo concreto, obligatoriedad, regulación de conducta y roles preestablecidos (Pérez, 1998, pp. 25-26). Es decir, la festividad nos permite hablar de un espacio-tiempo en el que se desarrollan diversos elementos, dentro de los cuales se configura un comportamiento ritual.

Otro concepto importante que define el quehacer del especialista ritual es el rito y el ritual, entendido como un mecanismo de instrucción que determina la costumbre y quienes la mantienen. Este concepto es añejo entre los clásicos de la antropología. Durkheim menciona que es:

Un permiso corporal intencional con forma y relaciones paradigmáticas de las realidades, que brindan al cuerpo social y cultural identidad y un encuentro con el ámbito trascendental. Su confirmación con modelos o paradigmas referidos al paso primordial permite que puedan ser comprendidos por muchas personas, (…) y cada individuo trascienda el yo individual, permitiendo que se puedan hacer perdurables verdaderas formas de comunidad (Durkheim, 1991, p. 406).

Podemos entender esta conducta como un simple comportamiento humano, aunque con sus complejidades dentro del colectivo. Se trata de una estructura cotidiana en la que participan el Tita mona y el Cha’a en el tiempo y espacio de la comunidad. “Los rituales cíclicos y regidos por el calendario, normalmente de tipo colectivo (…) ordenan a determinados grupos o categorías de personas, que habitualmente ocupan posiciones de estatus inferior en la estructura social, a ejercer una autoridad ritual” (Turner, 1988, p. 171). De este modo, tanto el Tita mona como el Cha’a ocupan momentos específicos en la festividad para ejecutar sus funciones y contribuir a la estructura comunitaria. Su involucramiento en la festividad se ha vuelto indispensable para la continuidad de la tradición y para dotar de sentido a la comunidad en el marco de la festividad. Finalmente, “Tales ritos pueden ser descritos como rituales de inversión de estatus, y a menudo van acompañados de un comportamiento agresivo, tanto verbal como no verbal, durante el cual los inferiores insultan e incluso maltratan físicamente a sus superiores” (Turner, 1988, p.171).

Como se ha analizado en los apartados anteriores, los Tita mona y los Cha’a son personajes esenciales dentro de la comunidad. Esto se refleja en su participación normalizada dentro de la festividad, particularmente en escenarios colectivos donde distintos grupos interactúan y dan forma al protocolo de la festividad.

Los Tita monas y la fiesta

La festividad del 29 de septiembre en honor a San Miguel Arcángel es por experiencia un culto religioso muy característico de las comunidades mazahuas, dado que esto ha ayudado significativamente a la estructura de los sistemas tradicionales de cargos, y las dinámicas familiares en momentos de culto (González, 2005, p.13).

En San Pedro de los Baños se ha preservado una unión local para la preservación del sistema tradicional de la fiesta, se dice entre la comunidad que estás dos festividades, son para fomentar la participación entre los pobladores denominados la zona de los Baños: San Antonio de los Remedios, San Pablo de los Remedios, Jalpa de los Baños, San Cristóbal de los Baños.

Los preparativos de la fiesta para San Miguel Arcángel inician con la llegada de ceras un mes antes, y de las flores una semana antes de la fecha de celebración. Para dar vista a esta pre- fiesta, los mayordomos y sus voluntariados una semana antes adornan con palomitas de maíz, panes y flores de cempaxúchitl al nicho que ensalzarán a San Miguel Arcángel (Ver figura 1). En estos momentos se observan los espacios de reciprocidad, pues si bien los mayordomos se responsabilizan de los gastos del festejo, así como los alimentos; la comunidad es voluntaria en los procedimientos del preparativo y los adornos.

Ahora bien, los escenarios de fiesta con participación del Tita mona son dos días importantes, el primero es el 27 de septiembre seguido del 29 del mismo mes. En cuanto a los Tita mona representan al indígena que, al no poseer un caballo para competir y formar parte de la festividad, opta por utilizar una mula y un tambor para simular el trote de un caballo. Asimismo, el lazo o cable que emplean tiene la función de corregir a quienes no respetan los comportamientos establecidos durante la festividad. Este objeto es una representación de la cuarta o chicote con la que se incentiva el movimiento del caballo. Se dice que, en la actualidad, los participantes utilizan caballitos de palo y tela en lugar de mulas, aunque en sus inicios empleaban mulas reales y vestimenta cotidiana. Hoy en día, la indumentaria tradicional incluye pantalón y camisa de manta

Su vestimenta distintiva incluye una mula de madera o un caballito de palo. Además, portan una máscara elaborada con piel de conejo principalmente pero también puede ser piel de algún otro animal como borrego, mapache o de las que se emplean el Día de Muertos, como las de lobo. El uso de la máscara es un elemento fundamental de su caracterización (Ver figura 1).

Figura 1. Los mayordomos y capitanes cargando el nicho al campo de las carreras: Los Tita monas están haciendo la valla para las carreras de caballos.
Figura 1. Los mayordomos y capitanes cargando el nicho al campo de las carreras: Los Tita monas están haciendo la valla para las carreras de caballos.
Fuente: Fotografía tomada por Luis Ángel Velázquez Lara, septiembre 2023.

El 27 de noviembre aproximadamente a las siete de la mañana se reúnen en la iglesia los capitanes, los Tita mona, el tamborero, voluntarios y familiares de los mencionados cargos. El objetivo es realizar en el trascurso de la mañana y el medio día una recolecta de pollos y guajolotes proporcionados por los habitantes de las 13 manzanas de la comunidad. Cada grupo de capitanes hacen una lista de acompañantes con el propósito de entregarles un animal recolectado, todos los grupos van acompañados de un tamborero, un capitán, personas que cargan los huacales[6], coheteros, y por supuesto los Titas monas que son los que reciben el animal en las casas.

La gente desde su domicilio se prepara para entregar su animal, al llegar a la casa, el Tita mona llega bailando al ritmo del tambor y gritando ¡Ave María Purísima!, por lo que el casero contesta “Sin pecado concebida”. Al entregar el animal es colocado en los huacales, para cuando las cajas se llenan, una camioneta con jaulas más grandes los recolecta para el escenario principal de las carreras y la fiesta (Ver figura 2).

Figura 2 Recorrido por la comunidad para recolectar los pollos y guajolotes: Bendición del animal antes de la fiesta.
Figura 2 Recorrido por la comunidad para recolectar los pollos y guajolotes: Bendición del animal antes de la fiesta.
Fuente: Fotografía tomada por Luis Ángel Velázquez Lara, septiembre 2023.

El día 29 de septiembre, se reúnen en casa del mayordomo o de alguno de los capitanes donde llegan a comer para después salir rumbo a la iglesia bailando al son del tambor, ese día los Tita mona van al frente del nicho bailando y gritando: “Ave María purísima” además de ir pegando al suelo con el chicote, lazo, palo, cable o cuarta.

Las carreras de caballos del 29 de septiembre se realizan en otra iglesia localizada en la periferia de la comunidad. Al finalizar la misa del medio día se continúa con las célebres intenciones de correr. Los Tita mona se encargan de abrir el camino para el acceso del nicho que se coloca a un costado de la iglesia, del mismo modo, se hace una valla que delimita el hipódromo improvisado de aproximadamente 100m. Este mecanismo de protección posibilita a los Tita mona a cuidar a los espectadores que intentan cruzar la cancha, evitar accidentes y recoger los sombreros que caen de los jinetes.

Las repercusiones por parte de los Tita mona para los indisciplinados (que cruzan, juegan y alteran el público) es un golpeteo en el cuerpo con el lazo, chicote, cable, palo o cuarta para evitar el accidente. Otro de sus roles es perseguir a los pollos o guajolotes que escapan de los jinetes; si logran atrapar alguno, se lo quedan. Al finalizar la carrera, cierran la valla y van en busca del nicho para trasladarlo al centro de San Pedro de los Baños. Una vez allí, repiten el procedimiento de formación de la valla para las carreras, siendo este el momento en el que más golpean, ya que la gente, principalmente los jóvenes, tiende a cruzarse con mayor frecuencia. Al concluir, expresan su gratitud y, junto con el nicho, regresan bailando hasta la iglesia.

Finalmente, los jinetes al llegar al atrio de la iglesia bailan durante aproximadamente 40 minutos. Luego, se reúnen para recibir los animales sobrantes como obsequio y regresan a sus hogares satisfechos, llevando consigo su animal y, en algunos casos, un sombrero recogido. Los Tita mona son miembros de la comunidad, ya sean niños, jóvenes o adultos, que desean participar en la festividad.

El Cha´a en la fiesta patronal de San Miguel la Labor

La investigación se realizó durante junio de 2024 en la fiesta patronal de San Miguel la Labor en honor a San Miguel Arcángel. Esta festividad inicia en julio con el recorrido del santísimo por todos los barrios. Dicho recorrido es organizado por los mayordomos de la festividad y el fiscal, el señor Sergio Salazar Mier, junto con los habitantes de la comunidad. En este caso, el fiscal asume el papel de Cha’a en la festividad, ya que es el encargado de la iglesia, las festividades y todos los preparativos, además de supervisar que todo se lleve a cabo con orden y conforme a lo establecido en las tradiciones.

El recorrido del santísimo comienza en el barrio del centro de la comunidad, donde se ubica la iglesia católica. En este recorrido participan los mayordomos y personas de la comunidad. Dado que el pueblo es muy grande, la comunidad se divide en barrios, y a cada uno se le asigna un número de días para el recorrido de la imagen de San Miguel Arcángel, dependiendo de su tamaño. Como se mencionó anteriormente, San Miguel la Labor se compone de siete barrios: El Centro, Monte Alto, Las Palomas, La Palma, La Era, La Loma Colorada y Buena Vista.

La finalidad de este recorrido es que las personas reciban al santísimo en su hogar, con la creencia de que bendecirá y protegerá su casa. Durante la recepción del santísimo, los habitantes colocan una mesa afuera de su casa para que la imagen pueda descansar. Al llegar, se realiza una oración o rezo, y posteriormente se bendice la entrada con agua bendita la cual marca el inicio del recorrido, y este procedimiento se repite en cada hogar visitado. Cabe resaltar que, para que el santísimo llegue a una casa, el anfitrión debe haber acompañado el recorrido durante todo el día en que se asigna su visita. Además, es obligatorio que, el día que llegue a su hogar, el anfitrión acuda a la capilla donde permanecerá el santísimo para ofrecer una comida a los asistentes y realizar una cooperación económica. Los fondos recaudados son administrados por el Cha’a, quien se encarga de determinar su uso. Durante esta festividad también se lleva a cabo la ejecución de la danza de los Santiagueros, en la que participan señores de la comunidad el día de la fiesta patronal.

El recorrido del santísimo por toda la comunidad dura aproximadamente dos meses. Como se mencionó anteriormente, la imagen es trasladada de barrio en barrio, comenzando diariamente a las nueve de la mañana, y a la una de la tarde, los participantes hacen una pausa para comer, y el recorrido se reanuda hasta las seis de la tarde. Dado el tamaño del pueblo, el santísimo es resguardado en distintas capillas de la comunidad, decisión tomada por los mayordomos y el fiscal con el objetivo de evitar que sufra algún daño o percance. En algunas ocasiones, los habitantes llegan a disputar en qué capilla descansará el santísimo, ya que se considera un honor alojarlo.

Uno de los momentos más importantes del recorrido es el cambio de barrio, por ejemplo, cuando finaliza el recorrido en el barrio Las Palomas y el santísimo debe ser trasladado al barrio Buena Vista, se reúnen las autoridades y los habitantes de ambos barrios en la colindancia de sus territorios. Los anfitriones del barrio saliente expresan palabras de despedida y gratitud por la visita del santísimo, mientras que los nuevos anfitriones decoran un arco con globos y flores, colocan una mesa de bienvenida y reciben la imagen con cohetes y aplausos. Este mismo procedimiento se repite en cada cambio de barrio.

El último barrio en recibir al santísimo es La Palma. Posteriormente, se traslada a la comunidad de Mesa del Agüita (Ver figura 3), que en tiempos pasados pertenecía a la comunidad. Una vez finalizado el recorrido, el santísimo regresa a la iglesia de San Miguel la Labor, donde permanecerá hasta la celebración de la festividad. El recorrido culmina a finales de agosto, y a partir del 28 de septiembre, la comunidad de San Miguel La Labor inicia los preparativos para la conmemoración de la fiesta.

Los mayordomos, con la ayuda del Cha’a, organizan la decoración de la iglesia y la instalación de castillos pirotécnicos, los cuales comienzan a elaborarse dos meses antes por artesanos y mayordomos de la familia Benito Mejía. Durante la víspera, se encienden diez castillos, algunos donados y otros adquiridos por la mayordomía, además de toritos pirotécnicos donados por distintos barrios de la comunidad.

Figura 3. Peregrinación con el santísimo: Recorrido del nicho por la comunidad San Miguel la Labor.
Figura 3. Peregrinación con el santísimo: Recorrido del nicho por la comunidad San Miguel la Labor.
Fuente: Fotografía tomada por Luis Ángel Velázquez Lara, septiembre 2023.

El 29 de septiembre, día central de la festividad, inicia con las mañanitas a las 12:00 de la madrugada. Para esta ocasión, se contratan mariachis y solistas de la comunidad, quienes son acompañados por los habitantes del pueblo. También se contratan bandas que tocan durante toda la jornada, desde la madrugada del 29 de septiembre hasta aproximadamente las 8 de la noche. Estos grupos musicales acompañan a las pastoras y demás danzas tradicionales que participan en la festividad. Asimismo, hay representación de otras comunidades, como Calvario de Carmen y San Nicolás Guadalupe, cuyos participantes visten la indumentaria tradicional mazahua y ejecutan danzas típicas de la región.

El Cha’a inicia su participación durante los recorridos del santísimo por toda la comunidad, como se mencionó anteriormente. Antes de continuar, es importante definir al Cha’a como una persona de mayor edad, cuya función es guiar a los jóvenes durante las festividades de la comunidad. Es un fiel creyente de la religión católica, apegado a los principios y valores heredados de su familia a lo largo del tiempo. Su intervención principal se da en la corrida de caballos durante la festividad de San Miguel Arcángel.

La corrida de caballos se lleva a cabo en el campo 1 de Monte Alto y es liderada por el Cha’a, quien dirige la cabalgata y la carrera. Además, se encarga de recolectar los animales que serán ofrendados y entregados a los participantes de la cabalgata. En esta actividad, jinetes y rancheros de la comunidad, así como de localidades vecinas, participan con pollos vivos, los cuales son obsequiados en señal de agradecimiento por su participación. Es importante mencionar que en la carrera participan niños, jóvenes, adultos, personas de la tercera edad y mujeres. Al término de la carrera, se extiende una invitación a todos los participantes para acudir a la capilla del mayordomo encargado de la festividad, donde se ofrece un banquete. Cada año, la sede de este evento varía dependiendo de las familias que desean participar y asumir la responsabilidad de la organización. En estas comidas, se brinda alimento a todos los integrantes de la familia anfitriona hasta la tercera generación, es decir, tíos, primos, sobrinos, nietos, hijos e hijas de la persona mayor encargada de la capilla.

Otra de las actividades más relevantes es la segunda corrida de caballos, que también se lleva a cabo en el campo 1 de Monte Alto. En ella, jinetes y rancheros de la comunidad y de poblaciones vecinas participan nuevamente con pollos vivos, que son entregados como símbolo de agradecimiento por su participación. Al concluir la carrera, los asistentes son invitados a una comida en la capilla, donde se reúnen para compartir los alimentos y cerrar con éxito la jornada festiva.

Conclusión

El Tita mona desempeña un papel fundamental durante la festividad en honor a San Miguel Arcángel y el 1 de mayo, donde es ampliamente respetado como el sabio de la comunidad. Su función principal es organizar y supervisar el comportamiento de los participantes durante las carreras de caballos y el recorrido en el pueblo de San Pedro de los Baños. Esta tradición ha sido transmitida de generación en generación, con nuevos miembros jóvenes que se incorporan cada año, mientras que los más ancianos les otorgan su caracterización.

Dentro de esta documentación podemos resaltar el papel de las personas mayores, especialmente los abuelos, a quienes el Tita mona representa. Su presencia en la festividad ayuda a la transmisión de la tradición a las nuevas generaciones, evitando que la celebración caiga en el olvido.

Por otro lado, el Cha’a juega un papel esencial en la organización de la fiesta patronal de San Miguel la Labor. Es reconocido como un sabio de la comunidad, cuya presencia ha sido constante en la realización de esta festividad a lo largo de los años. Sus principales responsabilidades incluyen la coordinación de la carrera o cabalgata de caballos en los campos de fútbol de Monte Alto, la supervisión del recorrido del santísimo por todos los barrios de la comunidad, la designación de los mayordomos encargados de proveer alimentos durante los días de la festividad y la gestión de los grupos de danzantes locales y de comunidades vecinas.

Los conocimientos del Cha’a han sido heredados de generación en generación, y su rol se caracteriza por su liderazgo, carácter y profundo conocimiento de la festividad. Trabaja en conjunto con el fiscal principal de la iglesia católica y con los mayordomos encargados de la celebración. Para todos ellos, la efectividad de la organización es crucial, ya que la festividad posee un valor simbólico transmitido por los ancestros de la comunidad. Su objetivo es mantener viva la tradición entre las nuevas generaciones de jóvenes y niños, asegurando la continuidad de las costumbres y celebraciones en honor a San Miguel Arcángel.

Referencias

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Notas

1 Tita mona: en español la palabra Tita significa viejo, y mona hace referencia a mono: como sujeto enmascarado de lobo, conejo o viejo. Para la comunidad mazahua tiene diferentes connotaciones, algunas de sus interpretaciones son Viejos de la danza, Los Locos de la Danza y Los Abuelos. Especialista ritual encargado de conducir las festividades religiosas.
2 Cha’a: en español la palabra Cha’a significa viejo. Para la comunidad mazahua tiene diferentes connotaciones, algunas de sus interpretaciones son Viejos de la danza, Changos, Los Locos de la Danza y Los Abuelos. En el contexto social el Cha’a también es identificado para los Mbota: hacendados con traje y zapatos, o bien, los Ngicha: los que solo hablan español.
3 Mazahua: comunidad de origen prehispánico del territorio centro de Mesoamérica. Actualmente establecidos en el centro de México en el Estado de México y parte de Michoacán. Su idioma pertenece a la familia lingüística oto-pame compartida con el otomí, el matlatzinca y el tlahuica. El idioma tiene dos variantes el jñatro (mazahua del oriente) y el jñatjo (mazahua del occidente) según el (Instituto Nacional de Lenguas Indígenas [INALI], 2009, p.142). El último censo del (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [INEGI], 2020) tiene registrado a 132 mil 710 hablantes de mazahua distribuidos en la zona céntrica de México y parte de los Estados Unidos de América.
4 Xitas: denominación otomí-mazahua para referirse a los ancestros o viejos, creadores del cosmos.
5 Trikcster: es un personaje occidental de la época medieval, para el caso de México se adopto y comparo con variados personajes del pensamiento mesoamericano, en su mayoría es atribuido como un personaje burlo, embaucador, bonachón, inteligente, astuto, controlador y rebelde.
6. Huacal: Son cajas grandes de madera en las que se introducen los pollos y guajolotes, caben aproximadamente 10 animales.
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