Reseñas

La cruel pedagogía del virus

The Cruel Pedagogy of the Virus

http://orcid.org/0000-0002-1087-5455 Soledad Vercellino
Universidad Nacional de Río Negro, Argentina

La cruel pedagogía del virus

Revista Educación las Américas, vol. 10, 2020

Universidad de Las Américas

De Sousa Santos Boaventura. La cruel pedagogía del virus. 2020. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Clacso. 87pp.. 978-987-722-599-0

Recepción: 15 Mayo 2020

Aprobación: 01 Julio 2020



Cuando el caminante canta en la oscuridad, desmiente su estado de angustia, mas no por ello ve más claro.

Fuente: - Freud, Inhibición, síntoma y angustia, 1926.

Boaventura De Sousa Santos se ha convertido en un referente para las ciencias sociales y humanas y el pensamiento crítico contemporáneo. Es posible observar un creciente uso de sus construcciones conceptuales epistemológicas o de teoría social en diversos ámbitos de las ciencias sociales y las humanidades, como por ejemplo en los ámbitos de educación, el derecho, la sociología, la historia, el arte, estudios sociales sobre salud, la filosofía de la ciencia, entre otros (Binimelis-Espinoza y Roldán Tonioni, 2017). Escribe sobre globalización, sociología del derecho, epistemología, democracia y derechos humanos.

Es profesor catedrático jubilado y Director Emérito del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra, ex docente de la Universidad de Wisconsin-Madison y de la Universidad de Warwick y Doctor Honoris Causa de varias universidades, entre ellas, las Nacionales de Córdoba y de La Plata en Argentina. Como otros autores contemporáneos de la talla de Giorgio Agamben, Slavoj Zizek, Byung-Chul Han o Noah Harari, se ha visto urgido por la irrupción de la pandemia del COVID 19 a pensar este tiempo.

Convencido de que la disputa es en el campo del sentido común, De Sousa Santos es un activo divulgador. Una compilación de sus notas aparecidas en diferentes medios de comunicación da lugar al Libro “La cruel pedagogía del virus” que el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, con el apoyo del Transnational Institute, publica.

Se trata de un texto breve con el que los editores buscar contribuir a entablar diálogos en torno a nuevos y viejos interrogantes y en la búsqueda de respuestas originales a los problemas de nuestro tiempo.

Es también un texto urgente. Despojado de la solemnidad de otras obras del autor, da cuenta de la contemporaneidad, siempre problemática, entre circunstancias y pensamiento. Pero, al fin y al cabo, a lo largo del libro no hace más que poner en acto las principales premisas de su programa epistemológico: se trata de un análisis profundamente situado, que reconoce la imprevisibilidad de los fenómenos sobre los que habla, así como su interpenetración, espontaneidad y auto-organización. No es un pensamiento asentado en la necesidad lógica, sino en la creatividad y el accidente (De Sousa Santos, 2009).

Boaventura De Sousa Santos lo advierte:

La pandemia otorga una libertad caótica a la realidad y cualquier intento de aprisionarla analíticamente está condenado al fracaso, ya que la realidad siempre va por delante de lo que pensamos o sentimos sobre ella. Teorizar o escribir sobre ella es poner nuestras categorías y nuestro lenguaje al borde del abismo (De Sousa Santos, 2020, p. 38).

No obstante ello, por posicionamiento ético de un intelectual comprometido con su tiempo o por destino trágico en tanto sujeto que procura calmar la angustia que la enfermedad, la muerte y el encierro circundante genera, como el caminante freudiano, escribe en esta oscuridad.

El libro, presentado por Paula Meneses, una de sus principales discípulas del CES, se organiza en cinco capítulos. El primero (ya difundido en revistas como La Vaca, 2020) se titula “El virus: todo lo que es sólido se desvanece en el aire” y se estructura en torno a tres ejes de análisis. En primer lugar, establece el carácter normal del tiempo de excepción que vivimos. Tema recurrente, agambiano, la posición de De Sousa Santos es que la pandemia actual no supone una situación de crisis opuesta a una situación normal, sino de una crisis en un contexto de crisis. Sostiene que desde los años ochenta, con la imposición del neoliberalismo en su versión financiera, la crisis se ha vuelto permanente. Esta crisis social, advierte, va acompañada de una crisis epistémica que se expresa como la imposibilidad tanto de preguntarse por las causas de la misma como de desarmar los argumentos que legitiman la escandalosa concentración de riqueza y boicotean medidas efectivas para prevenir una inminente catástrofe ecológica.

En segundo lugar pone el foco en los cambios drásticos que la pandemia exige en las formas de vida dominantes (trabajo, consumo, ocio, convivencia) y en las maneras de anticipar o posponer la muerte. Dichos cambios, señala, desmoronan la idea conservadora de que no hay alternativa a la forma de vida impuesta por el hipercapitalismo. Denuncia que la idea de que no hay alternativas es una producción del sistema político contemporáneo, y que el enmudecimiento de esas alternativas las hacen retornar de la peor manera:

al haber sido expulsadas del sistema político, las alternativas entrarán cada vez más con mayor frecuencia en la vida de los ciudadanos y lo harán por la puerta de atrás de las crisis pandémicas, los desastres ambientales y los colapsos financieros (De Sousa Santos, 2020, p.22).

En el último eje de análisis da cuenta de cómo la sensación de seguridad y la arrogancia, sobre los que se sostiene el sentido común de los grupos favorecidos, son pulverizados en estos tiempos.

El capítulo 2, publicado a inicios de abril del 2020 en la revista portuguesa “Journal de Letras, Arte, Ciência, Resistência”, es de carácter epistemológico y se titula “La trágica transparencia del virus”. Su argumento podría resumirse, parafraseando a Boaventura De Sousa Santos, en que no hay posibilidad de liberación epistémica sin liberación política; no podemos pensar nuestro tiempo de una manera fértil y cercana a los problemas de las poblaciones sin un trabajo de emancipación de tres modos principales de dominación: el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado. A estos les reconoce su carácter de imprudentes, feroces y astutos (su astucia reside en aparecer débiles cuando aún son fuertes y presentarse como entidades separadas que no tienen nada que ver entre sí).

Los debates culturales, políticos e ideológicos de nuestro tiempo resultan así opacos y distantes de la vida cotidiana de la gran mayoría de la población y los intelectuales, aún los más lúcidos de nuestra época, no escapan a esos condicionamientos.

El ejercicio de teorización está, por consiguiente, en crisis o suma una nueva crisis a la crisis que viene arrastrando. La propuesta es ensayar una nueva heurística que supone todo un programa epistemológico y político: “Los intelectuales deben aceptarse como intelectuales de retaguardia, deben estar atentos a las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos comunes y teorizar a partir de ellas” (De Sousa Santos, 2020, pp. 40,41). El riesgo es que otras prácticas sociales se conviertan en los lugares de veridicción, líderes religiosos o políticos, apologistas de la dominación capitalista, colonialista y patriarcal.

El capítulo 3, “Al sur de la cuarentena”, fue publicado el 7 de abril en el Diario boliviano La Razón y el 9 del mismo mes en Página 12 de Argentina. Aquí, el autor identifica aquellos grupos sociales para los que la cuarentena es particularmente difícil: grupos especialmente vulnerables, sufrientes. Mujeres, trabajadores precarizados, informales, llamados autónomos; vendedores ambulantes; personas sin hogar o que viven en la calle, residentes de las periferias pobres de las ciudades, villas miserias y otros asentamientos informales, internos en los campos de internamiento para refugiados, los inmigrantes indocumentados o las poblaciones desplazadas internamente, discapacitados y ancianos, conforman ese “sur”.

La cuarentena no solo visibiliza las desigualdades económicas, de género, de edad, de capacidades, sino que también refuerza la injusticia, la discriminación, la exclusión social y el sufrimiento inmerecido que provocan. Las recomendaciones de los organismos internacionales parecen estar pensadas como dirigidas a un hombre, joven, ciudadano de clase media, en uso pleno de sus capacidades, empleado, que vive en una vivienda con ciertas condiciones básicas aseguradas.

En el cuarto capítulo identifica seis lecciones dadas por “La intensa pedagogía del virus”. La primera lección es que el tiempo político y mediático condiciona cómo la sociedad contemporánea percibe los riesgos que corre. Resulta curioso, según el autor, que la crisis climática o ecológica (que ya es irreversible), por ejemplo, no genere una respuesta dramática y de emergencia como la que está causando la pandemia. Sostiene que solo se convierten en problemas globales graves aquellos que afectan a las poblaciones de los países más ricos del norte global.

“Las pandemias no matan tan indiscriminadamente como se cree” (De Sousa Santos, 2020, p.65) es la segunda lección. Esta pandemia discrimina tanto en términos de su prevención, como de su expansión y mitigación, por lo que los más afectados son los sujetos sociales identificados en el capítulo 3: mujeres, ancianos, discapacitados, habitantes de asentamientos irregulares, entre otros.

La lección 3 es que el capitalismo en su versión de neoliberalismo combinado con el dominio del capital financiero, está desacreditado como modelo social, ante la crisis humanitaria mundial. Considera que la pandemia opera como un analista privilegiado que permite a los ciudadanos advertir que las políticas neoliberales continuarán socavando la capacidad de respuesta del Estado, y las poblaciones estarán cada vez más indefensas

Como lección 4, el autor sostiene que la extrema derecha y la derecha hiperneoliberal han sido definitivamente desacreditadas, no obstante, el colonialismo y el patriarcado están vivos y se fortalecen en tiempos de crisis aguda, y es esa la quinta lección.

En la lección 6 se señala que se subvierte la relación entre los tres principios de regulación de las sociedades modernas: el Estado, el mercado y la comunidad. En los últimos cuarenta años, el principio del mercado ha recibido prioridad absoluta en detrimento del Estado y la comunidad, la pandemia jerarquiza el lugar del Estado y la comunidad.

El último capítulo es esperanzador. Se titula “El futuro puede comenzar hoy”. Aquí De Sousa Santos ejercita su actitud vivencial de “optimismo trágico” (De Sousa Santos, 2009, p. 61): junto a la conciencia de las dificultades y de los límites de un conocimiento emancipador que no sea fácilmente cooptado por las regulaciones dominantes, reafirma su inquebrantable confianza en la capacidad humana para superar dificultades y crear horizontes potencialmente infinitos dentro de los límites asumidos como insuperables.

Así como Jaspers (1953) ubicó en las situaciones límites una de las fuentes del filosofar, Boaventura De Sousa Santos ubica en la pandemia y la cuarentena la prueba fáctica y la invitación a imaginar que es posible vivir, producir, consumir y convivir de otro modo y que el bien común puede ser el norte de esa experiencia.

Aquella premisa epistemológica de procurar una ciencia prudente para una vida decente se transforma en un imperativo ético y político: es necesario “pensar en una sociedad en la que la humanidad asuma una posición más humilde en el planeta en el que habita” (De Sousa Santos, 2020, p.83). La vida humana, señala, representa solo el 0.01% de la vida existente en la Tierra. Las estrategias políticas, económicas y sociales en el marco y post pandemia deben garantizar la continuidad de una vida humana digna en el planeta y la defensa de la vida en nuestro planeta en su conjunto es la condición para la continuación de la vida de la humanidad.

Esto requiere un giro epistemológico, cultural e ideológico que respalde y legitime esas estrategias. El primer paso es crear un nuevo sentido común: superaremos la cuarentena política, cultural e ideológica de un capitalismo encerrado en sí mismo y las cuarentenas cognadas de la discriminación racial y sexual cuando seamos capaces de imaginar el planeta como nuestro hogar común.

"Cuando el caminante canta en la oscuridad, desmiente su estado de angustia, más no por ello ve más claro”, escribió Freud en Inhibición, síntoma y angustia (1926). En ese texto esencial, explora cómo ante la angustia, el pensamiento (y otras funciones yoicas) puede detenerse, frenarse para evitar vérselas con eso que la causa o, por otra parte, puede encontrar en la angustia un motor para hacer otra cosa. Producir conocimiento (científico, o de sentido común, religioso o artístico), aun cuando sepamos que algo tiene del engaño del canto del caminante, nos permite seguir caminando y soportar el desamparo que genera la oscuridad circundante.

“La cruel pedagogía del virus” supone un aporte en ese sentido: tararea algunas pistas, recuperando la letra de medio siglo de producción de teoría crítica de Boaventura de Sousa Santos. En tiempos aciagos, eso no es poco.

Referencias

Binimelis-Espinoza, H. & Roldán Tonioni, A. (2017). Sociedad, epistemología y metodología en Boaventura de Sousa Santos. Convergencia, 24(75), 215-235.

De Sousa Santos, B. (2020). La cruel pedagogía del virus. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO.

De Sousa Santos, B. (2020, 4 de mayo). El virus: todo lo que es sólido se desvanece en el aire. Revista La Vaca. Recuperado de https://www.lavaca.org/notas/la-cruel-pedagogia-del-virus-todo-lo-que-es-solido-se-desvanece-en-el-aire/

De Sousa Santos, B. (2009). Una epistemología del sur: la reinvención del conocimiento y la emancipación social. Buenos Aires: Siglo XXI.

Jaspers, K. (1953). Los orígenes de la filosofía. La filosofía desde el punto de vista de la existencia. México: Fondo de Cultura Económica.

Freud, S. (1926). Inhibición, síntoma y angustia. En Freud, S. (1977). Obras Completas Sigmund Freud (71-164). Buenos Aires: Amorrortu.

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