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EL AGUA Y SU CONTEXTO EN DOS COMUNIDADES INDÍGENAS COSTARRICENSES, UJARRÁS Y SALITRE. EL DIBUJO SOCIAL COMO EXPRESIÓN-COMPRENSIÓN DE LA REALIDAD1
Cátedra: Revista Especializada en Estudios Culturales y Humanísticos, núm. 18, pp. 72-92, 2021
Universidad de Panamá

Cátedra: Revista Especializada en Estudios Culturales y Humanísticos
Universidad de Panamá, Panamá
ISSN: 2415-2358
ISSN-e: 2523-0115
Periodicidad: Anual
núm. 18, 2021

Recepción: 28 Abril 2020

Aprobación: 26 Octubre 2020

Resumen: Este artículo aborda la temática del agua de consumo humano en dos territorios indígenas costarricenses: Ujarrás y Salitre. Se parte de un marco teórico elaborado desde la ecología política. En lo que corresponde con la metodología se adopta una perspectiva de ecología de saberes o epistemologías del sur y en correspondencia con esto, las técnicas de investigación utilizadas fueron el dibujo social y los relatos colectivos de vida. Se muestran los problemas de abastecimiento de agua especialmente los que tienen que ver con la escasez de agua acentuada en tiempos de verano, cobertura muy limitada del agua potable, así como medidas de racionamiento. Se ilustran distintas maneras de abastecimiento, desde las familiares o individuales hasta las más institucionalizadas. El contexto de estos problemas es la deforestación lo que a su vez tiene que ver con la entronización de la economía no indígena en esos territorios, de allí, que finalmente el tema de la producción y distribución del agua puede ser leído desde la ecología política. Esta perspectiva que puede ser denominada teórica, está siendo dicha o expresada en lenguaje indígena mediante dibujos que sin muchos tecnicismos logran manifestar un dolor y una denuncia social. Es un encuentro de saberes.

Palabras clave: Territorios indígenas, Ujarrás, Salitre, ecología política, agua potable.

Abstract: This article addresses the issue of water for human consumption in two indigenous Costa Rican territories: Ujarrás and Salitre. The start point is a theoretical framework elaborated from political ecology. Regarding the methodology, a perspective of ecology of knowledge or epistemologies of the south is adopted and in correspondence with this, the research techniques used were social drawing and collective life stories. Water supply problems are shown, especially those related to accentuated water shortages in summer, limited coverage of drinking water, as well as rationing measures. Different ways of supplying are illustrated, from family or individual to the most institutionalized. The context of these problems is mainly deforestation, which has to do with the enthronement of the non-indigenous economy in those territories. Hence the issue of water production and distribution can finally be read from a political ecology point of view. This perspective, which can be called theoretical, is being said or expressed in indigenous language through drawings that, without many technicalities, manage to manifest pain and social denunciation. It is a meeting of knowledge.

Keywords: Indigenous territories, Ujarrás, Salitre, political ecology, potable, drinking water .

Introducción

Este artículo presenta resultados de investigación del proyecto: “Gestión Social del Agua en territorios Indígenas desde la Sociología Visual. Casos seleccionados de las provincias de Puntarenas y Limón”, ejecutado desde la Escuela de Sociología de la Universidad de Costa Rica (UCR), dedicado, como el título del proyecto lo indica, a asuntos de gestión del agua en territorios indígenas. La noción de “gestión” en este contexto resulta fundamental para entender la naturaleza del proyecto pues indica claramente asuntos prácticos, que interesan tanto a la sociología teórica como a las comunidades indígenas.

La investigación se inscribe en una perspectiva de “sociología aplicada”, en tanto que parte de conceptos y de metodología científica que al mismo tiempo se busca comunicar sus resultados con los “grupos de referencia”, según la terminología de Orlando Fals Borda. Se puede decir, que la preocupación por la gestión del agua viene dada por los propios grupos de referencia. Los casos aquí tratados se ubican en dos territorios indígenas costarricenses, Ujarrás y Salitre. Más adelante, se indicarán las características básicas de estos territorios.

Debe agregarse que este artículo es también beneficiario de otros proyectos de investigación y de acción social que la Escuela de Sociología ha venido ejecutando en territorios indígenas, especialmente con proyectos enmarcados la temática de los paisajes indígenas. El paisaje es una categoría científica muy útil para comprender fenómenos de relacionamiento de los grupos humanos con la naturaleza. El agua, es todo un sistema conectado con la calidad y densidad de la biodiversidad. En los estudios sobre paisajes había salido claramente a relucir la importancia del agua para la subsistencia de los grupos indígenas. Se había hablado recurrentemente de ríos, quebradas, sequías, cambios en los patrones de la estación lluviosa. Al respecto, emergía la temática de la gestión del agua como una preocupación muy sentida por parte de nuestros grupos de referencia. Por lo demás, el tema del agua ha venido fortaleciéndose como un campo de estudio de mucho interés y relevancia tanto en el contexto nacional como internacional.

De acuerdo con los esquemas usuales para este tipo de artículos, este texto se desarrolla de la siguiente manera. Un apartado dedicado a la exposición teórico-metodológica. Se presenta los conceptos centrales, básicamente inspirados en la ecología política y la ecología de saberes. Se presenta en ese mismo apartado la metodología basada en el dibujo social y en los relatos colectivos de vida. En el siguiente apartado se presentan los hallazgos de investigación. Y, finalmente se exponen las conclusiones.

Fundamentos teórico-metodológicos

Este texto, basado en una investigación de campo, tiene como fundamentos teórico- metodológicos centrales la ecología política en combinación con la perspectiva de la ecología de saberes. En lo que respecta a la metodología de investigación, se ha aplicado el dibujo social en combinación con los relatos colectivos.

La ecología política es una teoría que sostiene que la llamada naturaleza en estado puro no existe; que la naturaleza se encuentra mediada socialmente. Son los grupos sociales que se desempeñan en determinados contextos naturales los que van decidiendo el tipo de “naturaleza” que les conviene. Y, por otra parte, como esos grupos sociales son heterogéneos, normalmente, en lucha entre sí, la relación con el entorno natural o “naturaleza” pasa por una permanente negociación interna sea esta violenta, pacífica o mediada. Los elementos que son parte de este espacio de conflicto, son al menos: apropiación, uso, y distribución de los desechos (después del uso) de los recursos naturales. Los relacionamientos sociales al ser grupales presuponen ubicaciones sociales diferenciadas sea en términos de clase, de etnia, de género, de pertenencia etaria, entre otros; por tanto relacionamientos políticos, en tanto entrañan relaciones de poder. De ahí ecología política, o sea, negociación política de los recursos de la naturaleza.

La ecología política se encuentra íntimamente emparentada con la economía política, pues esta especialidad científica busca el estudio de las determinaciones políticas de la economía, o de los bienes económicos. La economía política estudia la apropiación diferenciada de los bienes económicos por parte de los grupos, tales como las clases sociales. La ecología política es la aplicación de las herramientas analíticas de la economía política a los recursos naturales. En lo que mí respecta Karl Marx, viene siendo el gran autor de referencia, tanto en la economía como en la ecología políticas.

No obstante, es bien conocido que a Marx se le conoce más por sus elaboraciones enmarcadas en la economía política que en la ecología política. Desde tal perspectiva se ha sobredimensionado su marco conceptual a partir de la noción “desarrollo de las fuerzas productivas”. Comparto con Bellamy Foster su lectura ecologista de Marx partiendo de la concepción materialista de la historia de origen epicúrea que colocó el desarrollo de la materia como el principio máximo de realidad, sin decir que la materia va para un fin predeterminado, sino que se desarrolla en una permanente transformación o muerte, “mors immortalis”, muerte inmortal, según el concepto de Lucrecio.

Para Bellamy Foster, el concepto central ecológico de Marx es el del metabolismo social, para hacer referencia a los intercambios incesantes de energía entre naturaleza y sociedad. Tales intercambios están dados por la producción, en tal caso, por la sucesión de modos de producción que establecen relacionamientos específicos entre sociedad y naturaleza ya que cada modo de producción aporta un nivel técnico. Incluso este autor coloca a Marx como un precursor del ahora llamado “desarrollo sostenible” cuando en el tomo 1 de El Capital plantea:

Mirada desde una formación socioeconómica superior, la propiedad privada de la tierra en manos de determinados individuos parecerá tan absurda como la propiedad privada que un hombre posea de otros hombres. Ni siquiera una sociedad o nación entera, ni el conjunto de todas las sociedades que existen simultáneamente son propietarios de la tierra. Son simplemente sus posesores, sus beneficiarios y tiene que legarla en un estado mejorado a las generaciones que les suceden, como boni patres [buenos padres de familia]. (Citado por Bellamy Foster, 2000: 254).

En lo que tiene que ver con los estudios sobre conflictos por el agua en el caso costarricense, debe destacarse el conjunto de trabajos recopilados por Felipe Alpízar, quien enmarca su libro en una perspectiva de ecología política, al subrayar que tal conflictividad tiene que ver con el avance del modelo productivo costarricense centrado en los últimos años en la producción agrícola de exportación y el turismo, lo que conlleva a la sobre utilización del recurso hídrico, provocando choques y resistencias en espacios locales que en otros momentos no tenían problemas de abastecimiento. Por lo tanto, para Alpízar la conflictividad por el agua no es un campo neutral. Por el contrario, llama a poner la atención en:

“… las relaciones de poder, ya sea materiales, discursivas, económicas o culturales, implícitas en las cuestiones socioambientales, así como a las relaciones de clase, género, etnia u otras relaciones políticas que subyacen a estas cuestiones. (Alpízar, Felipe, 2019: 19-20).

Se puede agregar a lo anterior, sin contradecirse, que la falta de política, es política también, puesto que grupos vulnerabilizados o profundamente marginalizados, al tener escasa fuerza de incidencia política se ven desplazados de las políticas institucionales que tienen que ver con el agua, exponiéndose a grandes riesgos de salud por no tener acceso agua potable, dado que que la política no llega hasta donde ellos. Es este el caso tratado por Ana Lucía Mora González, el de la comunidad de Los Pilares de Coto Brus, fronteriza con Panamá, trabajo también integrado en la recopilación antes mencionada de Alpízar. (Mora González, Ana Lucía, 2019, 105-149).

Dado que los casos de estudio que se abordan aquí son dos territorios indígenas la perspectiva de la ecología política debe adaptarse a las características de tales territorios. En este sentido, me sirve en tanto mediación analítica el concepto de economía indígena. Esto quiere decir que parto de la noción de que hay una economía de herencia indígena, basada en el intercambio de valores de uso en combinación con una economía mercantil o capitalista basada en la mercantilización de los bienes originalmente considerados como bienes de uso. La entronización de la economía capitalista en la economía indígena es una relación histórica que viene desde la colonización, continúa en el período republicano y adquiere nuevas formas intensificadas en el marco de la economía neoliberal globalizada, que es en la que nos encontramos viviendo.

Existe una territorialidad indígena con una dinámica relativamente independiente. Esta economía se puede estudiar de manera específica, por tanto, como objeto separado de estudio. Pero, evidentemente, sería un error, desgajar esta especificidad indígena de su entorno territorial, que es claramente capitalista. Existe una compenetración territorial entre el territorio capitalista que constituye el entorno de los territorios indígenas y propiamente su territorialidad. Son estos vasos comunicantes lo que vuelven el asunto muy complejo y dinámico.

En lo que respecta a la ecología política en territorios indígenas la pienso por tanto como una negociación de los recursos naturales de los territorios indígenas en la que toman parte los grupos indígenas presentes dentro del territorio y los grupos no indígenas que se mueven fuera y dentro de tales territorios pugnando por mantener y profundizar despojos territoriales. Hay una política de los recursos naturales, (entre los que en primer lugar se debe incluir a la tierra), que se expresa de manera “pura” o legal a través de partidos políticos, asociaciones o diversos grupos de poder. Y hay otra política que se puede manifestar a través de canales ilegales como agresiones violentas, asesinatos, exclusión socioeconómica de los grupos indígenas.

Los resultados de las negociaciones y conflictos en torno a los recursos naturales en términos territoriales en buena parte se expresan como paisaje. La formación económico-social resultante en los territorios indígenas tiene impacto en las coberturas boscosas, la deforestación, el cauce de ríos y quebradas, la conformación de la superficie terrestre en términos de cultivos. Obviamente, en lo que respecta al llamado paisaje social, expresado entre otros aspectos en viviendas, caminos e infraestructura estará ampliamente impactado por el desenvolvimiento específico de la formación social y su desarrollo a lo largo de la historia. El tema de la construcción social del paisaje lo he trabajado ampliamente en otros textos. (Cordero Ulate, Allen: 2014, 2015, 2017, 2018).

Tanto la ecología como la economía política constituyen perspectivas académicas occidentales de conocimiento de la realidad. Sobre todo la economía política tiene cerca de dos siglos de estarse formalizando en textos y discusiones a académicas.2 En lo que respecta a la ecología política, sus desarrollos son más recientes, pero debe subrayarse que ya tiene a su haber múltiples elaboraciones y estudios. En particular, me siento en relación con los estudios del recordado Héctor Alimonda , con su vertiente teórica de una ecología política latinoamericana. Al respecto, Alimonda sitúa la historia de América Latina, en el proceso de expropiación de las poblaciones indígenas latinoamericanas, que conllevó incluso a la ejecución de grandes etnocidios.

Pero este fenómeno de expoliación indígena ha contado con sus contrapartes de resistencia que se prolongan hasta el presente. Ha sido una expropiación de la naturaleza y de la propia humanidad indígena, pero como espacio de conflicto puesto que las poblaciones indígenas se han defendido y siguen defendiéndose. Las resistencias indígenas tienen un importante contenido ambiental o natural, puesto que al defender sus modos de vida, conlleva la defensa de la naturaleza en sus territorios. (Alimonda, 2006: 57-86).

Por otro lado, pienso que el saber académico debe encontrase en conexión con otros saberes, como pueden ser los saberes populares y campesinos, en el caso que nos ocupa, los saberes indígenas. A veces en el marco de las elaboraciones académicas estos saberes se denominan, “sentido común”. El sentido común sería una especie de conocimiento aparencial que no logra penetrar la esencia o las estructuras.

En este estudio me coloco en una perspectiva de respeto con relación a los saberes populares o indígenas. Cuando un sociólogo del nivel de Boaventura de Sousa Santos enuncia su concepto de ecología de saberes o diálogo de saberes, asesta un golpe mortal a la epistemología tradicional verticalista basada en la separación de objeto y sujeto. En filosofía social y en sociología tradicionales, el objeto es lo social. Mientras que el sujeto científico conoce o aprehende. El objeto es pasivo, el sujeto activo. El pueblo o lo social sería la materia por conocer. La Universidad conoce al pueblo; lo social. Pero de acuerdo con la ecología de saberes, el pueblo o lo social, se hace y se autoconoce, en otras palabras, se hace independientemente de la Universidad, de sus filósofos y sociólogos.

Es más, la filosofía y la sociología requieren que el objeto les hable puesto que si no les habla, el conocimiento científico no se hace. Es como si los pueblos indígenas le hicieran una huelga a los antropólogos, entonces éstos se quedarían sin trabajo. O bien, para los sociólogos, sería como si el pueblo se negara a contestar encuestas, responder entrevistas o participar en grupos focales o talleres participativos. Si el objeto se cierra, el sujeto queda desnudo. Por más sofisticado que quiera aparecer un conocimiento, por más independiente que este conocimiento quiera aparecer respecto a los "sentidos comunes" o los saberes populares tiene deudas con estos saberes. Frecuentemente los saberes académicos son los saberes más prosaicos del mundo.

El conocimiento académico buscando escaparse de los saberes populares, a veces asume tecnicismos y nomenclaturas para escapar del control social. Es decir, que aparentando ser sabio por no entendérsele, busca su puesta en escena no en la explicación de la complejidad real, sino en la complicación formal; que son cosas distintas. Todo esto para decir que, en la construcción de nuestros saberes filosóficos y sociológicos, requerimos una comunicación transparente e inteligible con nuestros pueblos. Quienes pretendemos coadyuvar desde la Universidad en lo que de manera abstracta se declara como "transformación o bien común" somos deudores de los saberes populares, volvemos y junto con ellos tratamos de transformar. Tal y como lo expresó De Sousa Santos:

Las Epistemologías del Sur se centran en los procesos cognitivos sobre el significado, a justificación y la orientación en la lucha librada por aquellos que resisten y se rebelan contra la opresión. La cuestión de la validez surge de esta fuerte presencia. El reconocimiento de la lucha y de sus protagonistas es un acto de pre conocimiento, un impulso intelectual y político pragmático que implica la necesidad de examinar la validez del conocimiento que circula en la lucha y que es generado por la lucha misma. (Meneses María Paula, Bidaseca Karina Andrea, 2018; 30).

Me parece completamente acertado epistemológicamente que la resistencia, la lucha, genera un conocimiento, que parte de saberes ancestrales y que al mismo tiempo se recupera en la arena de la práctica. Mucho de este conocimiento es oral y solo se le conoce por estar ahí. No hay manual, ni libro que sustituya la generación de este conocimiento que además es cambiante como la lucha o la vida misma en su hacerse. En cuanto a la metodología, esta investigación ha combinado dos técnicas de investigación: el dibujo social y los relatos colectivos del paisaje.

La primera técnica tiene su sustento teórico-metodológico en la socio-semiótica, campo del conocimiento que consiste en establecer relaciones analíticas entre los determinantes sociales y la producción sígnica, como las son todas las formas de transmisión de significados, como lo es principalmente el propio lenguaje, pero también los dibujos. Las autoras Tatiana Beirute y Nora Garita aplicaron este marco teórico-metodológico al estudio de dibujos infantiles elaborados por niñas(os) ubicadas(os) en escuelas de distinta condición social: una de clase alta y otra de clase obrera/popular. En el análisis de los dibujos priorizaron las categorías sociológicas:

género, clase social y poder. (Beirute Tatiana y Garita Nora, 2011: 165-192).3 En el caso que se trata en este texto he priorizado en tres dibujos. El primero fue realizado en el marco de un relato colectivo de paisaje realizado en el territorio indígena de Ujarrás, realizado el día 9 de febrero del 2018, contando con una participación de ocho personas. (Ver anexo 1).

El segundo dibujo se realizó igualmente en Ujarrás en el marco de un taller llevado a cabo el 30 de julio del 2019, las investigadoras y uno de los investigadores del proyecto indicado en la introducción, y, cuatro personas de la comunidad, la mayor parte de ellos vinculados con el Comité Administrador del Agua de Ujarrás, o ASADA. 4 En tanto que el tercer dibujo se realizó en Puente, que es una comunidad ubicada en el Territorio Indígena de Salitre, limítrofe con el de Ujarrás, y que fue realizado el día 30 de julio del 2017, con una participación de cuatro personas. (Ver anexo 1). En el caso de Salitre, la técnica de relato colectivo, que seguidamente se explicará en qué consiste, se aplicó aparte de Puente en otras cuatro comunidades, Yeri (25.06.17), Las Rosas (14.09.17), Cebror (17.06.17) y Calderón el 18.02.18.

Pero estos últimos cuatro casos o comunidades, aunque los utilizo como contexto, no los uso directamente, pues prioricé en la comparación de dos comunidades pertenecientes a dos territorios diferentes. Como se ve, los dos primeros dibujos, son de Ujarrás y el tercero de Salitre. Desde un punto sociológico aunque ambos son territorios indígenas, presentan al mismo tiempo importantes diferencias. En Ujarrás, se tiene al grupo étnico cabécar, experimentando al mismo tiempo una dominación socio-política muy importante ejercida por grupos no indígenas muy empoderados dentro del territorio.

En tanto que en Salitre habita mayoritariamente la etnia bribri, con una minoría brörán. Partí de la suposición que en tanto producción sígnica, esto es, que los dibujos seleccionados reflejarían algunas particularidades socio-culturales de cada uno de los pueblos indígenas en tanto constituyen realidades conectadas pero específicas de cada uno. Las categorías principales para abordar el análisis se derivaron del marco teórico antes expuesto: paisaje, economía indígena y ecología política, teniendo como eje transversal el tema del poder social sobre el agua.

En cuanto a los relatos colectivos se deriva de la técnica clásica de los los relatos de vida. Me he basado en la propuesta de Daniel Bertaux (2005), quien defiende una perspectiva etnosociológica, es decir, que busca establecer nexos entre narraciones individuales de vida centradas en un tema y el contexto social, o bien, las relaciones entre relatos individuales y contexto social. Los relatos colectivos consistieron en eventos de investigación-acción con participación de varias personas en cada uno de los relatos, según puede verse en el anexo 1. Metodológicamente, el reto fue combinar el carácter narrativo y por lo tanto personal de la comunicación y al mismo tiempo su puesta en escena en un marco grupal. Esto se resolvió buscando que cada quien contara su “historia” en el contexto del grupo, es decir de quienes participaron en los relatos colectivos. El tema de estos cinco relatos de Salitre fue el del paisaje.

En el caso del dibujo utilizado en el caso de Ujarrás, éste fue realizado en el marco de un taller (no un relato colectivo), pero para efectos del análisis que aquí estoy presentando, este asunto técnico no es fundamental. (Ver igualmente en el anexo 1 el listado de personas que participaron en dicho taller). En estos relatos un tema recurrente fue el del agua. En el marco de este artículo he priorizado, en menoscabo de otros temas que también salieron a flote, las informaciones relativas con el agua. Y, además, como lo expuse anteriormente utilicé los dibujos realizados en cada uno de lo relatos colectivos, ya que, en otros trabajos realizados ni yo, ni mis compañeras(os) de investigación, habíamos utilizado estos dibujos. Solamente habíamos utilizado la parte dialógica o textual de los relatos.5

Breve ubicación socio-territorial de los territorios indígenas de Ujarrás y Salitre

Ujarrás

Se ubica en el cantón de Buenos Aires provincia de Puntarenas. La cabecera de este cantón se localiza a unos 200 km al sur este de San José. De acuerdo con las mediciones oficiales, el territorio tiene una extensión de 19040 hectáreas y una población al 2011 de 1119 indígenas, para 344 hogares Hay 11 comunidades al interior del territorio, con una densidad de 6.5 habitantes por kilómetro cuadrado. En ese mismo año se indica que el 80,5% tenía los hogares al menos reportaba una necesidad básica insatisfecha (NBI). La tasa de ocupación llegaba a un 33%, siendo que el 80.3% se ubicaba en el sector primario, con una cobertura de seguro social de solamente un 17.9%. El desempleo es muy alto; 64.9%. (Mora González, 2018: 2).

A pesar de la pérdida territorial que caracteriza este territorio, de acuerdo con el censo 2011, el 71.4% de la población habla el idioma cabécar. En lo referido a la escolarización, un 85.9% se encuentra alfabetizado, pero con un porcentaje de rezago escolar de al menos un 39.2%. (Mora González, 2018).

Hay un hecho importantísimo para la contextualización de este territorio que fue el impacto de la tormenta tropical Nate, acaecida del 4 al 9 de octubre del 2017, que desbordó el río

Ceibo que atraviesa esa comunidad causando una de las inundaciones más impresionantes de la zona sur costarricense, arrastrando varias de las viviendas de la parte central del territorio y dejándolo incomunicado por varios días.

Salitre

En el caso del territorio indígena de Salitre, se encuentra ubicado en el ya mencionado cantón de Buenos Aires, limitando con el territorio de Ujarrás. De acuerdo con cifras oficiales posee una extensión de 11700 hectáreas. Y, de acuerdo con el X Censo Nacional de Población y VI de Vivienda 2011, su población era de 1807 personas de las cuales 1588 eran indígenas mayoritariamente de la etnia bribri, y una parte minoritaria teribe o brörán. De acuerdo con esta misma fuente, el 8,4% de la población, no es indígena. Se encuentra integrado por 15 comunidades o caseríos, estos son: Buena Vista, La Fortuna, Calderón, Escalera, Olán, Puente, Río Azul, Salitre(centro), San Francisco, Santa Candelaria, Cebror, Sipar, Yeri, Yoavín y Las Rosas. (Cordero Ulate, 2020, en prensa).

Siguiendo el método de necesidades insatisfechas (NBI), el 84,4% de la población de Salitre aparecía como pobre. Un 88,0% de la población sabe leer y escribir el idioma bribri, en tanto que un 53,4% lo habla. En lo que tiene que ver con la PEA se tiene que un 51,8% se reporta como empleado de empresa privada, un 45.1% son cuenta propia y solamente un 2.0% se reporta en la categoría ocupacional de “otro”, que incluye a empleados del sector público.

Desde el 2010 se está viviendo un proceso de recuperación de tierras que se prolonga hasta el presente y lo vuelve uno de los territorios indígenas más conflictivos en este momento. Debe indicarse que, en el 2002, cerca de un 40% de la tierra estaba en manos de no indígenas. En un estudio realizado por el CICDE-UNED se sistematizó que entre el 2010 y el 2013 las recuperaciones se dieron especialmente en la comunidad de Cebror. En este caso, se trataba de “pequeños lotes” para vivienda y algunos sembradíos. La extensión de estos lotes iba desde las 0.4 hectáreas hasta las 13.96. hectáreas. En el 2013 hubo un aumento tanto en el número como en el tamaño de las fincas recuperadas; 18 fincas, con una extensión total de 913 hectáreas. En tanto que entre el 2015 y 2016 el ritmo de las recuperaciones bajó a 4 recuperaciones, correspondientes a 283 hectáreas. En total, se han recuperado 1281,44 hectáreas, distribuidas en 42 lotes y fincas. De modo que en el momento presente el porcentaje de tierras en manos indígenas se elevó al 71%. (CICDE-UNED: pp. 15-21).

Como parte de este proceso de recuperación de tierras y de contra respuestas por parte de sectores no indígenas muy violentos, el 18 de marzo del 2019 fue asesinado el dirigente indígena Sergio Rojas Ortiz, bribri originario de este territorio. En el momento que escribo esta parte del artículo, 8 de abril del 2020, ya ha pasado más de un año de su asesinato y el mismo sigue en la impunidad. Antes bien, la conflictividad sigue siendo muy alta. Los medios de prensa dominantes toman parte en este conflicto a favor de los grupos no indígenas. En la semana que fue del 10 al 14 de febrero del 2020 la influyente televisora Teletica Canal 7 dedicó varios reportajes muy parcializados en favor de los terratenientes locales en Salitre. A modo de ejemplo puede verse: https://www.teletica.com/249074_finqueros-desalojados-en- salitre-aseguran-que-policia-colabora-con-indigenas.

Otros territorios indígenas han venido experimentando procesos de recuperación, tales son los casos de Térraba, China Kichá y Cabagra. Esto ha conllevado que su vez los grupos de terratenientes, presuntos peones de éstos y gente que les apoya realicen actos violentos tales como quemas de fincas recuperadas, caza furtiva en territorios recuperados, amedrantamiento general, etc. El punto más alto de esta respuesta no indígena fue un nuevo asesinato, en este caso el del dirigente brörán Jerhy Rivera Rivera ocurrido el 24 de febrero del 2020. Por su parte, al menos durante las primeras semanas de la pandemia del Coronavirus, los sectores terratenientes aprovechándose del vacío de poder local, continuaron realizando acciones de hostigamiento en estos territorios.

Análisis de dos dibujos de Ujarrás

De acuerdo con el esquema de análisis delineado en la parte teórico-metodológica de este artículo, cada uno de los dibujos se examinará a la luz de tres categorías: paisaje, economía indígena y ecología política.

Paisaje:

En el dibujo uno, ver dibujo uno que se inserta más adelante, hay un primer aspecto técnico que se puede subrayar cual es que los dibujantes se inclinaron por el uso de crayolas siendo que los colores devienen fundamentales para la interpretación de dibujo.

En este dibujo se encuentra plasmado el paisaje “básico” de algunas de las comunidades centrales de este territorio, a saber, Ujarrás propiamente o “centro”, así como las comunidades de Guanacaste, Santa María, El Carmen y San Vicente (poblado) 6 . Temporalmente se presenta un antes y un después. El antes está dado por los recuerdos de infancia y adolescencia de los(as) participantes en el relato colectivo realizado el 9 de febrero del 2018. (Ver lista de participantes en anexo de Participantes en los Relatos). Obsérvese que la participante de mayor edad es de 65 años, por tanto, asumo que, la comparación expresada en el dibujo comprendería un período aproximado de unos 50 o 60 años, entre el “antes” y el “después” o presente.

El paisaje visto por los(as) dibujantes está dado por una combinación de sabana y pastos; árboles (que sería la montaña), así como ríos y quebradas. La sabana y los pastos están pintados de color verde claro, mientras que la montaña está representada como árboles verdes. Los ríos de color celeste. Para caminos, obras de infraestructura (caminos, escuelas, iglesias y casas) se utilizan café, negro y gris. Las piedras están pintadas de gris o negro.

Los principales cambios que se pueden notar en esta primera dimensión es la desaparición de la montaña, afectando especialmente el margen derecho del río Ceibo y la parte central de Ujarrás. Puede notarse también la aparición de inmensas piedras en el margen derecho del río Ceibo. Este es el río que sobresale en el dibujo. Puede observarse en el dibujo que se viene analizando que nace arriba cerca de la palabra antes, baja a lo largo del dibujo, siendo alimentado por dos afluentes y llegando hasta la parte de abajo del dibujo. La trayectoria de

este río se puede ver mejor en la parte del “antes” del dibujo, que en el “después”. A ninguno de los ríos y quebradas dibujados se les colocó nombre.

Pero para orientarme en la red hídrica plasmada en el dibujo lo contrasté con el mapa elaborado por la geógrafa-socióloga Ana Lucía Mora donde se puede constatar que dicha red se encuentra formada por 10 ríos, entre estos el Ceibo, y 21 quebradas. (Mora González A.L, 2018:4). En la bifurcación del camino central, en uno que va hacia Ujarrás centro y el otro que va hacia la comunidad de Santa María, visible en la esquina inferior derecha del dibujo uno puede observarse una especie de vértice de figuras y garabatos negros, que serían piedras y troncos depositados ahí por el río Ceibo, en el marco de la tormenta tropical Nate. Después del paso de esta tormenta y a partir de este inmenso depósito de piedras se ha instalado un tajo.



Dibujo 1

Economía indígena

Lo que resalta en el dibujo es la desaparición radical de la economía indígena. Mientras en el antes se puede observar el binomio agricultura de subsistencia con bosque, en el presente esta relación económico-social ha desaparecido; ni hay agricultura cercana a las viviendas, ni tampoco hay bosque. Esto, en parte, explica la crisis social de la comunidad; su desarraigo. Hay una evidente pérdida del modo de indígena tradicional. Muchas de las familias de este territorio viven por debajo del nivel de pobreza.

Algunos de sus miembros trabajan como asalariados ya sea en las fincas cercanas, tanto en PINDECO, o bien, en una gran finca ganadera que funciona dentro del propio territorio indígena. En el caso de esta finca ganadera, la misma constituye una inmensa invasión del territorio indígena, que constituye una especie de tabú, que no aparece en las conversaciones espontáneas de miembros de la comunidad, al menos en el marco de los conversatorios o en las diversas visitas que he realizado a este territorio en compañía de otros(as) investigadores(as) y de estudiantes.

Tampoco esto se ve en el dibujo, al menos de manera obvia. Esta finca debería haberse mostrado en el margen derecho de río Ceibo, especialmente volviendo al dibujo, desde la mitad, en la parte derecha, hacia abajo. No se debe olvidar que el territorio de Ujarrás es colindante con el territorio de Salitre donde la conflictividad con los colonos no indígenas emplazados ahí es muy alta. Es prácticamente imposible que los indígenas de Ujarrás hablen libremente de lo que pasa en Salitre. Esto se “ve” en el dibujo, más por la ausencia que por la presencia.

En suma, se trata de una economía indígena en claro proceso de desarraigo y crisis. Probablemente, una parte importante de las familias de la comunidad consiguen algunos recursos monetarios brindados por programas estatales de ayuda social.

Ecología política:

Para un análisis del dibujo desde la ecología política, en el apartado anterior ya quedó evidenciado un elemento fundamental y es que la economía indígena tradicional prácticamente ha desaparecido de esta parte del territorio. Y que, por otra parte, más bien, es la economía capitalista en la modalidad de gran explotación ganadera, la que domina el territorio. Pero esta situación no aparece claramente expresada ni en la conversación, (al menos que yo conozca), ni tampoco en el dibujo.

Lo que sí aparece de manera evidente en el dibujo uno es el crecimiento poblacional. Cada uno de los poblados y comunidades registradas en el antes, se ven con escasa población dispersa. Por el contrario, la cantidad de viviendas, en el momento presente, ha aumentado de manera contundente. En el “antes” de Santa María puede verse tres pequeños ranchos. Lo mismo en los casos de San Vicente y de Guanacaste. Ujarrás centro en la parte del “antes” del dibujo ya se encuentra dividida por el camino central de acceso. En el lado izquierdo de este camino puede verse dos pequeños ranchos y dos edificaciones un poco más grandes. Una de estas puede ser la iglesia católica pues se ve sobre el techo una pequeña cruz. En la parte derecha del camino puede verse un rancho y cuatro edificaciones relativamente más grandes, pareciera de estilo “campesino” tradicional de madera, lo que pudiera indicar la temprana colonización no indígena del territorio.

En este dibujo, desde un punto de vista poblacional, aparecen cambios contundentes. La aglomeración poblacional se expresa abiertamente, especialmente en Ujarrás centro. Numerosos ranchos están al margen derecho del camino. En tanto que en el margen izquierdo también hay cierta aglomeración pero más moderada. Es curioso que los(as) dibujantes hayan dibujado como ranchos estas viviendas ya que en el margen derecho del camino lo que se ha construido son pequeñas prefabricadas, de paredes de baldosas y techo de zinc, piso de cemento lujado, conocidas popularmente como casas “invu”, casas asociadas ordinariamente con las ayudas sociales del Estado en materia de vivienda. En el margen izquierdo del camino, en el centro de Ujarrás, actualmente lo que se puede ver son viviendas muy bien construidas, presuntamente de recreo o segunda casa, que podrían pertenecer a élites locales de Buenos Aires u otros lugares cercanos. Estas casas de recreo vienen a completar el cuadro de una economía fuertemente penetrada por intereses foráneos. Entre las casas del margen izquierdo y el margen derecho hay contrastes que saltan claramente a la vista, pero que en este dibujo no se encuentran plasmadas.

La ecología política sería la política en torno a los recursos naturales, en otras palabras, el poder sobre los recursos naturales. La negociación o la imposición de intereses económicos de los grupos emplazados en un territorio. Desde esta perspectiva se ve en el dibujo que los(s) indígenas han venido perdiendo territorio y que sobre el mismo se ha venido imponiendo, vía mercado, una economía ganadera que les emplea puntualmente como asalariados y al mismo tiempo se muestra un mini enclave del placer, formado por las casas de recreo. Pero no se evidencia por parte de los(as) indígenas ni conciencia, ni una política de resistencia frente a la pérdida territorial.

Lo que se evidencia y está claramente expresado en el dibujo uno es el crecimiento poblacional, lo que en ciertos casos llega al hacinamiento. Debe indicarse que en el contexto de la tormenta Nate, la población más afectada por el desbordamiento terrorífico del río Ceibo fue la población que en el dibujo se muestra como de alta aglomeración, en el punto que se podría denominar de alta exclusión social. La exclusión se expresa como exclusión territorial. La política local se manifiesta como negociación conflictiva al interior de los grupos indígenas, sus familias y sus organizaciones. No se presenta como una política de resistencia, sino que el avasallamiento de traslada o carga hacia el interior del grupo.

En el dibujo dos, que se inserta seguidamente, la técnica utilizada es la de marcadores. Este dibujo se centra en el tema del abastecimiento de agua potable. El hilo conductor, y por ende el más importante, en esta temática es la linea de color marrón que sale de la comunidad de El Carmen y que en el dibujo se puede ver en el extremo izquierdo, hacia la mitad del papelógrafo. Es de aquí de donde parte el acueducto y que se encuentra indicado en letras en este dibujo con la palabra “naciente”. Dicha línea representa el único acueducto del territorio de Ujarrás. Esa línea se desplaza a lo largo de todo el dibujo, más o menos en la mitad. Tiene una bifurcación cerca de la Escuela de el Carmen, que es una rama del acueducto y que se dirige hasta la comunidad de Guanacaste pero que no llega al centro de la misma. En cuanto al acueducto central se puede observar que ha sido construido al lado del camino principal, en este caso, pintado de negro.



Dibujo 2

Cerca de la naciente pueden verse unas rayas verdes que vienen a representar la cobertura boscosa que hay cerca de la misma. Más arriba también hay una pequeña representación de rayas verdes, que vendría a indicar a existencia de un pequeño bosque. Desplazándonos por el dibujo hasta el lado derecho cerca de la Escuela de Santa Marta, también puede verse dos pequeños espacios marcados de verde. Por lo demás, es muy contundente en el dibujo la sordidez del paisaje, prácticamente sin cobertura arbórea. Tanto en el espacio vacío cercano a donde se representa la Escuela de El Carmen como en el espacio al medio, al lado oeste del río Bikís (Ceibo), pueden observarse dos animales, que vendrían a representar ganado.

El dibujo está muy centrado en la representación de las obras de infraestructura. Así, cada comunidad, cuatro en total, se ven señalizadas a partir de sus respectivas escuelas. Además, se puede observar la ubicación del puesto de salud y del colegio.

Un detalle importante a señalar es que casi todos los ríos de Ujarrás conservan nombres en cábecar. Están indicados, el río Skra cerca San Vicente, el río Kuyék que es afluente del Bikís, el río Korí que llega cerca de colegio, el río Kitá cerca de la Escuela central de Ujarrás y el río Sarai (escrito en el dibujo como río Saray), cercano a la Escuela de Santa María. Esta variedad de nombres de ríos en cabecar me da lugar para indicar que esta lengua se conserva muy viva en buena parte de la población del territorio. Varias personas de la comunidad indican que la vitalidad de la lengua evidencia su fortaleza cultural a diferencia de otros pueblos indígenas cercanos donde sus lenguas ya casi nada las habla. Es cierto. A pesar de que este territorio muestra una importante adaptación o subordinación política económica hacia sectores no indígenas, al mismo tiempo, exhibe importantes rasgos de identidad cultural propia. A la permanencia de la lengua debe agregarse una riqueza de leyendas que son relatadas de manera muy espontánea y vívida.

El dibujo uno y el dos están claramente relacionados. El primer dibujo muestra una importante devastación de los recursos naturales originarios. En el dibujo dos el abastecimiento de agua se ha institucionalizado a través de una ASADA. El acueducto se nota claramente en función de servicio de la población que habita la parte central de territorio. En el caso de Salitre, la ASADA funciona bajo el nombre de Comité del Acueducto Rural de Ujarrás, CARU, escrito con letras muy grandes en el dibujo dos, sobre la calle central del territorio, exactamente entre la escuela y el colegio.

Análisis de un dibujo de Salitre (comunidad de Puente)

Puente es una comunidad ubicada aproximadamente al medio del territorio de Salitre. Hacia el norte se encuentra la comunidad de Río Azul, más arriba se pueden ver montañas de la cordillera de Talamanca. Estas montañas entre más lejanas se encuentren de los poblados y por ende más cercanas a la fila de la cordillera vendrían a ser como el territorio original, en cierto modo, la selva virgen, aunque bien se sabe que desde la misma presencia indígena en el pasado lejano ya no se trataba de territorio intocado sino en relación con los grupos que allí se desenvolvían. Cercanas a Puente hay comunidades como Buena Vista y Yeri. Y, más abajo, comunidades de entrada al territorio como las son Salitre centro, Cebror y Las Rosas.

El dibujo que seguidamente se inserta, el tres, muestra una mirada de la comunidad de abajo hacia arriba, o hacia el norte. Igualmente se divide en un “antes” y un “después”. El antes de Puente es prácticamente solo naturaleza, lo que predomina es el verde de los árboles. culmina el dibujo con tres picos o montañas donde en todas ellas se representan árboles. Y, a los lados pueden observarse dos ríos importantes, el Aköm Di y el Amudi. En la parte de izquierda del dibujo, en el antes, se puede observar dos líneas punteadas que sería el único camino de acceso. Curiosamente no se observa ningún rancho. Prevalece la naturaleza. Pero ya en el tiempo que representaría este dibujo, había grupos humanos, aunque presuntamente sin centro. Podría pensarse en el grupo subsumido indiferenciadamente en el contexto de lo natural.



Dibujo 3

En el “después” todo lo verde ha desaparecido, incluso ya no es lo característico de las tres montañas colocadas en la parte de arriba del dibujo. Es un paisaje devastado de su cobertura natural, por todo lado que se mire. Una perspectiva paisajística radicalmente diferente.

Ni en el “antes” ni en el “después” puede determinarse la representación de una de las dimensiones de análisis enunciadas en la parte teórico-metodológica de este texto; la economía indígena. En el marco del relato colectivo el participante de mayor edad fue Carlos Mata Mata, de 62 años en ese momento. Por tanto, podríamos pensar que ese “antes” constituye una recreación del paisaje prevaleciente aproximadamente cinco o seis décadas antes. Podría pensarse que en ese tiempo, en esta parte del territorio de Salitre, prevaleció una “economía indígena típica”, esto es, de nula o mínima mercantilización, predominancia, por tanto, de la producción de autosubsistencia y de extracciones puntuales de fauna y flora del bosque. Pero en el dibujo esto no se ve de manera explícita.

Tampoco el momento presente, en el dibujo, muestra una economía indígena propiamente dicha. No obstante, por investigación y observación de campo, soy testigo de que en esta parte del territorio sí hay una economía. Hasta hace unos cuatros años, esto es, de manera previa a las recuperaciones de tierra existieron grandes extensiones dedicadas a la ganadería. Algunos de los potreros podían tener hasta unas 100 cabezas de ganado. Había fincas ganaderas de diferentes tamaños desde relativamente pequeñas de unas diez hectáreas hasta más grandes, cercanas a las 100 hectáreas.

Con las recuperaciones, la ganadería desapareció casi en su totalidad. Es decir, pasaron a manos de familias indígenas. Los expropietarios de estas fincas al verse “desplazados” se llevaron el ganado. Algunas cabezas quedaron en manos indígenas, pero dados los altos costos de mantenimiento de una finca ganadera, han venido perdiendo las reses. También pude notarse en varias de las viviendas de Puente cultivos puntuales, de frijoles, yuca, papa de aire, diversos plátanos y bananos, frutales en variedad. Esto tampoco aparece en el dibujo. Como se ve no hay mucho detalle. Es de trazos contundentes, fuertes.

En pocas palabras el dibujo muestra una radical devastación del bosque. Dos ríos pasan a los lados, pero su caudal ha decrecido. Por su parte hay pocas nacientes e igualmente éstas han tendido a secarse. Como lo expresó Facundo Fernández Mata, en el relato colectivo, marco en el cual se elaboró este dibujo, hoy en día llueve menos que antes: “Yo considero que sí hay un cambio totalmente grande antes había más lluvia, realmente los ríos permanecían con más caudal más agua, ahora usted puede ver ese río, (el Okön Di), casi que todos los días se puede pasar en carro, aunque llueva...”

Lo que se lleva dicho hasta acá, puede completarse, en lo que se refiere concretamente al tema del agua potable, con diferentes expresiones recopiladas en varios de los relatos realizados tanto en Puente como en otras comunidades de Salitre.

En concreto:

En Yeri, Ligia Rodríguez Lara dijo: “...igual agua propia de una naciente igual como ellos (Marcos y Rita), hicimos un tanquecito donde nace el agua y de ahí lo traemos.” Esta es una manera de cómo un grupo de familias del territorio se abastecen de agua, o sea, mediante nacientes propias. Esta misma situación se observó en Las Rosas. Al respecto, Emilce Osorio Flores, manifestó: “…aquí cada uno tiene su naciente de agua y va y trae su manguerita de agua de su naciente, entonces eso es lo que nosotros cuidamos hoy día, porque si no es propio otra persona van a limpiarlo por allá y esa naciente se va a secar y si uno mismo no lo cuida esa naciente se va a secar...”.

En Cebror, José Fernández Coto dijo sobre racionamiento del agua que: “...por ejemplo, aquí el verano ya en estos lugares se tiene que racionar el agua, a veces tres días o así, en cambio eso antes no se hacía porque sobraba el agua y había de dónde agarrar…”. Esto forma alude a cuando un grupo de familias están conectadas a una forma colectiva de captación y suministro, como lo pueden ser las ya mencionadas ASADAS. En estos casos, una limitante se presenta cuando el agua escasea, especialmente en verano, lo que puede implicar que se vean sometidos a racionamientos. Igualmente, puede presentarse situaciones de altas tarifas, tal y como sucede, por ejemplo, en el caso de Térraba.

En Calderón, ante la pregunta que yo mismo formulé: “¿Y cómo ha estado la situación del agua para tomar?, Enrique Rivera, contestó: “Ha mermado bastante el agua potable. Le queda agua a las nacientes, pero uno ve que ha mermado bastante.”. En Calderón quienes participaron en este relato se abastecen de agua, cada quien de una sola naciente que pasa cerca de sus viviendas. Pero esta naciente tiende a secarse en verano. Por ejemplo, Alejandro Mora relata que: “Bueno ahorita, ahorita se está por secar (la naciente) por el verano. Con el invierno se va llenando bastante. Pero como estamos con este verano, que va, ya casi no tiene nada de agua. Hay que ir tal vez como una, dos, tres, cuatro veces a traer agua, en pichingas o galones...” “...el año pasado me pasó igual, y este año me está pasando en la misma situación...”. Esta forma es intermedia entre la individual y la colectiva (forma ASADA), ya que un grupo de familias debe abastecerse mediante una naciente compartida.

Se tiene entonces tres maneras de abastecimiento de agua, desde lo individual, hasta la administración comunitaria del agua bajo control estatal:

-Naciente propia o individual.

-Naciente compartida, pero sin Asada o una forma estatal de control o supervisión.

-ASADAS.

Otro elemento muy llamativo en el dibujo tres es el de las Escuelas. Cada una de las comunidades visibilizadas en el dibujo, Puente, Buena Vista, Bakomdi, se encuentran indicadas por sus respectivas Escuelas. Uno de los dibujantes más influyentes en la elaboración de este dibujo es un maestro de cultura bribri y que trabaja en una de estas escuelas. El sistema educativo en estos territorios ha tenido hasta cierto punto alguna capacidad de “integración” relativa de la cultura indígena, un ejemplo, es este mecanismo de enseñanza de la cultura bribri. Tal mecanismo no solo tiene importancia cultural, sino también económica pues genera una cierta cantidad de empleos que ante la carencia de fuentes de ingresos para los indígenas se vuelven muy significativos.

Desde la ecología política el dibujo lo interpreto como una expresión de denuncia de la deforestación. Los trazos están exagerados. La subjetividad herida está exacerbada. Sobre el territorio mancillado no queda nada. La vida está diezmada. En otras palabras, se está denunciando el despojo territorial que vino aparejado a la economía ganadera en manos de terratenientes no indígenas.

Pero este despojo encuentra resistencia en las comunidades indígenas de Salitre, incluyendo Puente, donde se experimenta un proceso de recuperación de tierras, que se vuelve altamente conflictivo, puesto que los poseedores ilegales despliegan una oposición feroz todos los días, que llega a extremos de asesinatos, agresiones diversas, movilización “ciudadana”, disfrazada de símbolos pacifistas, por ejemplo, vestirse de blanco y decir que lo que se busca es la paz.7Por tanto, desde la ecología política sería la disputa territorial en su máxima expresión, esto es, quienes deciden sobre la propiedad de la tierra.

Es un conflicto al que se le puede hacer lecturas desde lo étnico, desde una perspectiva clase y de género por el recurso tierra. Étnico puesto que en el territorio predomina la etnia bribri, aunque también hay un sector en condición de minoría de la etnia brörán. El sector no indígena ha buscado ilegalmente apropiarse de sus tierras. Y, también, desde mi perspectiva, puede interpretarse como un conflicto clasista ya que el lado de la apropiación capitalista se expresa como terratenientes que quieren la tierra para explotarla en la ganadería, o según sean los ejes de acumulación que ofrezcan mejores rendimientos. Estos sectores ven a los indígenas como fuerza de trabajo en sus actividades productivas, una fuerza de trabajo dócil. Cabe precisar que no todos los terratenientes son iguales y tampoco todos los indígenas son iguales. Hay terratenientes más fuertes económicamente, con más acumulación y puede haberlos medianos y pequeños.

Igualmente, no se puede decir que, desde un punto de vista de clase todos los indígenas son iguales; hay sectores indígenas que muestran acumulaciones pequeñas o medianas y hay otros muy desposeídos. Igualmente, pueden hacerse lecturas desde una perspectiva de género puesto que las mujeres indígenas también constituyen un sector, un par categórico, con un perfil que se expresa significativamente en variados campos: la lucha por las recuperaciones, su papel en la producción, en la vida política, igual en los ámbitos de la vida cotidiana, que no son para nada de despreciar.

Conclusiones

Se ha abordado el tema del agua en dos territorios indígenas, Ujarrás y Salitre. El primero de estos territorios de “conflictividad solapada” y el segundo de alta conflictividad en torno al tema de la posesión de la tierra. He utilizado tres categorías teóricas centrales: paisaje, economía indígena y ecología política, echando mano como técnicas centrales de investigación el dibujo social y los relatos colectivos de vida. En ambos casos el tema que salta a la observación analítica de los dibujos es la deforestación.

En el caso de Ujarrás la protección del abastecimiento de agua se reduce prácticamente al origen de la naciente de agua. En el caso de Puente de Salitre sobresale la denuncia presentándose un paisaje signado por una deforestación violenta. Los dibujos también dicen por lo que omiten. En Ujarrás se omite sus linderos con la compañía piñera PINDECO, la ganadería extensiva que ha acabado con sus bosques y se omite completamente la presencia de un sector de población foráneo que ocupa parte de su territorio para casas y quintas de recreo; pequeño enclave de placer incrustado en una parte muy hermosa del territorio.

Y, en el caso de Salitre se omite que las tierras recuperadas y que antes eran potreros empiezan a recuperarse también en términos ambientales pues la vegetación empieza a crecer en esos potreros, en tanto que alrededor de las casas se nota una restauración de micropaisajes de clara regeneración de economía tradicional indígena en donde los árboles se combinan con agricultura en pequeña escala y se da también una estética de flores y arbustos que adornan las viviendas, dignificando la vida en su humildad.

Cuando se habla de ecología política, se alude a espacios de poder en torno a los recursos naturales. Pero la palabra política en nuestra acepción alude a la conciencia de intereses. Se expresa principalmente en el orden de lo colectivo, sin desdeñar que desde lo individual o lo familiar se va construyendo la política. Ujarrás muestra una política opaca, podría decirse de aceptación de la dominación o de resignación. Salitre muestra una política explícita y muy activa. Hay una fuerte conciencia de que la tierra debe ser para los indígenas, repudiando abiertamente la usurpación de su territorio por parte de sectores no indígenas. La lucha por la tierra en Ujarrás es quizás callada, mientras que en Salitre es a gritos. Eso se ve en los dibujos analizados.

Esto me lleva a la conclusión de que el dibujo es una gran herramienta de investigación- acción. Los dibujos presentados en este texto son coincidentes con las palabras planteadas en los relatos colectivos así como en otras numerosas formas de expresión de la conciencia social y política prevaleciente en estos territorios. Se podría objetar a mi argumentación diciendo que los dibujos son “aparenciales”, pues no penetran el fondo de las estructuras. Pero desde mi perspectiva aquí la apariencia está conectada con la esencia. Si lo aparencial no está conectado con la esencia, sería desde mi punto de vista una falsa apariencia. Pero en los casos que aquí he abordado con la ayuda de dimensiones destacadas de la sociología, se puede constatar que los dibujos ya nos lo están diciendo todo.

La devastación de la cobertura boscosa es el principal determinante de la escasez de agua en ambos territorios. Dicha escasez que se agudiza en tiempo de verano tiene que ver con la entronización de la economía capitalista en los dos territorios en especial la ganadería y la actividad piñera que demandan acabar con la cobertura boscosa y al mismo tiempo demanda de grandes cantidades de agua. En el caso de Ujarrás se padece esta realidad, pero no se dice, en el caso de Salitre el dolor se expresa abiertamente.

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