El voluntariado universitario como una expresión del altruismo: una revisión bibliográfica

Rolando F Trejos Saucedo
Universidad de Panamá, Panamá

Visión Antataura

Universidad de Panamá, Panamá

ISSN: 2309-6373

ISSN-e: 2520-9892

Periodicidad: Semestral

vol. 1, núm. 2, 2017

Luis.rodriguez@up.ac.pa

Recepción: 21 Octubre 2017

Aprobación: 01 Diciembre 2017



Resumen: El voluntariado universitario representa una forma de altruismo; esta expresión comportamental tipifica las cogniciones sociales sobre los grupos o individuos y los focos motivacionales de cada persona. Incluir al voluntariado universitario en la experiencia académica garantizaría profesionales comprometidos en la búsqueda de un beneficio común, la protección de grupos vulnerables y la integración social. Se observa un creciente número de instituciones apostando en crear espacios de voluntariado dentro de sus instalaciones, tal es el caso de la Universidad de Panamá, organizaciones como AIESEC Panamá y la IEEE (Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos) están generando proyectos en común enriqueciendo la experiencia profesional y garantizando conciencia comunitaria, permitiéndoles devolver el cúmulo de conocimientos adquiridos.

Palabras clave: Voluntariado, altruismo, inclusión social, grupos vulnerables.

Abstract: University volunteering represents a form of altruism; this behavioral expression typifies the social cognitions about groups or individuals and the motivational focuses of each person. Including volunteering into the academic experience would guarantee professionals who are committed to the search of a common benefit, to the protection of vulnerable groups and social integration. We are observing a growing number of institutions betting on creating volunteering spaces into their installations, as in the case of the University of Panama. Organizations such as AIESEC Panama and the IEEE (Institute of Electrical and Electronics Engineers) are generating joint projects to further enrich their professional experience and guarantee community awareness, allowing them to return the accumulation of knowledge being acquired.

Keywords: Volunteering, altruism, social inclusion, vulnerable groups.

1. Introducción

El voluntariado universitario abarca un sinnúmero de escenarios, y podría considerarse como una forma de altruismo. Podríamos lograr afirmar que existe un vínculo entre estas dos variables: el voluntariado universitario y el altruismo, ya que para realizar las acciones de voluntariado no se necesita de un conocimiento o edad específica para realizarlo, ni de normas o un programa de ejecución, sino se añade al altruismo la constancia de estas acciones a través del tiempo.

Sería posible entonces considerar que el voluntariado universitario conlleva cualquier acción para suplir necesidades específicas y buscar soluciones para un grupo o comunidad, impulsado por el centro educativo como requisito u opcional en toda carrera, el que contiene en sí la ejecución de acciones secuenciales en beneficio de un grupo o comunidad, o bien la inserción a programas ya establecidos dentro de organizaciones sin fines de lucro. Cuando hablamos de voluntariado dentro del concepto de altruismo lo hacemos basándonos en Hinde y Grobel (1991) citados por De Castro (2002) quienes definen que;

“altruista es simplemente aquella conducta para la que los costes superan a las recompensas esperadas” (p.322)

, por lo que el voluntariado vendría a ser la conducta mencionada y el altruismo vendría siendo la progresiva unión de conductas en beneficio de

quien recibe el apoyo.

Es difícil entonces definir el alcance que puede generarse con el voluntariado universitario, en poblaciones en riesgo o poblaciones vulnerables, entre ellas se pueden mencionar personas en condición de pobreza extrema, personas con alguna condición de discapacidad o enfermedad crónica, entre otras, siendo éste, hablando del voluntariado universitario, un útil recurso que podría ser utilizado por el Estado y por diferentes instituciones públicas o privados en la aplicación y generación de políticas públicas, en especial en temas de derechos humanos.

Dentro de cada institución educativa superior en Panamá se aplica como requisito programas de servicio social universitario; estos programas cuentan con diferentes organizaciones y proyectos en los cuales estudiantes se agrupan, o también pueden representar un continuo de acciones en búsqueda de soluciones o satisfacción de necesidades de comunidades o grupos y, dependiendo de su formación profesional le permite aplicar conocimientos y retribuir socialmente sus competencias profesionales en la Universidad de Panamá dentro del Reglamento de Servicio Social, que se define como:

…el conjunto de actividades de carácter temporal que los estudiantes universitarios de pre-grado y grado realizan, prioritariamente dentro de su área de formación profesional, en beneficio de las comunidades y otros sectores que lo requieran, privilegiando a las clases más necesitadas, como parte de su pensum académico, sin recibir remuneración económica o prestaciones laborales por ello. (Universidad de Panamá, Consejo General Universitario Noo 2-10, 2010, p.2)

2. Antecedentes del voluntariado

El origen exacto del voluntariado dentro del escenario social es aún difuso, pero se considera tal como afirma Laca, Espinoza y Mayoral (2013);

“En el siglo XX inicia el movimiento del voluntariado como una corriente de solidaridad dirigida a paliar carencias que la sociedad mostraba y que las instituciones no tenían capacidad o voluntad de atender.” (p.193).

Existían entonces dos concepciones diferentes sobre el origen del voluntariado dentro de las comunidades, expuestas por De Castro (2002);

…en primer lugar dentro de aquellos movimientos de autoayuda y apoyo que se dan principalmente en la comunidad rural (pero en los que se espera siempre una ayuda futura del ayudado), y en segundo lugar desde una perspectiva asistencial y caritativa en situaciones de necesidad social, con una importante carga de

motivación religiosa y a menudo obviando la raíz social y económica de los problemas que se intentaban paliar. (p. 319)

La concepción del voluntariado, que hasta el siglo XVII, fue desorganizada y con una expectativa futura de recibir alguna ganancia o basada en la caridad, cambia a finales de este siglo a una filosofía revolucionaria expuesta por Crompton (1994: 19) citado por Araque (2009), la cual afirma que;

“…en virtud de su humanidad, todos los seres humanos nacían iguales, no desiguales” (p.6)

; esta perspectiva permitió entonces ver al voluntariado como un espacio real de aprendizaje y crecimiento personal para quien lo ejecuta, generando ganancias tanto directas como indirectas dentro de la formación y experiencia personal y profesional, tanto es así que éste es un requisito para aspirar a algunas becas universitarias.

El voluntariado y la solidaridad, que aunque parecieran iguales, se diferencian en la especialización de la ayuda y el tiempo que se ejecuta, pues una acción solidaria puede representar solo un momento, mientras que el voluntariado implica una responsabilidad a una causa, han sido variables constantes de las relaciones humanas; lo importante es reconocer el papel que tienen estas actitudes desde la estructura básica de la sociedad: la familia, pues es común, específicamente abordando el caso de Panamá, reconocer este tipo de actitudes como respetables dentro de nuestra sociedad. A manera de ejemplo, hoy se realizan reconocimientos como “Héroes por Panamá”, llevado a cabo por una televisora nacional en Panamá, en donde se involucran a representantes, organizaciones sin fines de lucro que trabajen temas sociales con trayectoria demostrable. Existen diferentes organizaciones que han recibido condecoraciones por labores humanitarias y de entrega en el país.

3. Concepción psicológica del voluntariado

Dentro de la psicología el voluntariado continúa siendo un enigma, pues, aunque es común en las manifestaciones en el comportamiento de la población no existen muchos escritos científicos al respecto; algunos factores, que desde la psicología deben aún responderse serían: las motivaciones que llevan a los sujetos a realizar acciones de voluntariado, las diferencias que pueden existir en estas motivaciones basadas en factores tanto internos como externos y las implicaciones de la permanencia del voluntariado: ¿qué hace que las personas se mantengan realizando voluntariado?.

Sobre las perspectivas históricas hacia el voluntariado podríamos afirmar que:

Las conductas de voluntariado han sido estudiadas desde diferentes perspectivas tales como: a) el perfil de actitudes (Janoski et al., 1998), b) percepción de autoeficacia (Velázquez et al., 2004), c) motivaciones subyacentes (Galán y Cabrera, 2002) y d) satisfacción y permanencia en actividades voluntarias o de carácter socioasistencial (Arias y Barrón, 2008; Butcher, 2010; Kliksberg, 2007; Olate, 2009; unv, 2011; Vecina et al., 2009). Sin embargo, se requiere profundizar en el estudio del voluntariado juvenil especialmente entre los estudiantes, a pesar de que los trabajos académicos en este rubro han sido bien recibidos en las últimas décadas. A esto se añade que el concepto de voluntariado puede ser diferente en función de cada cultura (Butcher, 2003). En este sentido, tres variables psicosociales podrían jugar un peso importante en su explicación: a) la empatía, b) el altruismo y c) el bienestar social. (Laca, Espinoza y Mayoral, 2013, p.194)

Sobre lo antes expuesto, todas estas perspectivas científicas, aunque diversas, involucran muy poco o en ningún sentido la acción receptiva del voluntariado por parte de las comunidades o poblaciones, que si bien es cierto, en su mayoría son positivas, no han

sido mesuradas las complicaciones que podría generar la intervención comunitaria que representa el voluntariado, y en este caso al voluntariado universitario.

El voluntariado incluye además algunos factores sociales, tales como el bienestar social, para describirlo Keyes y Shapiro (2004) citados por Laca, Espinoza y Mayoral (2013) afirman que;

“el bienestar social se define como el autorreporte de un individuo sobre la calidad de sus relaciones con otras personas, su grupo cercano y su comunidad” (p.194).

Este aspecto resulta vital dentro del análisis psicológico del voluntariado universitario permitiendo así cualificar las relaciones humanas producto de la experiencia y generar políticas de comportamiento para salvaguardar la integridad del grupo o comunidad y del voluntario.

Basados en la definición anterior y en un modelo de bienestar social descrito por Keyes (1998:122) y citado por Blanco y Díaz (2005) existen cinco dimensiones del bienestar social las cuales son:

1. Integración social. El propio Keyes la define como «la evaluación de la calidad de las relaciones que mantenemos con la sociedad y con la comunidad» (Keyes, 1998, p. 122). Y añade un detalle que no puede pasarnos desapercibido porque en él es claramente perceptible la huella del Durkheim de El Suicidio: «Las personas sanas se sienten parte de la sociedad», cultivan el sentimiento de pertenencia, tienden lazos sociales con familia, amigos, vecinos, etc.

2. Aceptación social. Desde el punto de vista del bienestar y de la salud, la integración no es más que el punto de partida. Es imprescindible estar y sentirse perteneciente a un grupo, a una comunidad, pero es necesario que dicha pertenencia disfrute, al menos, de dos cualidades: aceptación y actitudes positivas hacia los otros (atribución de honestidad, bondad, amabilidad, capacidad), y aceptación de los aspectos positivos y negativos de nuestra propia vida. Ambos, dice Keyes, son indicadores de salud mental.

3. Contribución social. También la confianza en otros y en nosotros mismos que vaya acompañada del sentimiento de utilidad, «de que se es un miembro vital de la sociedad, que se tiene algo útil que ofrecer al mundo» (Keyes, 1998, p. 122), y que lo que uno aporta es valorado. A la confianza en nosotros mismos Albert Bandura le ha dado un nombre, la autoeficacia, y un apellido: el ejercicio del control. Con ello alude a «las creencias en nuestra capacidad para organizar y llevar a cabo acciones capaces de lograr determinados objetivos» (Bandura, 1997, p. 2). Contribución es sinónimo de utilidad, provecho, eficacia y aportación al bien común.

4. Actualización social. Esta dimensión se centra en la concepción de que la sociedad y las instituciones que la conforman son entes dinámicos, se mueven en una determinada dirección a fin de conseguir metas y objetivos de los que podemos beneficiarnos (confianza en el progreso y en el cambio social). Todavía más: la actualización social lleva implícita la firme creencia de que la sociedad controla su destino, sabe a dónde va y traza intencionadamente el horizonte hacia dónde quiere llegar en el futuro. La gente más saludable desde el punto de vista mental, advierte Keyes (1998, p. 123), confía en el futuro de la sociedad, en su potencial de crecimiento y de desarrollo, en su capacidad para producir bienestar.

5. Coherencia social. Si la actualización tiene que ver con la confianza depositada en la sociedad, la coherencia se refiere a la capacidad que tenemos para entender su dinámica. Es «la percepción de la cualidad, organización y funcionamiento del mundo social, e incluye la preocupación por enterarse de lo que ocurre en el mundo» (Keyes, 1998, p. 123). (p.583)

Estas dimensiones nos permiten entonces, dentro de la psicología, definir al voluntariado en concepciones mucho más globales, involucrando la calidad de las relaciones humanas que desencadena, el empoderamiento grupal, la comprensión de la función de cada miembro de la comunidad o de un grupo en la solución de los problemas, la unión de praxis y teoría que ésta fundamenta, y la percepción de individuos como parte de la sociedad y no como entes dispersos de ella.

Para concluir esta relación, me permito afirmar citando a Laca, Espinoza y Mayoral (2013) cuando dicen que:

…el voluntariado se genera a partir de un bienestar social, siendo la empatía y sobre todo el altruismo quienes intervienen en esta relación explicativa. En este sentido, específicamente dos subconstructos (integración social y contribución social) son los que mejor las explican, lo que nos da la certeza sustancial que desembocará en un voluntariado. Los resultados ratifican la importancia de utilizar modelos multivariados que expliquen las variables mediadoras para entender las relaciones de mejor forma. (p.198)

La personalidad prosocial tiene una relación directa a la personalidad de voluntarios, codificando una de las diferencias entre personas que realizan voluntariado y las personas que no realizan voluntariado. Penner (2004:600) citado por Musick y Wilson (2008) afirma que existen dos dimensiones dentro de la personalidad de un voluntario que se relacionan a la personalidad prosocial:

La primera la llamamos empatía orientada en el otro la cual aparece primariamente con pensamientos y sentimientos prosociales. Las personas que tienen puntajes altos en este factor son empáticas y sienten una responsabilidad y preocupación por el bienestar de los demás. La segunda dimensión es llamada utilidad, la cual aparece en acciones prosociales frecuentemente involucrando acciones de ayuda y la ausencia de reacciones egoístas ante la angustia del otro (p.50).

4. El voluntariado y el altruismo

El voluntariado es una forma de conducta altruista. El objetivo es proveer ayuda a otros, a un grupo, a una organización, a una causa, o una comunidad entera, sin la expectativa de remuneración material. Intentos sociológicos para entender la

conducta altruista son tan antiguos como la disciplina en sí. De hecho, August Comte, el hombre que acuñó el término «sociología» en la mitad del siglo XlX, también inventó el término «altruismo» porque, en sociedades en donde estaba incrementada la búsqueda del beneficio propio y remuneración material, los actos de ayuda desinteresada eran un enigma. (Musick y Wilson, 2008, p.3)

Batson (1998) citado por Espinsa, Mayoral y Laca (2013) definen el altruismo;

“como la unión de conductas que hacen los seres humanos a favor de los demás, sin obtener beneficio por ello” (p.87).

Aunque parecido al voluntariado implica una secuencia de conductas sostenidas en el tiempo y resultan ser comúnmente direccionadas a un tema o foco de trabajo, por ejemplo, la situación de pobreza extrema. “TECHO Panamá”, es un ejemplo de una organización que trabaja este tema.

Staub (1979) citado por De Castro (2002) señala que;

“El altruismo y la conducta prosocial son otros dos conceptos básicos para entender la realidad del voluntariado, siendo dimensiones que se encuentran siempre tras el desarrollo de acciones voluntarias.”(p.321).

Batson (1991) y Stürmer et al. (2006) citados por Laca, Espinoza y Mayoral (2013) describen el hecho de que;

“El altruismo ha sido vinculado, en la psicología, a la prosociabilidad y al comportamiento de ayuda, en su mayoría a nivel interpersonal, pero se ha dirigido menor atención a las esferas intergrupales, comunitarias o sociales.” (p.194).

Según el modelo del altruismo propuesto por Shwartz y Howard (1984) citado por De Castro (2002):

…para la decisión de tomar o no un curso de acción altruista una persona debe pasar sucesivamente tres fases previas: Atención, Motivación y Evaluación... En una primera fase de atención esa persona debe efectuar un reconocimiento de la situación… A continuación se ingresaría en una fase de motivación, en la cual se procede a la construcción de una norma personal (específica para la situación de

crisis pero anclada en un sistema de valores previos) y a la generación de sentimientos de deber moral… Previa a la adopción de la conducta altruista esta persona debe iniciar un proceso de evaluación de consecuencias previsibles que se derivarían de la acción, valorando tanto los costes como los beneficios potenciales. (p.323)

5. Aplicaciones del voluntariado en el currículum universitario

Diferentes organizaciones a nivel mundial han considerado el voluntariado como una respuesta útil y accesible a los cambios sociales que se plantean en los planes de gobierno de cada país. Entre estas organizaciones que apuestan al voluntariado se encuentra la ONU (Organización de las Naciones Unidas) (2011:4) la cual citada por Gaete (2015) describe en el Informe del Programa de Voluntarios tres criterios del voluntariado:

— Voluntad libre: la acción debe llevarse a cabo de forma voluntaria, de acuerdo con la propia voluntad libremente expresada de la persona, y no como una obligación impuesta por una ley, un contrato o un requisito académico.

— Motivación no pecuniaria: la acción no debe llevarse a cabo primordialmente para la obtención de una recompensa económica. El reembolso de gastos o estipendios, así como los pagos en especie como los asociados a los gastos de transporte y manutención, deben justificarse de forma adecuada.

— Beneficio para otros: la acción debe perseguir el bien común y favorecer de forma directa o indirecta a personas ajenas a la familia o el hogar del voluntario, o bien realizarse en favor de una determinada causa, incluso si la persona que actúa como voluntaria también resulta beneficiada. (p. 238)

En la Universidad de Panamá las políticas de servicio social se logran cumplir a cabalidad en base a los criterios del voluntariado antes expuestos, repercuten en beneficios

para otros y el hecho de que no exista una remuneración monetaria por las acciones de voluntariado realizadas. No obstante, sobre el aspecto de la voluntad libre, si bien es cierto que es un requisito realizar la acción de servicio social, también es cierto que éste solo fue incluido para generar una conciencia de impacto y cambio social que se espera de cada estudiante graduado en la aplicación de los conocimientos adquiridos propios de cada profesión. Así es que aunque en un inicio no se cumpla con el hecho de que el sujeto libremente exprese su interés, luego el hecho de que sostenidamente deba cumplir un requisito de horas, hace de la experiencia algo propio, tal y como en mi experiencia en la fundación “Caminemos Juntos” que trabaja con personas con discapacidad en donde pude abordar además de lo requerido por parte de un plan establecido muchas otras acciones, tanto en conjunto como individuales que provenían de mi propio interés y compromiso; sin estos elementos de dedicación y consistencia, propios de la voluntad libre, no sería posible entonces el cumplir con los requisitos universitarios.

Las universidades cuentan con el personal tanto docente como administrativo para generar un voluntariado activo y constante dentro de las instalaciones académicas; el voluntariado como ya ha sido expuesto puede ser utilizado en la mediación de grupos vulnerados y el gobierno o instituciones en la búsqueda de soluciones permanentes; debemos entonces reconocer que:

…actualmente el voluntariado se orienta hacia una mayor profesionalización de sus actividades, pero también debe sustentarse en la incidencia política y ciudadana que deben adquirir las personas que desarrollan esta actividad, con el propósito de combinar más equilibradamente la entrega de la ayuda con una mayor concienciación sobre la relevancia de generar cambios en la sociedad, para que las problemáticas o necesidades sociales que son atendidas mediante el voluntariado sean resueltas a largo plazo de manera definitiva por el Estado, a través de políticas públicas más efectivas que permitan superar las injusticias y las desigualdades sociales. (Gaete, 2015, p.240)

Los estudiantes como voluntarios se convierten entonces en emprendedores sociales, los cuales modifican al ritmo del desarrollo de las ciencias y tecnologías la sociedad y su propia realidad. Blanco et al., (2012:49) citado por Gaete (2015), afirman que:

el emprendedor social «pretende ofrecer una alternativa de vida a su sociedad, una alternativa que favorezca a la mayoría, pero que al mismo tiempo permita el desarrollo personal de cada individuo […] apela a la conciencia de las gentes para que descubran más allá del yo y el ellos: el nosotros». (p.245)

Atendiendo a lo antes expuesto, ser emprendedor más allá de representar un elemento seguro de beneficios propios asegura el beneficio común y crea conciencia de participación en las modificaciones sociales, políticas y científicas. Afirmamos entonces, tal y como señala De Castro (2002) que:

El voluntariado es una de las perspectivas más activas y profundas de participación ciudadana en nuestra sociedad contemporánea y nace de la asunción libre y desinteresada de la responsabilidad personal y social en la intervención para la mejora y el avance comunitario. (p.319)

En mi propia experiencia como voluntario y miembro de organizaciones como IEEE y TECHO Panamá puedo asegurar que este tipo de organizaciones, pese a que existan iniciativas dentro de la Universidad de Panamá de voluntariado, representan una gran plataforma personal al descubrimiento y potenciación de habilidades, tanto personales como profesionales, impactando tanto mi vida personal como la vida de las personas a mi alrededor. Es una experiencia que no solo recomiendo, sino que considero indispensable para la formación de profesionales comprometidos con la realidad, tanto social como política de su país en beneficio de una búsqueda continua de soluciones, del

empoderamiento de nuestro rol de jóvenes y la responsabilidad de afrontar el futuro el cual como herencia del pasado es nuestro deber hoy.

6. Conclusiones

· Mientras que el voluntariado puede representar una práctica transitoria o temporal, el altruismo o la conducta altruista tiende a representar la codificación de dicha actividad en hábitos personales a lo largo del tiempo.

· Existen escasas investigaciones sobre el voluntariado universitario, y aún menos sobre el altruismo en su relación al voluntariado. En Panamá hace falta más investigaciones al respecto que permitan obtener una visión del estado y necesidades de los voluntariados universitarios y las comunidades o grupos que impactan.

· El emprendimiento social permite consolidar, a través del voluntariado universitario, líderes profesionales que generen los cambios políticos, sociales, culturales y educativos necesarios para afrontar los desafíos venideros como nación.

· La Universidad de Panamá en su compromiso por la proyección universitaria involucra programas de servicio social que reflejan un tipo de voluntariado, que, aunque obligatorio, se codifica como una experiencia inicial al voluntariado en los estudiantes.

· Los elementos motivacionales del voluntariado son diversos y reflejan características específicas de cada persona representando el origen de la acción del voluntariado, más los elementos de interés y compromiso son los que representan el origen de la constancia en dichas acciones.

· El voluntariado no debe representar ningún tipo de riesgo biopsicosocial para quien lo realiza.

Referencias bibliográficas

Araque, N. (2009). El voluntariado a través de los cambios legislativos y funcionales. Revista de ciencias sociales, 2 (1), 1-20. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5602131.pdf

Blanco, A., y Díaz, D. (2005). El bienestar social: su concepto y medición. Psicothema, 17(4), 582-589. Recuperado de www.psicothema.es/pdf/3149.pdf

De Castro, R. (2002). Voluntariado, altruismo y participación activa en la conservación del medio ambiente. Intervención Psicosocial, 11(3), 317-331. Recuperado de www.redalyc.org/pdf/1798/179818139005.pdf

Espinoza, E., Mayoral, E., y Laca, F. (2013). Altruismo y bienestar social en la explicación de voluntariado en estudiantes mexicanos de bachillerato y licenciatura. Psicología Iberoamericana, 21(2), 85-95. Recuperado de www.redalyc.org/pdf/1339/133930525009.pdf

Gaete, R. (2015). El voluntariado universitario como ámbito de aprendizaje servicio y emprendimiento social: Un estudio de caso. Última Década, 43(1), 235-260. Recuperado de www.redalyc.org/pdf/195/19544220009.pdf

Laca, F., Espinoza, E., y Mayoral, E. (2013). Exploración de un modelo estadístico de voluntariado estudiantil en mexicanos. Ciencia Ergo Sum, 20(3), 193-200. Recuperado de www.redalyc.org/pdf/104/10428759003.pdf

Musick, M., y Wilson, J. (2008). Volunteers: A Social Profile. Bloomington, USA: Indiana University Press.

Universidad de Panamá. (2 de marzo del 2010) Reglamento de Servicio Social de la Universidad de Panamá. (Consejo General Universitario No. 2-10). Recuperado de http://www.up.ac.pa/ftp/2010/secgral/documentos/acuerdos/CGU/2010/CGU_N %C2%B02-10.pdf

Modelo de publicación sin fines de lucro para conservar la naturaleza académica y abierta de la comunicación científica
HTML generado a partir de XML-JATS4R