Dossier temático
Docencia, era digital e inteligencia artificial en la arquitectura y el diseño
Teaching, digital era and artificial intelligence in architecture and design
A&P continuidad
Universidad Nacional de Rosario, Argentina
ISSN: 2362-6089
ISSN-e: 2362-6097
Periodicidad: Semestral
vol. 11, núm. 21, 2024
Recepción: 22 julio 2024
Aprobación: 08 octubre 2024
CÓMO CITAR: Romero-Guzmán, L. y Ortega-Terrón, M. de L. E. (2024). Docencia, era digital e inteligencia artificial en la arquitectura y el diseño. A&P Continuidad, 11(21), doi: https://doi.org/10.35305/23626097v11i21.490
Resumen:
El presente documento discute el reto que significa integrar las innovaciones digitales en el proceso de enseñanza-aprendizaje en la arquitectura, como un desafío del presente siglo y en la nueva era digital. A través de la narrativa educativa y a partir de lo que informan, dialogan y argumentan tanto las y los estudiantes como las y los docentes, se pretende dar a conocer cómo la era digital viene a transformar el proceso de enseñanza-aprendizaje del diseño y la arquitectura. Nos interesa comprender el cómo y el por qué la inteligencia artificial (IA), la inteligencia artificial generativa (IAG), el aprendizaje basado en problemas (ABP) y el aprendizaje colaborativo (AC) son conceptos que contribuirán a la innovación del proceso de aprendizaje y enseñanza del diseño y la arquitectura. En este sentido, las instituciones a través de sus diversas áreas administrativas deberán propiciar y proporcionar los medios legales para la privacidad, ética y acceso a la tecnología para favorecer dichos procesos.
Palabras clave: arquitectura, enseñanza-aprendizaje, inteligencia artificial, inteligencia artificial generativa.
Abstract:
This paper discusses the meaning of digital innovations integration in the teaching-learning process in architecture as a challenge characterizing the present century and the new digital era. The aim is to show how the digital era is transforming the teaching-learning process in design and architecture through the educational narrative based on what both students and teachers report, dialogue and argue. Our concern is to understand the way and the reasons for which artificial intelligence (AI), generative artificial intelligence (GAI), problem-based learning (PBL) and collaborative learning (CL) become concepts contributing to the innovation of the learning-leaching process in design and architecture. In this sense, the diverse institutional administrative areas must promote and provide the legal means for privacy, ethics and access to technology that encourage the above-mentioned processes.
Keywords: architecture, teaching-learning process, artificial intelligence, generative artificial intelligence.
Introducción
El presente artículo examina la docencia en sociedades organizadas según el modo de producción vigente, caracterizado por la predominancia tecnológica que facilita el flujo e intercambio de bienes, servicios, vivencias y manifestaciones culturales, así como, lamentablemente, de individuos (Kellner, 2002). A pesar de esto, en algunas regiones y países existe una tendencia hacia el conservadurismo nacionalista, es decir, una reconsideración de la globalización y mundialización mediante la reubicación de centros productivos en los países de origen y la imposición de aranceles a las importaciones. Ejemplos de esto son los Países Bajos y Estados Unidos. Además, se observan resistencias políticas y culturales ante la migración masiva forzada por motivos como persecución política, crisis económicas, inseguridad y crisis alimentaria, afectando regiones como Europa del Este, Medio Oriente, Latinoamérica y África.
En un mundo donde la tecnología avanza rápidamente, es crucial entender cómo las innovaciones en la era digital afectan la docencia, especialmente en campos como la arquitectura y el diseño. En este sentido, se explorará cómo la inteligencia artificial y las herramientas digitales están transformando la enseñanza y el aprendizaje, y qué significa esto para profesores y estudiantes. Además, se discutirán las habilidades que los educadores necesitan para integrar dichas tecnologías en sus prácticas y cómo las instituciones deben adaptarse para apoyar esta evolución. En última instancia, buscamos abrir un espacio para reflexionar sobre cómo la era digital redefine los paradigmas educativos y cómo podemos aprovechar sus beneficios mientras mitigamos posibles desafíos.
La categoría narrativa fue identificada como el eje para la problematización porque implica al individuo, en este caso, el docente en el contexto sociohistórico y material en el día a día: aquello que selecciona al informar y comunicarse en la práctica educativa, con base en fundamentos teóricos y metodológicos, de manera honesta y coherente (Cabo, s. f.). Así, el docente define desde qué faceta de su historia personal, vinculada con la social, narra el presente (Isola y Sáenz, 2022).
En primer lugar, los docentes y estudiantes conforman la narrativa educativa a partir de lo que informan, dialogan y argumentan. Este proceso se basa en sus respectivos usos y costumbres, tradiciones, formas de comportamiento social y estructuras de personalidad. Además, toman en cuenta las diversas manifestaciones de la realidad (física, política, económica y social), que están en constante transformación dinámica y compleja.
En este contexto, la tecnología desempeña un papel determinante, incluso en la comprensión de sí mismos, tanto a nivel individual como en su integración como miembros de la comunidad. Dicha comunidad se encuentra interconectada tecnológicamente en menor o mayor grado. Según datos de Statista Research Department (2024), el 30% de mujeres y varones de entre 25 y 34 años son usuarios de redes sociales como Facebook, Instagram y Facebook Messenger.
En alusión a la narrativa en la red, 219.935 conformadores de contenido, en México, han logrado audiencias de entre 10 mil y un más de millón de seguidores. Al respecto, la población denominada Z (8 a 23 años) tiende a preferir los contenidos con escasa edición y postproducción, utilizando dispositivos móviles y herramientas de edición que son sencillas de utilizar, incluso gratuitas algunas. En estas situaciones, el usuario es el producto. Es el caso de los estudiantes del nivel medio superior y de estudios profesionales en la UAEMÉX.
El contexto en cuestión son los usuarios de internet en México: los datos más recientes, publicados el 13 de junio de 2023, informan 93.1 millones a finales de 2022, es decir, 78.6% de la población de seis años o mayor; donde 79.2% son usuarios de teléfonos móviles.
En este sentido, queda claro que la información es un elemento clave para el diálogo y la argumentación. Por lo tanto, debe considerarse como una realidad fundamental en la docencia, ya que permite la participación en la construcción de la narrativa educativa, en colaboración con los estudiantes y las instituciones de educación superior (IES) (Fig. 1).
Usuarios de teléfono celular como proporción de la población de seis años o más de edad.
Fuente: Guía de Marketer para la demografía de Instagram. Última actualización: 12 de agosto de 2022.Ante ello, surge el siguiente planteamiento: ¿cómo el uso de la inteligencia artificial (IA) y las tecnologías digitales afectan la narrativa educativa dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje en la arquitectura y el diseño?
La educación y su narrativa se desarrollan a través del lenguaje, indispensable para comprender y comprendernos entre sí en relación con los significados de las palabras y los conceptos. Este proceso también influye en las formas en que el individuo se relaciona socialmente según el contexto, implicando información y, deseablemente, diálogo y argumentación.
Para abordar estas cuestiones, se comenzará definiendo conceptos esenciales como era digital, inteligencia artificial e inteligencia generativa, qué se entiende por esos términos y qué implicaciones tienen en la docencia, considerando el ejercicio de la narrativa educativa.
A través de este enfoque, se espera ofrecer una comprensión clara de cómo las tecnologías emergentes pueden enriquecer la educación en arquitectura y diseño, y promover un diálogo constructivo sobre su futuro.
Transformación de la docencia por la inteligencia generativa
La era digital se remonta a la década de 1940, cuando las tecnologías digitales comenzaron a impulsar la eficiencia y eficacia en los mercados financieros y productivos. Internet, por su parte, se ha convertido en un espacio propicio para la acción social fundamentada en los derechos humanos, así como en la apertura, accesibilidad y pluralidad (UNESCO, 2013).
Por otro lado, el término Inteligencia Artificial (IA) fue propuesto por John McCarthy en 1956, sobre los propósitos y la visión de configurar redes similares al sistema neuronal. Un antecedente destacado es el artículo “Un cálculo lógico de ideas inmanentes a la actividad nerviosa” (McCulloch y Pitts, 1943), que introdujo un modelo matemático clave para la conceptualización de la computadora basada en dicho sistema.
En cuanto a la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), se define como un campo emergente dentro de la IA que se enfoca en desarrollar contenido nuevo y original (Puertas, 2023). La IAG ha transformado significativamente la dinámica de la enseñanza y el aprendizaje en campos como la arquitectura y el diseño, al incorporar tecnologías avanzadas, como algoritmos de aprendizaje automático y redes neuronales, que han abierto nuevas posibilidades y enfoques pedagógicos en estas disciplinas creativas.
Además, el avance de la inteligencia artificial no se detuvo allí. En 2008, Google logró un progreso significativo en el reconocimiento de voz, una función ampliamente utilizada en aplicaciones para dispositivos móviles. Ocho años después, el sistema AlphaGo superó a Lee Sodol en el complejo juego Go.
En 2015, inició operaciones OpenAI, y tres años más tarde introdujo el chatbot conversacional GPT-1 (Transformador Preentrenado Generativo) (Fig. 2). Para junio de 2024, se estima que existen entre 100 millones y un billón de chatbots en operación.
Chat GPT.
Fuente: https://chatgpt.com.En este sentido, la conformación de contenidos, a partir de aquellos considerados como referencias, es el rasgo principal de la IAG, ya sea a través de audio, texto o imágenes. Los sistemas generativos han sido desarrollados de tal modo que aplican secuencias e interrelaciones de datos utilizados por estos para conformar otros, tomando en cuenta contenidos expuestos por los individuos, en cuestión de segundos o minutos, es decir, produce información, en vez de solo reconocer la existente, como sucede con la inteligencia artificial diseñada para analizar o discriminar datos (Telefónica, 2023).
La implicancia en el ámbito educativo es la obsolescencia de la práctica expositiva tradicional, que tiende a ser unilateral y frecuentemente omite la problematización de la realidad. Este enfoque, centrado en la mera transmisión de información de los docentes a las y los estudiantes en general de cualquier disciplina, se está quedando atrás frente a las necesidades de una educación moderna y dinámica de arquitectura y de cualquier otra área de conocimiento que valore el uso de las nuevas tecnologías para mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. En lugar de simplemente exponer contenidos, la educación contemporánea requiere un enfoque más interactivo y participativo, donde el estudio profundo, el diálogo constructivo y la argumentación crítica jueguen roles centrales, impulsando el desarrollo y práctica de la creatividad, habilidad inherente a cualquier disciplina y demanda en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la arquitectura.
La práctica expositiva tradicional, donde el docente actúa como transmisor de conocimientos y los estudiantes como receptores pasivos, presenta limitaciones significativas. En primer lugar, este método limita la participación de los estudiantes, reduciendo las oportunidades para el intercambio de ideas y el pensamiento crítico. Además, la enseñanza expositiva a menudo no aborda los problemas y desafíos del mundo real, lo que dificulta la aplicación práctica del conocimiento adquirido. También, la falta de problematización y discusión impide el desarrollo de habilidades esenciales como la resolución de problemas, la colaboración y la argumentación lógica.
Para contrarrestar estas limitaciones, se están adoptando metodologías educativas más modernas y efectivas, como la de aprendizaje basado en problemas (ABP), que se centra en el que aprende, con una participación individual y colectiva siendo protagonistas de su formación se basa en el descubrimiento y el estudio guiado por los tutores (Bermúdez Mendieta, 2021). El ABP se centra en la resolución de problemas reales, fomentando el pensamiento crítico y la aplicación práctica del conocimiento.
Por otro lado, el aprendizaje colaborativo (AC) promueve la interacción y el trabajo en equipo entre los estudiantes, desarrollando habilidades sociales y de comunicación. Además, los métodos socráticos, a través del cuestionamiento y el diálogo, guían a los estudiantes a explorar ideas y conceptos en profundidad, promoviendo la reflexión y la argumentación.
El AC busca desarrollar en el estudiante universitario la capacidad de estudiar de manera autónoma. La participación en los grupos es voluntaria, donde el estudiante defiende su punto de vista (razonamiento) y también desarrolla la aceptación de otros puntos de vista (cuestiona). Este reajuste de conceptos, en el que sus opiniones convergentes y divergentes se combinan, forma un nuevo marco conceptual para generar nuevo conocimiento (González y Díaz, 2005).
Por lo anterior, la era digital y la inteligencia artificial están transformando los métodos educativos hacia enfoques más activos e interactivos. Las plataformas en línea ofrecen recursos personalizados e interactivos que permiten a las personas aprender a su propio ritmo y según sus intereses. Por su parte, la inteligencia artificial y los chatbots proporcionan realimentación instantánea, resuelven dudas y personalizan el proceso educativo de acuerdo con las necesidades individuales. Además, las herramientas de colaboración digital fomentan la interacción entre docentes y estudiantes, superando barreras geográficas.
En el ámbito de la arquitectura, estas innovaciones pueden integrarse en áreas como Teoría, Tecnología y Diseño, facilitando la implementación de herramientas como la IA, la IAG, el ABP y el AC. Esto promueve el desarrollo de conocimientos reflexivos y críticos, esenciales para contribuir de manera significativa a esta disciplina.
Abordar la problematización de la realidad en el proceso educativo implica enfrentar cuestiones y desafíos contemporáneos, lo que fomenta un aprendizaje más profundo y significativo. Este enfoque permite a los estudiantes contextualizar y aplicar el conocimiento adquirido al conectar lo aprendido con su entorno. Resolver problemas reales requiere habilidades como análisis, síntesis y evaluación, fundamentales tanto para el éxito profesional como personal. Asimismo, se estimula la capacidad de cuestionar, investigar y desarrollar soluciones innovadoras, preparándolos para enfrentar los retos del futuro.
Incorporación de la inteligencia artificial y chatbots en la práctica docente
La incorporación de la inteligencia artificial y los chatbots en la práctica docente requiere que los profesores adquieran y desarrollen una serie de habilidades y conocimientos específicos. Para integrar estas tecnologías de manera efectiva, los docentes deben tener una comprensión sólida de cómo funcionan la inteligencia artificial y los chatbots, así como la capacidad de evaluar y seleccionar las herramientas adecuadas para sus necesidades pedagógicas.
Además, es esencial que los profesores aprendan a diseñar y adaptar sus estrategias de enseñanza para aprovechar al máximo las capacidades de estas tecnologías, lo que incluye la personalización del aprendizaje, la provisión de realimentación instantánea y el apoyo a la colaboración entre los estudiantes. También deben ser capaces de interpretar y utilizar los datos generados por la inteligencia artificial para mejorar continuamente sus métodos de enseñanza y apoyar el progreso de sus alumnos.
Asimismo, la formación en ética y privacidad es crucial para garantizar que el uso de la IA y los chatbots sea responsable y respete los derechos de los estudiantes. Estas competencias permiten a los docentes no solo mantenerse al día con las innovaciones tecnológicas, sino también enriquecer el proceso educativo y preparar mejor a sus estudiantes para el futuro.
En este contexto, es fundamental comprender las funciones de los sistemas que modelan las redes neuronales. Según Iberdrola (2024), estos sistemas pueden actuar de manera similar a los humanos, ya que “automatizan actividades como la toma de decisiones, la resolución de problemas y el aprendizaje”. Además, procesan la información basándose en una lógica racional, lo que constituye “el esfuerzo por hacer que las computadoras piensen… máquinas con mentes en el sentido amplio y literal”. Asimismo, incluyen sistemas diseñados para realizar tareas de manera semejante a las personas, como es el caso de los robots.
Por otra parte, algunos sistemas investigan las facultades mentales mediante el estudio de modelos computacionales. En palabras de Charniak y McDermott (1985), citados por Rodríguez (2022), estos sistemas “investigan las facultades mentales a través del estudio de modelos computacionales”.
Por lo anterior, la automatización de los procesos y de las acciones, resulta esencial para que los docentes puedan integrar estas tecnologías en su práctica educativa de manera efectiva y ética.
Implicaciones institucionales del uso cotidiano de la tecnología
El uso cotidiano de la inteligencia artificial y las herramientas digitales en el ámbito universitario tiene profundas implicaciones institucionales que impactan en la manera en que se genera y organiza el conocimiento. Estas tecnologías están transformando no solo los métodos de enseñanza y aprendizaje, sino también la gestión y administración de las universidades.
La integración de la IA plantea tanto desafíos como oportunidades en la dinámica entre docentes y estudiantes, la gestión académica y la concepción misma del conocimiento. Al automatizar tareas administrativas y docentes, se optimizan recursos y tiempos, lo que permite una mayor personalización del aprendizaje y una interacción más dinámica y efectiva. No obstante, este avance exige una revisión de las políticas institucionales sobre privacidad, ética y equidad en el acceso.
Además, la incorporación de estas innovaciones puede redefinir las competencias requeridas para el personal universitario y alterar las expectativas de los estudiantes en relación con su experiencia formativa. En este contexto, es esencial analizar cómo estas transformaciones afectan tanto la estructura curricular como las dinámicas de comunicación y poder dentro de las instituciones.
En México, las políticas gubernamentales e institucionales en esta materia buscan evitar procesos de desinstitucionalización y deconstrucción, aunque deben integrar el uso de tecnologías como un apoyo clave para fortalecer la ciudadanía y el desarrollo profesional.
Desde esta perspectiva, y en el marco de la legitimación social de la educación, la formación docente en la era digital tiene como propósito fomentar un vínculo más profundo entre profesores y estudiantes. Este enfoque busca ampliar los sentidos de la vida y los fundamentos culturales compartidos, favoreciendo un entorno de aprendizaje significativo y reduciendo el riesgo de desconexión entre ambas partes (Martínez, 2020).
En este contexto, el papel de la docencia y la inteligencia artificial en la era digital adquiere especial relevancia en instituciones como la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMÉX). Este trabajo se centra en analizar cómo estas herramientas pueden potenciar el interés por su implementación, fortaleciendo tanto la práctica docente como la formación de estudiantes en un entorno educativo en constante evolución.
La tendencia a la digitalización de los procesos relacionados con la educación implica la transformación del paradigma presencial al multimodal, en los términos del Estatuto de la UAEMÉX: las modalidades –escolarizada, no escolarizada y mixta– y los sistemas de enseñanza a través de las que son instrumentadas: virtual, en línea y presencial con mediación tecnológica.
Desde el Plan General de Desarrollo (1982) se establecieron los principios y políticas institucionales orientados a diversificar los planes y programas de estudio, así como a incorporar diferentes sistemas y modalidades de enseñanza. Este enfoque refleja 44 años de experiencia en el desarrollo educativo (DECyD, comunicación personal, 10 de agosto de 2023). Un elemento clave en este proceso ha sido la infraestructura tecnológica, cuya ampliación y renovación constante comenzó en 1975 con la creación del entonces Centro de Investigación, Cálculo e Informática.
En este sentido, la normatividad institucional dispone elementos de referencia para planificar, instrumentar y autoevaluar tanto los mapas curriculares, las áreas del conocimiento, las unidades de aprendizaje y aquellas de competencia que también orientan al docente en relación con su desempeño. El Reglamento de Estudios Profesionales de la UAEMÉX amplía al respecto, subrayando la importancia de los programas de estímulo y reconocimiento al desempeño académico como herramientas clave para mejorar la calidad educativa. Estos programas no solo incentivan la instrumentación de las unidades académicas según la programación pedagógica, sino que también promueven activamente el desarrollo y la actualización de los materiales educativos. Al ofrecer incentivos y reconocimiento, se motiva a los docentes a adoptar innovaciones pedagógicas y tecnológicas, mejorando así la efectividad de la enseñanza y el aprendizaje.
Además, se fomenta un entorno académico que valora la excelencia y el esfuerzo, impulsando a los educadores a participar en actividades de formación continua y a colaborar en proyectos que beneficien tanto a la comunidad universitaria como a la sociedad en general. De este modo, se asegura que la institución se mantenga a la vanguardia en términos de calidad educativa y relevancia social, preparando mejor a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo moderno.
Aun así, el desempeño del docente, como proceso académico, es complejo y susceptible de mejora continua; sobre todo al considerar la saturación de las agendas laborales de los académicos por motivos diversos, entre los que destacan los salariales y de permanencia. En este contexto, los propósitos educativos se centran en formar conocimientos y aplicar el saber para una convivencia social integrada con la ciencia, la técnica y la tecnología. Un ejemplo de este fenómeno es el creciente uso de internet a nivel mundial: actualmente, el 40% de la población global utiliza esta herramienta, y en solo tres años, el número de usuarios ha aumentado en mil millones (Internet Live Stats, 2024).
Casi la totalidad de los profesores de nivel superior (90%) considera que el uso de la inteligencia artificial será una habilidad esencial en el mercado laboral, según un estudio realizado por la revista Educación Superior, una de las principales publicaciones en materia educativa en el Reino Unido (Higher Ed Dive, 2024).
Ante esta realidad, resulta indispensable establecer lineamientos que promuevan el uso ético de la tecnología basada en modelos de redes neuronales, garantizando su aplicación responsable y alineada con principios éticos y sociales.
En este sentido, la conformación del Centro de Investigación, Cálculo e Informática en la UAEMÉX, en 1975, representa un hito institucional en términos del reconocimiento de la tecnología como elemento estratégico del compromiso implícito en el centenario lema Patria, Ciencia y Trabajo de la institución (Trinidad, 2014).
La definición y gestión de la narrativa educativa, así como su ejercicio, han sido atribuidos política y socialmente al Estado y a las Instituciones de Educación Superior (IES). Un ejemplo de ello es la inclusión de la categoría innovación en la programática de la UAEMÉX desde el Plan General de Desarrollo 1989-1993. Sin embargo, hasta la fecha, la predominancia en el ejercicio de la narrativa educativa ha correspondido al docente. No obstante, es cada vez más relevante la influencia de las generaciones X (1997-2012) y Alpha (2010 hasta la fecha), quienes, a través de las redes sociales y el uso de chatbots en el proceso educativo, están cambiando la dinámica de participación en la construcción de la narrativa educativa.
Los docentes ¿qué presencia mantienen en esta, ante audiencias informadas, pero con necesidades de formación ciudadana y profesional a partir de la reflexión crítica sobre la realidad?
La Universidad Autónoma del Estado de México se ha adaptado a la era digital de diversas maneras para mejorar la experiencia educativa y facilitar el acceso al conocimiento. En cuanto a la oferta académica digital, la universidad dispone de un Campus Virtual, que sirve como la plataforma principal para la educación en línea. Además, ofrece licenciaturas en línea, con programas impartidos virtualmente, y una biblioteca digital que incluye un catálogo de libros electrónicos, revistas académicas, artículos científicos y otros recursos digitales. También cuenta con un Repositorio Institucional, una base de datos con publicaciones académicas producidas por sus investigadores, y una Videoteca Digital que aloja grabaciones de conferencias, eventos académicos y material audiovisual diverso.
Por otro lado, la universidad utiliza un Sistema de Gestión Escolar, que es una plataforma en línea para trámites administrativos, inscripción a cursos, consulta de calificaciones y seguimiento académico. La infraestructura de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC) permite el acceso a internet, aulas virtuales y herramientas de comunicación y colaboración en línea. Asimismo, la firma electrónica facilita los trámites oficiales y documentos digitales con validez legal, agilizando los procesos administrativos.
En cuanto al compromiso con la era digital, la universidad promueve la capacitación continua de los docentes en el uso de herramientas digitales para la enseñanza, invierte en el desarrollo de plataformas y recursos educativos innovadores que aprovechan las tecnologías emergentes, y fomenta la cultura digital entre estudiantes y personal, incentivando un uso responsable y eficaz de las tecnologías.
El contenido generado en febrero de 2024 por Gemini, el modelo de inteligencia artificial desarrollado por Google, indica que la UAEMÉX, basándose en su experiencia histórica, el contexto actual y las perspectivas futuras, define su visión, misión y planes de desarrollo (tanto general como rector). Además, evalúa su desempeño considerando la transparencia en la rendición de cuentas a su comunidad y a la sociedad (DECyD, comunicación personal, 10 de agosto, 2023).
De esta manera, se busca que la impronta digital en la docencia, alineada con las tendencias nacionales e internacionales, sea coherente con los planes y programas institucionales. Esto ha sido claramente señalado desde el Plan General de Desarrollo 1983-1993, con el objetivo de contribuir al logro de la visión y misión de la UAEMÉX, en un contexto sociohistórico y material en constante y acelerada transformación.
En este sentido, la gestión y el ejercicio de la narrativa educativa mediada tecnológicamente han sido una prioridad en la universidad desde 1975, a través del entonces Centro de Investigación, Cálculo e Informática, hoy conocido como la Dirección de Tecnologías de la Información y Comunicación (DTIC). En la figura 3 se muestran las Secretarías y Direcciones encargadas de gestionar los diversos aspectos de esta narrativa, reflejando el compromiso institucional con la integración de la tecnología en el ámbito educativo.
Direcciones de la UAEMÉX encargadas de la narrativa educativa tecnológica.
Fuente: Elaboración propia.Además, la Oficina de la Abogacía General y las Direcciones correspondientes son responsables de precisar la normatividad relacionada, a través de reglamentos y lineamientos. Por su parte, los organismos académicos colaboran en la implementación de programas educativos mediante diversas modalidades, contribuyendo al ejercicio de la narrativa educativa mediada tecnológicamente en la universidad.
Discusión
El impacto social y cultural de la inteligencia artificial en la educación de la arquitectura y el diseño es profundo y multifacético. La integración de la IA en estos campos no solo transforma los métodos de enseñanza y aprendizaje, sino que también afecta la interacción y el comportamiento humano en el contexto educativo.
En este entorno digital, los estudiantes y profesores interactúan de nuevas maneras, utilizando herramientas avanzadas que facilitan la colaboración y la creatividad. Sin embargo, este cambio tecnológico también plantea importantes cuestiones sobre los valores y la ética en la educación digital.
Es crucial examinar cómo estas tecnologías influyen en los principios educativos fundamentales y asegurar que su uso promueva un entorno de aprendizaje justo, inclusivo y equitativo. Al considerar estos aspectos, se puede comprender mejor cómo la IA está remodelando el paisaje educativo en la arquitectura y el diseño, y cómo debemos adaptarnos para aprovechar al máximo sus beneficios mientras mantenemos un enfoque ético y humanista.
Las actividades de difusión, capacitación y formación en materia de la tecnología generativa y la educación, promovidas a través de diversas direcciones y organismos académicos, animan a enfrentar retos en el diseño de los procesos de enseñanza-aprendizaje; dinámica que supone un incremento en la variedad de temáticas y problemáticas en cuestión.
Es evidente la constante creación y actualización de reglamentos, lineamientos, acuerdos e instrumentos institucionales que regulan diversos aspectos del uso de tecnologías avanzadas, como el procesamiento de lenguaje natural, la visión artificial, la inteligencia generativa, el reconocimiento de voz e imágenes, la gestión de decisiones, los agentes virtuales, las plataformas Machine Learning, la defensa cibernética y los asistentes para funciones sustantivas y operativas. Entre estas herramientas, destaca el programa de tutoría como un ejemplo de su aplicación.
La incorporación pertinente de la tecnología generativa, según la experiencia internacional, implica el caminar coordinado de los docentes y las IES en cuestiones tales que sean complementarias entre sí: las IES, disponiendo programas de formación, capacitación y laborales, así como apoyos: disciplinares, normativos, de reconocimiento al desempeño y política educativa; los integrantes académicos proponiendo e instrumentando innovaciones curriculares, pedagógicas y didácticas; y las asociaciones gremiales, disponiendo los correspondientes estatutos.
El modelo multidimensional para la comunicación mediada tecnológicamente, conformado por el doctor Aguirre Hall y la doctora Panchí Vanegas, enfatiza el diálogo y la argumentación para vincular los componentes de la formación académica en el contexto sociohistórico y material (comunicación personal, abril 26, 2015).
El diálogo y la argumentación son fundamentales para el aprendizaje, ya que permiten a docentes y estudiantes identificar aciertos, contradicciones, omisiones o limitaciones, así como reconocer y aceptar errores. Las intenciones y las estructuras al argumentar pueden variar, pero el diálogo implica, al menos, la interacción entre dos individuos capaces de hablar y actuar, en tanto su conocimiento lo permita.
En este contexto, el diálogo requiere expresión con precisión, claridad y suficiencia, de manera que los razonamientos sean comprendidos y logren el convencimiento sobre lo que se argumenta. Además, implica aceptar la susceptibilidad a la crítica sobre lo expuesto, incluyendo los razonamientos utilizados, para verificar o validar lo dicho, siempre que los participantes reconozcan el fundamento de la crítica. Finalmente, el diálogo también requiere ajustar las pretensiones de validez presentadas por los que argumentan, así como los fundamentos respectivos, hasta lograr su aceptación por consenso. ¿Cómo lograrlo en la generación Z, integrantes de la comunidad estudiantil en la UAEMÉX, nacidos a partir de 1995 y principios del milenio vigente?
Conciliar las narrativas educativas correspondientes a las generaciones denominadas: X (1969 – 1980), y Mileniales (1981 – 1993) y Z (1994 – 2010), tal que sean identificadas coincidencias y diferencias, con el apoyo de la tecnología generativa, implica el conocimiento de los intereses, las necesidades y expectativas en cuestión, porque el diálogo y la argumentación suponen relaciones simétricas.
Al respecto ¿cómo lograrlo con el apoyo de la tecnología generativa? La matrícula estudiantil en la UAEMÉX (generación Z) es usuaria habitual de las redes sociales y la diversidad les caracteriza; mientras las habilidades digitales a los docentes (generación Y), cuyas edades fluctúan entre los 20 a 41. En menor número los docentes nacidos durante el lapso 1969-1980, fueron informados acerca de la realidad a través de la televisión y la radio.
A nivel mundial múltiples desarrollos están siendo financiados en materia de chatbot, generadores de imágenes, música, para propósitos de doblajes, desarrollo de figuras (fotografías y, o sea el caso, imágenes) a partir de instrucciones textuales, apoyo al usuario para la edición y redacción.
Conclusiones
La incorporación pertinente de la tecnología generativa, según la experiencia internacional, implica un trabajo coordinado entre los docentes y las Instituciones de Educación Superior (IES), de manera que ambas partes se complementen. Las IES deben ofrecer programas de formación, capacitación y apoyo laboral, además de contar con recursos disciplinarios, normativos, de reconocimiento al desempeño y políticas educativas.
Por su parte, los docentes deben proponer e instrumentar innovaciones en los ámbitos curricular, pedagógico y didáctico. Además, las asociaciones gremiales deben disponer de los estatutos correspondientes y aplicar estas medidas en los diferentes saberes académicos, humanistas y tecnológicos, como en el caso particular del proceso de enseñanza-aprendizaje en arquitectura.
Diferentes modelos educativos como el ABP y el AC son elementos de desarrollo que permitirán integrar el uso de las nuevas tecnologías (TIC) en los procesos de enseñanza-aprendizaje del diseño y la arquitectura.
La conectividad a las redes digitales es una demanda de las y los estudiantes, por lo que las instituciones deberán proveer y contar con los recursos económicos suficientes para proporcionar una conexión privada, permanente y segura, garantizando un mejor aprendizaje y desarrollo en la formación académica y personal.
Las instituciones, conscientes de propiciar los medios necesarios para el desarrollo de la educación con el uso de nuevas tecnologías, deberán enmarcar legalmente el uso racional, privado y consciente de estas para garantizar un óptimo aprovechamiento de la implementación de nuevos modelos digitales en los procesos educativos.
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Notas de autor
Roles de autoría: 1. Administración del proyecto; 3. Análisis formal; 4. Conceptualización; 5. Curaduría de datos; 6. Escritura - revisión y edición; 7. Investigación; 8. Metodología; 10. Redacción - borrador original; 12. Supervisión; 13. Validación; 14. Visualización
ORCID: 0000-0003-1495-9856
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Información adicional
CÓMO CITAR: Romero-Guzmán, L. y Ortega-Terrón, M. de L. E. (2024). Docencia, era digital e inteligencia artificial en la arquitectura y el diseño. A&P Continuidad, 11(21), doi: https://doi.org/10.35305/23626097v11i21.490
Enlace alternativo
https://www.ayp.fapyd.unr.edu.ar/index.php/ayp/article/view/490 (html)