Reflexiones de maestros
CÓMO CITAR: Hays, D. L. (2024). Naturalezas futuras: abordando el diorama de hábitat como medio de y para la arquitectura de paisajes. A&P Continuidad, 11(21), doi: https://doi.org/10.35305/23626097v11i21.498
¿Cuál es el futuro de la naturaleza y cómo podrían los arquitectos de paisajes abordarlo de la mejor manera? El enfoque convencional contemporáneo consiste en usar ciencia de datos para predecir las condiciones futuras y luego proponer proyectos apropiados a esas proyecciones. La lógica de esa secuencia parece tan evidente que es difícil imaginar otras maneras de proceder. Y esa es una de las razones por las cuales ha tenido tanto sentido enmarcar a la arquitectura de paisajes como disciplina STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Sin embargo, el futuro no es tan fácil de conocer o gestionar. La investigadora y profesional paisajista Ellen Hartman (2013, p. 51) nos recuerda que “el futuro tiene dos formas contrapuestas: por un lado […] es ‘predecible, programable, organizable [y] previsible’. Y por el otro, […] es ‘totalmente impredecible’, [una forma que el filósofo Jacques] Derrida llamó ‘el futuro más real’”. En su trabajo como Jefa de Apoyo Operativo y Emergencias del Laboratorio en Investigaciones de Ingeniería de la Construcción del Cuerpo de Ingenieros de la Armada de Estados Unidos, Harman se pregunta: “¿Cómo diseñamos para el futuro que no podemos predecir?”
Una respuesta es, imaginando futuros que deseamos que sucedan, y luego diseñar hacia ellos. Visualizar y abordar futuros de ese modo evita el problema del “futuro más real”, es decir, el que no podemos predecir. También abre caminos alternativos. Siendo una práctica normada[1], podríamos considerar aceptable utilizar predicciones basadas en la ciencia de datos para guiar el diseño siempre y cuando el futuro se despliegue de forma predecible, pero cuando el futuro se desarrolla de manera diferente esas predicciones fallan y –en cualquier caso– excluyen posibilidades no consideradas por la ciencia de datos. Por el contrario, el hecho de imaginar y revelar las condiciones que deseamos que sucedan las hace posibles, siguiendo la lógica del futurismo que considera que las nuevas situaciones devienen plausibles solo después de haberlas visualizado y compartido. El futurismo es reconocido como un movimiento histórico y un método contemporáneo en el arte, el diseño, la literatura y la filosofía, pero hoy en día también está siendo recomendado por las ciencias, especialmente por investigadores preocupados por el aceleramiento de la emergencia climática. Por ejemplo, en una conferencia dictada en el Congreso ASLA 2022 en San Francisco, la distinguida bióloga marina Ayana Johnson invitó a arquitectos de paisajes a visualizar el futuro que deseaban y lanzarse hacia él. Johnson llamó a esa actividad “corriendo hacia el futuro que deseamos ver”.
En nuestra actividad docente, la mayoría de nosotros somos adeptos a ayudar a los estudiantes a usar ciencia de los datos para predecir condiciones futuras y luego desarrollar diseños apropiados a esas proyecciones. Pero ¿cómo podríamos ayudar a los estudiantes a conocer, compartir y diseñar hacia los futuros que desean que sucedan? Dos iteraciones de un taller vertical optativo que suelo enseñar en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign exploraban ese interrogante utilizando el diorama de hábitat como medio de y para paisajes futuros. Los dioramas de hábitat emergieron a finales del siglo XIX como un formato novedoso para la representación del paisaje que, como la historiadora Karen Wonders (1993, p. 9) expresó, “representa el esfuerzo del hombre para clasificar, definir y comprender genéricamente el mundo natural vía modelo ecológico”. Ubicados principalmente en los nuevos museos de historia natural, los dioramas eran obras maestras de realismo y engaño, que combinaban componentes bidimensionales y tridimensionales para crear ilusiones expansivas y al mismo tiempo accesibles del mundo natural. En este medio estaban igualmente involucradas las ciencias y las artes.
Los dioramas de hábitat retrataban ecosistemas y sus especies componentes como tipos estáticos, en correspondencia con la comprensión científica y las expectativas culturales de la época. Populares entre el público general, invocaban ambientes dinámicos en formatos estáticos e idealizados, personificando y extendiendo la tradición pintoresca de las artes gráficas y el diseño de paisajes. Pero también personificaban y extendían las ideologías racistas, paternalistas y colonialistas con las que las teorías científicas en torno a las personas, los lugares y la naturaleza estaban impregnadas.
Durante las últimas cuatro décadas tanto la comprensión de la naturaleza como de la ecología han cambiado significativamente y el contenido de los dioramas de hábitat tradicionales se ha vuelto obsoleto, aun cuando su formato sigue siendo popular. El foco de la teoría ecológica se ha desplazado desde el modelo jerárquico que culminaba en un estado de clímax estable, hacia el modelo dinámico basado en la resiliencia, la capacidad de los sistemas de adaptarse a las perturbaciones. Esta nueva comprensión considera el desequilibrio como parte integral a los sistemas naturales y la estabilidad como un estado que nunca es alcanzado.
Asimismo, en años recientes han surgido o han recibido una atención creciente otras comprensiones de la naturaleza y la ecología –por ejemplo, el ecofeminismo, las ecologías indígenas y las ecologías queer– que desafían la hegemonía de las perspectivas científicas ortodoxas. Entonces, para que los dioramas de hábitat sean relevantes nuevamente, su contenido debe ser completamente re-imaginado, y la arquitectura de paisajes podría contribuir mucho en ese aspecto.
La producción de dioramas de hábitat está estrechamente relacionada con la práctica de la arquitectura de paisajes siendo que ambas articulan información, tecnología y representación para negociar las relaciones entre humanos y naturaleza. A partir de esa articulación, los talleres de proyecto que llevé adelante han tomado los dioramas de hábitat como medio para consolidar y compartir imaginarios de naturaleza futura.
Para preparar el escenario del taller de proyecto, los estudiantes investigaron el desarrollo histórico y técnico de los dioramas de hábitat, incluyendo las ideologías racistas, paternalistas y coloniales que infundieron su contenido científico y artístico. Asimismo, los estudiantes relacionaban esas condiciones con los desarrollos históricos en arquitectura de paisajes (ej. jardines, paisajes interiores, raza y espacio).
Proyecto 1: encuentro con animales
Como primer proyecto, los estudiantes experimentaron la construcción de dioramas de hábitat en sus propios términos en respuesta a una serie de instrucciones elaboradas por mí específicamente: “Usando como medio el diorama de hábitat, estructure un momento de primer encuentro entre un humano y un animal no humano en un lugar descuidado o abandonado por humanos”.
En este escenario, “un humano” significaba “la persona que estaba experimentando el diorama de hábitat”, y el animal no-humano estaba representado por una pequeña figurita de un okapi, también conocido como jirafa del bosque o jirafa cebra. Este animal fue seleccionado simplemente porque era probablemente la menos familiar entre las especies carismáticas de entre un manojo de figuritas que tenía la tienda local de artículos de arte.
Siguiendo la lógica de transposición imaginativa, les solicité a los estudiantes que trataran cada diorama como un portal capaz de transportar a quienes lo experimentaban a otro tiempo y lugar. Las escenas inventadas o evocadas podrían estar en cualquier lugar y en cualquier tiempo, o en ningún lugar y ningún tiempo en particular. Sin embargo, les recordé a los estudiantes que los dioramas de hábitat eran una realidad de primer orden, experimentado aquí y ahora, y que el sentido de la transposición imaginativa dependía de la estrecha conexión entre esas condiciones: en cualquier lugar o en ningún lugar, sin embargo, aquí; en cualquier momento o en ningún momento, sin embargo, ahora [2].
Además, para que sea convincente, cada escena debía parecer realista aun cuando proyectaba condiciones desconocidas o sin precedentes y la experiencia debía parecer inmersiva y no mediada, aun cuando involucre un conjunto limitado de sentidos. Para apuntalar ese sentido de presencia, desafié a los estudiantes a hacer que ese pasaje de tiempo en el lugar sea perceptible por los participantes durante sus encuentros, por ejemplo, a través del sonido, del movimiento y cambiando la luz.
Proyecto 2: teorizando naturalezas futuras
Trabajando a través de la mirada del futurismo, los estudiantes luego imaginaron naturalezas futuras que fueran verosímiles, pero no a través de datos científicos, patrones y tendencias, sino a través de las prioridades, intuiciones y deseos personales. Las instrucciones aquí fueron, “usando tu imaginación como portal, viaja al futuro que anhelas, recolecta tres especímenes de la naturaleza que se encuentran allí, y trae esos materiales al presente para estudiarlos y compartirlos”. La intención de esta ejercitación práctica era evitar nuestro hábito de utilizar la ciencia de datos como recurso para predecir el futuro y en cambio nutrir nuestra capacidad de descubrir y conocer de primera mano los futuros que deseamos que sucedan. En otras palabras, la respuesta no estaba en internet, ni en las indicaciones del trabajo práctico, ni en la bibliografía acerca de la naturaleza, la posnaturaleza, y las naturalezas futuras, sino que se encontraba ya dentro de cada estudiante.
La primera parte del proceso era simple: “cierra los ojos, mira dónde tu imaginación te lleva y presta atención a la experiencia.”
Y la segunda parte fue facilitada por un “Consejo Pro[fesional]” en relación a la colección de especímenes y a cómo traerlos al presente. Específicamente a los estudiantes se les sugirió que la elaboración manual podría ayudarles a mover los especímenes del futuro al presente. También les sugerí que cada espécimen recolectado “tendría una verdad propia”, lo que significaba, por ejemplo, que podría tener propiedades desconocidas, aún para quienes lo seleccionaban.
La capacidad de los estudiantes de llevar adelante las dos partes de este proceso, y la absoluta seriedad que le imprimieron, es posiblemente la experiencia más asombrosa que he tenido como profesor hasta el momento. Aún los pocos estudiantes que temían no ser capaces de lograrlo, lo hicieron con una mínima indicación.
Y este paso terminaba con una exposición de los especímenes y una narrativa enmarcada por dos preguntas: De acuerdo a tu mejor saber y entender ¿qué es este espécimen? ¿Por qué elegiste ese espécimen entre los diversos materiales naturales que encontraste en el futuro?
Proyecto 3: imaginando naturalezas futuras
A partir del trabajo con medios analógicos, los estudiantes utilizaron los dioramas de hábitat como vehículo para darle forma a sus experiencias de naturalezas futuras, haciéndolas compartibles con las de sus compañeros. A los estudiantes se les recordó nuevamente que el diorama de hábitat era una realidad de primer orden y que se les estaba desafiando a que le dieran sentido a la transposición imaginativa a través de experiencias realistas, inmersivas y aparentemente no mediadas. Para fundamentar sus trabajos, se les solicitó estudiar cuidadosamente los tres especímenes que habían traído del futuro, distinguir sus propiedades y rasgos más interesantes, considerar cómo habían surgido y qué sugerían o revelaban esos aspectos en relación a la naturaleza futura, y volcar lo aprendido en sus dioramas de hábitat. Observé que, en cada diorama, “La plenitud del futuro debería ser evidente.” A los estudiantes se les sugirió transportarse al futuro de nuevo y realizar las investigaciones que fueran necesarias. Y el Consejo Pro fue: “Se honesto contigo y con los demás sobre por qué este futuro te atrae”.
Un beneficio adicional del taller fue ayudar a los estudiantes a desarrollar sus primeras bases en la creación analógica a través del aprendizaje basado en la experiencia. A lo largo del semestre, los estudiantes participaron de investigaciones materiales y exploraciones técnicas guiadas por las expectativas que ellos impulsaban por sí mismos, a través de sus propias visiones e ingenio.
Proyecto 4: anticipando naturalezas futuras
Como último paso del proceso, cada estudiante imaginaba y diseñaba un proyecto contemporáneo de arquitectura de paisajes anticipando su sentido de naturaleza futura, conectándola con aquellas dos condiciones. Este ejercicio práctico estaba abierto en términos de contexto y ubicación, dimensión y escala, materialidad, tecnología, función y propósito siempre y cuando sus relaciones con la visión de naturaleza futura fuera clara.
Por ejemplo, en el proyecto de Saloni Chawla, estudiante de maestría, el espécimen de naturaleza futura era un desecho plástico del océano penetrado por una raíz de mangle. Su visión de naturaleza futura era una isla flotante (una masa de residuos plásticos estabilizada por el manglar), atractiva para los pájaros y con una capa de tierra emergiendo de esta. Y el proyecto de arquitectura de paisajes contemporáneo era una red de esteras flotantes con un corazón de residuos plásticos ubicada en áreas inundables alrededor de Miami, Florida. El proyecto de Zhe Cheng, también estudiante de la maestría, planteó un ecosistema oceánico rico combinado con una vida extraña en un futuro bien lejano, “una especie de nuevo período cámbrico” que surgió 30 millones de años después de que “un virus mutante neuronal precipitara un colapso ambiental masivo”. Luego propuso tomar como punto histórico futuro del origen del virus mutante neuronal a la isla Spinalonga, una pequeña isla griega que había sido antiguamente utilizada como una colonia de leprosos y transformarla en un destino experiencial en el cual los turistas utilizarían un vestuario particular y danzarían como formas de cultivar la empatía con la fauna local.
En conclusión, esos talleres fueron atractivos para aquellos estudiantes que buscaban tanto explorar aproximaciones al diseño más intuitivas y hápticas, como profundizar su sentido de intereses y prioridades personales. El objetivo principal era ayudar a los estudiantes a descubrir y compartir futuros de la naturaleza que ellos desearan que surgieran y a dar un primer paso en el diseño hacia ellos. Como se señaló anteriormente, el uso de la ciencia de datos para guiar el diseño para el futuro es exitoso cuando el futuro se despliega tal como fue previsto, pero tropieza cuando este se desarrolla de manera diferente y –en cualquier caso– es una práctica normada, por lo que se basa en excluir posibilidades alternativas. Por el contrario, imaginar y sostener los futuros que deseamos que sucedan posibilita resultados novedosos. Además al explorar condiciones inesperadas, estamos mejor preparados para dirigirnos hacia esos futuros y nos volvemos más adeptos a tener una mirada crítica sobre las condiciones, aproximaciones y herramientas que hemos heredado.
En ese sentido, una coda: hicimos una excursión como parte del taller, con visitas a una empresa de diseño y fabricación de exhibiciones de historia natural (Taylor Studios, en Rantoul, Illinois) y también al Museo de Historia Natural y al Acuario de Chicago. Las excursiones suelen ser parte de la investigación del taller, pero nosotros lo hicimos al final del semestre después de la reflexión final. Equipados con nuevas experticias adquiridas a través del trabajo y la reflexión durante un semestre, los estudiantes respondieron de una manera completamente diferente –al mismo tiempo, más críticos, empáticos y agradecidos– a la gente y a los contenidos que encontraron allí.
............................................................
Conferencia dictada en 2024 Annual CELA Conference “Taking Action: Making Change.” St. Louis, MO. Sábado 23 de marzo de 2024.
Referencias bibliográficas
Hartman, E. (2013). Savior City. En D. L. Hays (Ed.), (Non-)Essential Knowledge for (New) Architecture [306090 Books 15] (pp. 50-79). New York, Estados Unidos: 306090; Princeton Architectural Press.
Wonders, K. (1993). Habitat Dioramas: Illusions of Wilderness in Museums of Natural History. Uppsala: Uppsala University.
Notas
Notas de autor
ORCID: 0000-0002-6417-6916
dlhays@illinois.edu
Información adicional
CÓMO CITAR: Hays, D. L. (2024). Naturalezas futuras: abordando el diorama de hábitat como medio de y para la arquitectura de paisajes. A&P Continuidad, 11(21), doi: https://doi.org/10.35305/23626097v11i21.498
Enlace alternativo
https://www.ayp.fapyd.unr.edu.ar/index.php/ayp/article/view/498 (html)