Ensayos
Recepción: 21 Febrero 2024
Aprobación: 24 Junio 2024
CÓMO CITAR: Amirante, R. (2024). Turismo patrimonial y proyecto de arquitectura: ¿un programa de investigación?. A&P Continuidad, 11(20), doi: https://doi.org/10.35305/23626097v11i20.463
Resumen: La relación con el turismo, y en particular con el turismo patrimonial, impacta y orienta las transformaciones urbanas y territoriales de modo a menudo determinante: estas transformaciones involucran el proyecto arquitectónico de manera igualmente decisiva. Entonces, ¿por qué aquellos que se ocupan de la investigación y la enseñanza del proyecto arquitectónico no intentan construir una reflexión más estructurada sobre el tema del turismo, partiendo de su propio interés disciplinario por el tema del patrimonio? ¿Cómo se pueden precisar los objetivos de una investigación disciplinaria sobre el tema complejo del turismo patrimonial? ¿Cuáles son las preguntas que esta investigación puede abordar? ¿Qué formas puede asumir? Y ¿cuáles son los resultados que puede alcanzar?
Palabras clave: turismo, patrimonio, proyecto arquitectónico, investigación.
Abstract: The relationship with tourism -particularly heritage tourism- influences and guides urban and territorial transformations in a frequently decisive way. These transformations also decisively involve the architectural design. So, why don't those involved in research and teaching of architectural design attempt to develop a more structured reflection on tourism starting from their own disciplinary interest in heritage? How can we specify the objectives of a disciplinary research on the complex topic of heritage tourism? What are the questions that this research can address? What forms can it take? And what results can it achieve?
Keywords: tourism, heritage, architectural design, research.
El turismo es uno de los fenómenos más impresionantes e interesantes de nuestro tiempo. El turismo intercepta, construye y difunde imágenes de la arquitectura, las ciudades y los paisajes del mundo. Muchos, a partir de esta difusión, viven gratas e instructivas experiencias de viajes personales y colectivos.
La arquitectura, las ciudades y los paisajes del mundo resultan valorizados por estas experiencias.
El turismo contribuye al desarrollo económico, social y cultural de los lugares y personas afectados por él.
Pero.
El turismo es un fenómeno prepotente y muy manipulable.
El turismo selecciona con dureza y, a menudo, distorsiona deliberadamente las imágenes de los lugares a los que se dirige.
El turismo tiende a formas de masificación que desnaturalizan la experiencia del viaje.
El turismo modifica dramáticamente el significado de la arquitectura, las ciudades y los paisajes a los que afecta.
El turismo distorsiona la dimensión física, económica, social y cultural de los habitantes de los lugares que selecciona.
En 1835, Karl Baedeker comenzó a publicar en Alemania una especie de guía de viajes que tenía como objetivo eliminar cualquier forma de emoción subjetiva para presentarse como una herramienta útil para el nuevo sujeto impersonal e innumerable que se movía en busca de los paisajes del mundo: el turista. Es a partir de esos pequeños libros de tapa roja que la idea de las authorities que tienen la tarea de orientar la experiencia de los viajeros pasa de los representantes de una cultura de élite a una nueva categoría de funcionarios de la cultura del viaje, impersonales y casi siempre anónimos, al principio recolectores de experiencias y escritos colectivos, luego cada vez más protagonistas –en su pertenencia a una red especializada– en la creación de landscapes buenos para todas las estaciones y useful para todas las culturas masificadas (Amirante, 2015, pp. 6- 22).
El entrelazamiento del concepto de landscape con el de heritage produce, en la naciente industria turística, una verdadera explosión, porque la idea de patrimonio, incluso más que la idea de viaje, está sujeta a una serie de cambios y continuas integraciones que dificultan la identificación.
Después de haberlo en gran medida marginado como authority capaz de dirigir procesos, el turismo, con todos aquellos que por diversas razones (políticas, económicas, culturales) actúan en su nombre, involucra en muchos casos la cultura arquitectónica. Utiliza frecuentemente el proyecto arquitectónico como instrumento para incrementar el atractivo turístico. También, en ocasiones, para distribuirlo, organizarlo y en algunos casos, incluso, limitarlo. Estas numerosas experiencias de encuentro son en su mayoría ocasionales, muy distribuidas territorialmente pero poco interconectadas y, en la gran mayoría de los casos, confiadas a la iniciativa de administraciones territoriales que interpretan el turismo como motor de procesos de relanzamiento, regeneración y valorización más amplios que, sin embargo, por definición adquieren una dimensión local.
Mientras tanto, el turismo evoluciona, se organiza, se articula cada vez más y se convierte en objeto de formación y estudio. Y entre las articulaciones más extensas y productivas de su industria, el heritage tourism ocupa una posición prominente (Dallen y Boyd, 2002). Se trata de un auténtico fenómeno turístico, cuya definición general es más o menos esta: “Cultural heritage tourism is a form of non-business travel whereby tourists engage with the heritage, tangible and intangible, moveable and immovable, of a region through activities, experiences, and purchases which facilitate a connection to the people, objects, and places of the past associated with the locations being visited” [El turismo de patrimonio cultural es una forma de viaje no comercial mediante el cual los turistas interactúan con el patrimonio, tangible e intangible, mueble e inmueble, de una región a través de actividades, experiencias y adquisiciones que facilitan una conexión con las personas, los objetos y los lugares del pasado asociados con las localidades que se visitan] (Wikipedia s.v.). Sociólogos, economistas y operadores turísticos trabajan sobre este fenómeno identificando estudios de casos y elaborando estadísticas, haciendo predicciones e inventando plataformas. Es mucho menos elitista de lo que se podría creer y, en comparación con otros tipos de turismo, es mucho menos estacional y mucho menos específico, en el sentido de que puede combinarse fácilmente con otros tipos de viajes. Lo cierto es que está vinculado a monumentos, ciudades, territorios, paisajes; se orienta por las listas de Sitios del Patrimonio Mundial de la UNESCO; es sensible a determinados tipos de eventos (deportes, ferias, eventos culturales), aniversarios, denominaciones del tipo ciudad de la cultura[1].
Es cierto también que la relación con el turismo, y en particular con el heritage tourism, incide y orienta las transformaciones urbanas y territoriales de manera a menudo decisiva: y estas transformaciones interpelan el proyecto arquitectónico de manera igualmente decisiva. Entonces: ¿por qué quienes se ocupan de la investigación y la enseñanza del diseño arquitectónico no intentan construir una reflexión más estructurada sobre el tema del turismo a partir de su propio interés disciplinar en el tema del heritage? ¿Cómo especificar los objetivos de una investigación disciplinaria sobre el complejo tema del heritage tourism? ¿Cuáles son las preguntas que esta investigación puede abordar? ¿Qué formas puede adoptar? ¿Y qué resultados puede lograr?
Para responder a estas preguntas, en 2015 –por iniciativa de Mauro Marzo, profesor de Proyecto Arquitectónico en la Universidad IUAV de Venecia– se creó la Red DHTL (Designing Heritage Tourism Landscapes)[2]. La hipótesis, escribe Mauro Marzo en la introducción del primer volumen publicado por la red, es que la perspectiva del proyecto, a escala arquitectónica, urbana y paisajística, puede tomarse como una clave interpretativa a través de la cual analizar cuestiones potenciales y críticas relacionadas con la valorización turística del heritage. ¿Puede el proyecto arquitectónico ofrecer nuevas formas de interpretar y comprender las estructuras preexistentes en relación con su uso? ¿Cuáles son las herramientas de investigación y las acciones de proyecto útiles para estudiar las complejas cuestiones relacionadas con la autenticidad y la interpretación, la accesibilidad y la conservación que plantea este fenómeno? ¿Cómo puede la mirada del arquitecto contribuir a realzar el carácter de los lugares de manera inclusiva, definiendo límites de uso sostenibles y respondiendo a las múltiples y diversificadas necesidades expresadas por habitantes y turistas? (Marzo, 2020, p. 8).
Para abordar estas cuestiones, la Red DHTL ha optado por ser amplia (pero no demasiado, para mantener el carácter de un grupo de investigación compacto y reconocible), basarse en un núcleo importante de universidades italianas (con la intención de referirse a una tradición cultural atenta a la relación entre heritage y proyecto arquitectónico) y abrirse inmediatamente a un amplio debate con la participación de estructuras universitarias internacionales. Desde el punto de vista de su acción, la red está evidentemente interesada en establecer relaciones con sujetos externos (distintamente identificables como portadores de interés respecto de un tema tan relevante desde el punto de vista económico, social y político) pero firmemente anclada a una dimensión académica operativa, entendida como un entrelazamiento inextricable de enseñanza, investigación y tercera misión (el término que en Italia recoge las actividades que la universidad, sobre la base de su experiencia particular, desarrolla con y para el beneficio de comunidades externas).
Y no es casualidad que sus actividades estén diseñadas y diferenciadas (seminarios de investigación, workshop de proyecto y conferencias internacionales) precisamente para estar contenidas en este marco académico internacional amplio, pero definido. En primer lugar, al igual que las actividades universitarias, estas actividades se organizan en un programa anual, según un plan que tiene en cuenta el calendario de los años académicos y, por tanto, las fases tradicionales de compromiso de estudiantes y profesores; en segundo lugar, están distribuidas entre las distintas sedes implicadas en la red, maximizando el extraordinario potencial para identificar casos de estudios y temas a profundizar diferenciados que sean representativos de la relación entre formas de turismo y tipos de heritage.
Escribo estas notas a casi diez años de la fundación de la red: diez años de experiencia que han confirmado la posibilidad de dar respuestas positivas a esa pregunta inicial: ¿Es posible, para quienes nos ocupamos de la investigación y la enseñanza del proyecto arquitectónico en las universidades pensar el tema del turismo a partir del papel central que desempeña el heritage? La fricción en las experiencias de los seminarios de investigación, los workshop de proyecto, las conferencias internacionales fue muy significativa: fue una confirmación de la importancia cognitiva y proactiva de la aplicación de la lente del tourism sobre los landscapes interpretados por la cultura arquitectónica como heritage, pero también de las dificultades para construir una relación más precisa y adecuadamente estructurada con el turismo patrimonial, especialmente cuando esta palabra se combina con otras: industria turística, economía turística, política turística.
En Nápoles, en 2016, con el primer seminario de investigación organizado por la red, abordamos un tema central. El título del seminario fue “Los tiempos del turismo”: la expresión los tiempos del turismo contenía una pregunta general sobre el peso que el tiempo del turismo, en su difracción plural, como espejo de una época o tal vez incluso de una era, podría significar para el destino de los landscapes del mundo considerados heritage[3].
Intentamos centrarnos en una interpretación de la palabra tiempo que pertenecía al vocabulario del turismo. Y en ese caso usamos los términos fast y slow para construir una comparación. Desde nuestro punto de vista, al menos inicialmente, la oposición fast/slow podría asociarse, sin mediación posible, a la oposición negativo/positivo. El ejemplo más elocuente fue el del turismo de cruceros: y no es casualidad que, a este tema, interpretado como uno de los problemas más urgentes del impacto turístico sobre las ciudades de arte, fuera dedicado el primer workshop de la red unos meses antes en Venecia.
Confrontando con algunos de los interlocutores externos a la universidad y al campo disciplinar del Proyecto arquitectónico involucrados en el seminario de investigación napolitano, surgieron varios elementos útiles para aclarar que la oposición fast/slow en el campo del turismo define en cambio un campo amplio y diferenciado, estudiado y evaluado con lógicas complejas.
En definitiva, desde entonces el desarrollo de líneas de investigación volvió a surgir entre dos extremos, que el programa de la red destacó claramente en su manifiesto fundacional: la posibilidad de utilizar el turismo patrimonial para la valorización de un heritage landscape por descubrir y legitimar, a través de una operación proyectual inventiva, capaz de recrear el paisaje, exponerlo y subrayar su valor; y, a la inversa, la necesidad de defender el patrimonio ya legitimado de una forma de turismo patrimonial destinada, quizás sin querer, a perjudicarlo. Desafortunadamente, esto se experimenta a menudo, incluso y quizás sobre todo cuando el paisaje patrimonial ha adquirido la consistencia de un patrimonio de la humanidad: tan legitimado que es inhumanamente recortado del espacio y del tiempo para ser expuesto como una especie de cadavre esquis, visto –y visitado– por toda la humanidad.
Ha pasado desde entonces un tiempo relativamente corto, en comparación con el que conduce a la transformación de fenómenos complejos como el turismo: pero la pandemia ha hecho de este corto tiempo una transición de época, determinando una suspensión brutal y total, sufrida por todos y capaz de impactar en profundidad no sólo sobre los ritmos minuciosos del turismo estacional sino también sobre los grandes flujos de turismo internacional y las tendencias cambiantes y dispares del turismo cultural. El terrible paso del testigo entre pandemia y guerra supone un nuevo shock para la geografía del turismo y, probablemente, también para su historia.
Por otro lado, debemos preguntarnos en qué medida estas mismas suspensiones del tiempo y mutaciones del espacio han afectado, están afectando o pueden afectar la naturaleza, la imagen y el rol de los paisajes patrimoniales que el turismo intercepta. Tengamos en cuenta que la relación con el turismo saca al patrimonio de su inercia potencial y silenciosa: lo obliga a diferentes formas de contaminación y transformación, que a menudo tienen pequeñas y a veces grandes consecuencias materiales. Y pensamos en el hecho de que cualquier cambio material hoy en día se filtra desde el inicio con los tamices del green y del smart. Hemos visto desde hace algún tiempo los efectos, a menudo inapropiados, de estas voluminosas presencias. Nada hace pensar que la vida de nuestros paisajes patrimoniales potenciados o contaminados por el turismo pueda liberarse fácilmente de él.
Pero no es en absoluto seguro que estos cambios y estas infiltraciones de temas de época obliguen a la investigación arquitectónica, la que está atenta a las razones del sentido del pasado y del sentido del lugar, a retroceder o incluso abandonar el campo. Por el contrario. Es muy probable que ante ella se abran nuevas trayectorias.
Quizás, como tras cada interrupción, sea más fácil que la acción de proiectare sea menos automática, tanto en la elección del objeto como en la dirección y mecánica del gesto. Y tal vez, como ocurre después de cada interrupción, en lugar de formular respuestas apresuradas a preguntas casi siempre irrelevantes, la investigación debería contribuir a formular las preguntas correctas. Lo que significa no dejarse deslumbrar por novedades sólo aparentes y al mismo tiempo no dejarse arrullar por la ilusión de que basta con retomar hilos gastados o rotos.
Los tiempos del turismo, en el momento de la crisis sanitaria, ecológica y humanitaria que nos ha afectado y nos interpela, probablemente cambiarán. Y, con ellos, el destino de los paisajes patrimoniales que existen o podrían existir, también ante estos cambios. La cultura del proyecto arquitectónico puede impactar estos destinos de muchas maneras, siempre y cuando tenga la fuerza y el coraje de contribuir a prefigurarlos. Especialmente en presencia de una crisis: porque la crisis es cambio y elección.
También en vista de esta crisis puede ser útil dedicar hoy una reflexión al desarrollo del asunto de la Red DHTL. Puede resultar útil partir de la historia de una experiencia única (no sé si existe otra red de investigación que trabaje sobre estos temas, manteniendo la dimensión del proyecto arquitectónico como elemento fijo) y tratar de hipotetizar su futuro: en vista de una difusión de los resultados y también de posibles ajustes en la línea de investigación. Ante un balance ciertamente positivo, no deja de ser útil volver a la pregunta inicial para aclararla y actualizarla.
Empecemos por su carácter principal: DHTL es una red de investigación construida en torno a un programa de investigación. Aquí ya surgen las primeras especificaciones: la red es universitaria e internacional; el programa de investigación es temático: en el centro está el estudio del heritage tourism pero con una fuerte perspectiva disciplinar vinculada al proyecto arquitectónico.
La acción de designing está asignada a un grupo disciplinar bastante específico: los profesores de proyecto arquitectónico. Una especificación muy clara que admite sólo un pequeño elemento de flexibilidad en relación con las características que estos sujetos y esta materia asumen en las diversas realidades universitarias a nivel internacional (en Italia tenemos sectores disciplinarios muy definidos, mientras que en otros lugares las demarcaciones –para usar una palabra muy querida por los científicos– tienen más matices). En cualquier caso, la adición de la palabra landscapes a los tres primeros términos sirve para definir de forma más legible el campo temático y dimensional del patrimonio en estudio, y en consecuencia el tipo de designer que tiene derecho a abordarlo.
Thomas Kuhn, filósofo de la ciencia y autor del famoso libro sobre las revoluciones científicas (Kuhn, 1969), escribe que no hay programa de investigación si no existe una comunidad científica que lo reconozca y sea capaz de evaluar sus resultados. Y añade que cada comunidad científica se mantiene unida por lo que llama la matriz disciplinaria. Una matriz que se compone de cuatro categorías de elementos que toda comunidad científica (pero podríamos decir todo grupo portador de un programa de investigación) comparte o al menos reconoce: los valores, los paradigmas metafísicos (modelos reconocidos), las generalizaciones simbólicas (los elementos utilizados para representar y comunicar) y los ejemplares (los productos reconocidos). Y también dice que las revoluciones científicas se producen (más o menos rápidamente y más o menos dramáticamente) cuando los elementos de esta matriz entran en crisis. Kuhn se refiere a las ciencias duras pero, desde hace algún tiempo, con una serie de hipótesis, intento verificar si tal matriz puede servir también para identificar el contenido disciplinar compartido de una comunidad científica sui generis como la de los profesores/investigadores en proyecto arquitectónico (Amirante, 2018).
En este caso, la ligera inmersión en la filosofía de la ciencia sirve para decir que el programa de investigación de la Red DHTL, expresado sintéticamente en la cita de Mauro Marzo, prevé la acción de una comunidad científica, en nuestro caso la que conforma la red, relativamente limitada pero articulada, que supo trabajar en conjunto sobre la base de algunos objetivos y produjo resultados como grupo de investigación porque comparte (aunque no necesariamente tenga plena consciencia de ello) una forma de matriz disciplinaria compuesta por valores, modelos, formas de comunicación simbólica y ejemplos.
El principal problema al que tuvo que enfrentarse la red es fácilmente identificable: su programa de investigación[4], complejo y articulado, necesitaba y deseaba una relación con un mundo externo, el vinculado al turismo, al que a menudo pedía cuestionar (e incluso en algunos casos redefinir) muchos de los términos de la matriz disciplinaria del grupo de investigación, compuesto exclusivamente por profesores de proyecto arquitectónico.
Sobre algunos valores adquiridos por nuestra comunidad científica (que desde hace tiempo comparte la creencia de que el patrimonio, una vez reconocido, debe preservarse materialmente siempre que sea posible) se produce a menudo una convergencia normalizada. La creencia (la llamaría así Kuhn) de que el patrimonio puede convertirse en el motor de una regeneración urbana más amplia podría interpretarse sobre la base de valores muy diferentes entre quienes se ocupan de proyectos urbanos y quienes se ocupan de turismo.
Por no hablar de los tipos de modelización: para nosotros, Pompeya es un testimonio único de una ciudad de fundación itálica-romana; para un operador turístico es un destino turístico patrimonial único, con millones de visitantes al año (no es la condición más dramática de incomparabilidad de los modelos: en este caso, por ejemplo, se comparte el adjetivo único). Numerosos problemas también están vinculados al significado de los términos del discurso o a las formas de representación utilizadas para comunicar, al salir de la restringida comunidad científica.
Esta condición de dificultad y a veces de incomunicabilidad es probablemente común a todos los grupos de investigación cuya acción no se basa en determinadas teorías y no admite evidencia científica basada en resultados inmediatamente mensurables. Y ciertamente une todas las experiencias de investigación que utilizan el proyecto arquitectónico como herramienta de acción. En todos estos casos, la matriz disciplinaria de la que el grupo de investigación es portador debe compararse con los valores, modelos, términos y productos deseados o necesarios de las diferentes comunidades con las que interactúa el grupo de investigación. Muchas veces esto no es fácil y a veces es imposible.
En este sentido, la experiencia DHTL, además de presentarse como un caso, también podría pensarse como un ejemplo y resultar útil, más allá de su historia específica, para otros sujetos y para otras razones. Para mí, que formo parte de ella desde el principio como docente en la sede Federico II de Nápoles, la actividad de la Red DHTL es de interés por ambas razones que, como suele suceder, están entrelazadas. Y creo que su futuro puede ser brillante si también logramos deconstruir su historia y profundizar en las lógicas, los métodos y las conexiones de su acción. Este proceso de comprensión del carácter de la red, que va más allá del simple conocimiento, es lo que también puede ayudar a multiplicar la utilidad de su experiencia: porque muchos de los que se dedican a cosas similares podrán reconocerse en algunas de sus características y, quizás también aprovechando el conocimiento de una experiencia, evitar errores banales, resolver problemas complejos, adoptar soluciones ganadoras. Como ocurre, en los casos virtuosos, con la investigación científica.
Así, podríamos decir que la Red DHTL, en busca de una relación con la realidad, tuvo que entrelazar su propia matriz disciplinar con aquella (ciertamente menos estructurada en teoría, pero reconocible en sus efectos) que subyace a la acción programática del turismo patrimonial.
Un desafío que parecía escrito en el nombre de la Red: Designing Heritage Tourism Landscapes (Diseñar Paisajes Turísticos Patrimoniales).
Se trata de 4 términos, tres de los cuales son parte integrante e inmediatamente calificativa de la matriz disciplinar del proyecto arquitectónico: cuando hablamos de designing, de heritage y de landscape sabemos que queremos decir más o menos lo mismo (incluso si los más conscientes de nosotros sabemos que muchas veces entendemos cosas diferentes...); para la palabra turismo es diferente, nos resulta más natural pensar que estamos tratando un tema transdisciplinario.
Las palabras heritage y tourism constituyen una expresión única en nuestro caso y corresponden a un fenómeno turístico preciso, que no es un objeto específico de nuestro conocimiento disciplinar. Quienes se ocupan de turismo patrimonial como operadores turísticos piensan en términos muy distintos a los nuestros: sus clasificaciones invierten el sentido de la relación. Es el patrimonio el que se ve en función del turista y no al revés. Las formas del turismo patrimonial son complejas y afectan de muy diversas maneras a los territorios que lo acogen. La T del acrónimo de la red es una industria, gigantesca y minuciosamente distribuida, elitista y popular, dividida en géneros vinculados a tipos de ocio, a tipos de lugares, a tipos de eventos, a tipos de estaciones, a tipos de edad… Ofrece productos envasados para todos los géneros; pero también está disponible para apoyar al consumidor, con elementos y servicios (un poco como Ikea) para que él mismo pueda montar su propio producto; y puede funcionar como una red infraestructural genérica y ligera para todos aquellos que, más que turistas, quieran seguir sintiéndose viajeros.
Para garantizar que este fenómeno entrara en nuestra matriz disciplinaria, era necesario un pequeño ajuste. Y lo hicimos operando una forma de simplificación, que nos resultó muy útil para comenzar a actuar, para abordar un fenómeno complejo, para interceptar algunas preguntas, para producir respuestas o en todo caso materiales que pudieran ser evaluados. Elegimos no abordar el fenómeno en sí mismo, sino actuar sobre algunos de sus efectos: trabajamos sobre los estudios de caso de paisajes patrimoniales que nos informó el turismo patrimonial. En resumen, nuestra matriz disciplinar se compara con la del turismo patrimonial sólo en la identificación y elección de los ejemplos sobre los cuales concentrar la acción, no en los métodos de comunicación, no en los modelos, no en los valores. Es una estrategia legítima porque permite actuar de forma inmediata; de este modo, la acción de investigación proyectual se limita muchas veces a dar respuestas a preguntas que el turismo ya ha planteado, según su propia lógica, a los territorios que afecta, en lugar de contribuir a su diferente formulación.
Mencionábamos la crisis, una policrisis extensa y multifacética que ha afectado y seguramente afectará al turismo en el futuro. La investigación de la Red DHTL podría partir de esta crisis que, incluso en el turismo, está ligada a cambios de paradigma, para centrar su atención de manera más decisiva en la T del acrónimo. Pensar en las características de la T es esencial, porque la T es al mismo tiempo el elemento calificativo de una serie particular de landscapes sobre los cuales la investigación proyectual puede ejercer su acción de designing y la causa de su problemática.
Debemos ser capaces de abordar la matriz disciplinaria que está detrás del programa de esta T: no adherirnos a ella sino para poder conocerla, deconstruirla, criticarla y hacerla operable según nuestro programa de investigación. Conscientes, por supuesto, de que tendremos que estar disponibles para razonar sobre los valores, clasificaciones, representaciones y modelos de nuestra matriz disciplinaria, modificarlos, integrarlos y en algunos casos incluso cambiarlos. Es partiendo de este conocimiento, de esta crítica y de la construcción de un programa de investigación basado en el cruce de matrices, que será posible contribuir a rastrear, estudiar y transformar los paisajes patrimoniales que el turismo acoge, explota, deforma, inventa y transforma.
Por tanto, es útil seguir considerando el turismo en función del patrimonio, de sus formas, de sus caracteres, de su permanencia, para garantizar que no contamine el sentido del pasado y el sentido del lugar que la cultura arquitectónica y el proyecto de arquitectura saben reconocer, proteger e innovar.
Pero quizás sea igualmente útil mirar el patrimonio en función de las formas y de los tiempos del turismo: su evolución, sus novedades, sus crisis y sus perspectivas, que la cultura arquitectónica y el proyecto de arquitectura pueden contribuir a interpretar y, a veces, incluso a direccionar.
Avanzando en esta doble dirección, no sólo podremos defender mejor los paisajes patrimoniales de los abusos a los que a menudo los somete el turismo patrimonial, sino que también intentaremos ser útiles al turismo, en su amplia dimensión cultural, social y económica, contribuyendo a mejorar su potencial y mitigar los riesgos.
Referencias bibliográficas
Amirante, R. (2015). Historic Urban Landscape. Un concetto in costruzione. Op.cit, (154). Recuperado de https://opcit.it/cms/?p=1193
Amirante, R. (2018). Il progetto come prodotto di ricerca. Un’ipotesi. Siracusa, Italia: Letteraventidue.
Atzeni, M., Del Chiappa, G. y Melis, G. (2018). La definizione del concetto di autenticità nelle destinazioni turistiche. Micro & Macro Marketing, XVII(1), 85-107.
Dallen, T. y Boyd, S. (2002). Heritage Tourism. London, UK: Pearson Education
Gilli, M. (2005). Heritage Tourism, appartenenza e ricerca di identità. Equilibri, (2), 393-415.
Kuhn, T. S. (1969) La struttura delle rivoluzioni scientifiche. Turín, Italia: Einaudi.
Lakatos, I. (1996). La metodologia dei programmi di ricerca scientifici. Milán, Italia: Il saggiatore.
Marzo, M. (2020). Un particolare punto di vista. En J. Rocha y V. Bertini (ed.), Architecture tourism and marginal areas (pp. 6-9). Siracusa, Italia: Letteraventidue.
Trisciuoglio, M. (2013). L’abitante e il viaggiatore. En Trisciuoglio y Barosio, M. (ed.). I paesaggi culturali. Costruzione, promozione, gestione. Milán, Italia: EGEA.
Notas
Notas de autor
ORCID: 0000-0001-6180-3024
roamiran@unina.it
Información adicional
CÓMO CITAR: Amirante, R. (2024). Turismo patrimonial y proyecto de
arquitectura: ¿un programa de investigación?. A&P Continuidad, 11(20),
doi: https://doi.org/10.35305/23626097v11i20.463
Enlace alternativo
https://www.ayp.fapyd.unr.edu.ar/index.php/ayp/article/view/463 (html)