Introducción

La persistencia de las empresas en el tiempo es particularmente importante para la economía de un país, porque la mayoría de los países mantienen su economía gravando las transacciones comerciales que las organizaciones inyectan en el presupuesto nacional. Desde hace más de diez años, el emprendimiento es uno de los factores más promisorios en casi todos los países, lo que llena de fe a diversos actores tanto de la sociedad como de la administración local y estatal, que tiene al emprendimiento como eje principal en su programa de trabajo, ya que proporciona desarrollo, orientación y capital (Salinas y Osorio, 2012). Así, el comportamiento emprendedor en la sociedad y su impacto en la actividad económica son fuentes de empleo y flujo de caja, es típico de muchos países latinoamericanos.

El emprendimiento es una actividad que fomenta la creatividad de una sociedad para hacer frente a la vulnerabilidad y a los reveses económicos y sociales. El aumento del desempleo, el aumento de la delincuencia, el aumento de la pobreza y las decisiones inadecuadas o equivocadas de los gobiernos corruptos han creado una forma para que la sociedad decida su propio destino a través de la creación de empresas.

Considerando el establecimiento de nuevas empresas por un lado y la salida de nuestros ciudadanos en busca de nuevas oportunidades por el otro; a su vez, el COVID-19 y la inestabilidad política son las causas del aumento del desempleo y subempleo, problemas que el gobierno debe atender adecuadamente (Garcés et al., 2021). Por lo tanto, Ecuador ha venido impulsando el emprendimiento inherente a la población con la creación de empresas para solucionar problemas económicos y desempleo, a pesar de que influencias externas como la pandemia dieron un duro golpe a este tipo de actividades, la población ha buscado formas de subsistir a través de

modificaciones a sus actividades emprendedoras (Ramírez Romero et al., 2019; Morales et al., 2020; Mora-Aristega, et al., 2023; Zambrano et al., 2023).

En tal sentido, uno de los indicadores más importantes es el índice de actividad emprendedora (TEA, por sus siglas en inglés), refleja a todas las personas que se encuentran en el difícil proceso de emprender su propio negocio, es por ello por lo que el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) (2023) reportó cómo se compara Ecuador con otros países de América Latina. En 2019, el TEA de Ecuador fue de 32,2%, que es superior a años anteriores. TEA refleja dos tipos de emprendimiento en Ecuador: emprendimiento naciente y nuevos negocios compuestos por personas de 18 a 64 años. Según GEM (2019) los proyectos emergentes son aquellos que no han superado los 3 meses, donde Ecuador alcanza 26,9% superior al promedio reportado de los países latinoamericanos que se encuentra entre 15,62%.

Adicionalmente, es importante destacar la duración de las sociedades creadas mediante actividades de emprendimiento, evitando que empresas cierren sus puertas, es imprescindible entender el origen de esta situación y generar futuras medidas para evitar que esto suceda, de tal manera que es necesario repensar la idea de “emprendedor” y desarrollar más para profundamente logrando que las partes involucradas en su desarrollo generen un compromiso decisivo y alcanzar sinergia de los esfuerzos del sector público y privado a través de la inversión y la investigación involucrando más al público en esta actividad (Hernández-Sánchez et al. 2019).

En referencia a Ecuador, se han implementado varias leyes y programas para promover y apoyar el emprendimiento y la incubación de empresas. Algunas de las iniciativas clave hasta septiembre de 2021 incluyen: Ley Orgánica para el Emprendimiento y la Innovación: Ecuador aprobó esta ley en 2019 para promover el emprendimiento y la innovación en el país, esta ley crea un marco para el establecimiento y funcionamiento de empresas innovadoras y proporciona incentivos y exenciones fiscales para emprendedores y empresas emergentes. Además, la Corporación Financiera Popular y Solidaria (CONAFIPS brinda apoyo financiero a emprendedores y pequeñas empresas a través de programas de crédito y capacitación enfocándose en promover la inclusión económica y social en el país. Por otro lado, el Programa “Ecuador Ama la Vida” busca

promover el emprendimiento y la creación de pequeñas y medianas empresas, brindando a los empresarios asesoramiento técnico-financiero y acceso a préstamos.

Adicionalmente, el Código Orgánico de la Producción, Comercio e Inversiones (COPCI), adoptado el 29 de diciembre de 2010 y revisado en 2016 busca fomentar la productividad a través de políticas nacionales que tienden a: 1) cambiar la matriz productiva; 2) democratizar el acceso a los factores de producción; 3) crear un sistema integral innovador y empresarial que promueva la creación de una sociedad de propietarios, productores y empresarios; 4) promover la producción nacional, generar empleo y empleo de calidad; 5) promover el desarrollo en las regiones subdesarrolladas; primando el objetivo de cambiar la matriz productiva, generar valor agregado e innovaciones en todos los procesos productivos (Asamblea, 2016).

En 2016 se aprobó el Código Orgánico de la Economía Social del Conocimiento, la Creatividad y la Innovación o Código Ingenios que tiene por objeto regular el sistema nacional de ciencia, tecnología, innovación y saberes ancestrales y sus relaciones mutuas en el marco de la Constitución de la República Ecuador con el sistema educativo nacional, el sistema nacional de educación superior y el sistema nacional de cultura. Este marco legal busca apoyar la economía comunitaria basada en el conocimiento, la creatividad y la innovación.

La propuesta más importante es cambiar la matriz productiva del conocimiento, la innovación y la nueva publicidad y facilitar tecnología para apoyar a los innovadores en sus procesos de investigación (Asamblea Nacional, 2016). Finalmente, se creó el Reglamento de Acreditación y Reconocimiento de Espacios de Innovación y Agentes de Innovación, vigente desde 2017, cuyo objeto específico es regular el proceso de acreditación de espacios de innovación, incluyendo viveros de empresas y aceleradores de emprendimiento (SENESCYT, 2017).

Las leyes, reglamentos y programas ejecutados desde el gobierno para potenciar los emprendimientos al igual que el apoyo privado buscan potenciar el surgimiento de las incubadoras de emprendimiento. Como lo establece Valdés (citado en Moposita-Yanchatuña et al., 2018) la creación de incubadoras está orientada a cumplir el fin de crear nuevos, a través de la potenciación de ideas, facilitando la transferencia tecnológica, el espacio físico y la capacitación que posibiliten

la creación de nuevas empresas start up o spin-off. De acuerdo con Guerra Triviño et al. (2015), el beneficio de las incubadoras o también conocidas como viveros empresariales se hace visible en el apoyo que brinda para el crecimiento de micro y pequeños empresarios a través de la potencialización de las ideas emprendedoras y el asesoramiento especializado en la creación del negocio.

Respecto a los tipos de incubadoras, autores como Valenciano y Uribe (2016) consideran que los tipos de incubadoras pueden variar según el sector empresarial, siendo clasificadas en Incubadoras generales, las cuales brindan apoyo general a las nuevas empresas en diversas industrias y etapas de desarrollo también brindan asesoramiento, recursos, espacio de oficina y conexiones con mentores y expertos. También existen las Incubadoras específicas de la industria, enfocándose en un sector o industria específica, como tecnología, biotecnología, energía limpia, atención médica, tecnología agrícola, etc. estas ofrecen asesoramiento y recursos adaptados a las necesidades de la industria.

También existen la Incubadoras de tecnología, estas se enfocan en startups de tecnología, especialmente en áreas como software, hardware, inteligencia artificial, entre otros. Estas incubadoras suelen proporcionar asesoramiento técnico, desarrollo de productos y acceso a inversores especializados. Por otro lado, las Incubadoras de Biotecnología están diseñadas para empresas de biotecnología, biomédicas y ciencias de la vida, proporcionando laboratorios especializados, conexiones con expertos de la industria y acceso a recursos de investigación. Mientras que las Incubadoras de Impacto Social están enfocadas en startups que buscan resolver problemas sociales o ambientales. Además de apoyar el espíritu empresarial, brindan orientación sobre la medición del impacto y el desarrollo sostenible.

Las Incubadoras de coworking no son sólo incubadoras, pueden proporcionar un entorno colaborativo donde las nuevas empresas pueden socializar, aprender y crecer juntas. Algunas de estas instituciones también ofrecen servicios de consejería. Las Incubadoras de empresas son establecidas por grandes empresas, su objetivo es fomentar la innovación interna y colaborar con

nuevas empresas externas, además de proporcionar financiación, recursos y acceso a la red de la empresa matriz.

Los Aceleradores suelen tener incubadoras intercambiables, tienden a tener programas más intensivos y de corto plazo, estos organismos ayudan a las empresas emergentes a desarrollar rápidamente sus modelos comerciales y productos, que a menudo culminan en argumentos de inversión. Por otro lado, las Incubadoras regionales o locales se enfocan en promover el desarrollo económico en una región o ciudad específica. A menudo tienen conexiones con el gobierno local y las organizaciones comerciales locales.

Por ultimo las Incubadoras virtuales o en línea operan en línea y brindan apoyo a través de plataformas digitales y pueden ser una opción para startups que se encuentran en áreas remotas o tienen dificultades para acceder a ubicaciones físicas.

Otros autores como Vaquero García y Ferreiro (2015) y Blanco et al. (2016) citados en Moposita-Yanchatuña et al., 2018) consideran que la clasificación de las incubadoras responde a Incubadoras de primera generación, las que facilitan principalmente el espacio físico a nuevas empresas para reducir costos y promoviendo el la conexión y apoyo de las instituciones educativas.

También se encuentran las incubadoras de segunda generación cuyo objetivo está orientado a facilitar el espacio físico, proveer de asesoramiento, capacitaciones acceso a financiamiento y contactos. Este tipo de incubadora esta más relacionada con la academia principalmente en la investigación de nuevas tecnologías. Por último, las incubadoras de tercera generación, su objetivo reside en facilitar los recursos necesarios para la trasferencia y exportación de productos innovadores, busca crear redes internacionales para cooperar mutuamente y transferir tecnología, innovación y cocimientos.

Por otro lado, Moposita-Yanchatuña citando a Valenciano y Uribe (2016) indica que las incubadoras pueden ser:

1. 1. 1. Incubadoras tecnológicas: Localizadas en parques tecnológicos que brindan apoyo especializado a empresas de base tecnológica enfocadas en la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).

   2. Incubadoras Clásicas: Enfocadas al alojamiento de empresas Pymes, contribuyendo con infraestructura adecuada para su actividad inicial.

   3. Incubadoras industriales: Se crean nuevas empresas industriales más no se generan ideas emprendedoras, propiciando espacios físicos pertinentes, contribuyendo al crecimiento de la economía local.

   4. Incubadoras microempresa: Incentivan a la creación de empresas en localidades de escasos recursos económicos, repercutiendo en su desarrollo a corto y largo plazo e impidiendo la inversión privada como consecuencia un alto índice de desempleo (p. 77).

La participación de las universidades en la incubación fue el resultado de profundos cambios institucionales en el sistema universitario que tuvieron lugar a lo largo de varios años, no sólo en los Estados Unidos, sino en todo el mundo (Smith y Zhang, citado en Vera Márquez et al., 2020). En el caso de los Estados Unidos, los investigadores ven la investigación pública como un cambio en el papel de las universidades, llevándolas más allá de la enseñanza y la investigación para posicionar a la industria estadounidense de manera competitiva con la industria japonesa.

Un ambiente propicio cuando es necesario reclamar derechos legales sobre los descubrimientos realizados por académicos y su posterior comercialización. Una situación similar se vive actualmente en el Ecuador, las universidades ecuatorianas han comenzado a mirar no sólo su misión docente e investigativa, sino también la extensión, buscando una oportunidad de incrementar significativamente su labor investigativa para comercializar y beneficiarse de las ventajas de los descubrimientos científicos y tecnológicos. Con este fin, las universidades comenzaron a pensar en crear nuevas unidades organizativas, una de las cuales es una incubadora de empresas.

La creación de una incubadora de empresas en una universidad no debería suceder sin proporcionar la gama de servicios completa e integrada adecuada que pretende ser, como señala Gozali et al. (2016). Estos investigadores indican que, para sentar las bases de un programa de incubadoras exitoso, los desarrolladores de incubadoras primero deben invertir tiempo y dinero en un estudio de factibilidad efectivo para ayudar a determinar si el proyecto propuesto tiene un mercado sólido, una base financiera consistente y un fuerte apoyo de la comunidad, lo que se constituyen en fundamentales factores relacionados con el éxito de la incubadora.

Conscientes del rol que juegan las incubadoras en el desarrollo de los emprendimientos, este trabajo busca determinar el grado de desarrollo alcanzado por las incubadoras del Ecuador, identificando los tipos de incubadoras empresariales que predominan en el país y por último examinando el aporte de la educación superior para la creación de las incubadoras empresariales.

Metodología

Este trabajo de investigación responde a un estudio de tipo exploratorio y descriptivo, de carácter cuantitativo y cualitativo. El diseño de investigación requiere de la recolección de información cuantitativa y cualitativa, obtenida a través de fuentes de datos de acceso abierto proveniente de la página del Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca del Ecuador (MPCEIP). Las incubadoras fueron seleccionadas bajo criterio de legalidad y acreditación, siendo identificadas un total de 26 incubadoras acreditadas por Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca del Ecuador (Apoyo al Emprendedor Ecuador, 2023), esta población objeto de estudio es visible en la Tabla 1.

Además de las incubadoras, los datos cuantitativos provienen de la base de datos abierto del Ecuador (catálogo de datos abiertos Ecuador, 2023), donde se obtuvo información referente a la cantidad de emprendimientos por provincia legalizados en el Registro Nacional del Emprendimiento (RNE) del Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca del Ecuador tomando en consideración el cuarto trimestre del año 2021 hasta el segundo trimestre del

año 2023. Esta muestra asciende a 9933 emprendedores registrados en el RNE del MPCEIP, ver Tabla 2.

Los datos cualitativos provienen de la revisión exhaustiva de las características de las incubadoras legalmente acreditadas del Ecuador y cotejando esta información con la revisión bibliográfica referente a las mismas.

La información cuantitativa referida a las incubadoras acreditadas y el número de emprendedores registrados en el RNE por provincia fue analizada a través de la prueba de Shapiro- Wilk demostrando que los datos cuantitativos no poseen una distribución normal, por lo tanto, el análisis estadístico fue realizado a través de una prueba no paramétrica conocida como coeficiente de correlación de rangos de Spearman.

Resultados

Dentro del periodo de estudio de este trabajo, que comprende desde el cuarto trimestre del año 2021 hasta el segundo trimestre del año 2023, se han registrado un total de 9933 emprendedores, según información del Registro Nacional de Emprendimiento (RNE) del MPCEIP. El 42,28% surgen en el cantón Guayas, seguido de Manabí con el 11,80%, Pichincha con 11,33%, Los Ríos con 10,58%, El Oro con 4,46%, Santa Elena con 3.46%, Azuay con 2,02% y las demás provincias con un peso porcentual menor al 2%, tal como muestra la Figura 1.

Adicionalmente, según información del Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca del Ecuador (MPCEIP) existen en el Ecuador un total de 26 incubadoras empresariales acreditadas por el MPCEIP (Figura 2), de las cuales el 42% se encuentran localizadas en la provincia de Pichincha, 31% en la provincia del Guayas, 11% en la provincia del Azuay, 8% en la provincia de Tungurahua y 4% para las provincias de Santa Elena y Manabí.

Figura 1
Cantidad de emprendimientos registrados en el RNE, desde el cuarto trimestre del 2021 hasta el segundo trimestre del 2023
MPCEIP

Figura 2
Incubadoras empresariales acreditadas por el Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca del Ecuador (MPCEIP)
MPCEIP (2023)

A través de la información obtenida es posible observar que aquellas ciudades que presentan incubadoras empresariales acreditadas poseen una participación importante de emprendimientos generados y registrados en el RNE, sin embargo, es necesario realizar un estudio de correlación al fin de determinar si existe correlación entre la cantidad de incubadoras y el número de emprendimientos generados por provincia.

Según los resultados obtenidos en la Tabla 1, el nivel de significancia p = 0.003 es menor al margen de error aceptado p = 0.05, por lo tanto, se acepta que existe relación significativa entre la cantidad de incubadoras que posee una provincia y el volumen de emprendedores legalizados.

Adicionalmente, la relación entre ambas variables es directa por lo que a mayor número de incubadoras mayor será el número de emprendimientos, además la relación es considerable con una correlación regular de 0.575.

Respecto a las características de las incubadoras acreditadas por MPCEIP en las provincias del Ecuador, las siguientes tablas destacan su ubicación, nombre y servicios que ofrecen. En relación a las incubadoras acreditadas por el MPCEIP, las once están ubicadas en la Provincia de Pichincha ofrecen servicios de asesoramiento y capacitación para emprendedores que se encuentran en diversas etapas sean estas pre-incubación, incubación o aceleración (Tabla 2). Sólo una de ellas ofrece servicio de oficina para el desarrollo de las actividades relacionadas a la actividad, mientras que dos de las incubadoras incluyen dentro de su servicio la posibilidad de postular y recibir capital semilla para iniciar o expandir el negocio, a través de fondos como FONQUITO y Gotivity.

El primero surge de trabajo conjunto de ONGs y organismos públicos del área, mientras que el segundo representa un financiamiento con fondo privado de la incubadora. Respecto a la participación de las Instituciones de Educación Superior (IES), en la incubadora de la Agencia de Promoción Económica – Conquito participan como socios la Universidad Central del Ecuador, la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE, Escuela Politécnica Nacional, mientras que Universidad de Israel, Universidad Metropolitana y el Instituto Metropolitano del Diseño participan con sus propias incubadoras empresariales.

En relación con las incubadoras acreditadas localizadas en la provincia del Guayas, cinco de ellas ofrecen servicios de asesoramiento, capacitación y talleres relacionados a la actividad emprendedoras y las aristas que surgen relativas a aspectos de creación, diseño, legales, tributarios, entre otros (Tabla 3). Adicionalmente, cinco de estas además de capacitación ofrecen espacio físico como oficinas, salas de reuniones y espacio de coworking; sin embargo, tan solo una de ellas, Innobis ofrece capital semilla para los emprendimientos más dinámicos seleccionados previa postulación.

La incidencia de las IES se refleja en la acreditación de tres incubadoras de negocios que pertenecen a la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL) con I3LAB, Universidad Laica

Vicente Rocafuerte con Espacio de Innovación y la Universidad Tecnológica Empresarial de Guayaquil con Idea UTEG coworking.

La incubadora de la Libertad enfoca sus actividades en servicios de talleres y capacitación, perteneciendo esta incubadora al municipio de la localidad; por otro lado, la incubadora de Manabí pertenece a la Universidad Estatal Del Sur De Manabí (UNESUM) y se dedica a brindar servicios de tutorías, asesoramiento y acompañamientos en las actividades relacionadas al emprendimiento.

Las incubadoras de la provincia de Tungurahua se dedican a brindar asesoría, charlas, capacitaciones e incluso teleconsultas, abarcando en el caso de la Incubadora de Empresas Universidad Técnica de Ambato a alumnos y externos en temas relativos a emprendimiento (Tabla 4). La incubadora Corporación Civil para el Desarrollo Económico de Ambato y Tungurahua – CorpoAmbato incluye dentro de los aliados a universidades como Pontificia Universidad Católica del Ecuador PUCE sede Ambato, Universidad Tecnológica Indoamericana, Universidad Técnica de Ambato y Universidad Uniandes.

Las incubadoras ubicadas en las provincias de Azuay y Manabí ofrecen servicio de capacitación, espacios de discusión, acompañamiento y coworking, además de sala de reuniones y oficinas, sin embargo, ninguna provee capital semilla para la labor emprendedora (Tabla 5).

La existencia del Registro Nacional del Emprendedor y el proceso de acreditación de incubadoras empresariales no constituyen procedimientos asilados, surge del a necesidad de identificar y direccionar recursos hacia los emprendedores, a través del empleo de las incubadoras o aceleradoras de emprendimiento.

Salgado-Monar (2023) establece que el emprendimiento se constituye en un aspecto prometedor para solventar las crisis económicas, de los países por lo que los gobiernos han visto la necesidad de incentivar su expansión a través de diversas maneras, que en Ecuador se observar a través de leyes y reglamentos como el Reglamento de Acreditación y Reconocimiento de Espacios de Innovación y Agentes de Innovación (SENESCYT, 2017).

Hernández-Sánchez et al. (2019) mencionan la necesidad de lograr la sinergia entre el emprendedor y los entes públicos y privados, este aspecto es apenas palpable en pocas incubadoras nacionales, tan solo dos incubadoras acreditadas realizan un trabajo en conjunto con la prefectura, alcaldías, cámaras de comercio, industrias y producción junto a las universidades, sin embargo este aspecto es sólo visto en dos incubadoras: Agencia de Promoción Económica Con QUITO y la Corporación Civil para el Desarrollo Económico de Ambato y Tungurahua (CorpoAmbato).

Respecto a este punto, Flores-Bueno y Jerez (2023) puntualizan que el éxito de la incubadora reside en tres variables; el primero se refiero a los criterios sobre los cuales se seleccionan los emprendimientos a ser incubados, la asesoría y seguimiento y la abundancia de recursos; justamente los socios que conformen la incubadora deben representar un baluarte para la captación y generación de capital semilla y su disponibilidad para los emprendedores.

Salgado-Monar (2023) y Morocho et al., (2023) afirman que la educación es la que propicia el surgimiento de emprendedores con basto conocimiento técnico, pero con aptitudes que permitan generar ideas y encarar el desafío de crearla y mantenerla en el tiempo. En este punto, Estupiñán et al. (2018) y Laitón y López (2018) sostiene que la educación superior debe formar las competencias en el alumnado para que produzcan oportunidades de negocio, en tal sentido 15 de las 26 incubadoras acreditadas tienen relación con alguna IES sea por que posee una incubadora o porque forma parte de los socios claves de esta.

Respecto al tipo de incubadoras que prima en el Ecuador, puede observarse que en su mayoría estas incubadoras brindan servicios de asesoría, facilitan espacio físico para el desarrollo de reuniones y capacitaciones, así como también red de contactos, mientras que el fomento con capital semilla es relativamente bajo, solo dos incubadoras ofrecen este beneficio. En este punto refiriéndonos a Valenciano y Uribe (2016), las incubadoras acreditadas del Ecuador poseen características de incubadoras generales ya que ofrecen apoyo general a las nuevas empresas en diversas industrias y etapas de desarrollo también brindan asesoramiento, recursos, espacio de oficina y conexiones con mentores y expertos. Lamentablemente aún no se han desarrollado legalmente incubadoras por sectores o áreas específicas.

Por otro lado citando a Blanco et al. (2016) las incubadoras acreditadas del Ecuador constituirían lo que se identifica como incubadoras de primera generación puesto que facilitan principalmente el espacio físico y promueven la conexión y apoyo de instituciones educativas, mientras que pocas incubadoras se perfilan como incubadoras de segunda generación debido a que este tipo de incubadoras además de facilitar el espacio físico, ofrecen asesoramiento, capacitaciones, acceso a financiamiento y contactos.

Respecto a la repercusión que tiene la cantidad de incubadoras en la generación de emprendimientos, el estudio estadístico demuestra que existe una relación lineal positiva directa entre incubadoras y emprendimientos, en otras palabras, mientras más incubadoras posea una provincia, mayor será el número de emprendimientos generados en esta; relativo a los resultados puede identificarse que la correlación entre ambas variables es positiva pero de intensidad moderada. Si bien es cierto las incubadoras juegan un papel crucial en la creación de emprendimientos, no son el único factor que determina su nacimiento, en este punto como Kantis et al., (2014, citado en Salgado-Monar, 2023), resalta que aspectos tan complejo como la motivación, aspecto culturales, los valores, creencias ejercen influencias en la mentes de los potenciales emprendedores.

Conclusiones

Sin lugar a duda, una de la forma de asegurar un crecimiento socioeconómico es a través del desarrollo de los emprendimientos, en tal motivo las incubadoras empresariales juegan un papel trascendental para el surgimiento, desarrollo y mantenimiento en el tiempo de los negocios.

En Ecuador la actividad de las incubadoras es relativamente reciente si se compara con sus vecinos y socios comerciales, es por ellos que estas realizan funciones de incubadoras generales de primera y segunda generación. Los sectores público y educativo especialmente las universidades llevan estandarte de la innovación y emprendimiento, las IES proveen el conocimiento, la asesoría, pero a su vez también son semilleros de emprendedores, por ello el emprendimiento debe ir junto

a la academia y la investigación. Por último, los emprendimientos además de asesoramiento necesitan inyección de capital, siendo esta la principal causa de su desaparición, por lo que existe una correlación entre la cantidad de incubadoras y el volumen de emprendimientos que se generan, este factor no representa el único que entra en tela de juicio al momento de su surgimiento.

Referencias

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