Resumen: Esta reseña analiza el total de aportaciones que componen el libro XXV años de paz franquista. Sociedad y cultura en España hacia 1964, coordinado por Asunción Castro y Julián Díaz y publicado en Sílex en 2017 (ISBN 978-84-7737-530-2), lo que explica la idoneidad de su lectura en 2019 cuando se cumplen 80 años del fin de la guerra civil española y la interpretación que de ella se hizo en la dictadura de Franco.
Palabras clave: XXV Años De Paz ,Franquismo ,Paz ,Guerra Civil Española ,Propaganda ,1694 .
Abstract: In this review it is analysed every contribution of the book XXV years of peace. Society and culture in Spain in 1964. It was coordinated by Asunción Castro and Julián Díaz and published by Sílex editorial in 2017 (ISBN 978-84-7737-530-2). It is also explained the suitability of reading this book in 2019, when people commemorate the 80 years of the end of the Spanish Civil War and what interpretation did the dictatorship of it.
Keywords: XXV Years Of Peace , Franco Dictatorship , Peace , Spanish Civil War , Advertisement , 1964 .
Memoria Visual
Veinticinco años de memoria parcial
Twenty Five Years of Partial Memory
Recepción: 21 Abril 2019
Aprobación: 31 Julio 2019
Castro Asunción, Díaz Julián. XXV años de paz franquista. Sociedad y cultura en España hacia 1964. 2017. España. Silex. 978-84-7737-530-2 |
---|
Dedicada a la edición de libros de historia, arte y museología, Sílex cuenta con una línea especializada en ensayo académico, «Sílex universidad», que coedita con investigadores de prestigio de diferentes universidades. En 2017, bajo la coordinación de Asunción Castro y Julián Díaz, publicó XXV años de paz franquista. Sociedad y cultura en España hacia 1964. Se trata de un libro que compila los análisis de la celebración de los veinticinco años de paz, desde la óptica de expertos en historia contemporánea, historia del arte y literatura. Esto da lugar a un planteamiento interdisciplinar no solo sobre los eventos preparados para la conmemoración, sino también, del panorama político, social y cultural de las décadas centrales del siglo XX en España.
El Plan de Estabilización de 1959, que ponía fin a la autarquía del primer franquismo, pretendía consolidar y liberalizar la economía española. Ciertamente, los objetivos fueron alcanzados con bastante rapidez. Los bajos precios de las materias primas y los productos energéticos, las nuevas fuentes de financiación exterior, las divisas de turistas y la entrada de capital y bienes internacionales que había desbloqueado el fin de la política intervencionista consiguieron lo que se ha llamado «el milagro económico español». Este enorme crecimiento posibilitó notables cambios monetarios para los ciudadanos españoles, como el incremento en el poder adquisitivo y la consolidación de una clase media. Sin embargo, estos no vinieron acompañados de mejoras sociales. Santos Juliá subraya que, de hecho, los años sesenta no son el comienzo de un proceso de modernización, sino «la reanudación de una historia paralizada por una voluntad política victoriosa al término de una guerra civil».1
Bajo esta premisa, se presenta la primera parte del libro: «El contexto. Sociedad, cultura y política en la década de los sesenta», un conjunto de capítulos que abordan el panorama de 1964, año de la campaña propagandística. Antonio Cazorla inicia este bloque con el capítulo «Delante del espejo: la España real de 1964». En él, establece cuatro puntos utilizados por el franquismo para negar la memoria y legitimar la dictadura en una realidad parcial. La paz, el orden, el progreso y la figura del caudillo, primero como militar invicto y después como gobernante sabio, fueron los instrumentos al servicio de la integridad del régimen. Sin embargo, Cazorla concluye que esta campaña de propaganda fue la apoteosis de un caudillo ególatra y un espejo deformado y manipulado de la realidad de España.
Ángela Cenarro muestra en «Entre el cambio y el inmovilismo: las mujeres españolas en los años sesenta» los cambios de concepción del papel femenino durante la dictadura. Si bien en el primer franquismo, las políticas de represión habían apartado a la mujer del mercado laboral y se habían centralizado en su cuerpo y sexualidad al convertirla en reproductora de la nación, el fin de la autarquía, la transformó en agente activo de la migración para empleo del servicio doméstico. La autora especifica que, en la década de los sesenta, la mujer pasa a ser consumidora de bienes debido al aumento del poder adquisitivo, reforzado por el ideal de mujer moderna de Occidente y con posibilidad de acceder a educación y empleo siempre y cuando no descuidara su tarea de esposa y madre. Por último, plantea la existencia de espacios públicos legales donde se dieron cabida identidades múltiples: mujeres jóvenes, mujeres obreras, etc. que, en definitiva, reformularon el significado de ser mujer en la España de Franco.
En el ámbito artístico, Jorge Luis Marzo resume las relaciones entre los artífices y el régimen en las décadas centrales del siglo XX: «Rompiendo las paces». Presenta al dictador en los años cincuenta como garante de la diversidad de prácticas, que concebía al artista como mero ejecutor y que invitaba a «abandonarse» ante el arte, ya que este estaba separado de su vida social. Sin embargo, los principales artistas informalistas de los sesenta cesaron las relaciones con el régimen debido a las denuncias de la crítica internacional ante este vínculo y por el auge de actitudes y actividades manifiestamente antifranquistas en España. Algo que, no obstante, podían permitirse gracias a la independencia económica que les había posibilitado el contacto con galerías. El declive del estilo como imán internacional del arte permitió que nuevos grupos y prácticas artísticas más propias de la subcultura dinamizaran el panorama artístico con mayor conciencia de las condiciones laborales y sociales del artista. El autor concluye que si el propósito de la campaña era acabar con el arte como instrumento que vehicula cosas más allá de la superficie, la posición antifranquista orientó sus esfuerzos en conseguir que los públicos no vieran obras de arte, sino instrumentos de rebeldía y libertad.
Asunción Castro centra su análisis del contexto franquista en una publicación periódica. «Síntomas de cambio: sociedad y cultura en el semanario Triunfo en torno al año 1964» presenta este instrumento de comunicación como uno de los medios de información cultural más representativos del auge del pensamiento crítico y progresista. De esta manera, el semanario Triunfo cumple un papel antagonista frente a la celebración de los veinticinco años de paz, cuyos eventos, matiza la autora, procura evitar. En ese sentido, aquellos contenidos sociales y políticos susceptibles de ser perjudicados por la censura son desplazados en favor de artículos de política internacional y reseñas culturales de música, cine, teatro y libros que revelan que un sector de la sociedad ya caminaba en dirección contraria al pensamiento político del régimen.
La necesidad de legitimación política que culminó en la campaña propagandística de 1964 también instrumentalizó el ámbito educativo. Juan Sisinio Pérez Garzón analiza los manuales de María Comas y Rumeu de Armas para explicar «¿Qué historia aprendían “los chicos del PREU” en 1964?». Con un pensamiento de futuro, las élites que dirigirían el país recibían una asignatura obligatoria de historia de España enfocada a la Edad Moderna y la Contemporánea: desde los Reyes Católicos hasta el presente, una suerte de analogía del esplendor cultural y el progreso que el Caudillo vaticinaba para España. El autor detalla este planteamiento con ejemplos concretos de estos manuales, como el papel del país en las relaciones internacionales pacíficas y la ruptura con la tradición, indispensables para la pretendida integración en la Comunidad Económica Europea.
Al hilo de la enseñanza reglada, José María Barreda, analiza la repercusión de la campaña de 1964, en la provincia de Ciudad Real, a través de información y propaganda del régimen, pero especialmente, los estudios de José María Martínez Val, Subjefe Provincial del Movimiento, Vicepresidente de la Diputación y Director de los Institutos de Enseñanza Media y de Estudios Manchegos. De esta manera, define que la multitud de actos, presentaciones, eventos, aperturas de colegios bajo el nombre de los XXV años de paz y la distribución de propaganda en diversos formatos (prensa, radio, televisión, cine) fueron actos de información y formación que, como en cualquier régimen autoritario, resultaron ser la prioridad política.
Silvia del Álamo cierra la primera parte de este libro con el estudio «La orientación productivista del franquismo en las ordenaciones de montes públicos: 1959-1975». Tras una retrospectiva de la ordenación de montes y la selvicultura intensiva, la autora procede a explicar la transformación que sufren los montes españoles a partir de la década de los 60. En esos años, el mercado de madera estaba en alza, pero, sin embargo, España era deficitaria de este producto. A ello se suma la modificación de los usos y aplicaciones tradicionales de la madera que habían propiciado el desarrollo científico, tecnológico e industrial. La autora explica la política seguida en materia de ordenación de montes para transformar los productos típicos del Mediterráneo en los demandados mundialmente, como madera aserrada y para pasta, propios de los montes de clima templado. Por último, pone el acento en un análisis crítico de la situación revertida en España, que pasó de importar madera a exportarla, pero que, desde el punto de vista ecológico, tuvo deficiencias.
La segunda parte del libro se centra, concretamente, en la celebración de los fastos de la campaña propagandística. Abre esta sección Ramón Vicente Díaz del Campo con el capítulo «Nuevos relatos del régimen: carteles para XXV años de paz». El autor centra su estudio en la utilización del cartel para la difusión del concepto de paz como sinónimo de prosperidad económica y estabilidad política, y justifica así que el ejemplar escogido por concurso para la campaña fuese el de Julián Santamaría. Una propuesta en la que la palabra PAZ, obligatoria en las bases de la convocatoria, protagonizaba un diseño contundente, puramente tipográfico. Los carteles fueron un medio de masas muy utilizado en todas las campañas institucionales a lo largo del régimen, más si cabe, en la exposición «España en Paz», constituida por 150 carteles informativos sobre deporte, educación, turismo, agricultura, etc., de los que el autor notifica una falta de estilo propio a la que, lejos de calificar como carencia, atribuye profesionalidad por buscar la solución más adecuada a cada problema.
Anna Scicolone analiza uno de los medios más eficaces de difusión de los XXV Años de Paz. «“¡Bajo la paz de Franco!” Un análisis de los noticiarios cinematográficos NO-DO de 1964» es un ensayo centrado en la sección Actualidad española de los noticiarios, producidos con motivo de la campaña en 1964. La autora analiza la pomposidad de los recursos utilizados: música imperial, imágenes de la bandera española con el yugo y las flechas superpuestas a las del noticiario y el papel de los locutores en el realce de las virtudes del Generalísimo. De esta manera, advierte la preponderancia de imágenes del Caudillo en actos públicos de inauguración de infraestructuras o protocolarios que dieran a entender que la paz franquista había traído el progreso al país. Así, la autora, presenta un moderno recurso al servicio de la dictadura que contaba poco y ocultaba mucho.
La campaña procuró imbricar todos los aspectos susceptibles de ser controlados por el régimen. Julián Díaz presenta en «XXV años de arte español. La última tentativa de construcción del Estado como obra de arte», el intento, sin éxito, de realizar en la exposición epónima un ejercicio de historia del arte más contemporánea en el país desde 1939, un ejercicio visual del arte de la paz franquista. El autor considera que la exposición fue un fracaso relativo porque, aunque señala que el mismo Fraga Iribarne constató el poco poder de convocatoria que tuvo, verdaderamente constituyó un éxito de participación de diseñadores, escritores y artistas. Se premiaron a tres artistas, Vázquez Díaz, Juan de Ávalos y Miguel Fisac, que, según el autor, no supone un ejercicio de reconocimiento a la modernidad, ni esta precisa de una actitud política progresista. En definitiva, Julián Díaz concluye que con este acto se cerraba un ciclo y un modelo de promoción artística ya obsoleta.
Por último, cierran esta segunda parte del libro Esther Almarcha y Rafael Villena con «La impresión de lo moderno: los volúmenes provinciales de los XXV años de paz». La campaña de conmemoración contó con todos los medios de difusión posibles y la línea editorial también fue uno de ellos. En 1964, se editaron ejemplares de todas las provincias que narraban los éxitos de la dictadura desde la victoria de 1939. Un ejercicio más de convertir la paz en progreso que sorprende por la modernidad iconográfica. Los autores destacan que se trata de un diseño formal y una edición esmerada y analizan los ejemplares de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo. Todos cuentan con una organización que pone el acento en la estructura geográfica, la social y administrativa, la espiritual y cultural, la folclórica y costumbrista, la viaria y turística y, finalmente, la económica. Un discurso potenciado por el uso de fotografías que, según indican los autores, supusieron un avance frente al pictorialismo imperante y el control político en los trabajos documentales.
La tercera y última parte del libro se centra en la literatura producida en torno a la década de los sesenta, la huella artística que denota la existencia de nuevos discursos intelectuales frente a la obsolescencia del discurso oficial. María Rubio presenta en «Los caminos de la paz franquista. Ideología y retórica en los libros de viajes de los 60», la utilización de este recurso como herramienta propagandística por parte del régimen, que no obstante también supuso un filtro del fracaso en la difusión del mensaje de paz. Tópicos literarios, lenguaje artificial y otros recursos supeditados al discurso identitario de la raza española no son óbice para la introducción de novedades como un relato unitario y homogéneo, escenarios reales en detrimento de los históricos y mayor presencia del diálogo, una actitud menos dogmática. La autora concluye con la reflexión de un viajero que contempla la caída del optimismo triunfante hacia las posturas más críticas que permitía el aperturismo.
Jesús María Barrajón analiza en «Los poetas de posguerra en 1964: de revistas, editoriales, libros, censuras», la obra de poetas de posguerra publicada en 1964. Presenta el panorama de revistas y editoriales que dieron voz a estos artífices y centra su estudio en la definición de corrientes, autores y libros que permiten al autor discernir las diversas expresiones poéticas del momento: poesía social, esteticismo culturalista y nuevas formas protagonizadas por autores concretos. Reflexiona, además, sobre la arbitrariedad en el control que la censura hizo de la producción de estos poetas.
En materia teatral, José Corrales muestra un recorrido por los escenarios españoles en el año de la campaña. «La cartelera teatral de 1964. De Ionesco a Paso» manifiesta la existencia mayoritaria del teatro comercial en España frente a un impulso renovador que hizo poco ruido.En esta cartelera, el autor advierte la ausencia de efemérides triunfalistas propias de los XXV años de paz, en favor de obras frívolas, críticas con su tiempo, de clásicos españoles e incluso de autores extranjeros. Si bien indica que se hace presente la falla social y política de la España de 1964 y lo ejemplifica con obras de Mihura y Paso donde las heridas de la Guerra Civil y los tópicos sobre el carácter nacional están presentes.
Jesús Villegas aporta un análisis de la ironía en tres novelas que fueron publicadas en los meses siguientes a los actos de la campaña. «Inestabilidad narrativa frente a dogmatismo discursivo en los XXV años de Paz: ironía, desencanto y desorientación» da la clave con la que realizar la lectura de los tres ejemplos que propone para comprender cómo, frente a la pretendida estabilidad del régimen, la respuesta es una creciente inestabilidad ideológica que se hace presente a través de la ironía retórica.
Por último, cierra la tercera parte y el total del libro, la aportación de Matías Barchino, «La novela hispanoamericana y la cultura oficial franquista en los años 60». Centrado en una de las principales revistas del momento, Cuadernos Hispánicos, traza el panorama de la irrupción de la novela hispanoamericana en las letras españolas, considerada un signo de modernidad. Este testimonio queda recogido por las aportaciones de críticos jóvenes y literatos que contribuyeron en la publicación y desempeñaron un papel primordial en la recepción y difusión de la obra de los escritores americanos en España.
Este compendio transversal es una magnífica reflexión sobre el verdadero resultado de la campaña propagandística de los XXV años de paz. Demuestra que el pretendido mensaje de paz que venía a sustituir la victoria bélica fue un intento de consolidación del régimen que escondía una personalidad ególatra como la del Caudillo y un ejercicio de memoria parcial que negaba la realidad de gran parte de población. Lo que condujo a que, a pesar de la campaña, las reacciones contra el régimen se hicieran presentes en el tardofranquismo.
La lectura de este conjunto de ensayos resulta idónea en 2019, cuando se conmemoran los 80 años del fin de la Guerra Civil. No solo es pertinente revisar la historiografía sobre el conflicto, sino la instrumentalización hegemónica que de él consiguió el franquismo: la falsa paz que avivó un discurso protagonizado por el silencio de los otros2 cuya repercusión llega a nuestros días.