Reflexiones desde las Prácticas Profesionales

Migración Venezuela-Tunja: El rol del trabajador social en el fenómeno

Angie Nicol Cepeda Pulido
Fundación Universitaria Juan de Castellanos., Colombia
Karen Dayanna Gil González
Fundación Universitaria Juan de Castellanos., Colombia
Liliana Andrea Moreno Espejo
Grupo de Investigación Ciclo Vital, Familia y Desarrollo Humano del programa de trabajo social de la Fundación Universitaria Juan de Castellanos., Colombia

Migración Venezuela-Tunja: El rol del trabajador social en el fenómeno

Escenarios. Revista de Trabajo Social y Ciencias Sociales, núm. 27, 2018

Universidad Nacional de La Plata

Recepción: 15 Julio 2019

Aprobación: 21 Agosto 2019

Resumen: Este artículo presenta la descripción de un fenómeno que a raíz de la crisis humanitaria en Venezuela, ha traído consigo un flujo masivo poblaciones de migrantes Venezolanos hacía Colombia. Ante este fenómeno el trabajo social debe adquirir un rol indispensable en esta problemática, es por ello que desde un punto de vista crítico, el artículo plantea desde qué perspectivas el trabajo social podría abordar el tema de la migración.

Palabras clave: Migración , Venezuela, Trabajo social , Migrantes, Emigrantes, Inmigrantes, Refugiados.

Abstract: This article presents the description of a phenomenon that, as a result of the humanitarian crisis in Venezuela, has brought about a massive flow of Venezuelan migratory populations to Colombia. Given this phenomenon, social work must acquire an indispensable role in this problem, from the point of view of critical, the article raised from the perspective of social work could address the issue of migration.

Keywords: Migration , Venezuela, Social work, Migrants , Emigrant, Inmigrant, Refugee.

Introducción

Trabajo social es una disciplina de las ciencias sociales metódicamente construida (es decir, ha existido un método para su construcción), es holística, su objeto de estudio es la realidad social entendida en un marco de necesidades sociales, tiene como naturaleza un enfoque que tiende a ser humanista en cuanto permite entender y explicar su objeto de estudio permitiendo que las subjetividades individuales den paso a un análisis objetivo, su punto intermedio es generar bienestar y su fin último no difiere a las otras disciplinas en cuanto es generar conocimiento (clase de Fundamentos teóricos y metodológicos del trabajo social, 2016, Fundación universitaria Juan de Castellanos)

Por lo anterior es necesario comprender el Trabajo Social desde la perspectiva de la evolución misma de las sociedades ya que, constituye una primera instancia profunda y óptima de intervención donde están inmersas las necesidades sociales, por lo tanto, Durkheim (1893) señala que, “la evolución de las sociedades y cómo éstas evolucionan desde sociedades más simples hacia sociedades más complejas, estructuradas y organizadas, requieren de un mayor esfuerzo para poder entenderlas” (como se cita en Fernández, 2014). Por ello el trabajo social actúa según la realidad social lo dispone; a consecuencia de esta variabilidad la migración venezolana no será ajena al quehacer profesional ni tampoco estará separada de la dinamización social, de esta forma la profesión en la realidad tunjana debe asumir el rol dentro de este fenómeno específicamente en el caso actual de migrantes venezolanos a Tunja.

Ante este panorama, es claro mencionar que el trabajo social a lo largo del tiempo ha evolucionado en medio de procesos ligados a la caridad cristiana y la filantropía como ejes importantes para esa época de la historia, en donde las guerras no cesaban y los cuidados eran paliativos, no obstante, la profesión no se ha quedado inmersa en el asistencialismo, sino que ha ido fortaleciendo sus procesos en una metodología clara y sistemática enfocada a potencializar el bienestar humano que, comenzó con Mary Richmond, quien por medio de su publicación “social diagnosis” logró dar al trabajo social un contenido teórico y metodológico abandonando así, los tintes asistencialistas de sus inicios, lo cual fue un gran paso para la fundamentación del trabajo social como una disciplina aplicada (Fernández, 2014). A partir de este suceso el trabajo social amplia más sus esferas de trabajo en áreas de intervención que se enfocan en las necesidades tradicionales y emergentes del individuo, por ello en cuanto a la problemática referente a la población Venezolana que ha llegado a Tunja, se ha propuesto desde la perspectiva de muchos autores, que la atención a emigrantes y refugiados debe ser considerado un área de intervención (Prieto & Cubillos, 2009)

Sin embargo, para la problemática antes mencionada no ha sido posible encontrar documentación, informes e investigaciones desde la postura del Trabajador social en el ámbito nacional. Aunque en el ámbito internacional específicamente en España se ha construido una propuesta metodológica para esta área de intervención, que valdría la pena mencionar.

Mediante un estudio exhaustivo dirigido a la población inmigrante que llegaba a Madrid, España como país receptor, surgió la necesidad de proponer una propuesta metodológica emergente, la cual fue iniciada en la Universidad de Alicante como proyecto innovador a cargo de dos trabajadoras sociales, por lo tanto se hará énfasis en la propuesta de intervención dirigida al método de caso y a la Investigación – acción participativa (IAP). Como primera medida, se propone conocer las características específicas de los usuarios en materia de conocer sus raíces culturales según al grupo de inmigrantes que pertenezcan, a su vez se considera como ventaja que la población inmigrante es joven, debido a que se manifiesta una ampliación de expectativas positivas hacía al futuro en el país receptor, y como desventaja se toma en cuenta que los inmigrantes estarán de manera temporal en el país receptor, además ellos poseen hermetismo cultural e irregularidad jurídica (Escobar & Gascón, 1996).

Para empezar, se propone una metodología para el método de caso en donde se exponen tres fases; a. Toma de contacto, en el cual se recogen los datos en torno a la problemática del individuo por medio de técnicas como la entrevista, observación y visitas domiciliarias. Además se propone el diseño de un modelo de ficha social concreto, con el objetivo de obtener un conocimiento clave ante la situación abordada, y para terminar se plantea el trabajo interdisciplinario; b. Diagnóstico, en donde se debe tener en cuenta aspectos particulares del caso, y así mismo el trabajador social tiene que documentarse sobre las características culturales del individuo, teniendo en cuenta la bibliografía especializada y el marco institucional para lograr un adecuado diagnóstico; c. Programación, en la cual se da a conocer el diagnóstico al individuo trabajando en el interés y motivación del mismo, para poder generar un desarrollo, además el trabajador social debe estar dotado de competencias en el conocimiento de idiomas, formación en temas migratorios y actitudes éticas (Escobar & Gascón, 1996).

Seguidamente, se sugiere como propuesta metodológica hacer uso de la investigación – acción – participante que se caracteriza por “tratar de reducir la distinción entre el investigador y el investigado, incorporando a ambos en un esfuerzo cooperativo de creación cognitiva” (Escobar & Gascón, 1996, p. 141). Por lo anterior la IAP con población inmigrante se ocupará de identificar las necesidades comunitarias por medio del desarrollo de proyectos para tratar las necesidades de manera conjunta, todo esto se llevará mediante la incorporación de miembros afectados hacía la participación activa, junto con la combinación de estrategias enfocadas en la investigación e intervención y facilitando procesos de relaciones laborales con entidades o agencias que cooperen en la IAP. También se proporcionan dentro de la IAP variables para el estudio y conocimiento de las necesidades básicas de la población migrante. (Escobar & Gascón, 1996). Por lo anteriormente expuesto Escobar y Gascón (1996) concluyen:

La IAP, en el contexto del desarrollo comunitario con población extranjera, es una alternativa para la intervención del Trabajo Social. Activa el cambio social sostenido porque el nivel de intervención se da más sobre la comunidad que sobre el individuo. Con la población extranjera, hasta ahora, la mayoría de las intervenciones se orientan a trabajar desde la perspectiva del caso o de comunidad, pero en contadas ocasiones se orienta a los profesionales de las instituciones, ONG, a iniciar a través de una básica detección de necesidades, a una adecuada IAP (p. 142).

En consecuencia, estos procesos deben ser tomados por la sociedad en general y por los profesionales en Trabajo Social como un asunto humanitario (no meramente asistencialista) y aunque este término puede tener varios significados suele relacionarse con ayudar o socorrer al necesitado por catástrofe o situación de peligro. Dentro de esta acción se encuentran términos como ayuda de emergencia (esta es una ayuda de carácter asistencial pues, trata de abastecer de forma gratuita bienes y servicios para la supervivencia de afectados), también se encuentra la ayuda humanitaria (se refiere a proporcionar asistencia con una temporalidad establecida o situación indefinida hasta que los protagonistas de la necesidad resuelvan su condición). Esta acción humanitaria vela por los derechos humanos (Abrisketa & Perez, 2000).

En este sentido el panorama de la migración de la población venezolana hacia Colombia se ha presentado desde los últimos 20 años por el efecto de la llamada ‘revolución bolivariana’ y la crisis social en ese país (El Tiempo, 2017), día a día los boletines locales visibilizan esta situación con el número elevado de ciudadanos venezolanos que han llegado a Colombia. Sin embargo, para comprender el fenómeno de migración que se vive actualmente es necesario hacer un acercamiento histórico. Pero, en la búsqueda de literatura para la comprensión de este fenómeno, la información resulta ser escasa pues, aunque sea de interés para muchos académicos la documentación no es suficiente. Mas se resalta información en periódicos y medios de comunicación, lo cual en el mundo de la academia se describen como fuentes grises debido a la poca validez científica. Hasta el momento, es uno de los mayores soportes acompañado de otras fuentes más relevantes. El proceso de la migración no es algo reciente, lleva presentándose durante varios años, sin embargo en el último año hubo un incremento de migrantes venezolanos a Colombia, a causa de la crisis económica y política que presenta ese país, se señala que ha habido 5 oleadas de migración por parte de los venezolanos a Colombia, que a continuación serán descritas (Revista Semana, 2018).

La primera oleada como lo señala la Revista Semana (2018) se dio en el 2000, protagonizado por empresarios que se vieron amenazados por el nuevo gobierno de la época. La segunda oleada en 2005 protagonizada por el despido colectivo de empleados de la petrolera PDVSA. La tercera oleada en el 2010 con un masivo éxodo de empresarios y profesionales a raíz de la ideología radical impuesta por Hugo Chávez. La cuarta y más alarmante sucedió en el 2013 cuando Hugo Chávez Muere y llega al poder Nicolás Maduro, la economía entró en crisis y la quinta ola se dio en los últimos tres años desde el 2016, la ONU señala que el 35,50% de migrantes que llegan a Colombia son de procedencia Venezolana, la mayoría son de género masculino; por ejemplo en el 2017 hubo 75.805 hombres mientras que mujeres 65.514 estos datos incluyen todas las nacionalidades que llegan a Colombia, donde 49.829 personas son de Venezuela.

La migración protagonizada por colombianos y venezolanos se puede mencionar como una historia compartida debido a que, en ambos países la migración se da por situaciones internas en cada país; para los años 70’s Venezuela se encontraba en una época de crecimiento económico a raíz de la economía petrolera, donde se demandó mano de obra, por lo cual los colombianos se trasladaron allí para participar de su economía, los principales ciudadanos colombianos que se movilizaban en búsqueda de mejores oportunidades eran campesinos o dedicados a labores domésticas, logrando integrarse así de manera satisfactoria a la sociedad venezolana. En ese entonces, el conflicto interno de Colombia influyó en que la población colombiana migrara a Venezuela, sin embargo, Colombia ha dejado de ser un país que genera migrantes a ser receptor de emigrantes; cabe destacar que la migración no es un proceso estático sino pendular, pues sus protagonistas no se quedan del todo en Colombia sino que, es el lugar de tránsito para dirigirse a otros países o por ser el país vecino a Venezuela (Robayo, 2013).

Por otro lado, en el contexto específico de la ciudad de Tunja, durante lo transcurrido del 2018 han llegado aproximadamente 4000 venezolanos, según Fabio Martínez, secretario de Gobierno de la ciudad. Sin embargo esta demanda no está siendo cubierta debido a que, no existen políticas públicas que acojan a la población Venezolana migrante a largo plazo, pero desde la caridad, la arquidiócesis de Tunja ha brindado ayudas como refugios y albergues; lo cual es una alternativa paliativa y de corta duración que no arregla el fenómeno en su totalidad.

Es preciso subrayar que, dentro de la legislación Colombiana gracias al decreto 4062 del 2011 nace migración Colombia con personería jurídica, autonomía financiera y patrimonio independiente, con función en todo el país y adscrita al ministerio de relaciones exteriores o también llamado Cancillería que, es el ente encargado de coordinar la política exterior y relaciones diplomáticas en Colombia, actualmente es liderado por María Ángela Holguín (Ministerio de relaciones exteriores, 2009). La misión principal de migración Colombia consiste en “ejercer control como autoridad migratoria a ciudadanos nacionales y extranjeros en el territorio colombiano de manera técnica y especializada, brindando servicios de calidad, en el marco de la Constitución y la ley” (Ministerio de relaciones exteriores, 2009).

A su vez, Christian Kruger director general de migración Colombia confirmó que, al país han llegado ya más de 1'000.000 de migrantes venezolanos, ante este panorama migración Colombia, establece tres categorías según los tipos de ciudadanos que estén en el territorio nacional y tengan otro lugar de origen, (pendular, de tránsito y con vocación de residencia) esto con el fin de vigilar y controlar la masiva migración de Venezolanos al país. A) Migración pendular. Este tipo de migración se da entre la frontera Venezuela – Colombia, tiene como fin la continua entrada y salida de viajeros durante el día, sin embargo los viajeros no tienen intención de quedarse en Colombia, sino que su ingreso se da con el objetivo de obtener abastecimiento de víveres y necesidades básicas; y para ello se requiere que los venezolanos porten la tarjeta de movilidad fronteriza, la cual tendrá una validez de 6 meses. (Migración Colombia, 2017). B) Migración de tránsito. Este tipo de migración ocurre cuando hay un flujo masivo de ciudadanos venezolanos con el fin de utilizar el territorio Colombiano como un lugar transitorio para llegar a terceros países. (Migración Colombia, 2017). C) Migración con vocación de residencia, a mediados del 2017 se creó el PEP (permiso especial de permanencia) con el objetivo de regularizar la migración de los ciudadanos venezolanos que habían ingresado al país de manera regular y luego del vencimiento del permiso se han quedado en Colombia con permanencia irregular para esto, el gobierno ha dado vigencia al PEP durante dos años a partir de su fecha de expedición, para permitir al ciudadano venezolano acceder al sistema bancario, trabajar, estudiar, ser parte del sistema de salud y pensiones (Migración Colombia, 2017).

A nivel internacional, la ONU en su página principal señala los asuntos humanitarios como aquellas acciones de intervención por parte de la misma organización para coordinar asuntos de amparo a aquellos que han sufrido una situación de catástrofes naturales o situaciones provocadas por el hombre y esto no pueden ser solventadas por las autoridades locales que enfrenta dicha situación.

La misma organización presenta cuatro de sus entidades que pretenden hacer la acción de ayuda humanitaria, estas se categorizan y son; ayuda a los refugiados a cargo de la entidad Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados (ANCUR) esta entidad pretende proteger a los refugiados de todo el mundo y solucionarles sus problemas, la entidad Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se encarga de atender las necesidades de los infantes que se encuentren en amenaza, por otro lado está la entidad de alimentar a los hambrientos con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) con el fin de movilizar alimentos a personas que han siendo protagonistas de algún desastre y en la categoría de curar a enfermos esta la entidad Organización Mundial de la Salud (OMS) esta contesta a temas de salud ya sea para asistir o capacitar (ONU., s.f.) .

Debido a que, la migración es una problemática emergente e histórica es necesario establecer la diferencia entre dos conceptos que pertenecen a la misma categoría de movilidad como son los migrantes y refugiados. En primera instancia el concepto de migración tiende a ser una palabra universal debido a que, acoge a la población que se desplaza de un lugar a otro sin importar sus condiciones o antecedentes. Varios autores como Joaquín Arango, Jorge Tizón, Carlos Giménez y Cristina Blanco (citados en Micolta, 2005) señalan que es un proceso debido a que tiene un paso a paso para que finalmente se dé la connotación de migración, en el primer paso ocurre una emigración este es el acto de “abandonar su propio país para establecerse en otro extranjero” (RAE) en el segundo paso ocurre una inmigración o la llegada, el tercer paso sería el regreso; estos tres procesos se asemejan con etapas del proceso de migración como es preparación, acto de migración, asentamiento y se añade la integración (acoplo, adaptación, aceptación en el nuevo lugar al que llegan). El termino migración tiene tres cambios estos son; espaciales (traslado o desplazamiento geográfico representativo), temporal (estadía duradera y no esporádica) y social (pues es diferente el espacio físico y social) (también citado en Micolta, 2005).

Por otro lado, es preciso señalar el concepto de refugiados que va íntimamente ligado a la categorización de movilidad, ya que como afirma ACNUR (Agencia de la ONU para los refugiados) (2017) “Los refugiados son personas que están fuera de su país de origen debido a un temor de persecución, a un conflicto, violencia u otras circunstancias que perturben gravemente el orden público, y quienes, en consecuencia, requieren protección internacional.” Según esta definición los refugiados son más propensos a ser confundidos con la población migrante debido a que, los gobiernos de los países receptores suelen confundir las necesidades de estas poblaciones, dejando de lado la norma de la protección internacional que se refiere a, un trabajo mancomunado con la ACNUR como ente regulador y vigilante de que, los gobiernos receptores cumplan con sus obligaciones para con los refugiados en materia de que no pueden expulsar a ningún refugiado a un país donde corra peligro, el estado tampoco debe permitir discriminaciones entre grupos de refugiados, sino que deben garantizar los mínimos vitales en igualdad de condiciones como los ofrece a los extranjeros residentes en el país (ACNUR, 2017).

Ante este panorama semántico, cabe resaltar que la población Venezolana que llega a Tunja, debe ser tomada como población migrante según la descripción anterior y partiendo de la premisa de ACNUR (2017) donde se afirma que “un migrante abandona su país voluntariamente, en busca de una vida mejor, mientras que para un refugiado, las condiciones económicas del país de asilo son menos importantes que su seguridad”. Esta distinción puede resultar difícil de entender, pero dentro de los parámetros para diferenciar estos términos es posible evidenciar que un migrante goza de la protección de su país de origen, mientras que un refugiado no (ACNUR, 2017).

Por consiguiente, más allá de que la migración haga parte de un contexto semántico y pragmático amplio, resulta imposible ocultar las implicaciones positivas y negativas que trae tanto a los países de origen como a países receptores, sobre todo cuando los emigrantes provienen de países subdesarrollados. En atención a la problemática expuesta, existen factores internos y externos que disponen a los individuos a emigrar; entre los factores externos cabe mencionar, falta de alternativas para logros ocupacionales, inseguridad ante el futuro económico y crecimiento de la violencia, y necesidades básicas insatisfechas. Por otro lado en los factores internos, es posible mencionar la frustración en las expectativas de vida, realización personal, conocimiento acerca de las opciones de vivir en el exterior e indisposición al saber que será imposible realizarse integralmente en el país de origen, lo cual depende en parte de las aspiraciones del individuo. (Aruj, 2008).

Dentro de este marco, es ineludible que toda acción dentro de la realidad social en materia de flujos migratorios siempre traerá consecuencias que, afectan al colectivo de las sociedades según, las políticas de desarrollo sostenible en países de origen y países receptores; para tal efecto Aruj (2008) agrega en materia de individuos emigrantes:

El imaginario sociocultural así constituido los determina, construyendo las fantasías sustentadas en ciertos valores que subsumen a la población en interpretaciones falsas de la realidad. Expresándose a partir de la frustración de la realización o desarrollo personal y la imposibilidad de una movilidad social ascendente, una buena calidad de vida, o tan siquiera expectativas reales para lograrlo. Su decisión estará determinada no sólo por una insatisfacción básica con respecto a lo que su país de origen le ofrece, sino también por las oportunidades imaginarias que surgen de la estructura del mercado de trabajo y el marco cultural y social general del país al cual se dirige (p. 100).

Como primera instancia, el país de origen, en este caso Venezuela, como consecuencia de las migraciones podría disminuir su problema económico y social así como los niveles de desocupación, de modo similar la mano de obra que, no emigra tendrá mayores posibilidades de acceso al mercado laboral debido a que, la competencia en este ámbito disminuye; lo cual permitirá la circulación del capital humano hacía otros escenarios, favoreciendo así el mercado mundial. Además, la emigración brinda oportunidades de consumo en índices altos para quienes se quedan o tengan parentesco con el individuo, con la condición de que el emigrante en el país receptor disponga de los medios económicos para enviar a su familia una parte de sus ingresos hacía el país de origen (Aruj, 2008). Por otra parte el país receptor, en este caso Colombia, se convierte en un imaginario con diversas y mejores oportunidades de calidad de vida, lo cual amerita un grado de realidad y falsedad ya que, con la desesperación e incertidumbre por parte de los emigrantes de sentirse en un país que no genera futuro, proporcionará elegir otro destino que pueda cubrir temporalmente esas necesidades.

A este respecto, en el país receptor aumenta la competencia laboral, surgimiento de nuevos cinturones de pobreza, segregación urbana, altos índices de discriminación, xenofobia; así como la contratación de mano de obra barata, lo cual disminuye las oportunidades de trabajo para los nativos, sin embargo existe una gran ventaja en el ámbito económico para el país receptor, lo cual se relaciona con las remesas que son un valor agregado al flujo migratorio (Aruj, 2008) y se definen como “ transferencias corrientes realizadas por los emigrantes a su país de origen ya sea en dinero o en especie” (Banco de la república, 2013), así que para los países receptores las remesas contribuyen a su propia economía, como en la reducción la pobreza, alivio de la balanza comercial, e incrementan las reservas nacionales de divisas (Urdinola, 1980) esto se aplica en el caso actual de Venezuela y Colombia.

En definitiva entre aspectos positivos y negativos de los flujos migratorios; es posible resaltar la perdida de la población económicamente activa (PEA), es decir la fuerza de trabajo de un país, de los cuales en su mayoría son jóvenes, la división familiar unido a los problemas psicosociales internos producidos por la migración como la separación física entre parejas casadas o la pérdida de un miembro de la familia, dificultades de adaptabilidad para los emigrantes, disminución de salarios para trabajadores nativos y selección de mano de obra barata Entre tanto los aspectos positivos se definen en el incremento del consumo, intercambio cultural y la recaudación a partir del pago de impuestos (Aruj, 2008).

Ante este panorama, surge la pregunta ¿qué motivos llevan a la población Venezolana a llegar a un país como Colombia? Los motivos podrían contarse inverosímiles pero, principalmente se refiere la situación económicamente crítica de su país, producto de los conflictos entre lo político y lo económico, que siempre han sido hegemónicos, basados en la inseguridad social, violencia creciente y alto nivel de desocupación.

Aunque no se deben generalizar las razones por las que los migrantes acuden a este país ya que, son diferentes tipologías de migración en las que cabe mencionar las siguientes (Micolta, 2005): a) la tipología según su tiempo [(-Estacionales: la estadía es por una determinada época o estación del año. – Temporales reiteradas: cuando una persona está en otro lugar por trabajo y se le renueva contrato. – De varios años. – Indefinido.)] b) Tipología según modo de vida ocurre intereses de la persona que se moviliza [(-Buscando status profesional estable: movilizarse para emprender en un trabajo. –Exigencia de la actividad profesional: movilidad como requisito de donde trabaje la persona. –Búsqueda de un desarrollo superior: ocurre cuando la persona se moviliza con por intereses propios para mejorar su vida.)] c) Según su edad [(-Infantil: cuando los padres se movilizaron por diversas razones ellos debieron movilizarse también.-Adulto: la movilidad ocurre por intereses o necesidades propias que lo llevan a hacerlo. –Anciano: la movilidad ocurre cuando necesitan trasladarse para tener una mejor calidad de vida ya sea porque sus hijos están en otros lugares y necesitan de ellos.)] Y d) tipología Según el grado de libertad [(-Voluntario: por el motivo de interés de quien se moviliza. – Forzosa: como fue el caso de esclavos, de desterrados, deportados y refugiados, este último ocurre cuando su país de origen es un peligro para ellos mismos)].

Por otro lado, es imposible ocultar los estereotipos o prejuicios sociales de la población Tunjana frente a la llegada de los migrantes, en materia de afectación a los principales ámbitos que integran una sociedad; en primera instancia el ámbito social, que es el escenario de estudio de muchos profesionales y que a su vez se ha convertido en un espacio de reflexión a medida que evoluciona en sí misma. Lo social en analogía con el desarrollo humano puede ser comparado con un feto en gestación, puesto que en determinada época del tiempo es lugar ideal para vivir, pero a medida que el tiempo avanza factores externos impiden la completa realización del ser humano en ella. De este modo la población emigrante que llega a un lugar diferente a su país o residencia de origen, interfiere en aspectos intrínsecos al desarrollo y armonía del lugar de destino, en este caso la llegada de la población Venezolana a Colombia, específicamente en la Ciudad de Tunja podría repercutir de manera negativa, debido a que de modo similar las migraciones en otros países han provocado el surgimiento de nuevos cinturones de pobreza, segregación urbana, altos índices de discriminación, xenofobia, inseguridad social, violencia creciente, entre otros (Aruj, 2008). Muchos colombianos se consideran a sí mismos como xenofóbicos, ya que desde contextos históricos, Colombia y Venezuela no han tenido las mejores relaciones jurídicas, políticas y sociales, es por ello que se tiene un esquema mental que Venezuela es un país enemigo para Colombia, sin embargo esto no se debe a la población civil propiamente dicha, sino a sus gobernantes que han dicho argumentos poco decentes y sin base objetiva para nuestro país.

En otro orden de ideas, las migraciones también afectan el ámbito cultural de una sociedad, pero en este caso la moneda tiene dos caras y depende netamente de la subjetividad de cada persona. Para muchos el intercambio cultural es una forma de estratificarse en medio de su país de origen al que ya se han acostumbrado a vivir o para otros simplemente es monótono el conocimiento del país de origen en materia cultural, estas descripciones podrían hacer alusión a los colectivos humanos más modernos. En contraposición la llegada de emigrantes que por ende son diferentes, porqué poseen rasgos físicos y maneras distintas de pensar podrían de cierto modo incomodar ciertos espacios del país de destino ya sea, por la forma de hablar, la introducción de nuevas jergas, formas de vestir, acciones anormales a lo que se le podría conocer popularmente como “mañas”, entre otras. El aspecto laboral o comercial en el país de origen ante la llegada de los emigrantes se convierte en un campo de batalla, puesto que la contratación de mano de obra barata, constituye un problema latente porque disminuye las oportunidades de trabajo para los nativos en calidad de que el salario será precario (Aruj, 2008). Sobre todo por la población venezolana que ha invadido sectores del comercio informal, por medio de la venta de accesorios decorativos, con un amplio arte de convencimiento para ofrecer sus productos lo cual ha resultado incómodo para muchos, porque se sienten de cierta manera comprometidos a ayudarles debido, a la situación económica y social en la que se encuentran.

Gracias a esa realidad social compleja y dinámica a la que se enfrenta el Trabajo Social, comienzan a surgir retos frente a las necesidades explicitas y emergentes que padece un determinado contexto, en este caso el flujo migratorio de Venezuela hacía Colombia, en donde la multiculturalidad y la discriminación se hacen visibles como parte de un sistema que no acepta o no se adapta fácilmente a lo extranjero. Ante ello el Trabajo Social inmerso en los sectores populares y vulnerables debe desarrollar procesos de integración entre los migrantes y nativos, lo cual debe desarrollar a gran escala el término de mundialización, definido por Kisnerman (1998) como “la homogeneización de la lógica del mercado, borra las fronteras y transnacionaliza la cultura a través de los medios de comunicación” (p. 136).

En consecuencia, el Trabajo Social se relaciona con la migración en materia de la resignificación de los derechos humanos puesto que, los emigrantes al ingresar a un país extranjero comienzan a hacer parte involuntariamente de un grupo en condición de vulnerabilidad debido a que, la normatividad y los rasgos culturales de cada país cambian; allí posiblemente sus derechos sean vulnerados así como fueron vulnerados en su país de origen. En ese orden de ideas, el Trabajo Social le aporta al fenómeno migratorio la reconstrucción del tejido social a partir de la convalidación con los derechos humanos, pues como afirmaba Mary Richmond “el Trabajador social debe tener en su corazón la convicción sobre el valor infinito de lo que significa nuestro condición común de seres humanos”, es decir, siendo que el Trabajo Social estudia la realidad social, este jamás debe olvidar que en aquella realidad están presentes los Seres humanos como sujetos de derechos; en este caso los emigrantes Venezolanos, que al ser rechazados legislativamente por su país de origen, buscan acogerse a las leyes colombianas. Por otra parte la migración también aporta de manera directa y significativa al Trabajo Social, permitiéndole a la disciplina ampliar sus horizontes de conocimiento hacía otras perspectivas, lo cual involucra por parte del Trabajador Social reconocer la migración como una problemática emergente, y así mismo le implica tener el reto de proponer intervenciones basadas en la atención primaria a esta población desde los diferentes métodos de Trabaja Social (grupo, caso y comunidad).

Para finalizar, es necesario que la migración deje de ser tratada como un tema al margen desde las perspectivas de profesiones humanísticas como el trabajo social, puesto que siendo un agente de cambio social debe procurar intervenir de manera significativa en esta área. Por lo cual para este fenómeno emergente, se hace necesario establecer una propuesta de intervención desde Trabajo Social que incluya a la población migrante en las sociedades receptoras, desde principios resilientes para los migrantes y el principio de la no discriminación para los países de destino.

De acuerdo a lo anterior, la propuesta de intervención radica en primera instancia en el desarrollo del método de caso, en donde se exponen cuatro fases. A) Contacto primario, en esta fase inicial se recibe al individuo migrante para establecer las primeras pautas de intervención según el estado emocional presente del cliente, ya que los migrantes pueden padecer una condición de crisis en el momento de llegar a otro país; estas circunstancias inhiben de la adecuada valoración al migrante en calidad de que, no le permitirán interpretar la posible violación de sus derechos humanos o las necesidades que necesitan ser cubiertas. Ante esta realidad el Trabajo Social debe proveer los primeros auxilios psicológicos (PAP) que “están diseñados para reducir a corto y largo plazo la angustia inicial producida por eventos traumáticos y para promover el funcionamiento adaptativo y las habilidades de afrontamiento” (Hernández & Gutiérrez, 2014, p. 6), El trabajador social debe estar en la capacidad de identificar durante la primera atención en crisis, trastornos como la depresión, psicosis aguda y crónica, trastornos mentales por acontecimientos violentos y dolorosos, víctimas de abuso sexual, violencia física, maltrato infantil, para ello el Trabajo Social se basa en una serie de objetivos como lo señala Hernández & Gutiérrez (2014):

B) Estudio, fase en la que se recoge información sobre el cliente y su medio, a través de una historia social que, permite conocer los antecedentes del individuo en relación a su familia y a sí mismo, como influencia en las circunstancias actuales, además este documento permite realizar un diagnóstico social y un seguimiento constante al cliente; esta historia contiene el componente sociodemográfico, la composición familiar del cliente migrante, identificando sus tipologías familiares inquietudes y necesidades identificando sus tipologías familiares (Fernández, 2014). C) Diagnóstico, en esta fase se examina la realidad concreta anteriormente descubierta identificando causas, consecuencias y recursos tanto internos como externos para plantear estrategias de acción en la intervención. (Clase Trabajo Social individual y familiar, 2017, Fundación Universitaria Juan de Castellanos). En esta fase el Trabajo Social debe realizar un informe social en donde se enfatiza la valoración del cliente y el dictamen de la actuación profesional en consonancia con redes de apoyo (Citado en Moix, 2006). D) Tratamiento, en el cual se ejecutan las estrategias de acción por parte del Trabajador Social y debe existir una aceptación por parte del cliente migrante, ante la planeación del Trabajador Social. . (Clase Trabajo Social individual y familiar, 2017, Fundación Universitaria Juan de Castellanos) A partir de lo anterior las estrategias de acción por parte del Trabajador Social podrían radicar en la reivindicación de los derechos humanos de los migrantes, a través de la cancillería Colombiana, también se podría plantear la integración de los migrantes a políticas públicas que les permitan incluirse dentro de la sociedad receptora y recibir también una atención primaria en salud. Para ello el Trabajador Social debe conocer todo la normatividad actual de los migrantes que lleguen a Colombia y deben luchar por la eliminación de cualquier tipo de estereotipo hacía esa población

Esta propuesta incluye el modelo de intervención en crisis que desde Fernández (2014) se define como:

La intervención en crisis es un método de ayuda dirigido apoyar a una persona y/o familia o grupo para que puedan afrontar un suceso traumático de modo que la probabilidad de efectos negativos (daño físico y psicológico, estigmas emocionales) se aminoren e incrementen la posibilidad de crecimiento, de nuevas habilidades, opciones y perspectivas vitales (p. 313).

Desde Trabajo Social la intervención en crisis se desarrolla de manera directa sobre el individuo para ayuda a la persona a conseguir de nuevo un estado emocional equilibrado y que a su vez pueda fomentar capacidades y aptitudes para afrontar su situación actual. Este modelo se basa en el contrato con el fin de proporcionar herramientas al individuo para que salga de la situación de crisis, lo cual puede durar entre 4 - 6 semanas, con la caracterización de que el individuo al encontrarse en vulnerabilidad será más propenso a aceptar la ayuda del Trabajador Social, porqué en ese momento necesitará sentirse escuchado y apoyado. Este modelo se centra principalmente en el yo, pero también acoge los vínculos sociales como la familia en los que se encuentra inmerso (Fernández, 2014).

Ante esta necesidad el Trabajador Social debe desarrollar una postura ética parcial, una serie de habilidades sociales como la empatía y a su vez “facilitar el descubrimiento de las capacidades y el desarrollo de habilidades que les permitan al individuo hacer frente a los desafíos y problemas que les plantea la vida” (Fernández, 2014, p. 316). Por último el Trabajador Social debe ayudar al cliente a desarrollar la resiliencia que según la RAE se define como “capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente” y la asertividad definida también por la RAE “El concepto de asertividad suele definirse como un comportamiento comunicacional en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos”. Si bien es cierto que los migrantes venezolanos que llegaron a la ciudad, han tenido un cambio drástico al adaptarse debido a las condiciones climáticas, la economía, las relaciones sociales y la falta de apoyo concreto por parte de entidades gubernamentales; por ello ante esta situación el trabajador social debe asumir un rol específico desde un enfoque intercultural y de derechos humanos con una mirada resiliente en donde aporte una revitalización de las capacidades y potencialidades de los individuos migrantes, brinda los recursos necesarios para que el individuo pueda superar situaciones dramáticas (Anleu. 2016).

Referencias

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