Artículo 5
LA PREVENCIÓN DE CONFLICTOS ESTUDIANTILES EN EL CONTEXTO ESCOLAR
PREVENTING STUDENT CONFLICTS IN THE SCHOOL CONTEXT
LA PREVENCIÓN DE CONFLICTOS ESTUDIANTILES EN EL CONTEXTO ESCOLAR
Revista Electrónica Desafíos Educativos, vol. 1, núm. 1, 2017
Centro de Investigación e Innovación Educativa del Sistema Educativo Valladolid
Resumen: En el ámbito escolar aumentan los conflictos entre los estudiantes, sin que exista una unidad de criterios entre los docentes acerca de cómo afrontar este complejo tema. En este artículo se realiza un acercamiento teórico – práctico a la prevención de conflictos; con el objetivo de actualizar a los docentes en relación con esta cuestión y proponer algunas acciones que pueden desarrollarse en las escuelas para evitar la generación de situaciones favorecedoras de conflictos. Se plantean, además, algunos consejos acerca de cómo prevenir los conflictos en las clases.
Palabras clave: Prevención, conflicto estudiantil, contexto escolar.
Abstract: In schools increase conflicts between students, without which there is a unit of criteria among teachers about how to deal with this complex issue. This article is a theoretical approach - practical prevention of conflicts; with the goal of upgrading to the teachers in relation to this issue and propose some actions that can be developed in schools to prevent the generation of situations conducive to conflict. There are also some tips on how to prevent conflicts in classes.
Keywords: prevention, student conflict, school context.
Introducción
A lo largo de la historia las escuelas han sido concebidas como espacios comunitarios donde se ponderan los valores, el sentido de pertenencia a una cultura y el desarrollo integral de la personalidad de los estudiantes. Por lo que estas instituciones educativas, generalmente, han constituido verdaderas fortalezas de ética y moral.
Sin embargo, en pleno Siglo XXI, se sostienen argumentos relacionados con la desescolarización de la sociedad, (Goodman, 1976; Caldwell, 1977; Illich, 2011) consistentes en que las escuelas reproducen los conflictos que se viven en las comunidades, en lugar de prevenirlos. A lo anterior se suma el planteamiento de algunos docentes en relación con que los estudiantes “son violentos”; si bien es una realidad que no todos los estudiantes son violentos; es cierto el hecho de que existe una tendencia a no pensar en las consecuencias de los actos, a lo que se suma la confusión de límites como resultado de la sobreprotección familiar, la tolerancia social y las brechas en los estilos educativos, todo lo cual ha generado diferentes conflictos entre los estudiantes en las escuelas.
En este artículo se realiza un acercamiento teórico – práctico a la prevención de conflictos entre los estudiantes, como una vía para actualizar al personal docente acerca de este tema, así como intercambiar algunas de las acciones educativas que pueden evitar la generación de situaciones favorecedoras de conflictos entre los estudiantes en el contexto escolar.
1. Un acercamiento teórico a la definición del concepto conflicto estudiantil
En el ámbito escolar ha existido mucha confusión en relación con la definición del concepto conflicto estudiantil; en muchos casos se ha considerado como un proceso que ocurre normalmente entre los estudiantes, y que es importante para dinamizar las relaciones entre estos; en otros se asumen como las contradicciones y diferencias corrientes que se originan en las escuelas; también se valora como una forma o mecanismo para la obtención de unidad de criterios.
Sin embargo, la compleja realidad que se vive en muchas escuelas mexicanas, incluso primarias, señala que como educadores debemos tener una magnitud más exacta de este fenómeno y no definirlo de manera simple, asociándolo con las normales interrelaciones personales o la diversidad de modos de actuación que manifiestan los estudiantes.
Al respecto el autor coincide con Picard, Cheryl A. (2002) quien planteó que es importante dejar claro que el conflicto surge cuando las acciones de una de las partes afectan a la otra, sino se está en presencia de diferencias de motivos, de intereses, de valores, de metas; entre grupos, personas, instituciones, y no un conflicto. Por lo que un conflicto estudiantil se crea cuando cierto o ciertos estudiantes generan situaciones o manifiestan un modo de actuación que afecta el normal desarrollo de la actividad y la comunicación de uno o varios de sus compañeros; por lo que generalmente esta tipología de conflicto constituye un momento crítico de las interrelaciones personales entre los estudiantes.
En la educación escolar contemporánea es necesario considerar a los conflictos como un componente negativo que afecta las relaciones personales, el aprendizaje, los motivos e intereses del estudiantado. Este punto de vista incluye los conflictos que propician la agresividad y las diferentes manifestaciones de violencia, incluso la autoagresión. De ahí la importancia de que los educadores sean capaces de diferenciar las contradicciones normales que pueden surgir entre los estudiantes; de aquellos conflictos de carácter destructivo que pueden dañar la convivencia y la salud en el ámbito escolar.
A partir de este punto de vista los conflictos entre los estudiantes pueden ser:
Intrapersonales, si se originan en un estudiante.
Intragrupales, si se originan en un grupo de estudiantes.
Interpersonales, se originan en dos o más estudiantes.
Intergrupales, se originan en dos o más grupos de estudiantes.
El conflicto estudiantil ha sido estudiado desde las perspectivas de varias ramas de la ciencia entre ellas:
La Genética: que los centra en las posibles potencialidades heredables, incluyendo el carácter; sin embargo, los recientes estudios del genoma humano indican que si bien no se deben desechar estas potencialidades, resulta innegable la influencia del contexto para su expresión en el modo de actuación personal de los estudiantes.
La Psicológica: ubica a los conflictos en las dimensiones motivacional-afectiva; cognitiva-instrumental y ética-valorativa de la personalidad; incluyendo la metacognición, el autoconcepto y la autoestima; plantea instrumentos para su diagnóstico y solución.
La Sociológica: parte del estudio de los conflictos desde la influencia de los diferentes actores sociales en la personalidad de los estudiantes; incluyendo la familia.
La Pedagogía: estudia el origen de los conflictos estudiantiles en el contexto escolar, familiar y comunitario, expresa estrategias de solución y prevención.
La Didáctica: estudia los conflictos en el proceso de enseñanza – aprendizaje, especialmente en las diferentes formas de organización de este, en especial en las clases.
Es importante puntualizar la importancia de la prevención de los conflictos estudiantiles ya que una vez originados pueden prolongarse en el tiempo como resultado de prejuicios y la falta de comunicación. En estos casos resulta imprescindible la participación de toda la comunidad educativa escolar con acciones educativas conjuntas para abolir esta compleja manifestación del contexto escolar.
2. Algunas de las causas que generan los conflictos entre los estudiantes en el contexto escolar
Los conflictos estudiantiles se producen por diferentes causas las que pueden ser conscientes o inconscientes e internas y externas al ámbito escolar.
Además de las ya mencionadas en relación con la tendencia a no pensar en las consecuencias de los actos, la confusión de límites como resultado de la sobreprotección familiar, la tolerancia social y las brechas en los estilos educativos de los docentes.
Se pueden señalar las siguientes:
Insuficiente infraestructura escolar lo que provoca un elevado número de estudiantes por aula (40 o más estudiantes); cuando lo óptimo son unos 20. Existen muchas aulas en las que la falta de espacios y la poca ambientación afecta las relaciones interpersonales entre los estudiantes;
La opinión de determinados docentes de que el conflicto estudiantil es un proceso inevitable que se manifiesta normalmente en el ámbito escolar, y que potencia el desarrollo, tanto personal como grupal. En estos casos se confunde el conflicto con la diversidad de opiniones y modos de actuación de los estudiantes; por lo que no se toman acciones educativas para prevenir que las diferencias y las contradicciones se transformen en conflictos generadores de violencia, que pueden afectar a uno o varios estudiantes;
La falta de tiempo, la escasez de recursos y estímulos para que los maestros prevengan o manejen los conflictos estudiantiles de manera científica, coordinada y constructiva;
La docencia tradicional en la que el docente es quien enseña y los estudiantes solo deben recibir las informaciones preelaboradas; en estos casos no se potencia el trabajo colectivo, las relaciones personales, la coevaluación, la participación activa y la comunicación entre los estudiantes;
Clases de baja calidad, generalmente en estas clases los estudiantes aprenden muy poco, no les resultan interesantes y se entretienen en otras cuestiones personales;
Situaciones de competencia entre los estudiantes. (por plazas, espacios, tiempos, recursos, reconocimientos, participación, distribución de roles, conocimientos, creencias, valores, intereses o deseos);
La falta de comunicación docente-estudiante; estudiante-estudiante; docente-familia; estudiante-familia;
Situaciones de marginalidad y discriminación, que provocan el rechazo, la carencia de afecto, de reconocimiento, así como el irrespeto a las diferencias;
Por la violación de normas establecidas en el seno del grupo y la incapacidad de autorregulación de algunos estudiantes; así como las dificultades para ponerse en el lugar del otro ante una situación determinada;
El estado de salud, como consecuencia los estudiantes que presenten algún padecimiento pueden manifestar falta de concentración y comunicación o incluso reaccionar violentamente ante sus compañeros;
La falta de ética profesional de algunos docentes, cuando no brindan el apoyo necesario, ni aplican las acciones educativas básicas, para prevenir los conflictos estudiantiles.
3. La prevención de conflictos estudiantiles en el contexto escolar
Como se puede valorar, resulta más importante prevenir los conflictos estudiantiles que solucionarlos, ya que una vez desatados estos, es muy difícil volver a tener, un ambiente de empatía, comunicación y solidaridad en el contexto escolar.
Entre las acciones que se pueden poner en práctica en las escuelas para prevenir la manifestación de posibles conflictos estudiantiles se encuentran:
Destacar el papel del ejemplo personal del docente; cuando se trata de prevenir conflictos, lo que hace el maestro(a) o profesor(a); es tan importante como lo que dice;
Diagnosticar los elementos del entorno social donde viven los estudiantes, así como caracterizar la influencia que reciben del marco comunitario donde se encuentre enclavada la escuela;
Elaborar el reglamento escolar de cada escuela, de acuerdo con el encargo social que se le tiene asignada, su fin y objetivos a cumplir; en su aprobación deben participar todos los estudiantes;
Desarrollar una efectiva comunicación; la educación es intercambio de cultura, es un proceso multilateral, no un monólogo, por lo tanto, es importante escuchar y ser escuchado. Además, se debe tener presente que las palabras, no son solo su significado, sino que incluyen, además, el tono con que se dicen y cómo se escuchan. Muchas veces en lugar de llamar la atención, y trasmitir un mensaje adecuado, lo que se hace es regañar y acrecentar el conflicto;
Crear un ambiente de proximidad, empatía y participación. Se deben trabajar coordinadamente entre los docentes los elementos afectivos de la relación docente-estudiante; estudiante-estudiante, así como el vínculo con la familia y la comunidad;
Cuidar la justicia escolar, es decir, reaccionar de igual manera ante la misma situación, aunque se trate de estudiantes diferentes; así como evaluar con justeza el aprendizaje y el desarrollo personal;
Estimular la curiosidad, el estudiante debe percibir que el contenido de aprendizaje le va a ser de utilidad para toda su vida, debe despertar las emociones, sentimientos y valores;
Facilitar y acompañar la participación de todos y cada uno de los estudiantes en el proceso educativo, a partir de un aprendizaje significativo y cooperativo, lo que favorece el conocimiento mutuo, la solidaridad y el apoyo grupal para solucionar las dificultades y desarrollar las potencialidades;
Emplear los estudios de casos, los intercambios de roles, la negociación, las reuniones de padres y las escuelas de educación familiar; como premisas y métodos para fortalecer la prevención de conflictos estudiantiles;
Atender el programa de salud escolar, para mejorar la autoestima, la inclusión y el respeto a las diferencias;
Fortalecer el papel de las organizaciones estudiantiles en función de la labor preventiva, incluyendo su capacitación;
Utilizar materiales audiovisuales y bibliográficos para la prevención de los conflictos estudiantiles.
3.1. Algunos consejos para prevenir los conflictos estudiantiles que se puedan presentar en las clases
La prevención de conflictos estudiantiles en las clases demanda de una transformación de estas imprescindibles formas de organización del proceso de enseñanza – aprendizaje, donde se favorezca el sistema de actividad y comunicación entre los estudiantes y se atiendan diferenciadamente las problemáticas existentes; para ello resultan importante estos consejos, los que cada docente puede poner en práctica teniendo en cuenta su contexto específico y su creatividad:
Actualícese constantemente y domine el contenido a impartir en las clases, lo que evita el estereotipo bastante generalizado de repetir años tras años el mismo contenido a diferentes generaciones de estudiantes;
Nunca pierda su autoridad, recuerde que a los estudiantes les divierte poner a prueba la autoridad;
Siempre mantenga la calma, la ética, la profesionalidad y evite enfrentamientos directos entre los estudiantes;
Atienda las necesidades y potencialidades de cada estudiante, a partir, de la utilización científica del diagnóstico aplicado;
Fomente, en todo momento, el saludo mutuo, la cortesía, la solidaridad, el clima favorable, la actitud amistosa, la empatía; para lo cual es imprescindible conocer desde el nombre y apellidos de cada estudiante; hasta sus más altas expectativas o sus más complejas necesidades; todo lo anterior contribuye a elevar el sentido de pertenencia al grupo y el compromiso con sus educadores;
Evite, en las clases, el exceso de información y de tareas por encima de las posibilidades de los estudiantes;
No se implique personalmente en las situaciones que pueden generar un conflicto;
Haga comentarios cortos y directos: sin críticas ni amenazas. No se refiera a conflictos anteriores;
Cuando sea necesario realizar un señalamiento a un estudiante trate de hacerlo siempre con respeto y de manera personal, no frente a sus compañeros de clases;
Enfoque la situación que puede generar el conflicto hacia el problema y no hacia el estudiante;
Evite las comparaciones entre los estudiantes, todos son diferentes;
Siempre negocie, se obtienen mejores resultados que con los largos discursos;
Escuche atentamente a cada estudiante, rectifique los errores con amabilidad, con un tono de voz y un lenguaje corporal adecuados; estimule siempre los avances y logros obtenidos; así como reconozca a los más destacados.
Solicite que hagan sus demandas de acuerdo con normas preestablecidas y aprobadas por los estudiantes;
Valore y destaque las actitudes positivas;
Siempre converse con los estudiantes, gánese su confianza y su compromiso;
La clase no termina en el aula o salón de clase, sino que continúa en la casa o en la comunidad, por lo que se deben prevenir los conflictos, desde todo el sistema de relaciones que rodea al estudiante.
Conclusiones
A partir del contenido de este artículo se puede valorar la importancia de que los docentes sean capaces de diferenciar las normales situaciones de diferencias y contradicciones escolares; con aquellas que generan un conflicto estudiantil; las primeras pueden potencian el desarrollo personal y grupal; las segundas ocasionan daños que logran afectar de por vida la personalidad de uno o varios estudiantes.
Por lo que se puede concluir que los conflictos estudiantiles no son inevitables, en la medida que los docentes realicen un adecuado diagnóstico, si en las escuelas se brindan oportunidades para la participación grupal, y si colabora activamente la familia y la comunidad en el trabajo educativo para limitar aquellas situaciones o manifestaciones que pueden desencadenar un conflicto estudiantil.
Por lo que ante determinadas situaciones, modos de actuación o manifestaciones que puedan generar un conflicto estudiantil es necesario actuar con ética y prontitud; de ahí la necesidad de que los docentes estén capacitados y preparados para poner en práctica las acciones educativas necesarias con el objetivo de prevenir los conflictos estudiantiles y potenciar el desarrollo integral de la personalidad de todos y cada uno de los estudiantes.
Referencias Bibliográficas
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Gooman, P. (1976). La nueva reforma. Barcelona. España. Editorial Kairós.
Ilich, I. (2011). La sociedad desescolarizada. Buenos Aires. Argentina. Ediciones Godot.
Ovejero, A. (1989). Psicología social de la educación. Barcelona, Editorial Herde.
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