LAS LENGUAS EXTRANJERAS O DE INMIGRACIÓN HABLADAS EN PARAGUAY. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN
LAS LENGUAS EXTRANJERAS O DE INMIGRACIÓN HABLADAS EN PARAGUAY. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN
Revista Estudios Paraguayos, vol. 37, núm. 2, 2019
Universidad Católica "Nuestra Señora de la Asunción"
Resumen: El presente artículo ofrece un estado general de las lenguas extranjeras o de inmigración habladas actualmente en Paraguay, con base en datos recabados por la Secretaría de Políticas Lingüísticas, entre otras instituciones y personas. En el país se hablan actualmente alemán, árabe, chino mandarín, coreano, francés, hebreo, inglés, italiano, japonés, portugués, ruso y taiwanés, además de guaraní, castellano y 20 lenguas indígenas. La inmigración ha tenido un impacto cultural, económico y lingüístico en Paraguay, sobre todo en las últimas décadas. Paulatinamente, el bilingüismo tradicional guaraní-castellano se va matizando con otras lenguas provenientes del extranjero, que han adquirido visibilidad en los últimos tiempos, sobre todo en zonas de frontera; las dos lenguas más habladas, detrás del guaraní y castellano, son el portugués y el alemán, pertenecientes a las colonias de inmigrantes más numerosas del país; según estimaciones recientes, la población nacional actual está compuesta en un 8 % por inmigrantes no hispánicos y sus descendientes, asentados en localidades fundadas por ellos mismos.
Palabras clave: lengua de inmigración, lengua extranjera, bilingüismo, multilingüismo, influencia lingüística.
Abstract: This article offers a general status of foreign or immigration languages currently spoken in Paraguay, based on data collected by the Secretariat of Linguistic Policies, among other institutions and individuals. The country currently speaks German, Arabic, Mandarin Chinese, Korean, French, Hebrew, English, Italian, Japanese, Portuguese, Russian and Taiwanese, as well as Guarani, Spanish and 20 indigenous languages. Immigration has had a cultural, economic and linguistic impact in Paraguay, especially in recent decades. Gradually, traditional Guaraní-Castilian bilingualism is becoming more qualified with other languages from abroad, which have gained visibility in recent times, especially in border areas; the two most spoken languages, behind Guaraní and Spanish, are Portuguese and German, belonging to the most numerous immigrant colonies in the country; According to recent estimates, the current national population is composed of 8% of non-Hispanic immigrants and their descendants, based in localities founded by themselves.
Keywords: immigration language, foreign language, bilingualism, multilingualism, linguistic influence.
LAS LENGUAS EXTRANJERAS O DE INMIGRACIÓN HABLADAS EN PARAGUAY. UN ESTADO DE LA CUESTIÓN
1. Una reseña de la inmigración en Paraguay
Tras una guerra internacional librada contra Argentina, Brasil y Uruguay (1864 – 1870), en la que el Paraguay acababa de perder casi toda su población e infraestructura, este país llamaba por primera vez a la inmigración extranjera, de forma planificada y estimulando la migración individual, sobre todo a los de origen europeo, para repoblar el territorio y levantar una economía devastada por la contienda. En efecto, desde 1872, año en que se crea por ley la Oficina de inmigración, en Asunción, se sucede una serie de medidas para atraer y reglamentar la entrada de los extranjeros al país, con fines de radicación definitiva.
La Ley de inmigración y colonización de 1881 daba extensas facilidades a las familias extranjeras para este fin, como en la compra de tierras, hasta con diez años de gracia por impuestos, alojamiento y manutención gratuitos en los primeros meses tras el arribo, pasajes cubiertos desde la salida del país de origen hasta llegar a la colonia de destino, entre otras ventajas; incluso se promulgó, en 1895, una ley de amnistía para los migrantes reos o procesados por causas políticas en el país. Sin embargo, todas estas disposiciones, enmarcadas dentro de la misma Constitución de 1870, no lograron atraer los flujos importantes de inmigrantes como se esperaba, sino que, por el contrario, promovieron el ingreso de pocas empresas extranjeras al país que, hacia inicios del siglo XX, se adueñaron de grandes cantidades de tierra a muy bajo costo, creándose, de este modo, un régimen de latifundio que concentró el 40 % del territorio total del Paraguay en manos de solo 32 empresas de capital extranjero (Palau Viladesau et. al., 2016: p.19; Rojas Villagra, 2014: p.44; Organización Internacional para las Migraciones, 2011: p.11; Fischer et. al., 1997: p.6, 25-29, 31).
Al par que operaban estos grandes inversionistas para adquirir la mayor cantidad posible de terreno y extraer los recursos naturales disponibles, había otro flujo de inmigrantes, escaso pero constante, que llegaba al Paraguay para cultivar la tierra y arraigarse en ella. Estos grupos estaban compuestos de familias de diversas nacionalidades, como italianos, alemanes, franceses, ingleses, australianos, españoles, rusos, suizos, checos, austríacos, polacos, también argentinos, brasileros, uruguayos, canadienses, estadounidenses, mexicanos, bolivianos, etcétera. Y con el avance del siglo XX se han ido sumando los asiáticos, especialmente japoneses, coreanos, chinos, sirios, libaneses, entre otros. Muchos de estos grupos o individuos se fueron asimilando a la población paraguaya general, mientras que otros, más importantes en número y organización, como los menonitas, brasileños o japoneses, fundaron pueblos y ciudades donde hasta hoy viven con sus descendientes, con predominancia de sus lenguas, culturas e incluso monedas, así como de sus prácticas y modalidades productivas y comerciales. Incluso en el urbanismo de sus ciudades estos colonos han mantenido un estilo propio, muy diferente al del resto de las poblaciones tradicionales del país (Organización Internacional para las Migraciones, 2011: p.13, 27).
Por razones de peso demográfico y sociolingüístico, nos ocuparemos de contextualizar socioeconómicamente, de forma muy sucinta, las colonias fundadas por los inmigrantes brasileños y menonitas, cuyas lenguas, el portugués y el alemán, a pesar de registrarse sin considerar las informaciones sociolingüísticas estándares, aparecen como las más habladas en el país en los censos nacionales disponibles, detrás de las oficiales, el guaraní y el castellano.
1.1. Los alemanes y los menonitas
La inmigración alemana al Paraguay en mayor escala comenzó hacia la segunda mitad del siglo XIX, mucho antes de la llegada de los primeros menonitas al país. Fue como parte de una migración de considerable volumen que se dio desde Alemania hacia América Latina, motivada en el país de origen por una crisis agraria y pauperización de la población y en los países de destino, por la baja densidad poblacional y una política positivista que fomentaba la inmigración europea a estas tierras (Potthast, 2016: p.22). Los aportes de la comunidad alemana en el país han sido constantes en diversos campos como la historia, la investigación científica, la producción agropecuaria, industrial, la educación, la comunicación, etc. Recordemos que una de las primeras crónicas sobre la historia del Paraguay es obra del alemán Ulrich Schmidl (1510-1580/81) (Instituto Cultural Paraguayo-Alemán, 2016: p.7). Para finales del siglo XIX muchos alemanes llegaron a instalarse en Paraguay fundando pueblos, como San Bernardino y Nueva Germania. En la actualidad, la población estimada de alemanes y sus descendientes en Paraguay está calculada en unas 150.000 personas, según la propia Embajada del país europeo (Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica, Secretaría de Políticas Lingüísticas, 2018: p.20; Warkentin, 2016: p.34; Abc Color, 18.09.11;).
Hacia finales de 1920, se suma a la colectividad alemana la inmigración menonita proveniente de diversos puntos geográficos, como Canadá, Europa Oriental y Rusia; estos grupos, en mayoría, son germano-parlantes, y con el tiempo fueron tomando protagonismo hasta representar globalmente al colectivo (Potthast, 2016: p.26). Los menonitas o anabautistas (del griego ana ‘otra vez’, y bautismo, ‘bautizar otra vez’) conforman una comunidad cristiana nacida en Zúrich, Suiza, en 1525, liderado por el pastor pacifista Menno Simons (1496 – 1561). Hacia mediados del siglo XVI comenzaron a migrar a Prusia; desde allí a Rusia, y cuando en ese país cambiaron algunas cuestiones políticas consideradas por los líderes religiosos como incompatibles con su fe (como el servicio militar obligatorio), migraron a Estados Unidos y Canadá, en busca de mayores libertades. De nuevo, cuando en Canadá cambiaron las reglas, como la introducción del inglés en la educación escolar, un grupo grande de menonitas decidió migrar a México y una parte de él, al Paraguay. De Estados Unidos y Canadá –y más tarde de China, adonde huyeron también algunos grupos de Rusia– llegaron los primeros menonitas al Paraguay en 1927. Después de la Segunda Guerra Mundial lo hicieron varios más de Rusia, y también de México, hacia finales de la década de 1960 (Ratzlaff, 2006: p.22-23, 105, 119, 120-121, 153, 179).
Estos grupos, considerados una etnia en la percepción popular, fundaron 17 ciudades en Paraguay. En la región Occidental, centro del Chaco, departamento de Boquerón, levantaron Menno (1927, en homenaje a su fundador Menno Simons), Fernheim (‘Hogar Lejano’, 1930), Neuland (‘Nueva Tierra’, 1947).
En la región Oriental, departamento de San Pedro, colonias Friesland (‘Tierra Amiga’, 1937, homónima de la provincia de Frisia o Friesland, Holanda), Volendam (‘Presa Rellenada’, 1947, homónima de un puerto de Holanda), Río Verde (1969), Manitoba (1983).
En Caaguazú, Sommerfeld (‘Prado Veraniego’, 1948), Bergthal (‘Valle Montañés’, 1948), Luz y Esperanza (1967), Tres Palmas (1970), Florida (1976).
En Misiones, Reinfeld (‘Campo Puro’, 1966, homónima de una ciudad del estado alemán de Schleswig-Holstein).
En Canindeyú, Agua Azul (1969), Nueva Durango (1978).
En Concepción, Santa Clara (1972).
En Itapúa, La Montaña (1982).
Como puede verse, los primeros pueblos fundados por los religiosos tenían nombres en su lengua de origen, lo que comienza a cambiar a partir de 1966, desde cuando las fundaciones que se sucedieron llevan nombres en castellano, junto con homónimos como Manitoba, en Canadá, y Durango, en México (Actualidad Viajes, 2018; Asociación de Colonias Mennonitas del Paraguay, 2012: p.8; Ratzlaff, 2006: p.55; 163, 179-180; Hernández Medina, 2004: p.16).
Aparte de los menonitas germano-parlantes, que hablan una variedad del alemán, el plautdietsch, también hay fieles no inmigrados en el país, los paraguayos «criollos», los «brasiguayos» e indígenas de distintas parcialidades, que han entrado a la iglesia menonita a través de los trabajos misioneros desplegados por los inmigrantes. Asimismo, integran la colectividad menonitas de habla inglesa, llegados de América del Norte, como ya se señala más arriba. En la actualidad, en las iglesias y misiones religiosas se hablan por lo menos ocho lenguas: castellano, guaraní, alemán, plautdietsch, enlhet o lengua, nivaclé, portugués e inglés. Los menonitas en Paraguay sumaban hacia el año 2005 unas 30.000 personas (Ratzlaff, 2006: p.10-11, 179-180, 185-192, 223).
1.2. Los brasileños
El emprendimiento conocido como la «marcha hacia el este» en Paraguay, impulsado por el gobierno del general Alfredo Stroessner (1954 – 1989), tuvo como hitos algunos hechos que se sucedieron a partir de la década de 1950 y terminaron cambiando completamente la dinámica del país. Sin duda, son ellos la fundación misma de Puerto Presidente Stroessner, hoy Ciudad del Este, junto a la triple frontera (1957), una ruta internacional para unir la capital con la nueva ciudad fronteriza, el Puente de la Amistad sobre el río Paraná entre Ciudad del Este y Foz de Iguazú (1956) y, finalmente, la represa hidroeléctrica binacional Itaipú (1973), sobre el mismo río. Todos estos hechos fueron pilares para el inicio y consolidación de una integración que pretendía ser completa con el vecino país, incluyendo la energética, y que culminaría con la colonización masiva de la zona por los inmigrantes brasileños, unas décadas más tarde (Palau Viladesau et. al., 2016: p.24-25; Museo Virtual de la Memoria y Verdad sobre el Stronismo, 2011).
El origen de los colonos brasileños o «brasiguayos» que hoy viven en Paraguay se puede rastrear en la corriente migratoria que se registró de Alemania al Brasil entre los años 1820 y 1860, ya referida arriba. Este contingente de inmigrantes se instaló principalmente en el sur del vecino país y también en Chile, como destinos preferidos. Tras varios años de vivir en las serranías de Río Grande do Sul, la segunda o tercera generación de estos colonos comenzaron a llegar al Paraguay desde la década de los 60 del siglo XX, en busca de mejores condiciones de vida, fundamentalmente de más y mejores tierras para cultivar (Gallas, 2016: p.36, 38; Potthast, 2016: p.22-23; Martínez Cuevas, 2014: p.7).
Los mayores contingentes de inmigrantes llegaron al país en la década de 1970 y se instalaron en los departamentos colindantes con el Brasil, principalmente Alto Paraná y Canindeyú, que desde los tiempos de la posguerra de 1870 fueron enclave de los más grandes latifundios de explotación de madera y yerba mate en el país, y de la ganadería más tarde. Recordemos que la madera y la yerba mate eran productos extraídos de las selvas vírgenes, en estado natural, lo que en la práctica significaba que gran parte de esas tierras no estaba cultivada hasta los tiempos de ingreso de los inmigrantes (Palau Viladesau et. al., 2016: p.20, 22; Servicio Pastoral de los Migrantes, 1994: p.17).
En síntesis, todo parece indicar que el emprendimiento de la colonización en el este no fue el resultado de una planificación controlada por el Estado, como lo explica uno de nuestros autores citados, Palau Viladesau et. al. (2016: p.22): «En este sentido, es posible decir que la colonización del Eje Este no es tanto el resultado de una prioridad en la planificación de las acciones del Estado, como de la presión por la tierra y su canalización política».
En general, el proceso de colonización llevado a cabo por los inmigrantes brasileños en el este del país es un fenómeno de alta complejidad y conflictividad, que ha sido materia recurrente de la sociología, de investigaciones internacionales de entidades oficiales de otros países o de medios masivos de comunicación de la región, en temas como la distribución desigual de la tierra, la inseguridad ciudadana, el desplazamiento de los pequeños productores y de pueblos indígenas de los centros de producción, la cuestión de la contaminación ambiental por agrotóxicos, la deforestación, el narcotráfico vinculado con la política, contrabando, tráfico de armas, lavado de dinero y terrorismo internacional (Grupo Banco Mundial, 2018; diario Última Hora, 03.09.18; Unidad de Información Financiera de la República Argentina, 2018; agencia EFE, 08.09.18; Feliú, 2017; diario Hoy, 15.04.14; Martínez Cuevas, 2014; Abente-Brun, 2012; González Henott, 2012; Albuquerque,, 2009; Fogel et. al., 2005; Fogel, 2001).
Desde la década de 1970 los inmigrantes brasileños fundaron varias colonias nuevas o se asentaron en otras ya existentes, en varios departamentos del país. En el Alto Paraná son territorio de estos colonos Santa Rosa, Santa Rita, Naranjal, Los Cedrales, Troncal 4, Santa Fe (Troncal 1), Pikyry, San Alberto, San Francisco, San Ramón, Paraguasil. En Canindeyú, Katueté y Corpus Christi. En Caazapá, Tuparenda y Cantina Cué. En Concepción, colonia Yvy Ja’u, Nueva Esperanza, Bernardino Caballero. En Caaguazú, Barrio Balcón Ovetense, Nueva Brasilia, Santa Clara, Toledo. En Boquerón, Chaco, la ciudad de Filadelfia, constituida por las comunidades menonitas de habla alemana, es una localidad de gran presencia de los inmigrantes brasileños (Servicio Pastoral de los Migrantes, 1994: p.23-40).
1.3. El perfil y aporte de los inmigrantes
La mayoría de los inmigrantes llegados al Paraguay en los primeros años de la posguerra de 1870 tenía una profesión, y muy pronto se insertaron en el sistema productivo del país aportando importantes contribuciones en la agricultura, la industria y el comercio, además de en otros campos más difíciles de cuantificar, como la educación, los servicios espirituales a través de las iglesias, servicios públicos de salud o de caridad, como hospitales y centros de atención preferencial a los más necesitados, entre varios otros. A partir de la década de 1970 comienza a prevalecer la inmigración brasileña y, por esta superioridad numérica, se impone el perfil promedio de los mismos a todos los otros inmigrantes, aunque en grupos separados cada colectivo presente grandes diferencias. Desde esta perspectiva, la mitad de los inmigrantes actuales en Paraguay tiene menos de 6 años de estudios cursados, aunque grupos como los uruguayos o argentinos tengan más de 10 años de formación en un 82 % y 50 %, respectivamente. En cuanto a la prevalencia por sexo, hay un claro predominio de hombres sobre mujeres; en las edades predominan los grupos centrales de entre 15 y 59 años, lo que denota un carácter laboralmente activo de la mayoría de los residentes. Los inmigrantes brasileños están radicados en un 65 % en los departamentos del Alto Paraná y Canindeyú, así como en Itapúa, Caaguazú y Caazapá, generalmente en áreas rurales, y se dedican especialmente a actividades primarias, frente a los otros mencionados, con radicación preferente en áreas urbanas (Organización Internacional para las Migraciones, 2011: p.11-12, 30-32; Fischer et. al., 1997: p.15). Mientras que los menonitas, como ya se ha mencionado, se concentraron en el Chaco, donde se encuentran las colonias con mayor cantidad de población de estos inmigrantes, como Menno, Fernheim y Neuland (Ratzlaff, 2006: p.180).
1.4. Las lenguas de los inmigrantes más numerosos
La Constitución Nacional paraguaya vigente, de 1992, en su artículo 140, establece: «De los idiomas. El Paraguay es un país pluricultural y bilingüe. Son idiomas oficiales el castellano y el guaraní. La ley establecerá las modalidades de utilización de uno y otro. Las lenguas indígenas, así como las de otras minorías, forman parte del patrimonio cultural de la Nación».
En cumplimiento de este mandato, en 2010 se promulgó la Ley 4251/10 de Lenguas, que crea dos instituciones, una, la Secretaría de Políticas Lingüísticas, encargada de generar la política de Estado en materia de lenguas y de aplicar la misma ley (artículos 31º y 34º), y la otra, la Academia de la Lengua Guaraní, institución que atiende esta lengua.
La Ley de Lenguas establece amplias garantías y derechos lingüísticos a las comunidades de origen extranjero asentadas en el territorio nacional:
Art. 11º.- De los derechos lingüísticos colectivos comunitarios. Son derechos lingüísticos de las comunidades culturales diferenciadas:
1.- Ser reconocidas como miembros de una comunidad lingüística diferente.
2.- Mantener la lengua y cultura propias de su pueblo.
3.- Asociarse con otros miembros de su misma comunidad lingüística para la defensa y promoción de la lengua y la cultura propias.
4.- Recibir colaboración de los miembros de la comunidad nacional ante complicaciones transfronterizas. Ley 4251/10 de Lenguas.
Sobre la enseñanza de las lenguas extranjeras establece en uno de sus artículos: «Art. 6º.- De la enseñanza de lenguas extranjeras. El Estado promoverá la enseñanza de lenguas extranjeras, especialmente de aquellas que son lenguas oficiales de los Estados coasociados en Organizaciones supranacionales». Ley 4251/10 de Lenguas.
Según el Censo Nacional de Población y Viviendas (CNPV) del año 2002 (Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos, 2004: p.675)[2], de un total de 1.107.297 hogares registrados en el país, el guaraní es la lengua más hablada (653.600 hogares, 59 %), seguido del castellano (396.802 hogares, 35,8 %), el portugués (31.974 hogares, 2,8 %), el alemán (9.678 hogares, 0,8 %), idiomas indígenas (11.674 hogares, 1 %), otros idiomas (3.246 hogares, 0,2 %). Como se ve, las lenguas de inmigrantes más habladas, según este censo, son el portugués y el alemán, detrás de las lenguas oficiales, con un uso mayoritariamente rural: el portugués, en un 71 % y el alemán, 69 % (Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica, Secretaría de Políticas Lingüísticas, 2018). Sobre estos datos proveídos por el CNPV es necesario considerar algunas cuestiones sociolingüísticas que faltan. Como el relevamiento de los datos se realiza dentro de un censo general, es decir, no de uno lingüístico específico, no tenemos algunas informaciones sociolingüísticas sobre las comunidades de hablantes. Por ejemplo, en los registros no se diferencian variedades de las lenguas; se generaliza como hablantes de un único alemán tanto a los inmigrantes venidos de Alemania como a los menonitas, venidos de distintos países; lo mismo vale para el portugués. Asimismo, no podemos saber sobre cambio de lenguas: si los hogares censados como hablantes de alemán o portugués son todos inmigrantes, pues no se especifica si no hay hogares de paraguayos nativos que se hayan pasado al portugués o alemán, y viceversa.
A continuación, reproducimos unas figuras para ilustrar el uso del portugués y del alemán en los departamentos del país, publicadas en el material citado en los epígrafes.
Figura N°1: Hablantes del idioma portugués en Paraguay
Fuente: Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica, Secretaría de Políticas Lingüísticas (2018: 30).
Los departamentos Alto Paraná y Canindeyú concentran la mayor cantidad de brasileños en el país y, por tanto, de hablantes del portugués, en comparación con los demás departamentos; no obstante, se aprecia una proyección importante de la lengua hacia el centro de la región oriental, a zonas cada vez más alejadas de la frontera. Tal es así, que el portugués tiene presencia en los 17 departamentos del país, en más o menos cantidad de hablantes. En Alto Paraná se registran unos 16.486 hogares donde se usa el portugués, seguido de Canindeyú, con 7.766 hogares; asimismo, se registran más de mil casas de familia que hablan portugués en Caaguazú (1.649), Caazapá (1.140), Itapúa (1.771) y Amambay (1.516) (figura 1).
Figura N°2: Hablantes del idioma alemán en Paraguay
Fuente: Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica, Secretaría de Políticas Lingüísticas (2018: 30).
Por su parte, el alemán se concentra en el departamento de Boquerón, como zona de principal influencia, donde están asentadas las primeras colonias menonitas. En este departamento se registran 3.093 hogares hablantes del alemán, seguido de Itapúa, con 1.228 hogares; en San Pedro hay 1.143, en Caaguazú, 1.175. Al igual que el portugués, el alemán se habla en todo el país, en más o menos número, dependiendo de la zona (figura 2).
2. Más lenguas
En el reciente trabajo mencionado (Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica, Secretaría de Políticas Lingüísticas, 2018), el equipo realizó una investigación para relevar las lenguas extranjeras que se hablan actualmente en Paraguay, cruzando los datos recabados con los del Censo Nacional de Población y Viviendas. Para ello se valió de una encuesta que aplicó en las embajadas de los países cuyas lenguas oficiales son distintas al español, y tienen una sede en Asunción. Este sondeo reveló datos sociolingüísticos importantes, como la población de las comunidades de hablantes, los centros instructivo-culturales donde se enseñan las lenguas, evolución de las matrículas en estos centros, entre otros.
Tabla N°1: Resumen de los datos relevados en dicha publicación.
País Lengua hablada Población estimada Zona de influencia Enseñanza del idioma Estado de Israel. Hebreo y el árabe. … Asunción y Villarrica. Cursos de hebreo a nivel particular. Estado de Qatar. Árabe. 2 personas. Asunción. … Estados Unidos de América. Inglés americano. 10.000 personas. Asunción y ciudades del interior. Centro Cultural Paraguayo-Americano (CCPA) y varias instituciones. Federación de Rusia. Ruso. 500 personas. Asunción, departamentos Central e Itapúa. Asociación de Rusos y sus Descendientes en el Paraguay. Japón. Japonés. 10.000 personas. Asunción, departamentos Central, Cordillera, Paraguarí, Itapúa, Alto Paraná, Amambay. Centro Paraguayo Japonés y colegios. República de China – Taiwán. Chino mandarín, taiwanés. 3.500 personas. Asunción, Ciudad del Este, Pedro Juan Caballero, Encarnación. Colegios (Chiang Kai Shek y el Sun Yat-sen). República de Corea. Coreano. 6.000 personas. Asunción. Colegio Coreano, Centro Educativo Coreano. República Federal de Alemania. Alemán. 150.000 personas. Guairá, Itapúa. Instituto Cultural Paraguayo Alemán Goethe – Zentrum. República Federativa del Brasil. Portugués brasilero. 350.000 personas. Departamentos Central, Alto Paraná, Canindeyú, San Pedro, Amambay, Itapúa. Centro de Estudos Brasileiros (CEB). República Francesa. Francés. 2.500 personas. Asunción y algunas ciudades del interior. Alianza Francesa. República Italiana. Italiano. 12.872 personas. Asunción, Guairá, Pilar e Itapúa. Società Dante Alighieri. República Libanesa. Árabe. 5.000 a 10.000 personas. Asunción, Ciudad del Este, Encarnación y Pedro Juan Caballero. Centro Educacional Libanés del Paraguay. Importar tabla
Fuente: Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica, Secretaría de Políticas Lingüísticas (2018: p.18-22). Elaboración propia.
El estudio incluyó las embajadas de doce países acreditados en Paraguay, que son el Estado de Israel, Estado de Qatar, Estados Unidos de América, Federación de Rusia, Japón, República de China – Taiwán, República de Corea, República Federal de Alemania, República Federativa del Brasil, República Francesa, República Italiana y República Libanesa. De acuerdo con el informe, las lenguas extranjeras o de inmigración que se hablan actualmente en el país son doce: alemán, árabe, chino mandarín, coreano, francés, hebreo, inglés, italiano, japonés, portugués, ruso y taiwanés (tabla 1).
En Asunción se hablan las doce lenguas relevadas en el estudio.
En Itapúa se usan nueve de las lenguas estudiadas: alemán, árabe, chino mandarín, italiano, japonés, portugués, ruso y taiwanés.
En Alto Paraná y Amambay se hablan seis: alemán, árabe, chino mandarín, japonés, portugués y taiwanés.
En Central, cinco: alemán, italiano, japonés, portugués y ruso.
En Guairá, cinco: alemán, árabe, hebreo, italiano y portugués.
En Cordillera y Paraguarí, tres: alemán, japonés y portugués.
En Ñeembucú, dos: italiano y portugués.
En Alto Paraguay, Boquerón, Caaguazú, Caazapá, Canindeyú, Concepción, Misiones, Presidente Hayes y San Pedro se hablan portugués y alemán.
Conforme con estos datos, es notablemente mayor la cantidad de inmigrantes declarada por las respectivas embajadas, en comparación con la relevada por el Censo Nacional de Población y Viviendas. En total, la investigación registró unas 550.374 inmigrantes no hispánicos y sus descendientes viviendo en Paraguay, que no hablan el español o guaraní como primera lengua, contra 131.407 que registra el censo. Si se calcula el porcentaje que representan los 550.374 personas en la población paraguaya total, se llega a un 8,5 % de los 6.461.041 habitantes que registraba el Censo Nacional en 2012 (Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica, Secretaría de Políticas Lingüísticas, 2018: p.22, 36). Obviamente, si se incluyen todos los inmigrantes y sus descendientes que viven en el país, hispánicos y no hispánicos, el porcentaje poblacional de este sector en el total nacional sería mucho mayor.
Otra información que ha proveído la investigación referida es la cantidad de personas que estudian una lengua extranjera en el país. Según esta fuente, en el año 2016 había en Paraguay un total de 28.855 alumnos aprendiendo una lengua extranjera en los centros instructivo-culturales declarados por las embajadas. Estos entes, casi todos con sede en Asunción y en algunos casos con filiales en el interior, son el Anglo (Asociación Cultural Paraguayo-Británica), Centro Cultural Paraguayo-Americano, Centro Educacional Libanés del Paraguay, Alianza Francesa, Centro Cultural Paraguayo-Japonés, Instituto di Lingua Italiana Dante Alighieri, Centro Educativo Coreano del Paraguay, Instituto Cultural Paraguayo-Alemán, Centro de Estudios Brasileros y el Colegio Chiang Kai Shek.
En la distribución de las matrículas, el inglés norteamericano concentra un 74 %, que, sumado a las del inglés británico (8 %), ambos reúnen 82 % de los inscriptos para aprender una lengua extranjera en Paraguay. En tercer lugar se sitúa el francés (9 %), en cuarto, el alemán (3 %), y siguen las demás lenguas (portugués, japonés, italiano, coreano, árabe y chino mandarín) (figura 3).
Figura N°3: Lenguas extranjeras por matricula
Fuente y elaboración propias. Importar tabla
Fuente: Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica, Secretaría de Políticas Lingüísticas (2018: 23, 38).
3. Las lenguas extranjeras en las escuelas y colegios públicos[3]
Con la reforma educativa de 1956, que establecía los bachilleratos humanístico y comercial, se incorporó dentro del currículum educativo nacional la enseñanza de las lenguas extranjeras, esto es, inglés, francés y latín, con una carga horaria de seis horas semanales para cada una.
Dos décadas después, en el año 1973, entra en vigencia el Plan de Innovaciones Educativas, que divide el ciclo básico y bachillerato en tres años, respectivamente, manteniendo la orientación de humanístico y comercial, más la carga horaria de las lenguas extranjeras en seis horas semanales.
Bajo los influjos de la nueva Constitución nacional promulgada en 1992, se inició otra reforma de la educación, en busca de un mejoramiento del desempeño escolar de los jóvenes y de desarrollar la competitividad económica a nivel país. Dicho proyecto reorganizó los niveles del sistema educativo y extendió los años obligatorios de la educación escolar básica, reformó el currículo incluyendo ejes transversales como la familia, la democracia y el medio ambiente.
Dentro del proyecto de Reforma Joven, en el año 2002 se implementó, en su fase experimental, el Diseño Curricular Nacional, que duró hasta 2004. El plan contemplaba la creación del bachillerato científico, compuesto de materias como letras, artes, ciencias básicas y ciencias sociales, así como de las distintas especialidades de los bachilleratos técnicos. Dentro de este diseño se incorporaron los contenidos a ser desarrollados dentro de las cuatro habilidades de una lengua: escuchar, hablar, escribir y leer. Asimismo, se incorporó la reflexión metalingüística dentro del proceso de aprendizaje de las lenguas extranjeras. Fueron desarrollados y presentados los programas de portugués, inglés, alemán, francés e italiano, que contaron con la ayuda de los técnicos de la Dirección de Currículum del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), bajo los aportes de los representantes de cada embajada de los países hablantes de las lenguas mencionadas.
Desde el año 2012 se cuenta con el programa de estudios y un libro de texto para la enseñanza de la lengua japonesa, dirigido al Bachillerato Científico de la Educación Media. El método fue elaborado por voluntarios especialistas de la JICA y técnicos docentes de la Dirección de Currículum.
A partir del 2012 se inicia la incorporación paulatina del idioma inglés en el primer ciclo de las instituciones públicas de la Educación Escolar Básica (EEB). En la actualidad, unas 127 instituciones educativas continúan desarrollando este plan piloto, mientras sigue aumentando la oferta del inglés como lengua extranjera en diversas instituciones educativas de la Capital, Central, Cordillera, Ñeembucú y Misiones.
Desde 2013, la política de Estado en la materia se decanta hacia el inglés como lengua extranjera preferencial de enseñanza en todo el sistema educativo nacional, con la promulgación de la Ley 5031/13, que implementa el idioma inglés en la malla curricular de la educación pública, desde el Preescolar hasta el tercero de la Media.
Con este presupuesto, las estimaciones del MEC para el año 2019 era que la lengua inglesa se esté enseñando efectivamente desde el Preescolar, con un plantel mayor de docentes profesionalizados, en todas las instituciones de la EEB. En el marco de estas acciones, en el año 2015 el MEC firmaba un acuerdo con la Embajada de los Estados Unidos de América en Paraguay, para ofrecer becas de estudios y capacitación para docentes, estudiantes y líderes de distintas parcialidades indígenas, entre otros aportes, de modo a facilitar la implementación de la mencionada ley.
Según los informes del MEC, hoy día existen más de 13.000 docentes dedicados a la enseñanza del inglés, portugués, francés, alemán, coreano y japonés en los institutos de carácter oficial, subvencionado y privado del país. Para el 2018 el MEC no contaba con reportes oficiales de evaluación sobre la experiencia de enseñanza-aprendizaje de las lenguas extranjeras en su sistema.
4. Las lenguas extranjeras en la educación superior o universitaria
El Instituto Superior de Lenguas de Asunción, dependiente de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), es la institución oficial más antigua en ofertar carreras de grado en lenguas extranjeras. Aunque su propósito inicial, cuando se creó en 1965 bajo los auspicios del Gobierno de los Estados Unidos de América, era formar profesionales en lengua inglesa, con el tiempo ha venido incorporando otras lenguas extranjeras o de inmigración habladas en el país, y también el guaraní.
La licenciatura en francés se abrió en 1971, con los auspicios de la Embajada de Francia, y se ha mantenido hasta hoy, con regularidad.
La Licenciatura en Lengua Guaraní se creó en 1972, y tras algunos ajustes en su malla curricular en los últimos años, hoy se desarrolla la carrera con énfasis en educación intercultural bilingüe.
En 1985 se habilitó la Licenciatura en Lengua Alemana contando con los auspicios de la Embajada del país de origen en Paraguay; la oferta, igualmente, se mantiene hasta la actualidad.
Finalmente, en 2010, se creó la Licenciatura en Lengua Portuguesa, con lo cual la mayoría de las lenguas extranjeras o de inmigración más difundidas en el país quedaban representadas académicamente.
Según informaciones inéditas proveídas por el ISL a la Secretaría de Políticas Lingüísticas, desde su creación en 1965 hasta 2017, el instituto ha titulado a 848 licenciados en las tres lenguas extranjeras más estudiadas del país: inglés, francés y alemán. El portugués, la última carrera en crearse en 2010, para el 2017 tenía 16 alumnos con los créditos terminados, pero sin presentar aún las tesinas correspondientes (tabla 2).
Tabla N°2: Licenciados en lenguas extranjeras por el ISL - UNA
Carrera Año de creación Egresados 1965 - 2017 Cantidad total de egresados Cantidad por sexo Mujer Varón Licenciatura en Lengua Alemana. 1985 69 60 9 Licenciatura en Lengua Francesa. 1971 126 107 19 Licenciatura en Lengua Inglesa. 1965 653 562 91 Licenciatura en Lengua Portuguesa. 2010 ... ... ... Importar tabla
Fuente: Instituto Superior de Lenguas. Elaboración propia.
Coincidente con la evolución de las matrículas de los centros de aprendizaje de las lenguas extranjeras, vista más arriba, el inglés es el más estudiado a nivel de licenciatura, con 653 egresados en 52 años de funcionamiento del ISL, de los cuales 562 (86 %) son mujeres y 91 (13,9 %), varones. Le sigue el francés, con 126 egresados en total al 2017, de los cuales 107 (84,9 %) son mujeres y 19 (15 %), varones. En alemán se recibieron 69 licenciados al mismo año mencionado, siendo 60 (86,9 %) de ellos mujeres y 9 (13 %), varones. La lengua guaraní es la carrera que más se aproxima en número al inglés, con 512 licenciados, siendo 380 de ellos (74,2 %) mujeres y 132 (25,7 %), varones.
A partir del año 2000, la enseñanza superior de las lenguas extranjeras, sobre todo del inglés, comienza a extenderse a otros institutos superiores y facultades de algunas universidades de más reciente creación. Según los registros de habilitación del Consejo Nacional de Educación Superior (CONES), ofrecen carreras de grado en lengua extranjera la Universidad Evangélica del Paraguay, desde el año 2005; Universidad Metropolitana de Asunción, en lengua extranjera (sin especificar) y lengua portuguesa, desde 1997 y 2005, respectivamente; Universidad Nacional de Itapúa, como Licenciatura en Lengua Inglesa, desde 2013; Universidad San Ignacio de Loyola, como especialización dentro de la Licenciatura en Ciencias de la Educación, desde 2005. El Instituto Superior «Dr. Raúl Peña», la institución oficial de formación de docentes más antigua del país, ofrece desde 2012 la Licenciatura en Educación de la Lengua Coreana y Licenciatura en Educación de la Lengua Inglesa (Consejo Nacional de Educación Superior, 2018; Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior, 2018).
5. Conclusiones
Si bien la formación misma del Paraguay comienza con la inmigración europea, no fue sino hasta después de la Guerra de la Triple Alianza cuando un gobierno paraguayo abrió el país a la inmigración, de forma planificada, con el objetivo de repoblar sus tierras y mejorar una economía destruida por la guerra.
En un primer momento hubo un número escaso pero continuo de inmigrantes provenientes de distintos países europeos, y más tarde, de orientales. El flujo continuó durante todo el siglo XX, hasta que en la segunda mitad del mismo comenzó una nueva oleada de inmigrantes que, mediante la aplicación de las modernas tecnologías agropecuarias disponibles y capital suficiente, cumplirían el antiguo sueño de los sucesivos gobiernos paraguayos de ver desarrollar la economía nacional a una escala nueva a través de la fuerza inmigrante.
Los inmigrantes fundaron y desarrollaron una considerable cantidad de pueblos nuevos en distintos puntos del país, donde en la actualidad viven con sus descendientes, y que, por su disposición urbanística, actividad económica y relaciones sociales, entre otros factores, a veces pueden dar a los visitantes la sensación de estar en otro país.
En este contexto, el antiguo bilingüismo paraguayo, fuerte y estable, se va matizando con otras lenguas. Junto a una gran diversidad de lenguas indígenas, que ha caracterizado al país desde un principio, en la actualidad emergen varias lenguas de inmigración o extranjeras que se hablan en todo el territorio nacional, unas más que otras. Según un estudio realizado por la SPL, no hay ningún departamento del país donde no se hablen al menos dos lenguas extranjeras, a más de las oficiales y, eventualmente, las indígenas.
Según el citado estudio de la SPL, alrededor del 8 % de la población total del Paraguay es de origen no hispánico y la mayoría vive en un asentamiento geográfico propio, donde, junto a sus descendientes, hablan al menos una lengua extranjera, a más de una de las dos lenguas oficiales del país, o ambas al mismo tiempo. Según este informe, las lenguas extranjeras o de inmigración habladas actualmente en el país son alemán, árabe, chino mandarín, coreano, francés, hebreo, inglés, italiano, japonés, portugués, ruso y taiwanés. Todas estas lenguas se hablan en Asunción, y le siguen en cantidad Itapúa (nueve), Alto Paraná (seis), Central (cinco), Guairá (cinco), Cordillera y Paraguarí (tres).
Según los censos nacionales, las lenguas de mayor peso demográfico son el portugués (lo habla un 2,8 % de los hogares paraguayos) y el alemán (0,8 %), generalmente en áreas rurales. El portugués tiene alto uso en la zona fronteriza con Brasil, Alto Paraná y Canindeyú, también Caaguazú, Caazapá, Itapúa y Amambay. El alemán tiene como zona de influencia principal el centro del Chaco paraguayo, departamento de Boquerón, extendiéndose por Itapúa, San Pedro y Caaguazú.
En cuanto a la cantidad de matrículas por año para aprender una lengua extranjera, el inglés americano (74 %) y el británico (8 %) representan un 82 % de las matrículas en los centros de enseñanza existentes en el país, durante el año 2016. En tercer lugar, se sitúa el francés (9 %), en cuarto, el alemán (3 %), y siguen las demás lenguas (portugués, japonés, italiano, coreano, árabe y chino mandarín).
En las escuelas públicas de primaria y de bachillerato del sistema educativo paraguayo se han enseñado lenguas extranjeras (inglés, francés y latín) desde la década de 1950, y en la actualidad forman parte del currículum escolar el portugués, inglés, alemán, francés e italiano, y más recientemente, el japonés. En 2013 fue promulgada una ley que obliga al Estado a incorporar el inglés a la malla curricular de la educación pública desde el Preescolar hasta el tercero de la Media. Según los informes del MEC, en la actualidad se cuenta con más de 13.000 docentes dedicados a la enseñanza del inglés, portugués, francés, alemán, coreano y japonés en su sistema.
En la educación superior o universitaria, la primera lengua que llegó a ofrecerse como licenciatura fue el inglés (se enseña desde 1965), con el cual se creaba el Instituto Superior de Lenguas, el más antiguo y, hasta hoy, el único centro de enseñanza exclusivamente centrado en la formación de licenciados en lenguas extranjeras o de inmigración (inglés, francés, alemán, portugués) y en guaraní, en el país. Desde su fundación hasta 2017, el ISL ha titulado a 653 licenciados en inglés, 126 en francés, 69 en alemán y 512 en lengua guaraní, con una prevalencia de más de 80 % de mujeres entre los egresados.
En la actualidad se han habilitado más centros de enseñanza que ofrecen lenguas extranjeras a nivel de licenciatura, y son considerables la cantidad y diversidad de las ofertas de formación superior en la materia en los últimos años.