MERCANTILIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN CIENTÍFICA EN PARAGUAY OTRO MODELO ES POSIBLE
MERCANTILIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN CIENTÍFICA EN PARAGUAY OTRO MODELO ES POSIBLE
Revista Estudios Paraguayos, núm. 1, 2019
Universidad Católica "Nuestra Señora de la Asunción"
Resumen: En este artículo se caracterizan componentes básicos del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) de Paraguay, enfatizando por una parte los instrumentos utilizados para aumentar las capacidades que permitan generar conocimiento y promover su aprovechamiento, y por otra, los criterios establecidos para categorizar investigadores; en este sentido se analizan los requerimientos de publicar en revistas consideradas de alto impacto en su gran mayoría propiedad de grandes corporaciones editoriales, que dan al conocimiento el alcance de mercancía. En cuanto a programas orientados a la formación de recursos humanos para la investigación se examina el Programa Nacional de Postgrado en el Exterior para el Fortalecimiento de la Investigación, Innovación y la Educación, BECAL, asimismo el componente de formación de recursos humanos del programa PROCIENCIA del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) de Paraguay. A criterio de los autores las orientaciones de estos programas se sustentan en orientaciones que expresan visiones de ciencia centradas en países del eje Norte-Norte, cuando en realidad lo que necesitamos en establecer relaciones Sur-Sur, en la investigación en ciencia, tecnologia e innovación; en esa medida, proponen correctivos.
Palabras clave: conocimiento abierto, política científica: Paraguay, industrias editoriales, mercantilización de la ciencia.
Abstract: This article characterizes basic components of the National System of Science, Technology and Innovation (SNCTI) of Paraguay, emphasizing on the one hand the instruments used to increase the capacities that allow generating knowledge and promoting its use, and on the other, the criteria established to categorize researchers; In this sense, the requirements of publishing in magazines considered to have a high impact are mostly owned by large publishing corporations, which give knowledge of the scope of merchandise. With regard to programs aimed at training human resources for research, the National Postgraduate Program Abroad for the Strengthening of Research, Innovation and Education, BECAL, is also examined, as well as the human resources training component of the PROCIENCIA program of the National Council of Science and Technology (CONACYT) of Paraguay. At the authors' discretion, the orientations of these programs are based on orientations that express visions of science centered on countries of the North-North axis, when in reality what we need in establishing South-South relations, in research in science, technology and innovation ; to that extent, they propose corrective.
Keywords: open knowledge, scientific policy: Paraguay, publishing industries, commodification of science.
MERCANTILIZACIÓN DE LA PRODUCCIÓN CIENTÍFICA EN PARAGUAY OTRO MODELO ES POSIBLE
1. Introducción
Por medio de una ley se constituyó en el 2003 el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) integrado por los organismos involucrados en las actividades de CTI; el sistema debe promover la producción, difusión y transferencia de conocimiento y la innovación tecnológica, así como la formación de recursos humanos avanzados para el cumplimiento de aquellos propósitos[2]. Esa misma reglamentación asigna al CONACYT el rol de gestor y asesor del gobierno en la materia legislada con el agregado de la calidad.
El CONACYT, que se habia constituido a fines de la década del 90 del siglo pasado para financiar proyectos de I + D y de innovación para el sector empresarial, fue presidido por un representante del empresariado, exceptuando un breve período del 2010 al 2012; aunque la ley amplió su ámbito de intervención encargándole la formulación de las políticas e implementación de la política de desarrollo científico, la orientación inicial continuó predominando.
En ese marco institucional la política de desarrollo científico y tecnológico tiene luces y sombras. Ciertamente sus programas, en especial el PRONII[3] y PROCIENCIA[4] permitieron avances en la producción científica del país pero tambien tienen marcadas insuficiencias por corregir. En este trabajo abordamos solo aspectos de programas orientados a fortalecer capacidades de universidades e institutos nacionales para generar y transferir conocimiento y tecnología, así como intervenciones para formar capital humano avanzado para la investigación.
2. Criterios para categorizar a investigadores
Un aspecto importante para promover y potenciar capacidades para el desarrollo de CTI tiene que ver con los criterios utilizados para catregorizar investigadores. En este sentido en los reglamentos del PRONII no se pondera como formación de recursos humanos en investigación tutorías desempeñadas a nivel de grado, que ya quedan así descalificadas; solo se considerarn tutorías en maestrías y doctorados. Pero, como veremos más adelante, los programas nacionales de formacion en posgrado priorizan becas al exterior en universidades calificadas como mejor posicionadas, postergándose a las univerrsidades del país, y consecuentemente limitando las posibilidades de tutorías en tesis de posgrado en universidades nacionales.
En cuanto a producción científica, con una visión marcadamente empresarial y elitista, se privilegian las publicaciones en revistas llamadas de alto impacto, que suelen ser “pay per view”, que requieren también pago para publicar los artículos, y para suscribirse a ellas, equiparando el conocimiento con otras mercancias que se compran y se venden en el mercado editorial. En esta lógica, el conocimiento deja de ser un bien común, aun cuando sea producido con recursos públicos. Curiosamente estas revistas de “alto impacto” son escasamente leídas en nuestro país y en la región y algunas investigaciones señalan que esos artículos son leídos solo por un promedio de diez y siete personas (De Ambrosio, 2018).
En ese contexto la política de desarrollo científico y tecnológico del país pasa a ser fuertemente condicionada por el mercado editorial monopolizado por un grupo reducido de grandes corporaciones que tienen modelos de negocios ejemplares, de tal modo que los investigadores pagan por publicar sus artículos, que son revisados gratuitamente; otros investigadores deben pagar para leer esos artículos, y los centros de investigación y las universidades deben pagar las suscripciones. Lo pertinente, relevante y válido como conocimiento científico pasa a ser certificado por estas corporaciones editoriales (El Confidencial, 2018; Universidad Nacional de la Plata, 2015; Martinovich, 2018).
De hecho, cinco editoriales publican entre el 50 y el 70 % de los artículos de las revistas incluídas e indexadas en la base de datos de Web of Sciences que totalizan 2.900, y que representan menos de la quinta parte del total de revistas científicas que, según nos refieren en un reciente estudio, estas grandes editoriales son: Reed-Elsevier, Taylor & Francis, Wiley-Blackwell, Springer y Sage. Los pocos agentes de estas empresas, que se imaginan dueños de la ciencia, deciden lo que debe investigarse y lo que puede publicarse[5].
En la ponderación de cobertura de las bases de datos más renombradas, es útil observar el caso de las revistas argentinas: de las cuales 54 están incluídas en Scopus – Elsevier, solo 21 en la Web of Sciences – Thompson Reuters, en contraste con 595 incluídas en la base de datos de Latindex (Universidad Nacional de La Plata, 2015)[6]. En ese sentido otro estudio (Funes, C.; Heredia, C. & Suárez, V. 2001)[7] presenta el listado de revistas latinoamericanas indexadas en la Web of Science y señala que hace un tiempo, el Institute for Scientific Information (ISI) Web of Science indexaba sólo publicaciones científicas de USA, Canadá y Europa, incorporando de manera marginal las revistas científicas de América Latina y otras regiones del mundo.
Solamente Elsevier, que controla 2.000 revistas científicas llamadas de alto impacto según sus propios cómputos[8], obtuvo ingresos de 2.480 millones de libras en el 2014; Elsevier y Ebsco solo a universidades españolas vendieron suscripciones por un valor de 213 millones de Euros entre el 2012 y el 2017 (El Confidencial, 2018). También el Indice H que mide la cantidad de citas que recibieron los artículos científicos de un investigador que elaboran estas editoriales, consideran solo las publicaciones en sus propias revistas (de Ambrosio, 2018). El factor de impacto de la revista que debería medir su repercusión en la comunidad científica lo definen las mismas editoriales propietarias (Larivière et al, 2014; Universidad Nacional de La Plata, 2015). Algunas perversiones de estas editoriales son tales que Randy Schekman, Premio Novel de Medicina 2013, anunció que no volverá a publicar en Nature, Science y Cell.
En respuesta a crecientes críticas y a la expansión del conocimiento abierto, Elsevier anuncia revistas de acceso abierto pero dado que los autores deben pagar por la publicación de sus artículos se trata de una suerte de propaganda engañosa; se puede tener acceso gratuito a material publicado por un número limitado de revistas luego de un período de embargo, que con frecuencia es de 48 meses (Villarrea, 2008)[9].
Lo preocupante no es solo el hecho que estas grandes editoriales controlen la indexación, y que solo las publicaciones en sus revistas se consideran en sus estudios bibliométricos que miden la productividad de los investigadores sino su incidencia en las formas de concebir la producción científica y su difusión. En realidad, al tomar la parte por el todo las grandes corporaciones en cuestión generan distorsiones que llegan a la definición e implementación de la política de desarrollo científico nacional. Así, en el sistema de categorización de investigadores se enfatiza la publicación de los resultados de investigaciones en las revistas consideradas de alto impacto.
Dado que el banco de datos Web of Science considera sólo publicaciones de las revistas que se encuentran indexadas en su base de datos, en el caso que un investigador paraguayo por más alta que fuera su producción científica, si no publicó en esas revistas, no figura dentro del ranking de investigadores paraguayos con publicaciones.
El poder persuasivo de las grandes corporaciones en cuestión es tal, que buena parte de nuestros investigadores están cautivos de los cantos de sirena de las grandes editoriales. Así, recientemente Antonio Cubilla, notable investigador compatriota expresa su preocupación por la “mediocre producción científica” en nuestro medio basandóse en la base de datos de la Web of Sciences que solo alberga datos de una pequeña proporción de revistas; en el ranking de autores de la referida base de datos que presenta Cubilla (2017), que el mismo encabeza con más de diez publicaciones al año, los cientistas sociales brillamos por ausencia. La cosecha es tan pobre como la que obtendríamos buscando mandarinas en un mangal.
Hasta este punto algunas acotaciones son necesarias para evitar juicios erróneos, y para no precipitarnos en la búsqueda de un prestigio académico que puede ser ilusorio. Sin tener en cuenta el dificil acceso a las grandes editoriales comerciales del hemisferio norte, aun cuando pueda otorgar reputación la publicación en esas revistas, esos medios de difusión impiden llegar a la academia nacional y a la regional, ya que el investigador, además de tener que pagar entre 2.000 y 5.000 dólares para publicar sus aportes, y en la medida que el trabajo satisfaga los requerimientos del mercado y se considere publicable, se compromete a ceder sus derechos y renuncia a compartir el contenido por otro medio (Martinovioch, 2018).
El apego a las revistas llamadas de gran impacto deviene anacrónico, se situa a contracorriente de las tendencias en la comunidad científica. En este sentido, respondiendo a un modelo de ciencia abierta, la Unión Europea establece que todos los artículos que resulten de investigaciones con fondos públicos serán de acceso abierto o libre a partir del 2020 (El Confidencial, 2018).
Debe tenerse en cuenta que la investigacíon financiada con recursos públicos tendría impacto en la medida que los descubrimientos sean aprovechados localmente; así, en el caso de una nueva planta descubierta que puede constituir un aporte importante para la comunidad académica globalizada y la humanidad entera, el conocimiento de las propiedades de la nueva variedad descubierta debería estar disponible en revistas de acceso libre de modo a aprovecharlas a nivel nacional. Ese aprovechamiento debería considerarse como medida del impacto y no la revista en la que se publicó.
Por otra parte debe considerarse que el factor de impacto, que mide la notoriedad o logro medido en la cantidad de veces que fue citado un artículo, en revistas científicas regionales es similar al de las revistas del deslumbrante star system de las grandes editoriales. Por lo demás, las revistas consideradas de gran impacto son leídas básicamente en el hemisferio norte y se orientan a la academia de estas regiones globalizadas, y en la medida que el impacto efectivo de una publicación se mida en la aplicación efectiva de las propuestas resultantes la misma debería orientarse a la comunidad científica nacional y regional.
Incoporando las ciencias sociales en la discusión, es indispensable considerar sus peculiaridades. En ellas, los objetivos de la investigación, que los define el investigador, están referidos con frecuencia a la academia nacional, a decisores y a nuestra sociedad civil; esta orientación no impide incorporar en el análisis y discusión de alternativas al modelo vigente de desarrollo a actores globalizados portadores de otro modelo posible de desarrollo. En esta perspectiva las cuestiones críticas para nosotros, las orientadas a mejorar la calidad de vida de nuestra población, no son de interés de la academia anglosajona, y sería un despropóstico alimentar el debate en Gran Bretaña sobre insuficiencias de nuestro Estado, pongamos por caso.
Por lo demás, en ciencias sociales un artículo no incluye presentación de casos, y la calidad de los trabajos no está medida por editoriales comerciales. Las publicaciones frecuentemente están en base de datos de acceso abierto, y esta circunstancia no impide el acceso a frecuencia de citas de un autor que puede mostrar la relevancia de su contribución. En ciencias sociales el tiempo que demanda una investigación es mucho mayor que en otras disciplinas y la publicación de los resultados suele darse en formato de libro; en general las publicaciones están en repositorios de acceso abierto.
Demás está decir que, con la exigencia de publicar en “revistas de alto impacto” se está descalificando las revistas nacionales y regionales, a las que necesitamos potenciar teniendo en cuenta que precisamente los objetivos de las investigaciones en ciencias sociales suelen referirse a estas arenas; igual razonamiento es posible pensar para otras áreas de la ciencia. En el afan de fortalecer la capacidades de nuestras universidades e institutos para generar y transferir conocimiento y tecnología, descalificar a revistas nacionales, como se descalifica también a universidades públicas, resulta un despropósito que está dañando el desarrollo de la CTI y que deberían ser revisadas.
3. Formación de investigadores
Existen en estos momentos en Paraguay, varias formas y procesos para la formación de investigadores. Para fines del presente artículo, hemos considerado conveniente tomar dos de ellos: el sistema implementado directamente por el CONACYT para el fortalecimiento del capital humano, en el contexto del Progrma Prociencia, y el sistema BECAL, del cual también forma parte el CONACYT, en su proceso selectivo.
3.1.Sistema CONACYT
Un punto débil de nuestra política de desarrollo científico tiene que ver con los sistemas de categorización y promoción de investigadores, que otorgan alta ponderación a las tutorías en doctorados y maestrías. Sin embargo, más del 90% de los recursos públicos se destinan para maestrías y doctorados en el exterior en el marco del programa BECAL, descalificándose de este modo los posgrados a nivel nacional.
Prociencia, uno de los programas encarados actualmente por el CONACYT, posee por su vez, cinco grandes áreas de actuacion, siendo una de ellas el ítem II. Fortalecimiento del Capital Humano para I+D. Ese componente, por su vez, incluye el Fondo para proyectos de creación y fortalecimiento de posgrados nacionales; es decir, se orienta claramente a la formación de investigadores a nivel nacional. Desde la convocatoria inicial de 2013, hasta la última correspondiente al año de 2017, han sido adjudicados fondos para 35 cursos de maestría y 6 de doctorado en universidades nacionales. Casi la totalidad de fondos destinados a la creación de programas de maestrías y doctorados, fueron aprobados para universidades públicas, entre las cuales se destaca la Universidad Nacional de Asunción, con la casi totalidad de proyectos, seguida por la Universidad Nacional del Este con dos proyectos, la Universidad Nacional de Concepción y de Itapúa con un proyecto cada una respectivamente. A continuación, se describe esta distribución de la asignación de recursos en función a las convocatorias:
Tabla N°1: Distribución de proyectos seleccionados en el Componente II de PROCIENCIA: Fondo para proyectos de creación y fortalecimiento de postgrados nacionales[10].
Años y Área del Conocimiento NIVEL INSTITUCION Maestría Doctorado Pública Privada Año 2013[11] Ciencias Naturales 5 1 Ingeniería y Tecnología 6 2 Ciencias Médicas y de la Salud 2 1 Ciencias Sociales 4 1 Ciencias Agrícolas 1 0 Total 18 5 20 3 Año 2016[12] Ciencias Naturales 1 Ingeniería y Tecnología 2 Ciencias Médicas y de la Salud 1 Ciencias Sociales 1 Ciencias Agrícolas 1 Ciencias Biológicas 1 Total 7 0 7 0 Año 2017[13] Ciencias Naturales 5 Ingeniería y Tecnología 3 1 Ciencias Médicas y de la Salud 2 Total 10 1 7 4 Importar tabla
Fuente: Elaboración propia
Los datos condensados de los recursos aplicados por el programa entre los años 2013 al 2017 se presentan en la distribución siguiente.
Tabla N°2: Inversión en el programa Fondo para Proyectos de Creación y Fortalecimiento de Postgrados Nacionales, ítem II del Programa de PROCIENCIA,años 2013 – 2017
Años Montos Asignados 2013 11.314.516.231 G. 2016 4.712.136.000 2017 7.245.763.115 Total Gs. 23.272.415.436 Total U$. 3.891.708,24[14] Importar tabla
Fuente: Elaboración propia
Es importante destacar, sin embargo, que desde la convocatoria de 2013, hasta la de 2017, tres adjudicaciones fueron suspendidas o cortadas por Resolución del Consejo del CONACYT, siendo una de doctorado y dos de maestría. Sin embargo, consideramos que estos cortes no afectan sustancialmente al conjunto del programa ejecutado.
En el período que corresponde al año 2014 las inversiones en Investigación y Desarrollo (I + D), sumadas dan aproximadamente 16 por ciento de la inversión total, mientras que aquellas relacionadas al área de Ciencias Exactas y Naturales, Ingeniería y Tecnología, Ciencias Médicas y Ciencias Agrícolas suman un total de aproximadamente 84 por ciento del total de la inversión. Al año siguiente, estas cifras caen un poco, resultando una inversión de 15 por ciento para Ciencias Sociales y 85 por ciento para las áreas citadas más arriba.
Si observamos la formación de investigadores y su dedicación a dicha actividad es posible constatar que en el año 2014 se contaba con 353 investigadores en dedicación exclusiva y 1.163 en dedicación parcial, dando un total de 1.516 profesionales trabajando en la investigación en I + D en Paraguay. Estas cifras tienen un leve crecimiento pasando para 412 y 1.427 investigadores en dedicación exclusiva y parcial respectivamente, sumando un total de 1.839 investigadores. Es decir, una diferencia de poco más de 21 por ciento de un año para otro. Un crecimiento sumamente significativo para un país con poca tradición en este campo. Estas cifras no discriminan el área de actuación, sino el total existente. Sin duda alguna, este crecimiento está directamente relacionado a la implementación del programa Prociencia del CONACYT. Con lo cual podemos observar la importancia y, al mismo tiempo, las transformaciones que producen inversiones en I + D en el país.[15]
Si analizamos el año 2008, las cifras no tienen una gran variación. Así el “gasto” en I + D en el área de las Ciencias Sociales y Humanidades está aproximadamente en un 12.55 por ciento del total de la inversión. Mientras, las demás áreas citadas más arriba controlan el 87,45 por ciento del total de los gastos en I + D.
Por otro lado, si observamos desde el lado de los Recursos Humanos, es decir, cantidad de investigadores, en el año 2008 tenemos un total de 804 en todas las áreas de la ciencia. Estos datos no hacen referencia a si estos profesionales tienen dedicación exclusiva o parcial[16].
Es decir que en el período 2008-2015, las inversiones por área de las ciencias tuvieron muy poca variación, mientras que es posible observar un gran salto en el área de formación de recursos humanos, es decir, en el de investigadores. En consecuencia entre 2008 y 2015 hubo un crecimiento de casi 130 por ciento de investigadores en el país. Un verdadero torbellino. Esto nos da la pauta, nuevamente, de la importancia de la inversión en la formación de investigadores en Paraguay, a partir de la implementación del programa Prociencia de CONACYT. Estos programas crean recursos humanos en el país, y también producen “ganancias colaterales” en el sentido de impulsar la apertura de cursos de posgrado (pocos pero es una realidad), asimismo la publicación de resultados de las investigaciones en revistas de circulación nacional. Un aporte al desarrollo científico paraguayo.
3.2.Sistema Becal
BECAL es el Programa Nacional de Becas de Posgrado en el Exterior para el Fortalecimiento de la Investigación, la Innovación y la Educación, “Don Carlos Antonio López”, instituida desde el 2015, destinado a la formación de recursos humanos en universidades del exterior[17]. Uno de los criterios para otorgar la beca es que el postulante tenga asegurada la matricula en una de las 300 mejores universidades del mundo, cuyo ranqueamiento está determinado por agentes de universidades europeas y norteamericanas, que recuperan los criterios de las grandes corporaciones editoriales. Otra distorción más al sistema[18].
Según datos oficiales de BECAL[19], hasta la fecha fueron becados 770 estudiantes para estudios a nivel de maestría, y 104 adjudicados para estudios a nivel de doctorado en diversas universidades del mundo principalmente europeas y norteamericanas. Siendo el promedio oficial considerado por este programa para la maestría de $ 65.000 y de $ 120.000 para el nivel de doctorado, tenemos la distribucion que sigue.
Tabla N°3: Distribución de recursos asignados por BECAL e/2015 y 2017
Items Maestría Doctorado Número de becarios 770 104 $ 65.000 por c/Maestría $120.000 por c/Doctorado $ 50.050.000 $ 12.480.000 Totales $ 62.530.000 Importar tabla
Fuente: Elaboración propia
Es decir, si comparamos el monto invertido en formación de recursos humanos por CONACYT en relación al programa BECAL, tendríamos la posibilidad de crear más de 20 programas de doctorado y por lo menos 50 de maestrías, mínimamente, en cada una de las ocho universidades públicas del país. Y con esto se daría un salto importantísimo en la formacion de recursos humanos en el país.
En poco menos de seis años – si llevamos en consideración el tiempo promedio para la formación de doctores -, tendríamos por lo menos alrededor de 1.000 doctores y por lo menos el cuádruple con título de maestría, listos para iniciarse como investigadores calificados en nuestro país. Sin contar con la efervescencia que emergeria en todo este proceso a partir de la creación de revistas científicas nacionales que posibiliten la publicación de investigaciones de toda esta amplia gama de investigadores, activos participantes del desarrollo nacional.
Este proceso implicaría y significaría un gran impulso a la formación de investigadores, asimismo la posibilidad de que éstos publiquen en revistas científicas nacionales y regionales que, a fin de cuentas, es lo que fortalecería al sistema de formación de recursos, pues el cononcimiento y los saberes creados, circularía en el país y la región, contribuyendo de esta manera a la ciencia situada y a la producción en el país. Se podría cuestionar, eventualmente, que el país no cuenta con un número significativo de investigadores calificados para dar cuenta de estos cursos de maestrías y doctorados. Y, por el volúmen que implica, tal vez sea así. Sin embargo, todos los cursos pueden ser impulsados en estrecha colaboración con instituciones superiores de la región, fortaleciendo de esta manera la creacion de redes Sur-Sur, tan importante para la docencia y la investigación.
Con esto no estamos desechando la posibilidad de apoyo a cursos en el exterior; solo reforzamos la idea que es posible también introducir otra perspectiva en el amplio espectro de formacion de investigadores calificados para el país, y con esto tornar los recursos más eficientes. Antes que financiar universidades, investigaciones y ranking de paises extranjeros, estaríamos fortaleciendo una perspectiva otra en todo este aluvión de procedimientos controlados por las grandes empresas de producción del conocimiento en el mundo, multinacionales del conocimiento, asentadas en países europeos y Estados Unidos. Lo paradojal en todo esto es que países subdesarrollados como el nuestro, financian centros de eseñanza superior, investigaciones, etc., de países altamente desarrollados. Un nuevo rostro del colonialismo en las ciencias.
Por otro lado, a pesar que la gran mayoría de cursos financiado con recursos de CONACYT, se orientan a las ciencias denominadas duras – son pocos los cursos en las áreas de ciencias sociales y humanidades -, el proceso de creación de cursos de maestrías y doctorados impulsaría, sin duda alguna, la creación de maestrías y doctorados en el campo de las ciencias sociales y humanas, lo cual apuntaría también a fortalecerlas en el contexto de las ciencias que se producen en el Paraguay.
De hecho, BECAL selecciona las universidades en base a ranking elaborados con datos cuantitativos que posicionan la marca, y como en la industria y en el comercio, otorgan mayor valor económico a ciertos indicadores (premios + cantidad de investigaciones + salarios, etc); son grandes empresas que adoptan buenos modelos de negocios. BECAL nos incorpora al mercado global de universidades marcado por el modelo anglosajon que podemos imaginar como profesionalizante, distanciado de las humanidades. Este programa incorpora a los becarios en el mercado del conocimiento donde todo tiene valor económico, todo se rige por la relación costo/beneficio, adecuado al profesional al servicio de la economía. Desde una perspectiva alternativa la lógica del mercado tiene sus límites teniendo en cuenta que en la vida no todo tiene valor económico, sobre todo las cosas que realmente importan.
Universidades británicas son emblemáticas[20], los estudiantes deben pagar sumas que llegan a 18.000 libras para acceder al conocimiento- mercancia que deja de ser un bien público; los bancos a su vez hacen negocio prestando ese dinero; lo insólito es que la mora de los estudiantes o egresados se aproxima al 50 % y los bancos de nuevo recurrirán al Estado.
4. La creación del conocimiento privatizada
La privatizacion de la educación es otra cuestión relevante para la formación de recursos humanos para la investigación; diversas son las manifestaciones de la privatización de la educación. De hecho la formación de educadores se cedió a universidades privadas, y en la composición del Consejo del CONACYT predomina el sector privado[21]. El problema no consiste en la participación de las universidades privadas, que responden a modelos empresariales, en la generación del conocimiento, sino en la canalización de recursos públicos a costa de las universidades públicas (Silvero, 2018). Si se argumentara que nuestras universdidades públicas tienen muchas insuficiencias se estaría apuntando a un hecho evidente; es rigurosamente cierto que nuestras universidades están mal, pero la mejor terapia no es matarlas.
Lo mismo puede decirse de los contratos con empresas que ofrecen base de datos como el caso del portal REVA Conacyt con recursos virtuales para el aprendizaje; el cuestionamiento mayor no consiste en la aplicación de recursos del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI) para contratar a una editorial que excluye autores nacionales, sino más bien que no se apliquen recursos a potenciar la plataforma del MEC construyendo capacidades a nivel nacional y a otros repositorios[22]. En este punto resulta pertinente la definición utilizada por el Conacyt México:
El Repositorio Nacional es una plataforma digital que proporciona acceso abierto en texto completo a diversos recursos de información académica, científica y tecnológica, es decir, sin requerimientos de suscripción, registro o pago. En el Repositorio pueden ser consultados, entre otros materiales: artículos de revistas científicas, tesis elaboradas en instituciones de educación superior, protocolos de investigación, memorias de congresos y patentes, así como otros documentos académicos que se producen en México con fondos públicos[23].
Lo mismo puede decirse de la contratación de servicios de CICCO para tener acceso a artículos “pay per view”, sin tener en cuenta que de acá a un año todos los resultados de investigaciones financiadas con recursos públicos dentro de la Comunidad Europea solo serán publicados en medios de acceso libre. Esa es la orientación que va predominando en las políticas de producción y utilización del conocimiento.
5. Algunas propuestas
En el marco de la mercantilización de saberes resulta prioritario recuperar la educación como un derecho, y el concomiento como un bien público. En la medida que el negocio de las publicaciones incide negativamente en la política de desarrollo científico y tecnológico, tanto al orientar los proyectos de investigación como al evaluar la actividad científica, la alternativa es encarar el negocio de las publicaciones, eliminando el factor de impacto de las revistas y priorizar la publicación en revistas científicas sin fines de lucro, nacionales y regionales. Todo esto supone reformular las políticas de desarrollo de la investigación y rediseñar el CONACYT y evaluar el programa BECAL y rediseñarlo.
En esa reformulación de programas es necesario adoptar sistemas más apropiados de evaluación y reconocimiento de la producción científica. En el caso de las Ciencias Sociales, se debe considerar las publicaciones de libros, no sólo de artículos en revistas indexadas a la base de datos de la Web of Science. En la nueva agenda debería priorizarse la habilitación de un repositorio científico de acceso abierto donde se encuentren disponibles todos los resultados de investigaciones financiadas con recursos públicos o que hayan utilizado infraestructuras de instituciones públicas para el desarrollo de las investigaciones.
Lo último requiere promover la creación de repositorios institucionales de universidades, centros de investigación, institutos de Paraguay y crear una red única de repositorio nacional de acceso abierto donde se encuentren todas las investigaciones tanto de libros, artículos, ponencias en congresos, tesis, disertaciones, etc. Esto permitirá mayor visibilidad y la recuperación de documentos científicos y publicaciones académicas de cientistas paraguayos. Estos pueden ser organizados a su vez por áreas de del conocimiento, aprovechando relaciones con redes de repositorios digitales, principalmente de otros países de América Latina con políticas de acceso abierto en funcionamiento.
En términos de producción científica, en la creación de conocimientos y saberes, al igual que en la producción de revistas científicas y académicas, debemos repensar nuestra concepción de ciencia “universal”, anclada en el pensamiento europeo y occidental. En este contexto, es importante la construcion y creación de nuevos indicadores que expresen realidades de nuestros espacios y territorios sociales, pues,
“…desde que hablamos de occidente, nos sometemos a la colonización mental de Europa, y de esto tenemos que liberarnos situando nuestro pensamiento en otro espacio, en otras coordenadas geográficas. El pensar geográfico es un pensar situado, y es vital como gesto epistemológico. Tendríamos que desmontar la artificialidad histórica del mapa, y resituar el locus del pensamiento en una ubicación particular y material del planeta.” (Rivera Cusicanqui, 2018)
De esta manera, las ideas y argumentaciones señaladas más arriba debemos tomarlas como un momento en esta reflexión que, consideramos, recién se inicia. La creación y conformación de instituciones de apoyo y financiamiento a la investigación en nuestro país, si bien es un proceso reciente, no por eso deja de ser menor y, deberíamos plantearlo, desde este comienzo, de manera crítica tanto espistémica como socialmente. Consideramos pertinente la discusión acerca de los alcances y sobre todo, de cómo y de qué manera los financiamientos a la producción de conocimientos está siendo impulsada en Paraguay. Y esta debe ser un dialogo que involucre al amplio espectro de investigadores, de practicantes de diversos conocimientos en el país, independientemente de su adscripción a una institución oficialmente reconocida como tal. Debemos caminar en este sentido, buscando siempre ser lo más amplio e incluyentes posible tanto en las universidades, en centros de investigación, pero también en las calles, mercados y plazas.