García Fernández, Olga y Galindo Ferrández, Enrique (2024). Aprendizaje Basado en Proyectos. Un aprendizaje basura para el proletariado. Akal. 188 págs. ISBN: 978-84-460-5480-1

Néstor Banderas Navarro

Universitat de València, España

nestor.banderas@uv.es

https://orcid.org/0000-0001-8807-1919

DOI: https://doi.org/10.14409/cya.2024.39.e0054

La obra Aprendizaje Basado en Proyectos. Un aprendizaje basura para el proletariado ha sido publicada en Akal por los autores Olga García y Enrique Galindo, ambos profesores de Enseñanza Secundaria en la especialidad de Filosofía. Conocidos ya por publicar, en la misma editorial y junto a Carlos Fernández Lliria, Escuela o barbarie. Entre el neoliberalismo salvaje y el delirio de la izquierda en 2017, retoman ahora algunas de las ideas que esbozaron en esta obra para profundizar en ellas. En este caso se centran en la metodología del Aprendizaje Basado en Proyectos o ABP que, desde que publicaran la obra anterior y tras una pandemia de por medio, ha aterrizado con fuerza en el sistema educativo español. Señalan los autores que ha sido clave la aprobación de la última ley educativa, la LOMLOE, una reforma de los anteriores marcos normativos, y aprobada a partir de una mayoría política progresista en 2020.

En este caso los autores realizan un repaso por las raíces históricas del aprendizaje basado en proyectos y señalan cuáles son los principales problemas que, a su juicio, implica la adopción acrítica de esta metodología. Plantean este recorrido por medio de dos introducciones a la obra, ocho breves capítulos y unas conclusiones sugerentes que sirven a modo de síntesis. La idea global que sobrevuela la obra es que, en el proceso continuo de adaptación de la escuela –entendida como escuela pública en tanto que responsabilidad de la polis– a la sociedad, se da un proceso de perversión de esta institución al quedar imbricada y condicionada a las demandas del sistema económico. Un sistema económico que desarrolla un mercado laboral inestable y precario y que somete a los y las trabajadoras a una constante adaptación y flexibilidad, en un contexto de extremada liquidez, en términos de Bauman.

En todo este proceso la educación es vista como un tesoro. En este sentido, los autores reproducen las palabras del fallecido Jacques Delors, que hablaba de la necesidad de que la clase obrera se adaptara a la volatilidad del mercado a partir de una constante mutación del perfil profesional y desarrollara habilidades que fueran más allá de los conocimientos adquiridos. Todo ello, de alguna manera, ha supuesto según los autores que la escuela acabe sometida a las necesidades y los dictámenes del mercado; dicho en otras palabras, ya no importa saber mucho de un campo de conocimiento, sino adaptarse y ser resiliente, trabajar en equipo y conseguir un desarrollo emocional integral. El aprendizaje basado en proyectos es, para los autores de la publicación, un ejemplo más de cómo las rutinas del mercado han colonizado la educación junto a otras metodologías o puntos de vista que nombran (learning by doing, aprendizaje por ámbitos, por retos, etc). Un tesoro, especialmente para aquellos que, en forma de cursos, charlas o asesorías, extraen rédito económico.

Con estas ideas de fondo se desarrollan ocho capítulos que tratan de revisar la literatura científica en torno al aprendizaje basado en proyectos. En el primer capítulo se analiza el origen empresarial de esta metodología, adoptada por la LOMLOE a partir del problemático concepto de “perfil de salida”, que no deja de remitir a la fijación de unos parámetros homogéneos determinados que se desean para los futuros trabajadores/consumidores. En el segundo capítulo se examinan los principales modelos de ABP existentes, haciendo un recorrido por autores como Woodward, Kilpatrick y Dewey, estableciendo las principales diferencias entre ellos y analizando los que han llegado hasta la actualidad. En el tercer capítulo se pone el foco en la homeopatía educativa y los neuromitos, muy frecuentes, no solo en el discurso de parte del profesorado, sino también entre la formación permanente. En los capítulos cuarto, quinto y sexto se analizan las principales argumentaciones esgrimidas para la implantación generalizada del ABP, como la idea de salvación –acompañada del constante desprestigio del profesorado– o la del fracaso escolar, que habría de ser superado (no por la vía de una mejor financiación de la escuela pública) sino, obviamente, por la extensión del ABP. En el capítulo siete se explica cómo el discurso del ABP ha venido acompañado de la impugnación de la noción de escuela ilustrada basada en la transmisión de conocimiento, sometiendo a la institución a formar emprendedores y trabajadores con capacidad de inserción laboral. Cabe recordar aquí el progresivo desembarque de asignaturas en nuestro sistema educativo basadas en el emprendimiento y los modelos de negocios, sin ningún ápice de cuestionamiento hacia un sistema económico neoliberal basado en el consumo ad infinitum de los recursos del planeta y en el empobrecimiento de grandes masas de población. En el capítulo ocho, en este caso de mayor extensión, se hace un repaso a las escasas investigaciones empíricas sobre el ABP, señalando que no existen evidencias definitivas de que esta metodología suponga la panacea de los problemas del sistema educativo, más incluso teniendo en cuenta la gran diversidad de perspectivas diferentes sobre la misma. Se cuestiona, no solo que sea una metodología más eficaz para las clases más desfavorecidas, a partir de estudios con amplias muestras de población participante, sino también pueda superar en todos los casos la instrucción directa. Entendiendo esta última como una metodología eficaz y superando la caricaturesca e interesada visión de clase magistral del docente aislado del sujeto cognoscente.

En las conclusiones se recogen las principales ideas del estudio: la crítica a la adaptación de la escuela a los parámetros económicos; la defensa de la ciudadanía ilustrada como objeto de la educación frente a la fabricación de consumidores acríticos; el cuestionamiento de la noción de “perfil de salida” de la LOMLOE; la defensa de las materias y del conocimiento; y la selección específica de cuándo una estrategia basada en el ABP puede ser más útil, por ejemplo, en niveles altos en los que se tienen ya unas bases conceptuales. Se alerta especialmente de la aplicación masiva e irracional del ABP en la educación primaria y secundaria, generando importantes efectos adversos en la lectoescritura, graves especialmente entre el alumnado más desfavorecido. Un aspecto que requeriría de profundas investigaciones, con el fin de evaluar el grado real de extensión de esta metodología y los efectos que causa. El presente estudio, en un contexto como el actual en el que el debate virtual (y también en los claustros de los centros educativos) es muy fuerte en torno a qué y cómo enseñar, puede aportar sugerentes reflexiones para valorar hacia dónde nos queremos dirigir. La adopción del aprendizaje por competencias, adoptado íntegramente en la legislación, aunque de forma irregular en la práctica, puede generar problemas si no se aplican unos preceptos básicos, comentados en esta obra. Es imposible generar ningún tipo de aprendizaje práctico o contextualizado si no se tienen unos rudimentos firmes a nivel conceptual. Algo que la investigación en didácticas específicas viene ya tiempo señalando, alzando la voz sobre los peligros de enfoques exclusivamente metodologicista que abandonen los contenidos. En todo este proceso, y a pesar de las bondades que el ABP otorga al rol secundario o pasivo del profesorado, se situará el docente en el centro, como profesional especialista del aprendizaje de la materia, que calibrará qué métodos pueden servir, a fin de cuentas, para enseñar y formar ciudadanos y ciudadanas.