Reporte de Investigación

Relatos del Desplazamiento Forzado por estudiantes del Ciclo de Educación Media de Ocaña, Norte de Santander

Stories of Forced Displacement by students of the Secondary Education Cycle of Ocaña, Norte de Santander.

Yudid Trigos Pallarez
Instituto Técnico “Alfonso López”, Colombia

Relatos del Desplazamiento Forzado por estudiantes del Ciclo de Educación Media de Ocaña, Norte de Santander

Línea Imaginaria, vol. 6, núm. 3, 2018

Universidad Pedagógica Experimental Libertador

Recepción: 23 Mayo 2018

Aprobación: 14 Septiembre 2018

Resumen: Para finales de 2017, 68,5 millones de personas en el mundo, se encontraban desplazadas forzosamente debido a la persecución, a los conflictos o a la violencia generalizada, según informe del Consejo Noruego para Refugiados sobre Desplazamiento (2018). Desde 1985 hasta el 31 de diciembre de 2017, Colombia ha registrado 7,7 millones de personas desplazadas según el Registro Único de Victimas (RUV). Este artículo pretende recuperar los relatos antes y después del desplazamiento forzado vivido por estudiantes del Ciclo de Educación Media de las Instituciones Educativas de Ocaña, Norte de Santander. Adicionalmente, se identificarán las características socioculturales y económicas de las familias de los estudiantes de la Educación Media en situación de desplazamiento, así como el análisis de las causas, los responsables y las consecuencias del desplazamiento forzado en la región. La investigación es cualitativa histórica y se corresponde con un estudio de caso de tipo fenomenológico el cual toma como base en la interpretación de los significados, sentidos y explicaciones que 30 estudiantes de la Educación Media han construido a partir del desplazamiento. La recolección de la información se realizó mediante entrevista semiestructurada. Los hechos ocurren en Norte de Santander, área geográfica que ha tenido poca presencia del Estado. La importancia estratégica por la frontera con Venezuela, sus recursos naturales y los cultivos de coca han generado interés para la ocupación de ciertos territorios por parte de grupos armados ilegales, lo cual ha generado la disputa territorial. La población asentada se convirtió en objetivo militar, viéndose obligada a abandonar sus territorios debido a la intimidación mediante el uso de la violencia y la vulneración de todos sus derechos. Los relatos evidencian desplazamiento forzado individual y colectivo relacionado con amenazas que surgen por la presencia de paramilitares, de grupos guerrilleros y fuerzas armadas del Estado. El miedo asociado a las acciones violentas contra civiles fue el factor detonante del desplazamiento en la región.

Palabras clave: desplazamiento forzado, causas, efectos, responsables, memoria, conflicto en Colombia.

Abstract: By the end of 2017, 68.5 million people worldwide have been forcibly displaced due to persecution, conflict or widespread violence, according to the Norwegian Refugee Council report on Displacement (2018). From 1985 to December 31, 2017, Colombia registered 7.7 million displaced people according to the Single Victims Registry (Registro Único de Victimas - RUV). This article aims to recover the stories before and after the forced displacement experienced by students of the Secondary Education Cycle of the Educational Institutions of Ocaña, Norte de Santander. In addition, the sociocultural and economic characteristics of the families of Secondary Education students in a situation of displacement will be identified, as well as the analysis of the causes, those responsible and the consequences of forced displacement in the region. This is a historical qualitative research and it corresponds with a phenomenological case study which is based on the interpretation of the meanings, sense and explanations that 30 students of Secondary Education have built from displacement. The information was collected through a semi-structured interview. The events occur in Norte de Santander, a geographical area that has had little presence of the State. The strategic importance of the border with Venezuela, its natural resources and coca crops have generated interest in occupying certain territories by illegal armed groups, which has generated the territorial dispute. Established population became a military target; it was forced to leave the territories due to intimidation through the use of violence and the vulnerability of all their rights. The stories show forced individual and collective displacement related to threats arising from the presence of paramilitaries, guerrilla groups and armed forces of the State. The fear associated with violent actions against civilians was the detonating factor of displacement in the region.

Keywords: forced displacement, causes, effects, responsible, memory, conflict in Colombia.

1.Introducción:

La Memoria juega un papel trascendental dentro de la historia de un país, sin ella es imposible develar los hechos que han dejado huella en las generaciones. La violencia y el desplazamiento forzado de población es parte de los sucesos que han trascendido las relaciones complejas de las personas y los pueblos. Recuperar esa memoria a través de los relatos de las víctimas es el propósito de la presente investigación para aportar explicaciones a un fenómeno que afecta a los jóvenes en las Instituciones Educativas, fundamental para generar procesos de Reconciliación y de Paz en Colombia.

El Desplazamiento Forzado resultado de la violencia en Colombia, según Serrano (2007) es una “estrategia bélica” (p.13) utilizada por los diversos actores en conflicto; sin embargo, en las últimas décadas éste ha tenido una transformación importante en cuanto a las lógicas, relaciones de fuerza, actores, territorios e impactos que guían el desarrollo de la confrontación entre los diversos grupos. A la guerra irregular desde mediados del siglo XX entre fuerzas oficiales del Estado y grupos de insurgencia revolucionaria, aparecen nuevos actores paraestatales como los narcotraficantes y autodefensas, cuya inserción no se aparta de los intereses por la tenencia y el control territorial.

El Departamento de Norte de Santander al igual que el resto del país, la población ha sido afectada por la violencia generada entre los grupos asentados en la región del Catatumbo, de la que hacen parte once municipios (Hacarí, Ábrego, El Tarra, Convención, El Carmen, La Playa, Ocaña, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú). Según O´Loinsigsigh (2007), esta región tradicionalmente ha tenido poca presencia del Estado y es su importancia estratégica, tanto por su frontera con Venezuela, como por sus recursos naturales y los cultivos de coca, que las organizaciones armadas irregulares han tenido un marcado interés por su ocupación, generando la disputa territorial y dando como resultado una zona fragmentada por los dominios de las organizaciones ilegales. Desde 1980 tuvieron control territorial en el departamento los grupos guerrilleros Ejército de Liberación Nacional E.L.N y las Fuerzas Armadas revolucionaras de Colombia F.A.R.C. y con la llegada de los paramilitares al Catatumbo en el año 1999 hasta su desmovilización en el año 2004 del Bloque Catatumbo, la violencia recrudeció con homicidios, masacres y el desplazamiento de población civil.

Entre los años 1993 y 2003 se evidenciaron desplazamientos forzados de población como consecuencia del conflicto armado en el Departamento de Norte de Santander, según Gómez (2004) “las cifras más altas de desplazamiento se registraron en los años 1999 con 20.892 desplazados y recrudece en el año 2002 con 36.319 personas” (p.22). Ocaña se convirtió en municipio receptor de población desplazada, al igual que las ciudades de Cúcuta y Villa del Rosario. Los más afectados del destierro fueron los menores de edad, quienes fueron testigos de los hechos y luego ingresaron a las Instituciones Educativas desde el ciclo de Educación Preescolar, Básica y Media y a lo largo de los años estuvieron sumidos en el silencio. El aporte más significativo de la investigación es recuperar los relatos del éxodo desde la visión de los jóvenes del Ciclo de Educación Media, en una época donde las investigaciones sobre el Desplazamiento forzado a nivel educativo, durante este período, no existían por el temor a sufrir represalias por los grupos en conflicto. Sus relatos permiten comprender el fenómeno desde las voces de las víctimas sobre los hechos que motivaron el desplazamiento, las causas y consecuencias.

Las instituciones educativas no se encontraban y aún hoy no se encuentran preparadas para afrontar la irrupción inesperada y a veces masiva de estudiantes, que llegan en situación de desplazamiento provenientes de diferentes entornos socio-culturales; no tienen claro cómo afrontar las nuevas circunstancias que se generan del encuentro forzado de las culturas de los que llegan y los que pertenecen a la comunidad receptora; no saben con certeza de qué manera actuar frente a las particularidades sociales, afectivas, cognitivas, diferentes ritmos de aprendizaje, códigos y referentes socio-culturales. En tal sentido las instituciones educativas actúan acorde a las directrices nacionales respecto a matrícula, pero mantienen silencio frente a los hechos de violencia que giran en torno a la población estudiantil en situación de desplazamiento.

Es vital para la historia del país y de la región recuperar los relatos que hacen parte de la memoria del desplazamiento forzado, pues de esta manera a través de las narraciones como expresa Galtung (2004) “los testimonios personales, las víctimas del conflicto armado en Colombia son numerosas pero sus historias no tienen que ser olvidadas. Sus testimonios deben ser coleccionados y estar disponibles también para disuadir a las futuras generaciones de hacer lo mismo” (p.133). Es deber de las instituciones académicas gubernamentales y no gubernamentales generar espacios para la investigación a partir de los relatos de las vivencias de la población víctima del desplazamiento para contribuir con la comprensión del fenómeno, proponer estrategias educativas más inclusivas y dar un cierre a las generaciones afectadas por la violencia como parte de la verdad, el perdón, la reconciliación y la paz.

En consecuencia, el presente trabajo constituye un aporte esencial para la visibilización y comprensión de las dinámicas en torno al desplazamiento forzado, a la vez que los resultados pueden servir como marco de referencia al reconocimiento de las voces de estudiantes en situación de desplazamiento en el municipio de Ocaña y a partir del mismo proyectar estrategias y planes de atención y desarrollo por parte de los entes gubernamentales, no gubernamentales, organismos de orden nacional e internacional de ayuda a la población víctima del Desplazamiento Forzado. Se espera ser referente para futuras investigaciones de un fenómeno que no pierde vigencia, sino que se incrementa acorde a las dinámicas de los conflictos y los actores.

Por los anteriores argumentos se realizó esta investigación a nivel educativo a partir de las siguientes interrogantes: ¿qué aportan los relatos de estudiantes del Ciclo de Educación Media de las Instituciones Educativas de Ocaña, Norte de Santander, ¿respecto a las causas, responsables y consecuencias del desplazamiento en la región?. De esta manera, la presente investigación se planteó como objetivo general, recuperar los relatos del Desplazamiento Forzado teniendo en cuenta los acontecimientos vividos antes y después del desplazamiento en estudiantes del Ciclo de Educación Media de las Instituciones Educativas de la ciudad de Ocaña, Norte de Santander. Los objetivos específicos se refieren a 1) Identificar las características socioculturales y económicas de las familias de los estudiantes de la Educación Media en situación de desplazamiento y 2) Generar análisis basado en los relatos de estudiantes de la Educación Media para explicar las causas, responsables y consecuencias del desplazamiento forzado en la región del Catatumbo.

2. Algunos referentes teóricos

El desplazamiento de población se evidencia en todas las épocas, como una práctica de los grupos armados en conflicto, de amenazar y expulsar a la población. A nivel mundial según informe (2018) del Consejo Noruego para Refugiados sobre desplazamiento, al finalizar el año 2017, 68.5 millones de personas se encontraban desplazadas forzosamente en todo el mundo debido a la persecución, los conflictos o la violencia generalizada, ocupando la República Árabe Siria el primer lugar con 12,6 millones y Colombia, el segundo lugar con 7,7 millones. Una explicación de este fenómeno en Colombia, es dada por el Centro Nacional de Memoria Histórica (2015, septiembre) considerando que el desplazamiento “se convirtió en una problemática generalizada en Colombia a finales del siglo XX y a comienzos del siglo XXI, sus raíces provienen de procesos de éxodo y destierro que datan de la época de la colonización y la independencia” (p.35). En la segunda mitad del siglo XX Colombia presentó conflicto por causa de los odios bipartidistas y el consecuente despojo de población y de tierras, motivando la creación de autodefensas campesinas; la tierra se constituye en el bastión de la lucha en los años sesenta y setenta con el surgimiento de las guerrillas: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (F.A.R.C) en 1964, un año más tarde el Ejército de Liberación Nacional (E.L.N), el Ejército Popular de Liberación (E.P.L) en el año 1967 y el Movimiento 19 de abril (E.L.N) en el año 1970 como lo indica este informe.

Con la aparición de nuevos protagonistas, los narcotraficantes, se genera una transformación del conflicto armado de interés político a una motivación económica, por el control de los recursos y territorios. A la par surgen los grupos de autodefensas y escuadrones paramilitares en los años ochenta como respuesta contrainsurgente, estableciendo alianzas con terratenientes, ganaderos, empresarios y narcotraficantes. Las contiendas entre los actores armados ilegales continuaron hasta finalizar el siglo XX y comienzo del siglo XXI. En estos procesos complejos de accionar de los diversos grupos ilegales o al margen de la ley y de la lucha del Estado contra éstos, es la población civil la más afectada, en quienes los actos de violencia en medio del conflicto interno, ha generado movilizaciones regionales y desplazamiento a lo largo del territorio nacional durante más de seis décadas.

2.1 Desplazamiento

Según los Principios Rectores acogidos por el sistema de Naciones Unidas (1998, 11 de febrero) se entiende como Desplazado a:

“las personas que se han visto forzadas u obligadas a escapar o huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual, en particular, como resultado o para evitar los efectos de un conflicto armado, de situaciones de violencia generalizada; de violaciones de los Derechos Humanos o de catástrofes naturales provocadas por el ser humano, y que no han cruzado una frontera estatal internacionalmente reconocida” (p.5)

Difiere el anterior con la legislación colombiana Ley 387 (1997, julio 18), Artículo 1. en que no contempla las catástrofes naturales provocadas por el ser humano como se indica en el siguiente texto:

“Desplazado es toda persona que se ha visto Forzada a migrar dentro del territorio nacional, abandonando su localidad de residencia o actividades económicas habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o libertad personales han sido vulneradas o se encuentra directamente amenazadas, con ocasión cualquiera de las siguientes situaciones: Conflicto armado interno, disturbios y tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los Derechos Humanos, infracciones al Derecho Internacional Humanitario u otras circunstancias emanadas de las situaciones anteriores que puedan alterar o alteren drásticamente el orden público” (p.1)

Algunos autores discrepan respecto al término “desplazado” y prefieren hacer énfasis a la situación en la que se encuentran estas personas y sus implicaciones, así Pecaut (1999) establece que los desplazados corresponden a las personas, grupos o ciudades que pierden toda la trama social que han construido en el lugar de origen; para el autor el desplazado sufre la “ruptura abrupta de la memoria como producto del conflicto armado y la violencia” ( p. 3). En consonancia con el informe del Centro de memoria histórica (2015) para quien desplazado es, entonces, alguien que se ve de un momento a otro “expulsado”, “arrojado” del “paraíso” de su lugar y de su identidad; la propiedad y la concentración de tierras, ha sido la base del poder político según Molano (2000) y por esta razón propone hablar de desterrados pues desde su perspectiva“ a la gente la destierran, expulsan, la obligan a huir y a esconderse” (p.6). Otra acepción es la de víctimas del desplazamiento y víctimas con ocasión del conflicto armado acordes a las políticas públicas gubernamentales de los últimos años.

Para esta investigación se comparte la definición que realiza Villa (2004) quien considera que es más oportuno y exacto hablar de “personas en situación de desplazamiento” (p.92), ya que precisamente esa es su característica compartida, es decir, que han vivido o viven en una situación particular de vulneración de derechos por las relaciones de fuerza dentro del contexto de violencia en el país.

2.2 Causas del desplazamiento

Dentro del desplazamiento es fundamental comprender las causas que impulsan a las personas y comunidades a abandonar sus territorios y en tal aspecto, Romero (2007) las relaciona con las dinámicas del conflicto armado, ya que las comunidades abandonan sus territorios, cuando se producen enfrentamientos armados, minado de campos, masacres, amenazas, asesinatos, secuestros, desapariciones, reclutamientos forzosos y demás prácticas bélicas, de las cuales son responsables tanto las fuerzas irregulares como el Estado.

Diversos enfoques o tendencias abordan el fenómeno del Desplazamiento y que da cuenta de la complejidad de éste. El Desplazamiento Forzado está relacionado con la tenencia y uso de la Tierra y con las disputas territoriales. Para Serrano (2007) el desplazamiento es resultado y reproductor del proceso de modernización del país. Es un proceso multidimensional y complejo que involucra el desarrollo del conflicto armado, la concentración de tierras, el control del territorio, cambios en la forma de producción, consolidación de movimientos sociales emergentes, el surgimiento de nuevas formas de apropiación y construcción del territorio.

Escobar (2005) relaciona el desplazamiento como un proceso de desterritorialización y reterritorialización. Es el desenlace de procesos culturales, sociales y económicos que han desembocado en la consolidación de la modernidad capitalista, coincidiendo en este punto con Serrano. Los desplazamientos masivos se han producido en las zonas destinadas a la realización de grandes proyectos de desarrollo, donde el objetivo de las operaciones militares es controlar las vías de acceso, la introducción de armas y salida de productos. Dentro de esta misma perspectiva sobre el fenómeno Bello y otros (2004) consideran el Desplazamiento como una experiencia sujeta al conflicto político-militar producto de la lucha por el territorio, donde las personas tienen que salir de sus comunidades porque han sido vulnerados sus derechos con el propósito de producir miedo, terror y sometimiento. Machado (2011) lo relacionada con el conflicto agrario en tanto que expresa “la tierra es un fin en sí misma…un medio de acumulación, de influencia y control territorial. De esta manera ambos conflictos el agrario y el armado terminan relacionándose a través de sus efectos como son el desplazamiento de población y el despojo de tierras, porque la tierra se convierte en un instrumento de la guerra” (p. 29).

Otra tendencia de factores causantes establece una conexión entre Desplazamiento forzado y las fumigaciones, según Vargas (1994) “las políticas de fuerza contra los cultivos de uso ilícito generan desplazamiento de población asentada en la región…” ya que implica la destrucción de cultivos básicos para la alimentación y la economía rural. Palacio (2002) recopila en su definición la opinión de los anteriores autores al considerar el Desplazamiento Forzado un proceso complejo que enlaza el enfrentamiento bélico entre diversos actores, el requerimiento de control territorial, configurándose una lógica de la guerra en la que se combinan la multicausalidad, la multipolaridad y la multidimensionalidad.

Destacando los principales conceptos se puede concretar que el desplazamiento forzado en Colombia es un fenómeno muy ligado al territorio y a los múltiples intereses tanto económico como político; se convierte en una estrategia bélica para infundir en la población terror y obligarla a abandonar sus tierras, poniéndolos en una situación de vulnerabilidad, pues el despojo no sólo es material sino que implica una ruptura de sus identidades individuales y colectivas y de los lazos creados en las comunidades.

En lo que respecta al conflicto en el Departamento de Norte de Santander la causa del desplazamiento desde una perspectiva del interés por la tierra y los recursos, también es compartida por O’Loingsigh (2007) quien justificó que los paramilitares irrumpieran en la zona en el año 1999, como estrategia estatal y empresarial con el propósito de recuperar zonas importantes para la economía colombiana, por los Megaproyectos de explotación del petróleo, carbón, gas y siembra de palma africana; a la vez que destruir las organizaciones sociales presentes en el Catatumbo, y los grupos subversivos Ejército de Liberación Nacional (E.L.N) y Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (F.A.R.C.), que accionaban y controlaban el territorio por su ubicación estratégica fronteriza desde los años ochenta.

Estos factores son profundizados en una investigación titulada “Con licencia para desplazar Masacres y reordenamientos territoriales en Tibú, Catatumbo” del Centro Nacional Memoria Histórica (2015) que denomina a las acciones facilitadas por decisiones, acciones y omisiones del Estado “las fibras de la violencia” (p.42) como son el petróleo, la coca, la política antidrogas, la agroindustria de la palma y el auge minero energético. Estas fibras se relacionan con el conflicto armado y la violencia generalizada en el municipio de Tibú, en el que se perpetraron treinta y tres masacres entre 1980 y 2012 la mitad de las del Catatumbo y 16 homicidios selectivos, expulsando más de 46 mil personas entre antes de 1980 y agosto de 2013.

O’Loingsigh señala que los cultivos ilegales de la coca se constituyen en un factor que explica ciertas acciones de violencia, porque las Autodefensas Unidas de Colombia (A.U.C.) con el Bloque Catatumbo bajo las órdenes de Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, se apoderaron del negocio en su comercialización y producción, comprando fincas y matando a sus dueños. Señala que la coca es un botín con la cual se puede financiar la guerra, pero a la vez es parte del conflicto porque justifica operaciones bélicas por parte del Estado y la Comunidad Internacional para financiar la guerra en Colombia alegando una lucha contra el narcotráfico.

Para el autor el accionar del Bloque Catatumbo desde el año 1999 hasta su desmovilización en el 2004, se caracterizó por acciones de muerte y terror para los habitantes de esta región, con asesinatos, torturas, ejecuciones, desapariciones e incineración de viviendas. El desplazamiento era fruto del terror de la población civil a ser asesinada a manos de los paramilitares y los bloqueos a que era sometida la población a través de impuestos, requisas, restricción de insumos, transporte. Información corroborada en el informe presentado por el Centro de Memoria Histórica (2015, septiembre) en la que señala que “los habitantes del Catatumbo han sufrido 66 masacres que incidieron en el desplazamiento de 154.603 pobladores, que representan el 78 por ciento del total de los que huyeron por la violencia en el departamento de Norte de Santander” (p. 272) así, entre mayor es el número de víctimas mortales como consecuencia de las masacres, mayor es el número de personas que salen del territorio.

El anterior planteamiento pone de manifiesto que el conflicto en Norte de Santander se agudizó con la entrada paramilitar en diversos municipios que antes estaban bajo el control de la guerrilla y que su interés no era diferente al de otras regiones del país donde hacían presencia, como era la del control territorial, el monopolio de la producción y tráfico de productos ilícitos, favorecimiento de los intereses de los terratenientes y de la empresa privada y estatal.

Un informe reciente de La Defensoría Delegada para los Derechos de la Población Desplazada (2018), en su boletín N.º 4 entre enero y junio del presente año, en la subregión del Catatumbo se han desplazado en 20 eventos masivos 9.686 personas (2.986 familias) como resultado de los enfrentamientos entre los grupos armados ilegales Ejército Popular de Liberación (EPL) y Ejército de Liberación Nacional (ELN), por el control del territorio y en menor medida como consecuencia de combates entre la Fuerza Pública y el EPL.

2.3 Responsables del desplazamiento

Un informe de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. (2007) señala que Colombia continúa seriamente afectada por el conflicto armado interno, donde es cada vez más evidente que los grupos armados ilegales están involucrados de manera directa o indirecta en actividades de narcotráfico, y que están asociados con redes locales e internacionales de crimen organizado y corrupción.

Respecto a la Fuerza Pública opina que ésta continúa implementando su plan de guerra contra los grupos armados ilegales y en particular contra la guerrilla, donde la población civil ha sido afectada por los combates. Resalta la persistencia de ejecuciones extrajudiciales atribuidas a miembros de la fuerza pública, fundamentalmente del ejército, como la de presentar a las víctimas como muertos en combate, alterar la escena de los hechos antes del levantamiento del cadáver, todo esto motivados por la presión por resultados y el interés de algunos miembros de la fuerza pública de obtener a partir de dichos resultados una serie de beneficios y reconocimientos.

Con relación a los paramilitares a raíz de las versiones libres se reveló la descomunal magnitud de las actividades delictivas de los mismos, crímenes cometidos mediante el uso generalizado de la práctica de la desaparición forzada durante los últimos años. Se refiere a los paramilitares como grupos fuertemente armados, con organización militar, mandos responsables, con capacidad para ejercer control territorial y adelantar acciones militares contra otros actores armados; se establecieron nexos, aquiescencia o tolerancia de algunos miembros de la fuerza pública en acciones atribuidas a algunos de estos grupos.

En cuanto a los grupos guerrilleros tanto las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), cometieron infracciones graves y sistemáticas al Derecho Internacional Humanitario con acciones tales como masacres, homicidios, toma de rehenes, uso de minas antipersona, actos de violencia sexual, reclutamiento de niños y niñas y actos de terrorismo, amenazas de muerte y desplazamiento forzado. Este informe ratifica el accionar de los grupos armados en Colombia y cuyos actores reconocidos Fuerzas armadas del Estado, Paramilitares y Guerrilla en su lucha por el control territorial afectaron directamente a la población civil provocando con sus acciones el desplazamiento forzado de población. Como lo plantea Ibáñez (2008) “en los conflictos internos los grupos armados atacan a la población como estrategia para alcanzar objetivos de guerra” (p.37) y en el accionar usan los ataques a la población cuyos actores son “los grupos guerrilleros, los grupos paramilitares y el Estado” (p.39)

2.4 Efectos del Desplazamiento Forzado

El Desplazamiento Forzado es un fenómeno que afecta las condiciones estructurales tanto a nivel individual como colectivo y que por tanto tiene efectos sociales, económicos, políticos y culturales en general. El desplazamiento tiene un impacto, produce ruptura, un cambio abrupto en los individuos, las familias y comunidades como lo indica Camilo (2002) “en sus inicios la crisis se caracteriza por la desorganización emocional y el comienzo de la búsqueda de estrategias que permitan enfrentar la situación… el trabajo de asumir las pérdidas parciales o totales, originan distintos procesos de duelo, signados en general por la tristeza” (p32). Las personas que se han visto obligadas a desplazarse por una amenaza de muerte, opera la incertidumbre permanente.

A nivel social el impacto más fuerte tiene que ver con la fragmentación de las redes de solidaridad tejidas en el sitio que tienen que abandonar; los hábitos comunes de comunicación, los patrones culturales de interacción y cambio de costumbres como lo señala Bello y otros (2004) se ven obligadas no sólo a perder el territorio sino también relaciones y afectos construidos históricamente con el entorno, en lo que la autora llama “Desestructurando mundos sociales y simbólicos” (p. 111).

Según una investigación de salud mental en víctimas de desplazamiento forzado por la violencia en Colombia de Castaño y otros (2018) los trastornos más prevalentes en la población asentada en Bogotá, Medellín y Buenaventura son la depresión y que en el caso de “los adolescentes presentaron las prevalencias más altas para los trastornos de impulsividad: negativista desafiante (6,12 %), trastorno de conducta (4,08 %) y déficit de atención (3,06 %)” (p. 210); Respecto a los comportamientos suicidas “para el grupo de los adolescentes la prevalencia fue 11,34 %” (p.212); para el consumo de sustancias psicoactivas la dependencia de marihuana “presentó una alta prevalencia en el grupo etario de adolescentes 2,86 %” (p.216). Los autores concluyen que la prevalencia de los trastornos mentales en la población víctima del conflicto armado, los cuales contribuyen a la morbilidad, la discapacidad temporal y permanente, y la mortalidad prematura. Algunas problemáticas se relacionan con los trastornos de ansiedad, el consumo de drogas y el abuso de bebidas alcohólicas que emergen con fuerza en el cuadro de salud general de este grupo poblacional. (p.262)

El desplazamiento forzado tiene como lo indican los anteriores autores, múltiples efectos: provoca una ruptura, ya que las personas en esta situación pasan de ser sujetos de Derechos a que sus derechos son vulnerados; de poseer una identidad ligada a una cultura propia, por lo general rural, para adaptarse a la fuerza a otra que le es extraña; pasar de un mundo ligado a la naturaleza y la vida por otra marcada por la muerte y la desesperanza. La seguridad prodigada por la tierra a la incertidumbre y el miedo. De una historia familiar y colectiva interrumpida para dar paso a otra llena de nuevas luchas y carencias; la afectación no sólo es material sino en la salud mental que en el caso de los jóvenes los hace más vulnerables.

2.5 Memoria

El término memoria histórica necesariamente hace alusión a recuerdos e historias con diferente carga emocional, que son relativamente cercanas en el tiempo presente, que para Todorov (2002) es un siglo, tiempo accesible a la memoria de los individuos, por el hecho de que ese periodo de años es el que naturalmente incluiría la propia vida, la de los padres y a lo sumo, la de los abuelos. De esta manera los relatos del Desplazamiento forzado de esta investigación relacionan los hechos acontecidos en la década a partir de 1993 hasta 2003 que son los años que los estudiantes del Ciclo de Educación Media de las Instituciones Educativas de la Ciudad de Ocaña referenciaron como la época de ocurrencia de los hechos.

La literatura con respecto a la recuperación de la memoria del desplazamiento producto del conflicto armado ha comenzado a visibilizar la tragedia para Colombia, destacándose las hechas por el Centro Nacional de Memoria Histórica. La primera publicación “Trujillo, una tragedia que no cesa” (2008) analiza las causas, los hechos, los responsables, las víctimas y las consecuencias de la violencia de una población cuyos hechos de violencia tuvieron como saldo el asesinato de 342 personas, ocurrida entre los años 1988 y 1994 como estrategia de control territorial entre narcotraficantes y agentes locales, regionales; de las Fuerzas Armadas contra la subversión, que hacía presencia en la región.

Para el Centro de Memoria Histórica, la masacre como modus operandi dominante de la violencia contra la población civil, se ha constituido en la forma extrema, brutal y sanguinaria que tiene un enorme impacto social y psicológico. La masacre como la de Trujillo- al igual que muchas otras ocurridas en el país-, producto de la violencia ha tenido en efecto una triple función: preventiva para (garantizar el control de la población, rutas y territorios); punitiva (castiga ejemplarmente a quien desafíe la hegemonía o el equilibrio) y simbólica (porque intenta mostrar que se pueden romper todas las barreras éticas y normativas, incluidas las religiosas).

De allí que las personas sobrevivientes o las comunidades no tengan más opción que el abandono de los territorios, y el silencio frente a los hechos pues donde quiera que vayan sus vidas estarán seriamente amenazadas. Otra publicación realizada por el Centro Nacional de Memoria Histórica “Una nación desplazada” presenta un informe nacional del desplazamiento forzado en Colombia con una revisión de los antecedentes del desplazamiento en el siglo XX, la persistencia en escenarios de búsqueda de la paz, período 2005-2014, el éxodo rentista como disputas por la tierra y el territorio y crónicas regionales del éxodo.

2.6 Conflicto armado

El conflicto armado en Colombia tiene raíces profundas en la historia del país y que según Waldmann (2007) desde su declaración de independencia en 1819 hasta ahora ha sido marcada por dos elementos interconectados: Democracia y violencia. A mediados del siglo XIX fueron fundados los partidos Liberal y Conservador, ambos representaban los intereses de la clase alta, la llamada oligarquía. En la mayoría de los casos, el partido gobernante no abandonaba voluntariamente el ejercicio del poder político ni los privilegios que lo acompañaban. Frecuentemente la consecuencia de las elecciones era una sangrienta guerra civil instigada por líderes de los partidos hegemónicos; así las elecciones y el uso de la fuerza era instrumentos alternativos empleados por grupos de la clase alta para regular sus conflictos internos relacionados con la distribución de bienes, de la riqueza y del poder.

Continuando las ideas del autor agrupa el conflicto en Colombia en cuatro olas: La primera ocurrida en la segunda mitad del siglo XIX en la que tuvieron lugar siete guerras civiles. La segunda ola conocida como la violencia ocurrida entre 1949 y 1958 con los mismos motivos políticos, durante el cual hubo un período de cinco años de dictadura. Los partidos hicieron tregua a través de la alternancia en el gobierno desde 1958 a 1974 período conocido como Frente Nacional. Al tiempo durante los años sesenta surgen varias organizaciones guerrilleras para oponerse a los partidos dominantes con lo que crece una ola de violencia marcada por la lucha armada entre el Estado y la insurgencia. La última ola de violencia donde entran actores narcotraficantes y los movimientos de derecha (escuadrones de la muerte y grupos paramilitares). Para este autor la primera y tercera ola tienen un carácter político, mientras que la segunda y cuarta ola, aunque en sus inicios es motivada políticamente, adquiere elementos con tendencia anónima. Destaca a la vez algunos rasgos generales que son característicos de la sociedad y la política colombianas: Un Estado sumamente débil; una multitud de actores violentos no estatales; el hecho de que estos actores sean económicamente fuertes y la manera como los actores políticos interpretan en Colombia la ley y la democracia.

Coincidiendo con Waldmann (2007), Kurtenbach (2005) destaca cuatro conjuntos de causas estructurales del Conflicto Colombiano: Una cultura política de la violencia; la debilidad del Estado colombiano, los límites de la participación política y el acceso desigual a la tierra y los recursos naturales. Incluye a la vez algunos factores que agudizan el conflicto como son la elevada desigualdad social, las inmensas ganancias del narcotráfico y el narcocultivo, así como los fondos internacionales para combatirlas y la intervención creciente de Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo.

Orozco (2007) caracteriza el conflicto colombiano actual desde una perspectiva histórica dividiéndolo en tres períodos: La primera etapa de su desarrollo, durante las décadas de 1960 y 1970, en la que el ejército estatal luchó contra grupos guerrilleros comunistas localizados sobre todo en zonas de colonización con muy baja presencia estatal, con la ayuda de paramilitares financiados por el Estado. En la segunda etapa, durante los años 1980 y 1990, poderosos grupos guerrilleros y paramilitares, ambos profundamente atrincherados en la economía de las drogas ilícitas, se enfrentaron directa e indirectamente de manera en extremo bárbaro, mientas el ejército estatal se replegó en el rol más bien pasivo de partidario de los paramilitares. En la tercera etapa, inmediatamente después del inicio del Plan Colombia, el ejército estatal, con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos y de segmentos importantes de la población colombiana, recobró la iniciativa estratégica contra la guerrilla, frenó su ingreso y su desarrollo en algunas de las grandes capitales y empezó a marginar, por lo menos en apariencia a los paramilitares. En este contexto el eje de confrontación armada entre guerrilla y paramilitares fue el más dinámico transformando el conflicto en una catástrofe por la extendida práctica de la barbarie entre ambos grupos.

Para Kaldor (2001) en las nuevas guerras, el objetivo central de la guerra revolucionaria es el control del territorio mediante la obtención del apoyo de la población. Las zonas de dominio suelen estar en regiones remotas del país, a las que la administración central no tiene fácil acceso. En tanto la nueva guerra adopta elementos tanto de la guerra revolucionaria como de la contrainsurgencia, y según la autora de la primera, toma prestado la estrategia de dominar el territorio mediante el control político; los segundos el método de control territorial es a través del desplazamiento, de la eliminación de los posibles opositores. Depende más bien, de mantener el miedo y la inseguridad y de perpetuar los odios recíprocos. El modelo de violencia en el nuevo tipo de guerra se confirma con la tendencia a evitar el combate y dirigir la mayor parte de la violencia contra civiles y el desplazamiento de población.

Cualesquiera hayan sido las razones iniciales del conflicto colombiano, estas se han imbricado a lo largo de los últimos sesenta años. De acuerdo con la afirmación de Howard (1995) “todos los conflictos complejos de índole social o política tienen múltiples raíces. El conflicto tiene que ver con los fines concretos que los adversarios persiguen y al mismo tiempo, con las interpretaciones que estos hacen de lo que está en disputa” (p.19). Cada uno de los actores armados argumentan razones para justificar su accionar bien sea como lo afirma Pizarro (1999) “el surgimiento de focos armados como respuesta defensiva y focos armados como proyecto político en el caso de la insurgencia” (p.21). La idea generalizada de los actores en conflicto es que la única vía para conseguir sus objetivos es a través de la lucha armada.

Acciones contra los civiles han generado el desplazamiento forzado de población, que se ha vuelto un hecho cotidiano como estrategia bélica para: diezmar y desorganizar viejas bases sociales; difundir intencionalmente miedo y terror y demostrar poder; eliminación de posibles opositores; escarmentar a los campesinos de que no deben colaborar con los alzados en armas; recuperar zonas económicas estratégicas y su utilización ilegal; lucha por la tierra; acciones contra individuos familias y grupos humanos son las que producen una continua movilización humana, como en viejas épocas de conquista de territorios, tras la expulsión de unos individuos y la ocupación de otros. La violencia contra la población queda en el olvido, sólo está en la memoria de aquellas generaciones permeadas por el conflicto armado y el desplazamiento forzado.

3. Aspectos Metodológicos

El Desplazamiento por ser un fenómeno social y del campo de las Ciencias Sociales según Vasco (1990) se inscribe en el tipo de investigación Cualitativa ya que proporciona gran cantidad de información a través de relatos sobre el desplazamiento forzado así como Histórica en concordancia con Rosado (2003) por cuanto el proceso comprende el registro, análisis e interpretación de los sucesos del pasado narrados por estudiantes del Ciclo de Educación Media de las Instituciones Educativas de Ocaña, Norte de Santander, cuyas familias fueron obligadas a desplazarse de las zonas habituales de residencia como consecuencia del conflicto armado en Colombia, durante la década de 1993 a 2003.

En la Investigación Fenomenológica Cualitativa-Histórica que se desarrolló a lo largo de este trabajo comprende el registro de los hechos que se suscitaron antes, durante y después del evento del desplazamiento; el respectivo análisis de la información recopilada a través de las entrevistas semiestructuradas y la interpretación de los sucesos del pasado con el propósito de descubrir generalizaciones que pudieran ser útiles para la comprensión del objeto de estudio.

La población estudiantil inscrita para el año 2008 en las 10 Instituciones Educativas y cuatro centros Rurales de la ciudad de Ocaña, era de 17.892 y según registro del Censo Educativo DANE había un total de 1.059 niños, niñas y jóvenes en situación de desplazamiento desde el grado Preescolar hasta el grado Undécimo, especificado en: 68 niños y niñas en el ciclo de Transición; 675 niños y niñas en Básica Primaria; 255 en educación Básica secundaria y 61 estudiantes en Educación Media. Para la obtención de la muestra se tuvo en cuenta el 50% de la población. De los 61 estudiantes en situación de desplazamiento del Ciclo de Educación Media, se tomó una muestra de 30 estudiantes, quienes decidieron de manera voluntaria participar del proyecto de investigación.

El Instrumento para la recolección de la información en la investigación es la Entrevista- semiestructurada que según Sampieri ( 2008) “se basa en una guía de asuntos o preguntas y el entrevistador tiene libertad de introducir preguntas adicionales para precisar conceptos u obtener información sobre los temas deseados” (p.21) como es la de obtener narraciones individuales de los eventos sucedidos antes y después del desplazamiento.

La entrevista se constituye en el principal instrumento de recolección de información en las Ciencias Sociales como lo expresa Tezanos (2002) “herramienta que responde más adecuadamente tanto a los objetos de estudio de su interés, como a los propósitos de los proyectos de indagación” (p. 31) que en el caso de la investigación tuvo una duración mínima de una hora, distribuida en dos sesiones por estudiante: En la primera sesión se realizó una entrevista teniendo en cuenta la guía para la caracterización de las familias tomada de Nicolás Serrano Cardona (2007) y cuyo objetivo era establecer un nivel de confianza entre el entrevistador y el entrevistado, a la vez que identificar las condiciones de vida, conformación y estructura familiar, aspectos socio-económicos generales, lugares de procedencia, antecedentes del desplazamiento. Guía que se socializó y entregó previamente en una reunión a cada uno de los entrevistados para que la socializaran con sus familias. En esta fase se tomaron apuntes de los datos según la guía de caracterización de las familias.

La segunda sesión de la entrevista-semiestructurada se realizó teniendo en cuenta la guía para la profundización de los eventos antes, durante y después del desplazamiento forzado tomada del mismo autor y que consta de cuatro aspectos: Significados del abandono del territorio y del evento del desplazamiento; representación de sí mismos; dinámica familiar y vivencia en el nuevo lugar.

4. Resultados

Análisis de la entrevista semiestructurada: guía para la caracterización de las familias.

El objeto identificar las condiciones de vida, conformación y estructura familiar, aspectos socio-económicos generales, lugares de procedencia, antecedentes del desplazamiento de las familias de los estudiantes entrevistados en situación de desplazamiento.

Módulo I: Conformación familiar y condiciones de vida.

Descripción: Caracterización de las variables socio demográficas de las familias que permitan comprender sus condiciones de vida antes y después del desplazamiento.

Identificación Miembros del Grupo Familiar:

Los padres provenientes de la zona rural la Jefatura del hogar está a cargo principalmente de los hombres, los asume la mujer, sólo en casos de viudez o separaciones. Respecto a la edad los padres oscilan los hombres entre los 34 y 65 años; las mujeres entre los 35 y 53 años. El número de hijos oscilan entre los tres y ocho hijos. Relacionado con las edades de los hijos se aprecia que oscilan en mayor frecuencia entre los 9 y 25 años, especialmente entre los 16 y 18 años. La relación por sexos es mayor el sexo femenino entre los hijos. Hijos en condición especial sólo uno quien sufrió un accidente y se encuentra incapacitado por quemaduras en su cuerpo.

Identificación de los Servicios de Salud y Educación:

Respecto a la seguridad social la totalidad de las familias se encuentra afiliada al Régimen de Salud subsidiada por el Estado. La escolaridad de los padres antes del desplazamiento es muy baja, alcanzan hasta la primaria y después del desplazamiento, sólo contados casos han realizado un curso de capacitación o continuado estudios de primaria. La escolaridad de los hijos antes del desplazamiento se encontraba realizando la primaria o no habían ingresado a la escuela; después del desplazamiento han alcanzado estudios de secundaria y la totalidad de los entrevistados se encuentran cursando la Educación Media; algunos de sus hermanos no continuaron estudios y se dedicaron al trabajo.

Actividad socioeconómica y generación de ingresos:

Antes del desplazamiento los padres se dedicaban a actividades agropecuarias para el sustento de sus familias y las madres a las labores del hogar como amas de casa y contribuyendo con las labores agrícolas. Después del desplazamiento los hombres se emplean en actividades relacionadas con la agricultura principalmente, las ventas ambulantes y en muy pocos casos en construcción; respecto a las mujeres la mayoría se dedica a las labores del hogar; quienes se emplean lo hacen en las labores de servicio doméstico y muy pocos casos administradores de su propio negocio (tenderos o comerciantes). Respecto a los entrevistados en su mayoría no trabajan, sólo un caso colabora con su familia en la venta de gasolina y contribuyendo a las labores agrícolas.

Módulo II: Antecedentes del desplazamiento.

Descripción: Caracterización de la vivencia de la familia frente al evento del desplazamiento y durante el momento de la llegada.

Caracterización del evento del desplazamiento:

El lugar de procedencia de las familias es en su mayoría de los municipios de El Carmen, Teorama, Convención y le siguen El Tarra, San Calixto, Ocaña (corregimiento de Otaré), Abrego, pertenecientes al departamento de Norte de Santander y del vecino departamento del Cesar (municipios como la Jagua de Ibirico, Pailitas y Codazzi). El número de eventos del desplazamiento por familia fue de uno, solo se registra un caso de dos eventos de desplazamiento; respecto al tipo de desplazamiento la mayoría de las familias salió individualmente; y se presentaron casos de desplazamiento colectivo donde las familias salieron acompañadas por otras familias de la vereda donde residían. El año del desplazamiento oscila entre 1993 y 2003, siendo de mayor incidencia los años 2002 y 2001 respectivamente. Las causas del desplazamiento están relacionadas con amenazas surgidas por la presencia paramilitar principalmente, le siguen amenazas surgidas por la presencia de grupos guerrilleros relacionadas con reclutamientos, combates y exigencias de cuotas; los combates entre guerrilla, fuerzas armadas y paramilitares es otra de las causas del desplazamiento; en pocos casos se adjudican a amenazas por las Fuerzas Armadas del Estado (ejército) y dos casos no identifica los autores. Relacionado con los bienes que poseían: la mayoría de las familias vivían en fincas ubicadas en la zona rural propietarias de las mismas y en pocos casos como amedieros.

Pérdidas humanas:

Se registraron pérdidas humanas como la muerte de los padres, de un familiar o un vecino en el lugar de residencia que motivó el desplazamiento; en el lugar de residencia actual la mayoría no reporta pérdidas humanas, pero hay dos casos de un menor fallecido por enfermedad y un adulto asesinado por los paramilitares en la ciudad de Ocaña. Respecto a los vínculos que quedan en el lugar de origen algunos padres retornaron a sus fincas, laboran en alguno de los municipios donde aún tienen vínculos de amistad o familiaridad. La mayoría de las familias han recibido ayuda de emergencia por parte de las autoridades en los sitios de recepción correspondientes a frazadas, colchones, utensilios de cocina, vestuario, alimentación; muy pocas familias han recibido subsidios para adquisición de vivienda o adecuación de la misma a través de la Oficina de Atención al Desplazado (U.A.O.) de la ciudad de Ocaña; o a través de O.N.G y la mayoría solo han recibido subsidios por el programa estatal Familias en acción y alimentación en las Instituciones Educativas donde cursan estudios. Los Derechos más vulnerados en las familias se relacionan con el derecho a la vida, al trabajo, libertad, vivienda, salud, educación.

Módulo III: Participación y organización social.

Descripción: Caracterización de las formas de participación política, social y comunitaria de los miembros de la familia.

Escenarios de participación política, social y comunitaria:

Las familias en su mayoría participaban de las Juntas de Acción Comunal correspondientes a las veredas o comunidades en las que residían, sólo una madre de familia ejercía el cargo de Presidenta de Junta de acción Comunal y un padre de familia como funcionario vinculado a la Alcaldía. Luego del desplazamiento los padres no se hayan vinculados a organizaciones de tipo político, social o comunitario, solo un padre de familia lidera proyectos en beneficio de los desplazados.

Módulo IV: Entorno y dinámica familiar.

Descripción: Caracterización de la estructura y funcionamiento interno de la familia.

Dinámicas de reconfiguración familiar después del desplazamiento:

Relacionado con las separaciones, la mayoría de las familias conservan la unidad familiar, en pocos casos se han presentado separaciones entre los padres y se han creado nuevas uniones.

Distribución y asignación de roles:

Antes del desplazamiento los hombres se dedicaban a las labores agropecuarias y en pocos casos al comercio; las madres se dedicaban a las labores domésticas como amas de casa. Después del desplazamiento los oficios son los mismos, exceptuando algunos casos que trabajan como obreros de la construcción.

El cuidado de los hijos:

Antes y después del desplazamiento está a cargo de los padres, los casos donde los padres retornaron a sus fincas los hijos viven con familiares o amigos.

La participación cultural:

Antes se dedicaban a las labores agrícolas, al trabajo los padres y al estudio los hijos; después del desplazamiento los hijos asocian la cultura a las actividades concernientes al estudio.

La economía familiar:

En la mayoría de las familias los padres aportan para los gastos de alimentación, vestuario, servicios, educación, salud, vivienda, producto de las labores agrícolas y comerciales o de construcción que realizan. Algunas madres laboran en actividades propias del servicio doméstico (lavar, cocinar) o del comercio. Los hijos mayores aportan con el trabajo en labores agrícolas, comercio (ventas) o empleadas del servicio.

Análisis de la Entrevista semiestructurada: Guía para la profundización de los eventos antes, durante y después del desplazamiento.

Consta de cuatro aspectos los cuales se agrupan: Significados del abandono del territorio y del evento del desplazamiento. Percepción acerca del lugar de antes; los espacios, las actividades que realizaban, la relación con la naturaleza, los bienes que tenían. Se perciben sentimientos de remembranza e idealización de la vida en el campo expresada de manera positiva “era feliz porque teníamos todo”; “el campo es más rico porque realiza actividades con los amigos”; “era muy bueno porque no nos faltaba nada”; “estábamos bien, estábamos acomodados” Expresiones de nostalgia por los espacios relacionados con la vivienda y su conexión con la naturaleza, así como los recursos para la subsistencia: “era una casa grande, teníamos un cuarto cada uno…teníamos dónde, las cosechas eran grandes, vivíamos bien”; “vivíamos en una finca, tiene 37 hectáreas, la casa tenía dos cuartos, la sala, el patio grande, jardín, muy bonita. La finca, tenía la cocina, el fogón, todo...cultivaban café, yuca, plátano y criando animales”.

Narración de los momentos más significativos del lugar de antes: Momentos de alegría y de tristeza:

Los y las jóvenes experimentan diversos sentimientos de alegría respecto al lugar donde residían destacándose los lazos de unidad familiar, de ayuda mutua y tranquilidad que se experimenta por el contacto con la naturaleza y la comunidad rural. “compartía con mi familia, mis hermanos, trabajábamos con nuestro papá en la finca y vivimos muchas experiencias bonitas”; “extraño el ambiente, la naturaleza, como los campesinos, como eran con nosotros, su humildad, como era el ambiente que se hacía en una finca...”; “mi vida era muy estable, si….viví muy bien porque estaba reunida con toda mi familia”.

Expresan además sentimientos dolorosos por la salida del lugar de residencia (fincas o casas) y las pérdidas materiales sufridas como consecuencia del desplazamiento “nos tocó salirnos, desalojar, con mucho pesar, dejar mis amistades, la casa, algunos electrodomésticos…dejar mi pueblo que era lo que más quería”; “todo se perdió, el mercado y todo lo que se vendía y el campo mi papá lo vendió”; “nos tumbaron todo, nos dañaron todo... nos vinimos con las ropas nada más que teníamos, no sacamos nada, todo se quedó allá, la finca se quedó botada” ; “salir uno dejar todo lo que tenía, donde nació, donde creció, donde sobrevivió…”; “nos obligaron a salir por las malas a plena noche y no nos dejaron sacar cosas nada”; “uno se siente derrotado, mal, ya que toca dejar todo, se siente despreciado”.

Hay sentimientos encontrados respecto a las pérdidas humanas que van del dolor y la rabia cuando sus padres, hermanos, primos, abuelos, tíos, profesores, vecinos o extraños fueron asesinados; sentimientos de miedo y terror ante la amenaza directa o la presencia de los diversos grupos armados en conflicto. “Llegó un grupo en la noche….empezamos a sacar las cosas, cuando ya terminaron escuchamos los tiros…cuando, salimos estaba mi papá muerto” ; “mi papá estaba en la vereda…..llegó una ley….lo sacó….él se llenó de nervios y salió corriendo…..lo mataron... , “ a mi primo lo asesinaron ” ; “a mi prima… la asesinaron… y mi profesor lo asesinaron y lo enterraron” ; “muchos conocidos, amigos de mi familia, si, los mataron en ese revoluto que hubo allá”; ” unos que venían a mercar…los mataron, fueron dos y otros que iban en una moto, los bajaron, los desaparecieron”; “teníamos amenazas constantes y además para viajar al pueblo era una inseguridad….el que bajaba…lo asesinaban” ; “siempre nos ponían problema a los hermanos….varones….pues inclusive preguntaban por ellos…entonces teníamos incertidumbre”.

Explicaciones sobre el evento del desplazamiento.

Las y los jóvenes coinciden en que el miedo a los actores armados es el eje articulador que motivó las familias al desplazamiento; miedo asociado por las acciones de violencia y la amenaza que sentían hacia sus vidas como producto de las estrategias bélicas empleadas por los diversos actores del conflicto paramilitares, guerrilla y fuerzas del Estado.

- Desplazamiento atribuido a los paramilitares:

Amenazas directas motivadas, por la presunción de ser colaboradores con la guerrilla o despojarlos de su tierra.

En el año 2001 “vivía en San Calixto…un domingo estábamos en mi casa (finca) cuando llegaron las autodefensas, llegaron arrancaron todos los frutos que habían ahí, y de allí propusieron que nos viniéramos; que ellos se quedaban con eso, que si no, nos sacaban a la fuerza, entonces nosotros nos vinimos en un bus que salía a las cuatro de la madrugada, dejando todo botado, solamente la ropa…..la finca la cogieron ellos y llamaban a mi papá para que fuera a reclamarla después, pero papá no iba porque eso era para matarlo, entonces la finca ellos la vendieron, a un señor amigo de mi papá y el señor como la finca se la dieron barata él la compró y al tiempo volvieron y se la quitaron al señor, o sea que perdió la plata que invirtió en ellas”.

En el año 1998 “vivíamos en Sardinata…un día llegaron unos hombres a la oficina y lo amenazaron para que se fuera del pueblo, que ellos estaban en las puertas del colegio donde yo estudiaba y que, si no se iba pues que nos mataban, mi mamá había tenido a mi hermanito. Mi papi se desesperó y vendió la casa, casi la regaló…la finca la dejó a cargo de un señor…papi donde quiera que iba era con el temor por eso iba de una ciudad a otra por el temor de que lo buscaran los paramilitares”.

“Llegaron rumores”; “ya vienen”; “van a matar a todos”; “lo desaparecieron”, entonces el miedo se apodera y huir es la única alternativa para garantizar la vida de cada uno de los miembros de la familia.

En el año 2001. “Vivía en la vereda San Miguel (San Pablo) Teorama… pues primero las mismas personas se encargan de atemorizarlo a uno, porque decían que ya venían, bueno esas personas, los paracos, y nosotros del mismo miedo nos tocaba salir y huir de ahí…. los vecinos vinieron a avisar, pero también venían carros de otras veredas por allá, ya venía ahí gente …pasaban para salir a las ciudades… pues nos venimos todos desde el momento que nos avisaron que venían esos paracos, pasó un carro, un Postobón (carro) y mi papá pues le dijo que nos hiciera el favor de transportarnos… y ahí nos embarcamos… los paracos llegaron ahí, la tienda eso lo dañaron…”.

En el año 2001 “vivíamos en la vereda de San Miguel (San Pablo) Teorama… llegaron rumores que iban a llegar los paracos…y nosotros de miedo…un día llegaron allá una gente armada que nunca se supo que era y nos dijeron que teníamos que salirnos de allí de toda la vereda y nosotros nos vinimos para acá (Ocaña)”.

En el año 2004 “vivía en el corregimiento de San Juancito (Teorama)… se entraron las autodefensas y nos tocó salir para las veredas más lejanas para huir de la violencia que traían ellos porque venían matando gente y haciendo correr a todo el mundo y también allá como hay guerrilla y eso pues tenían que…y la guerrilla como no se iba a dejar y siguieron combatiendo y a los civiles les tocó salir…, hasta la finca de mis abuelos y de allí como nos veíamos atacados por los tiroteos y la violencia, nos tocó pasar por una montaña muy grande, pasar la noche …y después llegamos a un pueblito que se llama la Cecilia y nos tocó dar una vuelta muy larga para poder llegar allí, porque por un paso que era cerca…estaban las autodefensas allí y el que pasaba por allí lo mataban… cogimos un carro para Teorama” .

En el año 2002 “vivíamos en la vereda Filoguamo de San Pablo (Teorama)… decían que esos llamados paracos que los amenazaban y tenían que venirse para el Aserrío, que para el pueblo de nosotros… a matar a todos los que había allí con toda la guerrilla que había allí y entonces nosotros por miedo nos vinimos para acá….. en un carro…para Convención… y después… para Ocaña”.

En el año 2001 “vivíamos en la vereda Tierra Azul (Carmen)… en esa época llegaron y en la vereda, vivía un señor tenía una tienda y a él llegaron y se lo llevaron y lo mataron, lo desaparecieron, no se supo qué se hizo, entonces mi mamá decidió irse un tiempo…en ese estaba viviendo mucho los conflictos armados….ellos se identificaron como autodefensas… pero entonces el temor de que estaban matando mucha gente allá en el pueblo, ya la gente no quería bajar, ya uno no podía ir ni tan siquiera al pueblo porque presto uno llegaba, comenzaban a investigar, de dónde es, debiera la persona o no debiera” .

En el año 1997 “vivíamos en la vereda Guadalupe (Gabarra)… llegaron unos alzados en armas y dieron una orden que nos saliéramos en una semana y nosotros por el miedo salimos de allá y perdimos todo… los paracos y la guerrilla también…pero la guerrilla no molestaba tanto…. llegaron a los pueblos, masacraban y nosotros nos dimos cuenta y por eso nos salimos de esa vereda…nosotros por el miedo, nos salimos de allá; de pronto nos iba a pasar algo….unos salían adelante y otros atrás porque pensaban que era pura mentira que iban a llegar esas… amenazas… nos venimos todos juntos primero en mulas y después en canoas por un río… como unas cinco horas en canoa (a la Gabarra)… después cogimos un trasporte para un pueblito llamado San Pablo… nos refugiamos en una finca… en la vereda el Diviso… y nosotros decidimos venirnos para Ocaña…”.

La exposición permanente a los actos de intimidación de los actores armados, la presencia abrupta de estos y el ultimátum aceleran la huida de las familias para salvar sus vidas.

En el año 2004 “vivía en la Jagua de Ibirico (Cesar)… un día la Cruz Roja iba a dar unas donaciones al colegio un computador y un televisor, mi hermano mayor él iba a llevar las mulas para que las llevara al colegio y a él un grupo armado lo detuvo y lo uniformaron y por milagro de Dios lo volvieron a soltar… en otro hecho, en otra vereda… mi prima era evangélica… los grupos armados iban pasando por ahí, la agarraron y la asesinaron… ellos iban asesinando gente sin motivo alguno… otro que cayó fue el profesor en el año 2004, bajando hacia el pueblo, en un plan a él lo asesinaron y lo enterraron ellos mismos… son los paramilitares los que siempre hacen que surja el desplazamiento forzado pues a mi familia le dijeron que daban un tiempo para que desocupara la finca, si no importaba lo que pasara” .

En el año 2004 “vivía en la vereda Villanueva de Pailitas (Cesar)… salimos con toda la familia ese día huyendo porque las autodefensas llegaron….el que se iban encontrando por lo general lo iban asesinando o se lo iban llevando y después no aparecía que era lo mismo; de allí salimos con todos y duramos tres días perdidos entre la montaña, sin saber dónde estábamos ubicados, ni nada, así duramos hasta que nos fuimos encontrando con otros que también venían huyendo y fuimos saliendo a otra vereda donde encontramos gente que todavía estaba ahí y nos orientamos para salir nuevamente…llegamos Ocaña…siempre nos ponían problemas por los hermanos… varones…pues inclusive preguntaban por ellos….entonces teníamos incertidumbre… pues luego subieron allá donde nosotros… entonces recogieron todo lo que nosotros teníamos ganado y todo nos lo quitaron y pues iban matando todo, entonces nos tocó salir así huyendo debido a las circunstancias” .

-Desplazamiento atribuido a la guerrilla.

Amenazas directas motivadas por la presunción de ser colaboradores con el ejército o a los paramilitares y amenazas de reclutamiento de hijos.

En el año 2003 “vivía en el municipio de El Tarra… allí llegó una amenaza diciendo que, de parte de la guerrilla contra mi hermano; diciendo que si no se salía de allí lo iban a matar y mi mamá por miedo a eso nos tocó salir para evitar un problema, que mataran a mi hermano… tenía 16 años… llegó así de repente; ni siquiera él salía de la casa, ni cogía malos vicios ni nada, si salía lo hacía acompañado con los primos, pero nada más, no hacía nada malo… mataron un primo, lo asesinaron tampoco se supo por qué, nosotros lo veíamos bien, nunca supimos que estuviera en malos pasos….cuando nos íbamos a venir, en esos días lo mataron a él, se lo llevaron y no volvió a aparecer, dijeron que ya estaba muerto, encontraron por allá los restos….y nos tocó venirnos para acá (Ocaña) porque nos dio miedo… porque en cualquier momento que también mataran a mi hermano…”.

En el año 1998 “vivía en la vereda Anisillo del municipio de Ábrego… un día llegó la guerrilla a esculcar todo, tiraban todo al suelo; nos preguntaban qué hacíamos, que nosotros pertenecíamos a eso, nos amenazaron, nos dijeron que nosotros éramos guerrilla, de otro grupo….nosotros lo que hacíamos era llorar y decirle que nosotros no teníamos nada que ver; …Después ellos se fueron y permanecían casi siempre debajo de la casa y vivían toda la noche y todo el día y en los alrededores y hacían disparos y bueno, en fin, vivíamos más en el monte que al lado de ellos… después ellos volvieron a mi casa y volvieron a sacarnos, nos tumbaron todo, nos dañaron todo, entonces nosotros nos vinimos para acá para Ocaña”.

En el año 1998 “vivía en la vereda La Quina, municipio de San Calixto… tengo cinco hermanos mayores…cuando estaban en una edad como de 15 o 16 años, pasaba la guerrilla y el ejército … la guerrilla le decían a mi papá que para que se los llevaran a los dos hijos mayores, a los hombres y a las dos hijas mayores, entonces él tomó la decisión de venirse para acá Ocaña… la guerrilla no podía decir que uno diera información o qué alguien estuviera hablando con el ejército no, porque no, están dando información o algo… mi papá tomó la decisión de venirse para acá pues porque la guerrilla quería llevárselos a ellos para reclutarlos, mejor dicho a los niños” (A7:264).

En el año 1993 “vivía en una finca en el municipio de El Carmen… la guerrilla llegaba a las casas y corría a la gente, a veces se llevan las personas y las mataban y llegan ahí y sacaban los que estaban en las casas para ellos quedarse ahí viviendo… la gente comentaba que iba a volver a llegar la guerrilla y que esta vez iban a sacar a todos e iban a matar al que estuviera allí, porque ellos venían a refugiarse en esas casa y eran muchos hombres, entonces eso era el miedo, y como ellos casi siempre venían, ellos les tocaba esconderse o no podían salir de la casa porque tenían temor… entonces mi mamá por miedo a que les pasara algo decidió venirse para acá para Ocaña”.

“Entre la espada y la pared”, así se sienten las familias que habitan la zona rural, quienes están en medio del conflicto entre los actores armados paramilitares, guerrilla y fuerzas armadas del estado, se sienten amenazados cuando les obligan a tener que decidir de qué parte del conflicto se encuentran; crecer como varón genera angustia pues se los arrebatan para reclutarlos; estar en medio de los combates y de los grupos les obliga a huir; el miedo a ser víctima de señalamientos de ser colaboradores y encontrar la muerte a manos de los grupos armados es otra constante de los relatos.

En el año 2002 “vivía en la vereda El Diviso, municipio de Convención… mamá como era presidenta de Junta; llegaron los paramilitares y este cogieron que para pedir plata a los finqueros y como ella era el medio para recoger la plata y mamá dijo que no y varios presidentes (Junta de Acción Comunal); porque si decía que sí, la guerrilla se portaba mal….o algo así, entonces allá dijeron que no, que tenían que ponerse de acuerdo con la derecha o con la izquierda, y mi mamá dijo que no…que…ya se iban a retirar de la junta y cuando un miembro de la guerrilla se acercó que nos daba tiempo para que nos saliéramos de ahí, que nosotros estábamos con el otro grupo…así que…le dijeron que si no se venía, que como yo era el más grandecito, que me llevaban para la guerrilla, que me agarraban… yo si veía que llegaban unos manes (hombres) allá pero no sabía; a mí me decían que eran guerrilleros, uno siempre le tenía miedo a esa vaina, entonces mamá cuando llegó eso, hizo el deber de venirse para acá” .

En el año 2002 “vivía en la vereda El Limonar, municipio de El Carmen… entraron los paracos y la guerrilla y empezaron a hacer combates allí, empezaron a matar personas… a las personas les dio miedo, y a nosotros también y todos decidieron venirse para Ocaña y nosotros también, por el miedo de estar allá porque nos podían hacer algo… me acuerdo que a veces no podíamos dormir porque en las noches a veces pasaba por ahí los paracos, entonces nosotros del miedo, nosotros nos íbamos a dormir a veces en un platanal, dormimos una vez y nosotros del miedo mi papá al otro día no quiso que nosotros sufriéramos algo y del miedo… entonces decidió tirarnos a nosotros para acá para Ocaña” .

En el año 2002 “vivía en la vereda El Limonal, municipio de El Carmen… en ese tiempo mataban allá personas, se escuchaba que se iba a meter ese grupo, que se iban a meter los paracos, que iban a pelear con la guerrilla, que había combates, peligraba nuestra vida y por eso primero, muchas veces nos tocaba irnos…a veces a dormir para el monte porque estaban peleando ellos… nunca nos amenazaron a nosotros, pero el miedo de que están matando, que ellos no miran que la gente es inocente, sino porque aquél dijo esto…entonces lo matan, o sea es como el miedo de las personas que puedan decir cosas que no lo es, pero que le pueden causar daño…cuentan que la guerrilla se la pasaba por ahí, ….a mi abuelo…lo mató la guerrilla y también mataron…a mi tío, pero lo mató otro señor y mi abuelo por salir a defenderlo, a decir por qué lo habían matado, entonces la guerrilla lo mató a él…las personas las mataban por allá…había violencia…esas personas eran inocentes; muchas veces matan las personas, pueda ser que tienen enemigos; aquél es esto y lo matan, aquel ayudó la guerrilla, ayudó a otros y por eso las matan”.

En el año 2001 “vivía en la vereda Miraflores, municipio de Convención… con el tiempo esas personas al margen de la ley como la guerrilla y los paracos…a ellos no les interesa la vida de los demás y lo que piensen…decidieron llegar allá…como siempre esos dos grupos lo que son los paracos y la guerrilla son rivales, llegaron y empezaron a asustarnos y todos los vecinos decidimos venirnos y dejar la vereda vacía …decidimos salirnos de allá para no sufrir las consecuencias…habían varios que tenían camionetas allá los vecinos, entonces ellos se encargaron de sacar a todos los habitantes de la vereda”.

En el año 2002 “vivía en la vereda El Caimán (San Pablo) municipio de Teorama… hubo enfrentamientos entre paramilitares y la guerrilla...debido a eso…por el miedo de que a uno le mataran a un familiar, o si lo amenazaban entonces nos vimos obligados a salir… los grupos pasaban por ahí por la casa….porque estaban tanto la guerrilla como el ejército…hubo enfrentamientos entre los dos grupos… o según que el ejército habían herido a más de uno de la guerrilla… que habían muertos”.

“En el año 2002 “vivía en la vereda Vega Larga (San Pablo) municipio de Teorama… de un momento a otro se metieron unos grupos armados ejército, paracos y guerrilla… no nos hizo daño, pero nos causó temor…los grupos que llegaron en ese momento los paracos y la guerrilla… ellos (guerrilla) se la pasaban allí comentaban que de cualquier momento a otro se podía formar un combate entre ellos y allí podría morir gente inocente… un tío de nosotros tiempo atrás fue matado por la guerrilla… de allí nos desplazamos acá a Ocaña…”.

En el año 2002 “vivía en la vereda Mesa Rica, municipio de Convención…iba a haber un enfrentamiento del ejército, de las F.A.R.C (la guerrilla) y dijeron que teníamos que salir si no nos mataban, porque iba a haber mucho fuego cruzado… como allá se la pasaba el ejército yo creo que también era con ellos…decidieron que no querían arriesgar la vida, la de ellos y la de nosotros y salir, nos venimos para acá para Ocaña…”.

En el año 2002 “vivía en la vereda Las Escalas (San Pablo) municipio de Teorama… allá a diario llegaban grupos armados, a veces llegaba la guerrilla a veces llegaba el ejército y cuando llegaba la guerrilla le decían a mi papá que mejor nos viniéramos porque si no les pagábamos una cuota a él le iba ir muy mal, empezaban a amenazarlo y luego mi papá nos mandó para acá para Ocaña… y diario lo amenazaban que se viniera y…..un día le tocó venirse repentinamente…”.

- Desplazamiento atribuido a las fuerzas armadas del Estado (Ejército)

Las fuerzas armadas están obligadas a brindar seguridad y obtener resultados de su lucha contra la subversión, surgen relatos que contradicen su función de salvaguardar la vida y garantizar los Derechos de los ciudadanos.

En el año 2001 “vivía en la vereda Mesa Rica municipio de Convención… al lado de la finca donde vivíamos quedaba el oleoducto (pasaba el tubo) Caño Limón-Coveñas, eso como mi mamá tenía un Telecom (Servicio de llamadas) la amenazaban mucho, siempre que reventaban el tubo nos tocaba salir corriendo, mi papá lo amarraban, el ejército se lo llevaba, le tocaba amanecer por allá, eso nos echaban a nosotros al hombro y correr por donde pudiéramos, porque estábamos en el medio de… Eso no tenía un vida tranquila… a mi mamá la llegaron a amenazar porque si pasaba la guerrilla, el ejército llegaba a preguntar… la amenazaban feo; entonces mi mamá dijo que no se aguantaba más estar allí… cuando todo se oscurecía que a nosotros nos tocaba que salir, y que eso estropeaban a mi papá, le pegaban feo, el ejército permanecía era en la casa, mi mamá nos tenía encerrada en el cuarto para que no nos pasara nada… cuando el ejército se lo llevaba, no sé si era porque mi papá estaba en otro grupo, todo, la mayoría que encontraban se los llevaban amarrados, eso lo estropiaban feo y ya después lo dejaban en otra vereda ya cuando pasaba”

En el año 2003 “mi papá vivía en la vereda Hoyo Hondo… el 19 de mayo… mi papá estaba en la vereda… y una noche cuando se encontraba cuidando una casa que dejó un hermano con un niño y tipo cinco de la mañana llegó una ley y supuestamente era el ejército, lo sacó y seguidamente él se llenó de nervios y salió corriendo y ahí fue donde empezaron a dispararle y lo mataron… ellos lo hicieron pasar supuestamente por guerrillero, como allá se la pasaba esa ley, quizás a ellos les tocaba hacer algo que le impusieran los otros y los obligaron y lo hicieron pasar por guerrillero”.

•Desplazamiento no atribuido a un grupo en particular

En algunos casos no se adjudica de manera específica el grupo por el cual se sintieron amenazadas las familias, es el temor que embarga a los jóvenes por hacer señalamientos y responsabilizar de los hechos.

En el año 2002 “vivía en la vereda Cartagenita del municipio de Convención…a papá le llegaron como unas amenazas que si no salíamos nos iban a matar a todos, entonces nos tocó salirnos por miedo…nos tocó recoger el poquito de cosas que teníamos y venirnos para acá para Ocaña…nos dieron un plazo y si no cumplíamos ahí si…”.

En el año 2002 “vivía en la vereda Cartagenita del municipio de Convención…donde vivíamos estaban las fuerzas… y a causa de eso nos tocó salir…dijeron que desocupáramos el puesto porque no querían que hubiera heridos en ese pueblo, pues la gente obviamente se asustó y salió hacia Convención…un día salió una persona, otro día salió otra porque el medio de trasporte es un bus…a tres horas y media a Convención… más o menos cuatro meses viviendo mártir, durmiendo en colchonetas… volvimos a nuestro pueblo porque estaba todo calmado...”

En el 2005 volvimos otra vez a desplazarnos a causa de lo mismo, de las fuerzas, ya había muertos, entonces nos tuvimos que desplazar hacia acá (Ocaña).

En el año 2002 “vivía en la vereda Patiecitos, corregimiento de Otaré, municipio de Ocaña… un día llegaron un grupo en la noche, le dijeron a los hombres que habían que se salieran; a nosotros nos dejaron en la casa, este… empezaron a sacar todo lo que había, teníamos una tienda la sacaron, una moto, un equipo …no nos dijeron…que grupo…a ellos los sacaron y empezaron a sacar las cosas, cuando ya terminaron escuchamos fue los tiros, ya entraron cuando nosotros preguntamos qué había pasado; cuando salimos estaba mi papá muerto… (presenciaron) mis hermanos (la joven llora)…cuando nosotros, salimos ellos ya se habían ido, entonces nosotros nos fuimos para donde una vecina, mientras tanto estuvimos allá, mientras llegó la otra familia…nos quedamos una noche… los comentarios es que allá donde mi abuelo estaba la guerrilla y como él se la pasaba allá entonces decían que era que se la pasaba con ellos… él trabajaba duro para sostener la casa, entonces pensaron que tal vez estaba recibiendo plata o algo de la guerrilla”

Conclusiones

Recuperar los relatos del Desplazamiento Forzado en estudiantes del Ciclo de Educación Media de las Instituciones Educativas de la ciudad de Ocaña, Norte de Santander, cumple un papel trascendental dentro de la historia de Colombia y de la región del Catatumbo; sin este proceso es imposible interpretar los acontecimientos que han dejado huella en las generaciones afectadas por el conflicto armado y que han trascendido las relaciones complejas de las personas y los pueblos. La forma como las víctimas del desplazamiento forzado han respondido y responden a la dinámica de la violencia; cómo construyen su memoria a partir de los hechos violentos; recuperar esos relatos es fundamental en una etapa donde los acuerdos y la dejación de armas por los Paramilitares y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC, permiten reescribir la historia para generar procesos de Reconciliación y de Paz.

La descripción de las características socioculturales de las familias delimitó el lapso de ocurrencia de los hechos del desplazamiento de población ocurrido en la Región del Catatumbo, entre los años 1993 y 2003, específicamente en los municipios de El Carmen, Teorama, Convención, El Tarra, San Calixto, Ocaña, Abrego, al igual que municipios del vecino Departamento del Cesar (Jagua de Ibirico, Pailitas y Codazzi).

Respecto a la identificación de los actores responsables, según las narraciones de los estudiantes cuyas familias fueron obligadas a salir de los sitios habituales de residencia, se presentaron eventos de desplazamiento forzado de manera individual y colectiva relacionadas con amenazas surgidas por la presencia de actores armados, principalmente los paramilitares [“se entraron las autodefensas y nos tocó salir para las veredas más lejanas para huir de la violencia que traían ellos porque venían matando gente y haciendo correr a todo el mundo”]; relatos de crueldad cometidos [“empezaron a llegar los paramilitares, hubo un enfrentamiento y … una masacre en la cual mataron una amiga de mi mamá que llevaba una criatura y también se murieron las dos y hubo también que un hijo de ella la vio morir, vio como mataban a los otros, los amarraron, le metieron a un muchacho un machetazo por la cabeza y a la muchacha le dieron por los senos y a la muchacha que estaba embarazada le enterraron una cuchilla en el estómago, que tenía una criatura y lamentablemente también murió...” ]; seguida por amenazas provenientes de los grupos guerrilleros [“la guerrilla llegaba a las casas y corría a la gente, a veces se llevan las personas y las mataban”], [ “mataron un primo sí, lo asesinaron tampoco se supo por qué….cuando nos íbamos a venir…se lo llevaron y no volvió a aparecer, dijeron que ya estaba muerto, encontraron por allá los restos” ], y fuerzas armadas del Estado (Ejército): [la amenazaban mucho, siempre que reventaban el tubo,- refiriéndose al Oleoducto- nos tocaba salir corriendo, mi papá lo amarraban, el ejército se lo llevaba, le tocaba amanecer por allá, eso nos echaban a nosotros al hombro y correr por donde pudiéramos, porque estábamos en el medio], relatos de señalamientos de pertenecer a grupos subversivos [“llegó una ley y supuestamente era el ejército, lo sacó y seguidamente él se llenó de nervios y salió corriendo y ahí fue donde empezaron a dispararle y lo mataron… ellos lo hicieron pasar supuestamente por guerrillero”]. Por Grupos no identificados [“no nos dijeron…que grupo…a ellos los sacaron y empezaron a sacar las cosas, cuando ya terminaron cuando escuchamos fue los tiros, ya entraron cuando nosotros preguntamos qué había pasado; cuando salimos estaba mi papá muerto…”]

Teniendo en cuenta los relatos en la investigación realizada, las causas que motivaron el desplazamiento en la Región del Catatumbo, fue el miedo asociado a las acciones de violencia contra civiles dentro del conflicto armado entre Paramilitares, Guerrilla y Fuerzas Armadas del Estado. Un aspecto relevante de los relatos es la capacidad de permear la población rural, inscribiéndola de manera voluntaria o involuntaria en las luchas de uno u otro grupo, bien sea de izquierda o de derecha. Esas acciones van desde las amenazas directas o indirectas contra la vida y la integridad personal y familiar asociadas por la presunción de ser colaboradores de uno u otro grupo, [“se entraron las autodefensas y nos tocó salir para las veredas más lejanas para huir de la violencia que traían ellos porque venían matando gente y haciendo correr a todo el mundo y también allá como hay guerrilla”]; [“llegó una amenaza diciendo que, de parte de la guerrilla contra mi hermano diciendo que si no se salía de allí lo iban a matar”]; amenazas de reclutamiento forzado de menores de edad: [“tengo cinco hermanos mayores….cuando estaban en una edad como de 15 o 16 años, cuando eso pasaba la guerrilla y el ejército y eso…. La guerrilla le decían a mi papá que para que se los llevaran… porque la guerrilla quería llevárselos a ellos para reclutarlos, mejor dicho a los niños…”]; combates entre las diversas fuerzas: [“estaban tanto la guerrilla como el ejército… hubo enfrentamientos entre los dos grupos…”], [“ hubo enfrentamientos entre paramilitares y la guerrilla….por el miedo de que a uno le mataran a un familiar, o si lo amenazaban entonces nos vimos obligados a salir”]; despojo de tierras [“cuando llegaron las autodefensas, llegaron arrancaron todos los frutos que habían ahí…que ellos se quedaban con eso, que si no, nos sacaban a la fuerza…la finca la cogieron ellos…la vendieron, a un señor amigo de mi papá y el señor como la finca se la dieron barata él la compró y al tiempo volvieron y se la quitaron al señor… o sea que perdió la plata que invirtió en ellas”]; asesinatos selectivos [“otro que cayó fue el profesor… bajando hacia el pueblo, en un plan a él lo asesinaron y lo enterraron ellos mismos” ], [“ a mi abuelo….lo mató la guerrilla” ] y masacres en diversas poblaciones [“como siempre esos dos grupos lo que son los paracos y la guerrilla son rivales y llegaron y empezaron a asustarnos y todos los vecinos decidimos venirnos y dejar la vereda vacía…los paramilitares ingresaron a la vereda… entonces todos los vecinos decidimos salirnos de allá para no sufrir las consecuencias…habían varios que tenían camionetas allá los vecinos, entonces ellos se encargaron de sacar a todos los habitantes de la vereda”].

Respecto a las consecuencias, el Desplazamiento Forzado tiene unos efectos contraproducentes en la población víctima de este fenómeno, ya que implica tanto el despojo material [“los paracos llegaron ahí, la tienda eso lo dañaron”], [“nos obligaron a salir por las malas a plena noche y no nos dejaron sacar cosas nada” ], [“nos tocó salirnos, desalojar, con mucho pesar, dejar mis amistades, la casa, algunos electrodomésticos…dejar mi pueblo que era lo que más quería”] [“todo se perdió, el mercado y todo lo que se vendía y el campo mi papá lo vendió”] ; [“nos tumbaron todo, nos dañaron todo... nos vinimos con las ropas nada más que teníamos, no sacamos nada, todo se quedó allá, la finca se quedó botada”]. De igual forma despojados de todas las estructuras que lo identifican dentro de una cultura en particular, como lo es la rural, que caracteriza a estos municipios del Catatumbo, donde se rompen las identidades construidas a través de redes sociales tejidas durante generaciones. El desplazamiento genera un sentimiento de pérdida total que resquebraja el espíritu, [“uno se siente derrotado, mal, ya que toca dejar todo, se siente despreciado”] el cual sólo es aliviado cuando los Derechos son restablecidos. Las y los jóvenes son conscientes de la situación por la que están atravesando sus familias, recuerdan con nostalgia la vida familiar antes del desplazamiento [“compartía con mi familia, mis hermanos, trabajábamos con nuestro papá en la finca y vivimos muchas experiencias bonitas” ], [“extraño el ambiente, la naturaleza, como los campesinos, como eran con nosotros, su humildad, como era el ambiente que se hacía en una finca...” ] y se han adaptado a la vida de la ciudad sobrellevando las carencias económicas y materiales [“Mis hermanos… iban a recoger masaguas porque mi mamá empezó a criar cochinos y…lo que veían ellos bueno, ahí lo sacaban para poder comer porque mi mamá no tenía trabajo”], [“Llegamos en el barrio… los primeros días era muy difícil porque no teníamos amigos, mejor dicho en qué vivir. Mi papá fue el que trajo unas tablas y construimos una piecita, pero, o sea, fue difícil”], [“Nos vinimos para Ocaña empezamos en un lote de tabla y cartón, falduo…”], [“Llegamos a Ocaña… armamos ranchitos y allá pasamos dos años…era de caucho y paroi, una sola habitación…”] alimentando la esperanza de un futuro mejor para ellos y sus familias, con o sin la ayuda del Estado.

Ocaña es uno de los municipios receptores de población desplazada. Para el año de la investigación, según Unidad de Atención y Orientación a la población en situación de Desplazamiento (U.A.O) ascendía a 5000 personas, provenientes de los diversos municipios que conforman la Región del Catatumbo y del vecino departamento del Cesar. Hoy esas cifras se han duplicado a 11.843 personas, según informe del Plan de Desarrollo 2012-2015, cifra que anualmente se incrementa por la persistencia del conflicto armado y por el rearme de los grupos en conflicto, del surgimiento de grupos emergentes en la región que luchan por el control territorial y del negocio del narcotráfico. La ciudad es escogida como sitio de llegada y posterior asentamiento porque en ella cuentan con vínculos familiares o porque esta ofrece cierto anonimato y seguridad para iniciar la lucha por la sobrevivencia. A lo largo de estos años han obtenido ayudas mínimas por parte del Estado, reducidas a la atención de emergencia, subsidios para la alimentación, educación, salud o adquisición de vivienda otorgados a algunas familias y que en ningún caso compensa las pérdidas humanas, materiales y culturales sufridas. Las posibilidades laborales de las familias provenientes de la zona rural son escasas y estos se ven obligados a ofertarse como jornaleros en las fincas agrícolas de la zona, a desarrollar nuevas competencias laborales dentro de la economía informal por lo general en ventas ambulantes los hombres y las mujeres en el Servicio doméstico.

Respecto a las y los jóvenes si bien alcanzan el ciclo de Educación Media, sus posibilidades para continuar estudios universitarios son escasas, condicionada por la situación económica precaria de sus familias que impide asumir los costos educativos de los mismos; De quince estudiantes graduados en el año 2008 participantes en la investigación en situación de Desplazamiento, sólo uno se presentó en la universidad. El reto para la administración pública y para las Universidades del municipio de Ocaña, es la de generar estrategias gubernamentales eficaces para garantizar la continuación de estudios superiores para las y los jóvenes en situación de desplazamiento a través de convenios favoreciendo la inclusión. El reto a nivel educativo es promover este tipo de investigaciones que permitan abordar la problemática de los estudiantes víctimas del conflicto armado y del desplazamiento, desde la interdisciplinariedad, para comprender y atender a la población de manera más eficaz; recuperar la memoria y divulgarla como una apuesta hacia la verdad, la justicia, el perdón y la reconciliación. Es vital para la historia del país y de la región seguir recuperando la memoria del desplazamiento forzado pues de esta manera a través de las narraciones sus historias no tienen que ser olvidadas, ya que de no hacerlo las nuevas generaciones víctimas del desplazamiento según Galtung (2004) “pueden construir sus vidas en torno del odio…podemos escuchar…historias de violencia de personas marcadas para siempre por el conflicto y la violencia. … y si tuviera lugar la violencia entonces la reconciliación es también necesaria para poder empezar desde el principio otra vez” (p. 255).

Recomendaciones

La educación es el pilar sobre la cual se construye nación. Se requiere planeación e inversión de recursos en el capital humano; Apostar a la educación es evitar que caigan en manos de la delincuencia, la prostitución, las drogas o se vinculen a grupos emergentes de delincuencia en las ciudades de acogida.

La memoria a través de los relatos de los hechos que se suscitaron antes, durante y después del Desplazamiento, se convierte en una herramienta valiosa para los docentes quienes quieran hacer investigación al interior de las Instituciones Educativas, pues es a través de los relatos de los protagonistas, los estudiantes, quienes han sido víctimas directas de los grupos armados, los que con sus narraciones cuentan los eventos de los que han sido testigos y de esta manera diseñar e implementar estrategias pedagógicas para evitar seguir contribuyendo con el silencio a la impunidad y el olvido al que están expuestos al interior del aula.

Recuperar los relatos sobre el desplazamiento forzado en la Región de Ocaña es un reto, donde la violencia y el accionar de los grupos en conflicto en el departamento de Norte de Santander en su momento estaban presentes y hace que el miedo se apodere de las víctimas y de aquellos que con las investigaciones quieren aportar a la paz imperfecta como lo expresa Muñoz (2000) entendida como todas las experiencias y espacios en que los conflictos se regulan pacíficamente, en que las personas y grupos humanos optan por facilitar la satisfacción de las necesidades de los otros. Imperfecta porque a pesar de gestionarse pacíficamente las controversias, convive con los conflictos y algunas formas de violencia. Es la invitación para los docentes, estudiantes, padres de familia, directivos, comunidades religiosas, entes gubernamentales y no gubernamentales para que nuestras acciones se dirijan a procesos de reconciliación, de satisfacción de necesidades individuales y colectivas de las comunidades que han sido afectadas por el conflicto armado en nuestra región y que fueron forzadas a integrarse a la ciudad.

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