Artículos originales
Funcionamiento familiar y agresividad en estudiantes de educación primaria de Puerto Maldonado
Family functioning and aggressiveness in students of primary education of Puerto Maldonado
Peruvian Journal of Health Care and Global Health
Universidad de Ciencias y Humanidades, Perú
ISSN: 2522-7270
ISSN-e: 2522-7270
Periodicidad: Semestral
vol. 3, núm. 2, 2019
Recepción: 09 Noviembre 2019
Aprobación: 18 Diciembre 2019
Publicación: 30 Diciembre 2019
Autor de correspondencia: edwin5721@outlook.com
Resumen: Objetivo: Determinar la relación entre el funcionamiento familiar y la agresividad de los estudiantes del sexto grado de educación primaria de la Institución Educativa Alipio Ponce Vásquez de Puerto Maldonado. Materiales y métodos: Enfoque cuantitativo, diseño no experimental y tipo descriptivo correlacional de corte transversal. La técnica de recolección de datos fue la encuesta y los instrumentos utilizados fueron la Escala de Evaluación de la Cohesión y Adaptabilidad Familiar (FACES III) y el Cuestionario de Agresión AQ. Resultados: El coeficiente de correlación rho de Spearman entre el funcionamiento familiar y la agresividad fue de -0,414 (p=0,002). Conclusiones: Existe una relación moderada, inversa y significativa entre el funcionamiento familiar y la agresividad. Esto quiere decir que mientras los estudiantes perciban un funcionamiento familiar más adecuado, los niveles de agresividad serán menores y viceversa.
Palabras clave: Relaciones familiares, Agresión, Pubertad, (Fuente: DeCS, BIREME).
Abstract: Objective: To determine the relationship between family functioning and the aggressiveness of students in the sixth grade of primary education of the Alipio Ponce Vásquez Educational Institution of Puerto Maldonado. Materials and methods: Quantitative approach, non-experimental design and cross-sectional descriptive correlational type. The data collection technique was the survey and the instruments used were the Family Cohesion and Adaptability Assessment Scale (FACES III) and the AQ Aggression Questionnaire. Results: Spearman's rho correlation coefficient between family functioning and aggressiveness was -0.414 (p= 0.002). Conclusions: There is a moderate, inverse and significant relationship between family functioning and aggressiveness. This means that as long as the students perceive a more adequate family functioning, the levels of aggression will be lower and vice versa.
Keywords: Family relations, Aggression, Puberty (Source: MeSH, NLM).
INTRODUCCIÓN
El entorno familiar es reconocido como un componente primordial del proceso de atención a la familia, dado que la calidad de la relación funcional, es un factor importante en la salud emocional y física de cada uno de sus miembros(1). En ese sentido, es necesario que ambos padres asuman el rol de formar a sus hijos y mantener relaciones interpersonales saludables con todos los miembros de la familia. No obstante, la realidad peruana muestra que el 53,9% del total de hogares son nucleares, lo que indica que su estructura es adecuada y el 23% de familias son unipersonales y sin núcleo(2). Como se puede ver, casi la cuarta parte de familias no cuenta con una estructura ideal para que la dinámica familiar sea adecuada, lo cual provocaría que la formación del estudiante presente limitaciones por falta de orientaciones y control. La vida del niño y adolescente depende en gran parte del cuidado y seguridad que le ofrezca la familia hasta que este alcance el grado de madurez que le permita razonar y alejarse del peligro por decisión propia(3). Por otra parte, el contexto escolar se está caracterizando en los últimos años por la presencia de situaciones violentas. De acuerdo al reporte emitido por el Ministerio de Educación(4), entre el año 2013 y el 2018 se han reportado 26 285 casos de violencia escolar asociados a conductas agresivas, de los cuales 14 215 son entre escolares. Esta cifra es alarmante ya que denota que las relaciones interpersonales son pésimas en la escuela, las cuales podrían ser influenciadas por el entorno familiar y amical inmediato.
En el Perú y el extranjero, los estudios indican una relación entre la funcionalidad familiar y la agresividad en los estudiantes(5)(6)(7). En esa línea, Berk(8) señala que el funcionamiento familiar predice el origen de las conductas agresivas, aun cuando se sabe que comportamiento agresivo es multicausal, es evidente que la familia tiene un rol preponderante en el desarrollo psicológico de cada uno de sus integrantes. Bajo esa perspectiva, la agresividad en los estudiantes no podría ser explicada por la dinámica familiar.
El presente estudio responde a una problemática regional ya que el cumplimiento de roles y las relaciones que se establecen en el hogar no son adecuados en la mayoría de hogares, debido a que los padres laboran largas horas al día y dejan solos a sus hijos. Del mismo modo, se ha evidenciado altos índices de violencia en las escuelas, vinculado a conductas agresivas. En ese sentido, a partir de los resultados, la institución educativa podrá plantear medidas preventivas, y de ser el caso, correctivas para que los padres se concienticen sobre la importancia que tiene la dinámica familiar y las relaciones que se dan dentro de ella, lo cual incidirá en las actitudes y desempeños que los estudiantes muestren en el aula. Finalmente, el objetivo de la presente investigación fue determinar la relación entre el funcionamiento familiar y la agresividad de los estudiantes del sexto grado del nivel de educación primaria de la Institución Educativa Alipio Ponce Vásquez de Puerto Maldonado.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño
La presente investigación tuvo un diseño no experimental ya que las variables de estudio no fueron manipuladas deliberadamente, por el contrario, se observaron los fenómenos tal como se dieron en su entorno y luego fueron analizados(9). Por otra parte, el tipo de investigación fue descriptivo correlacional de corte transversal.
Población y muestra
La población de estudio fue constituida por 61 estudiantes de ambos sexos cuyas edades fluctuaban entre los 11 y 13 años y cursaban el sexto grado del nivel de educación primaria de la Institución Educativa Alipio Ponce Vásquez. En cuanto a la muestra, fue conformada por 52 estudiantes, cantidad obtenida mediante un muestreo probabilístico.
Variables de estudio
Funcionamiento familiar: Se refiere a la manera de interactuar de los miembros de una familia. Se produce por la interacción de dos dimensiones: cohesión (afecto) y adaptabilidad (autoridad), y que es facilitada u obstaculizada por la manera de comunicarse(10). El funcionamiento familiar es importante en el desarrollo de sus integrantes, actuando como el soporte necesario para el desempeño familiar e individual; es la dinámica relacional interactiva y sistémica que se da entre los miembros de una familia y mide el grado de satisfacción de las funciones básicas del sistema familiar, mediante las dimensiones de cohesión y adaptabilidad; que son importantes para las relaciones interpersonales entre ellos y favorecen el mantenimiento de la salud(11).
Agresividad: Es una clase de respuesta constante y penetrante, representa la particularidad de un individuo, conformada por dos componentes: el actitudinal y el motriz. El primero está referido a la predisposición y el segundo al comportamiento; el cual se deriva en varios comportamientos agresivos, pudiéndose manifestar en diversos estilos (físico-verbal, directo- indirecto y activo-pasivo), además se puede incluir la agresión por cólera y hostilidad(12). También es definida como la conducta que busca lastimar física o psicológicamente a otra persona, provocando disgusto y rechazo y la persona agresora sabe que al blanco de la agresión no le es agradable(13).
Instrumentos de medición
Para medir el funcionamiento familiar se utilizó la Escala de Evaluación de Cohesión y Adaptabilidad Familiar (FACES III) elaborada por Olson, Portner y Lavee(10), consta de 20 ítems (10 ítems para cohesión y 10 ítems para adaptabilidad) y describe los sentimientos personales de la persona sobre su familia, considerando la evaluación del funcionamiento familiar basada en dos dimensiones: cohesión y adaptabilidad. El cuestionario fue estructurado mediante una escala tipo Likert con cinco opciones de respuesta: nunca, casi nunca, algunas veces, casi siempre y siempre. La escala de calificación presenta tres categorías: familias extremas (20-53), familias de rango medio (54-73) y familias equilibradas (74-100).
Para realizar la medición de la agresividad se usó el Cuestionario de Agresividad AQ(14) el cual fue adaptado a la realidad peruana(15). El mencionado instrumento se estructura en 4 dimensiones: Agresividad física, agresividad verbal, ira y hostilidad, consta de 29 ítems bajo una escala de Likert (completamente falso para mí, bastante falso para mí, ni verdadero ni falso para mí, bastante verdadero para mí y completamente verdadero para mí. Su escala de calificación presenta cinco categorías: muy baja (29-51), baja (52-67), media (68-82), alta (83-98) y muy alta (99-145).
Procedimientos
Antes de aplicar los instrumentos de medición se solicitó la autorización al equipo directivo de la institución educativa, luego se identificó la cantidad de secciones y número total de estudiantes. Después de contar con dicha autorización y conocimiento, se remitió la carta de consentimiento informado a los padres de familia. Finalmente se realizó la aplicación en las respectivas aulas de forma colectiva y autoadministrada. El responsable de aplicar los instrumentos fue el investigador y tuvo una duración aproximada de 40 minutos en total (20 minutos por cada instrumento).
Análisis estadístico
El procesamiento de los datos fue realizado utilizando los programas Microsoft Excel 2013 y SPSS versión 22. Para el análisis descriptivo se usaron las tablas de frecuencias y los porcentajes y para la prueba de hipótesis se recurrió a la prueba no paramétrica rho de Spearman puesto que las variables eran ordinales y no presentaban una distribución normal. Esta prueba además de contrastar las hipótesis nos indicó la intensidad de las relaciones, siempre considerando los valores de p<0,05 como significativos.
Aspectos éticos
Con la finalidad de garantizar la seguridad y confidencialidad de los datos recogidos, se entregó a cada uno de los estudiantes una carta de consentimiento informado en la cual se informó a los padres y apoderados el propósito de la investigación y obtener el consentimiento voluntario. Cabe resaltar que la información obtenida fue utilizada exclusivamente para la presente investigación.
RESULTADOS
El análisis se realizó con 61 estudiantes, de los cuales el 60,7% (n=37) fueron varones y el 39,3% (n=24) fueron mujeres, con una edad media de 11,5 (min. 11, máx. 13, DE=0,65). Por último, el 52,5% (n=32) de estudiantes pertenecían al sexto grado A y el 47,5% (n=29) estudiaban en el sexto grado B (Tabla 1).
Respecto al funcionamiento familiar, el 63,5% (n=33) de estudiantes presentaron un funcionamiento de rango medio, el 30,8% (n=16) funcionamiento familiar extremo y el 5,8% (n=3) de los estudiantes tuvieron un funcionamiento familiar equilibrado. Respecto a la variable agresividad, en el 36,5% (n=19) fue muy alto, 32,7% (n=17) nivel alto, 23,1% (n=12) medio y solo el 7,7% (n=4) presentó un nivel de agresividad bajo.
Se encontró una correlación moderada, inversa y significativa entre el funcionamiento familiar y la agresividad (rho de Spearman fue de -0,414; p=0,002). Esto quiere decir que mientras los estudiantes perciban un funcionamiento familiar más adecuado, los niveles de agresividad serán menores y viceversa (Tabla 2). Se obtuvo una correlación moderada, inversa y significativa entre el funcionamiento familiar y las dimensiones agresividad física (rs= -0,401; p=0,003); agresividad verbal (rs= -0,476; p=0,000); ira (rs= -0,400; p=0,008) y hostilidad (rs= -0,412; p=0,001) (Tabla 3).
DISCUSIÓN
De acuerdo a los hallazgos presentados, se identificó que el 63,5% de estudiantes perciben un funcionamiento familiar de rango medio. Ello quiere decir que las relaciones que se establecen dentro de la familia son poco saludables y tienen tendencia a ser disfuncionales ya que sus padres muchas veces no lideran adecuadamente, las normas que se establecieron en el hogar son modificadas y poco respetadas, existe una escasa cercanía emocional y la disciplina es severa. Este hallazgo se corrobora con investigaciones de Quispe y Rodríguez(16), quienes identificaron que el 62,8% de los participantes presentan un funcionamiento familiar de nivel medio. Del mismo modo coincide con la investigación de Huallpa(6), quien halló que el 55,25% de estudiantes vivían en familias moderadamente funcionales. Es importante que los estudiantes tengan familias funcionales puesto que estas promueven el desarrollo integral de cada uno de sus integrantes y logran mantener adecuados estados de salud(17). Por otro lado, si un estudiante vive en una familia disfuncional, presentará dificultad en su desarrollo psicosocial, del mismo modo no podrá adaptarse ni desarrollará la capacidad de resolución de conflictos.
Otro hallazgo importante y a la vez preocupante es que el 36,5% de estudiantes presentan muy altos niveles de agresividad, lo que significa que en el aula es frecuente que prime la violencia física, verbal, así como actos de hostilidad e ira entre pares. Dichas actitudes resquebrajan el clima de aula, influyendo negativamente en el adecuado desarrollo de las clases y dificultando el logro de aprendizajes. Estos resultados son corroborados por la investigación de Cogollo y Hamdan(7), quienes hallaron que 314 estudiantes (32,07%) presentaban un nivel alto de agresividad quienes tenían alto riesgo a involucrarse en actividades indebidas, teniendo en cuenta que la agresividad suele afectar al adolescente en diferentes ámbitos de su vida tanto individuales como familiares y sociales. También coincide con la investigación de Garcés(18), quien identificó que el 58,3% de niños presentaban altos niveles de conductas agresivas. Entre los factores más importantes para las conductas agresivas en los estudiantes es la familia y la sociedad; siendo los factores institucionales los que influyen en la agresividad en forma de refuerzo, castigo y aprendizaje por observación. Las familias de niños agresivos entran en una dinámica de funcionamiento de interacciones coercitivas en la cual se controlan unos a otros por medio de conductas agresivas(19).
Se encontró una correlación moderada, inversa y significativa entre el funcionamiento familiar y la agresividad de los estudiantes (rs= -0,414; p=0,002). Lo expuesto significa que la interacción que se genere en la familia, la unión entre cada uno de los integrantes, el apoyo que se brinden, el tipo de liderazgo que ejerzan los padres, el control que se realice a los hijos y el cumplimiento de roles y reglas fomentarán el desarrollo de conductas prosociales que fomenten una adecuada interrelación entre los estudiantes y sus pares, tanto en contextos escolares como amicales, así como el respeto de las normas propias del aula. No obstante, si la familia no está cohesionada, cada uno de los integrantes vive aislado de los demás integrantes, el liderazgo que se ejerce es nulo o inadecuado, no se cumplen con los roles establecidos y reglas, los estudiantes actuarán libremente, no tendrán límites y en la escuela desconocerán o no acatarán las normas de convivencia establecidas. En ese sentido, se desenvolverán sin pensar en las consecuencias que puedan acarrear sus actos y pretenderán solucionar sus diferencias tratando de imponer lo que piensan y, en caso no obtengan resultados, recurrirán a la agresión, ya sea física, psicológica, ira y hostilidad.
Estos resultados coinciden con investigaciones de Velezmoro(5), quien halló que existe una relación lineal estadísticamente significativa e inversa de grado débil entre la funcionabilidad familiar y la agresividad (rs= -0,244). Ello indica que aquellos estudiantes que perciben una mejor funcionabilidad familiar, presentaran menores niveles de agresión. Del mismo modo guarda relación con los hallazgos de Huallpa(6), quien determinó que existe relación significativa (p<0,001) entre funcionamiento familiar y conducta agresiva. En ese sentido identificaron que los estudiantes adolescentes del nivel secundario que provienen de familia “Funcional” tienen conducta “un poco agresivos y “nada agresivos”. Del mismo modo, es corroborado por la investigación de Cogollo y Hamdan(7), quienes establecieron que la conducta agresiva fue inversamente proporcional a disfuncionalidad familiar (rs= -0,191; p<0,05).
Como se puede ver, el entorno familiar es la esfera principal en el aprendizaje del comportamiento agresivo, por ser el más cercano al niño y el que mayor influencia produce en él(20). Por otra parte, Buss y Perry(14), mencionan que “cuando en el entorno familiar se intentan resolver situaciones problemáticas con agresividad y enfrentar la agresividad con agresividad, los niños fácilmente asocian el uso de la fuerza con el logro de objetivos y perciben que la fuerza funciona, y es efectiva para persuadir y dominar a los demás. Bajo esa perspectiva, es necesario prestar mucha atención a las familias y al tipo de interrelación que se dan entre cónyuges así como entre padres e hijos, ello con la finalidad de prevenir actos de agresividad y violencia en los entornos donde los estudiantes se desenvuelvan(21).
Finalmente se halló que existe correlación moderada, inversa y significativa entre el funcionamiento familiar y las diferentes manifestaciones de la agresión. Esto significa que, si una familia presenta una estructura adecuada, las relaciones entre los miembros son horizontales, basadas en el cumplimiento de normas y apoyo mutuo, es muy poco probable que los estudiantes puedan presentar niveles de agresividad en sus diversas modalidades debido a que los patrones de comportamiento que perciben en el seno familiar son óptimos y favorecedores de un desenvolvimiento adecuado dentro de un contexto interpersonal.
Finalmente, las limitaciones de la presente investigación estuvieron relacionadas con el proceso de obtención del consentimiento informado por parte de los padres de familia. Dicho proceso conllevó bastante tiempo pues a la reunión informativa convocada por los investigadores no asistieron todos, lo que influyó en la obtención de una muestra representativa de educación primaria de Puerto Maldonado.
CONCLUSIÓN
Los estudiantes perciben que el funcionamiento de sus familias es de rango medio y presentan niveles muy altos de agresividad. Del mismo modo se halló que existe una correlación moderada, inversa y significativa entre el funcionamiento familiar y la agresividad. También establecimos que existe una correlación moderada, inversa y significativa entre las dimensiones agresividad física, agresividad verbal, ira y hostilidad y la variable agresividad. Por lo expuesto, es necesario que los docentes de aula desarrollen, con apoyo de profesionales, el programa “Escuela para Padres”, haciendo que sea un espacio de reflexión y concientización sobre el papel fundamental que tienen el buen funcionamiento familiar y su repercusión en la forma de actuar de sus hijos con sus compañeros y profesores.
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Notas de autor
Autor para Correspondencia: 1
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de financiamiento: Autofinanciado
Conflicto
de Interés: Declaran no
tener conflictos de interés