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Poemas ganadores del Certamen Universitario Carlos Martínez Rivas
Winning poems of the Carlos Martínez Rivas University Contest
Revista Lengua y Literatura, vol.. 7, núm. 1, 2021
Universidad de Managua

Revista Lengua y Literatura
Universidad de Managua, Nicaragua
ISSN-e: 2707-0107
Periodicidad: Semestral
vol. 7, núm. 1, 2021

Recepción: 03 Septiembre 2020

Aprobación: 07 Diciembre 2021

Poema de Margarita Gutiérrez

Ganadora del primer lugar

Querido ausente

Heme aquí en medio de la incertidumbre suscitando el reencuentro de mi amor y el tuyo. No veo cercana posibilidad, porque he tomado de ti lo casto y lo bueno colgándolo en marcos de papel reciclado. Me basté de ti con el hambre y las sobras del ayer, mientras te aferrabas a la pesadez de mi rechazo esas noches de asma, y sin embargo, nunca alguien ha amado mis estrías como tus labios deliciosos que viéronme de frente y buscaron escondite. Yo que a rastras traigo el corazón henchido de dolor, soledades y desprecios, he sentido tus abrazos y consuelos aun cuando tienes mocedades quejumbrosas en el pecho. En mis caras: carcomida en el pasado, sonrisa y locura en las mañanas, rabia y sangre por las tardes y dolor para llevar en las noches. Jamás dejaste de besarme en todas las facetas. Y yo, ¿qué soy sino solo un palmo de hojas en el viento alejándose a prisa del timón de esa barca? Yo queriendo escapar de sus mares eché redes a las aguas y aun sigo buscando alcanzar el Edén. El paraíso está en tu infierno sumergido en tus calderos, contemplando las ascuas de tus caderas y el azufre de tus carnes adheridas a la inquieta sexualidad de mi abdomen. ¡Veme pues suplicante! le he pedido ser digna aliada de tus costillas y no he dejado de ser tu Gólgota y aun creyendo paradoja tus encantos, perdóname y después desiste, aléjate y después recuerda, que las ponzoñas que corroen en mis hilos podrían ser la salvedad de tu abismo. La noche que correspondí a tus labios La noche que correspondí a sus labios, aún pendía de mis sombras el ardor de aquellos ojos, de sus mudas caricias y esa vez primera que conquistó el encanto de mis piernas… Él sabía que aún le amaba, pero me colgué de sus brazos; enloquecida le ayudé con mi vestido y deslicé por sus paisajes mi boca necesitada. No fue la blandura de sus sábanas. ¡Revuélcame en el piso! le pedí categórica. Y allí hundida entre sus ganas y mi completo vacío, lloré con el mismo coraje con que le entregué mi vida al traidor.

Me quedé

Y me quedé, me quedé suspirando por su ausencia meditando ante el silencio de su boca. Susurrando adormecida entre el espacio de sus ojos y su notable indiferencia. ¿Cómo podía alejarme? Si aun cuando sus brazos apartaron mis caricias, yo le amé en su rechazo. Si aún en el encuentro de las sombras, estando ella presente, sin censura me entregué a sus llamas. Y después de sentir sus labios asqueados, desdichados y perdidos, seguí adorándole como a un dios. ¿Qué hacer? Mas que contemplar el umbral de sus sueños perplejos, por los que mis días guardan el brillo incandescente de su gracia y me distraen del furor inquieto de estar encadenada en la mediocridad de mi propio silencio.

Destila tu cuerpo

Temblorosa crisis de espasmos y gozos bajo la mediana parte de su cuerpo aprieta labios con firmeza ardorosos, detener la candidez de su pluma quisiera. Y es que siempre ha hecho el amor con los ojos cerrados, del dime y el dame provocaron su descenso las sábanas del espejo, y vio el hermoso vigor de sus hades. Contra la pared asida la vergüenza y el miedo, restregando pérfida lengua el botón de sus senos, y destila cristalino sus gritos y ansias. Ha bajado más allá su equilibrio, trastornado los rincones pudorosos de su sexo, y destila cristalino su ardor excitado. Pinceladas son, bañando cascadas, peñascos y yermos. Cuando la mesa muy corta quedó a su ingenio traspuso las piernas muy cerca del cielo, sendero adánico descubre al vibrar, osado en sus ganas el tiempo y el aire y fluye incesante su libre verdad.

La primera noche

¿Recuerdas la primera noche? Fiesta, besos, alcohol y pasión desenfrenada. Ese día cabizbajos y silenciosos en el ocaso rasgaste mi espalda con delirio. ¡Oh, sí! Yo disfrutaba de tus embriagados besos acalorados, mientras poco a poco hurgabas investigando el secreto de mi piel para luego vestirla con el ardor de tu sensual desdén. Ese día creo que vi las puertas del cielo mientras pagaba mi condena penitente en el sacro abismo pagano de tu cuerpo moreno.

Poemas de Odier Marín

Ganador del Segundo Lugar

¿Es eso un retrato de nosotros?

Aún, exactamente ayer, había algo atractivo también estabas solo en ese puente, Unos cuerpos son como flores, otros como puñales (…) Luis Cernuda pude notar, que la distancia era infinita e intenté dibujar el camino más corto, solo para decir “algo”. Nos convertimos en las flores, dos cuerpos debían ser, Importar tabla dos cuerpos fueron. Eso fue el ayer de mañana. Entre mi tiempo, que no tengo idea si es mío y toda esta penumbra que cubre exactamente solo nuestros ojos y andamos a tien- tas, continuo sin saber el nombre exacto de esta estaca que dice “nosotros”.

El nombre es

Ella se mueve lento, pero seductor ella se siente libre en la oscuridad se mantiene ardiendo en los corazones, su vergüenza es asombrosa, es la perfección de un dios, sublime, (¿qué es la vergüenza?). Tantas maneras en que se ha desvestido; todos saben su nombre, todos lo saben Ella siente que nadie la controla, pero todos saben cómo funciona su corazón, todos manosean su expresiva belleza. Es un culto lejano de la reina, clandestino todos saben el nombre, todos lo saben el nombre de la vehemente.

Triste verdad

Un secreto de amor que muere sin que a la música le importe, una fe que ruega ser probada y es ignorada por cierta belleza, injusticia de mundos, estoy aquí desde antes que cualquiera, no importa si estoy quebrado, pero estoy aquí, hubo un tiempo en que estábamos juntos y recuerdo cuando vos te movías, yo me movía, tal vez todo esté perdido ahora, tal vez el llanto de los que están aquí es oído por algún pastor desconocido, los dolidos rezan por misericordia ya hemos visto tanto. El rojo nos acuna, solo la poesía en nuestros ojos, muriendo y los viejos artistas que aún sueñan en el pasado, que intentan deslumbrarnos a nosotros, los nuevos con anécdotas que escupen polvo y nostalgia brillan de recuerdos que se desvanecen, en el tiempo, en el espacio, con sus miradas tristes y caídas, esperando pasión y cálidos amores.

Desde años atrás

“Y los jóvenes gays que están saliendo del armario lo único que tienen es esperanza. Y tienes que darles esperanza. Esperanza por un mundo mejor, esperanza por un mañana mejor, esperanza por un lugar mejor al que ir si la presión en casa es demasiado grande” —Amor, vengo escuchando de vos en el pasado, he caminado este rumbo desde que recuerdo, puedo oírlos a ellos, desde años atrás. Se oye a voces un grito de dolor, espero, que este destino no sea igual, ¡Hey! Vengo escuchando de vos desde hace mucho tiempo, una historia trágica sobre vos. Ayúdame desde tus millones de años atrás, he dicho las mismas cosas desde que recuerdo, puedo escucharlos a ellos desde años atrás. —Se oye a voces alguien en alguna prisión, muriendo a veces, lentamente ¡Cariño! Estoy escuchando de vos en el pasado, cuido tu espalda en el pasado.

Poemas de Daniela Tórrez

Ganadora del Tercer lugar

Erótica del temblor

Incontables sombras arden al filo del paraíso Exangüe lámpara ex tin guién do se al temblor de los huesos de cuerpos en escena. Risas, murmullos, humedad desbordan la cama Sombras sucumbiendo al roce de relámpagos, cuchillos y piel. Amantes, caracola paleozoica metal bruñido en lanza oasis de un mundo que se desmorona.

Sin previo aviso

Un día sin previo aviso te encontraré quizás en la sombra de alguna ventana o te mire sin saber tus ojos a través del vidrio de un autobús o me cuele por tus pasos en un accidental trajineo del mercado a lo mejor te conozco pero aún no me percato.

Canción de cuna para mis hijos no nacidos

No quiero que la conozcan ni que la miren por la calle cuando atrevidamente pretenda tomarlos de la mano no es una amiga ni una buena vecina solo quiere ganarse su confianza para luego arremeter contra ustedes. Lanzarlos con furia al abismo des pe da zar los abandonarlos des fi gu rar los consumirlos en la locura.

Definitivamente no

No, definitivamente no seré jamás el arquetipo de mujer sumisa y bienhechora el reemplazo sensual de tu madre que te corta las uñas cada semana ni lavaré tus mugrosos pantalones blancos, impregnados de indiferencia Tampoco me levantaré hacer el café cuando violentamente vuelvas a casa después de una larga noche de juegos.

Vigas podridas de mi infancia

Los últimos fragmentos de mi infancia quedaron adheridos a un par de vigas podridas sucumbieron ante el lodo los años e indiferencia Desde la soledad dos sombras juegan con el barro soñando algún día crecer. Los inocentes juegos de cocina el chocochoco que devoraban las bocas golosas las hojas de sardinillo que servían de dinero en la ventecita. Todo quedó en carretes mohosos carcomidos por el olvido pero reviven cuando miro aquel par de vigas podri- das.

Tiernas lagartijas al sol

Hoy me desperté con un sabor a nostal- gia, en la espuma del café se dibujó tu re- cuerdo y en las últimas migas de pan del desa- yuno me susurraron un vago te quiero. En las losetas de la calle encontré tu sombra desparramada que casualmente se cuela por mis párpados aún somnolientos. Te veo, me veo echados como tiernas lagartijas tomando el sol en el asfalto. Risas, lágrimas, saltar al vacío equivalía a tratar de cruzar un manjol a los quince.



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