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Recepción: 01 Agosto 2018
Aprobación: 03 Diciembre 2018
Resumen: Este trabajo se llevó a cabo en Majucla, colonia ubicada en el municipio de Cuscatancingo San Salvador, e involucra a los jóvenes del Comité Juvenil Expresión Hip Hop. El objeto del trabajo es presentar a Majucla, el barrio y sus calles, como cuna de saberes emergentes de las artes urbanas o cuna de actividades artísticas hip hop y lo que implica el concepto emergente frente al saber disciplinar y la epistemología. Por contraste con el saber académico es conveniente acuñar este concepto que alude a lo menor, lo excluido, lo subordinado, en analogía con la vida que pende de un hilo en los sectores deprimidos. Saberes emergentes es llegar a ser mientras las actividades de los jóvenes se dirigen a crear e intentar comercializar sus obras. Pese a las dificultades encontradas, principalmente por la violencia imperante y las barreras de acceso a la educación, los jóvenes siguen empeñados en crear arte y fortalecer el colectivo. Aprenden en la universidad de la calle aquellos saberes que les permitan identificarse como diferentes y resistir en las condiciones en que les tocó vivir.
Palabras clave: Juventud, Cultura de Paz, El Salvador, Barrio, Saberes Culturales.
Abstract: This work was carried out in Majucla, a colony located in the municipality of Cuscatancingo San Salvador, and involves young people from the Hip Hop Expression Youth Committee. The purpose of the work is to present Majucla, the neighborhood and its streets, as the cradle of emerging knowledge of urban arts or cradle of hip hop artistic activities and how the emerging concept implies in the face of disciplinary knowledge and epistemology. In contrast to academic knowledge, it is convenient to coin this concept that refers to the lesser, the excluded, the subordinate, in analogy with the life that hangs by a thread in depressed sectors. Emerging knowledge is becoming while the activities of young people are directed to create and try to commercialize their works. Despite the difficulties encountered, mainly due to prevailing violence and barriers to access to education, young people continue to be determined to create art and strengthen the collective. They learn in the street university those knowledge that allows them to identify themselves as different and resist in the conditions in which they had to live.
Keywords: Youth, Culture of peace, El Salvador, Neighborhood, Cultural Knowledge.
Introducción
El objeto de este artículo es exponer la forma como los saberes emergentes, locales, no académicos o formalizados, no producidos en la división disciplinar, cruzan la vida de los jóvenes que conforman el Comité Juvenil Expresión Hip Hop 1 en Majucla, colonia de San Salvador, y contextualizan sus esfuerzos por expresarse artísticamente mediante el rap y el grafiti, que junto con el break dance son emblemáticos en el hip hop.
Con su práctica artística los jóvenes ayudan a crear un clima de convivencia social en su territorio y contribuyen a construir una cultura de paz en su país. Los miembros del colectivo ofrecen su testimonio de vida, su recorrido, experiencia y aprendizajes en el proceso de organización, producción de hip hop e intentos de comercialización, refiriendo los obstáculos que deben enfrentar para cumplir sus objetivos, uno de ellos la definición y defensa de una identidad diferente que la sociedad y la institucionalidad comienzan a reconocer.
Lo importante para los jóvenes de Majucla es estar en actividad, hacer lo que les gusta, caminar por la senda correcta, como integrar a la mujer, y resistir contra toda clase de presiones, amenazas, prejuicios, estereotipos sacados del baúl de la intolerancia. Las calles de la colonia Majucla constituyen el escenario de sus afanes y sus búsquedas, en ese barrial (el barro que forman la tierra y el agua al mezclarse) de saberes practican como colectivo juvenil hoper el rap, el grafiti y el break dance.
Los saberes emergentes, también llamados saberes menores, resultan de estas experiencias en la calle, en el barrio, trasmitidas al entrevistador en el mes de septiembre de 2018. Las respuestas traslucen la sinceridad de sus enunciadores, el respeto del otro, la valoración de sus opiniones, la comprensión y la tolerancia, los aspectos subjetivos que interesan sobremanera a la investigación cualitativa.
Los saberes emergentes puedan verse incluso como refranes consignados en textos de literatura picaresca, pasquines, grafiti, rumores, coplas, letras de tango, canciones rock, en obras de arte y el hip hop, especialmente. Tienen más relación con la sensibilidad y la racionalidad hermenéutica que con la racionalidad verificativa. Ocuparse de estos saberes supone revalorizar los saberes excluidos como intuitivos e ingenuos.
Los saberes emergentes constituyen una forma de resistencia o, más bien, en la matriz de la resistencia una de las acciones se llama saber emergente.
Revisión bibliográfica
A mediados del siglo XIX y buena parte del XX, la introducción de la ciencia se hacía en Argentina a través de la literatura y las discusiones tenían como escenario las revistas. No era el saber científico propiamente dicho, expuesto por científicos y epistemólogos, sino una versión intelectual de la ciencia, con otros fines culturales apoyados en el prestigio de los autores. Estos trabajos presentados como divulgación literaria fueron incorporados al espacio cultural de la época y articulados con las normas retóricas de los saberes dominantes, saberes científicos y pseudocientíficos emergentes — darwinismo, frenología, antropología criminal y psicología experimental, entre otros—(Salto, 1995).
En la medida en que incorpora saberes emergentes en su currículo, caracterizado por una flexibilidad y una movilidad garantizadas por las nuevas tecnologías y pedagogías, la Universidad de la Calle enseña al sujeto de aprendizaje un determinado modo de vincularse con el entorno de objetos, personas y comportamientos (Universidad de la Calle, 2018). Los saberes emergentes son las capacidades que deben desarrollar los niños ahora porque el futuro será muy distinto al presente que se vive hoy. Serán adultos jóvenes en el 2050 donde ya no se va a tratar de trabajar y jubilarse en un mismo lugar como piensa la generación actual.
Un principio que subsiste en la universidad de la calle es enseñar con el ejemplo, con el contraejemplo, con el comportamiento correcto, con las consecuencias de los actos. ¿Pero es esto acaso enseñar?, ¿así es como se educa?, se preguntarán sorprendidos los profesores. La universidad designa, en nuestra cultura, el ámbito de más alto nivel en la administración del conocimiento, en el ejercicio de la enseñanza, y calle suele significar el ámbito más ruin en la sociedad, peligroso y fascinante, referente privilegiado de la vida cotidiana. Como indica Fermandois (2008) los ejemplos son ilustraciones, evidencias, que en la introducción de conceptos filosóficos establecen una mutua cooperación con la definición de términos.
El ejemplo y los actos ejemplares son formas emergentes de aprender y sobre todo de saber en señar. Las consignas utilizadas en la “universidad” y en la “calle” pueden ser términos, en principio, contradictorios, disímiles, pero una vez integradas funcionan como un oxímoron, se convierten en un contraste admisible y valorado por su fuerza enunciativa, retórica, por su fuerza heredada del saber popular como en el caso del refrán. Pujante (2009) analiza la utilización de las figuras retóricas en las letras de un grupo de rap español Violadores del Verso. Muchos prejuicios que se tienen sobre el rap desde posiciones académicas son infundados. El saber implícito en la música, la letra o las rimas de los raperos no puede compararse con el saber subyacente en la poesía “seria” o “culta”.
Las voces del gueto, la crítica que construyen, sus propuestas y su propia historia hecha música evidencian este intento por proponerle al público otra manera de ver y estar en la calle, la de su propuesta de “revolución mental” (Uribe, 2017). Cantar o hacer break dance dejó de ser una actividad para divertirse y se convirtió en una estrategia de expresión y acción juvenil al punto que el sentido del rap, “rhythm and poetry” (según algunos de los cultores del hip hop en la ciudad), se transformó en “revolución artística popular”. Los hoper adquirieron una nueva visibilidad construyendo un relato de lo que son, de lo que les preocupa y de la ciudad que quieren construir.
En efecto, las primeras producciones musicales difundidas en casetes y CD recogen las voces de los excluidos. Carlos Andrés Pacheco –CAP-, de Gotas de RAP, habla del proceso que vivió alrededor del segundo disco del grupo “Revoluciones” de 1997: “uno puede ver la calle de un modo artístico, conocer al bueno, al malo, pero siempre con ese respeto hacia ellos, y yo sé que ellos también tienen mucho respeto hacia el grupo” (CAP, comunicación personal, 27 de noviembre de 2011, citado en Uribe, 2017).
Herrera (2008) se pregunta ¿cuáles son los saberes significativos para los jóvenes artistas del hip hop? Además de las canciones, la danza hip hop se difunde por el mundo en los últimos quinquenios posibilitando a sus creadores explorar el cuerpo, reconocer los saberes del cuerpo y aprender el lenguaje corporal. En el cuerpo existe un amplio espacio para la emoción, el placer y el deseo, para lo inefable y dionisiaco que ninguna lógica categorial puede abarcar, de tal modo que cualquier intento de estructuración abarcadora dejará numerosos “cabos sueltos” e implicaciones polémicas, produciendo puntos ciegos, zonas indefinidas, ambigüedades y tierras de nadie, inexploradas y sin cartografía oficial.
Desarrollo
La palabra barrio viene de barrial, calle no pavimentada, anegada, llena de barro en época de lluvia, polvorienta en verano, calle mal vista por este hecho, residencia permanente del colectivo juvenil, escenario de conocimientos y saberes formales e informales de sus integrantes.
La calle cobra un sentido u otro dependiendo del punto de vista desde donde se la mire o de la posición que ocupa el observador que trata de descifrar sus enigmas. El observador legítimo, porque nos han convencido que hay uno, es el que asignado a la sección judicial informa por la televisión los delitos de la calle. Nos han hecho creer que la palabra joven significa problemas y la calle donde habita amenaza o peligro. Para tener éxito en su trabajo de informar los hechos que suceden en la calle el periodista debe ganarse la confianza y hacer amistad con los muchachos del barrio. Como resultado, el público recibe una información mediada o sesgada de la realidad, una versión estereotipada que impacta por su crudeza.
La calle donde se producen más bajas, en lenguaje militar, se encuentra en el barrio económicamente deprimido. A la luz de los datos fríos y precisos de la estadística este barrio es intransitable y lo mejor es alejarse del mismo por precaución. En el barrio de los pobres reina el caos, los pandilleros protagonizan batallas campales y se enseñorea el mal. Tiende a salirse de las manos de la autoridad excepto cuando esta utiliza la fuerza bruta. Todo joven es capaz de distinguir el bien del mal tal como se supone ocurre diariamente en el proceloso escenario de la calle y se trata justamente de trasmitir esta idea sin pretender construir consensos. Solamente oponerse al orden institucional del discurso, a las disciplinas y agentes que convergen en la implantación de dispositivos de seguridad o que restringen las libertades.
La calle es la metáfora del barrio y la idea generalizada es que hay barrios buenos y malos, los segundos con una tasa de criminalidad alta, según la estadística. Con base en prejuicios y estereotipos, la policía y la dependencia de bienestar social, además del periodismo, han identificado aquellos barrios peligrosos que siembran el caos y la inseguridad. No es que el colectivo que se ha tomado la calle sea malo, sino que durante mucho tiempo se ha formado un estereotipo adverso a su condición, tan arraigado en la mentalidad que resulta difícil controvertirlo. En esta lucha por la identidad y la dignidad se impone el más fuerte con sus argumentos, con su saber analizar (no interpretar ni comprender fenomenológicamente) lo que pasa en la calle. Esta entidad más fuerte suele basarse en el discurso científico e incluso en los currículos ocultos que penetran en la sensibilidad y emoción de la gente.
El diagnóstico de las dificultades que impiden que la calle del barrio ingrese en el flujo comercial y participe en la reproducción del sistema ha entrado en una fase de normalización, concepto de Kuhn (2017) que alude al hecho generalizado de estar de acuerdo con algo, señal de unanimidad o dogma y antesala de la crisis de paradigma. Es cuando los argumentos normativos adversos a la calle se propagan intensamente, pero al mismo tiempo se desacreditan por repetir un lugar común. En el pasado se perseguía al niño o joven callejero, al granuja, como presunto delincuente, como peligro social, y no existía el concepto de niño sino de adulto (Ariès, 1996). En la actualidad niños y jóvenes volcados a la calle se organizan en colectivos de artistas que emprenden acciones de subsistencia y resistencia (Pinilla, 2015) con sus propios argumentos. Además, el desarrollo de los derechos humanos, los derechos diferenciales del menor de edad, que en muchas ocasiones entra en la categoría de población vulnerable y en riesgo, les devuelven protagonismo a estos sujetos y sus colectivos.
La calle es la escasez, dice Romo (2011) y sus habitantes están destinados a vivir y reproducir el egoísmo y todos los problemas que derivan de ello. Según el darwinismo y el neodarwinismo, los genes egoístas son los responsables de la evolución. Desde el punto de vista de esta teoría (o doctrina) era necesario controlar los malos genes, vigilar la reproducción entre la gente inferior por ser portadora de caracteres hereditarios nocivos. El combate a la superpoblación mediante el control natal se tiñó de ideología. Spencer se opondrá a cualquier medida de ayuda de los más desfavorecidos y a todo tipo de leyes asistenciales. En la guerra de todos contra todos (contra omnes) las ideologías o visiones enteras del mundo se elevan al nivel de la confianza científica y pasan a formar parte del cuerpo político-normativo institucional. Romo nos hace ver cómo, desde una racionalidad proyectiva, se prepara el combate contra los desadaptados, contra los que huyeron del sistema educativo para refugiarse en la anarquía de la calle. Más allá de la objetividad de los datos que, como se dijo al principio, no está exenta de prejuicio, se encuentra el mundo de los sujetos que quieren ser diferentes y esta tarea de esclarecimiento recurre técnicas de saber diferentes como la entrevista cualitativa.
La aproximación fenomenológica, observa Planella, se encuentra ligada a la experiencia del sujeto en la vida cotidiana (Lebenswelt), a través de sus relaciones y vivencias, más que a la cuantificación y/o positivización de las variables a través de las cuales podemos estructurarlo.
El cuestionamiento del estatuto del saber científico implica buscar en los saberes emergentes, menores o populares, que son capaces de ficcionar la verdad, el reverso de la moneda. “Cuando yo hice mis estudios hacia los años 50‐55, uno de los grandes problemas que se planteaba era el del estatuto político de la ciencia y las funciones ideológicas que ella podría vehicular” (Foucault, 1979, p. 175). Por ello el giro de la mirada hacia los saberes emergentes, saberes excluidos, sometidos o descalificados por la academia. Si se mira nuevamente la moneda, puede verse la duda en el rostro de aquel que tradicionalmente ha reverenciado el saber suntuoso, repetitivo, dogmático, rígido heredado del iluminismo. Foucault define como saberes sometidos “a todo un conjunto de conocimientos que estaban descalificados pues, estaban señalados como no conceptuales o como insuficientemente elaborados. Es decir, saberes ingenuos, jerárquicamente inferiores, que estaban situados por debajo del umbral del conocimiento científico o de la rigurosidad científica exigida” (Ávila, 2007, p. 5). Estos saberes locales de la gente común y particularmente de los hoper, jóvenes del rap y el grafiti, han permitido que la crítica de los discursos, que estaba silenciada y muerta, se realice en la calle o en la universidad de la calle.
Zambrano (2006) distingue entre saber y conocimiento. Para este profesor universitario el saber es espontáneo, surge de las inquietudes y prácticas del sujeto, en cambio el conocimiento requiere del método utilizado en la enseñanza disciplinar en la academia. El conocimiento académico procede de operaciones intelectuales complejas, reglas y dispositivos. El saber es una forma de decir, un discurso, una caja de herramientas llena de argumentos. Los saberes son propios del sabio, del que sabe lo que el otro no sabe, del que sabe trasmitir al otro el saber que reclama. El que sabe enseñar es ante todo un pedagogo, un amigo, un compañero en la travesía hacia la complejidad y la incertidumbre. La pedagogía es más un discurso que un conjunto de técnicas orientadas a la organización y trasmisión de los saberes disciplinares, más del lado del enseñante que de las doctrinas educativas (Zambrano, 2005).
El saber tiene la connotación de arte inherente, anticipación, presagio, clarividencia, rituales del arcano, magia, inclinación a jugar con lo oculto. A los descendientes de los mayas en Centroamérica no debe sorprenderles que la educación estuviese asociada al ritual del mito. Así, Tehuamatine es el sacerdote sabio o hechicero mayor entendido en agüeros y manejo de los calendarios cíclicos. A propósito, Morin (1999) hace mención de una situación paradójica: se han adquirido una increíble cantidad de conocimientos sobre el mundo, el universo, y el ser humano, obtenidos primordialmente con el método científico: en nombre de la razón se creyó enterrar mitos y tinieblas. Y sin embargo el error, la ignorancia, la ceguera progresan por todas partes al mismo tiempo que los conocimientos. En Foucault (1979) la genealogía se propone la reactivación de los saberes locales, menores, contra la jerarquización científica del conocimiento. Estos conocimientos locales estaban confiscados, descalificados, echados en la papelera del olvido. Con la genealogía foucaultiana emergieron los saberes del psiquiatrizado, del enfermo, del loco, del delincuente, los saberes de la gente. Este conocimiento particular, local, regional no goza de unanimidad y solo aparece por la resistencia que opone a los demás.
Se ha desvanecido el sentido integrador y totalizador del pensamiento holístico del mundo primitivo. La ciencia occidental se organizó desde su fundación en la división en disciplinas, que a medida que fueron acumulando conocimiento, se enfocaron en aspectos específicos de la realidad, especializándose más y más, construyendo un lenguaje particular con fronteras más o menos estables entre una y otra (Beech, Artopoulos, Cappelletti, Furman & Minvielle, 2017). El divorcio entre ciencia y humanidades, arte y tecnología, informal y disciplinar, se proyecta al campo de la industria cultural. En la revolución digital de este tiempo hace su aparición la industria creativa, que en muchos casos se apoya en la división del trabajo, en la especialización o perfeccionamiento, y es ahí donde no tienen cabida las producciones artesanales que lanzan regularmente los talentos locales sin los medios tecnológicos requeridos.
Páramo (2005) considera que agruparse de la manera como lo hacen los niños y jóvenes en la calle (bandas, galladas, pandillas, con las tensiones propias de la edad) se constituye en un mecanismo no sólo de identificación, sino también de resistencia a modelos referenciales de la sociedad postindustrial. Para estos jóvenes la calle es su hábitat natural, su refugio, su escondite, su gueto, el espacio de socialización e integración generacional donde se forja una historia de vida en resistencia permanente (Pinilla, 2015), no de evasión de retos y responsabilidades. La investigación de Uribe (2017) inquiere por los modos cómo se ha construido el movimiento hoper en la ciudad de Bogotá, ¿a través de qué procesos han vinculado su construcción identitaria, su propuesta artística y su proyección política en la ciudad? Las acciones de resistir, forjar una vida, construir el colectivo o el movimiento, están atravesadas de saber, son acciones políticas revestidas de saber.
El saber pone al sujeto en el dilema de elegir y desechar, elegir qué, desechar qué, preguntas con sentido que suponen muchas veces abandonarse a la intuición. Los saberes emergentes no pueden surgir de aprendizajes que no sean significativos (Pupo, 2015). Dentro de la filosofía de la educación, junto con la transdisciplinariedad, la duda por la incertidumbre y la intuición acercan al conocimiento oculto, esencia creadora y sentido la vida del hombre. Nuevas tecnologías como la bioinformática, la nanotecnología, la neuroinformática no solo impactan en las condiciones de la vida humana (Beech et al., 2017), sino que permiten percatarse del efecto de la transformación digital, vislumbrar las tendencias de la sociedad global, la sustitución del concepto de trabajo por la empleabilidad o inferir comportamientos que serán prescritos desde la academia o el congreso en áreas críticas como el cuidado de la salud y la regeneración genética del ser humano del futuro.
De otro lado, es razonable imaginar saberes emergentes a pesar de las precariedades y exclusiones (Blackwell & Speed, 2015) de los sujetos en la actualidad, expuestos a situaciones de violencia, incertidumbre y desesperación. Esta fragilidad provoca como respuesta actos de resiliencia y resistencia y la necesidad de imaginar redes sociales y nuevas relaciones generacionales e intergeneracionales como estrategias colaborativas para un nuevo mundo y la invención de una nueva forma de vida. Las pedagogías emergentes son organismos en evolución que existen en estado de “llegar a ser”, no son de una determinada manera y para siempre, sino que su definición y desarrollo, por efecto de las prácticas asociadas, están en constante cambio.
Resultados
Sobre la calle más conflictiva y violenta de los barrios marginales, habitados por los pobres, pesa el estigma de la sospecha, la acusación, la sanción y la deshonra. La calle del pueblo se caracteriza por un alto número de conflictos violentos como peleas, robos, atracos, vandalismo, asesinatos y una gran variedad de enemigos al acecho.
La colonia Majucla está ubicada en el municipio de Cuscatancingo al norte de San Salvador, con un numero de 4000 habitantes aproximadamente. La problemática que vive la comunidad son acosó policial, extorsión por parte de pandillas, muerte de jóvenes menores de edad, violencia intrafamiliar, además de pobreza, deficiente servicio de salud y educación básica y escasas oportunidades de educación superior.
El hip hop ha servido como un espacio de expresión para jóvenes oprimidos, así mismo ha servido como un espacio para aumentar la participación política de la juventud en el municipio y para el crecimiento de las capacidades y habilidades de los jóvenes.
El hip hop alimenta el deseo de expresarse, de hacerse real en un mundo amenazante. Vestirse y respirar rap, break o grafiti, no solo son metáforas que señalan la relación profunda de los hoper con su quehacer, sino que apuntan a un elemento central: el ser del hip hop. En muchos casos prima la necesidad de comunicarse y construir una identidad desde la proyección artística. Pocos llegan lejos en el mercado al mismo tiempo que mantienen su identidad y cultura hoper, pero en la colonia Majucla de El Salvador pareciera que las puertas están definitivamente cerradas. Es más, el entorno, más allá de los límites en la frontera del barrio, no es nada favorable como para que el artista y su colectivo den el salto esperado.
Más allá de las dualidades, de la binariedad mestizo-blanco, rico-pobre, se halla la identidad y la comunidad de intereses. Después de siglos de sometimiento, directo en la Colonia e indirecto en la República, las comunidades conservan sus referentes identitarios. En su trabajo con indígenas Miranda (2016) encuentra que la dinámica de reconocimiento de identidades posibilita la comprensión de prácticas de saber y criterios de validación de conocimientos antes subyugados.
En el enfoque de la decolonialidad, los colectivos juveniles son grupos subalternos en desventaja frente a las élites que detentan el poder económico y político. La subalternidad se lee como incapacidad para superar los obstáculos que pone el mercado artístico o cultural. Pero los jóvenes de las calles de Majucla insisten en crear rap, en el grafiti y la danza, y hacen gestiones para ingresar al mercado. Mientras tanto, adquieren saberes y se sienten afortunados.
Considera Monteiro (2005) que el conocimiento no basta para crear una sociedad más reflexiva y autónoma, que es necesario comprender e implementar modelos en la práctica, creando situaciones de aprendizaje y utilizando una diversidad de información y enfoques sobre educación y creación artística. En tal sentido, recomienda el modelo triangular de educación artística propuesto por Barbosa (1994). Esta educadora brasilera, pionera en educación artística, propone un modelo cognitivo compuesto siempre por tres categorías (de ahí el nombre de triángulo) que una vez es producción artística, apreciación significativa y producción cultural e histórica, y otras veces es conexión con la realidad, producción desde el saber apropiado y múltiples formas de leer, o bien leerhacer-contextualizar. En el modelo convergen el saber, el contexto y la práctica artística.
En cuanto a los saberes artísticos y contextuales, manifiesta Beto: Bueno, hablando desde otra perspectiva para mí la calle no es solo un juego o un parque de diversiones sino que, también es un lugar donde podes encontrar dos caminos en los cuales vos decidís lo que querés hacer y lo que te conviene y viendo que lo que es estar en barrio o estar en las diferentes calles de donde yo me he manejado, no solo cantando, no solo de un punto de estudio, la calle tiene su lado bueno y si vos le das su lado positivo, todo tiene solución y puedes ayudar a quien lo necesita. Por su parte, T.W.A.N.G considera que ha aprendido bastante, ha conocido gente muy buena en el arte y pues por ellos sigo esforzándome porque como dicen el aprendiz va a superar al maestro y me esfuerzo al mil todos los días, y pues sí.
El narrador Jaco ONG, con más experiencia, no tan joven como sus compañeros, confiesa lo siguiente: comenzamos muy básico como el tema de la autoestima, con las predicciones de vida, con sus proyectos de vida, con las relaciones interpersonales, familiares, que limitan mucho que tú te puedas organizar o hablar o le hecho de hacer lo que vos querás, entonces ha sido un reto y por eso ha sido bonito tener un poquito más de chance para que ellos puedan mostrar toda la experiencia, y no solo ellos, sino que muchos más jóvenes que sí hay, yo sé que en las noticias se miran cosas muy negativas del Salvador pero me llega que se den el chance el tiempo de venir y conocer cuestiones positivas, aprendizajes positivos. Otro narrador 2 se refiere a las transformaciones sufridas hasta que conoce al colectivo, que aprecia por lo que ha hecho: Bueno a parte de todo eso sí ha sido como un reto verdad, el hecho de todas las oportunidades, yo creo que ya tienen una perspectiva diferente acerca de la vida, ya no es una misión sobrevivir o la muerte me tienen encima, sino también conocer como diferentes espacios, han tenido la oportunidad del trabajo de autocuido, cosa que no se habla mucho en la juventud, han tenido ese espacio y de cierta forma han resarcido todo el tema de las emociones que han sido muy bloqueadas, una necesidad que te pega por todas partes, yo tuve la experiencia que cuando tuve que salir del país no me querían dejar salir por el tema de la agresión o mi aspecto físico, entonces todo eso te desmotivó, entonces estos chicos yo la verdad los admiro mucho, quizás a la edad de ellos, no hubiese hecho todo lo que han hecho ellos.
En cuanto a la organización, Narrador CJ Expresión HIP – HOP dice: el comité, viene surgiendo, desde hace, creo unos cuatro años un grupo de jóvenes que no tenía un lugar donde estar, en el cual podíamos hablar de lo que nos gustaba, un lugar donde podía sentirse libre uno, entonces hubo la oportunidad de crear un grupo o bien dicho un comité que hoy por nombre lleva comité juvenil expresión HIP – HOP. Sobre este tema habla Narrador Jaco ONG: bueno mi nombre es Jaco, básicamente no soy artista, sino que he acompañado a estos chicos desde hace 5 años, es como un referente comunitario pues me nace la idea de acompañarlos y de alguna u otra manera conozcan las oportunidades que de una u otra manera yo he podido tener con todo el tema de la educación, el trabajo con la ONG, entonces los chicos y chicas si se han puesto bastante las pilas.
Sobre el tiempo que lleva en el colectivo así responde Beto a la entrevista: Pues yo tengo historia la verdad, yo tengo casi como dos años de andar en esto. T.W.A.N.G declara: tengo tres años de lo que es el hip hop, pues conociendo un poco de todo, técnicamente tengo ahorita, y soy conocido como twang y es deletreado. De otro lado, Narrador Comité Juvenil Expresión HIP – HOP comenta que actualmente tiene como unos cuatros meses de estar activo, hablando un poco.
Los jóvenes realizan diversas actividades en las calles de la colonia Majucla, principalmente artísticas y sociales que tienen como eje el desarrollo del Comité Juvenil Expresión Hip Hop. Beto y Narrador CJ Expresión HIP – HOP se dedican al Grafiti y T.W.A.N.G al rap. Amplía su declaración el segundo: y bueno actualmente hemos estado como en varias cosas, como actividades de la colonia, como hace poco hemos hecho una gama de murales o grafiti o style-park que se ha venido haciendo desde hace un par de meses, aunque actualmente se nos borraron un par por una actividad que se hizo por acá por alcaldía. Narrador Jaco ONG dice al respecto: y bueno yo trabaje desde hace 5 años, nos reuníamos desde las calles, en la acera estábamos sentados ahí, y ha como estamos reunidos aquí comenzamos y en ese entonces si estaba más fuerte todo, el tema de violencia en este sector, pero ya hemos tenido la oportunidad de participar en el congreso premios nobel por la Paz que fue en Colombia, ahí estuvimos participando, hubo un representante allá, también han participado en diferentes foros, diferentes videos han tenido la oportunidad de conocer más personas, el hecho tener estos espacios así con ustedes y compartir es algo que ha ido creciendo.
Los jóvenes asumen el arte que su vocación les dicta. Los saberes artísticos del hoper son fácilmente asimilables y clarifican su misión, que en el caso del grafitero es pintar y en el caso del rapero hacer canciones, música, cantar. Ambos quisieran comercializarla, además de producirla. En la colonia Majucla de El Salvador las puertas parecen cerradas para dar este salto. Más allá de las fronteras del barrio existen barreras muy altas que impiden que los artistas y el colectivo triunfen y vivan de la música, el grafiti u otra actividad creativa. Pocos llegan lejos como artistas, sin embargo, mantienen su identidad y cultura hoper. Como grupo, desarrollan un programa relativamente establecido.
Ante la pregunta del entrevistador, Beto menciona su paternidad: Pues, bueno, tengo tres, voy para cuatro pero siempre he sentido esa esencia como desde muy pequeño, conocer lo que es hip hop siempre he escuchado canciones como Cypress Hill, Askew, o un poco de Tupac y siempre me gustó la historia de cada uno de ellos, el hip hop me cambió, algo bastante genial, mi perspectiva de vida.
Para conocer la percepción que el hiphoptero de Majucla tiene de la calle se interpreta su respuesta. En el caso de Beto: Umm, la calle para mí es como si entrara a mi zona de juego, yo cuando veo la calle y veo varios muros en blancos ese muro yo los voy a pintar, ese muro va hacer mío y me da ganas de explotarlo de darle color y a darle un significado, como estamos viendo haya, dice todos queremos Paz, pero haya en globo va decir pero nadie actuar para quererlo y pues para mí esa es una frase muy buena, porque si todos queremos alcanzar o aspirar a algo, pero solo estar sentado viendo tele y decir ahh, yo quiero esto, yo quiero lo otro, pero nunca lo alcanzarán y nunca vas hacer nada y yo pienso muchas cosas así como dice él la calle es algo caliente. El grafitero es consciente de los limitantes o, mejor, que reconociendo los limitantes de la calle puede sobreponerse a las condiciones impuestas, pero lo asume como un juego y esta actitud le permite lograr su cometido.
Es notable el cambio experimentado por el hiphoptero, gracias a los lazos construidos con los hilos de la música y el tejido de las amistades. De esta manera enfrentan la tendencia humana al egoísmo. Al respecto, dice Beto: eh pues fíjate que a mí me ayudó a expresarme, me ayudó a sentirme libre, a poder congeniar con otras personas porque desde que yo era muy pequeño siempre he sido muy apartado callado y bueno he conocido el hip hop y el hip hop me ayudó básicamente a expresarme a ser quien de verdad quiero ser y no solo conociendo a otras personas sino que también, conociendo lo que es música, porque una vez un buen amigo me dijo, la música en nuestra vida no tendría sentido si no existiera.
Derechos humanos son aquellas condiciones que garantizan los nutrientes físicos y subjetivos que le permiten a la persona su realización por el simple hecho de su condición humana y su derecho a una vida digna, más allá de los prejuicios de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o apellido. En la presente época no existe Estado que no se haya comprometido a garantizar el respeto y la defensa de los derechos humanos. La tolerancia es un concepto estrechamente relacionado, que se refiere al grado de aceptación de un contradictor, un adversario en ideas, creencias y regla moral de comportamiento. Tolerancia es un concepto que significa entendimiento, consideración y respeto por el otro en su condición de ser humano con dignidad y derechos. No solo se trata de respetar lo que los demás digan o hagan, sino de reconocer y aceptar en la práctica la individualidad y diferencias de cada persona. La tolerancia lleva a vivir o convivir con el semejante o el diferente en forma armónica y pacífica.
Manifiesta Beto: Bueno, aquí básicamente no tener oportunidad, entrar a una pandilla la cual ellos pueden sentirse muy bien, pero lleva una contrapartida negativa de lo cual siempre hay muerte yo he perdido varios amigos acá que entraron a la pandilla y ahora ya no están, con edades de 12, 15 años, nos criamos juntos y sentir eso de, hey murió mi amigo, murió aquel, murió el otro es como que, no ya no queremos más sangre y eso es lo que se ve aquí, perdición drogas.
Sobre el deseo de sobreponerse al estigma y la violencia promovida incluso en las esferas oficiales, opina Narrador CJ Expresión HIP – HOP: y también por el tema de que estás en una colonia que prácticamente está estigmatizada y vos vivís acá y ya te tachan que eres una persona que anda haciendo actividades malas y cuando ven esta forma de expresarse también lo toman como mala forma, ya como que eso está mal, eso lo catalogan a ciertas personas, que solo ciertas personas lo hacen, y un poco más del Comité, pues que aparte de expresarnos con el hip hop, también queríamos hacer o queremos hacer un cambio mediante eso, no solo hay voy a cantar y solo cantar pues que huevo, y no voy a decir algo que, o sea que me puedo ocupar para cantar y hacer denuncias y toda la onda que pasa y todo lo malo, es más que todo eso, igual bailar y grafitiar, o sea no voy a grafitiar y ya, no tiene sentido, sino algo como un mensaje.
Sobre este tema de la violencia Narrador Jaco ONG adopta una posición proactiva: sabemos que desde hace 10 años, esta juventud ha sido la más castigada por la violencia de aquí podríamos hablar dos días quizás sobre eso, pero de alguna otra manera estos chicos y chicas conocen sobre sus derechos y cuando conocen de alguna u otra manera lo están exigiendo verdad, lo están exigiendo a través de un arte, de un grafiti, del canto del baile y de alguna u otra manera involucran a más jóvenes. Otro narrador 1 destaca el aspecto psicológico y la vigilancia de los actores violentos que amenazan la tranquilidad en la calle: Viendo un punto de lo que es violencia, quizás se pueda percibir también lo que es psicológico, como el acoso, yo he sido uno de los que acá ha sido también acosado, a mí hasta el momento no me han llegado a golpear ni nada pero he sido víctima de otras cosas como amenazas y todo eso, el no salir tranquilo de mi casa, porque ya siento que me están vigilando por hay, otras veces hasta me han querido quitar el dinero, me han amenazado, mira te vamos a matar si no te vas de aquí o algo por el estilo; esas son cosas de las que se pueden percibir acá como violencia como joven, porque antes si era bastante habitado por varios jóvenes, por lo mismo que hay casas acá que no eran legales entonces pues tuvieron que sacar a esas personas, por lo mismo de la delincuencia, por lo mismo de que uno aquí no puede andar libre, no se puede expresar libre porque hasta las paredes pueden oír acá, entonces pues es muy limitado la información que te puedan dar acá.
Narrador Jaco ONG se ocupa del factor psicológico y de género: Es que es bien difícil el tema de la violencia es una cuestión, que un principio es algo como que psicológico, es lo que más pesa, se exige bastante el tema de derechos porque son instituciones especificas las que violentan más, en este caso la policía, entonces pues psicológico por el tema de los mensajes que dan en los medios de comunicación que de una u otra manera bombardean a los chicos y las chicas, otra de las cosas es el tema de la participación de la mujer, una de las máximas urgencias es que digamos se restringe bastante el tema de la participación en espacios públicos a las chicas, el tema de organizarse, es el tema de participar en cuestiones políticas, en cuestiones organizativas, culturales, eclesiásticas, todo verdad, y pues la manifestación... creo que ellos pueden explicarla mejor, bueno yo si he pasado, he transidido a todo el tema de la adultez porque ya no soy joven.
Finalmente, Otro Narrador 5 se enfoca más en el hecho de tener pruebas para identificar a los agentes de hechos violentos: Hay videos donde aparecen ellos, podrían darle los nombres, les vamos a enviar los links, son como cuatro videos donde aparecen ellos.
Los riesgos se encuentran a este lado de la calle, es decir, en la colonia Majucla, y comprometen a sus habitantes, particularmente a los jóvenes, como ocurre en casi todo el mundo donde prospera el hip hop. Para algunos la principal vivencia en la realidad de la calle suele ser conflictiva, violenta, una experiencia traumática. Los derechos de los jóvenes se enfrentan a la violencia endémica. Narrador Jaco ONG dibuja en pocas palabras la ubicación de la colonia: La colonia se llama Majucla, más arriba es Mariona, aquí al otro lado después de la calle nueva es Ciudad Futura, es del municipio de Cuscatancingo, o sea hablar del municipio de Cuscatancingo aquí en El Salvador es cosa seria. Beto ofrece el siguiente testimonio: aquí salís a la esquina y ya hay droga a montones, hay armas, violencia, yo he sufrido también golpeadas de los policías, si, por haberme agarrado manchando y hay mucho abuso de poder, abuso de poder hay bastante aquí, y pero, o sea lo único que queda es superarlo y también no dejarse, también, yo cuando me han pegado yo he tratado de defenderme y hacer valer mis derechos, y como dice la canción usted solo es un criminal con una placa en el pecho, y o sea, y para mi andar en la calle, es algo, a la vez es algo peligroso, pero si le das vuelta a la galleta es otro punto de vista.
Edora reconoce el clima pesado y los riesgos que corre el grafitero: Y aquí están las letras (risas) si usted puede percibir toda esta parte de acá estas paredes tiene un gran cantidad de historias, que hasta uno mismo se queda como que... se estigmatiza esto porque se le da como un doble sentido a lo que en realidad es el grafiti, todo lo que son letras contradictorias, en un sentido de darle una idea negativa verdad, entonces hablando desde otro punto de vista aquí no es que se maneje el robo, se maneja lo que es extorsión, la extorsión desde un punto de vista donde los niños de 12, 14 ya andan ahí pidiendo y demás, entonces aquí es, tú ves, te callas y no decís nada. Otro Narrador 1 interpreta la situación de la colonia en una perspectiva macro: Aquí hay gente que manda la colonia y aun así se mueve bastante, los señores oficiales en la colonia, o sea hay gran presión de controlar la colonia con otras personas y eso es lo que más se maneja aquí y lo que más se maneja también son las drogas. Llamamos “la calle desde el otro lado de la frontera” a los barrios, la ciudad o los sujetos que colindan con colonia Majucla. Frente a lo que sucede afuera, en ese terreno no tan conocido, los entrevistados se muestran más o menos seguros en su barrio, que es el que conocen. Confiesa Beto: porque hay niños que cuando ven que uno puede cantar o rapear el niño se emociona, se alegra y duplica algo que también lo pueda motivar en artes o en algún deporte que le pueda gustar y siento que el estar en la calle para mí muchas veces es tranquilidad, pero no en todos los aspectos por que vos vas a otras colonias sin conocer, te sentís como que con eso, no poder andar tranquilo, pues se entiende que ya te va a caer otro muchacho de otra pandilla y es algo muy conflictivo y pues como que son dos puntos muy contradictorios estar en la calle o vivir en la calle más bien. Algo semejante siente T.W.A.N.G: Sí, andar en otros lados es como que algo muy difícil aquí, pero si andas en tu barrio es tranquilidad profunda.
Otro Narrador 1 considera que la actividad del grafiti le ha granjeado buenos comentarios al barrio y mejorado su imagen: Si por que tocamos el tema de los grafitis y un paso que se dio fue que no se llenara, sino que la gente conociera un poco de lo que se está haciendo, porque a la hora del evento la gente no se acercó sino que la gente solo estaba alrededor de donde se estaba haciendo y pues para nosotros fue como dar un primer paso a que la gente conociera lo que se está haciendo y no de lo que piensan verdad, como el negativismo que se trae acá, porque acá fue como que a nivel de Cuscatlán, San Salvador y Centro América fue de las colonias como de las segundas de las más violentas, entonces eso fue como alegría tener un paso así.
Según manifiesta Otro narrador 3 el hecho de ser de Majucla se interpone como una barrera a su deseo de trabajo y estudio: Pero a veces solo ese no es el limitante, sino que te limita tener un trabajo, por el hecho de decir yo soy de Majucla, soy de Mariona te restringen porque el transporte no entra hasta acá, por las cuestiones de horarios, por las cuestiones de que ahí no porque me pueden hacer algo, no pues no se puede, entonces como que tenés que cambiar tu dirección mentiras a la vez, o cambiar la dirección de tu identidad por lo mismo, yo soy uno, yo no tengo la dirección de acá, entonces es como que igual cuesta tener un trabajo por lo mismo que estas acá, no es más solo ser un bachiller, sino tienes que llegar hacer algo mejor, llegar a la universidad, tener algo que te respalde o te guarde, pero a la misma vez aprovechar lo que estás haciendo en la universidad, porque llegas a pedir un trabajo con un título universitario y no sabes nada no vale, entonces todo es limitante en los aspectos del estudio, del trabajo y el querer ser libre, el poder ser alguien que le guste lo que quiere y todo eso.
Crear grafiti y rap es construir paz, crear arte, pintar y rapear, saber hacer arte como una actividad de alto riesgo per constructora de una cultura de paz. Para terminar esta sección, presentamos las declaraciones de los entrevistados sobre la solidaridad y la forma de hacer resistencia. Beto comparte su felicidad y orgullo por ser el autor de varios trabajos de grafiti que pueden verse incluso en Cusca: allá arriba, más allá arriba, en toda, en Cusca hay varios, hay bastantes míos también. En cambio, Narrador CJ Expresión HIP – HOP se queja del veto de “los señores de seguridad”: por lo mismo, por la mala perspectiva que tiene del grafiti acá y ese sería un punto, los grafitis, otros que no podemos andar libremente acá con nuestra vestimenta que nos gusta, seria varios puntos actuales como los que vivimos con los señores de seguridad.
En el mismo sentido se expresa Narrador Jaco ONG y reivindica el trabajo de sus compañeros: también de cierta forma como dice Geicy es un sector bastante estigmatizado, por el hecho de poseer una dirección de este lugar te limitan muchos derechos, el derecho de trabajar, el derecho cuando vas a estudiar a una universidad y te dicen de dónde sos, hasta los profesores te tienen un cierto... y quizás es un doble esfuerzo el que hay que hacer, estos chicos con este trabajo que están haciendo están recuperando espacios que durante muchos años se han perdido la juventud. Otro Narrador alude a una alianza y a la probable salida de esta situación de zozobra: y eso es lo que se está planeando actualmente con otro colectivo de acá cerca en el cual no solo queremos meter lo que es hip hop, sino también otras artes circenses o algo que se pueda sentir con la familia, donde uno se pueda sentir tranquilo libre de violencia y todo lo demás, entonces ese es uno de los puntos que nosotros estamos tocando ahorita.
Otro Narrador 4 adopta una actitud asertiva y se muestra muy entusiasmado: Sí, también lo podemos meter en el tema de género, para una dechera es como muy, bicha que haces ahí o en vez de estar en la casa haciendo una limpieza, entonces para mí estos espacios y en el espacio del Comité es súper importante, o sea te da como esa fuerza de seguir, y al menos a mí a la edad que tengo me ha empoderado un montón porque si me viera sin el Comité, sin el hip hop, no sé qué fuera de mí.
Estas declaraciones dan cuenta de la resistencia que oponen los jóvenes de Majucla ante su condición social, política y cultural, siendo conscientes de que poseen suficientes saberes e instrumentos para salir adelante y construir un clima de paz y, a mediano plazo, una cultura de paz en su entorno. Sea que sigan estudiando en una institución educativa de carácter formal o no lo hagan, su vocación artística les gusta y la practican con entusiasmo.
Conclusiones
Por lo visto, no todos los jóvenes pertenecientes al Comité Juvenil Expresión Hip Hop tienen en la mira entrar a la universidad. Además, en Majucla, Colonia de San Salvador, y en todo el país son pocas las oportunidades de ingresar a la educación superior. A los jóvenes les toca vivir lo que tienen y deben ser muy asertivos y proactivos, muy prácticos, para sacarle provecho. Las respuestas ofrecidas en la entrevista permiten ver que son conscientes de su situación y que ven la importancia de organizarse, tender lazos de colaboración y solidaridad y empoderarse. Si no lo hacen unidos, sugieren en sus declaraciones, será difícil que mantengan vivo el Comité y que ayuden a crear climas de paz y construir una cultura de paz en su barrio y en el país.
Cuando organizan sus emprendimientos y ofrecen sus productos artísticos liberan fuerzas productivas y solidarias hasta entonces reprimidas, el talento organizativo y creativo, la vocación de aprender y servir. Los jóvenes de la calle encuentran en el hip hop un género musical que les permite contactarse con otros jóvenes, con organizaciones populares, con entidades públicas, así como con empresarios musicales o productores radiales, de teatro, incluso de televisión. Articulados en redes y nodos artísticos refuerzan los lazos de solidaridad, ayuda mutua y cooperación, tres saberes que opacan las pretensiones del gen egoísta.
El hip hop ha servido como un espacio de expresión para los jóvenes de barrios oprimidos, ha servido como un espacio para aumentar la participación política de la juventud y para el crecimiento de sus capacidades y habilidades. En el desarrollo de este trabajo se pone en evidencia que el hip hop y todo lo que presupone en el mundo juvenil, como arte popular y cultura de la calle, cultura del barrio, se conecta con los saberes emergentes que producen y trasmiten los enfermos, los locos, los artistas, las minorías, es decir, los diferentes. Los saberes emergentes se pueden definir como aquellos que se crean por fuera del currículo oficial, como una manera de aprender por fuera o simultáneamente con los discursos del sistema educativo en sus diferentes niveles. Incluso se habla de universidad de la calle y existen instituciones que se empeñan en ensayar el acceso a los saberes de una manera heterodoxa.
Llama la atención la claridad y sinceridad de los testimonios. Algunos entrevistados no se sintieron cohibidos para denunciar los atropellos que sufren a manos de la policía, un importante factor de violencia, como en el caso de Narrador Jaco ONG quien dice que desde joven ha conocido el tema de la violencia en su país, perpetrada en todos los niveles del gobierno. Son estructuras organizativas muy refinadas que el entrevistado ha buscado entender con sus propias indagaciones, alejándose de la versión de los medios de comunicación, para poder saber en qué mundo vive y saber cómo defenderse, cómo resistir con sus compañeros de la calle, del barrio.
Para entender el sentido de los saberes emergentes hay que ir necesariamente a los conceptos del saber, especialmente la pedagogía y la epistemología. ¿Cómo así dirán los escépticos?, ¿qué tiene que ver hip hop con la epistemología? Tiene mucho que ver, como ha señalado Foucault, cuando se refiere a la duda que genera el conocimiento científico. Saberes emergentes se producen cuando la ciencia se presenta en sociedad a través de la literatura, en revistas que emplean el discurso de la creatividad, la pasión, la ficción y la cultura. Lo que puede verse como un error, como ponerse el vestuario en cuerpo ajeno, no lo es. La investigación cualitativa ha rescatado el valor de la subjetividad y en lugar de verificar lo que busca es comprender.
Saberes emergentes son los saberes en resistencia que solo aparecen porque se oponen a los demás. En este escenario el hoper desafía los medios tecnológicos y las estrategias empresariales con su talento. Finalmente reconoce que utiliza otros medios, incluso que su vida está ligada al uso de medios no convencionales, lo que en Colombia llamamos “hechizo”. La veta se encuentra en la cultura ancestral prehispánica. Y en la modernidad en modelos de aprendiza artística flexible, no rígido, complemento de la imitación, como es el modelo triangular propuesto por Barbosa (1994) que promueve la utilización de tres conceptos siendo obligado el concepto de producción (arte o creación). Estos saberes son dinámicos y siempre están en vías de ser.
Retar las convenciones sociales hace parte de la resistencia, pero también insistir en la consagración artística y aceptar que es difícil, que producir música, grafiti o danza no garantiza que obtengan los favores de la radio y los medios y en el interés de las casas disqueras.
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