Editorial

Editorial

Carlos Alberto Patiño Villa
Instituto de Estudios Urbanos, Colombia

Revista Ciudades, Estados y Política

Universidad Nacional de Colombia, Colombia

ISSN: 2462-9103

ISSN-e: 2389-8437

Periodicidad: Cuatrimestral

vol. 1, núm. 1, 2014

revcep_bog@unal.edu.co



Editorial

Hace ya años que se viene afirmando que el siglo XXI se caracterizará por la concentración de la mayoría de la población humana en áreas urbanas. De hecho, diversos observadores han indicado que acciones políticas como las emprendidas recientemente por el gobierno de la República Popular China, desde el último pleno del Partido Comunista –en el que se decidió que el objetivo clave de su política de crecimiento económico y modernización consiste en la urbanización de varios cientos de millones de personas que actualmente habitan en áreas rurales y semi-rurales–, conducirá a que el proceso de urbanización sea irreversible.

En este contexto, las ciudades contemporáneas han entrado en un proceso nuevo para la humanidad; el cual suele pasar desapercibido por los efectos que la vida cotidiana ejerce sobre la conciencia. Nunca antes del Siglo XX existieron grandes ciudades habitadas de forma permanente por millones de personas. Nunca antes las personas encontraron en la ciudad el espacio para desarrollar sus vidas, el escenario social para exigir el reconocimiento de derechos específicos y la realidad adecuada para resolver sus necesidades económicas y materiales en general. De esta forma, las ciudades medievales –ya sean europeas, asiáticas o africanas– solo están emparentadas con las contemporáneas en hechos tan básicos como la concentración de la vecindad, la promesa de seguridad de la ciudad y el recobrado sentido de la autonomía política; algo que las ciudades modernas perdieron a manos del estado nación.

Las ciudades contemporáneas, por su dimensión, se han convertido en el centro de un debate ambiental creciente. Diferentes grupos la ven como la causante de un desastre medioambiental imparable mientras que otros la ven como escenario de disminución del impacto ambiental directo. En medio de este debate, las ciudades han permitido el surgimiento de las conectividades de las tecnologías de la comunicación y han dado lugar a grandes e inesperados cambios políticos.

En esta dimensión, tan novedosa y desafiante de las ciudades contemporáneas y sus habitantes, surge el que consideramos, en el Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia, el problema de fondo que nos ocupa en nuestras actividades de investigación: el problema del gobierno urbano, entendido éste en sus diversas dimensiones. Desde el reconocimiento de derechos y garantías democráticas plenas, hasta la necesidad que los gobiernos tienen de dar respuestas directas, eficientes y creíbles a ciudadanos, quienes se ubican espacialmente frente a los edificios gubernamentales y pueden establecer referentes de acción colectiva inesperados.

Los problemas de gobierno urbano se han convertido en problemas centrales para la política contemporánea. Entre otras razones, porque en las democracias la mayoría de los ciudadanos se ubica en ciudades, en donde ejercen derechos democráticos y, a la vez, exigen respuestas efectivas a sus demandas sociales, políticas, económicas y culturales. El gobierno urbano se convierte así en una indagación y en un proyecto que debe pensarse imaginativamente en un entorno contemporáneo, y asumirse como tal: como un problema novedoso para la humanidad que requiere respuestas innovadoras.

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