El hombre como expresión de identidad en el contexto contemporáneo

The man as an identity expression in the contemporary context

Darwin Alexis Cruz García
Coorporación Universitaria un Minuto de Dios, Colombia
Adriana Marcela López Ospina
Coorporación Universitaria un Minuto de Dios, Colombia

Centro Sur

Grupo Compás, Ecuador

ISSN-e: 2600-5743

Periodicidad: Semestral

vol. 4, núm. 1, 2020

compasacademico@icloud.com

Recepción: 16 Julio 2019

Aprobación: 05 Noviembre 2019



Resumen: El trabajo plantea la reflexión del hombre desde su identidad y establece la posibilidad de la expresión de nueva masculinidad, como proceso diverso; en donde, el hombre combina poder, dolor y gozo. Este estudio busca describir los procesos de identidad del hombre en Bogotá a través de la utilización del método mixto en investigación; la recolección de datos fue dado a través de 421 encuestas a hombres, 11 entrevistas semi-estructuradas a funcionarios públicos en salud; y, la ejecución de 3 grupos focales, en las 21 localidades de Bogotá. Por tanto, la identidad propone al hombre construcciones alternativas que llevan a cabo los individuos, y que tienen que ver con el rompimiento de paradigmas tradicionales; la teoría responde que la identidad del hombre puede estar asociada a mantener el estatus varonil. En consecuencia, tratar de comprender y explicar las nuevas masculinidades se convierte en una necesidad fundamental para la transformación de dinámicas en Bogotá.

Identidad, Género, Hombre, Masculinidad

Palabras clave: Identidad, Género, Hombre, Masculinidad.

Abstract: The work raises man's reflection from his identity and establishes the possibility of the expression of new masculinity and, a diverse process; where, the man combines power, pain and joy. This study seeks to describe the processes of identity of man in Bogotá through the use of the mixed method in research; data collection was given through 421 men's surveys, 11 semi-strcuture dinterviews with public health officials; and, implementation of 3 focus groups, in the 21 locations in Bogotá. Therefore, identity proposes to manalternative constructions carried out by individuals, and that have to do with the breaking of traditional paradigms; theory responds that man's identity may be associated with maintaining manly status. Consequently, trying to understand and explain the new masculinities becomes a fundamental need for the transformation of dynamics in Bogotá.

Keywords: Identity, Gender, Man, Masculinity.

INTRODUCCIÓN

La construcción de la identidad del hombre en Bogotá está directamente relacionada con la familia, la escuela y escenarios de esparcimiento social, que soportan el cambio de roles cuando los hombres tienen la pretensión de apoyar en el hogar. De acuerdo con estas características, se ha precisado que no hay una solo forma de ser hombre, sino que plantea la posibilidad de la expresión de nueva masculinidad, como proceso diverso; en donde, el hombre combina poder, dolor y el gozo. Esta decodificación de estereotipos busca demostrar ese "deber ser" de reconocerse, como construcción de subjetividades que dan significado al hecho de ser hombres o mujeres en un contexto social determinado. ( Seidler, 2000)

Entonces, trascender al hombre desde su identidad como proceso de comunicación interdiscursiva en Bogotá, genera cambios en la distribución de roles planteados en la sociedad hegemónica. Esto en un marco no solo de socialización de acuerdo al género, de las diferentes exigencias sociales acordes a estereotipos dominantes. Es decir, que el hombre ya no es el único que genera ingresos para la familia, presenta un carácter intrínsecamente dialógico que rompe estereotipos planteados quizás desde aspectos como la inclusión de la mujer al mercado laboral de Bogotá. Por tanto, esto plantea una identidad masculina desde una construcción social que plantea comportamientos, prácticas y hábitos socialmente aceptados?. ( Bajtín, 2000)

De este modo, la predominancia de la masculinidad hegemónica acentúa en los hombres rasgos socialmente aceptados como fuertes; concepción que no siempre se articula a la violencia sino a rasgos físicos, a status, a la eliminación de sentimientos, a conductas de riesgo. Al mismo tiempo que se concentra en un ejercicio constante del poder masculino, que los plantean en un escenario de estándares sociales, lo que quizás argumenta la necesidad de repensarnos como hombres en el contexto social de Bogotá. ( Conell, 2012).

El articulo busca como objetivo describir los procesos de identidad del hombre en Bogotá, a partir de intervenciones institucionales en el área de la salud que permitan visibilizar la existencia de diferentes tipos de masculinidades. Esto permite plantear como pregunta de investigación ¿Cómo se construye la identidad del hombre en Bogotá a partir de las intervenciones institucionales de salud que pretenden dar repuestas a sus necesidades?

Es relevante destacar como desde la revisión teórica se plantean modelos de percepción del hombre frente a lo masculino, que sustentan cambios a lo largo del tiempo y al contexto adquiriendo formas diferentes de definir características, atributos y estereotipos en relación a lo masculino. Por tanto, se plantean los siguientes enunciados desde diferentes autores que argumentan y ponen en discusión la concepción de género, identidad y masculinidad.

Alemany & Velasco (2008) inicialmente atribuyen el estudio del género a la construcción social y cultural del género en diferencias determinadas por condiciones biológicas que justifican desigualdades sociales, económicas, políticas y culturales. De este modo, Gonzales (1999) plantea la comprensión del género desde las relaciones simbólicas, normas socialmente aceptadas que direccionan el comportamiento del hombre y la mujer a luchas por la igualdad, en intentar comprender la construcción de relaciones de poder y desigualdad.

Por lo tanto, el género aparece como una forma de división, que da inicio a las diferencias existentes entre los hombres y las mujeres, pero que no se limita a ello, sino que también abarca el fragmento de identidades y formas de relación de los seres humanos diversos sexualmente, destruyendo órdenes que se habían naturalizado desde el patriarcado.

Por otra parte, Haidar (1994)propone al Estado una reflexión en la construcción de las relaciones e identidades de género, la aceptación de estereotipos en ser hombre o mujer de una sociedad específica, las condiciones de acceso a oportunidades, en el reconocimiento del cuerpo como categoría que contiene problemas, fantasías, clase, etnia, significados y contenidos de corporeidad. Esto soporta la tesis de Keijzer (2001) que hablar de género se hace referencia a la necesidad de entender que existe diversidad, entendiendo, una serie de atributos y funciones, que van más allá de lo biológico/reproductivo, construidos social y culturalmente, y que son atribuidos a los sexos para tratar de justiciar las diferencias y las relaciones de opresión.

Así, cuándo se habla de género se hace referencia a la necesidad de entender que existe diversidad, plantea una reflexión que define en primer lugar que hombres y mujeres no son iguales, pero también, propone buscar estrategias para que se erradiquen las distancias en términos de derechos que se generan a raíz de las diferencias.

Entonces, Giddens (2002) plantea que la identidad de género en relación con el hombre puede comprenderse en la manera en la que cada hombre se define en sí mismo y se ubica en un espectro cultural, que se crea a partir del contexto en el cual se desenvuelve. De la misma manera, Vera & Valenzuela (2012), plantean el concepto de la identidad como proceso que no puede verse separado de la noción de cultura, ya que las identidades sólo pueden formarse a partir de las diferentes culturas y subculturas a las que se pertenece o en las que se participa.

En consecuencia, la construcción de la identidad para el hombre, está sujeta a las relaciones que se establece con los otros; en donde, se puede establecer como una condición resultante del desarrollo del individuo mediante la socialización. Es decir, la construcción que desarrolla el hombre alrededor de su proceso evolutivo de desarrollo personal y su visión o reconocimiento como hombre se articula a un aprendizaje a través de las experiencias a través de las redes sociales primarias o su familia de origen.

Para Sabo (2000) la identidad de género y los comportamientos no son simplemente impuestos a las personas por la socialización, sino que son las propias personas las que construyen activamente su identidad de género y sus comportamientos. Planteamientos que se pueden articular a la noción de masculinidad de Méndez (2013) no es una característica inamovible de los hombres, también ha sido predominante el tipo hegemónico que establece una sola manera de ser hombre según comportamientos socialmente aceptados.

Sin embargo, Bonino (2002) relaciona la masculinidad a la configuración normativizante de prácticas sociales para los varones, relacionada con la voluntad de dominio y control, de los procesos de organización social, a partir de la cultura de dominación y jerarquización masculina. Situación, que asienta los postulados de Infantes & Delg (2011) en que este tipo de prácticas son referentes de homofobia, misoginia, poder, estatus y riqueza, sexualidad desconectada, fuerza y agresión, restricción de emociones e independencia y autosuficiencia.

De esta manera, Lamas (2000) propone que la nueva acepción de género se refiere al conjunto de prácticas, creencias, representaciones y prescripciones sociales que surgen entre los integrantes de un grupo humano en función de una simbolización de la diferencia anatómica entre hombres y mujeres. Premisa que Infantes & Delg (2011) consolidan con el planteamiento de la existencia de diferentes formas de ser hombre que rompen con el antiguo mandato de dureza y poder, constituyendo lo que puede entenderse como un movimiento masculino de liberación.

Para Preciado (2003) el género no es el efecto de un sistema cerrado de poder, ni una idea que actúa sobre la materia pasiva, sino el nombre del conjunto de dispositivos sexopolíticos; es decir, que el género ha pasado de ser una noción al servicio de una política de reproducción de la vida sexual a ser el signo de una multitud. Con estos planteamientos Ángels & Marta (2000)proponen que el hombre podrá aventurarse a experimentar nuevas formas de vivir en sociedad que le resulten más creativas, más nutricias, más satisfactorias, plenamente viriles y más justas para todos.

De este modo, se puede observar como el movimiento de las nuevas masculinidades es un movimiento que nace desde los mismos hombres quienes, también han buscado alternativas diferenciales frente a su propia educación y a la manera que tienen de relacionarse con el mundo y con los demás hombres generando cambios individuales y colectivos en lo físico, cultural y en las representaciones sociales.

Para Conell (2012) la masculinidad hegemónica hace parte de una construcción que no siempre está ligada a la violencia, sino a que se concentra en un ejercicio constante del poder. Esto se contrapone a Leal (2008) cuando plantea que la competitividad y la rivalidad del pasado deben dejar lugar a la solidaridad, el cooperativismo y el amor. Es decir, que la sociedad debe reencontrar el espíritu masculino que yace reprimido, sino construir junto a los otros varones un nuevo tipo de relaciones.

Por tanto, las nuevas masculinidades son construcciones alternativas que llevan a cabo los individuos, y que tienen que ver con el rompimiento de paradigmas tradicionales sobre lo que se exige que debe ser un hombre. Esto quiere decir, básicamente, que existen elementos de la cultura y de la identidad propia que se han evaluado como riesgosos para lo social, una alternativa de otra manera de ser hombre, puede ser útil para avanzar en términos de bienestar y reconocimiento. En consonancia con lo anterior, institucionalmente el Estado debe avanzar en la exploración del hombre en Bogotá, con el fin de generar, diseñar y construir acciones institucionales concretas para el abordaje integral de los hombres, que brinde una respuesta holística a las necesidades y el desarrollo de un análisis de las nuevas masculinidades en Bogotá.

MATERIALES Y MÉTODOS

Este estudio es de carácter descriptivo, presenta la utilización del método mixto en investigación, plantea una excelente alternativa para abordar puntos de interés en el campo de las nuevas masculinidades. Es una revisión acerca de los procesos de identidad del hombre en Bogotá en relación al acceso de servicios institucionales en salud, con la necesidad en la búsqueda en la comprensión de fenómenos en la masculinidad en cambios y transformaciones.

El enfoque utilizado en esta investigación es el histórico-hermenéutico porque la compresión del tema se logra y se construye desde las relaciones contextuales e históricas de Bogotá; según Gil (2011) por medio de este enfoque se busca comprender el quehacer, indagar situaciones, contextos, particularidades, simbologias, imaginarios, significaciones, persepciones, narrativas, conmovisiones, sentidos, esteticas, motivaciones, intenciones que se configuran en la vida cotidiana del hombre. Esto fue pertinente ya que permite identificar procesos identitarios que tiene el hombre en el contexto contemporaneo.

De este modo, metodológicamente se desarrolló la recolección de datos a través de 421 encuestas a hombres, entre el rango de edad de 18 años a 59 años de edad, distribuido en las 21 localidades de Bogotá. Se aplican 11 entrevistas semi-estructuradas a funcionarios públicos de instituciones de salud; y, finalmente se ejecutan 3 grupos focales, conformados por población general y funcionarios de la red de salud de Bogotá.

Ejercicio que permitió conocer las percepciones e imaginarios frente a la construcción de la identidad del hombre en las dinámicas sociales e institucionales de Bogotá, en relación al género, identidad, masculinidad hegemónica y nueva masculinidad. Estas unidades de análisis orientan el proceso de organización, sistematización, análisis e interpretación de las necesidades del hombre y la comprensión de la nueva masculinidad en Bogotá.

Por tanto, la premisa más relevante del procedimiento investigativo fue obtener información de diferentes fuentes y utilizar métodos para poder triangular y verificar la validez de los supuestos. Este ejercicio fue de gran importancia para la investigación ya que los datos recolectados dependían en gran medida de la percepción que cada hombre tiene de sí mismo.

RESULTADOS

Así, tratar de comprender como el patriarcado ha creado un sistema social y cultural a partir de la figura masculina, la investigación logró captar el problema en cuanto a la construcción de la identidad del hombre en Bogotá a partir de la observación de modelos que los estereotipa en un 80% con roles económicos o de ingresos asociados a un rol productivo y un 20% a roles domésticos, académicos y de crianza.

Entender la identidad del hombre plantea comprenderlo desde las relaciones simbólicas, normas socialmente aceptadas que direccionan el comportamiento del hombre y la mujer a luchas por la igualdad, en intentar comprender la construcción de relaciones de poder y desigualdad. Esto se asocia directamente cuando el 35% de los hombres manifestaron ser abiertos en el apoyo en el hogar y se relaciona que el 85% de estos sufrieron burlas, comentarios, agresión y presión social por amigos, familiares y vecinos. (Gonzalez,1999)

Entonces, el ejercicio de construcción de la identidad para el hombre en Bogotá, se encuentra relacionado con la transformación que cada uno de los seres humanos a partir de las experiencias vividas, a partir de los patrones culturales, las relaciones sociales y las redes de apoyo, que dan origen a su construcción y fortalecimiento, en el estudio el 77,3% de los hombres tienen cierto temor o miedo a las presiones sociales que pone en duda su masculinidad, como no trabajar, cuidar de los hijos, lavar los platos o llorar.

Con esto es importante, tener en cuenta que ?El concepto de identidad no puede verse separado de la noción de cultura, ya que las identidades sólo pueden formarse a partir de las diferentes culturas y subculturas a las que se pertenece o en las que se participa? (Vera & Valenzuela, 2012).

Es de este modo, que la salud para el hombre en Bogotá permite identificar que frente a un dolor el 39% prefiere realizar un remedio casero; un 21% prefiere esperar a que pase el dolor; un 20% prefiere ir a la droguería de la esquina, y tan solo un 15% refiere preferir ir al médico de su EPS. Es decir, que la salud desde esta perspectiva, plantea al hombre poco preocupado por su salud y por su bienestar general, como si avalara los postulados de Courtenay (2000), en un hombre que debe verse más fuerte, tanto física como emocionalmente.

Esto plantea que el proceso de identidad del hombre en Bogotá es ajeno a las acciones institucionales del Estado, ya que en el campo de la salud el 10% de los hombres tiene el interés de acceder a los servicios de planificación familiar. Estos encuentran formas distintas de orientación para la utilización de métodos anticonceptivos, resultado de esto se evidencia la no satisfacción de la respuesta a su necesidad, como barreras en el hombre joven para procedimiento de vasectomía.

Es así, como el Estado cumple un papel importante para regular las relaciones sociales y la construcción de una identidad del hombre, esto se soporta en el 98% de los hombres en Bogotá bajo ninguna circunstancia denunciaría un hecho de violencia intrafamiliar. Esto plantea en el marco social, cultural y político que se lleven a cabo cambios de actitudes sexistas, homofóbicas o machistas para poder transcender en estrategias institucionales teniendo las mismas oportunidades de acceso.

El hombre en Bogotá puede comprenderse en la manera en la que se define en sí mismo y se ubica en un espectro cultural, el 89,5%, se identifica con la responsabilidad de suministrar recursos económicos a sus hogares, se reconocen como líderes en el contexto familiar; sin embargo, al comparar estos datos con la toma de decisiones en el hogar el 55,4% de los hombres encuestados manifiesta tomar una decisión junto a su pareja.

Esto manifiesta, un intento por construir reflexivamente una narrativa personal del hombre que le permita comprenderse a sí mismo y tener control sobre su vida y futuro en condiciones de incertidumbre; atendiendo a la necesidad de brindar herramientas donde de manera individual cada hombre fortalezca su narrativa personal, reconociéndose y comprendiéndose a partir de sus relaciones y experiencias. (Giddens,2002)

En consecuencia, la construcción de la identidad para el hombre, está sujeta a las relaciones establecidas con los otros; en donde, se puede establecer como una condición resultante del desarrollo del individuo mediante la socialización primaria, esto se soporta cuando el 49,9% de los hombres manifiestan en su familia la expresión más asociada en su formación y construcción de identidad fue la de los hombres no lloran, el 20,5% a la expresión, debe ser igual o más fuerte que su papá, el 15%lo asociaron a la expresión los niños no juegan con muñecas y el 10% a la expresión los hombres son los que manda en el hogar.

Por otra parte, lo masculino y lo femenino son las expresiones de género predominantemente impuestas a las personas a partir de sus formas biológicas. No obstante, también se constituye en una construcción desde la autonomía personal basada en las herramientas culturales del entorno.

Esto se fundamenta cuando el 78,5% de los hombres en Bogotá se sienta incomodo teniendo una jefe mujer, o el 77,3% de los hombres tienen cierto temor o miedo a las presiones sociales frente a su identidad como hombre débil, esto soportado en el hecho de no denunciar que sufren violencia intrafamiliar. En esta medida, los hombres en Bogotá se pueden encontrar en una ambivalencia frente a su identidad de género que va entre lo que le ha sido impuesto y su posibilidad de construcción personal.

Es así que la masculinidad como expresión de identidad en Bogotá tiene diversas definiciones un 65% lo relaciona con el sexo biológico, un 15% con las relaciones o configuraciones sociales y jerarquización de labores, 13% Asociado a creencias e ideas de lo que es ser hombre, 7% reproducción de estereotipos. Esta diversidad, de concebir lo masculino se amplía en Bogotá debido a características del contexto, como el encuentro de gran diversidad de personas, procedencias, culturas y etnias debido a fenómenos asociados por ejemplo al conflicto armado y el desplazamiento.

Por otro lado, se evidencia que el hombre joven en un 60% tiene dificultades en su contexto familiar debido a la confrontación generacional del estereotipo de hombre con su figura paterna, esto manifiesta la conciencia que las interacciones de los hombres de hoy han cambiado; pero a su vez es resistencia de lo tradicional. Plantea retos en situaciones de riesgo asociada al aumento en el consumo de licor, el desconocimiento en el manejo de conflictos emocionales y en la dificultad de expresar sentimientos.

La constante necesidad de alcanzar los estándares establecidos hace que se conviertan en víctimas justamente en el no poder escapar de la cárcel de su identidad, no poder llorar, no poder sentir, estar siempre dispuestos a quedar sujetos siempre a la mirada crítica de la sociedad, lo cual en muchas oportunidades pone en riesgo su vida y su salud. Esto se manifiesta en el estudio cuando el 83% de los hombres tienen la percepción que llorar en público es asociado a debilidad, sin embargo, el estudio plantea que el 95% de los hombres manifiestan sus emociones de tristeza, alegría y nostalgia a solas.

Por tanto, las nuevas masculinidades son construcciones alternativas que llevan a cabo los individuos, y se relaciona con el rompimiento de paradigmas tradicionales sobre lo que se exige que debe ser un hombre. Esto quiere decir, básicamente, que existen elementos de la cultura y de la identidad propia que se han evaluado como riesgosos para lo social, una alternativa de otra manera de ser hombre, puede ser útil para avanzar en términos de bienestar y reconocimiento.

DISCUSIÓN

Esto plantea una reflexión acerca de la construcción de la identidad del hombre compleja en la tensión en las exigencias sociales y en la manera que se reconoce de acuerdo a su contexto, incluyendo aquí a la familia y a los demás sistemas sociales como amigos, vecinos y compañeros, apropiando funciones, roles y papeles que fortalecen forma de concebir el ser hombre en un contexto contemporáneo.

De acuerdo con lo anterior y ciñéndonos estrictamente a este modelo, podemos preguntarnos entonces: ¿Cómo la identidad del hombre en Bogotá trasciende estereotipos hegemónicos de la masculinidad? Si la masculinidad hace parte de una construcción hegemónica que los plantean en un escenario de estándares sociales, lo que quizás argumenta la necesidad de repensarnos como hombres en el contexto social de Bogotá. ( Conell, 2012)

Por otra parte, la constante necesidad de alcanzar los estándares establecidos hace que se conviertan en víctimas justamente en el no poder escapar de la cárcel de su identidad, no poder llorar, no poder sentir, estar siempre dispuestos al sexo o a la disputa, estar sujetos siempre a la mirada crítica de la sociedad, lo cual en muchas oportunidades pone en riesgo su vida y su salud. Si bien es cierto que la masculinidad hegemónica propone una sola manera de ser para los hombres, también es cierto que existen diversas circunstancias de contexto que hacen diferentes a los hombres. (Gómez, 2004)

En consonancia con lo anterior, institucionalmente el Estado debe avanzar en la exploración del hombre en Bogotá, con el fin de generar, diseñar y construir acciones institucionales concretas para el abordaje integral de los hombres, que brinde una respuesta holística a las necesidades y el desarrollo de un análisis de las masculinidades desde lo hegemónico a las alternativas, ya que los hombres jóvenes en Bogotá están marcando diferencias en cuanto al género.

Al revisar este panorama cuando se habla de identidad de género, se habla básicamente de hombres y mujeres para el presente estudio, siendo relevante considerar otras formas de identidad que se soportan a la luz de la experiencia individual que se abordarían desde otro tipo de procedimientos investigativos. Entonces, el hombre contemporáneo busca la deconstrucción de las categorías que clasifican a los seres humanos, afirmando que todas las clasificaciones de género sobre las personas son construcciones sociales y por lo tanto nada puede ser asumido como natural o biológico. (Sabo, 2000)

Finalmente, la teoría responde que la identidad del hombre puede estar asociada a mantener el estatus varonil, que tiene un precio social alto que se manifiesta en la aparición constante del riesgo en donde, las prácticas de cuidado se han relegado a las mujeres, pareciendo que cualquier intento de que los hombres las ejerzan, puede desembocar en un señalamiento de afeminamiento u homosexualidad. Esta forma de pensar la noción solo puede concebirse a la estructura no solo jerarquiza y define, sino que al mismo tiempo imprime y produce en determinados cuerpos estas características de deseabilidad necesarias para ?ostentar? la hegemonía, como la que sugiere Luis Bonino (2002).

Entonces, vivir la masculinidad tradicional constituye también enfrentarse a un proceso continuo de discriminación que se encarna en los cuerpos, que son cuerpos que constantemente viven la exigencia del riesgo.

CONCLUSIÓN

En consecuencia, la construcción de la identidad para el hombre en Bogotá está sujeta a las relaciones que se establece con los otros; puede establecer una condición resultante del desarrollo del individuo mediante una socialización primaria. Es decir, la construcción de identidad para el hombre es evolutiva y articulada a un aprendizaje a través de las experiencias de reconocimiento por medio de la figura paterna.

Es decir, que la identidad propone un nivel que ubica al hombre como parte de un todo, en una estructura social, política, económica, cultural que influye en su individualidad y le construye a partir de la experiencia vivida. Entonces, al hablar de identidad, no sólo se hace referencia a la construcción cultural externa, sino también a una identidad alimentada durante el transcurso de la vida por el mismo individuo. De aquí la importancia del contexto para definir la identidad del hombre a través de los patrones culturales y sociales.

Consecuentemente, el género aparece como una forma de división, que inicia mostrando las diferencias existentes entre los hombres y las mujeres, pero que no se limita a ello, sino que también abarca el fragmento de identidades y formas de relación de los seres humanos diversos sexualmente, destruyendo órdenes que se habían naturalizado desde el patriarcado

Por tanto, tratar de comprender y explicar las nuevas masculinidades se convierte en una necesidad fundamental para la transformación de dinámicas en Bogotá. Esto plantea el rompimiento de paradigmas tradicionales sobre lo que se exige que debe ser un hombre, puede ser útil para avanzar en términos de bienestar y reconocimiento institucional, deja claro que no existe una sola forma de ser hombre y por lo tanto no existe una única masculinidad.

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